martes, 6 de diciembre de 2016

PADECER



                                                                       

               EL PERDÓN Y EL AUTO-PERDÓN

Todos sin excepción, salvo Jesús, precisamos en nuestras vidas, de esta virtud, de este ejercicio impostergable que implica el perdón y el auto perdón. particularmente en esta tierra querida, que lamentablemente se encuentra atravesando experiencias de mucha violencia, de mucho dolor, de mucho daño, por lo que especialmente pedimos al Cristo de todos, que nos ilumine, que nos guie, que nos inspire y que nos ampare para que todos juntos podamos construir lo que sea más útil para nuestras almas, para nuestros seres queridos y para nuestros países. Corrían los años correspondientes a la década del 60, se vivía una época muy agitada donde notables transformaciones sacudían particularmente la cultura de occidente y en uno de los pueblos que se presenta como paradigma de la cultura occidental, los Estados Unidos, viva una familia por un señor cuyo apellido era Akimrask, que poseía un hijo, de 18 años de nombre Joe. Joe era un muchacho muy particular, vestía jeans desgastados, desflecados, pelo largo, la cara sin afeitar, pero es Destacable que era muy buen alumno y de manera casi sistemática planteaba a su padre cuestiones de tipo rebelde, quizás, propios de la etapa evolutiva en la que él se encontraba y por otro lado por la situación cultural que se vivía en la época del 60. Ambos habitaban en la ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio, Estados Unidos. El papa de Joe había pasado por tres campos de concentración, era un sobreviviente del holocausto que había dejado a seis millones de víctimas, que entregaron su vida en fidelidad a una doctrina ancestral que el señor Akimrask abrazaba y que anhelaba, como cualquiera de nosotros lo haría, como una herencia impostergable, fuese abrazada por parte de su hijo. Sus amigos que eran también hebreos, frecuentemente hablaban al señor Akimrask, tratando de consolarlo respecto de las conductas que el joven Joe presentaba en la vida cotidiana, el propio señor Akimrask no sabía cómo explicar el modo en que había sobrevivido esa experiencia en la época del holocausto, durante la segunda guerra mundial. La vida trascurría en esta pequeña familia hebrea, los amigos del señor Akimrask intentaban señalar los aspectos que Joe fuera un buen alumno, que por lo menos no se desviaba por los disturbios sexuales, tan frecuentes en ese momento y en el consumo de PERDON Y AUTOPERDON Sabino Antonio Luna. 1° parte. sustancias psicoactivas. Hasta que un día de domingo el joven Joe se acerca a su padre y de repente lo encara, diciéndole: - Papa, detesto al judaísmo, y he decidido irme de Cleveland, ahora que he terminado mi formación media, voy a vivir a la India y lo hare procurando buscar la iluminación interior. A Joe le seducía más la propuesta oriental, que la propuesta ancestral que su padre abrazaba. En aquella época llegaban a occidente los primeros emisarios de la cultura de oriente y generaron una especie de moda en la que muchos representantes del pueblo norteamericano adherían, intentando buscar la auto iluminación. El señor Akimrask, escuchando aquella declaración de su hijo, se puso libido del disgusto y sintió que brotaba dese dentro un profundo sentimiento de rechazo hacia su hijo, se contuvo como pudo y le dijo: - Si tú te vas de aquí faltando al respeto a la tradición de casi 5000 años de nuestra religión deseo que no vuelvas nunca más ni sepas nada mas de mi. El joven Joe se había enamorado de una joven, también de 18 años, de nombre Sara, por la que sentía una enorme afinidad que le era correspondida; y ambos abrazaban ese sueño de encontrar el camino de la iluminación que en ese momento parecía tan seductor de ser transitado en oriente. Deciden viajar, llegando a Bombay, una ciudad de ocho millones de habitantes, comenzando a desplegar esa búsqueda, con el ánimo habitual de los adolescentes, creyendo que en poco tiempo encontrarían ese camino de la auto iluminación, de la liberación, de la plenitud. Pasó el tiempo y comenzaron a experimentar circunstancias de vida a las que ellos no estaban acostumbrados y observaron que aquello que veían tan atractivo y exótico de la vida de los orientales, estaba teñido de una serie de circunstancias, de necesidades como las de la alimentación, la pobreza, de higiene. Pasando a estar en contacto con situaciones sumamente chocantes para la sensibilidad que ambos jóvenes compartían. A duras penas sobrevivieron realizando distintas tareas que jamás habían realizado en su país de origen y un día en una ciudad de ocho millones de habitantes, Joe se encuentra con un ex compañero de su escuela secundaria en Cleveland, y tomado por la sorpresa abraza alegremente a su antiguo compañero, y la pregunta: -Y alguna novedad en Cleveland? Su amigo notablemente conmovido y alegre por el reencuentro, le responde: -Salvo la inesperada muerte de tu papá... De repente Joe se queda estupefacto, pálido y mira a su amigo, quien percibe que él no sabía lo que había ocurrido, y le dice: - Discúlpame Joe, nunca imagine que tu no sabias lo que había sucedido con tu papá. Inmediatamente el muchacho conmovido por la situación, le dice: -¡Yo mate a papá!, no tuve intención pero yo matea mi padre, que fue lo que ocurrió con él. Su ex compañero le relata: -Aparentemente murió de un infarto agudo de miocardio. Después de que tú te fuiste y de que sucedió lo que ambos sabemos, tu padre entro en una situación de profunda tristeza, conversaban sus amigos que en muchas ocasiones se culpaba a sí mismo por lo que había ocurrido. Después de un periodo prolongado en el que casi no salía de su hogar, y había descuidado su aspecto personal por el estado depresivo, el señor Akimrask decidió viajar a Israel y luego de retornar de aquel viaje, que comento a sus amigos fuera muy significativo, al poco tiempo falleció. -¡Yo mate a mi padre, no tuve intención, pero yo mate a mi padre! ¡¿Cómo podre ahora perdonarme?! necesito hacer algo, necesito transformar mi vida en este momento, para tratar de encontrar una respuesta. Y en ese instante el joven Joe, decidió, tal vez siguiendo las huellas que hubiera recorrido su padre, tomar un avión y dirigirse a la antigua ciudad sagrada de Israel. Tres días después se encontraba aterrizando en Tel-Aviv junto con su compañera Sara. Y dos días después estaban en Jerusalén. Y estando allí, sin saber muy bien que era lo que buscaba, el joven Joe se encuentra enfrente de las antiquísimas murallas de la ciudad sagrada y siente la necesidad de encontrar de alguna forma de orar. Solicito orientación a las personas que se encontraban en ese lugar y se queda muy extrañado por que con las experiencias que había tenido, ese pueblo, que era su pueblo, le parecía un poco extraño, ver pasar y caminar a numerosas personas con el típico atuendo del judaísmo ortodoxo y sin embargo intentando buscar el punto de unión entre este momento tan doloroso de su historia y los orígenes que lo habían llevado a encontrarse en ese lugar. Le indican la posibilidad de acercarse a la muralla y viendo a un joven aproximadamente de su misma edad, le pregunta cuál era la costumbre, el joven le explica y le dice donde puede encontrar un libro de oración, y le dice: -En este lugar durante más de 2.500 años todos los integrantes del pueblo judío hemos recurrido aquí para comunicarnos con Dios y hacer un pedido en un pequeño pedazo de papel y colocando lo en pequeñas aberturas en el muro. Pero le advierte: -Es muy difícil encontrar algún lugar vacio en el muro, porque a lo largo de estos 2.500 años todos Prácticamente todos están ocupados. En ese momento Joe, entendió que era la hora de conversar con Dios. Tomo el libro de oraciones y adquirió una actitud de profunda introspección y comienza a recordar su infancia, las experiencias compartidas con su padre cuando aun tenían buenas relaciones, los momentos de desacuerdo, el instante en que lo encaro y su última conversación, el rostro austero de su padre y tomado por una emoción profunda, comienza a llorar y llorando le pide a Dios: - ¡Señor!, si tu existes, por favor, dile a mi padre que necesito que me perdone, es imprescindible para mí. Yo solo podre seguir viviendo si siento de alguna manera que mi padre me ha perdonado. ¡Señor!, si tu existes, perdóname, porque yo siento que aun, cuando no tuve la intención, mate a mi padre. Escribe su pequeña oración, y durante mas de una hora procura un espacio donde colocar su pedido. Por fin logro conseguir un diminuto espacio, colocándolo allí, pero al realizarlo logró hacer caer un papel que estaba próximo al de él. Por un lado sentía alivio de haber podido dejar su pedido a Dios, pero por otro lado comenzó a sentir la culpa, de que por su accionar cayera el pedido de otro. Toma el rollito que había caído y busca desesperadamente un nuevo espacio donde colocar aquel pedido y durante más de una hora lo intento pero fue infructuosa su búsqueda. Así, sin poder entender lo que sentía, comenzó, entonces, a desenrollar aquel papelito para leer lo que allí había escrito, fue entonces que leyó: “Joe, Hijo mío, si alguna vez llegaras a la ciudad de Israel, si alguna vez te encontraras en estas murallas sagradas, si alguna vez por la gracia de Dios, te encontraras en este sitio, quiero que sepas que yo te ame, que yo te amo, a mi modo, a mi manera, que siempre te ame, que yo era un viejo cascarrabias, terco, testarudo y caprichoso, pero a mi modo yo te ame. Y si alguna vez estas por aquí, puedas perdonarme”. No creyendo lo que estaba sucediendo, Joe, se vio tocado profundamente en su sensibilidad y comenzó a llorar profundamente, sintiendo que Dios le permitía la oportunidad de recibir el perdón de su padre y d algún modo comenzar el camino de auto perdonarse. Guardo, cerca a su corazón, el rollito que pertenecía a su padre. Se acerco el muchacho que lo había ayudado, percibiendo su sufrimiento, y le dice: -Discúlpame, ¿puedo ayudarte de algún modo? Y el joven Joe responde: -Si, por favor, indícame un lugar al que yo pueda asistir para interiorizar nues Todos los días nuestro planeta pierde la batalla contra el calentamiento global. Que tus actos hablen sobre tu manera de salvar nuestro planeta, el único que tenemos. ACTUA YA! interiorizar nuestra cultura a la que he despreciado y con ella a mi padre. El joven le indica y Joe se dirige a un templo donde funcionaba un rabinato muy importante, y era posible, allí, estudiar toda la cultura del judaísmo. En ese momento, la joven Sara que se encontraba con él le dijo: -Si tú entras en ese templo, evidentemente, comenzamos a diferir en nuestros principios y no puedo acompañarte más. El joven doblemente dolido decide de todas formas entrar al templo y en ese momento pierde de vista a la que hasta ese momento era su compañera, Sara. Pasa el tiempo y comienza a estudiar todas las normas que son incluidas en la ley judaica, de sabiduría hebraica, con las enseñanzas de Moisés, de Elías, representante ancestral de los profetas y también de Jesucristo. Especialmente en aquellos fragmentos que se referían a la necesidad del perdón. Pasa el tiempo y el muchacho recolecta toda la información que lo conectan a sus raíces ancestrales y luego de tres años de estudios sistemáticos y de prácticas típicas de los rituales judíos, un día el rabino mayor, habla con el joven Joe y le dice: -Joe, ha llegado un momento muy especial, es tiempo que cumplas con la ley, para que contraigas matrimonio, respetando las sagradas escrituras, ese es tu sagrado momento. El joven Joe, respetuoso, acepta la sugerencia del rabino, pero le dice: -No tengo candidata. A lo que el rabino responde: -No importa, mi esposa parece haber nacido para casar a las hijas y los hijos de los otros, es una experta casamentera. Si tu aceptas yo hablare con ella y en breva ella te invitara a tomar el té. Es así como en pocos días el joven Joe, llegaba a las cinco de la tarde a la casa del rabino. Y con una gran singularidad la esposa del rabino lo recibe diciéndole: -Me conto mi esposo que estas buscando casarte y creo que tengo la candidata perfecta para ti. Llego hace varios años una muchacha para aprender de la doctrina hebraica, ella no tiene pareja y acepto el convite que le hice para tomar el té. Joe, entre tímido e incomodo, no sabía que responder. Y entrando a la sala cual no sería su sorpresa al ver a Sara. Ella lo mira, El la mira a ella y le dice: -Tanto tiempo que ha pasado, y Joe le dice: -Tenia que entrar si no, no había podido perdonarme. Y ella responde: -Yo tuve que quedarme si no hubiera podido vivir en paz sino obtenía tu perdón.
 Lo notable y curioso de esta historia son las coincidencias. En una ciudad de ocho millones de personas, en un momento preciso, después de trascurridos cinco años encontrar a su ex compañero de secundaria, que tenia la información adecuada en relación con lo que le había pasado a su padre. La coincidencia de encontrar el rollito de su padre que había sido colocado varios años atrás donde había dejado el suyo, junto a millones y millones de solicitudes dejadas durante más de 2000 años. La coincidencia de haber sido invitado a este te, donde la seleccionada y escogida por el rabino, era nada menos que su antigua compañera Sara. Estas coincidencias, nosotros los espiritas sabemos, que no son casualidades, sino causalidades. Juana de Angelis acostumbra a decir “las coincidencia implican la presencia discreta de Dios en nuestras vidas, que muestra el momento cierto, la hora exacta y las situaciones ideales para llegar a nuestro corazón”.

-Revista de la Federación Espírita de Cundinamarca-
                      ( COLOMBIA )

                                                  *************************



       LA LEY DE SINTONÍA O AFINIDAD
Las dos ramas de la psicología: estructural y experimental, nos demuestra que, temer una cosa es tanto como desearla; porque, al mantenerla en la mente por ley de vibración atraemos hacia nosotros las condiciones que tememos o deseamos, así como somos atraidos hacia ellos. De lo que se desprende, la necesidad de pensar sobre las cosas buenas que se deseen desechar, no dar cabida en la mente a las que no se deseen.
Así como protegemos nuestro hogar de la entrada de maleantes, protejamos nuestra mente contra la entrada de pensamientos nocivos, errabundos, ruines, que son enemigos de nuestra felicidad. La gran mayoría de personas que viven una vida de amarguras, son ellas mismas que inconsciente e involuntariamente, mantienen pensamientos negativos de pesimismo, temor, resentimiento, etc., altamente nocivos; amargando sus vidas tontamente, por lo que es del todo punto necesario aprender a expulsar de la mente toda clase de pensamientos negativos y sustituirlos por otros positivos.
Por ejemplo para desvanecer el pesimismo, que es generador de fracaso y miseria, basta mantener con insistencia ideales optimistas orientados hacia el éxito y hacia el bien; que transmutarán lo negativo en positivo.
Siendo así, ¿por qué no hemos de proponernos firmemente tomar una actitud mental constructiva, formar mentalmente un ideal elevado y, con la fe puesta en Dios, en ese Dios de Sabiduría, Amor y Poder, llevar a cabo ese ideal? Es asombroso el cambio que puede efectuarse en la vida de una persona. Cámbiese de actitud mental y parecerá que el mundo entero cambia; porque, en realidad, su mundo cambiará. Si queremos conquistar algo, tenemos que conquistarlo primero en la mente.
Tened bien presente que el valor engendra fortaleza y el miedo debilidad. Esto es axiomático en psicología. Del valor, nace el éxito en la vida; del miedo, el fracaso. La persona animosa y alegre, el optimista y lleno de confianza en sí mismo, irradia energía, atrayendo hacia sí las condiciones favorables para el éxito en lo que se proponga, y una vida más feliz; mientras que, el desanimado y abatido todo le sale mal, por no hacer uso de esa energía que en uno mismo existe.
Si no queréis ser víctimas de pensamientos deprimentes y negativos de toda índole, comenzad por rechazar todo pensamiento negativo, cultivando sentimientos nobles y elevados, pensamientos positivos y constructivos. Y una vez hayáis adquirido esa sintonía, los primeros, esos pensamientos impuros, inútiles y perjudiciales, no hallarán entrada ni cabida en vuestra mente; y os sentiréis más animosos, felices y prósperos; porque estaréis sintonizando ondas-pensamientos positivas que son energía vitalizante. Pero, no basta tomar esa actitud para que todo salga a pedir de boda. Es necesario perseverar, poniendo en acción la voluntad, que es fuerza realizadora.
Y dada la íntima relación de los pensamientos con los sentimientos, veamos algunos aspectos de estos últimos. Así como los pensamientos son producidos por la facultad creadora
de la mente (humana o espiritual, los sentimientos surgen de la facultad sensorial del alma (humana o espiritual) e intensificados por la otra facultad del alma humana -la emocional-. De aquí que, un alma noble y buena, manifestará buenos sentimientos, porque vibra ya en la tónica del Amor; mientras que, un alma egoísta o ruin, manifestará sentimientos mezquinos y ruines. Cada una de estas almas está en un grado de sensibilidad diferente y también diferente es su grado de evolución; pero, mientras que la primera vive ya momentos de felicidad que esos sentimientos le proporcionan, la segunda vive una vida de amargura, consecuencial con sus sentimientos mezquinos y ruines, que la mantienen en constante desarmonía psico-física.
Sebastian de Arauco.
                                                *********************************

" EL PERDÓN ES LA MEJOR VACUNA CONTRA LA DOLENCIA DEL ODIO "
                                          - Fco. Cándido Xavier -

                                                 *******************************



                       EL AMOR UNIVERSAL

El Amor Universal Crístico, oriundo de Dios, está introducido en vuestro Orbe por las enseñanzas dejadas por Jesús de Nazareth. Es la denominación sideral del Amor libre de cualquier amarra, religión, raza, aspecto doctrinario o filosófico independiente de interés particular o de grupos.
El Crístico ama a todos, es solidario y fraterno, receptivo a los diversos caminos que llevan a lo alto, al encuentro con la Divinidad, que es el Padre.
El Cristo Jesús en ningún momento  fue separatista, fundó iglesia o instituyó sacerdocio. Jesús nunca perteneció a cualquier sacerdocio oficializado. Para el Divino Maestro, el verdadero sacerdocio dependía de la bondad de los sentimientos y de las obras concretamente realizadas. Jesús esclareció con sus palabras y sus actos a las antiguas creencias de manera simple, sin ritualismo o exagerada simbología. Él respetaba todas las formas de ceremonia por ser terapeuta sideral, médico de las almas, no recetaba nada como esencial para la perfección o merecimiento del espíritu.
Su templo era el Cosmos, el Universo y la Bóveda Celeste. Su sustentáculo, Su cátedra las elevaciones montañosas, y su altar era su Amor por todos.
¿Qué era ser Crístico? El Crístico ama desinteresadamente, se eleva por el sacrificio propio, camina con la igualdad y fraternidad entre sus semejantes. Su ofrenda es el culto interno de veneración a la Divinidad; predomina en su corazón el sentimiento de humildad; sabe de su falibilidad como criatura humana inmersa en la escafandra grosera de la carne; está comprometido con la verdad y tiene a Dios interiorizado por el mérito de sus obras, por la conquista individual. El Cristo Jesús, cuando llamaba a los justos a su derecha, decía:
Porque diste de comer al hambriento y de beber al sediento, y al peregrino hospedaste, vestiste al desnudo y visitaste al enfermo o al encarcelado; venid, benditos de mi Padre.
Mucha Paz y mucha Luz.
                                                                                   Ramatís. Espíritu. 

                                                              ************************




MUNDOS INFERIORES Y MUNDOS SUPERIORES 

La clasificación de mundos inferiores y mundos superiores es más bien relativa que absoluta, porque un mundo es inferior o superior con relación a los que están encima o debajo de él en la escala progresiva. 

Tomando la tierra como un punto de comparación, podemos formarnos una idea del estado de un mundo inferior, suponiendo al hombre en el grado de las razas salvajes o de las naciones bárbaras que aun se encuentran en su superficie, y que son restos de su estado primitivo. 

En los mundos más atrasados los seres que los habitan son de algún modo rudimentarios; tienen la forma humana, pero sin ninguna hermosura; los instintos no están templados por ningún sentimiento de delicadeza ni de benevolencia, ni por las nociones de lo justo y de lo injusto, la única ley es allí la fuerza brutal. Sin industria y sin invenciones, los habitantes emplean su vida en conquistar su alimentación. Sin embargo, Dios no abandona ninguna de sus criaturas: en el fondo de las tinieblas de la inteligencia yace latente la vaga intuición de un Ser supremo, más o menos desarrollada. Este instinto basta para hacer que unos sean superiores a otros, preparando su aparición a una vida más completa, porque éstos no son seres degradados, sino niños que crecen. 

Entre estos grados inferiores y los más elevados, hay innumerables escalones, y entre los espíritus puros desmaterializados y resplandecientes de gloria con dificultad se reconocen aquellos que animaron esos seres primitivos, de la misma manera que en el hombre adulto es difícil reconocer el embrión. 

En los mundos llegados ya al grado superior, las condiciones de la vida moral y material son muy diferentes, lo mismo que en la tierra. La forma del cuerpo es siempre, como en todas partes, la forma humana pero embellecida, perfeccionada, y sobre todo, purificada. El cuerpo allí nada tiene de la materialidad terrestre, y por consiguiente no está sujeto, ni a las necesidades ni a las enfermedades, ni a los deterioros que engendra el predominio de la materia; los sentidos más exquisitos tienen percepciones que en la tierra embotan lo grosero de los órganos; la ligereza específica de los cuerpos hace la locomoción rápida y fácil: en vez de arrastrarse penosamente por el suelo, se deslizan, digámoslo así, por la superficie, o se suspenden en la atmósfera sin otro esfuerzo que el de la voluntad, así es como se pintan los ángeles y como los antiguos representaban los manes en los Campos Elíseos. 
Los hombres conservan a su gusto las facciones de sus existencias pasadas, y aparecen a sus amigos tales como les conocieron; pero iluminados por una luz divina y transformados por las impresiones interiores, que son siempre elevadas. En vez de rostros deslucidos, demacrados por los sufrimientos y las pasiones, la inteligencia y la vida irradian con ese esplendor que los pintores han traducido por diadema o aureola de los santos. 

La poca resistencia que ofrece la materia a los espíritus ya muy avanzados, hace que el desarrollo de los cuerpos sea rápido y la infancia corta o casi nula; la vida exenta de cuidados y de congojas, es proporcionalmente mucho más larga que en la tierra. 
En principio la longevidad está proporcionada al grado de adelantos de los mundos. La muerte no tiene ninguno de los horrores de la descomposición: lejos de ser un motivo de espanto, es considerada como una transformación feliz, porque allí no existe la duda sobre el porvenir. Durante la vida, no estando el alma encerrada en una materiac compacta, irradia y goza de una lucidez que la pone en un estado casi permanente de emancipación, y permite la libre transmisión del pensamiento. 

En esos mundos felices, las relaciones de pueblo a pueblo, siempre amistosas, nunca se turban por la ambición de esclavizar a su vecino, ni por la guerra, consecuencia de aquélla. 
Allí no hay ni amos, ni esclavos, ni privilegiados por nacimiento; la superioridad moral e inteligente es la única que establece la diferencia de condición y da la supremacía. La autoridad es siempre respetada, porque sólo se da al mérito y porque siempre se ejerce con justicia. 
El hombre no procura elevarse sobre el hombre, sino sobre sí mismo, perfeccionándose; y este deseo incesante no es un tormento, sino una noble ambición que le hace estudiar con ardor para llegar a igualarles. Todos los sentimientos tiernos y elevados de la naturaleza humana se encuentran allí aumentados y purificados; los enconos, los celos mezquinos y las bajas codicias de la envidia son desconocidas; un lazo de amor y fraternidad reune a todos los hombres, y los más fuertes ayudan a los más débiles. Poseen más o menos según lo que han adquirido por su inteligencia, pero nadie sufre por falta de lo necesario, porque nadie está allí por expiación; en una palabra, el mal no existe. 

En vuestro mundo tenéis necesidad del mal para sentir el bien, de la noche para admirar la luz, de la enfermedad para apreciar la salud; allí no son necesarios esos contrastes; la eterna luz, la eterna hermosura, la eterna calma procuran una eterna alegría el contacto de los malos que no tienen entrada. 

Esto que no turban ni las angustias de la vida material, ni es lo que difícilmente comprende el espíritu humano; ha sido ingenioso para pintar los tormentos del infierno, pero nunca ha podido representarse los goces del cielo; ¿y por qué?; porque siendo inferior sólo ha sufrido penas y miserias y no ha entrevisto los esplendores celestes; sólo puede hablar de lo que conoce; pero a medida que se eleva y purifica, se esclarece el horizonte y comprende el bien que está delante de si, así como ha comprendido el mal que se ha dejado detrás. 

Sin embargo, esos mundos afortunados no son mundos privilegiados porque Dios no tiene parcialidades para ninguno de sus hijos; da a todos los mismos derechos y las mismas facilidades para llegar a ellos, a todos los hace partir de un mismo punto, y no dota a unos más que a otros; los primeros puestos son accesibles a todos; a ellos corresponde el conquistarlos por medio del trabajo; a ellos corresponde alcanzarlos lo más pronto posible, o languidecer durante siglos y siglos en lo más bajo de la humanidad. (Resumen de la enseñanza de todos los espíritus superiores). 

Extraído de: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec

                                                      ******************************


     
           PADECER
"Nada temas de las cosas que has de padecer"(Apocalipsis,2:10)
Una de las mayores preocupaciones del Cristo fue apartar los fantasmas del miedo de los caminos de los discípulos.
La adquisición de la fe no constituye un fenómeno común en las sendas de la vida.Traduce confianza competa.
Pero,a fin de cuentas,¿qué significará,"padecer?"
En su esencia,el sufrimiento de muchos hombres,es muy semejante al del niño que perdió sus juguetes.
Numerosas personas se sienten eminentemente abatidas,cuando no les es posible la práctica del mal;otros se encolerizan porque Dios no atendió sus perniciosos caprichos.
A fin de prestar la debida cooperación,es justo que nos incorporemos a la caravana fiel que camina para encontrarse con Jesús,comprendiendo que el amigo leal es el que no procura contender y está siempre dispuesto para la ejecución de las buenas tareas.
Participar del Espíritu del servicio evangélico es compartir las decisiones del Maestro,cumpliendo los designios del Padre que está en los cielos.
Así pues,no temamos lo que podamos venir a sufrir.
Dios es el Padre magnánimo y justo
Un padre no distribuye padecimientos,corrige y toda corrección perfecciona.
CAMINO,VERDAD Y VIDA

 OBSERVACIONES:  -Para alcanzar la fe, antes es necesario adquirir confianza. Sin confianza no puede haber fe.
Cuando no es posible la práctica del mal, en vez de abatirse el ánimo por ello, mejor se le debe de dar gracias al Padre porque dejándonos fuera del alcance de la actividad maligna, nos impide cometerla y tener que pagar después las consecuencias de un acto cuyo coste es siempre caro. 
No temamos lo que podamos sufrir en este mundo por causa de la fe, pues en cualquier caso, el sufrimiento en este plano es siempre breve y pasajero, comparado con el de una eternidad, y además Dios es un Padre infinitamente justo y bueno que no nos da aquello que no podemos afrontar o que no necesitamos  o no merezcamos. Con el sufrimiento, si acaso nos corrige y depura, y toda corrección siempre es para perfeccionar, nunca para castigar.
- Jose L. Martín -

                                                                *********************


MI ENHORABUENA A LOS PARTICIPANTES EN ESTE CONGRESO ESPÍRITA NACIONAL

No hay comentarios: