miércoles, 6 de mayo de 2015

Ni virtudes ni defectos


                                              HOY, DISCÍPULOS; 
                     MAÑANA, MAESTROS


¡Queridos jóvenes, hermanos míos!

    ¡Mucho podéis hacer!... Si tenéis voluntad, no debéis olvidar que los que habéis sido contados en este apostolado que se llama Espiritismo, sois seres distinguidos por los de Arriba, y los que sois jóvenes, los que en la edad del bullicio, de las caídas, de las distracciones y de los placeres del mundo, os dedicáis a la propaganda y a la práctica de la ley tan sublime como el Espiritismo, llegaréis muy lejos si perseveráis y sois constantes.
    Vosotros sois una esperanza para los viejos espiritistas, y elementos de gran valía para los Espíritus que trabajan en bien de la Humanidad; vosotros seréis los maestros espiritistas del porvenir; seguid constantes en la tarea empezada, sed fuertes, sed prácticos en las enseñanzas espiritistas; sed buenos discípulos, obedientes, respetuosos, que, si sois buenos discípulos, en vuestra primera época de espiritistas, en vuestra según-da seréis buenos maestros.
    Es  verdad  que  en   el   Espiritismo, humanamente hablando, no hay categorías, pero, espiritualmente, sí; éstas son muy reconocidas desde el Mundo de los Espíritus, y desgraciados de aquellos que no saben respetarlas, que poco adelantarán en la existencia terrenal, y, por más que intenten levantarse, nunca lo lograrán...
    Mucha falta hace que haya en el Espiritismo personas muy entendidas y virtuosas para dirigir una luz tan radiante como es el Espiritismo, y estas personas son muy buscadas y atendidas por las buenos Espíritus, así, pues, cuando venga vuestra hora de ascender, ya seréis llamados de una manera poderosa, pero, vosotros, jóvenes de hoy, podríais preguntarme:  ¿Y cómo podremos conocer esa hora? Cuando la Providencia hace o quiere que se realice un hecho, nada ni nadie lo puede evitar; por lo tanto, cuando uno de vosotros sea llamado a ser maestro, los hechos se realizarán de tal manera, que no podréis evitarlo vosotros mismos a no ser que cortarais el hilo de vuestra existencia o quisierais precipitaros en un abismo faltando a todos los deberes, y estos hechos no se realizarán en vuestro pensamiento y en vuestra voluntad, sino en hechos que quizá desbaratarán todos vuestros planes, y contra vuestra voluntad os encontraréis envueltos en una situación que quizá vosotros la consideréis anormal o aflictiva, pero que, de ninguna manera, podréis evitar.
    Yo, de mí os diré; que aunque muy poca cosa he sido en Espiritismo, cuando la Providencia me quiso traer al insignificante puesto que hace treinta y dos años ocupo, primero, me quitó la salud, la alegría, y cuando ya me consideraba verdaderamente perdido y desgraciado, entonces me presentaron el Espiritismo delante, y no pude excusarme de verle y practicarlo, porque entonces fue mi única salvación, y cuando estuve algo instruido para dirigir y encausar en aquellos tiempos la propaganda del Espíritus en Tarrasa, falleció repentinamente Joaquín Rovira Fradera, antiguo e ilustrado espiritista, y entonces no pude evitar que la presidencia del Centro "Fraternidad Humana" viniera sobre mí, lo que nunca he sido de derecho, sino de hecho, y digo esto porque siempre que ha sido necesario presentarse como tal, he suplicado a alguno de mis hermanos, por cierto muy digno, que se presentara como a presidente; en cuanto a la propaganda, siempre he ocupado mi puesto.
    Pues cuando veáis señales y acontecimientos extraordinarios que no podáis evitar, aunque éstos os contraríen y os perjudiquen, y veáis delante que os llama el Espiritismo a su servicio, aceptadlo con gusto, no miréis atrás, ni lo que os perjudica, porque, a veces, al principio de desempeñar tan útil misión, viene ya la cruz encima, porque cruz ha de llevar el que tiene la misión de enseñar y conducir a sus hermanos, porque ya sabemos cual es la condición humana:  sacrificar al que nos hace un bien, y si bien los espiritistas hemos  adelantado algo más que la generalidad, ya tengo dicho que nos han dejado aún resabios del pasado y que tendremos que luchar aún; pero cuando seáis llamados los jóvenes de hoy, a desempeñar cargos de pequeños mentores, acordaos que aquélla será obra de abnegación, de sacrificio y de humildad, y que vosotros habréis de poseer en grado sumo estas virtudes: nada de ofenderos nunca por lo que os puedan hacer; vuestra paciencia habrá de ser a toda prueba, y la única práctica posible, es el devolver bien por mal:  ¿Qué importan todos los sacrificios hechos aunque os paguen mal y os calumnien y digan todo mal de vosotros?
    Hay un gran Maestro que es el Guía de todos los que enseñan Su Ley y la practican; a este ejemplo deberéis dirigir toda vuestra voluntad, y si lo seguís, Él Se encargará de defenderos, y aquellas angustias que os harán sufrir los que aún no son prácticos en la gratitud, os llevarán la felicidad futura; no os aflijáis nunca por las angustias que os pueden causar; bendecidlos; yo bendigo la lengua que durante el ejercicio de mi cargo ha querido herirme;  yo bendigo todas cuantas pruebas, durante el transcurso de tantos años me hayan hecho pasar; benditas mil veces, que de éstas, si es que he sufrido alguna sin haber dado motivo; estos sufrimientos son grandemente recompensados en el Reino de Dios.   Todo el tiempo que se pasa en la Tierra que no sirve para el adelanto de nuestro Espíritu, es tiempo perdido.
    Ánimo, pues, juventud espiritista; aprended mucho en el camino de la virtud y de los conocimientos y prácticas espiritistas, que se necesitan muchos maestros para el porvenir; aprended de los que tenéis, y así ese tesoro que hay en vuestras manos, que se llama Espiritismo, os vestirá de gala eternamente en el Mundo Mayor.
    Por fin, yo, el más insignificante, el menos apto y que menos autorizado está, me atrevo a daros un consejo:  Todo cuanto tenéis, sois y poseéis, lo debéis a Dios, Padre Infalible.   Universal Autor de todo lo creado; pues, portaos como buenos hijos; acordaos que cuando erais pequeños os dio los encantos de la selva virgen; cuando ya un poco más iniciados en los conocimientos humanos, os puso en sociedad para que desarrollarais las afecciones de vuestra Alma, y en ella encontrasteis amigos, esposa e hijos, y hoy que ya sois aptos para conocer un principio de la Verdad, os ha llamado a este apostolado que se llama Espiritismo; amadle, pues, amadle más que a vosotros mismos, más que a vuestras esposas y a vuestros hijos, adoradle en la creación, ya que tantas grandezas os tiene creadas, para que, cuando las hayáis alcanzado, sean vuestra paz y vuestra dicha eterna; el Padre está en todas partes, sabe lo que pensáis, os ve y os ama; sed constantes admiradores de Él y adoradle muchas veces al día; que Él os oye y sabe lo que pensáis, lo que pedís y lo que deseáis, y así como tanto os dio cuando no lo pedíais, ni teníais ni fe ni esperanza en Él, hoy, que Le amáis y Le pedís, os dará todo cuanto Le pidáis, si es justo y os conviene.
    Acordaos que el mayor de los hermanos, el digno sublime Maestro, el Señor de los señores, antes que vosotros lo conocierais, antes que hubierais fijado vuestra atención, cuando todos estábamos sumidos en las veleidades y caprichos, Él dejaba las Moradas de Luz, Se apartaba de la dicha y descendía para sufrir la barbaridad humana; mientras nosotros estábamos entregados al libertinaje humano, Él sufría cruentos martirios sin exhalar una queja, sin decir una palabra, sino dando ejemplo de Caridad, de indulgencia, de perdón, de amor y de sacrificio, cuyas prácticas y hechos no llamaron  nuestra atención en aquella época, pero hoy ha de ser el ejemplo en donde debemos tener fija nuestra mirada y nuestra atención, porque es el único camino que nos conducirá al logro de nuestra felicidad; pues cuando lleguéis a ser pequeños maestros, tomad al Gran Señor por Maestro, seguidle y amadle mucho, porque sin abnegación y el sacrificio no podréis entrar en el Reino de Dios, y cuando vengan las horas de grandes pruebas, si lo tomáis por Maestro, no quedaréis descontentos de Su protección.
    No lo dudéis, jóvenes espiritistas, el Señor está sobre el apostolado espírita y Se vale de todos aquellos que aman y con justicia practican la Ley.
    ¡Ah, Señor! ¡Cuándo os conocerán los hombres! ¡Cuándo recordarán que el que dio Su Vida para enseñarnos el camino, no nos puede abandonar! ¡Cuándo comprenderán que Vuestra humildad y amor son superiores a Vuestra grandeza! ¡Cuándo compren-derán que, a medida que avanzan los Espíritus, más se acercan a Vos y que cada Espíritu que alcanza la felicidad eterna en un lauro para Vos, que sois el que nos habéis señalado y enseñado el camino! ¡Gracias os doy, Señor mío, porque me habéis dado comprender cuánto nos amáis! ¡Gracias, Maestro y bien mío, que, compadecido de mi pequeñez, me habéis alentado!  Mi Vida os pertenece, porque nunca podré pagaros tanta solicitud, tanto amor y el bien que me habéis hecho; vuestra humildad no tiene límites, y a los que Os ama y se esfuerza en practicar la ley, no lo dejáis desalentado.
    ¡Confiemos en Él juventud Espírita, y no desmayemos en el Camino!...
(Texto enviado por Rogério Coelho, Brasil)

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NI VIRTUDES NI DEFECTOS


Hace pocos días me visito una mujer de larga historia, la cual tiene un ingenio prodigioso para hacerse desgraciada, porque, si bien sobre su ser han caído grandes calamidades, ella las aumenta y las multiplica por su delicadeza extrema, por su exceso de dignidad,por no amoldarse a las circunstancias de su vida; y pensando en ella una tarde, en esa hora melancólica del crepúsculo vespertino, sostuve con un espíritu el diálogo siguiente:

-Dime, mi buen amigo invisible, yo no acierto a comprender si María tiene más virtudes que defectos, o más defectos que virtudes. ¿Qué te parece a ti?

-Que ni tiene sobra de virtudes ni abundancia de defectos; es un espíritu que no puedeamoldarse al medio ambiente que le rodea, porque el progreso del alma no se improvisa; se improvisan, por regla general, malos versos, pero no el modo de ser de un espíritu; este cambio necesita de su tiempo, su preparación correspondiente, y estas preparaciones no se efectúan en el corto plazo de una existencia; a veces, se necesitan siglos y siglos para olvidar los hábitos y las costumbres que forman ley en la opulencia. Lo que sucede es que como os ocupáis mucho más en mirar los defectos de l o s otros. que en estudiar por que los tienen, de ese desconocimiento absoluto de las leyes de la vida, proviene vuestro vicio de la murmuración.

-Pues tú bien sabes, que lo que es yo, busco primero las virtudes que los defectos, en todos los seres con quienes me relaciono.

-Y la generalidad de las veces, revistes con ostentosas galas a los que, en realidad, van cubiertos de harapos; te dejas llevar de los relumbrones, de las exterioridades; te contentas con mirar la superficie de las casas, y para juzgar con justicia, hay que mirar el fondo en todas las acciones humanas, convéncete de lo que voy a decirte: Actualmente, . la humanidad que puebla la tierra no tiene ni virtudes ni defectos; obedecen todos sus actos .buenos y malos a leyes imperiosas de la historia. Los hombres que hoy día se disputan en ese mundo el poder y la riqueza, son medianías, si no .en,t odas las naciones en que tenéis dividido el globo, en su mayoría. Por eso no hay mártires de sus ideales y de sus religiones, porque no hay excesos de amor y de fe en las almas que habitan en ese grano de arena del 'infinito; pero veo que me voy desviando del objeto principal de tu pregunta.Tu quieres saber si esa mujer que se confiesa contigo, tiene más virtudes que defectos, o má defectos que virtudes, Ya te contesté en principio, que no tiene ni virtudes ni defectos, y si no puede amoldarse al medio ambiente que la rodea, es porque aún contempla en sus sueños grandezas pasadas, ostentosas exterioridades, palacios suntuosos, humildes servidores y rendidos magnates, y es,muy doloroso tan brusco cambio de escena para cierta clase de espíritus que se pagan mucho de oropeles y vanidades.

Sabido es, que el espíritu adelantado no le da gran importancia al escenario donde tiene que representar su papel; que el verdadero filosofo acepta, sin murmurar, todas las cosas de hiel que le ofrecen en el gran banquete de la vida; pero los verdaderos filósofos han escaseado siempre, y lo que debes hacer es lo que haces escucha las quejas de los que sufren, y si no encuentras en tu imaginación un rayo de luz que pueda iluminar aquellas tinieblas, cállate, no les des consejos vulgares, de esos que irritan, en vez de consejos, estrecha sus manos, llora con los que lloran; si tienen hambre parte con ellos la mitad de tu pan; si tienen sed no les niegues el agua que puede refrescar sus fauces y no los recrimines en tu interior tachándolos de orgullosos y de mal contentos, que cada sed tiene sus delicadezas especiales, sus debilidades sus manías, y si con ellas se ha vivido siglos y siglos, ¿creéis que en un segundo se puede cambiar de opinión. Y de modo de ser? Imposible, completamente imposible. Tenéis la costumbre de decir muchos de vosotros: “ A todos nos gusta lo bueno, a todos nos agrada la buena vida, pero cuando no hay otro remedio, nos contentamos y carecer de lo mas necesario ¿por qué éste o aquél no hacen lo mismo?” Pues no lo hace porque no puede, porque no esta a vuestra altura moral o intelectual.

¿Hay dos personas que cuyos semblantes sean tan parecidos el uno al de otro, que se puedan cambiar fácilmente su personalidad? No; hasta a los gemelos, bien mirados, se les nota diferencia, por leve que esta sea; pues como sucede en los organismos, sucede en los espíritus; no hay dos que piensen lo mismo; irán juntos para la realización de un proyecto, para llevar a cabo una gran empresa; muchos obedecerán a su jefe, pero si vais preguntando individualmente, cada uno os irá diciendo: “Si mi voto valiera, iría por el camino llano, en vez de trepar por las montañas, o bien siempre arriba, siempre arriba, que desde lo alto se ven mucho mejor las llanuras”; un centenar de hombre os darán un centenar de pareceres distintos; por eso es una razón de tampoco peso en la que os fundáis cuando decís: “Pues si yo me resigno también se puede resignar aquél, que tan de carne y hueso el él como yo”. Es cierto, los dos tenéis los mismos componentes, de la misma sustancia se alimenta vuestra sangre y vuestro cerebro; pero, ¿sucede lo mismo con vuestra parte moral e intelectual? No; vuestra historia sigue ajustada a su ayer y es completamente distinta, y como no tienen el menor parecido sus episodios, la continuación de cada historia sigue enlazada a los hechos pasados; por eso, el uno se resigna con su adversa suerte y el otro reniega el haber nacido. ¿Es mas virtuoso el que se resigna?, no lo sabemos, sólo se puede asegurar que ha luchado mucho. ¿Tiene mayores defectos el que maldice la hora en que nació? No tiremos piedras sobre él, recordemos lo que dijo Jesús, refiriéndose a la mujer adúltera: “El que este sin pecado, que arroje la primera piedra” y ¡nadie se atrevió a apedrearla¡ No preguntes sobre las virtudes y los defectos de otro; interrógate a ti misma, y te será mas provechoso el estudio.

Se fue mi amigo invisible y no olvidaré su consejo ya que yo, como todos, me ocupo más de la casa del vecino que de la mía, y en la mía, ¡Cuanto tengo que reformar¡ Se conoce que durante muchos siglos he huido de ella y amenaza ruina; pero yo la reedificaré.

AMALIA DOMINGO SOLER

Extraído del periódico “LA LUZ DEL PORVENIR” Año I , nº 9 ; editado en Mayo de 1907 en Villena.

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