viernes, 20 de diciembre de 2013

La cólera

                                        La cólera
El orgullo os conduce a creeros más de lo que sois, a no poder sufrir una comparación que pueda rebajaros, a veros, por el contrario, de tal modo por encima de vuestros hermanos, sea como genio, sea como posición social, sea también como ventajas personales, que el menor paralelo os irrita y os resiente; ¿y qué sucede entonces? Que os entregáis a la cólera. 

Buscad el origen de esos accesos de demencia pasajera que os asimilan al bruto, haciéndoos perder la sangre fría y la razón; buscad y encontraréis casi siempre por base el orgullo resentido. 

¿Acaso no es el orgullo resentido por una contradicción el que os hace desechar las observaciones justas, el que os hace rechazar con cólera los más sabios consejos?

Aun la impaciencia que causan las contrariedades, a menudo pueriles, son ocasionadas por la importancia que se da a la personalidad ante la cual se cree que todo debe doblarse.

En su frenesí, el hombre encolerizado la pega con todo, con la naturaleza bruta, con los objetos inanimados, que rompe porque no le obedecen. ¡Ah! si en esos momentos pudiera mirarse con sangre fría, se horrorizaría de sí mismo, se contemplaría muy ridículo! Con esto puede juzgar de la impresión que debe producir a los demás.

Aun cuando no fuese más que por respeto a sí mismo, debería esforzarse en vencer una inclinación que le hace objeto de piedad.

Si pensase que la cólera no remedia nada, que altera su salud y aun compromete su vida, vería que es la primera víctima de ella; pero otra consideración debería sobre todo detenerle, y es la de pensar que hace desgraciados a todos los que le rodean; si tiene corazón, ¿no es un remordimiento para él hacer sufrir a los seres que más ama? ¡Y qué sentimiento tan mortal, si en un acceso de arrebato cometiese un acto que tuviera que reprocharse toda la vida!

En conclusión, la cólera no excluye ciertas cualidades del corazón; pero impide hacer mucho bien y puede contribuir a que se haga mucho mal; esto debe bastar para excitar a que se hagan esfuerzos para dominarla. El espiritista, además, es inducido por otro motivo, cual es el de que es contraria a la caridad y la humildad cristianas. (Un Espíritu protector. Bordeaux, 1863).

Según la idea muy falsa de que uno no puede reformar su propia naturaleza, el hombre se cree dispensado de hacer esfuerzos para corregirse de los defectos en los que se complace voluntariamente, o que exigirían demasiada perseverancia; así es, por ejemplo, que el hombre inclinado a la cólera se excusa casi siempre con su temperamento, achaca la falta a su organismo, acusando de este modo a Dios, de sus propios defectos. Esto es también una consecuencia del orgullo que se encuentra mezclado en todas sus imperfecciones.

Sin duda hay temperamentos que se prestan más que otros a los actos violentos, como hay músculos más flexibles que se prestan mejor a movimientos de fuerza, pero que no creáis que ésta sea la causa primera de la cólera y estad persuadidos de que un espíritu pacífico, aun cuando estuviese en un cuerpo bilioso, siempre será pacífico, y que un espíritu violento, en un cuerpo linfático, no será más dócil; sólo que la violencia tomará otro carácter, no teniendo un organismo propio para secundar su violencia, la cólera se concentrará, y en otro caso será expansiva.

El cuerpo no da la cólera al que no la tiene, así como tampoco los otros vicios; todos los vicios y todas las virtudes son inherentes al espíritu; sin esto, ¿en dónde estaría el mérito y la responsabilidad? El hombre contrahecho no puede enderezarse porque el espíritu no toma parte en esto, pero puede modificar lo que es del espíritu cuando tiene para ello una firme voluntad. ¿No os prueba la experiencia, espiritista, hasta dónde puede llegar el poder de la voluntad, por las transformaciones verdaderamente milagrosas que veis operarse? Decid, pues, que el hombre sólo es vicioso porque quiere serlo; pero que el que quiere corregirse, siempre puede hacerlo. De otro modo la ley del progreso no existiría para el hombre. (HanhemannParís, 1863).

Extraído del libro: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec

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 El poder de la oración

El poder de la oración está en el pensamiento; no se concreta a las palabras, ni al lugar, ni al momento que se hace. Se puede, pues, rogar en todas partes y a todas horas, estando sólo o acompañado. La influencia del lugar o del tiempo está en relación de las circunstancias que pueden favorecer el recogimiento. La oración en común tiene una acción más poderosa cuando todos aquellos que oran se asocian de corazón a un mismo pensamiento y tienen un mismo objeto, porque es como si muchos levantasen la voz juntos y unísonos; pero ¡qué importaría estar unidos en gran número, si cada uno obrase aisladamente y por su propia cuenta personal!. Cien personas reunidas pueden orar como egoístas, mientras que dos o tres, unidas en una común aspiración, rogarán como verdaderos hermanos en Dios, y su oración tendrá más poder que la de los otros ciento.

(Aportado por Sabri Guzmán )

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ESPÍRITU
David  Grossvater

Suponer que sólo el hombre tiene espíritu, es fallar en relación a todo lo que se mueve y vive, y creer que hay vidas y entes animados, por algo que no es espíritu, es algo inconcebible…
Si todo evoluciona, también lo hace el animal y nada pierde ni desmerece al hombre, el haber logrado atravesar toda esa inmensa escala de vida animal, hasta por su propio y personal esfuerzo, haya logrado situarse en los peldaños  de  raciocinador…
Todo reencarna; todo es reforma en el Universo
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LOS NIÑOS Y SUS VIDAS PASADAS
Carol Bowman

¡Madre, fue en un lugar así donde morí!

(Palabras dichas por una niña que murió ahogada en otra vida, al pasar por un puente). 

¡Mi otra madre negra usaba un delantal así!" 

(Observación hecha al mirar su madre cocinando) 

¡Voy a entrar a un Convento. No soy Elspeth ahora. Soy Rosa y voy a ser la Hermana Teresa Gregorio! 

(Estas fueron las primeras palabras pronunciadas por Elspeth, a los 18 meses de edad, proveniente de una familia no católica). 

¡Madre, a veces estoy bien contigo, y a veces te odio! 

(Palabras dichas por un niño abaleado en otra vida, quien pensaba que su madre no se esforzó lo suficiente para salvarlo) 

Carol Bowman, en este libro, relata su experiencia personal, al descubrir en traumas de vidas pasadas, el origen de inexplicables fobias de sus hijos. 

Estimulada, comienza a investigar recuerdos de vidas pasadas en otros niños, buscando casos en la Literatura y entrevistando padres. 

Al percibir la gran dificultad que los padres tenían, al enfrentarse con experiencias de recuerdos espontáneos de vidas pasadas de sus hijos, decidió escribir este libro, donde aborda, entre otras cosas, consejos prácticos, para que los padres puedan saber cómo actuar o reaccionar ante estas situaciones, para poder ayudar al "pasaje" total de los niños para la vida actual, muchas veces, consiguiendo curas de problemas importantes. 

Dividió en 4 las señales más comunes que aparecen en niños que recuerdan sus vidas pasadas; y que no necesariamente suceden al mismo tiempo. 

1)Tono de voz natural 

Los recuerdos espontáneos, más comunes entre los 3 y 7 años, acostumbran ocurrir en períodos de relajación, como al andar en un automóvil, durante el baño, cuando están con sueño. El humor puede variar, pero el tono de voz y el modo de hablar son siempre directos y naturales. 

Están relatando algo que recuerdan como si hubiera ocurrido la semana o el mes pasado. Pueden usar palabras que no pertenezcan a su vocabulario habitual, o hablar con más fluidez y/o confianza. Acostumbran aparentar paz o calma en el rostro, o tener la mirada perdida. 

2) Mantener el relato por todo el tiempo 

No hay cambios significativos en la historia, pero pueden ser adicionados detalles, mientras el niño aprende a hablar mejor o acordarse de más cosas. 

3) Conocimiento superior a su experiencia 

Los niños pueden hablar de cosas, que los padres saben que no tuvieron oportunidad de aprender o de tomar conocimiento; pueden hablar en un idioma desconocido por la familia (hay un caso de gemelos que hablaban arameo entre sí); cuando cuentan la historia, hablan desde su punto de vista, como, por ejemplo, lo que veían al ahogarse, o al ser atropellados. 

4) Comportamiento y/o señales correspondientes 

Fobias, habilidades espontáneas, talentos inusitados, marcas de nacimiento, defectos físicos, fuertes afinidades por culturas diferentes, o por otra época, aversiones inexplicables. Pueden presentar recuerdos de puntos de referencia de lugares en que nunca estuvieron. 

Los gatillos que hacen disparar los recuerdos espontáneos pueden ser de los más variados: sonidos, olores, sabores, acontecimientos traumáticos, fotografías, filmes, visión de sangre. 

Qué podrían hacer los padres para ayudar? 

- Mantener la calma 

- Proteger sus sentimientos 

- Distinguir entre fantasías y recuerdos verdaderos 

- Permitir que las emociones afloren naturalmente 

- Esclarecer con cariño lo que es pasado y lo que es presente (el shock de una muerte traumática y/o súbita puede congelar una parte de la conciencia de una vida pasada) 

- Darle la garantía que está en otra vida ahora, con un nuevo cuerpo y que es amado 

- Hacer un registro de los recuerdos; puede ser útil para los propios niños más tarde, o para los otros padres. 

Soñando con el pasado 

Un texto médico tibetano del siglo XI registra que los recuerdos de vidas pasadas comienzan en la 26ª semana intrauterina; las evidencias médicas actuales confirman que, en esta fase de la gestación, ya hay evidencias de sueño REM (característico de los periodos de sueño). 

Para saber si el sueño puede ser un recuerdo de una vida pasada, además de las 4 señales anteriores, la autora describe 3 adicionales. 

El sueño puede ser: 

1) Vívido y coherente – Deja una impresión profunda, y su historia es coherente y realista. 

2) Recurrente – Hay relatos de sueños y/o pesadillas, que acompañan a las personas hasta la edad adulta.

3) Otra identidad - Quien sueña puede sentirse como otra 

Nuestra tarea, como adultos, es básicamente respetar estas experiencias, (nuestros hijos pueden ser almas antiguas habitando cuerpos infantiles)
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dortapersona, en otro tiempo y lugar, hablar lenguas diferentes durante los sueños. 

Algunas pesadillas (inclusive, tal vez, castañeteo de dientes y terrores nocturnos) recurrentes pueden ser recuerdos de vidas pasadas que representan un gran potencial de cura para su vida actual. 

Si el niño/niña habla sobre las pesadillas al estar despierto/a, la pesadilla puede ser tratada como un recuerdo espontáneo de su vida pasada. 
          




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