INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El Espiritismo, refutando los errores del catolicismo romano
2.- La alimentación de los Espíritus
3.- Mientras dormimos
4.- Consejos para la Nueva Era (Psicografía)
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El espiritismo refutando los
errores del catolicismo romano
El Diario de Barcelona correspondiente al 17 de agosto de 1877, copia un artículo del The Standard y se comprende que al copiarlo, se hace solidario de las ideas del colega británico. El artículo en cuestión lleva por epígrafe: El mundo de los espíritus, con una llamada que dice: Home, Luz y Sombra del Espiritismo, 1877.
No es nuestro ánimo hablar sobre el citado libro espiritista porque no lo hemos leído, únicamente haremos algunas reflexiones sobre uno de los últimos párrafos, escrito en sentido crítico, que es digno de ser leído y comentado. Dice así:
“Practicados como él los practica (M. Home), estos artificios se convierten, (así quiere que lo creamos) en grandes y nobles servidores de la virtud y la religión, dignos de toda protección por parte de los filósofos y cristianos. Pero, a nuestro modo de ver ciertamente, según este libro lo atestigua, no existen términos hábiles para que ni cristianos ni filósofos les concedan ninguna clase de protección. Sean lo que quieren los fenómenos realizados delante de M. Home, o Serjeant Cox, explicables e inexplicables, lo que el sentido común reclama y tiene derecho de reclamar, antes de otorgar crédito a una “Monstruosidad como el Espiritismo”, es la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué utilidad y ventajas pueden producir esas manifestaciones y maravillas? ¿Ha habido algún hombre que a causa de ellas se haya hecho mejor, más prudente o más veraz? ¿Se ha hecho algún descubrimiento; se ha realizado alguna predicción; se ha efectuado una mera curación; ha salido un rayo de luz de entre las tinieblas, que no haya podido con facilidad ser obra de un par de charlatanes o brujos de una sala de prestidigitación?” “A preguntas como estas no es posible replicar sino con una absoluta negativa, que de una vez y para siempre arroje toda el sistema al abismo de los frívolos y perversos engaños. Ni aprovecha al género humano en este mundo, ni ofrece provecho alguno en el otro. Por el contrario, la eternidad al otro lado de la tumba aparece espantosa”.
Este párrafo requiere no una contestación de nuestra débil pluma, sino las concluyentes argumentaciones de Allan Kardec que anticipadamente ha contestado a todas las escuelas que creyeran que el Espiritismo era una monstruosidad. Escuchemos lo que dice el maestro, entiéndase bien que le llamamos el maestro, no el pontífice, porque los espiritistas no le concedemos a nadie el pontificado en el sentido que a esa palabra le quieren dar. Después de Dios, no reconocemos más pontificado que el de la ciencia y la razón; y Allan Kardec era un hombre razonable por excelencia. Hablando del principio espiritual en su libro La Génesis (capítulo Xl, Génesis espiritual, Principio espiritual, N° 2, 3, 4, 7, 8 y 9) dice lo que sigue:
2.”El principio espiritual es el corolario de la existencia de Dios; sin este principio, no tendría Dios razón de ser, Porque no se concebiría el soberano poder ni la infinita inteligencia, reinando eternamente sobre la materia bruta, del mismo modo que no se comprendería un soberano terrestre, ejerciendo su reinado sobre las piedras. Y como no se puede comprender a Dios sin los atributos esenciales de la divinidad, entre los cuales descuellan la justicia y la bondad, éstos carecerían de objeto si sólo hubiesen de ejercitarse sobre la materia”.
3.Por otra parte, no podría concebirse un Dios justo y bueno en sumo grado, creando siempre seres inteligentes y sensibles para reducirlos a la nada después de algunos instantes de sufrimientos sin compensación; recreando su vista en esta sucesión indefinida de seres que nacen sin haberlo solicitado, que piensan un instante para no conocer más que el dolor, y que se disipan para siempre después de una existencia efímera”. “Sin la supervivencia del ser inteligente, los sufrimientos de la vida serían, de parte de Dios, una crueldad sin objeto. Por eso el materialismo y el ateísmo son corolarios recíprocos: negando la causa se niega el efecto, y negando el efecto no puede admitirse la causa. El materialismo es, pues, consecuente consigo mismo, ya que no lo es con la razón”.
4. “La idea de la perpetuidad del ser espiritual, es innata en el hombre; está en él como una intuición y una aspiración; comprende que en eso está la verdadera compensación de las miserias de la vida, y por lo mismo ha habido y habrá siempre más espiritualistas que materialistas, y más deístas que ateos”. “A la idea intuitiva y a la fuerza del razonamiento, añade el Espiritismo la sanción de los hechos, la prueba material de la existencia del ser espiritual, de su supervivencia, de su inmortalidad y de su individualidad; precisa y define lo que este pensamiento tenía de vago y de abstracto, y nos muestra al ser inteligente en acción independiente de la materia, sea después, sea durante la vida del cuerpo”.
7.”Todos los espíritus tienen un mismo punto de partida, todos son creados simples e ignorantes con igual aptitud para progresar mediante su actividad individual, que todos han de alcanzar el grado de perfección compatible con la criatura por sus esfuerzos personales; que siendo todos hijos de un mismo padre, son objeto de igual cariño; que no hay ninguno más favorecido o mejor dotado que los otros, ni dispensado del trabajo impuesto a los demás para lograr su objeto”.
8.Al mismo tiempo que Dios ha creado mundos materiales de toda eternidad, ha creado de toda eternidad también seres espirituales, sin lo cual los mundos materiales no hubiesen tenido objeto. Se concebirían mejor los seres espirituales, sin los mundos materiales que éstos sin aquéllos. Son los mundos materiales los que deben suministrar a los seres espirituales elementos de actividad para el desarrollo de su inteligencia”.
9.”El progreso es la condición normal de los seres espirituales y la perfección relativa al objeto que deben alcanzar, mas habiendo creado Dios de toda eternidad y creando sin cesar espíritus, de toda eternidad también los ha de haber que hayan alcanzado el punto culminante de la escala”.
“Antes que la Tierra fuese, unos mundos habían sucedido a otros mundos, y cuando la Tierra salió del caos de los elementos, el espacio estaba poblado de seres espirituales en todos los grados de adelantamiento, desde, los que nacen a la vida, hasta los que de toda eternidad habían llegado a la categoría de espíritus puros vulgarmente llamados ángeles”.
Ahora preguntamos nosotros a las personas sensatas:
¿Qué monstruosidad encierran las líneas anteriores?;¿Dónde está esa eternidad espantosa?; ¿En el progreso indefinido de los espíritus?;¿En esa vida infinita susceptible de todos los adelantos, y de todas las perfecciones?;¿Qué eleva más al espíritu?; ¿La creencia en una fatalidad implacable, o en una casualidad, inconsciente, o la certeza de que ha sido creado para ser un sacerdote del progreso?, ¿Las criaturas que nacen en una cárcel, o en un hospital, que pasan su infancia en un asilo, la juventud en el pillaje, la edad madura en un presidio y la vejez pidiendo una limosna, qué idea se formarán de Dios, no teniendo la más leve noción de la eternidad?
Si crean en su mente ese fantasma será para imprecarle, porque tienen derecho para decir:
¿Antes de nacer qué crimen cometí, para venir a ver la luz entre leprosos o entre criminales? En cambio, conociendo la monstruosidad del Espiritismo, se sabe muy bien que en Dios no hay injusticia, que somos, lo que hemos querido ser. Esto que a muchos seres nos mortifica muchísimo, de una manera extraordinaria, es quizás, y sin quizá, el tormento mayor que tiene el hombre. ¡Oh es horrible llegar a conocerse uno a sí mismo, porque siempre tratamos de decir: Me indujeron. Me aconsejaron. Me dominó la pasión. Pero con el Espiritismo no hay subterfugios que valgan. Uno se ve tal cual es; y no hay nada más triste que contemplarse uno a sí mismo. Esa humillación íntima es el infierno del hombre.
Hay algunas personas (las menos, desgraciadamente), cuya existencia tranquila, deslizada en el estricto cumplimiento de sus deberes, como por ejemplo la mujer que se casa joven y consagra su vida a su marido y a sus hijos, y crea una familia virtuosa, para esa mujer que no ha salido del santuario del hogar doméstico, no puede repugnarle su presente, ni asustarle su porvenir y debe sonreír ante su pasado, si recuerda las sabias palabras de San Agustín: “A cada uno según sus obras”.
Dicen qué utilidad y qué ventajas pueden producir las manifestaciones maravillosas de los espíritus. Producen la de fijar nuestra incierta atención, que no bastándole al hombre su propia razón, le hacen falta efectos de relumbrón: necesita mirar como los niños un juguete para conseguir que se esté quieto e hiriendo vivamente su imaginación, se despierta su curiosidad. Tanta es nuestra inferioridad moral, que necesitamos que empleen con nosotros los mismos medios que con los salvajes, que se les atrae enseñándoles baratijas; y a nosotros nos han hecho reparar los espíritus en la danza de las mesas, en los ruidos inusitados, en el movimiento de todos los muebles y otras mil manifestaciones sin consecuencia, para venir a decirnos al fin que la vida del hombre era infinita, que el criminal con el transcurso de los siglos sería un apóstol de Cristo y que éramos dueños de nuestro porvenir.
¿Quién diría que aquel fútil entretenimiento daría por resultado el que pusiéramos en práctica lo que hace tantos siglos nos aconsejó el filósofo diciéndonos: Conócete a ti mismo? Dicen que si a causa de las demostraciones espirituales, ha habido algún hombre que se haya hecho mejor, más prudente, y más veraz, nuestros contrarios dicen que ninguno. ¡Asegurar es ….!
En cambio nosotros podemos afirmar, que centenares y millones de hombres han mejorado sus costumbres: no convirtiéndose en santos ni en fanáticos, haciendo ridiculeces y confesiones declamatorias, no; pero sí mejorando su proceder en el silencio y en la oscuridad, en el seno de la familia, en la intimidad del hogar, allí hemos visto abrirse lentamente la modesta violeta de la virtud, y la tierna sensitiva del amor. Quizá por un misterio que nuestra inteligencia no comprende, los hombres llamados a figurar en el Espiritismo (y en todas las grandes escuelas filosóficas) no reúnen algunos de ellos, todas las condiciones apetecibles de la perfección relativa a este planeta; difunden la luz, y suelen vivir ellos a oscuras, efecto sin duda del gran desnivel que existe entre su adelanto intelectual y su comprensión moral. Más, por esto, el ideal no se pierde.
¿Qué es un hombre? ¿Qué son centenares de criaturas? ¿Qué es, en fin, una generación entera para derribar una filosofía basada en la razón y en la moral más pura? Menos que una gota de rocío luchando con el océano.
Además que el Espiritismo no pretende santificar a la humanidad, únicamente desea presentarle al hombre la prueba irrecusable de la eternidad de su vida, y necio fuera creer que criminales endurecidos, como somos nosotros (que así lo atestigua nuestra estancia en la Tierra), nos pudiéramos regenerar en un segundo; lo único que se puede conseguir en el breve plazo de una existencia, aunque ésta dure un siglo, es modificarse, perder un poco nuestro orgullo íntimo, y mirar con noble envidia, no a los ricos, ni a los potentados de la Tierra, sino a los humildes, a esa caterva de seres que viven oscurecidos practicando en el rincón de su casa las más grandes virtudes. Si contemplando a una mujer del pueblo, admirando su laboriosidad, su sensatez y su gran corazón, murmuramos con melancolía, ¡quién fuera como ella! ya hemos dado un paso, reconociendo nuestra inferioridad.
El Espiritismo si no consigue hacernos practicar la virtud, nos manifiesta claramente que sólo el bien, produce el bien. ¿Y se cree que esto no es una ventaja positiva, de resultados altamente trascendentales? Viviendo el hombre en la profunda convicción, que él es árbitro de su destino, si había de cometer cien crímenes, evitará llevar a cabo cincuenta y los restantes que cometa despertarán en él grandes remordimientos, y más vale algo que nada. Dicen que si se ha realizado alguna predicción hecha por los espíritus.
Téngase muy en cuenta que la misión del Espiritismo no es darnos augures, ni oráculos, ni sibilas; por consiguiente no necesita cumplirse ninguna predicción, porque los espíritus no se entretienen hoy por hoy, en decirnos la buenaventura, únicamente nos aconsejan que seamos buenos. Siempre nos dicen lo mismo porque es lo que realmente nos hace más falta; buenos consejos para salir de este círculo de hierro que nuestro triste ayer nos ha trazado. Dicen que por el Espiritismo no se ha efectuado ni una mera curación. ¡Decir es! cuando el Espiritismo le ha servido de poderoso aliado al magnetismo, y se ha estudiado la ley de los fluidos con notable aprovechamiento, con verdadero conocimiento de causa, y el charlatanismo tiene que doblar su cabeza ante la irrefutable verdad de los hechos. Veamos lo que sobre el fluido universal nos dice Allan Kardec, en su libro La Génesis (capítulo XIV, Los fluidos, Explicación de algunos hechos tenidos por sobrenaturales, 31, 32, 33 y 34):
31.”El fluido universal es como se ha visto, el elemento primitivo del cuerpo carnal y del periespíritu, los cuales no son sino transformaciones del mismo. Este fluido por la identidad de su naturaleza, puede suministrar al cuerpo los elementos reparadores de que tenga necesidad. Estando condensado en el periespíritu, el agente propulsor en el espíritu encarnado o no, que infiltra en un cuerpo deteriorado una parte de la sustancia de su envoltura fluídica. La curación se verifica por la sustitución de una molécula sana por otra enferma. La potencia curativa será, pues, proporcional a la pureza de la sustancia inoculada; depende además de la energía de la voluntad que provoca una emisión fluídica más abundante y da a1flui o mayor agudeza o fuerza de penetración, y en fin, de las intenciones que animan al que desea curar, sea hombre o espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura, son como sustancias medicinales alteradas”.
32.”Los efectos de la acción fluidica sobre los enfermos son extremadamente variados según las circunstancias: esta acción es a veces lenta y reclama un tratamiento sostenido, como es el magnetismo ordinario; otras es rápida, como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas de un poder tal, que obtienen en ciertos enfermos curaciones instantáneas con sólo imponerles las manos y aún por el solo acto de la voluntad. Entre los dos extremos de esta facultad hay matices variados hasta el infinito”. “Todas las curaciones de este género son variedades del magnetismo y no se en diferencian sino por la potencia y la prontitud de la acción. El principio es constantemente el mismo; es el fluido que representa el papel de agente terapéutico, y cuyo efecto está subordinado a su cualidad y circunstancias especiales”.
33.”La acción magnética puede producirse de varias maneras:
1º Por el fluido mismo del magnetizador, en este caso, es el magnetismo propiamente dicho, o sea magnetismo humano, cuya acción está subordinada a la potencia y sobre todo a la calidad del fluido.
2° Por el fluido de los espíritus que obra directamente y sin intermediarios sobre un encarnado, ya para calmar o curar un padecimiento, ya para provocar el sueño sonambúlico espontáneo, ya para ejercer sobre el individuo una influencia física o moral cualquiera. Este es el magnetismo espiritual, cuya calidad está en relación con las cualidades del espíritu.
3° Por el fluido que los espíritus emiten sobre el magnetizador al cual éste sirve de conductor. Este es el magnetismo mixto semiespiritual o si se quiere humano-espiritual. El fluido espiritual, combinado con el fluido humano, da a este último las cualidades que le faltan. El concurso de los espíritus en tal caso, es a veces espontáneo, pero las más de las veces es provocado por la evocación o llamamiento del magnetizador”.
34. “La facultad de curar por el influjo fluídico es muy común y puede desarrollarse por el ejercicio; pero la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara, y su apogeo puede considerarse como excepcional; no obstante, se han visto en diversas épocas y en casi todos los pueblos, individuos que la han poseído en grado eminente. En estos últimos tiempos se han visto varios ejemplos notables cuya autenticidad es incuestionable. Puesto que esta clase de curaciones tienen por fundamento un principio natural y que el poder de hacerlas no es un privilegio, es que no salen de las leyes naturales y no tienen nada de milagrosas, sino en la apariencia”.
Ciertamente que existen estos médiums poderosos, hemos tenido la fortuna de conocer a varios, entre ellos a uno cuya voluntad convertida en potencia, ha dado la salud instantáneamente a muchos enfermos, sin que por esto creamos que el tal médium sea un santo bajado del cielo.
Nosotros no le damos a nada ni a nadie un tinte mágico ni un carácter milagroso: aceptamos todos los efectos como sencillas demostraciones de las leyes naturales, y es indisputable que el Espiritismo con sus manifestaciones ha hecho pensar a muchos en lo que nunca habían pensado, y han desarrollado condiciones que ellos ignoraban. Que esto haya dado lugar a supercherías y engaños, no implica nada en contra del Espiritismo, que como dice Allan Kardec sobre los caracteres de los milagros: De que el Espiritismo admita los efectos que son consecuencia de la existencia del alma, no se deduce que acepte todos los efectos calificados como maravillosos, ni que trate de justificarlos y acreditarlos; que se haga campeón de todos los soñadores, de todas las utopías, de todas las excentricidades sistemáticas, de todos los romances y leyendas milagrosas. Es preciso conocerle poco para juzgarlo así.
Sus adversarios creen oponerle algún argumento irrefutable, cuando después de haber hecho muy eruditas investigaciones sobre los convulsionarios de Saint Medard, los Camisardos de las Cévennes, o las religiosas de Loundun, han llegado a descubrir en ellos hechos evidentes de superchería e impostura que nada niega.
Pero, ¿son acaso esas historias el Evangelio del Espiritismo? ¿Han negado acaso sus partidarios que el charlatanismo ha explotado ciertos hechos; que la imaginación ha fraguado otros y que el fanatismo ha exagerado mucho? El Espiritismo no es solidario de las extravagancias que pueden cometerse en su nombre, como la verdadera ciencia no lo es de los abusos de la ignorancia, ni la verdadera religión de los excesos del fanatismo. Muchos críticos juzgan al Espiritismo por los cuentos fantásticos y las leyendas populares, que son puras y simplemente novelas imaginarias; pero esto es lo mismo que juzgar la historia por los dramas y novelas que se dicen históricos.
Dicen, por último, ¿que si ha salido un rayo de luz de entre las tinieblas que no haya podido con facilidad ser obra de un par de charlatanes? No ha salido un rayo de luz; han aparecido mil y mil soles, innumerables sistemas planetarios, porque todas las grandes cosas tienen humildes principios, y de los visionarios que se han entretenido en ver danzar las mesas, han salido esos locos sublimes, esos genios que el mundo llama sabios, esas lumbreras de la ciencia y del sentimiento, esos apóstoles de la razón, esos profundos deístas llamados Allan Kardec, Pezzani, Flammarion, Víctor Hugo y tantos y tantos hombres ilustres cuyos nombres sería prolijo enumerar. Es inútil que se quieran oponer al eterno adelanto del titán de los siglos. El progreso avanzará siempre, porque su destino es avanzar, y el Espiritismo es la síntesis del progreso, porque aspira a la regeneración de la humanidad. Su lema es hacia Dios por la caridad y la ciencia. Decía Hippel que la imaginación es el pulmón del alma y nosotros decimos que el Espiritismo es el pulmón de la eternidad.
Amalia Domingo Soler,
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LA ALIMENTACIÓN DE LOS ESPÍRITUS
( Por el Dr. Ricardo di Bernardi )
Hay un consenso en las informaciones de los amigos espirituales en lo que atañe a este asunto Aunque en esencia espiritual el ser no tenga forma, porque el principio inteligente, los Espíritus de mediana evolución, o sea, aquellos relacionados con nuestro planeta, poseen un cuerpo espiritual anatómicamente definido y con fisiología propia.
De los planos espirituales, tenemos noticias por médiums totalmente fiables, como Chico Xavier, Divaldo Franco, etc, de la organización de comunidades sociales que constituyen los Espíritus, a veces semejantes a la terrestres.
Aun ateniéndonos al criterio kardecista de valorar un concepto solo cuando de èl haya multitud de fuentes serias, confirmándolo, nos referiremos al cuerpo espiritual y su alimentación.
La energía cósmica que llena el Universo (" fluido cósmico "), es la materia prima que bajo el comando mental de los Espíritus, es utilizada para la constitución de los objetos por ellos manipulados. Ved en el Libro de los Médiums, capítulo de "El laboratorio del Mundo Invisible".
El cuerpo de los Espíritus, mencionado hasta por el Apóstol Pablo y conocido por las diferentes religiones y doctrinas como Periespíritu, Cuerpo Astral, Psicosoma y más de cien sinónimos, es constituido de un tipo de materia derivada de la energía cósmica universal, ( Fluido Cósmico Universal ).
El cuerpo espiritual es moldeable conforme a las emanaciones mentales del Espíritu. Cada Espíritu presenta su Periespíritu o Cuerpo Espiritual con el aspecto correspondiente a su elevación intelecto-moral. Su estado psíquico determina la sutilidad de su cuerpo.
Conforme se tiene noticia a través de diversos autores espirituales, el cuerpo espiritual se presenta estructurado por aparatos o sistemas que se constituyen por órganos. Estos están estructurados por tejidos que a su vez son constituidos por células, Hay inclusive patologías celulares tratadas en hospitales de la espiritualidad. El llamado Mundo Espiritual es ( en nuestro nivel), un mundo material de otra dimensión
Las células del cuerpo espiritual, en un nivel más detallado, son formadas por moléculas que se constituyen de átomos. Los átomos del periespiritu están formados por elementos químicos nuestros conocidos más allá de otros desconocidos del hombre encarnado.
En las obras de Gustavo Geley, como de Jorge Andrea, hay referencias más especificas.
Para no alargas estas consideraciones, diríamos que el cuerpo de los Espíritus está compuesto por unidades estructurales que presentan una vibración constante. Sabemos por los más elementales principios de la Física, que todo cuerpo en movimiento ( vibración) en el Universo, gasta energía, luego necesita reponerla, lo que equivale a alimentarse.´
Las leyes de la Física no son leyes humanas, sino divinas ( o naturales), a las cuales están sujetos todos los elementos del cosmos. Hay por tanto un desgaste energético natural del cuerpo espiritual por sus actividades, lo cual le lleva a la necesidad de ser alimentado por fuentes de energía.
Dependiendo del nivel evolutivo del Espíritu y consecuentemente la densidad del periespiritu, varía la calidad del alimento o energía que necesita para mantener sus actividades. Los Espíritus Superiores simplemente absorben del Cosmos los elementos energéticos ("fluídicos") que necesitan, Al colocarse en oración ( en el sentido más profundo), sintonizan con niveles energéticos aún más elevados (frecuencias más altas) prenden para sí el influjo magnético revitalizador, alimentando sus " baterías espirituales".
En relación a los Espíritus más relacionados con nuestra realidad, o sea, que aún presentan dificultades en superar tendencias egoístas, por tanto presentando en su cuerpo espiritual una mayor densidad, por lo que las necesidades energéticas son proporcionalmente más densas.
En las colonias espirituales los Espíritus necesitan de la ingestión de alimentos energéticamente más densos, haciéndolo de forma muy similar a nosotros los encarnados. A propósito, recomendamos el estudio de la obra de André Luiz, "Nuestro Hogar", que fue precursora de decenas de otras en las que se hace referencia a la alimentación, hasta las más recientes "Violetas en la Ventana", etc.
Las unidades energéticas del Espíritu, los núcleos de potenciación, con el paso del tiempo, van teniendo cada vez mayor dificultad para recargarse, cuanto más primitiva sea la evolución de la Entidad espiritual. Ocurre un desgaste progresivo de estas unidades energéticas, que pasan a vibrar más lentamente. A medida que las vibraciones se vuelven más lentas por el desgaste y hay dificultad de reponer las energías, se va procesando una neutralización energética con reducción progresiva de las actividades del Espíritu, Cuando este proceso se instala determina un sopor o somnolencia de la Entidad, impulsándola a la reencarnación automática o compulsiva.
- Dr. Ricardo di Bernardi -
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MIENTRAS DORMIMOS
»¡Pobres hombres, cuán poco conocéis hasta los más vulgares fenómenos de la vida!
Creéis ser muy sabios, y las cosas más insignificantes os ponen en aprietos. A esta pregunta que os dirigen los niños: ¿Qué hacemos cuando dormimos? ¿Qué son los sueños? Os quedáis mudos.
»El sueño libra parcialmente al alma del cuerpo. Cuando uno duerme se encuentra por un momento en el mismo estado en que fijamente se halla después de la muerte. Los espíritus que con prontitud se separan de la materia en el acto de la muerte, han tenido sueños inteligentes. Cuando duermen se unen de nuevo a la sociedad de otros seres superiores a ellos; viajan, hablan y se instruyen con ellos, y hasta trabajan en obras que encuentran completamente hechas al morir. Esto debe enseñaros una vez más a no temer a la muerte, puesto que, según las palabras del santo, morís todos los días.
Esto respecto de los espíritus elevados. Pero cuando a la mayoría de los hombres que, al morir, han de permanecer durante mucho tiempo en esa turbación, en esa incertidumbre de que os han hablado, van a mundos inferiores a la tierra, a donde les llaman antiguos afectos, o buscan quizá placeres más bajos que los que tienen, y doctrinas más viles aún, más innobles, más nocivas que las que entre vosotros profesan. Y lo que engendra la simpatía en la tierra no es otra cosa que el hecho de sentirse uno al despertar, aproximado por el corazón a aquellos con quienes se acaban de pasar ocho o nueve horas de dicha o de placer. Explica también esas antipatías invencibles el conocer en el fondo del corazón que tales gentes tienen distinta conciencia de la nuestra; porque las reconocemos sin haberlas visto nunca con los ojos.
Explica asimismo la indiferencia; porque no nos inclinamos a buscar nuevos amigos,
sabiendo que tenemos otros que nos aman y nos quieren. En una palabra, el sueño influye en vuestra vida más de lo que pensáis.
sabiendo que tenemos otros que nos aman y nos quieren. En una palabra, el sueño influye en vuestra vida más de lo que pensáis.
Por medio del sueño, los espíritus encarnados están siempre en relación con el mundo de los espíritus, y por esto los superiores consienten sin mucha repugnancia en encarnarse entre vosotros. Dios ha querido que, durante su contacto con el vicio, puedan ir en busca de fuerzas al origen del bien, para que ellos, que vienen a instruir a los otros, no falten también. El sueño es la puerta que Dios les ha abierto para con sus amigos del cielo; es el recreo después del trabajo anunciando que llega la libertad final que ha de restituirlos a su verdadero centro.
»El sueño es el recuerdo de lo que ha visto vuestro espíritu mientras dormíais; pero
observad que no siempre soñáis; porque no recordáis siempre todo lo que habéis visto. No está vuestra alma en todo su desarrollo, y a menudo el sueño no es más que el recuerdo de la turbación que se une a vuestra partida o a vuestro regreso, al cual se junta el de lo que habéis hecho O que os preocupa en estado de vela. Y de no ser así, ¿ cómo explicaríais esos sueños absurdos que tiene tanto el más sabio, como el más ignorante? Los espíritus malos se aprovechan también de los sueños para atormentar a las almas débiles y pusilánimes.
observad que no siempre soñáis; porque no recordáis siempre todo lo que habéis visto. No está vuestra alma en todo su desarrollo, y a menudo el sueño no es más que el recuerdo de la turbación que se une a vuestra partida o a vuestro regreso, al cual se junta el de lo que habéis hecho O que os preocupa en estado de vela. Y de no ser así, ¿ cómo explicaríais esos sueños absurdos que tiene tanto el más sabio, como el más ignorante? Los espíritus malos se aprovechan también de los sueños para atormentar a las almas débiles y pusilánimes.
»Por lo demás, dentro de poco veréis desarrollarse otra especie de sueños, que aunque tan antigua como la que conocéis, la ignoráis ahora. El sueño de Juana de Arco, de Jacob, de profetas judaicos y de adivinos indios, sueño que es el recuerdo que el alma completamente separada del cuerpo, conserva de la segunda vida de que os hablaba hace un momento.
»Procurad distinguir bien estas dos especies de sueños en aquellos que recordéis, pues sin ello caeríais en contradicciones y errores que serían funestos a vuestra fe».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
ALLAN KARDEC
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CONSEJOS PARA LA NUEVA ERA
( Psicografía)
En el nombre del Padre.
Hijitos míos. En el nuevo ciclo que pronto comienza, permitirme que os aconseje sobre la conveniencia de dulcificar vuestras acciones aplicando las enseñanzas del Maestro Jesús, para que Él interceda por todos vosotros al Rey de la Creación, empezando por vuestros Seres queridos y también por todos cuantos os rodean, sin distinción de raza, color y creencias. ya que todos los seres vivientes, prójimo, animales y plantas, son vuestros hermanos. Por eso os recomiendo que mientras estéis en el camino, emplead con ellos palabras de amor, comprensión y tolerancia.
Si los problemas que estáis sufriendo son insufribles, más mérito tendréis a los ojos de Dios; solo pedid fuerzas y no os faltarán.
Los Seres que os rodean, tanto visibles como invisibles, animales y plantas, son criaturas salidas de las manos del Padre y si queréis llegar algún día a los Mundos de Paz y Sosiego, hoy tenéis la oportunidad de ir labrando el camino. Actuad con Amor, amados míos, ya sabéis como hacerlo, renunciando a todo, amando con pasión, como nos amó el Maestro, porque el tiempo se puede acabar mañana, o dentro de una hora o menos. Para este nuevo periodo que ahora comienza, arrojad de vosotros al hombre viejo e ayer, y aunque os cueste disponeros a amar, comprendiendo, tolerando, donando, haciendo por los demás como quisierais que hicieran con vosotros mismos, pues como os decía al principio, el cambio de la nueva era exige vuestro cambio de actitud si queréis estar entre los elegidos del Padre.
Ayudad soportando, siempre con el pensamiento en el Cielo, y raudales de felicidad inundarán vuestras vidas, augurándoos el próximo encuentro con Nuestro Señor Jesucristo. Él os elevará hasta los confines celestes, en donde como dice nuestra amada hermana Amalia, ya no habrá más dolor ni lágrimas.
Habladles a todos los seres que os rodean mientras estéis con ellos en esta escuela, con palabras cálidas y amorosas, y muy pronto llegarán los resultados de ese Amor, recibiendo en vuestros espíritus esa Paz y esa serena armonía que tanto anheláis.
Trabajad, trabajad hasta el cansancio, educar, educándoos, perdonar, perdonándoos, No luchéis contra los demás sino contra vosotros mismos.
También os digo que debéis ser enérgicos con los hijos que el Padre os confió como custodia para convertirlos en hombres de bien; amadlos, pero que vuestro amor no se vuelva un perjuicio para ellos, consintiéndoles todo. Su futuro ahora depende de vosotros y algún día tendréis que dar cuenta de ello. Y a ese retoño que tanto adoráis, podéis verlo un día, sino desde vuestra terrena dimensión o desde la que yo me encuentro ahora, sufriendo en un mañana los graves trastornos que provocan el haberlos dejado crecer torcidos, bien por vuestra negligencia o por un amor equivocado,
Hijitos míos, también os advierto sobre la degradación espiritual que producen los vicios incontrolados. No envenenéis vuestro cuerpo con sustancias que os pueden provocar la muerte física prematuramente, pues verdaderamente con esa acción estaréis violando la Ley Divina, por la sagrada obligación que tenéis de conservar el vehículo de vuestro Espíritu inmortal, en armonía con el infinito.
Muchos hermanitos nuestros hoy se encuentran sufriendo atroces tormentos por la infracción de dicha Ley, tanto en la cárcel del cuerpo como en la del bajo astral.
En cuanto a los bienes materiales, pensad que solo sois administradores y depositarios de los mismos, por lo tanto os aconsejo que no sigáis anclados a dichos bienes, pues transitorios como son, os pueden ser retirados sin que podáis impedirlo y quedar en la más absoluta de las miserias No os hagáis ilusiones, pues el dinero y la sinrazón os pueden conducir mañana a las tinieblas, si no sabéis emplearlo. Todo lo que por Amor donéis, tened por seguro que seréis compensados hasta la saciedad, y no sufráis gratuitamente, pues el Padre tiene muy presente la moneda terrestre, como vehículo de ayuda para el que porta su cruz y sin embargo comparte con sus hermanos del camino.
Ayudad hijos míos, y si tenéis poco, más méritos tendréis, pues os puedo asegurar que haciendo esto, estáis invirtiendo para recoger mañana montañas de Amor, de Luz y de Paz por toda la Eternidad.
Fraternales abrazos de un hermano que aunque en la distancia suele estar muy cerca de vosotros y que a pesar de vuestra rebeldía, cada día os quiere más.
(Mensaje psicografiado en Alborada Espírita, en diciembre de 2009 )
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