sábado, 1 de junio de 2019

Razones científicas en defensa de la vida y contra el aborto

      INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- ¡No te quedes en casa !
2.- Razones científicas en defensa de la vida y contra el aborto.
3.- Ley de Consecuencias
4.- Padres de familia: Convivir y educar
5.- El Hijo



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                                                ¡ NO TE QUEDES EN CASA!
                                        Saludo matinal
Domingo 2 de junio de 2019
 Queridos amigos, hola buenos días,  amaneció y desde muy temprano estas despierto, no has conseguido dormir bien, y te sientes un poco deprimido. Quizás tu pertenezcas a la tercera edad y te sientes más viejo, por eso lo mejor que puedes hacer, es no mantenerte en tu casa encerrado, entristecido, dándole  vueltas a la cabeza, rodéate de tus seres queridos, de tus nietos, de tus hijos, ves a verlos, y comparte las horas con ellos.
Si te invitan a una fiesta a un cumpleaños, no dudes en asistir, procura salir de la monotonía, la soledad es muy mala consejera, el asistir a fiestas aunque  no nos gusten hace bien al alma porque lejos de encerrarnos en nuestro mundo convivimos con las otras personas, especialmente si dejamos a un lado los rencores, los odios, las envidias… todo eso negativo que posiblemente nos tiene apartados de ellos. Ya es hora que rompamos con las cosas negativas, que nos han mantenido quizás por mucho tiempo separados, si cambiamos de actitud, todo se modifica a nuestro alrededor. Aprendamos a pintar de rosa, los cuadros oscuros de nuestra vida. Restemos importancia a las malas situaciones que se nos presenten y modifiquemos nuestro panorama a veces desolador.
También nos podemos poner a ayudar al prójimo, hagamos feliz a esa amiga, que vive cerca de nosotros y la cual la hemos visto sonreír muy pocas veces, tratemos de conseguir una sonrisa de ella, con un dialogo ameno y optimista mantenido con bondad y dulzura. Esto nos parecerá imposible, cosas fútiles pero no es así, ahora en nuestra madurez es cuando empezamos a hacernos de nuevo niños, y necesitamos de mimos y de mucho cariño. Necesitamos salir y entrar relacionarnos para sentir la vida a nuestro alrededor. Convivir es esencial para el alma para sentirnos en paz internamente.
La convivencia es una forma de vivir que escogemos desde muy jóvenes. Para la convivencia positiva es necesario el respeto, el amor, entre otros, y sobre todo tolerar las costumbres de otras personas.
'El ser humano, tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente animales grupales y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.'
Para sentirnos felices necesitamos amigos. Sin ellos todos también caemos fácilmente en la apatía, en la inactividad o en la depresión crónica. Para conseguir una convivencia pacífica en comunidad es necesario conocer y valorar nuestros derechos y los derechos de los demás, y también cumplir con nuestros deberes.
La convivencia es una tarea de todos. Y una forma de hacerlo es participando en las decisiones de nuestro grupo de amigos, respetando la opinión de los demás.
Cumplir con responsabilidad nuestros deberes en casa, en clase, en la escuela.....
 Respetar los derechos de los demás y rechazar las discriminaciones. Todos tenemos derecho a la convivencia pacífica y a no sufrir agresiones de ningún tipo. Pero la violencia está presente en nuestra sociedad de muchas formas
Personas que no cohabitan en nuestros espacios físicos, virtuales y mentales, porque han sido expulsadas por algo o alguien a quien nadie es capaz de identificar, denunciar y condenar. Son esas personas que conviven con la soledad, el silencio y el olvido, seres cuyos pies desnudos conviven con el frío, cuyas manos conviven con los desechos de una sociedad a la que le sobra todo, cuyas miradas conviven con la melancolía y la infinita tristeza.
Durante la historia, la convivencia del ser humano no ha sido del todo fácil, pero es hasta ahora que se han logrado relacionar muchos de sus problemas de salud con la forma de relacionarse y de interactuar con el medio ambiente, sobre todo con el medio social.
Entre los principales problemas de salud y de las primeras causas de mortalidad, se encuentran la violencia y los suicidios, lo que nos refleja por un lado, la falta de control ante situaciones de estrés, la falta de tolerancia, la incapacidad de resolver los problemas adecuada y respetuosamente y la disminución o carencia de valores humanos.
Salgamos al exterior, y convivamos con los que se crucen en nuestro camino, procuremos ayudarles, si está en nuestras manos hacerlo, y rompamos con la soledad, ella no puede estar en nuestras vidas, y para eso abramos la ventana de par en par, contemplemos el horizonte, agradezcamos a Dios la vida, y salgamos al exterior, sonriamos a la vida porque la vida es bella, y merece la pena vivirla, con ilusión y honestidad.
Amigos os deseo un buen día, que nuestro padre nos ilumine a todos. Merchita 

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Razones científicas en defensa de la                vida y contra el aborto
Marlene Nobre
A primera vista, puede parecer que las razones contrarias al aborto provocado sean exclusivamente asunto de la religión. Una reflexión más cuidadosa, sin embargo, demostrará que dichas razones tienen raíces profundas en la propia ciencia. Así, para ser fieles a la verdad y discutir, sin las amarras obstaculizadoras del prejuicio, la compleja y multifacética cuestión de los derechos del embrión, es indispensable analizar los argumentos científicos contrarios al aborto.
El primer paso en esta búsqueda es descubrir el verdadero significado del cigoto a la luz de las Ciencias de la Vida. Para Moore y Persaud (2000, p. 2), «El desarrollo humano es un proceso continuo que comienza cuando el óvulo de una mujer es fecundado por un espermatozoide de un hombre. El desarrollo implica muchos cambios que transforman una única célula, el cigoto (huevo fertilizado) en un ser humano multicelular» También de acuerdo con los ilustres embriólogos, el cigoto y el embrión inicial son organismos humanos vivos, en los cuales ya están fijadas todas las bases del individuo adulto. Siendo así, no es posible interrumpir cualquier punto del continuum -cigoto (célula-huevo), feto, niño, adulto, anciano- sin provocar daños irreversibles al bien mayor, que es la vida misma.
Pero hay mucho más en el cigoto. Es imposible no reconocer que es una célula altamente especializada, que pasó por el buril del tiempo, heredera de billones de años de evolución. Desde los cristales minerales al ser humano, las células primitivas recorrieron un viaje largo y extraordinario, desde los procariotas a los eucariotas, desde los seres más simples hasta los más complejos, hasta que surgieron, magníficas, en las múltiples especializaciones de los órganos humanos. Y la célula huevo es uno de los ejemplos más admirables, porque encierra en sí misma, potencialmente, la totalidad del proyecto de un nuevo ser, que es único e irremplazable.
En este sentido, la investigación sobre la estructura del cigoto nos lleva necesariamente a la discusión sobre el origen de la vida y su significado científico, con todas las consecuencias que esto tiene para los debates bioéticos, morales, políticos y religiosos. No se puede repetir aquí todos los argumentos desarrollados en El clamor de la vida (Nobre, 2000), por lo que sólo presentaré algunos de los temas fundamentales.
Reconocemos el gran valor de la teoría neodarwinista y sus supuestos básicos -la evolución de las especies, la mutación y la selección natural- ya comprobados por la investigación científica. Ella, sin embargo, se ha revelado insuficiente para explicar la evolución como un todo, ya que tiene en el azar uno de sus pilares. Lo mismo ocurre con todas las otras teorías que tratan de complementarla, manteniendo la misma base explicativa, como las de Orgel, Eigen, Gilbert, Monod, Dawkins, Kimura, Gould, Kauffman. Se ha demostrado, por ejemplo, a través de cálculos matemáticos, la imposibilidad estadística (101000 contra uno) de unirse, por azar, mil enzimas de las dos mil necesarias para el funcionamiento de una célula. Asimismo, se ha comprobado que el azar no es suficiente para explicar, paso a paso, de forma detallada, científica, la aparición de estructuras complejas como el ojo, el cilio o flagelo, la coagulación de la sangre.
Por lo tanto, creemos que la Teoría del Diseño inteligente, que no se basa en el azar y es defendida por cientí- ficos competentes, como el bioquímico Michael Behe, y los físicos Igor y Grischka Bogdanov, tiene argumentos científicos mucho más sólidos para explicar la evolución de los seres vivos. Behe en su libro La Caja Negra de Darwin, afirma que no importa qué nombre se le dé, pero para él, sin duda, hay un Planificador de la vida. Esta misma conclusión está en Dios y la ciencia, obra de J. Guitton y de los hermanos Bogdanov. En la misma línea de razonamiento, pero en otro contexto, los biólogos Margulis y Sagan (2002, p. 289) afirman: “ni el ADN ni ningún otro tipo de molécula, por sí sola, es capaz de explicar la vida.”
Estos autores buscaron sus argumentaciones científicas en el estudio de la extraordinaria maquinaria celular; en el juego de convenciones inexplicables, tales como enlaces covalentes, la estabilización topológica de cargas, la unión gen-proteína, la quiralidad izquierda de los aminoácidos y el derecha de los azúcares; así como también en los cálculos matemáticos de las enzimas celulares y en el análisis de complejas estructuras antes mencionadas. En fin, un mundo complejo, que no puede reducirse a la mera casualidad.
El hecho es que el científico, ni de lejos ni de cerca, ha conseguido “fabricar” moléculas de la vida. Él desconoce, por lo tanto, como reproducir en el laboratorio las fuerzas que entran en juego en este complejo fenómeno. En estas circunstancias, debería adoptar una actitud más humilde, más reverente, ante este bien mayor que es concedido al ser humano, vivir.
Especialmente teniendo en cuenta que cada día llegan nuevas contribuciones científicas a la comprensión de la verdadera naturaleza del embrión. Los recientes descubrimientos realizados por la neuróloga Candace Pert y su equipo demuestran que la memoria estaría presente no sólo en el cerebro sino en todo el cuerpo, a través de la acción de los neuropéptidos, que son la interconexión entre los sistemas – nervioso, endocrino e inmunológico – posibilitando el funcionamiento de un único sistema que interrelaciona todo el tiempo, el cuerpo-cerebro. Estos hallazgos contradicen los que afirman que el feto sólo puede controlar o gestionar su propio cuerpo cuando el sistema nervioso central esté completamente formado. A través de la producción de neuropéptidos, desde las primeras semanas del desarrollo embrionario, el embrión humano tiene ya la capacidad de autogestionarse mentalmente.
Otras investigaciones han detectado la presencia en el cigoto de registros (“huellas”) mnemónicos propios, que evidencian la riqueza de la personalidad humana, manifestándose muy pronto en la embriogénesis. También son notables las investigaciones de la doctora. Alessandra Piontelli y otros especialistas que han descubierto las sorprendentes facetas del psiquismo fetal, a través del estudio de ultrasonidos, a partir del cuarto mes de embarazo, y del acompañamiento psicológico postparto, hasta el tercero o cuarto año de la vida del niño. El conjunto de estos y otros estudios demuestra la competencia del embrión: capacidad de autogestionarse mentalmente, adecuarse a las nuevas situaciones, seleccionar situaciones y aprovechar experiencias.
Si vinculamos la Teoría del Diseño Inteligente con estos nuevos hallazgos, se concluye, con base en la Ciencia, que la vida del embrión no pertenece a la madre, al padre, al juez, al equipo médico, al estado. Pertenece, exclusivamente, a sí mismo, porque la vida es un bien otorgado, del que no podemos disponer.
Por lo tanto, existen fuertes razones científicas para estar en contra del aborto, incluso en los anencéfalos. Aprendemos, con la genética, que la diversidad es nuestra mayor riqueza colectiva. Y el feto anómalo, incluso con graves discapacidades, como es el caso de anencefalia, forma parte de esa diversidad. Por lo tanto, debe ser preservado y respetado.
Reconocemos que la mujer que engendra un feto deficiente, necesita ayuda psicológica durante un largo tiempo; constatamos, sin embargo, que en la práctica, no siempre ese derecho está asegurado. Sin ayuda para trabajar su sentimiento de culpa, ella puede agravarlo con incitación a la violencia contra el feto, o incluso permanecer en este estado indefinidamente. Sería importante inclinar su corazón a la compasión y a la misericordia, mostrándole el verdadero significado de la vida.
Marlene Nobre
Revista Espírita de la FEE núm. 2



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LEY DE 


CONSECUENCIAS.

Comprobado está ya por la ciencia académica, que todo el universo, el espacio cósmico infinito, en el cual navegan los mundos, está impregnado de fuerzas poderosas que denominamos leyes: físicas, psíquicas, magnéticas, etc.
A medida que la ciencia de la física, de la química, de la biología y otras, progresan en nuestro mundo; a medida que se profundiza en el estudio del psiquismo; más y más vamos acercándonos a la Verdad de la Vida, y más nos acercamos también al conocimiento de las leyes cósmicas que rigen todo el universo en sus múltiples formas y manifestaciones.
Si durante el siglo pasado, alguien hubiese dicho que una persona desde Europa podría mantener una conversación con otra persona en América, sin salir de sus respectivas residencias, posiblemente sería tildado de loco, hasta por los científicos de la época. Sin embargo, hoy es una realidad.
Y esta realidad ha sido posible, por el descubrimiento de las ondas eléctricas, más conocidas por ondas hertzianas.
Sin embargo, estamos sumergidos en un océano de vibraciones que afectan a nuestra vida en un modo tal, que actúan sobre nosotros con tal intensidad, que el desconocimiento de esta verdad es causa de tanto sufrimiento y dolor en nuestra humanidad. Por ello, es de urgente necesidad conocer aquellas leyes que inciden directamente en la vida del hombre, a fin de no quebrantarlas, evitando así las consecuencias dolorosas.
Entre las múltiples leyes que inciden en la naturaleza psíquica del ser humano, existe una, que es de trascendental importancia. Esta es la ley de consecuencias, que en psicología se le denomina Ley de la Causalidad, y en las escuelas espiritualistas y en las esotéricas, es conocida con el nombre de Ley de Causa y Efecto, y también como Ley del Karma (1) y Ley de Retribución.
Podríamos compararla a la ley física de acción y reacción, ya que la reacción es un fenómeno consecuencia! de la acción. Pero, mientras la ley física actúa en el plano físico y con efecto inmediato, la ley de consecuencias o de causalidad actúa en el plano psíquico, pero no de efecto inmediato.
El filósofo Pietro Ubaldi, en su obra «La Gran Síntesis», refiere a este respecto: «... se trata de una ley omnipresente en el espacio y en el tiempo. No hay distancia o espera que puedan detener su reacción, de la que no escaparéis porque se encuentra dentro de vosotros mismos, así como está en todas las cosas. ¿Se puede engañar —dice— a la ley de gravitación? Del mismo modo, tampoco se evita ni se engaña a la reacción de la Ley, o sea, la Justicia Divina».
La Justicia Divina, que trasciende y está inmanente en nuestra propia naturaleza psíquica, nos devuelve, en cada una de las vidas, el bien o el mal que hayamos hecho en vidas anteriores. NO HAY CASTIGOS. El castigo, tal como la generalidad de los humanos entienden, no existe; porque ello estaría en contraposición con el amor infinito de la Divinidad Creadora. Con la creencia del castigo, se rebaja la Divinidad a la condición humana. No. Lo que existe en todo cuadro de dolor, es el efecto de causas, la reacción de la Ley violada.
¿Qué es la expiación, sino el pago en la vida presente, de las deudas contraídas con la Ley en las vidas pasadas, como son los casos de los minusválidos ya desde la infancia, así como los sufrimientos, en diverso modo, en los primeros años o siguientes de la vida humana?

Sebastián de Arauco.
                                                  
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PADRES DE FAMILIA: “CONVIVIR                    Y EDUCAR”

En este sencillo artículo nos gustaría hacer una reflexión alrededor del núcleo familiar. La familia es, con certeza, el componente más importante en la vida de las personas. Pero el trabajo, el cansancio, la imprescindible dedicación al trabajo espiritual, a nivel de grupo y personal, los intereses materiales, las comodidades y el ocio, nos impiden prestarle la debida atención. Dedicar a la familia, tiempo, cariño y ternura, es algo tan fundamental que no debe caer en el olvido.

El hogar no es ese lugar donde hacemos o decimos lo que nos place, tiene una relevancia mucho mayor. Es el lugar dónde, por encima de todo, se debe ejercer la responsabilidad paternal, como padres protectores, educadores y amorosos. Padres que deben servir de respaldo, apoyo y ejemplo para sus hijos. No obstante, las figuras paternas tienen un significado todavía más importante y que no figura en diccionario alguno, trasfondo que no es otro que la expresión “Ayuda, ese respaldo que necesitan los hijos para desenvolverse y aplicar las enseñanzas recibidas dentro y fuera del hogar.
Esta dedicación no debe ser postergada, pues la familia tiene unas necesidades concretas que son prioritarias sobre muchas otras y, para los padres resulta imperativo dar la talla,  renunciado, si cabe, a todo lo superfluo para darles la prioridad requerida, dejando de lado inclusive el descanso y cualquiera otro tipo de necesidad. El trabajo en el hogar deberá considerarse siempre como una tarea preferente.
    Existe gran cantidad de personas que consiguen triunfar fuera del hogar, pero dentro de él, están apagados, dejando mucho que desear. Es este un error bastante extendido del que en algún momento habrá que rendir cuentas y que exigirá encarnar una o más vidas para corregirlo.
    Como afirmamos, existen prioridades, siendo la primera y fundamental, el EJERCICIO DE LA RESPONSABILIDAD PATERNAL, luchando para que nuestra familia tenga sus necesidades cubiertas, materiales y espirituales. Y es en estas últimas, dónde estamos obligados a obtener la máxima calificación.
     ¡¡Qué otro valor merecerá mayor sacrificio y dedicación!!
   ¡¡Dónde mejor que en el hogar podemos desarrollar ciertas cualidades que difícilmente podríamos conseguir fuera de él!!
    Es una verdadera lástima que esta circunstancia no se valore en toda su magnitud. Simplemente sucede que dentro del ambiente familiar nos relajamos, pues sabemos que seremos juzgados con indulgencia. No debemos olvidar que el hogar es el reflejo de nuestras propias virtudes y defectos y qué, por inercia, el mundo que nos rodea, es nuestro propio reflejo. Y ahí, no solemos salir tan bien parados.
     Para convertir nuestra morada en un auténtico hogar se requiere un gran trabajo. Tenemos la obligación de ofrecerlo, debemos conseguir una familia unida y comprometida en el progreso y, reforzar el afecto entre sus componentes. No debemos olvidar que los hijos son esponjas que lo absorben todo, especialmente el comportamiento y el buen trato. Si somos capaces de ofrecérselo, ellos sabrán transmitirlo. Los buenos modos, el cariño, el amor y el deseo de ayuda se deben respirar en el hogar. Estos valores deben ser la consigna para todos los padres. Tampoco debemos olvidar que las opiniones divergentes y las desavenencias deben desaparecer de las relaciones de hogar.
     Para muchos padres su prioridad se centra en conseguir para sus hijos los estudios mejor cualificados, una buena carrera universitaria y cualquier apoyo académico que les permita alcanzar una posición social de privilegio y que les facilite abundantes recursos económicos. Ciertamente, es una loable actitud y una gran oportunidad que sin duda mejorará las perspectivas de los buenos estudiantes. Pero, sin duda quienes mejor podrán ayudarles en esas necesidades serán los buenos profesores, la universidad, y el estímulo de los padres. Si esto es así, ¿por qué no aplicamos los mismos esfuerzos para facilitarles una adecuada formación social, moral y espiritual; dedicación que nadie mejor que los padres, por su implicación, pueden ofrecer?
     El hogar es primer eslabón en el aprendizaje de la vida, el lugar donde han de fijarse las bases que les permita forjarse como auténticos adalides del mensaje del sublime Jesús de Nazaret. Tristemente, muchos padres apenas conocen a sus hijos, ni ven más allá de sus necesidades materiales. ¿Qué decir de la formación espiritual necesaria desde que nacen hasta que abandonan el hogar?. Esta es una gran responsabilidad de la que tendremos que rendir cuentas.
     ¿Estamos los padres actuando, realmente, como auténticos profesores en la asignatura de la Vida? ¿Les enseñamos a nuestros hijos a distinguir correctamente entre lo material y lo espiritual? ¿Entre las virtudes y los defectos?. Del mismo modo que exigimos al profesorado, calidad y competencia, también nosotros debemos exigirnos un alto nivel educativo hacia nuestros hijos, para que adapten los resultados de ese esfuerzo a través de la mejora en su conducta y en la progresiva responsabilidad en la toma de decisiones, aprendiendo a aceptar aquello que les conviene y rechazar lo que les perjudica. Los retos diarios son muy numerosos y deben alcanzar la suficiente claridad de ideas a la hora de tomar decisiones. Las experiencias en el hogar les servirán de gran ayuda para conseguir esa capacidad.
     Podríamos seguir aportando muchas más ideas, pero lo realmente importante es, y será siempre, que en calidad de padres, reconozcamos nuestras carencias y que nuestros hijos y familia vean nuestros continuos esfuerzos para autocorregirnos. Con ello obtendremos autoridad moral y conquistaremos su aprecio y respeto. Con ese respaldo, nuestras recomendaciones y consejos tendrán mucho más valor.
     Para poder señalar los fallos ajenos, previamente debemos predicar con el ejemplo, pues de no hacerlo así, nuestros consejos serán agua en el desierto. Pero como no deseamos que esto llegue a ocurrir, debemos ser los primeros en comandar el barco. No basta con ser padres biológicos, debemos ofrecerles nuestro apoyo y ejemplo, que les otorgará la fuerza moral, el respeto y delicadeza necesarios para corregir sus deficiencias y  errores.
      La vida es un compendio de organización personal y los hombres solemos agrupar las diferentes labores mediante esquemas, horarios. No obstante, la paternidad se rige por otros patrones, carece de horarios y exige una dedicación completa; dedicación firme y cariñosa que ayudará a que la vida fluya y se consigan las metas deseadas.
     En último lugar conviene destacar que el aprendizaje y los estudios son grandes fuentes de ayuda, pero no llegan a sustituir al placer que brota del alma cuando se realizan las cosas correctamente, cuando los actos surgen de nuestra alma superior. Sólo así podemos convertir nuestro hogar en una reunión de espíritus que cumplen sus compromisos de ayuda mutua, que zanjan rencillas y deudas del pasado, y se elevan unidos gracias a esa compenetración tan única y especial que sólo los lazos de la carne pueden propiciar.
Convivir y educar pFermín Hernández Hernández
, Amor, Paz y Caridad
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EL HIJO
El Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de como amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, nosotros, aprender a tener coraje. Sí ¡Así es!. Ser padre o madre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente a la incertidumbre de estar actuando correctamente y al miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… El más preciado y maravilloso préstamo, ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego, pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.
 -Jose Saramago-

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CONVIVIR Y EDUCAR

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