martes, 14 de junio de 2016

El proceso reencarnatorio


     
Fenómenos de bicorporeidad

Uno de los miembros de la Sociedad nos da a conocer una carta de uno de sus amigos de Boulogne sur-Mer, en la cual leemos el siguiente pasaje. Esta carta data del 26 de julio de 1856.

«Desde que por órdenes de los Espíritus he magnetizado a mi hijo, éste se ha vuelto un médium muy raro; por lo menos es lo que él me ha revelado en estado sonambúlico, en el cual yo lo había puesto a petición suya el 14 de mayo último, y cuatro o cinco veces después.

«Para mí está fuera de duda que, despierto, mi hijo conversa libremente con los Espíritus que desea, por intermedio de su guía, que él llama familiarmente de amigo; que a voluntad él se transporta en Espíritu adonde quiere, y voy a citaros un hecho del cual tengo pruebas escritas en mis manos.

«Hace hoy exactamente un mes, estábamos los dos en el comedor. Yo leía el curso de Magnetismo del Sr. Du Potet, cuando mi hijo tomó el libro y lo hojeó; al llegar a un cierto trecho, su guía le dijo al oído: Lee esto. Era la historia de un doctor de América, cuyo Espíritu había visitado a un amigo a 15 ó 20 leguas de allí, mientras dormía. Después de haberlo leído, mi hijo dijo: Me gustaría hacer un pequeño viaje semejante. – ¡Pues bien! ¿Adónde quieres ir? – le dijo su guía. – A Londres, respondió mi hijo, a ver a mis amigos, y nombró a aquellos que deseaba visitar.

«Mañana es domingo, fue la respuesta; no estás obligado a levantarte temprano para trabajar. Dormirás a las ocho e irás a viajar a Londres hasta las ocho y media. El próximo viernes recibirás una carta de tus amigos que te harán reproches por haberte quedado tan poco tiempo con ellos.

«Efectivamente, al día siguiente por la mañana, a la hora indicada, se durmió con un sueño muy pesado; a las ocho y media lo desperté: él no se acordaba de nada; por mi parte, no dije una palabra, esperando el resultado.

«El viernes siguiente yo trabajaba en una de mis máquinas y, como de hábito, fumaba, después de almorzar; al observar el humo de la pipa, mi hijo me dijo: ¡Mira! Hay una carta en el humo. – ¿Cómo ves una carta en el humo? – Tú vas a verla, respondió, porque he aquí al cartero que la trae. Efectivamente, el cartero venía a entregar una carta de Londres, en la cual los amigos de mi hijo le reprochaban por haber pasado con ellos solamente algunos momentos el domingo anterior, de las ocho a las ocho y media, relatando una multitud de detalles que sería demasiado largo repetir aquí, entre los cuales el hecho singular de haber comido con ellos. Tengo la carta – como os lo he dicho – que prueba que no he inventado nada.»

Después de haber sido contado el caso anterior, uno de los asistentes dijo que la Historia relata varios hechos semejantes. Citó a san Alfonso de Ligorio, que fue canonizado antes del tiempo requerido, por haberse mostrado simultáneamente en dos lugares diferentes, lo que fue considerado un milagro.
San Antonio de Padua se encontraba en España, y en el momento en que predicaba, su padre (en Padua) marchaba al suplicio, acusado de asesinato. En ese momento san Antonio aparece, demuestra la inocencia de su padre, y da a conocer al verdadero criminal, que más tarde sufrió su castigo. Fue constatado que san Antonio estaba en ese mismo momento en España.

Al haber sido evocado san Alfonso de Ligorio, le hemos dirigido las siguientes preguntas:

1. ¿Es real el hecho por el cual habéis sido canonizado?
– Resp. Sí.

2. ¿Es excepcional este fenómeno?
– Resp. No; puede presentarse en todos los individuos desmaterializados.

3. ¿Era ése un justo motivo para canonizaros?
– Resp. Sí, ya que por mi virtud me había elevado hacia Dios; sin esto no hubiese podido transportarme a dos lugares al mismo tiempo.

4. ¿Merecerían ser canonizados todos los individuos en los cuales este fenómeno se presenta?
– Resp. No, porque todos no son igualmente virtuosos.

5. ¿Podríais darnos la explicación de este fenómeno?
– Resp. Sí; el hombre, cuando por su virtud se ha desmaterializado completamente y ha elevado su alma hacia Dios, puede aparecer en dos lugares al mismo tiempo; he aquí cómo: el Espíritu encarnado, sintiendo venir el sueño, puede pedir a Dios para transportarse a cualquier lugar. Su Espíritu o alma – como queráis llamarlo – abandona entonces su cuerpo, seguido de una parte de su periespíritu, y deja la materia inmunda en un estado parecido al de la muerte. Digo parecido al de la muerte, porque ha quedado en el cuerpo un lazo que une el periespíritu y el alma a la materia física, y este lazo no puede ser definido. Por lo tanto, el cuerpo aparece en el lugar deseado. Creo que es todo lo que deseáis saber.

6. Esto no nos da la explicación de la visibilidad y de la tangibilidad del periespíritu.
– Resp. Al encontrarse el Espíritu desprendido de la materia, según su grado de elevación, puede hacer tangible la materia.

7. Sin embargo, ciertas apariciones tangibles de manos y de otras partes del cuerpo pertenecen evidentemente a los Espíritus de un orden inferior.
– Resp. Son los Espíritus superiores que se sirven de Espíritus inferiores para probar la cuestión.

8. ¿Es indispensable el sueño del cuerpo para que el Espíritu aparezca en otros lugares?
– Resp. El alma puede dividirse cuando se siente trasladada a un lugar diferente de aquel en que se encuentra el cuerpo.

9. ¿Qué le sucedería a un hombre que está inmerso en el sueño, mientras que su Espíritu aparece en otra parte, si él fuese despertado súbitamente?
– Resp. Esto no sucedería, porque si alguien tuviera la intención de despertarlo, el Espíritu volvería al cuerpo y habría de prever la intención, puesto que el Espíritu lee el pensamiento.

Tácito relata un hecho análogo: Durante los meses que Vespasiano pasó en Alejandría para esperar el retorno periódico de los vientos de verano y de la estación en que el mar se vuelve seguro, sucedieron varios prodigios, a través de los cuales se manifestó el favor del cielo y el interés que los dioses parecían tener por este príncipe… Estos prodigios aumentaron en Vespasiano el deseo de visitar la sagrada morada del dios para consultarlo sobre asuntos del imperio. Ordenó que el templo fuese cerrado para todos: habiendo allí entrado, y totalmente atento a lo que iba a pronunciar el oráculo, percibió detrás de él a uno de los principales egipcios, llamado Basílides, que sabía que estaba enfermo a muchas jornadas de Alejandría. Se informó con los sacerdotes si Basílides había venido ese día al templo; se informó con los transeúntes si lo habían visto en la ciudad; en fin, envió hombres a caballo y se aseguró que en ese mismo momento él estaba a ochenta millas de distancia. Entonces, no dudó más de que la visión había sido sobrenatural, y el nombre de Basílides le sirvió de oráculo. (TÁCITO. Historias, libro IV, caps. 81 y 82. Traducción de Burnouf.)

Después de que esta comunicación nos fue dada, varios hechos del mismo género – cuya fuente es auténtica – nos han sido contados, y entre ellos están los más recientes, que por así decirlo han tenido lugar en nuestro medio, y que se presentaron en las circunstancias más singulares. Las explicaciones a las que dieron lugar amplían singularmente el campo de las observaciones psicológicas. La cuestión de los hombres dobles, relegada antiguamente a los cuentos fantásticos, parece así tener un fondo de verdad. Próximamente volveremos sobre el tema.

Allan Kardec
Revista Espirita 1858

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        LAS INCOMPRENSIONES.

Quien sintoniza con la Mente Divina siempre exterioriza paz e irradia una alegría de vivir poco común. Cual rayo de sol que besa en pantano con la misma serenidad con que besa el pétalo de una rosa, no se desequilibra en la algarabía, ni se altera en el silencio. Disfruta de la armonía que absorbe, y ninguna perturbación quiebra sus estructuras porque comprende que el perseguidor está enfermo, y el adversario se encuentra en un nivel inferior de evolución. En vez de responder en mal que le imponen, ofrece el amor que les falta, en forma de perdón y de fraternidad, que es lo que necesitan.

Nunca hostiliza a nadie, porque superó las herencias del primitivismo y aspira las vibraciones elevadas de las planicies de la felicidad, donde se encuentra psiquicamente. Se siente estimulado a la evolución y se entrega más aún, por constatar cuán inmensa es la carencia de aquellos que todavía se debaten en medio de las pasiones que los perturban. El hálito de Dios, que todo lo vitaliza, encuentra en él receptividad y lo penetra, por eso es feliz. Ninguna persona logra atravesar la jornada terrestre sin enfrentar los obstáculos necesarios para su proceso de iluminación interior.

Entre muchos, aquellos de naturaleza moral son los más mortificantes, porque desafían las resistencias íntimas y conspiran contra la armonía personal. Entre ellos se destaca en la relación social, la incomprensión, que crea situaciones lamentables. La incomprensión tiene sus raíces en comportamientos interiores que se enmascaran, renovando las formas de agresión y manteniendo la misma acritud. La envidia es la que los estimula y provoca situaciones insostenibles. La competencia malsana les da coraje para derribar al aparente adversario. La malicia favorece el intercambio para su acción mórbida, y esparce sospechas y calumnias.

La incomprensión está en germen en el alma humana que aún se encuentra en proceso de crecimiento. Herencia de los instintos agresivos, aparece nuevamente con insistencia en las mentes, y procura residir en los corazones. En razón de la inferioridad de los hombres, la incomprensión fomenta la caída de excelentes construcciones del amor. Los más abnegados promotores del progreso padecieron la incomprensión de sus contemporáneos. Abrazados a su ideal, no podían pactar con los frívolos y los malos que los buscaban, en tentativas de amistad, para desviarlos del compromiso.

Los santos sufrieron vejaciones en carne propia y fueron perseguidos por los grupos de los cuales surgieron. Los misioneros del bien fueron sacrificados y confundidos, porque no se detuvieron ni cedieron en sus ideales. Los envidiosos los acribillaron con espinas y dolores, gozando al verlos casi sucumbir... Nadie logrará caminar en paz en medio de la multitud. Las diferencias ideológicas y morales, vibratorias y culturales no dejarán, por ahora, que la fraternidad colabore y que el amor ampare. Perdona a tus perseguidores. Ellos ya son desdichados en razón de lo que cultivan en su interior, y de lo que realmente son.
Prosigue confiado, sin detenerte a examinar las incomprensiones del camino. Los que apedrean sólo optan por la tarea de agredir. Sé tú quien avance con comprensión. Todo el mal que te hagan, no te hará mal. Por el contrario, te promoverá al peldaño superior, si sabes enfrentar la situación. Tu ejemplo de humildad será para ellos un llamado a la renovación, a la paz. No te detengas ni te entristezcas ante las incomprensiones. Nunca agradarás a los exigentes, a los irresponsables, a los ignorantes. Agrada entonces a tu conciencia de bien, y prosigue con alegría interior por el derrotero que elegiste, sin mirar hacia atrás.

Despierte y Sea Feliz
Juana de Angelis (Espíritu)


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EL PROCESO ENCARNATORIO.

- ¿Cómo y cuándo se incorpora el espíritu al cuerpo del bebé?
* Por regla general, el espíritu que va encarnar suele comenzar a visitar a su futura familia incluso antes de la concepción, estimulando las ganas de tener hijos en la madre y el padre. A partir del momento de la concepción, el espíritu se liga al óvulo recién fecundado, y durante la gestación participa en su crecimiento y correcto desarrollo, de forma que este vínculo entre el cuerpo y el espíritu no se rompe hasta el momento en que se produce la desencarnación. Durante la gestación existe un progresivo acoplamiento entre el cuerpo astral del espíritu encarnante y el cuerpo físico del bebé en gestación. El espíritu encarnante comienza a percibir tanto aquello que se le hace al feto como aquello que la madre siente o percibe. Aunque el espíritu ya se ha ligado al cuerpo, conserva todavía bastante libertad de movimiento.
Sigue estando en contacto con los amigos y guías del mundo espiritual. Es un periodo de transición en el que el espíritu va y viene constantemente del mundo espiritual al físico y viceversa, en el que se prepara para el nacimiento, se familiariza con los que van a ser sus
padres y allegados del mundo físico y se despide de su familia espiritual.
Sin embargo, la incorporación del espíritu al cuerpo del bebé se produce por norma general, en el momento del nacimiento.


- Pero hay muchas parejas que no desean tener hijos y también se
produce una encarnación ¿Cómo se logra esto?

* Estimulando el apetito sexual de los padres e induciéndoles al descuido si toman medidas anticonceptivas.


- Por otra parte, hay padres que desean tener hijos y por mucho que lo intentan no se produce la encarnación.
* ¿Acaso creéis que sois vosotros los que controláis el proceso encarnatorio? Pues os equivocáis. Ya os he dicho que la encarnación depende de los acuerdos preencarnatorios entre espíritus. Hay veces que las personas quieren tener hijos y no pueden, sin que haya ningún impedimento físico. Sin embargo, en otros momentos que no se busca se produce la concepción de manera accidental. De ahí que el refrán popular “Nacimiento y mortaja del cielo baja” sea muy acertado.
Podéis impedir o retrasar la llegada de un espíritu al mundo. Pero no podréis forzar que venga un espíritu si el mundo espiritual no lo tiene previsto o no lo considera justo atendiendo a criterios espirituales.
Por otra parte, deberíais tener mucha mayor sensibilidad respecto al trato que dais al bebé en gestación, puesto que ya está ligado a él un espíritu que percibe y siente, tanto lo bueno como lo malo. Que se alegra y se siente feliz cuando percibe que se le va recibir con amor y
que sufre cuando percibe que no es bienvenido o se le quiere hacer daño, como cuando se intenta interrumpir el embarazo.


- Pues hay personas que están a favor de la interrupción del embarazo porque consideran que es mejor que no nazca un niño cuya madre o padre no lo quiere, o no pueden criarlo conforme es debido, o porque viene con alguna malformación, porque opinan que es traer al mundo un niño para que sufra.
* Entonces si el niño ya ha nacido, y no desean encargarse de él, por estas mismas razones, ¿considerarían lícito, abandonarlo o matarlo?
- No, claro. Esto sería un crimen, un acto inhumano, abandonar o matar a un recién nacido.
* Entonces ¿por qué si se considera un crimen después de que el niño salga del vientre, no se tiene la misma opinión cuando el niño está dentro?


- Bueno, entiendo yo que se refieren a abortar antes de que se haya formado el niño, en los primeros meses del embarazo, cuando todavía no se ha formado el feto.
Por lo que expones, entonces el quid de la cuestión se reduce a dirimir cuándo se traspasa el límite entre considerar a la vida en formación un grupo de células y considerarla un niño. ¿Quieres decir que mientras se considera un grupo de células es lícito interrumpirlo, y cuando el grupo de células se considera un niño, habría que tomarse en serio el tema de
empezar a respetar su vida?


- Supongo que es algo así.
* Y, según esta forma de pensar ¿cuándo se traspasa la frontera entre considerar al embrión un grupo de células o un niño? ¿Diez días, un mes, tres meses, cinco meses?


- Pues no lo sé. Supongo que cada persona tendrá su propia idea respecto a cuándo considerarlo o no un niño. Tal vez antes de los tres meses no y después sí.
* En realidad, los que son partidarios del aborto parten del principio de que la vida humana se inicia con el nacimiento y termina con la muerte, y no tienen muy claro cuándo empezar a considerar al ser en formación un ser humano. Por ello sucede también que estas mismas personas están a favor de la eutanasia en los casos en los que las personas sufren una enfermedad terminal, o en casos de incapacidades graves, de no poder moverse etc. Y esto ocurre porque tienen un concepto materialista de la vida, es decir, sólo admiten que exista la vida física, e identifican al ser humano con el cuerpo que utiliza para manifestarse en el plano físico. Por ello, desde ese punto de vista, en las primeras etapas de la gestación, cuando las células del embrión todavía no se han diferenciado lo suficiente como para adquirir la forma del bebé, no lo consideran un ser humano, y por tanto, no ven inconveniente en interrumpir el embarazo. Pero desde el punto de vista espiritual, un cuerpo, sea el de un feto, un niño o un adulto, sin el espíritu, no es vida, porque sin el principio espiritual no es posible la vida. La vida es la vida del espíritu y no la del cuerpo en el que se encarna y no es en el desarrollo del cuerpo donde hay que fijar la atención, sino en cuál es el momento en el que el espíritu se liga al desarrollo del embrión, que es cuando empieza a tener vida que, como ya he dicho, es a partir de la concepción. Por lo tanto, a partir de que el espíritu se liga al cuerpo, el interrumpir el embarazo es una vulneración de la libertad del espíritu que va a encarnar.
- Pero supongo que es muy difícil que la madre encarnada pueda ver las cosas desde esa perspectiva, teniendo en cuenta el tipo de creencias que se tienen en este mundo, que mayoritariamente no admiten la existencia de la vida antes del nacimiento.
* En todo ser humano, y por lo tanto en toda madre, existe la intuición de cómo se produce el proceso encarnatorio, puesto que este proceso ha sido vivido innumerables veces por cada ser encarnado. La voz de la conciencia nos advierte de que con el aborto estamos vulnerando el libre albedrío del ser que va a encarnar.


- Pero también está la libertad de la madre de decidir si quiere tener hijos o no.
* Ciertamente. Pero si realmente no quiere tener hijos ha de tomar medidas antes de que aparezca en escena el ser que va a encarnar, es decir, ha de utilizar métodos anticonceptivos, para no tener que interrumpir un proceso que ya se ha iniciado.

Vicent Guillem.


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¿Qué  impulsa el retorno del Ser Espiritual a este mundo ?

    Cuando el Ser no tiene un lastre negativo desde su pasado, pendiente de superar, este no siente la urgencia de tener que regresar a este mundo para compensarlo o reducirlo, pero sin embargo, antes o después desde el plano o mundo espiritual en que habita, llega un momento en que por imperativos de la Ley de Evolución, comienza a experimentar cierto cansancio a causa de sentir en él cierto estancamiento, entonces presiente y comprende la necesidad de volver de nuevo a las pruebas que ofrece la vida en la materia. Este cansancio se podría comparar al de una persona que lleva muchas horas despierta, sin dormir ni descansar nada; antes o después el sueño y el cansancio se apodera de ella y siente la necesidad de descansar y de relajarse, dejándose llevar por ese requerimiento físico y psíquico..
En esta situación, el Ser que va a reencarnar, entra gradualmente en un estado de turbación mayor y más duradera que la experimentada con la muerte, pues la reencarnación supone para el Ser el proceso inverso y similar al de la muerte humana, pero más duro y largo , porque por lo general, para todos los espíritus es más difícil el tener que nacer como humano en un proceso de planificación y de desarrollo embrionario que dura nueve meses , que el de la muerte con la desencarnación, que suele ser casi instantánea o de una duración , por lo general, bastante más breve. El nacimiento es una ligadura a la materia que limita nuestra libertad como seres espirituales, mientras la muerte del cuerpo es una liberación del alma.
Si el deseo de retornar a este mundo es muy fuerte, puede anticipar este momento solicitándolo a sus Mentores o Guías espirituales, para que le sea concedido. Asimismo, tal como se ha explicado ya, también puede retrasar este momento si se acobarda y retrocede por el miedo al fracaso ante las pruebas difíciles que sabe que tendrá que afrontar en este mundo, lo cual le es motivo de inquietud y sufrimiento.
El proceso del retorno o reencarnación, puede variar de unos individuos a otros, tal como sucede con el proceso de la desencarnación, dependiendo de su grado de conciencia y de su más o menos avanzado grado de evolución.
Cuando los Espíritus reencarnantes son muy jóvenes en su existencia como espíritus por lo que son Primarios, no tienen todavía conciencia del proceso y son inmersos en él de una forma “automática”..
     En el caso de otros un poco más avanzados o Secundarios, con cierto grado de evolución alcanzada, están todavía muy apegados a la Tierra, y cuando piden volver lo hacen impulsados por la Ley de Causa y Efecto, eligiendo y planificando su futura vida con la ayuda y consejo de sus mentores o Guías.
     Los Espíritus Libres, eligen voluntariamente volver por un impulso mental de la ley de Evolución en unos muy espaciados periodos de tiempo. Estos ya han quedado libres del obligado proceso reencarnatorio en los mundos “de expiación y pruebas”, y su vuelta a la Tierra casi siempre obedece a motivos de amor y de ayuda hacia otros Seres aún ligados a ella.
     En el caso de los Superiores al igual que los Libres, no están ya obligados a reencarnar en mundos atrasados, y cuando lo hacen, solo es por Amor a la Humanidad, con el propósito de ayudar a los Seres humanos en su adelantamiento evolutivo espiritual Estos Seres Superiores por su desarrollo intelectual y moral, están capacitados para planificar con gran antelación su retorno y su misión. Para estos, la vuelta a este mundo les supone siempre un sacrificio.

- Jose Luis Martín-
                  
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