martes, 14 de julio de 2015

En la exaltación del Amor



"OCUPACIONES Y MISIONES

DE LOS ESPÍRITUS"

558 – ¿Los Espíritus tienen algo más que hacer que mejorarse Personalmente?
– Concurren a la armonía del Universo ejecutando la voluntad de Dios, cuyos ministros son. La vida espírita es una ocupación Continua, pero nada penosa como las de la Tierra, porque no existe Cansancio corporal, ni las angustias de la necesidad.

559 – ¿Los Espíritus inferiores e imperfectos desempeñan también funciones útiles en el Universo?
– Todos tienen deberes que cumplir. ¿Acaso el último de los obreros no concurre para construir el edificio tanto como el arquitecto? (540).

560 – ¿Cada uno de los Espíritus tiene atributos especiales?
– Es decir que debemos habitar en todas partes y adquirir conocimiento de todas las cosas, presidiendo sucesivamente todos los componentes del Universo. Pero, como se dice en el Eclesiastés, hay un tiempo para todo; así, éste cumple hoy su destino en ese mundo,aquél lo cumplirá o lo cumplió, en otra época en la Tierra, en el agua, en el aire, etc.

561 – ¿Las funciones que desempeñan los Espíritus en el orden de las cosas son permanentes para cada uno y están en las atribuciones exclusivas de ciertas clases?
– Todos deben recorrer los diferentes grados de la escala para perfeccionarse. Dios que es justo, no podría querer dar a unos la ciencia sin trabajo, mientras que otros sólo la adquieren con sacrificio.
De la misma manera entre los hombres, nadie llega al supremo grado de habilidad en un arte cualquiera, sin haber adquirido los necesarios conocimientos en la práctica de las más ínfimas ocupaciones del arte en cuestión.

562 – No teniendo nada que adquirir los Espíritus del orden más elevado, ¿están en reposo absoluto o también tienen ocupaciones? – ¿Que querríais que hiciesen durante la eternidad? La eterna ociosidad sería un suplicio eterno.
– ¿Cuál es la naturaleza de sus ocupaciones?
– Recibir directamente las órdenes de Dios, transmitirlas a todo el Universo y velar por su ejecución.

563 – ¿Las ocupaciones de los Espíritus son incesantes?
– Incesantes, si se entiende que su pensamiento está siempre activo, porque ellos viven con el pensamiento. Pero no se han de comparar las ocupaciones de los Espíritus con las ocupaciones materiales de los hombres. La misma actividad de que hablamos es un placer, porque tienen conciencia de que son útiles.
 – Esto se concibe de los Espíritus buenos, ¿pero ocurre lomismo con los Espíritus inferiores?
– Los Espíritus inferiores tienen ocupaciones apropiadas a su naturaleza. ¿Confiáis al aprendiz y al ignorante los trabajos del hombre de inteligencia?

564 – ¿Entre los Espíritus los hay que son ociosos o que no se ocupan de alguna cosa útil?
– Sí; pero este estado es temporal y está subordinado al desarrollo de su inteligencia. Ciertamente que los hay, como entre los hombres, que sólo viven para sí mismos; pero esta ociosidad les pesa y tarde o temprano el deseo de progresar les hace sentir la necesidad de la actividad y son felices pudiendo ser útiles. Hablamos de Espíritus que han llegado al punto de tener conciencia de sí mismos y libre albedrío; porque en su origen son como los niños que acaban de nacer y que actúan más por instinto que por voluntad determinada.

565 – ¿Los Espíritus examinan nuestros trabajos artísticos y se interesan en ellos?
– Examinan lo que puede probar la elevación de los Espíritus y su progreso.

566 – Un Espíritu que ha cultivado una especialidad en la Tierra, un pintor, un arquitecto, por ejemplo, ¿se interesa preferentemente
por los trabajos que fueron sus predilectos durante la vida?
– Todo se confunde en un fin general. Si es bueno, se interesa tanto como se lo permite la ocupación de ayudar a las almas a elevarse hacia Dios. Olvidáis, además, que un Espíritu que ha practicado un arte en la existencia que le conocéis, puede haber practicado otro en otra existencia; porque preciso es que lo sepa todo para ser perfecto.
Así, según su grado de evolución, puede no haber especialidad para él; es lo que entiendo al decir que todo se confunde en un fin general.
Notad también lo siguiente: lo que es sublime para vosotros en vuestro mundo atrasado, son puerilidades en mundos más adelantados. ¿Cómo queréis que los Espíritus que habitan en esos mundos, donde existen artes desconocidas para vosotros, admiren lo que para ellos es obra de un aprendiz? Ya lo he dicho: examinan lo que puede probar el progreso.
– Concebimos que debe ser así para los Espíritus más avanzados; pero hablamos de Espíritus más vulgares y que no se han hecho superiores aún a las ideas terrestres.
– En cuanto a éstos, es diferente. Su punto de vista es más limitado y pueden admirar lo que vosotros admiráis.

567  – ¿Los Espíritus participan a veces de nuestras ocupaciones y placeres?
– Los Espíritus vulgares, como tú dices, sí. Ellos están sin cesar
a vuestro alrededor y en lo que hacéis toman a veces una parte muy
activa, según su naturaleza. Y esto es muy necesario para impeler a
los hombres en los diferentes senderos de la vida, excitar o moderar
sus pasiones.
Los Espíritus se ocupan de las cosas de este mundo en proporción de su elevación o de su inferioridad. Los Espíritus superiores tienen sin duda la facultad
de considerarlas en sus más pequeños detalles, pero no lo hacen sino en aquello que es útil al progreso. Sólo los Espíritus inferiores le consagran una importancia relativa a los recuerdos presentes aún en su memoria y a las ideas materiales no olvidadas aún.

568  – ¿Los Espíritus que tienen misiones que cumplir, las cumplen en estado de erraticidad o en estado de encarnación?
– Pueden tenerlas en uno o en otro estado; para ciertos Espíritus errantes las misiones son una gran ocupación:

569 – ¿En qué consisten las misiones que pueden tener a su cargo los Espíritus errantes?
– Son tan variadas que sería imposible describirlas, y además, las hay que no podéis comprenderlas. Los Espíritus ejecutan la voluntad de Dios y no podéis penetrar todos sus designios. Las misiones de los Espíritus siempre tienen el bien por objeto. Ya sea como Espíritus, ya como hombres están encargados de fomentar el progreso de la Humanidad, de los pueblos o de los individuos en un círculo de ideas más o menos extenso, más o menos especial, de preparar el camino a ciertos acontecimientos y velar por la realización de ciertas cosas. Algunos tienen misiones más restringidas y en cierto modo personales o locales, como asistir a los enfermos, a los agonizantes, a los afligidos, velar por aquellos como guías y protectores, y dirigirlos por medio de sus consejos o sugiriéndoles buenos pensamientos. Puede decirse que hay tantas especies de misiones como clases de intereses que vigilar, ya en el mundo físico, ya en el moral. El Espíritu avanza según la manera como cumple su tarea.

570 – ¿Los Espíritus penetran siempre los designios que están encargados de ejecutar?
– No; los hay que son instrumentos ciegos; pero otros sabenmuy bien con qué objetivo actúan.

571  – ¿Sólo los Espíritus elevados cumplen misiones?
– La importancia de la misión está en relación con la capacidad y elevación del Espíritu. El correo que lleva un despacho cumple también una misión, pero muy distinta de la del general.

572  – ¿La misión es impuesta al Espíritu o depende de su voluntad?
– La pide y es feliz obteniéndola.
– ¿Una misma misión puede ser solicitada por varios Espíritus?
– Sí, y con frecuencia hay muchos candidatos; pero no todos son admitidos.

573  – ¿En qué consiste la misión de los Espíritus encarnados?
– Instruir a los hombres, ayudar a su progreso, mejorar sus instituciones por medios directos y materiales. Pero las misiones son
más o menos generales e importantes, pues el que cultiva la tierracumple una misión, lo mismo que el que gobierna o instruye. Todo se
encadena en la Naturaleza, y al mismo tiempo que el Espíritu se purifica en la encarnación, concurre, bajo esta forma, al cumplimiento
de los propósitos de la Providencia. Cada uno tiene su misión en este mundo, puesto que cada uno puede ser útil en algo.

574  – ¿Cuál puede ser la misión de las personas voluntariamente inútiles en la Tierra?
– Hay efectivamente personas que sólo para sí viven y no saben hacerse útiles para nada. Son pobres seres a quienes se ha de compadecer, porque expiarán cruelmente su inutilidad voluntaria y con frecuencia, su castigo comienza desde este mundo, por el tedio y cansancio de la vida.
– ¿Puesto que podían elegir, ¿por qué prefirieron una vida que de nada les sirve?
– Entre los Espíritus los hay también perezosos que retroceden ante una vida de trabajo. Dios lo permite, pues comprenderán más tarde y a sus expensas, los inconvenientes de su inutilidad, y serán los primeros en pedir que se les permita reparar el tiempo perdido.
Puede ser también que escogieron una vida más útil, pero una vez en la obra, retroceden y se dejan arrastrar por las sugestiones de los Espíritus que los animan a la ociosidad.

575  – Las ocupaciones vulgares antes nos parecen deberes que misiones propiamente dichas. La misión según el sentido que se le da
a esta palabra, tiene una característica menos exclusiva y sobre todo menos personal. Desde este punto de vista, ¿cómo se puede reconocer que un hombre tiene una misión real en la Tierra?
– Por las grandes cosas que realiza, por el progreso al que conduce a sus semejantes.

576 – Los hombres que tienen una misión importante ¿están predestinados a ella antes de su nacimiento y la conocen?
– Algunas veces, sí; pero, con frecuencia, la ignoran. Al venir a la Tierra, tienen un objetivo vago; su misión se diseña después de su nacimiento y según las circunstancias. Dios los impele hacia el camino por donde han de cumplir sus designios.

577  – Cuándo un hombre hace algo útil, ¿es siempre en virtud
de una misión anterior y predestinada, o puede recibir una misión imprevista?
– Todo lo que el hombre hace no es el resultado de una misión predestinada. Con frecuencia, es el instrumento del que se sirve un Espíritu para ejecutar una cosa que cree útil. Por ejemplo, un Espíritu juzga que sería bueno escribir un libro que el mismo escribiría si estuviese encarnado; toma el escritor más apto para comprender su pensamiento y ejecutarlo, y le da la idea y lo dirige en la ejecución. Así, este hombre no vino a la Tierra con la misión de hacer esta obra.
Lo mismo puede decirse de ciertos trabajos artísticos o descubrimientos. Preciso es decir también que durante el sueño del cuerpo, el Espíritu encarnado se comunica directamente con el Espíritu errante y se entienden sobre la ejecución.

578  – ¿El Espíritu puede por culpa suya faltar a su misión?
– Sí; cuando no es un Espíritu superior.
– ¿Qué consecuencias le resultan de ello?
– Será necesario comenzar de nuevo la tarea: ese es su castigo; además, sufrirá las consecuencias del mal que haya causado.

579  – Puesto que el Espíritu recibe su misión de Dios, ¿cómo puede Dios confiar una misión importante y de interés general a un
Espíritu que podría fallar en ella?
– ¿No sabe Dios si su general alcanzará la victoria o será vencido? Estad seguros que lo sabe, y sus planes, cuando son importantes, no son confiados a aquellos que han de abandonar la obra en medio del trabajo. Toda la cuestión se reduce para vosotros al conocimiento del futuro, que Dios posee, pero que no os es dado.

580  – El Espíritu que se encarna para cumplir una misión, ¿tiene la misma aprehensión que el que lo hace como prueba?
– No; porque tiene experiencia.

581  – Los hombres que son las lumbreras del género humano, que lo ilustran con su genio, tienen en realidad una misión; pero entre ellos los hay que se engañan y que al lado de grandes verdades propagan grandes errores. ¿Cómo debe considerarse su misión?
– Como engañados por sí mismos. Son inferiores a la tarea que han emprendido. Entretanto, es preciso tener en cuenta las circunstancias; los hombres de genio deben hablar según los tiempos, y tal enseñanza que parece erróneo o pueril en una época avanzada, podía ser suficiente para su siglo.

582  – ¿Puede considerarse la paternidad como una misión?
– Sin duda es una misión y al mismo tiempo un deber muy grande que compromete para el porvenir la responsabilidad más de lo que el hombre se imagina. Dios ha puesto al hijo bajo la tutela de los padres para que estos le guíen en el camino del bien, y facilitó su
tarea dándole una organización frágil y delicada que le hace accesible a todas las impresiones. Pero hay padres que se ocupan más de
enderezar los árboles de su jardín y hacerlos producir muchos y buenos frutos, que enderezar el carácter de su hijo. Si éste sucumbe por su
falta, cargarán la pena y los sufrimientos del hijo en la vida futura recaerán sobre ellos, porque no hicieron lo que dependía de ellos
para su adelanto en el camino del bien.

583  – Si un niño es malo, a pesar de los desvelos de sus padre, ¿son responsables éstos?
– No; pero mientras más malas sean las disposiciones del niño y más pesada la tarea, mayor será el mérito si consiguen desviarlo del mal camino.
– Si un niño resulta un buen sujeto, a pesar de la negligencia o los malos ejemplos de los padres, ¿obtienen éstos algún provecho?
– Dios es justo.

584 – ¿Cuál puede ser la naturaleza de la misión de un conquistador que sólo tiene como meta satisfacer su ambición y que para lograr su objetivo, no retrocede ante ninguna de las calamidades que arrastra en pos de sí?
– Con frecuencia, no es más que un instrumento de que se sirve Dios para el cumplimiento de sus designios, y esas calamidades son
a veces un medio de hacer avanzar a un pueblo más deprisa.
– El que es instrumento de esas calamidades pasajeras es extraño al bien que puede resultar de ellas, puesto que sólo un objetivo personal se había propuesto; no obstante, ¿aprovechará algo de ese bien?
– Cada uno es recompensado según sus obras, el bien que ha querido hacer y la rectitud de sus intenciones.
Los Espíritus encarnados tienen ocupaciones inherentes a su existencia corporal. En estado errante o de desmaterialización, esas ocupaciones son proporcionales a su grado de progreso.
Unos recorren los mundos, se instruyen y se preparan para una nueva encarnación. Otros más adelantados se ocupan del progreso, dirigiendo los acontecimientos y sugiriendo pensamientos propicios; asisten a los hombres de genio que concurren al adelanto de la Humanidad.
Otros se encarnan con una misión de progreso.
Otros toman bajo su tutela a los individuos, familias, colectividades, ciudades y los pueblos de los que son ángeles guardianes, genios protectores y Espíritus familiares.
Otros, en fin, presiden los fenómenos de la naturaleza, cuyos agentes directos son. Los Espíritus vulgares se mezclan en nuestras ocupaciones y diversiones.
Los Espíritus impuros o imperfectos esperan, entre sufrimientos y angustias, el momento en que a Dios le plazca proporcionarles los medios de avanzar. Si hacen el mal, es por despecho del bien que no pueden aún gozar.

"libro de los Espíritus" (Allan Kardec)

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EN LA EXALTACIÓN DEL 

AMOR

André Luiz
La hoja marchita que cae, anónimo, el tallo de su nacimiento, es
bastante el símbolo del poder oculto de Dios en la Naturaleza.
Poder que es fuerza, vida y amor…
¿Quién lo recogió?
¿El Sol? No. ¿El Viento? No. ¿El Hombre? No.
La hoja descendió por si mima, según los dictámenes preestablecidos por las leyes generales del Universo, para el seno fecundo de la Tierra, que la transforma en nuevo elemento en el laboratorio de la incesante renovación.Así también se mueven las criaturas y los destinos.
La hoja cae… Los mundos caminan… El hombre evoluciona…
Brilla el Sol, naturalmente, manteniendo la familia planetaria en los dominios de la Casa Cósmica.
Avanza el viento, sin esfuerzo, nutriendo la euforia de las plantas.
Al principio de soberana espontaneidad, construye el hombre la propia existencia.
Saber no es todo.
Solo el amor consigue totalizar la gloria de la vida. Quien vive respira.
Quien trabaja progresa. Quien sabe percibe.
Quien ama respira, progresa, percibe, comprende, sirve y sublima, esparciendo la felicidad.
Siga, pues, su camino, alabando al bien, olvidando el mal y edificando sin reposo.
Si el camino es áspero y sombrío, prosiga sin temor.
Recuerde que en la vanguardia hay más amplio local para su esperanza.
Busque oír el mensaje del amor, donde pase.
Estudie amando.
Responda a los imperativos de la evolución, amando donde este.
Atienda al semejante, amando con alegría.
Satisfará, en todo, a usted mismo, amando siempre. En la marcha ascendente para el Reino Divino, el Amor es la Estrada Real. Las otras vías se llaman experiencias que la Eterna Sabiduría, aun por amor, trazo el gran viaje de las almas para que el espíritu humano no se pierda.
Antes de usted, el amor ya era.
Después de usted, el amor será.
Eso, es porque el Amor es Dios en todo.Viva, por eso, la vida, amándola para entenderla.
Vivir y amar…
Amar y comprender…
Comprender y vivir abundantemente...
Ángulos de una verdad sola – La Vida Eterna.
No en tanto, vivir sin amar es respirar sin trabajo digno; querer con un exclusivismo tonto contemplar situaciones y circunstancias con apriorismos que generan la enfermedad y la a muerte.
¿Si usted sabe, por tanto, lo que es vivir, porque no vive?
Solo vive realmente quien ama.
Solo ama efectivamente quien actúa para el bien de todos.
Solo actúa, sin duda, para el bien de todos, quien comprende que el amor es la base de la propia vida.
Fuera de esa verdad, hay también movimiento y acción de sombra que tornará fatalmente a la luz en ciclos determinados de lloro, prueba y de martirio.
Nada nuevo, siempre la Ley, que funciona compasiva, más inexorable, restituyendo a cada siembra la cosecha cierta.
Comande la embarcación de su destino y no atribuya a otros errores que sus manos hayan cometido.
De usted mismo depende el propio viaje. Instrúyase, sin procurar encubrir, ante la propia conciencia, las faltas que le arrojan al alma al desencanto o al agravio de las propias necesidades del espíritu.
Aunque la noche le complique el paso, aliente, en lo íntimo del ser, día eterno de la fe.
No se confié al sabor de la no vigilancia, para que la invigilância no le arrastre su existencia al sabor del sufrimiento.
Antes de nosotros, el Universo era el Santuario de la Gloria Divina.
Acordémonos, pues, de que Dios nos creó para acrecentar Su grandeza.
No Le disminuyamos el esplendor, cultivando la oscuridad…Engañaremos la forma.
Jamás engañaremos a la vida que palpita, triunfante, en nosotros mismos.
Aprenda a buscar aquello de que usted carece en el propio perfeccionamiento, antes que alguien le enseñe el precio de la aflicción.
Busque el camino exacto, antes que otros se le ofrezcan, en el día de su perturbación, para guías de su dolor.
Fuerza es poder. Idea es fuerza.
Más solo el amor condiciona el poder para la victoria de la luz.
Ame el camino. Camine y venza.
Anote hoy sus movimientos, en el ritmo del trabajo y de la oración, y el mañana surgirá con brillo siempre nuevo.
Sonría para los lances más difíciles de la estrada y los panoramas próximos y remotos se abrirán sonriendo a su alma.
No pare sino para rehacerla respiración atormentada.
Más allá, está el camino de su destino.
No escuche el murmullo de las sombras sino es para socorrer a las víctimas del mal, a fin de que los gemidos engañosos de la niebla no le anestesien el impulso de elevación.
La fraternidad será su ángel centinela entre las marismas de amargura.
Cante el poema de la caridad, sea donde sea, y las criaturas hermanas, aun mismo cuando esposadas al crimen, le responderán con estribillos de amor.
Guarde compasión y la paz será el dulce premio.
Ejemplifique la fe que le honra la inteligencia y el mundo le bendecirá todas las palabras.
Amanezca todos los días en el servicio que le compete y el deber rectamente cumplido que le mantendrá a usted, invariablemente,
en la mañana luminosa de la vida.Antes de ampararse, ampare aquellos que, desde hace mucho,suspiran por la migaja de su amparo.
Antes de nuestra voluntad, la voluntad del Señor.
Antes del bien para nosotros, el bien necesario a los otros.
Sea para usted la justicia que observa y corrige y sea para el hermano de jornada la bondad que ayuda y absuelve siempre.
Sobre todo, guarde la certeza de que el amor se moldea en la humildad que nunca hiere.
Colóquese en el último lugar y la vida se encargará de su propia defensa en cualquier parte.
Aun mismo con sacrificio, bajo lluvias de hiel y gritos de calumnia, rinda diariamente su culto al amor y el amor en la propia vida brillará en su alma, convirtiéndola en estrella para la Gloria SinFin.
Libro: EL ESPÍRITU DE VERDAD. Diversos Espíritus 

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Camille Flammarion,

niño prodigio de la ciencia

“Nací-escribe Camille Flammarion en sus Memorias-el sábado 26 de febrero de 1842, a la una de la mañana, en la villa de Montigny-le-Roi,
cabeza de cantón del departamento de Haute-Marne, que contaba entonces doscientos sesenta y siete habitantes. Soy hijo de campesinos, un verdadero hijo de la Naturaleza.”
En sus primeros años, el niño prodigio se interesa por las riquezas de su madre, la Naturaleza, estudiando la vida de las mariposas y de los ruiseñores y de las colinas que rodean el pueblo. Pero sobretodo lo fascina el cielo. A los 5 años observa, extasiado,un eclipse anular de sol; a los 11, desde las murallas de Langres, dibuja el cometa de 1853. A pesar de su pobreza, sus padres le dan una educación lo más completa posible, pero, a los 14 años, deberá ganarse la vida en París. Se coloca como aprendiz de un cincelador de cristales, en tanto que su padre se emplea en lo del célebre fotógrafo Nádar, el gran amigo de Julio Verne.
Las largas horas de trabajo, unidas a las del estudio a la luz de una vela, minan su salud. Entonces ocurre un hecho que determinará su vida. El Dr. Fournier, el médico de los pobres, lo visita y se sorprende ante un manuscrito de 500 páginas que se encuentra junto al lecho del joven enfermo. Lee estupefacto su título:  Cosmogonía Universal: estudio del mundo primitivo, historia física del globo desde los tiempos más remotos de su formación hasta el reino del género humano.
Hojea el libro, ilustrado por 150 perfectos dibujos.

Camille Flammarion -Esto es apasionante-dice-.¿Cómo ha llegado este manuscrito a sus manos? ¿De quién es?
-Mío…los dibujos también.
-¡No es posible! ¿Qué edad tiene usted?
-Dieciséis años. Escuche, doctor, tengo otro manuscrito, mucho más elegante, copiado por mi hermana menor. Ella ha malgastado su sueño y economizado sus magnos desayunos para comprar el papel.
Como hemos dicho, este encuentro determinará su vida: un mes más tarde, Camille es admitido como alumno-astrónomo en el Observatorio de París que dirige por entonces el ilustre Le Verrier, descubridor del planeta Neptuno.
El manuscrito de título interminable, es editado en 1885 como El mundo antes de la aparición del hombre.
En 1861 Camille es feliz: ha recobrado la salud y a los diecinueve años como bien y goza de la fama. Es por entonces que cae en sus manos una obra sorprendente: el Libro de los Espíritus, de Allan Kardec. Un nuevo cielo se abre ante él y busca de inmediato a su autor, con quien establece una amistad que no se romperá más.
El libro que Kardec debió publicar a sus expensas, ya que ningún editor quiso editar, hizo una carrera fulgurante, tanto en el plano comercial como espiritual.
Había nacido el Espiritismo.
Ese mismo año ocurre su ruptura con Le Verrier, que no veía con buenos ojos que su joven alumno le robara la atención de la prensa. Flammarion abandona el Observatorio e ingresa como calculista en la Oficina de Longitudes, trabajo que le deja precioso tiempo libre para escribir.
En 1862 tiene veinte años y es convocado para el sorteo de una suerte de servicio militar de siete años. El alcalde del Primer distrito, que formaba parte de la Comisión de reclutamiento, se dirige a Camille con especial respeto:
-Dígame joven, ¿es usted sin duda hijo del señor Camille Flammarion, el célebre autor de La Pluralidad de los mundos?
No, señor alcalde-dice Camille, como disculpándose-, yo soy el autor. Lo escribí el año pasado.
El alcalde no sale de su asombro, y lo exceptúa del servicio militar. Ni tampoco lo hace el editor, ya que el libro alcanza de inmediato una gran tirada y es traducido a unas trece lenguas. El asombro es general.
Víctor Hugo les escribe desde Guernesey, el 17 de noviembre de 1862: “Los temas que usted trata son la perpetua obsesión de mi pensamiento, y el exilio que sufro no ha hecho otra cosa que aumentar esta meditación, que me coloca entre dos infinitos, el Océano y el Cielo…Siento inmediata afinidad con espíritus como el suyo. Sus estudios son mis estudios.
Sí, crucemos el infinito: esa es la verdadera labor de las alas del alma.”
El estupor de Allan Kardec, en la Revue spirite, es notable: “Considerando la suma de ideas contenidas en esta obra, uno se sorprende que un joven, a la edad en la que otros llenan las aulas de las escuelas, haya tenido el tiempo de desarrollar y, mucho más importante, de profundizarlas; esto es una prueba evidente de que su espíritu no es nuevo, o de que ha sido asistido por otro espíritu.”
El resto es historia conocida…
Edita las revistas Cosmos (1863) y L`Astronomie (1882). En 1887
participa de la creación de la Sociedad Astronómica francesa. Funda un observatorio particular en Juvisy sur Orge.
Hace un número de observaciones sobre Marte, la Luna y las estrellas dobles y múltiples, pero alcanza su mayor fama por su incansable labor como divulgador de la astronomía. Se convierte en el, quizás, científico más completo de su tiempo.
Pero hay una historia menos conocida…

Flammarion, médium

Fascinado tanto por los misterios de las estrellas como los del alma, Flammarion se convierte en un estrecho colaborador de Allan Kardec, el codificador del Espiritismo.

De este modo se interesa por los enigmas parapsicológicos, y realiza con el doctor Charcot, en la Salpetrière, las primeras experiencias en hipnosis. También asiste, de 1892 a 1895, a los experimentos realizados por Albert de Rochas en un departamento de la Escuela Politécnica, de la que éste era administrador.
Pero Flammarion fue también un destacado médium, destacándose especialmente en una fase especial de la mediumnidad: la profecía.
En su libro El fin del mundo (1893), nos muestra a un habitante de París que contempla desde su lecho una bayadera danzando en Ceilán. Los curiosos que deseen investigar esta escena, pueden observar la ilustración de la página 273 del libro, donde verán con sorpresa: ¡la televisión!
Pero sus experiencias le conducen más lejos, a incursionar en dominios que sólo la psicología y la parapsicología del siglo venidero explotará: “Podemos pensar
 el subconsciente, el ser psíquico en el ejercicio de sus facultades sobrenaturales,
notablemente la predicción, trasciende las limitaciones del espacio y el tiempo, es decir, las leyes que rigen en nuestro mundo material. De este modo las cosas futuras estarán para él en el mismo plano que las cosas presentes y futuras.”
Es así que el joven escritor, filósofo y sabio, interesado en los fenómenos mediúmnicos,
recibe mensajes de Galileo en presencia de Victoreen Sardou y Allan Kardec, quien los publica en su libro La génesis (1868). Pero su actitud con el espiritismo es ambivalente: a la muerte de su gran amigo Kardec, rehusa la presidencia de la Société Spirite de París, ya que disiente de la orientación religiosa que toma el movimiento. En cambio, acepta la presidencia de la Society for Psychical Research, en 1923. Su discurso en los funerales de Kardec resume con brillantez su punto de vista: “El espiritismo no es una religión sino una ciencia, una ciencia de la que conocemos apenas el ABC. La Naturaleza abraza a lo Humano; y Dios mismo no puede ser considerado más que como un espíritu de la Naturaleza. Lo sobrenatural no existe. Las manifestaciones obtenidas por intermedio de médiums, así como las del magnetismo y el sonambulismo son de orden natural…Los milagros no existen. La Ciencia rige el mundo.”
Sus obras fundamentales en el campo espírita y de la investigación psíquica son:
La pluralidad de los mundos habitados (1862).
Dios en la naturaleza (1867).
Lo desconocido y los problemas psíquicos (1900).
Las fuerzas naturales desconocidas (1906).
La muerte y su misterio.- Obra en tres volúmenes:
 Antes de la Muerte,
Alrededor de la Muerte y
Después de la muerte. (1921-22).
Las casas encantadas (1923).

El 5 de junio de 1925, Flammarion se levanta temprano, como era su costumbre.
Abre los postigos de la gran ventana que da a su jardín de Juvisy, aspira el
aire fresco a pleno pulmón, admira una vez más el océano de verdor que rodea
aquella vieja morada en el corazón de Francia, tiende los brazos en un gesto de
invocación al esplendor del mundo y exclama, dirigiéndose a Gabrielle, su segunda
esposa:
-¡Ah, qué día tan espléndido, qué día espléndido!

Y se desploma, atacado por una crisis cardíaca.

El día espléndido era en realidad el día eterno.

Bibliografía “Las Casas Encantadas” Ediciones Abraxas.

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¿ Cómo se pueden explicar las desigualdades humanas?

A lo largo de la historia han existido muchos filósofos que han tratado de resolver estas profundas interrogantes que no siempre resolvieron y que siempre se planteó el Ser humano.
El comprender y admitir la reencarnación y la ley de Causa y Efecto que la regula, como una realidad fuera de dudas, nos permite comprender a su vez, el problema de las desigualdades humanas y de sus causas, pues de la reencarnación se deduce una explicación racional para estos eternos interrogantes : el sentido de la vida y el por qué del sufrimiento humano y las desigualdades humanas, así como también nos lleva a comprender el origen del Ser y su destino, ofreciendo respuestas lógicas y coherentes sobre cuestiones en donde otras filosofías no acceden o dan otras explicaciones insuficientes a la razón. .
En un principio todos los espíritus son creados iguales, pero en función del uso de su libertad cada uno se fue poco a poco diversificando y desigualando con respecto a los demás. Así unos se perfeccionaron antes que los otros y fuimos adquiriendo aptitudes diversas que nos diferenciaban a los unos de los otros. Por otro lado no todos los Seres espirituales fueron creados al mismo tiempo, pues Dios nunca dejó de actuar en la Creación, lo que supone el que unos Espíritus son mas viejos y otros más jóvenes y con menos experiencia y madurez. La filosofía que se deriva del estudio de la reencarnación bajo un planteamiento espírita, nos induce a pensar que, en efecto, nuestra igualdad al principio de nuestra andadura existencial, fue total y absoluta, pues como Seres espirituales que somos, todos procedemos de un mismo origen y el resultado de nuestro esfuerzo individual por avanzar en nuestra evolución ha sido el encontrarnos en esta vida actual en unas posiciones mas o menos adelantadas o atrasadas que otros en cuanto al grado de desarrollo intelectual y moral, así como en unas circunstancias humanas distintas y llevando las existencias en mundos diferentes unos de otros.
Esto nos lleva a poder admitir que las desigualdades intelectivas, morales y volitívas deben tener su causa en los diversos estados evolutivos, así como que las desigualdades de carácter físico , social y moral, son el fruto dulce o amargo de la cosecha de aquello que antes se sembró voluntariamente en el pasado. Asimismo también en muchas ocasiones estas desigualdades humanas no obedecen a la ley de Causa y Efecto, sino a la asunción voluntaria de determinadas pruebas y circunstancias humanas a las que nos comprometimos antes de reencarnar.
Si aceptamos que hay otros mundos , tanto físicos como espirituales, y si además la reencarnación no existiese, nos podríamos plantear en buena lógica: ¿ Por qué Dios, infinitamente bueno y sabio, ha puesto en esos mundos ,mucho mas adelantados algunos de ellos, en donde se vive mucho mejor que en la Tierra , a otros Seres mientras que a nosotros nos hace nacer en este mundo, que ha sido tantas veces llamado con razón, “un valle de lágrimas”? ; o también nos podemos plantear la causa de las desigualdades humanas : ¿Por qué unos han nacido en medio de la riqueza y del bienestar, mientras otros nacieron en medio de la miseria, el hambre o la guerra?, o ¿ Por qué a unas personas les ha dado Dios unas capacidades físicas o intelectuales muy limitadas, mientras que a otras les ha hecho nacer como genios por su capacidad? ; ¿ Qué sentido tiene todo esto?. ¿Por qué esta aparente “injusticia divina”?
Indudablemente estas desigualdades en lo intelectivo, lo moral, lo social, etc, nos están indicando que estamos inmersos en un proceso evolutivo a modo de una carrera campo a través, en la que unos corredores van lanzados en cabeza de carrera, mientras otros van siguiendo detrás y otros mucho mas descolgados de todos los anteriores. Esta carrera evolutiva comprende muchas existencias en la materia, porque de otro modo, esa Fuente de Perfección infinita a la que llamamos Dios, habría cometido el fallo de crear seres imperfectos e injustamente desiguales si nos consideráramos existiendo en una sola y única vida física.
Si creemos en un Dios justo y perfecto en todos sus infinitos atributos, que ama por igual a todos sus hijos, como es de lógica justicia, ¿ Por qué habría colocado a unos en un escenario mejor y mas feliz y a otros en uno mucho peor, o por qué a unos otorgaría lo que a otros niega?.
La filosofía espírita que se deriva al meditar sobre la Reencarnación da sentido a nuestra vidas, al inducirnos a comprender las causas del mal en el mundo, y sobre todo el por qué de tantas desigualdades humanas que otro modo serían totalmente incomprensibles e injustas.
Por tanto, la Reencarnación es el hecho por el que mejor podemos comprender la infinita Bondad del Creador, que nos da tantas y tantas oportunidades como precisemos para aprender y para rectificar nuestros errores durante el aprendizaje en las vidas como seres humanos.
Las desigualdades humanas tienen que ver con el diferente grado de desarrollo evolutivo del Ser en cada uno de sus aspectos, y ese diferente grado de desarrollo se explica porque todos los Seres espirituales no tenemos la misma edad ni las mismas experiencias y aptitudes logradas ; unos han vivido antes muchas veces y son “espíritus viejos”, con muchas experiencia y mucha sabiduría , al lado de otros aún muy “jóvenes” e inexpertos, por lo que en su desarrollo evolutivo quedan todavía muy lejos de los mas adelantados, que han vivido y aprendido más, aunque la meta evolutiva de todos finalmente será la misma.
Las desigualdades humanas vistas bajo el prisma de una sola y única existencia, por lo ilógicas e injustas que parecen, pueden llegar a causar una lógica pérdida de fe en la existencia de Dios y de su Justicia.
El no tener en cuenta la Reencarnación y comprender que este concepto no es una teoría sino una realidad o ley natural que da contestación a tantos interrogantes que de otro modo no encuentran respuesta, supone no llegar a aceptar si no es ciegamente a través de un fanatismo irracional, la idea de un Dios justo y perfecto y a esconder nuestra alma ante la luz de la verdad, al no querer pensar tan siquiera en los por qués de nuestra existencia en el universo. Por eso, Kardec se preguntaba si acaso era más racional preferir una explicación que no aclarase el origen de las desigualdades humanas, antes que optar por la que la que sí las explica, refiriéndose por supuesto, a la Reencarnación.

- Jose Luis Martín -

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La verdad es un prisma de muchas caras y el error consiste en contemplar solo algunas y figurarse que se contemplan todas”
-Giuseppe Mazzini (1805-1872)

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