INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-El karma
2.- La evolución anímica
3.- "Yo no he venido a traer la paz sino la guerra"
4.- Reencuentro
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EL KARMA
El karma es una ley universal, que se encarga
de crear equilibrio entre todas nuestras acciones de las vidas pasadas. La
función que cumple esta ley no es como algunos piensan la de crear castigo, sino la de crear experiencias por
las que el alma pueda desarrollarse y avanzar, en definitiva, el karma funciona
para nuestro aprendizaje.
Cuando el alma cumple su aprendizaje, a través
de todas las vidas que ha tenido, experimentando todas las situaciones
posibles, el ser humano encuentra su evolución, y “despierta” entre tanta
mentira, encontrando la grandeza de su ser y se convierte en un Ser Iluminado.
Antes del “despertar” y alcanzar la iluminación, va experimentando una serie de situaciones difíciles, en las que va pagando todas las deudas de sus existencias en el plano material-
Las deudas karmicas no se van pagando simplemente con el sufrimiento, sino cuando aprendemos realmente la lección que veníamos a aprender. Por eso, algunas personas experimentan una y otra vez que les ocurre siempre la misma desgracia, pensando que es fruto de su mala suerte.
Es importante comprender que todo ocurre por alguna razón, y que siempre hay en lo que nos sucede un aprendizaje escondido. Son precisamente aquellas situaciones difíciles que hemos vivido las que nos muestran de alguna manera, acciones negativas o equivocadas que hemos realizado en alguna vida anterior. Como también, existen los maestros camuflados bajo cualquier persoanlidad, que vienen a recordarnos aquellas malas acciones pasadas que aún no hemos pagado o resuelto.
Ahora lo importante es que si nosotros admitimos que es probable que nuestros problemas actuales puedan tener su origen en otras existencias, podremos pensar que nosotros mismos hemos elegido nuestras circunstancias actuales para resolver dichos problemas. Muchas personas se equivocan cuando creen que el hecho de admitir unas circunstancias dolorosas como herencia KÁRMICA, se debe a que merecen la desgracia que les ha tocado, estas personas deducen que han hecho algo terrible en sus vidas anteriores, y que han sido malos, por lo que ahora han de sufrir los castigos kármicos y tal vez acaben por sentir una gran culpa y resignación KÁRMICA.
- Juan Carlos Medina-
.- NOTA DE JOSE L. MARTÍN : El Karma es la denominación ancestral que en algunas zonas del oriente se daba a la Ley Espiritual, denominada por el Espiritismo como LEY DE CONSECUENCIAS, o LEY DE CAUSA Y EFECTO; equivalente a la Ley Física de Acción y Reacción. Por ello en la Doctrina Espírita no se utiliza la palabra Karma..
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LA EVOLUCIÓN ANÍMICA
Nada permanece estacionario en la Naturaleza, todo evoluciona en cumplimiento de la Ley de Progreso, a través de la reencarnación y de los mecanismos de adaptación y herencia.
En cada encarnación integramos la herencia físico-instintiva de nuestros padres con la herencia de nuestras conquistas fisio-psicosomáticas de existencias pasadas, integradas en nuestro periespíritu, permitiéndonos desarrollar nuevas capacidades y características inalcanzables hasta ese momento.
La experiencia en todas las etapas de la evolución es el motor que elabora la actividad refleja (el reflejo), que precederá al instinto (automatización), que a su vez precederá a la actividad reflexiva que será la base de la inteligencia en su camino hacia la conciencia de sí mismo y la responsabilidad moral.
Gabriel Delanne, en su libro La evolución anímica nos dice: «Todos los cambios que se observan en la Naturaleza no tienen sino un objeto: el progreso del Espíritu». El estudio de la ley de Progreso nos permite concluir que nada ocurre en la Naturaleza por casualidad. Cada adaptación se proyecta en el plano extra-físico para cumplirse en el plano físico en cumplimiento de la Ley Natural para el bien de todas las criaturas, en virtud de la gran Ley de Unidad que rige la Creación.
Todo evoluciona en la Creación, tanto lo perteneciente al ámbito de la materia, proveniente por tanto del Principio Material o Fluido Cósmico Universal, como lo perteneciente al ámbito espiritual, proveniente del Principio Inteligente que anima todo lo creado. El Principio Inteligente es la expresión de la atracción en el mineral, la sensación en lo vegetal, el instinto en el animal, el razonamiento en el hombre y lo divino en el espíritu puro (ver apartado “Automatismo y herencia” en el libro Evolución en dos mundos, Chico Xavier). Dicho de otro modo: el Principio Inteligente en el vegetal aprende a desarrollar los instintos. En el animal, ya con los instintos desarrollados, progresa desarrollando la inteligencia. En el hombre, de inteligencia despierta, su progreso principal se desarrollará en el campo del sentimiento. Y en el ser superior, colmado de sentimientos sublimes, continuará su desarrollo hacia límites insospechados de conciencia espiritual, alcanzando los planos superiores de la Creación en unión con Dios.
La observación nos demuestra que del mismo modo que el instinto en el animal es de la misma naturaleza que en el hombre, su inteligencia y sentimiento también lo son, y varían sólo en el grado de desarrollo.
Gabriel Delanne, en su libro La evolución anímica, dice: «la naturaleza pensante de uno y del otro es del mismo orden y no difieren en esencia, sino en grado de manifestación, y esto es, precisamente, lo que evidencian ciertas facultades de los animales, tales como la atención, el juicio, el raciocinio, la asociación de ideas, la memoria y la imaginación» (pág. 59). Además, demuestra también «que los sentimientos morales, tales como el remordimiento, el sentido moral, la noción de lo justo y de lo injusto, etcétera, se hallan en germen en todos los animales» (pág. 70). En la infancia humana, o reencarnaciones primitivas del hombre, nos movemos más por instintos, provenientes de las etapas de la animalidad anterior, que por completa inteligencia. Son periodos primitivos donde el hombre aparenta estar todavía más cerca de la animalidad que de su verdadera posición en la humanidad. Los instintos, basados todos ellos en la Ley Natural, nunca se equivocan, pero con el desarrollo de la inteligencia derivan comúnmente al principio en pasiones a través del abuso por egoísmo, consecuencia del instinto de conservación. Van cediendo su influencia conforme se desarrollan los sentimientos, y por ello la naturaleza imprime ya en el animal el sentimiento del amor, bajo sus formas más humildes y rudimentarias, a través de la maternidad.
En nuestro estado actual evolutivo todavía no disponemos de capacidad ni conocimientos suficientes para comprender el proceso de creación de los espíritus. Sin embargo, el estudio y la observación de las Leyes Naturales nos permitirá aproximarnos al conocimiento de las etapas anteriores y posteriores a su formación.
Comprendemos que el Principio Inteligente evoluciona a través de los primeros tres reinos, constituyendo en el periespíritu, o cuerpo espiritual, todos los procesos necesarios para la vida orgánica, los instintos y finalmente la vida intelectual consciente. El periespíritu modela el cuerpo físico y es el vehículo de transmisión de los avances obtenidos a través de las sucesivas reencarnaciones del alma por los diferentes reinos, en un proceso de individualización progresiva, por el cual se vuelve indivisible, hasta alcanzar el reino hominal, recibiendo la chispa divina o Principio Divino (ver capítulo III de Evolución en dos mundos, de Chico Xavier), empezando una nueva etapa donde será responsable de sus acciones como consecuencia de la adquisición del libre albedrío, el sentido moral, la conciencia de sí mismo y de su pasado, en busca de las facultades espirituales que le habiliten para la conquista del próximo reino, el angélico.
Los espíritus son creados simples e ignorantes, lo que significa que, al principio, todos somos carentes de conocimientos y tenemos idéntica aptitud para progresar mediante nuestra actividad individual. No recibimos por ello dones especiales o privilegios que nos diferencien de cualquier otro espíritu, siendo todos hijos del mismo Creador. Se establece, así pues, la base de la igualdad y la fraternidad entre todos los seres humanos, y del amor hacia las especies inferiores en su lucha por alcanzar, por pleno derecho, el reino hominal y la equiparación como nuevos herederos de la Creación. Todo ello muestra la bondad y grandiosidad del Plan Divino preparado para todas sus criaturas a través de la gran Ley de Unidad que rige el Universo, donde no se desprecia el esfuerzo de la más mínima de ellas en su lucha por alcanzar su destino, la perfección del Espíritu junto a Dios. De esta forma, el Bien absoluto se puede definir por el cumplimiento de las leyes naturales, las cuales, todas ellas, nos llevan hacia Dios, mientras que el mal sería la elección de todo aquello que nos retrase.
-Jose Ignacio Modamio- Revista Espírita nº 9 de la FEE
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“Yo no he venido a traer la paz sino la guerra”
Esta frase del maestro Jesús, que solía hablar siempre en alegorías para ser comprendido por quien estuviese en condiciones de comprender su mensaje, como tantas otras ha sido mal comprendida a lo largo de los siglos de Cristianismo.
Esto dio lugar a diversas interpretaciones y a que se fueran formando alrededor de ellas, grupos y sectas que se enfrentaron entre ellas, dando lugar a tantas guerras por la religión, a tantos crímenes y a tantas muertes en nombre de un mismo Dios..
Evidentemente el odio y las luchas fraticidas no fueron el mensaje de Jesús, pues el suyo fue un mensaje de Amor, de Perdón y de un camino a seguir por cada ser humano para el propio adelantamiento ético y moral, que en su conjunto impulsase a una transformación global de la sociedad humana hacia mas y mejores niveles de convivencia, justicia y perfección.
Tras estos veintiún largos siglos desde que el Cristo fisicamente habitó entre nosotros, vemos con preocupación como la sociedad humana sigue estancada por esa falta de comprensión del verdadero sentido fraterno, con sus viejos egoísmos, envidias, y malquerencias que impiden la realización de una sociedad en donde el Amor y la fraternidad sean su única ley.
Así nos
encontramos en un momento crítico en que el natural proceso evolutivo nos
empuja hacia un nuevo mundo de Regeneración, con una nueva sociedad impregnada
de unos valores éticos que deberemos conquistar cada uno para merecer ser parte
de ella y dejar atrás como el recuerdo de una pesadilla, este mundo de
expiación y de pruebas con una sociedad llena de horror y de injusticias, que a
nadie puede hacer sentirse plenamente feliz.
El problema que nos plantea este cambio, es que podría haber sido
realizado de forma gradual, sin convulsiones ,violencias y desequilibrios
planetarios, y sin embargo vemos como esto no está siendo así. Los tiempos son llegados, y desgraciadamente
a
Como bien señala Kardec, no es la doctrina de Jesús la que ha fallado, sino todos nosotros que enlodados en defectos morales, no hemos querido seguir siempre la recta senda del Amor y de la fraternidad que nos dejó trazada el Divino Maestro.
Su recomendación fue el que considerásemos a todos los hombres como hermanos y que tratásemos de ser siempre misericordiosos unos con otros, haciéndonos todo el bien posible.
Le dijo también a su discípulo Pedro que el que a espada mata, a espada muere. Sencillamente estaba señalando que existe una leu natural que siempre se cumple y que hoy nosotros conocemos como la ley de acción y reacción, ley de Causa y Efecto o ley del Karma.
Asimismo Jesús
conocía que dada la condición humana, estos enfrentamientos y guerras
religiosas por la diversidad de interpretación de sus enseñanzas acontecerían, y aun tendrían que pasar siglos para que estas enseñanzas empezaran a ser bien comprendidas y
aplicadas. De modo que cuando fue el momento adecuado llegó a
No caigamos nunca en la trampa del fanatismo que nos empuja a creernos poseedores de la verdad absoluta y da alas para querer imponer nuestros pensamientos, recurriendo al enfrentamiento y hasta la violencia verbal por querer quedar siempre por encima de los demás.
- José Luis Martín.
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… en verdad, nos encontramos en la oración, como quien se ve en un punto determinado de acción en que vuestras ansiedades nos interpelan los buenos deseos. ¡Cómo nos sería de grata la posibilidad de satisfaceros a todos, en vuestros requerimientos afectivos!
… madres que buscáis los hijos que la muerte os arrebató al cariño, padres que esperáis por respuestas al propio dolor los mensajes de los entes queridos que os antecedieran en la Vida Mayor; esposas que la nostalgia marca, al fuego de lágrimas, intentando mitigar su propio sufrimiento con las palabras de los compañeros traídos a la Espiritualidad cuando más necesitaban vivir y amigos que suplicáis el verbo de amores aparentemente desaparecidos en la vorágine de las grandes transformaciones!.
Todos estáis con nosotros, todos aguardáis…
Entre tanto, la Enseñanza del Señor es de vida eterna, concretándose en bendiciones de paz y felicidad, a través del servicio al prójimo.
… disculpadnos si no podemos transgredir las leyes vibratorias y los principios kármicos que nos gobiernan a todos, a fin de satisfaceros. Pero os aseguramos, que nuestros afectos nunca se extinguen. Con el tiempo y con la bendición del amor de los unos por los otros dentro del tiempo, todos nos reencontraremos para celebrar la unión sin adiós.
… aguardaremos trabajando en la construcción del bien, en la certeza de que en el bien para los demás, sorprenderemos nuestro propio bien.
… las lecciones de siempre destacan el valor de la verdad y de la caridad, evidenciando la grandeza del “servir” por encima de la luz relativa al “conocer”.
Todos, indistintamente, poseemos una determinada parcela de la verdad y en esa parcela del conocimiento superior nos será posible el aislamiento en los puntos de vista que tantas veces nos han separado, en los surcos del tiempo. Más la caridad es aquella fuerza divina que nos disloca de nuestras propias torres individuales para la reunión sublime de unos para con los otros.
En este libro presentamos copias de documentos de la época, asignados por Bezerra de Menezes. Obsérvese en esta reproducción el sobrenombre de Cavalcanti, que el Kardec Brasileño utilizó hasta poco después de obtener el diploma en medicina. (por gentileza del Coronel Ruy Vidal de Araujo)
Detengámonos en semejante realidad para convertir las horas de que disponemos en escalones hacia la Vida Mayor, a la búsqueda de los entes que más amamos.
… atravesamos en la Tierra momentos difíciles, en lo que atañe a los valores espirituales, porque las agitaciones del ambiente humanos nos incitan a exámenes de fraternidad y comprensión, en todos los momentos de la vida. No nos eludamos. Ayer os separasteis de las personas queridas hoy domiciliadas en el Más Allá, mañana seréis vosotros los compañeros que nos compartirán las fajas de vida nueva.
… elevémonos por la ejecución del programa de Cristo al que estamos llamados: “Amaos los unos a los otros como yo os amé”.
… auxiliemos para que seamos auxiliados. Comprendamos para ser comprendidos. Atendamos a los recursos del corazón para socorrernos unos a los otros. Pacifiquémonos, por dentro, para tranquilizar la vida que se nos extiende alrededor de los pasos.
… si indagares, aun hoy, en cuanto a la solución de los problemas que os afligen la actualidad terrestre, la respuesta-síntesis aún es aquella de hace casi dos mil años –“caridad de unos para con los otros”.
Caridad que se os exprese en respeto y entendimiento fraternal en las relaciones de cada día. Caridad que se torne gentileza delante de la agresividad; paciencia para con el desequilibrio; fe viva ante las llamadas desilusiones del camino; optimismo al frente de las pruebas; bendición para con todos aquéllos que maldicen; auxilio para con los más jóvenes en la experiencia física, en forma de bondad y comprensión de las luchas que por ventura cargaren; consuelo en favor de cuantos se vean transitoriamente detenidos en la madurez avanzada del cuerpo en marcha ante la renovación…
Caridad de los que saben, ayudando fraternalmente a los que ignoran; de los que disfrutan salud corporal delante de cuantos se vean corroídos por los agentes de la enfermedad; de los más fuertes, sustentando a los flacos e indecisos, de los que yacen exhaustos en los problemas inquietantes de la vida; de los que pueden distribuir, por lo menos, migajas de auxilio, en el amparo a los que se vieron encarcelados en abatimiento y penuria; de los que son apoyados por la realización de sus propios ideales en la sustentación de los que lloran en la angustia; de todos los que pueden auxiliar, de ese o de aquel modo, para construir el Mundo Mejor.
Tan sólo en la caridad –luz divina- fluyendo de nosotros en la dirección de los demás, conseguiremos mejorar lo que somos y lo que tenemos, para que seamos lo que nos corresponde ser y alcanzar los valores que deseamos.
… recordemos: Cristo resurgió para que resurjamos, enseñó para que aprendamos, nos amó tanto como nos ama siempre, para que sepamos realmente amarnos mutuamente y vino hasta nosotros para que nos elevemos hasta Él, conduciendo por el amor a los nos comparten la existencia, en la edificación de la Tierra más feliz.
De mensaje recibido el 07.04.1973
Espíritu Bezerra de Menezes
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro “Bezerra, Chico y usted”
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