INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La Reencarnación en el Libro de los Espíritus
2.- Los animales tienen alma ?
3.-Preguntas y respuestas de los Espíritus sobre los intereses morales y materiales
4.- Bostezos en el Centro Espírita
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LA REENCARNACIÓN EN EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Antigüedad y Origen
- La idea de la reencarnación no es nueva, sino que «procede de Pitágoras» y que este la tomó de «los filósofos indios y egipcios, entre los cuales existía desde tiempo inmemorial».
- La antigüedad de la doctrina es vista como una «prueba favorable» de su seriedad.
- Se establece una distinción importante entre la metempsicosis antigua (que incluía la transmigración a animales) y la doctrina espírita moderna, que «rechazan del modo más absoluto la transmigración del alma del hombre a los animales y viceversa.
Ley Natural y Progresiva
- El espiritismo se presenta como una «leyes de la naturaleza» que debe haber existido «desde el origen de los tiempos».
- La doctrina espírita de la reencarnación se ofrece bajo un aspecto «más racional, más conforme con las leyes progresivas de la naturaleza y más en armonía con la sabiduría del Creador, despojándola de todos los accesorios de la superstición».
- Se menciona que los Espíritus han enseñado esta doctrina de forma generalizada en «comarcas distintas» y «desde antes de su publicación».
Refutación de Objeciones Comunes
- Se aborda la objeción de aquellos que rechazan la reencarnación simplemente porque «no les conviene» o porque «bastante tienen con una sola existencia». Los espíritus responden: «si creen que Dios les haya pedido parecer y consultado su gusto para arreglar el universo» y que «si deben volver a vivir corporalmente, lo harán, se reencarnarán».
- Se compara esta objeción con un enfermo que no quiere sufrir más mañana, señalando que el sufrimiento es necesario hasta la curación.
- Se argumenta que la doctrina espírita sobre la reencarnación no es tan terrible como algunos creen, ya que «la condición de la nueva existencia depende de ellos: que será feliz o desgraciada, según lo que en la Tierra hagan, y que pueden elevarse tanto, desde esta vida, que no abrigarán temores de caer nuevamente en el lodazal».
La Reencarnación explica las desigualdades humanas innatas.
- Kardec, haciendo «abstracción de la enseñanza de los Espíritus» y tratándolo como «estudio filosófico», plantea varias preguntas fundamentales sobre las desigualdades humanas si solo existiera una vida:
- «¿Por qué el alma manifiesta aptitudes tan diversas e independientes de las ideas proporcionadas por la educación?»
- «¿De dónde proviene la aptitud extraordinaria de algunos niños de tierna edad para tal arte o ciencia, mientras otros no pasan de ser incapaces o medianías durante toda su vida?»
- «¿De dónde proceden las ideas innatas o intuitivas de unos, de las cuales carecen otros?»
- «¿De dónde vienen en ciertos niños esos instintos precoces de vicios o virtudes, esos sentimientos innatos de dignidad o de bajeza que contrastan con la sociedad en que han nacido?»
- «¿Por qué haciendo abstracción de la educación, están más adelantados unos hombres que otros?»
- «¿Por qué hay salvajes y hombres civilizados?»
- Se descarta la explicación de que las aptitudes diversas dependan del organismo, calificándola de «doctrina más monstruosa e inmoral» que reduciría al hombre a una «máquina, juguete de la materia».
- También se descarta la idea de que Dios crea almas desiguales desde el principio, ya que sería contraria a su «justicia y con el amor que igualmente profesa a sus criaturas».
- Se propone que «una sucesión de existencias anteriores progresivas» es la única explicación: «Los hombres nacen con la intuición de lo que ya han aprendido. Están más o menos adelantados según el número de existencias que han recorrido».
- Esta teoría se presenta como «sencilla, natural y lógica», en contraste con otras teorías que no explican los hechos observados.
La Reencarnación y el Futuro del Alma
- Las dificultades se extienden al considerar el futuro del alma si solo hay una existencia. Se cuestiona la posición de salvajes y civilizados, de quienes trabajan para mejorarse y quienes no, de quienes obran mal por falta de instrucción, de los que mueren antes de recibir la luz, y de los niños que mueren tempranamente.
- Se argumenta que si «Admitid las existencias consecutivas y todo se explica conforme a la justicia de Dios. Lo que no ha podido hacerse en una existencia se hace en otra. Así es como nadie escapa a la ley del progreso, cada uno será recompensado según su mérito real, y ninguno queda excluido de la felicidad suprema.
Compatibilidad con la Religión
- Se aborda la posible objeción de que la reencarnación no es admitida por la Iglesia.
- Se argumenta que la doctrina es «eminentemente moral y racional» y, por lo tanto, «no puede ser contrario a una religión que proclama que Dios es la bondad y la razón por excelencia».
- Se compara la situación con descubrimientos científicos anteriores (como el movimiento de la Tierra) que inicialmente parecieron contradecir los textos sagrados, pero que la Iglesia finalmente aceptó.
- Se afirma que el principio de la reencarnación «se deduce, por otra parte, de muchos pasajes de las Escrituras y se encuentra notoriamente formulado de un modo explícito en el Evangelio».
- Se cita el pasaje de Mateo (Cap. XVII, v. 9, 10, 11) donde Jesús identifica a Juan Bautista como Elías reencarnado: «Pues en efecto, Elías ha de venir, y entonces restablecerá todas las cosas. Pero yo os declaro que Elías ya vino, y no lo conocieron, sino que hicieron con él todo cuanto quisieron. Así también harán ellos padecer al Hijo del hombre”. Entonces entendieron los discípulos que les había hablado de Juan Bautista.»
- Se cita también el pasaje de Juan (Cap. III, v. 3-5) sobre nacer de nuevo como una posible referencia a la reencarnación: «En verdad, en verdad te digo, que si un hombre no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.»
- Se concluye que la enseñanza espírita es «eminentemente cristiana», basada en principios como la inmortalidad del alma, la justicia de Dios, el libre albedrío y la moral de Cristo.
La Lógica de la Reencarnación
- Independientemente de la creencia, se reitera que si la reencarnación existe, «no se dejará de sufrirla… a pesar de la creencia contraria».
- Se destaca que la adopción de la pluralidad de existencias por parte del autor no se debe únicamente a su origen espírita, sino a que «nos ha parecido la más lógica, y porque únicamente ella resuelve cuestiones hasta ahora insolubles».
- Se enfatiza que «el primer mérito de la idea de la pluralidad de existencias es, para nosotros, el de ser lógica. Tiene otro, que es el de estar confirmada por los hechos: hechos positivos y, por decirlo así, materiales».
- Se resume que la doctrina de la pluralidad de existencias es «la única que explica lo que, sin ella, es inexplicable; que es eminentemente consoladora y conforme con la más rigurosa justicia, y que es el ancla de salvación que Dios en su misericordia ha dado al hombre».
Conclusión
El capítulo V de «El Libro de los Espíritus» presenta un caso convincente a favor de la pluralidad de existencias como una ley natural fundamental. Argumenta que esta doctrina, aunque antigua, es la única explicación lógica y justa para las profundas desigualdades observadas en las aptitudes y el desarrollo moral e intelectual de los seres humanos. Ofrece una visión esperanzadora del progreso continuo del alma a través de múltiples vidas, alineada con la justicia y misericordia divina. Se defiende su compatibilidad con el cristianismo, interpretando pasajes bíblicos como evidencia de su presencia en enseñanzas antiguas. El capítulo concluye que la reencarnación es una doctrina racional, consoladora y esencial para comprender la naturaleza del alma y su destino.
( Del Curso Espírita de la F.E.E:)
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¿ LOS ANIMALES TIENEN ALMA?
Se puede observar que los animales, generalmente, tienen sentimientos y hasta un cierto grado de inteligencia, por lo que que rotundamente puedo afirmar que sí tienen un alma incipiente o más o menos desarrollada, según la especie animal de que se trate, y siempre diferente a la del ser humano, que por su grado de inteligencia acredita ser superior a la de cualquier especie animal. Sería una enorme injusticia si los animales no tuviesen un alma aun formada solamente por instintos más o menos primarios, porque ningún ser vivo
existe solamente como materia organizada con eso que se llama vida y sin más
perspectiva que la nada. Pero si solo fuesen materia organizada, ¿por quién
o por qué?. En los animales hay una energía inteligente que administra la
vida y la cohesión de esa materia que compone su cuerpo físico, aunque no me
refiero a una inteligencia consciente como sucede en el ser humano, sino a una
especie de inteligencia inconsciente, automática o instintiva.
Y no solo los animales tienen esa clase de alma, sino que por la misma razón, también existe un alma específica en los seres vivos del orden de los vegetales, aunque estas apenas son como un rudimento evolutivo comparadas con las del mundo animal. En un escalón evolutivo más atrasado que los que conforman el reino animal, está el reino vegetal, y aún antes de conformarse la energía de esa materia como un alma en ese reino de la naturaleza que clasificamos como reino vegetal, anteriormente esa misma energía que acompaña todas las formas materiales, ha cohesionado y se ha desarrollado antes en el reino mineral.
De
todos es sabido que las plantas crecen mejor y más saludables en un ambiente de
ondas sonoras armoniosas como lo es la música clásica, e incluso cuando
son tratadas con cariño por su cuidador. Todo esto parece ser
debido a que en realidad todos estamos inmersos en un espacio lleno de
vibraciones dentro de este conjunto psicobiológico
global que formamos entre todos los seres de este mundo.
Los animales tienen un alma adquirida y forjada a través de muchísimas experiencias a partir de otras formas de vida más elementales. Tengamos presente que la energía de la Vida, que se manifiesta en los Reinos de la Naturaleza, está inmersa en un proceso de desarrollo evolutivo continuo.
En
las plantas el alma es solamente un principio vital vegetativo que las
nutre y les hace crecer, pero en los animales esta energía
constituye un gran paso hacia adelante en la evolución de las energías
psíquicas que dan vida, movimiento e instinto a la materia.
El
alma animal no es como la humana porque a diferencia con la misma, en ella aún
no se ha fijado la Esencia Divina ya existente en la especie
humana con la misión de desarrollar a lo largo de un proceso evolutivo que
engloba miles de existencias en los mundos físicos, unas
facultades divinas de orden superior a las que puede alcanzar el reino
animal aun en su mayor exponente evolutivo, tales como la inteligencia
racional, el sentido de la justicia, de la bondad, de la belleza, del arte, etc,.
El
alma animal es una energía que conforma un principio espiritual rudimentario, dividido y diferenciado
por especies, sin conciencia de sí mismas, ni de su individualidad, por lo que
en los grupos de animales menos evolucionadas se podría pensar que este
alma existe globalmente dentro de cada especie, como una gran alma que se
manifiesta en todos sus miembros que se agrupan en la especie, como una sola
entidad, manifestándose en todos ellos de igual modo, de manera que
no tienen una individualidad psicológica pero funcionan y existen con arreglo a unas normas
fijas de comportamiento instintivo y atávico; (cómo ejemplo, recordemos el comportamiento
de los bancos de peces, las colmenas de abejas, etc.). Estas almas
grupales persisten y evolucionan a lo largo de los tiempos a través de sus
miembros que sin cesar permanecen en un continuo y rápido devenir en la
materia. Cuando el grado de desarrollo psíquico en esas almas grupales es
suficientemente desarrollado, junto a los instintos generales de la especie,
comienzan a manifestarse los primeros rudimentos de cierta inteligencia que
empieza a diferenciar comportamientos y tendencias que van
individualizando a los miembros y marcando individualidades dentro de la misma especie
animal.
Las
almas animales, al igual que las almas humanas, sobreviven a la
muerte del cuerpo y quedan en un estado de letargia durante el cual este alma
animal es recogida por Espíritus especializados en el proceso reencarnatorio
inmediato que experimentan los animales, y así , los encaminan repetidamente, una y
otra vez, a una nueva encarnación.
En animales que ya han alcanzado cierto grado evolutivo suficiente
para transformar su alma grupal e inconsciente en un alma con una conciencia rudimentaria , conscientes cada vez más de su individualidad, se
ven poco a poco inmersos en un proceso evolutivo superior, próximo
a la especie humana, en cuanto al sentido de su individualidad y de desarrollo de su inteligencia, y de ese modo comienzan a tomar consciencia de si mismos respecto a los demás miembros de su especie,(recordemos
las diferencias de comportamiento y temperamentos observadas entre los
individuos de ciertas especies, tal como perros, caballos, delfines, etc, Estos
especímenes ya comienzan a diferenciarse entre ellos por un cambio gradual de
“personalidad”) .
La
situación que ocupa el alma animal en la cadena evolutiva de los seres, tal como ya hemos dicho, está en proporción a su grado de su desarrollo psíquico, según la
especie que se trate.
El
alma animal se manifiesta a través de los instintos que conforman
un modo más o menos rudimentario de inteligencia irracional y
automática, e incluso en determinadas especies animales de mayor desarrollo evolutivo y que conviven estrechamente
con los seres humanos, en muchos de sus individuos el alma se desarrolla y se
manifiesta mediante cierto grado de raciocinio elemental, a veces “casi humano “.
El alma
animal, a diferencia de la Humana, solamente es capaz de elaborar aquello
que le entra a través de los sentidos físicos del cuerpo, sin
embargo el alma humana puede razonar y meditar siendo su capacidad
para filosofar, una de sus conquistas evolutivas; asimismo el alma humana, en
mayor o menor grado- según su nivel evolutivo espiritual- tiene un
sentido moral que le lleva a diferenciar el bien del
mal Además tiene consciencia de su ego y posee
creatividad, siendo capaz de amar y de crear arte, degustando y
elevándose espiritualmente con la armonía de su belleza.
El
alma animal al igual que la humana, también es capaz de sentir emociones y
sentimientos, a veces nobles en grado ejemplificante para el propio ser humano,
pero en este, a diferencia del animal, se conjugan las percepciones
físicas de los instintos animales que como ellos también tenemos por la
naturaleza animal que posemos, con las percepciones
extrasensoriales propias del alma humana que generalmente presenta
una superior elevación y conciencia del propio espíritu o “Yo”.
Desde un punto de vista científico, prestigiosos investigadores
de Universidades de USA, Inglaterra y Brasil, entre los que hay físicos,
biólogos, psicólogos, veterinarios, etc, han llegado a
manifestar las siguientes conclusiones:
- Los animales en
muchas especies, acreditan tener “reflejos inteligentes de un nivel equiparable
a niños de cuatro años de edad.
- En problemas
asociados con la resolución de cuestiones “existenciales, como la alimentación
y la protección, según la especie, sus individuos siguen mostrando capacidad
resolutiva e inteligencia.
-
Algunas especies gregarias, desarrollan un modo de vida en el que
incluyen el reparto social del trabajo, particulares formas o normas en la
manipulación de alimentos, castigos a los infractores de sus normas, y
reconciliación posterior, además de una necesaria cooperación entre ellos
para realizar actividades corrientes como la búsqueda de alimentos o la
vigilancia de sus predadores.
- Las
experiencias individuales, sirven de “guía” para la adaptación de
comportamientos en el grupo. Son significativas que estas ocurrencias
transmitidas del individuo al grupo, sirven de base para relaciones futuras.
- Las “habilidades”
aumentan a medida que subimos en la escala evolutiva. Entre ciertos mamíferos
se percibe una capacidad común para desarrollar las mismas habilidades,
transmitiendo sus ideas por la comprensión de símbolos. Existen distintos
niveles de inteligencia, tan dispares como número de especies existentes, y hay
estudios que relacionan el peso del cerebro con el del cuerpo para determinar
el nivel de inteligencia animal, circunstancia que aproxima, por ejemplo, al
delfín con el humano.
- Tienen emociones
que se exteriorizan más en las especies superiores en forma de placer, emoción,
dolor, miedo, pavor o rabia principalmente. El afecto y la lealtad son también
importantes en las especies más próximas con la convivencia humana, sin
que se trate de una imitación de los comportamientos humanos. Por
el contrario, los animales, en base a terapias con humanos en escuelas,
hospitales, etc, demuestran una personalidad propia,
desarrollando normalmente gustos y opiniones sobre cosas y personas
con las que se relacionan.
- Los animales
que conviven con el ser humano desde hace muchas generaciones, demuestran un
alto grado de sensibilidad, pudiendo “adivinar” las intenciones humanas, lo que
por ejemplo se observa en el intelecto canino.
- El
pensamiento animal es considerado como una forma de procesar
informaciones sobre modos de adaptarse a situaciones y condiciones del medio
ambiente, existiendo un tipo de cálculo particular, que está presente en
todos los cerebros animales.
- La
comunicación de los animales entre sí, permite en observaciones comparativas,
percibir diferencias dentro de individuos de la misma especie, demostrando
amistad, e incluso diferencias “culturales” entre miembros procedentes de
distintos lugares, tal como nos sucede a los humanos con los dialectos,
acentos, costumbres, etc.
- En
relación al lenguaje, algunas especies como el delfín, poseen un amplio
repertorio de palabras, mediante sonidos cortos y variados,
acreditando un grado de complejidad semejante a las lenguas humanas.
La
noción de individualidad en muchas especies, queda plasmada en los experimentos
hechos con individuos con espejos, en donde se reconocen y vemos como no les
agrada cualquier alteración de su apariencia física, como es
el cambio del color normal de su pelo por otro diferente.
- Actitudes como la simulación, la traición, la mentira, el engaño o la obtención de ventajas, son particulares del chimpancé que, precisamente, guarda en relación al humano una coincidencia genética de más del 98%. Individuos de esta especie consiguen aprender el lenguaje de señales de los sordo-mudos, así como a lidiar con números y operaciones aritméticas sencillas..
-
Diversas especies muestran una extraordinaria memoria cuando son capaces de
reconocerse entre los miembros de un grupo después de estar mucho
tiempo separados, así como del recuerdo de hechos pasados en fechas
lejanas en el tiempo.
- Las experiencias
individuales, sirven de “guía” para la adaptación de comportamientos en el
grupo. Son significativas que estas ocurrencias transmitidas del individuo al
grupo, sirven de base para relaciones futuras.
-
Las “habilidades” aumentan a medida que subimos en la escala evolutiva.
- Entre ciertos mamíferos se percibe una capacidad común para desarrollar las mismas habilidades, transmitiendo sus ideas por la comprensión de símbolos. Existen distintos niveles de inteligencia, tan dispares como número de especies existentes, y hay estudios que relacionan el peso del cerebro con el del cuerpo para determinar el nivel de inteligencia animal,
-
Tienen emociones que se exteriorizan más en las especies superiores en forma de
placer, dolor, miedo, pavor o rabia principalmente. El afecto y la lealtad son
también importantes en las especies más próximas con la convivencia
humana, sin que se trate de una imitación de los comportamientos
humanos. Por el contrario, los animales, en base a terapias con humanos en
escuelas, hospitales, etc, demuestran una personalidad
propia, desarrollando normalmente gustos y opiniones sobre cosas y
personas con las que se relacionan.
- Los animales
que conviven con el ser humano desde hace muchas generaciones, demuestran un
alto grado de sensibilidad, pudiendo “adivinar” las intenciones humanas, lo que
por ejemplo se observa en el intelecto canino.
- El pensamiento animal es considerado como una forma de procesar informaciones sobre modos de adaptarse a situaciones y condiciones del medio ambiente, existiendo un tipo de cálculo particular, que está presente en todos los cerebros animales.
Ante estas observaciones de
la Ciencia, creo que caminamos hacia una constatación de
que el principal rasgo que diferencia a los animales en la escala evolutiva con
respecto a la especie inmediata de superior evolución – la
humana-, es la inteligencia que se desarrolla en un infinito y
secuencial proceso.
Parece
evidente que los caracteres intelecto- cognitivos no son privilegio
de la especie humana, y estos residen en la sede espiritual que es responsable
de la “Memoria RAM” de cada ser, desde el más primitivo al más complejo, y esta
inteligencia evolutiva es una energía física que “no se pierde, sino
que se transforma”, tal como sentenció Lavoisier.
- José Luis Martín-
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“Es
bueno y justo que todo padre de familia, sin causar perjuicio a sus
propios hijos, conserve una parte de sus bienes para los otros seres animados,
o sea, los animales y las plantas. Porque ellos tienen la sensación de su
propia existencia, y por tanto, sienten alegrías y dolores.”
-
Código de Manú-
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PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LOS ESPÓRITUS SOBRE LOS INTERESES MORALES Y MATERIALES.
- ¿Pueden pedirse consejos a Espíritus?
Sí, ciertamente; los Espíritus buenos jamás, rehúsan ayudar a aquellos que les evocan con confianza, principalmente por lo que concierne al alma; pero rechazan a los hipócritas, aquellos que parece que quieren pedir la luz y se complacen en las tinieblas.
18. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre las cosas de intereses privados?
Alguna vez, según el motivo. Esto depende de aquellos a quienes uno se dirige. Los consejos concernientes a la vida privada, se dan con más exactitud por los Espíritus familiares, porque se unen a una persona y se interesan por lo que le concierne; es el amigo, el confidente de vuestros pensamientos más secretos; pero a menudo les fatigáis con preguntas tan descabelladas, que os dejan. Sería también absurdo el pedir cosas íntimas a Espíritus que os son extraños, lo mismo que si para esto os dirigierais al primer individuo que encontraseis en la calle.
Vosotros no deberías olvidar jamás que la puerilidad de las demandas es incompatible con la superioridad de los Espíritus.
19. Los Espíritus familiares, ¿pueden favorecer los intereses familiares por las revelaciones?
Pueden, y lo hacen algunas veces según las circunstancias, pero estad seguros que los Espíritus buenos nunca se prestan a servir a la ambición. Los malos hacen reflejar a vuestros ojos mil atractivos para estimularla y enseguida mixtificaros por la decepción. Sabed también, que si vuestra prueba es de sufrir tal o cual vicisitud, vuestros Espíritus protectores pueden ayudaros a suportarla con más resignación y endulzarla algunas veces; pero en interés de vuestro porvenir no les es permitido el libraros de ella, De la misma manera que un buen padre no concede a su hijo todo lo que desea.
Observación. — Nuestros Espíritus protectores pueden en algunas circunstancias, indicarnos el mejor camino, sin que por esto nos conduzcan con la mano; de otro modo perderíamos toda iniciativa y no nos atreveríamos a dar un paso sin su socorro, y esto sería en perjuicio de nuestro perfeccionamiento. Para progresar, el hombre necesita a menudo adquirir la experiencia a sus expensas; por esto los Espíritus prudentes, aconsejándonos, nos entregan muchas veces a nuestras propias fuerzas, como lo hace un hábil preceptor con sus discípulos. En las circunstancias ordinarias de la vida, nos aconsejan por la inspiración y de este modo nos dejan todo el mérito del bien, como nos dejan toda la responsabilidad de la mala acción.
Sería abusar de la condescendencia de los Espíritus familiares y comprender mal su misión, el preguntarles a cada instante sobre las cosas más vulgares como lo hacen ciertos médiums. Algunos de estos por cualquier cosa toman el lápiz y piden consejo sobre las cosas más sencillas. Esta manía denota la pequeñez de las ideas, al mismo tiempo hay la presunción de creer que siempre se tiene un Espíritu a sus órdenes, no teniendo otra cosa que hacer que ocuparse de nosotros y de nuestros pequeños intereses.
Es además, aniquilar su propio juicio y reducirse a un papel pasivo, sin provecho para la vida presente y con seguridad perjudicial para el adelantamiento futuro. Si hay puerilidad en preguntar a los Espíritus por cosas fútiles, no la hay menos de parte de los Espíritus que se ocupan espontáneamente de lo que pueden llamar detalles caseros; pueden ser buenos, pero seguramente son muy terrestres.
20. Si una persona deja al morir sus negocios en confusión, ¿puede pedirse a su Espíritu el que ayude a ponerlos en claro y se puede también preguntar sobre el haber real que ha dejado, en el caso que este haber no sea conocido, si es en interés de la justicia?
¿Vosotros olvidáis que la muerte es salir de los cuidados de la Tierra? Creéis vosotros que el Espíritu que es feliz por su libertad venga voluntariamente a volver a tomar su cadena y a ocuparse de cosas que ya no le pertenecen, para satisfacer la ambición de sus herederos que pueden haberse alegrado de su muerte con la esperanza de que les será más provechosa? Habla de justicia; pero la justicia está en la decepción de su codicia; es el principio de los castigos que Dios reserva a su ambición por los bienes de la Tierra. Por otra parte, los enredos que algunas veces deja la muerte de una persona hacen parte de las pruebas de esta vida, y no está en el poder de ningún Espíritu el libraros, porque están en los decretos de Dios.
Observación. — La contestación anterior contrariará sin duda aquellos que se figuran que los Espíritus no tienen otra cosa que hacer que el servirnos de auxiliares lúcidos para guiarnos, no hacia el cielo, sino sobre la Tierra. Otra consideración en apoyo de esta respuesta. Si un hombre ha dejado durante su vida sus negocios en desorden por incuria, no es verosímil que después de la muerte tenga por ello cuidado, porque debe ser feliz de haber quedado libre de las incomodidades que le causaban, y por poco que esté elevado les dará menos importancia como Espíritu que como hombre.
En cuanto a los bienes desconocidos que ha podido dejar, no tienen ningún motivo de interesarse por sus ávidos herederos que seguramente no se acordarían de él, si no esperasen sacar algún provecho, y si aun está imbuido de las pasiones humanas, puede tener un placer pernicioso por su contrariedad.
Si por interés de la justicia y de personas por las que tiene afecto, un Espíritu juzga útil hacer revelaciones de esta clase, lo hace espontáneamente, y para esto no tiene necesidad de ser médium, ni valerse de otro que lo sea; conduce al conocimiento de las cosas por circunstancias inesperadas, pero si esto no es por las preguntas que se le hacen, considerando que esta pregunta no puede cambiar la naturaleza de las pruebas que deben sufrir; sería más bien a propósito para agravarlas, porque casi siempre es un indicio de avaricia, y prueba al Espíritu que se ocupan de él por interés.
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