miércoles, 3 de octubre de 2012

El transplante de órganos





El transplante de órganos es valiosa 
contribución de la ciencia para el hombre




La prensa informó, que un hombre recibió el corazón de un suicida y se mato de la misma forma que el donador. 

La Historia es la siguiente: Ferry Cottle se mató, en 1995 y su corazón fue donado a Sonny Y Cheryl. Este comenzó a corresponderse con Cheryl, la esposa del donador. Sonny Cheryl se casaron, y, después de 12 años, Sonny se suicidó de la misma forma que Ferry: con un tiro certero.

Algunos investigadores afirman que hay muchos casos de transplantes documentados en que los pacientes cambian su personalidad y pasan a tener características del donador del órgano. 

Obviamente, bajo el enfoque Espirita, esa relación no posee connotación de causa y efecto, o sea, el órgano transplantado de un suicida no puede ser causa del cambio de la personalidad de alguien, excepto cuando hay un proceso profundo de obsesión, sin embargo, perfectamente sanable por medio de tratamientos espirituales.

       Sin prendernos a algunos casos aislados, urge reflexionar sobre la práctica del transplante, ante la óptica de la Tercera Revelación. En las prácticas médicas de todas las especialidades, el transplante de órganos es la que demuestra, con mayor claridad, la extraña relación entre el muerto y la nueva vida, el renacimiento de las cenizas, como Fénix: el mitológico pájaro.

Sobre el asunto, tenemos pocas informaciones instructivas de los Benefactores Espirituales, hasta porque, la practica del transplante es una conquista muy reciente de la medicina.

Algunos espiritas se posicionan contrarios a admitir en vida, la donación de sus propios órganos, después de la muerte, escudados en la mala interpretación de que Chico Xavier, no era favorable a los transplantes. 

Eso no coincidía con la verdad. Es importante esclarecer que el médium de Uberaba, cuando afirmo: “mi mediumnidad, mi vida, la dedico a mi familia, a mis amigos, al pueblo. Mi muerte es mía. Yo tengo este derecho. Nadie puede tocar mi cuerpo; el debe ir para la madre Tierra”, lo hizo por razones obvias, pues, cuando aun encarnado, Chico recibió varias propuestas, para que su cerebro fuese estudiado, después de su desencarnación. De ahí, el comprensible recelo, de que su cuerpo fuese profanado en ese sentido.

 Esclarecido ese punto, no nos olvidemos de que, si hoy somos potenciales donadores, mañana podremos ser, o nuestros familiares y amigos, potencias receptores. Para la mayoría de las personas, la cuestión de la donación es tan remota y distante como la muerte. Sin embargo, para quien depende de un órgano para transplante, eso significa la única posibilidad de vida.

Recordemos la entrevista, a la TV de Tupi "Rede Tupi de Televisão de São Paulo", en agosto de 1964, publicada en la Revista Espirita Allan Kardec, año X, Nº 38, en la cual Francisco Cândido Xavier comenta que el “transplante de órganos, en la opinión de los Espíritus Sabios, es un problema de la ciencia muy legitimo, muy natural y debe ser llevado adelante. 

“Los espíritus, según el, “no aseguran que el transplante de órganos sea contrario a las leyes naturales. Pues es muy natural que, al despojarnos del cuerpo físico, vengamos a donar los órganos, prestándolos a compañeros necesitados de ellos, que puedan utilizarlos con provecho”.

No hay reflejos traumáticos o inhibidores en el cuerpo espiritual del donador, en consecuencia de la mutilación de su cuerpo físico. El donador de ojos no retornará ciego al Más Allá. ¿Si así fuese, que seriad en aquellos que su cuerpo ha sido consumido por el fuego, en accidentes, o desintegrados en una explosión? ¿Qué decir de la cremación, que reduce el cuerpo a cenizas?

Otra cuestión que, también, minuciosamente, es levantada, es la del rechazo del órgano transplantado después de la cirugía. Consideramos el rechazo como un problema claramente comprensible, pues el cuerpo espiritual del receptor continuará intacto, ejerciendo pleno gobierno mental sobre el más reciente órgano correspondiente. 

El órgano transplantado, fuera del gobierno mental que lo dirigía, permanece con vitalidad, desde que cuidadosamente inmunizado. Por lo tanto, el periespiritu del paciente transplantado provoca los elementos de defensa de su cuerpo físico, cuyos recursos inmunológicos, en futuro próximo, naturalmente, van asustar o cohibir. 
     Especialistas, a partir de 1967, desenvolvieron varias drogas imunossupressoras  para reducir la posibilidad de reacción, pasando entonces, a los receptores de órganos a tener mayor sobre vida.
 Estadísticamente, lo que hay, es que la tasa de prolongamiento de vida de los transplantes, es extremadamente elevada. Eso, gracias, no solo a las técnicas médicas, siempre perfeccionándose, más, también, a los esquemas imunosupresores que se desenvolverán y se ampliaran, considerablemente, existiendo, actualmente, esquemas que llevan a cero por ciento (0%) el rechazo celular agudo, en la fase inicial del transplante, que es cuando ocurre. 
Conviene que recordemos, igualmente, de que la reacción, podrá ocurrir independientemente del progreso de la Ciencia, una vez que nada acontece sin que haya el consentimiento de Dios.
El monumental libro “Evolución en dos Mundos”, dictado por el Espíritu Andre Luiz, en su 5ª edición, publicado por la FEB, en 1972, en el capítulo 5 titulado “Células y Cuerpo Espiritual”, nos lleva a esclarecer lo siguiente: cuando la célula es retirada de su estructura formadora, en el cuerpo humano, yendo para otro ambiente energético, ella pierde el comando mental que la orientaba. y pasa, de esa forma, a individualizarse. 

A ser implantada en otro organismo – en los transplantes, por ejemplo – tenderá a adaptarse al nuevo comando [espiritual] que la revitalizará y, para seguir, coordinará su trayectoria. 
Transferido el órgano para otro cuerpo, automáticamente, el periespiritu del encarnado pasa a influenciarlo, moldeándolo a sus necesidades, lo que exigirá, de parte del paciente beneficiado, la urgente transformación moral para mejor, a fin de que su mapa de probaciones sea, también, modificado por su renovación interior, generando nuevas causas desencadenadoras para la felicidad que busca y, tal vez, aun no la merezca.

Los Espíritus afirmaron a Kardec, en el Libro de los Espíritu, en la pregunta nº 155, que el desligamiento del cuerpo físico, es un proceso altamente especializado y que puede demorar minutos, horas, días y meses. 

Sin embargo, con la muerte física, no hay ninguna vitalidad en el cuerpo, aun así, hay casos en que el Espíritu, cuya vida fue tomada material y sensualmente, queda unido a los despojos, por la afinidad dada por el a la materia. En ese caso, puede ocurrir la obsesión. Si embargo, reparable como ya dijimos. 

Entre tanto, recordemos la situación que ocurre todos los días, en las grandes ciudades: la práctica de la autopsia, exigida por fuerza de la ley, en los casos de muerte violenta o sin causa determinada, se abre el cadáver, de la región esternal hasta el bajo vientre explorándosele las vísceras del torax y abdominales. 
No se puede perder de vista la cuestión del merito individual. 

¿Estaría el destino de los Espíritus desencarnados a merced de la decisión de los hombres en retirarles los órganos para transplante, en quemarles el cuerpo o en retirarles las vísceras por ocasión de la autopsia? El buen sentido y la razón gritan que eso no es posible, por cuanto seria admitir la justicia del acaso y el acaso no existe.
En síntesis, la donación de órganos para transplantes, no afectará al espíritu del donador, excepto si acreditamos que es injusta la Ley de Dios y que estamos en el Orbe a la deriva de Su Voluntad. 
Acordémonos de que en los Estatutos del Padre no hay espacio para la injusticia, y el transplante de órganos (ganancia de la Ciencia humana) es valiosa oportunidad de entre tantas otras colocadas a nuestra disposición para el ejercicio del Amor.

Traducido por Merchita
Jorge Hessen
Site: http://jorgehessen.net/
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta



- Metempsicosis 

 La comunidad de origen –en el principio inteligente- de los seres vivos ¿no significa la consagración de la doctrina de la metempsicosis? 

- Dos cosas pueden tener un mismo origen y no asemejarse en modo alguno más tarde. ¿Quién reconocería al árbol, con sus hojas, flores y frutos, en el germen amorfo contenido en la semilla de donde él salió? Tan pronto como el principio inteligente alcanza el grado necesario para ser Espíritu y entrar en el período de humanidad, deja de tener relación con su primitivo estado, y sólo es, respecto del alma de los animales, lo que el árbol respecto de la simiente. 

En el hombre sólo queda animal el cuerpo, así como las pasiones que nacen de la influencia de éste y el instinto de conservación inherente a la materia. No se puede aseverar, pues, que ese hombre sea la encarnación del Espíritu de determinado animal, y por tanto la metempsicosis, tal como se la entiende, no es exacta.





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