sábado, 2 de marzo de 2013

Moral espírita: Cuentos con moraleja



Mei-Mei
                      El defecto

Francisco, esperando con mucho amor a los padres, nació con un pequeño problema: tenía una de las piernas un poco menor que la otra.
Viviendo en una ciudad pequeña y sin recursos, los padres quedaron felices con el nacimiento del bebé, sin preocuparse con el defecto, creyendo que se resolvería con el tiempo.    
Los años fueron pasando y Francisco se hacía cada vez más experto y activo, cercado por el amor de la familia. Ahora vivían en una ciudad mayor y más bonita, y él tenía amigos, jugaba y se divertía.
Cierto día, sin embargo, Francisco jugaba en la calzada con algunos amigos, cuando se enfadó con Marquinho, uno de los chicos. Se agarraron por los brazos y se dieron puntapiés, rodando por el suelo.
Un hombre que pasaba, viendo la pelea, consiguió separar a los dos. Sin embargo, Marquinho, lleno de rabia se irguió del suelo y, limpiando las lágrimas del rostro, gritó:
— ¡Inválido! ¡Tú me la pagas!...
Oyendo aquellas palabras, Francisco quedó rojo de rabia y humillación. Aunque los otros niños quisieron continuar el juego, él se negó, diciendo que necesitaba volver para casa.
A partir de ese día, Francisco se volvió triste y callado. No quería jugar más con los amigos, no quería salir para pasear, no quería hacer nada.
La madre, preocupada al ver el estado del hijo, le preguntó:
— ¿Qué pasó, hijo mío? ¡Tu andas triste, callado, no quieres ni jugar más!...
Bajando la cabeza, Francisco se echó a llorar:
— ¿Mamá, por qué yo nací así? 
— ¿Así como, hijo mío? — contestó la madre, admirada.
— ¡Inválido, ahora con eso! ¡Un chico me llamó inválido!...  
La madrecita lo colocó en el pecho y, abrazándolo con amor, le habló con ternura:
— Hijo mío, tú no eres inválido. ¡Tienes un defectito en la pierna que apenas se nota! ¡Tanto es que tú nunca te preocupaste con el!... ¿Algún día ese defecto te impidió  hacer alguna cosa?
— ¡No! — él respondió, balanceando la cabeza.
— Entonces, hijo, Dios sabe lo que hace. Además de eso, tal vez nuestro Padre Celestial haya querido que tu tuvieras cuidado. Es como si Él dijera: — ¡Francisco, mira lo que tú vas a hacer con su pierna! ¡Todo lo que yo doy es para haber buen uso! ¿Entendiste, hijo mío?
— Más o menos. ¿Es porque yo puedo usarla para el mal?  
— Exactamente, hijo. Tú puedes golpear a alguien, puedes trillar un camino malo, complicando tu vida. Ese problema en la pierna es una marca que tú trajiste del pasado, es decir, de otra existencia en que, probablemente, perjudicaste a alguien. Cuando hacemos algo negativo, creamos una marca del cuerpo espiritual y renacemos con ella para intentar notar nuestro error.  
— Ah!... Entendí. Quieres decir que yo necesito tratar bien a todo el mundo y no pelear con nadie. ¿Pero voy a continuar con ese defecto la vida entera?
— ¿Quién sabe? Es posible hasta que busquemos un buen médico que resuelva tu problema. ¡Pero, la verdad, hijo mío, es que eso no representa nada! Ven conmigo. Voy a llevarte a hacer una visita.  
La madre llevó a Francisco hasta una entidad que cuidaba de niños con dificultades diversas. Había niños ciegos, sordos, mudas, paralíticas, sin brazos o sin piernas, con deficiencias mentales y todo tipo de problemas.
Al verlas, el niño sintió la compasión crecer en su interior. ¡Conversó con las personas que cuidaban de ellos, con los niños que podían hablar y percibió que, a pesar de todo, ellos eran alegres! Dependiendo de las posibilidades, ellos jugaban, reían, cantaban. 
Francisco volvió para casa sintiéndose diferente.
— Gracias, mamá. Ahora sé que no tengo problema alguno. Yo tengo piernas para andar, puedo ir a la escuela, tengo manos para coger lo que quiera; puedo pensar y aprender, andar en bicicleta y un montón de otras cosas.  
Él paró de hablar, sonrió y se lanzó al pecho de la madre, dándole un gran abrazo, mientras decía:
— Agradezco a Dios por todo lo que me dio. ¡Incluida la madre que yo tengo!        
        
MEIMEI
(Recibido por Célia Xavier de Camargo, en Rolandia-PR, el día 6/02/2012.) 
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En las dificultades en que te encuentres, sé la paciencia que actúa con caridad e inteligencia, para que el bien se haga en auxilio de todos los corazones que comparten la vida contigo.
André Luiz.

                
           EL PALACIO MARAVILLOSO

Se cuenta que cierta vez, un rey del Yemen, llamado Hiamir, llamó a uno de sus ministros y le dijo: “quiero hacer un largo viaje a Tiapur, una región lejísima, pobre y triste, árida y sin confort.
   Determino que vayas antes de mí, y luego que allí llegues, manda que sea construido un magnifico palacio, con largas barandas de marfil y patios floridos.
   En ese palacio me quedaré hospedado durante una temporada, con tranquilidad y confort.”
   El Visir respondió humildemente: “escucho y obedezco, Oh rey.”
   Días después el Visir partió, en una caravana con numerosos camellos cargados de oro.
   Al llegar a la ciudad el Visir se quedó desolado con el estado de abandono en que se encontraba el pueblo. 
   Encontró por los caminos niños hambrientos y centenas de infelices, muriendo de inanición.
   Los cuadros de miseria y sufrimiento que se desarrollaban, a cada paso y en todo instante, torturaban el corazón del poderoso ministro.
   ¡Él trajo más de treinta mil dinares, que deberían ser gastados en la construcción de un grandioso palacio!
   ¿Qué hizo el Visir? 
   Llevado por un impulso irresistible, en vez de ejecutar la orden del rey, decidió gastar el dinero que traía, beneficiando a la infeliz población. 
   Mandó construir casas para los desamparados.
   Distribuyó  alimentos entre los más necesitados.
   Determinó que todos los enfermos fuesen, sin demora, medicados y ofreció pan a los que padecían hambre.
  Después  de algunos meses, se notaba una transformación completa de la ciudad. 
  Los hombres habían vuelto al trabajo y por todas partes reinaba la alegría.
  Los niños jugaban en los patios y las mujeres cantaban en las puertas de las tiendas.
  Y del palacio maravilloso, encomendado por el rey, nada existía… 
  Cuando el rey Hiamir llegó a Tiapur fue recibido por una gran manifestación de júbilo de la población.
   “Me siento feliz” – confesó el monarca –“por saber que soy sinceramente estimado por mis súbditos. 
   “¿Pero dónde está el palacio de Tiapur?” Preguntó.
   “Antes de hablar del palacio, Oh rey, tengo un pedido que hacerle.” Le dijo el Visir.
   “Según las leyes, aquel que lo desobedece, practicando un abuso de confianza, debe ser condenado a muerte.
   Pues, hubo, Oh rey un hombre de su confianza que practicó tal delito. 
   Se espera que sea determinada la ejecución del culpable sin demora.” Dijo el Visir serenamente.
   “¿Quién es el acusado? Preguntó el rey.
   “El criminal soy yo.” Dijo el Visir sin dudar. 
   Y sin ocultar la menor parte de la verdad, el Visir describió la miseria en que se encontraba el pueblo.
   Por fin, confesó que, apenado delante de tanto sufrimiento, en vez de construir el palacio real, resolvió gastar los recursos que le fueron confiados para cambiar la triste suerte de la población. 
   “No cumplí la orden recibida, por eso espero el castigo de que me hice merecedor.” Concluyó. 
   ”Lenvántate, amigo mío.” Ordenó emocionado el rey. “Veo que tú trabajo es responsable por la edificación del más bello palacio que ya conocí. Veo las torres brillantes en las fisonomías alegres de los niños; admiró las largas barandas de marfil en la sonrisa radiante de mis súbditos; reconozco los patios floridos en la mirada de gratitud de las madres felices. “Cómo es majestuoso y bello, Oh Visir, el palacio que su bondad hizo erguir en las tierras de Tiapur.”

Cada uno es responsable por el destino que diera a la riqueza que le fuera confiada, sea ella representada por recursos materiales o por aptitudes profesionales. 
   Cada cual, por el uso de sus propios talentos, es capaz de alterar el mundo, distribuyendo alegrías o acumulando dolores.

Equipo de Redacción del Momento Espírita, con base en las pp. 109-114, del libro Los Mejores cuentos, de Malba Tahan
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NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española.
Los viernes a las 23,00 horas se os invita a asistir a una conferencia en la misma sala.
  Los domingos a las 21,00 horas  tenemos  la clase de Estudio del Espiritismo por el "Grupo espírita Sin Fronteras".dirigido por Carlos Campetti-

    Y además recomiendo los Blogs: El espirita albaceteño.-  elespiritadealbacete.blogspot.com.es                                                   
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