lunes, 4 de abril de 2011

Los médiums nacen o se hacen ?


Ambas cosas lo son indistintamente, porque existen mediums naturales que nacieron con su facultad ya desarrollada, y otros en la que esta se manifiesta y desarrolla a lo largo de su vida, o cual les obliga a adquirir una formación adecuada para no ser instrumento o juguete de los llamados “espíritus del astral inferior”.


Hay que tener en cuenta que las facultades de la mente humana, en particular las de su subconsciente, son mucho mayores de lo que la gente se imagina, y no se pueden explicar por el método científico ordinario. El desarrollo de la facultad mediúmnica se relaciona con el organismo físico y es independiente del grado de moralidad del médium; sin embargo el uso que se le dé sí puede ser más o menos bueno, según las cualidades morales del médium.

La mediumnidad natural y espontánea se desarrolla normalmente sin riesgos, pero sin embargo,en el caso de los niños, si supone cierto riesgo esta activación , porque se puede sobreexcitar su imaginación infantil y debilitar su sistema nervioso en desarrollo.

La facultad mediúmnica parece ser que se desarrolla cuando se activa el centro de energía vital situado en la base de la columna vertebral e irradia con su potente fuerza magnética a los demás centros magnéticos o chacras, a los que viivifica y despierta.

La etapa de este despertar mediúmnico en niños y jóvenes , cuya manifestación suele ser más frecuente a los siete, a los catorce, y a los veintiun años respectivamente, es delicada y peligrosa, sobre todo en las dos primeras edades citadas debido a la inmadurez psíquica en esas edades, por lo que el iniciado deberá aprender a desarrollar una fuerte voluntad y autocontrol sobre las sensaciones e influencias psicológicas que percibe de modo cada vez más sensible cuanto más despierta está su mediumnidad. A pesar de las tres edades citadas en las que más casos aparecen, no significa esto que no aparezca también en otros momentos intermedios de la vida ; esto depende de su desarrollo físico, psíquico y moral.

Es muy importante que desde el principio del desarrollo y uso de su facultad , el médium sepa diferenciar la clase de Espíritu que se le aproxima y que intenta influir y manifestarse a través de él, para rechazar aquellos que le puedan causar problemas de cualquier clase. El escudo más fuerte que tiene el médium para rechazar las malas influencias es su propio perfeccionamiento moral, porque manteniéndose en una elevada tónica espiritual, los Seres desencarnados que se le puedan aproximar, no lo harán si son de una más baja condición moral que el médium; es una simple cuestión de sintonía vibratoria.

No olvidemos que en el universo tanto visible como invisible, existe una Ley llamada de Vibración y otra de Afinidad, de las que en su momento hablaremos, que no dejan de actuar, y por las que todo cuanto existe emite una vibración propia de sus energías y en las que las semejantes se atraen y cuanto más diferentes son , más se repelen y más distantes están.

Para que el joven médium, o el que lo esté en desarrollo sepa diferenciar entre esta clase de aproximaciones, es muy conveniente una adecuada formación y orientación que puede encontrar en los llamados Centros Espíritas, a cargo de personas muy preparadas y formadas dentro . Hasta tanto este proceso no se haya completado y el médium no haya madurado y se haya formado correcta y suficientemente, no es conveniente su actividad o participación en trabajos mediúmnicos. Una vez presentada la mediumnidad se la debe educar del mismo modo que se debe educar otra facultad de naturaleza intelectual o artística; la persona debe desarrollar adecuadamente esa aptitud para aprender a canalizar sus energías sacando los mejores resultados posibles. Esta educación debe ser permanente para ir ampliando cada vez más sus facultades psíquicas. Para educar la mediumnidad existen requisitos fundamentales, como lo son el estudiarla, conociendo sus posibilidades y conociendo el Espiritismo, que es la ciencia que explica el fenómeno de la mediúmnidad. Sin esto el médium difícilmente pasa del estado de superstición , con el gran escollo de la mediumnidad que es el estado de obsesión espiritual.

Aunque existen niños en los que su facultad mediumnica les acompaña desde su más tierna infancia, según señalábamos anteriormente, el ejercicio de la misma es desaconsejable debido a una doble problemática: física y mental. A esas tiernas edades las deficiencias en un sentido o en otro no son nada extrañas, por lo que un elemental sentido de la prudencia aconseja evitar compartir el trabajo mediúmnico junto a los niños en general. La imaginación infantil es especialmente excitable, debido a lo cual se pueden ocasionar consecuencias peligrosas en cuanto a su equilibrio y estabilidad espiritual. El niño, por naturaleza, vive en un mundo aparte, casi restringido a los juegos infantiles, lo que le supone mostrarse inerme ante ciertos espíritus perversos que podrían aprovechar su fragilidad e inocencia para ejercer un asedio sobre el mismo.

Desenvolver una mediumnidad supone ponerse en estrecha relación magnética, mental y moral con los más diversos seres espirituales, y el frágil organismo infantil o simplemente por su inexperiencia, pueden sufrir los efectos de una aproximación espiritual negativa.

Una forma muy eficaz de proteger a estos médiums incipientes, de los posibles riesgos que supone su ejercicio debido a la clase de seres espirituales con quienes se trata, es orando por ellos y ayudando a los médiums mediante “pases magnéticos” aplicados por personas responsables y debidamente preparadas en cuanto a las nociones doctrinarias y filosóficas que el Espiritismo aporta para su comprensión.

- Jose Luis -

“Se la encuentra en los niños y en los viejos, en los hombres y en las mujeres, cualquiera que sea su temperamento,el estado de salud y el grado de desarrollo intelectual y moral”.


-El Libro de los Médiums –

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