sábado, 20 de diciembre de 2014

LA IDEA DE DIOS


 
                                       ¿ Dios existe ?.-

Todo el universo físico y espiritual, está originado y gobernado por sabias y equilibradas leyes establecidas según un Supremo Plan Perfecto, que excluye la idea de la casualidad y denota, por encima de todo lo existente, la intervención de una Inteligencia profunda que lo abarca todo y lo rige todo. Estas leyes regidoras de un universo ilimitado, no proceden de los humanos, porque los seres humanos somos seres fugaces en este mundo, y absolutamente limitados en el tiempo y en el espacio, por lo que no podríamos haber creado esas leyes permanentes y universales que existen desde infinitamente antes de nuestra propia existencia, la de la Tierra y la de nuestro universo..
De Dios no se puede demostrar su existencia mediante pruebas directas y sensibles. No existen realidades probatorias objetivas, tal y como se entienden, pero concibiéndolo como Espíritu, es algo que sentimos en todo y que no está sujeto a ninguna experimentación por parte del ser humano, pues las investigaciones y comprobaciones científicas de los seres humanos están basadas y limitadas en la materia, siendo el espíritu por tanto, algo de otro género diferente a lo que constituye nuestro mundo material, y por tanto no es mensurable ni experimentable por el ser humano orgulloso que llega a creer que todo lo que no sea comprobable por su ciencia, o que escape a su control, sencillamente no existe.
La idea de Dios es algo que no podemos percibir a través de nuestros sentidos físicos. Solamente por intuición natural, llegamos a comprender, a sentir y a admitir su real presencia en todo cuanto existe. .
Como dijo León Denis, la divinidad se ocultó bajo un velo para obligarnos a buscarla y ejercer nuestra facultad de pensar, dejándonos el mérito de nuestro esfuerzo por encontrarla.
El estudio de la Naturaleza nos muestra la permanente acción sobre la materia de una voluntad y una inteligencia ocultas. La armonía del mundo y del universo entero no se puede explicar solamente por la materia en sí misma sino que esta es dirigida por la intervención de una voluntad inteligente que se manifiesta a través de unas Leyes Cósmicas inalterables, profundas y sabias. Esa es la forma de acción permanente de ese Ser Perfecto, origen de todo,que lo engloba y abarca todo y que desde siempre hemos designado con el nombre de Dios.
Observando la gran maquinaria y engranaje que hace funcionar la Naturaleza y el Cosmos ilimitado, podemos llegar a comprender sus causas. No puede existir el reloj si antes no ha habido un relojero que lo ideara, lo construyera y lo pusiera en funcionamiento. Conocemos la existencia de ese Gran Ser que es el Todo, porque lo abarca Todo, y porque lo podemos sentir y experimentar en nuestro Yo profundo cuando meditamos, experimentando con ello una fuerza , un aplomo y un equilibrio indefinibles , que desde luego no procede de nuestra parte humana animal, tan frágil por si sola.
A lo largo de la historia en todas las épocas, el sentido humano de la existencia de Dios, es algo que evidencia su realidad, porque desde los albores de la Humanidad, este sentimiento natural de la idea de Dios, se encuentra presente en todas las tribus y pueblos primitivos; estos, en su limitadísima capacidad intelectual, lo solían identificar en los fenómenos de la Naturaleza.

- Jose Luis Martín-



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Dios es Sabiduría a la vez que Amor, y cuanto mayor sea tu sabiduría, mayor parte de El podrás manifestar. Estudia,pues;pero ante todo estudia aquello que más te capacite para ayudar a otros”.

-Krishnamurti-



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¿Como debe proceder el médium que se reconoce detentor de compromiso mediúmnico para utilizar correctamente sus fuerzas medianímicas?

En ese campo se le impone un cuidadoso estudio de la propia personalidad, a fin de identificar las deficiencias morales y corregirlas, equilibrar las oscilaciones de la emotividad, vigilando el temperamento. Igualmente, el ejercicio de las actitudes comedidas le son imprescindibles para los resultados superiores que persigue en la vivencia de las funciones paranormales”. Además del deber inmediato de moralizarse para asumir el control de sus fuerzas medianímicas, el sensitivo debe instruirse en los postulados espíritas, a fin de conocer los sucesos que se le presenten, adiestrarse en la convivencia de los Espíritus, saber conocerlos, identificar las “leyes de los fluidos”, seleccionar sus pensamientos de los que le son inspirados, discernir cuando el mensaje procede de si mismo y cuando fluye a través de él, proveniente de otras mentes…Igualmente le cabe conocer las revelaciones sobre el Mundo Espiritual, desprovisto de lo fantástico y de lo sobrenatural, del cual la vida en la Tierra es semejante imperfecto, preparándose, también, para enfrentar las vicisitudes y vadearles las aguas, cuando ocurre la desencarnación. La mediumnidad no tiene ninguna implicación con religión, conducta, filosofía, creencia…

La dirección que se le da es que la trona portadora de bendiciones o desdichas para su responsable. Con la Doctrina Espírita, sin embargo, se aprende a transformarla en verdadero puente de luz, que faculta el acceso a las regiones felices donde viven los bienaventurados por las conquistas victoriosamente emprendidas. Aunque viviendo en el torbellino de la vida hodierna, el médium no puede prescindir del hábito de la oración, porque, nadie consigue volar por encima de las vicisitudes infelices sin el beneficio de la oración, que clarea el alma por dentro, calmándola e inspirándola, favoreciéndola al mismo tiempo con las fuerzas para los vuelos decisivos, en la conquista de las altas cumbres… Paralelamente, la vida interior de reflexiones favorece el registro de los mensajes que le son transmitidos, haciendo con que aprenda el silencio íntimo con que se capacita para la empresa.

(En el Limiar del Infinito, Cap. 10, Juana de Angelis/Divaldo P. Franco – LEAL)

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"Con la envidia y el crimen, no hay calma ni reposo para aquel que está atacado de ese mal: los objetos de su codicia, de su odio, de su despecho, se levantan delante de él como fantasmas que no le dan ninguna tregua y lo persiguen hasta el sueño".

Allan Kardec

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DESDE LA OTRA VIDA 



El maestro iniciador en el conocimiento espírita del medium parlante, relata a través de el mismo, como se conocieron y las visisitudes padecidas por la comprensión reinante.

-Buenas tardes: Que Dios os dé Su luz sacrosanta y abarque con Sus brazos todas vuestras vidas para que Su clemencia, Su amor y Su sabiduría os abran los caminos del progreso.

Después de mucho tiempo de hacer peticiones muy intensas, poniendo en ellas todo mi cariño, todo mi amor y toda mi fortaleza de ánimo, se me ha concedido comunicarme con vosotros. Yo mismo estoy sumamente sorprendido porque los misterios que tiene la obra de Dios son como El, inmensos, pero exactísimos. Todas Sus creaciones, todas Sus manifesta­ciones, sean de la forma que sean, son exactísimas en su realización.

Yo, queridos hermanos, si me lo permitís, os voy a molestar unos minutos contándoos una simple historia, una historia de dos existencias que, al revés de como se cuentan todas, vamos a comenzar por la última para terminar en la primera.

—Te oiremos con mucho gusto, hermano.

--En mi última reencarnación fui hijo de un médico. Un médico que todo era bondad, cariño, solicitud y todo lo que se puede hacer en bien de los enfermos. Vivíamos en la isla de Madagascar. Allí se creó la familia a la que yo pertenecí y allí se extinguió toda ella también. Nosotros éramos condicionados a darle gusto a nuestros padres, y yo por eso elegí ser medico, como él. Después de unos estudios muy provechosos conseguí el titulo. Empecé mis trabajos con toda solicitud, con todo cariño y con una abnegación que para mí no tenía límites. Trataba a los enfermos como hijos míos . Tenía para ellos todo el tiempo. Nunca tenía pereza.

(1) Comprendiendo la gran humildad de este hermano nos resistimos a este anoni­mato en bien de este libro. Y con perdón de él, manifestamos que fue BARRAQUES.

—Gracias, querido hermano.

Pasó el tiempo. Surgió una epidemia de lepra que costó mucho trabajo extirparla; muchas víctimas y muchas inconveniencias. Me afilié como médico Director del Hospital donde estaban esos enfermos. La lepra iban en aumento, pero ya quiso Dios que llegara el momento oportuno que fueses disminuyendo, avivándose en todos la esperanza de su eliminación. Como era, según mis enfermos su «padrecito», besaba muchas veces las llagas de ellos y entonces experimentaba en mi carne los mismos dolores que ellos sentían en las suyas. Y para no cansaros en relatos muy prolijos y sin interés para vosotros, os diré que hace unos años, y aún joven, desencarné. Mi desprendimiento fue muy suave, se realizó lenta pero agradablemente. Esperaba la luz y la misericordia de Dios porque había sido amoroso y solícito para con mis enfermos y hermanos. Así fue; recobré la libertad espiritual, y entonces, queridos hermanos de mi alma, vi las grandezas de la obra del Padre, donde todo es amor, sabiduría y eternidad .

Estoy en planos de recuperación. Aquí la enseñanza es constante. Las penas no se conocen. El dolor físico tampoco, pero está el dolor espiritual, que es el que hemos de tener mucho cuidado en ir eliminándolo debidamente. Viene esto que os refiero, fiel y brevemente, de mi última encarnación, para relataros quién fui anteriormente.

Mi anterior encarnación fue en vuestra patria. No solamente en vuestra patria, sino en vuestra capital, Jaén, donde vosotros nacisteis y vivís. Me llamé Juan Molina Aranda.

Elegí el arte de la escultura, en la cual tenía una fe grande. Un día se presentó un amigo muy íntimo que tenía yo, libre pensador igual que yo, y me dijo lo siguiente: «Juan, tengo un sobrino que se ha quedado huérfano de padre y quisiera que, como buen amigo, le admitieras en tu obrador y en tus trabajos y me lo hicieras un hombre.» Yo accedí sin ningún reparo. Llegó con él y quedó admitido en mi taller para su enseñanza. El niño huérfano progresaba vertiginosamente. Yo, que siempre fui muy creyente en la fe espírita, le observaba muy atentamente y saqué la conclusión de que tenía facultades mediúmnicas. Para que no sea más cansada mi relación os diré que tomó mis enseñanzas perfectamente, que demostró en todos sus trabajos un total aprovechamiento e igualmente en los conocimientos espíritus. Pasaron los años; siguió la vida con muchas estrecheces, vicisitudes y obstáculos. También prosiguió su acción firme en el desarrollo de la mediumnidad y de la propagación de la idea.

Yo desencarné, dejándole a él en el trabajo y en la propagación de la obra espírita.

Saber que se trata de vuestro médium parlante. Decirle cuando ter­mine mi intervención o cuando a bien lo tengáis, que recibo todos los días su plegaria. Que la fe que en mí demuestra, eternamente será bendecida. Decirle también que ya ha dejado testimonios suficientes de su labor, de lo que es y del sacrificio realizado, pero que hasta el final hay que seguir en la brecha manteniendo la idea y explicando la realidad de las Leyes de Dios.

Perdonar si ha sido monótono mi relato.

—Al contrario, hermano, muy interesante.

—He sido poco explícito al referir estas historias, pero no he querido que puedan ser tomadas como exageradas o fantásticas.

Saber, queridos hermanos, que la Ley se cumple. Por muchos inconve­nientes, dolores y lágrimas, la Ley se cumple. Nosotros no sabemos por qué ni cuándo, pero se cumple. Saber también que hay una Ley de afinidad, y que tanto aquel maestro como el alumno y los amigos que han convivido y trabajado por un ideal en momentos y fechas solemnes, serán también miembros del grupo en el mundo espiritual, desde donde se puede laborar cion medios y resultados sorprendentes.

Quedar con Dios, hermanos.

—Muchas gracias por venir a nosotros y nos ha agradado mucho oírte. El médium había lamentado, muchas veces, que no te hubieras comunicado en el transcurso de tantos años, a pesar de la gran afinidad que entre los dos existía. Ahora recibirá una gran satisfacción.

—Tenía sumo interés en comunicarme con vosotros por su intermedio y también me ha movido la gran ilusión de poder hablar con los encar­nados. En lo espiritual hay cosas inverosímiles que luego resultan fantás­ticamente bellas. Vosotros estudiar, analizar y ser siempre fieles a vues­tros ideales por muchos inconvenientes y obstáculos que se os presenten, porque ese ideal es el camino indiscutible que puede conducir a la huma­nidad por el sendero de su rehabilitación y elevación espiritual.

Pedir a Dios por vuestro médium, porque ha realizado una labor inten­sísima, de muchos años, y con muchas fatigas. Para él no había descanso ni horas de recreo en aquellos primeros años. Cuando terminaba su trabajo comenzaba el del estudio y preparación mediúmnica, para después prestarse sin ningún inconveniente a servir de intermediario a los espíritus, realizando así una propagación de lo espírita poco común.

Quedaos con Dios, hermanos queridos.

NOTA.—Terminada la sesión se rebobinó la cinta magnetofónica y se retrasmitió para que fuese oída por el médium. Este, muy emocionado y con lágrimas en los ojos, confirmó que cuanto había dicho su maestro en la primera encarnación relatada, era totalmente exacto.—EI médium tiene 88 años cumplidos.

Desde La Otra Vida

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