INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La virtud
2.- Cuestión espírita a propósito de la memoria
3.-Limitación de los Espíritus para conocer el futuro
4.- La muerte es un nuevo amanecer ( 1ª Parte )
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LA VIRTUD
La virtud, en su más alto grado, encierra el conjunto de todas las cualidades esenciales que constituyen el hombre de bien. Ser bueno, caritativo, laborioso, sobrio y
modesto, son las cualidades del hombre virtuoso. Desgraciadamente estas cualidades
están muchas veces acompañadas de pequeñas flaquezas morales que las quitan el brillo y las atenúan. El que hace gala de su virtud, no es virtuoso, puesto que le falta la caridad principal: la modestia, y puesto que tiene el vicio más contrario: el orgullo. La virtud, verdaderamente digna de este nombre, no pretende adquirir fama; se adivina, pero se oculta en la obscuridad, y huye de la admiración de la multitud. San Vicente de Paul era virtuoso; el digno cura de Ars era virtuoso, y también muchos otros poco conocidos del mundo, pero conocidos de Dios. Todos esos hombres de bien ignoraban ellos mismos que fuesen virtuosos; se dejaban llevar por la corriente de sus santas inspiraciones y practicaban el bien con un desinterés completo y un entero olvido de sí mismos.
A esa virtud, comprendida y practicada de este modo, os convido, hijos míos; a
esta virtud verdaderamente cristiana y verdaderamente espiritista, os exhorto a que os
consagréis; pero alejad de vuestros corazones el pensamiento del orgullo, de la vanidad y del amor propio que paralizan todas estas hermosas cualidades. No imitéis a ese hombre que se presenta como modelo y él mismo pregona sus propias cualidades a todos los oídos complacientes. Esta virtud de ostentación, oculta, muy a menudo, una multitud de pequeñas torpezas y odiosas falsedades.
En principio, el hombre que se exalta a sí mismo, que levanta una estatua a su propia virtud, sólo por este hecho aniquila todo el mérito efectivo que puede tener. Pero
¿ qué diré de aquel cuyo valor consiste en parecer lo que no es? Yo quiero admitir que el hombre que hace bien, sienta en el fondo de su corazón una satisfacción íntima, pero
desde que esta satisfacción se manifiesta, fuera para recoger elogios, degenera en amor propio.
¡Oh, todos vosotros a quienes la fe espiritista ha calentado con sus rayos, y que sabéis cuán lejos está el hombre de la perfección, no caigáis nunca en semejante falta! La
virtud es una gracia que yo deseo a todos los sinceros espiritistas, pero les diré: Más
vale menos virtud con la modestia, que mucha con el orgulío. Por el orgullo las humanidades sucesivas se perdieron y por la humildad deberán redimirse un día.
(Francisco-Nicolás-Madaleine. París, 1863).
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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CUESTIÓN ESPIRITA A PROPÓSITO DE LA MEMORIA
Permanecer sin comer uno o dos días por semana puede resguardar el cerebro contra dolencias degenerativas como el mal de Parkinson o de Alzheimer, según un estudio efectuado por el Nacional Instituto en Ageing (NIA), en Baltimore, en los Estados Unidos. Para Mark Mattson, líder del laboratorio de neurociencias del NIA, “reducir el consumo de calorías podría ayudar al cerebro, más hacer eso simplemente disminuyendo el consumo de alimentos puede no ser la más perfecta manera de activar la memoria. Es mejor alternar periodos de ayuno, en los que no se ingiere prácticamente nada, con periodos en los que se come todo cuanto se quiera.” (1)
En esa línea de pesquisa, los científicos japoneses del instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio, en Japón también afianzan que “pasar hambre” puede ampliar la memoria. Aunque necesiten de más tiempo para extraer conclusiones categóricas, demuestran, sin embargo, que el “hambre deseada” quema toxinas corporales, despierta una disminución de la glucosa de la hormona en el cuerpo y activa una proteína en el cerebro adecuada para auxiliar la memoria. Declaran distintos estudiosos que durante el estado de hambre almacenada (ayuno) la mente queda más despierta y las percepciones aumentan la audición, la visión, el olfato; todo queda más fulgente. Eso puede ser un indicativo de que las ocasiones de hambre programada pueden ser benéficas para la memoria y para el organismo como un todo.
Es conveniente desarrollar y comentar esos curiosos elementos para la apreciación del papel desempeñado por la tal memoria; ir más adelante, con el fin de levantar puntos para estudio, sin la ingenua pretensión de ofrecer la palabra final en esta anotación. ¿Al final, que es la memoria? Para el diccionario, memoria es la facultad por la cual el espíritu conserva ideas o imágenes, o las recuerda sin gran esfuerzo.(2) ¿Dónde está la sede de la conciencia y del pensamiento? ¿De que están hechas las “voces” e imágenes de la reminiscencia? ¿Dónde vemos las imágenes producidas por el recuerdo? ¿Qué es el inconsciente y de donde brotan los recuerdos antes los términos conscientemente? ¿Qué es la mente y lo que anima al cuerpo? Son cuestiones que el orbe académico no da cuenta para explicar.
La mente es el espejo de la vida en todas partes y el cerebro es el centro de sus sinuosidades, originando la fuerza del pensamiento que todo lo mueve, instituyendo y alterando, destruyendo y recomponiendo para acrisolar y sublimar. ”Comparemos la mente humana (espejo vivo de la conciencia lucida) a un gran escritorio, subdividido en diversas secciones de servicio. Ahí permanece el Departamento del Deseo, en donde operan los propósitos y las aspiraciones, incentivando el estimulo al trabajo; el Departamento de la Imaginación, almacenando las riquezas del ideal y de la sensibilidad; el Departamento de la Memoria, archivando la visión general de la experiencia, y otros aun que definen los investimentos del alma.” (3)
Bajo el guante de las tesis materialistas sin embargo, la memoria solamente adviene de los sesos encefálicos. Lo que está registrado en el cerebro proviene de los sentidos. La percepción de los sonidos, imágenes, olores, sabores, presiones, aflicciones, frio, calor, equilibrio y todas las otras posibles sensaciones, no se dan en los órganos sensoriales, mas si en el cerebro, que interpreta las sensaciones con base en todo lo que tiene registrado. Atestiguan los académicos que la conciencia es la operación cerebral de minimizar a la persona el conocimiento de algo percibido o procesado. Para ellos no existe el tal espíritu.
Para esos defensores, el “yo” es la conciencia de sí mismo, esto es, una operación exclusiva del cerebro en reconocerse a sí mismo y al organismo que lo contiene como algo distinto del resto del mundo. Todo eso es gravado en las conexiones neuronales que forman la memoria. Afirman los catedráticos que todas las operaciones psíquicas, como pensar, sentir, querer, son procedidas sobre los registros de la memoria, que incluyen no solo imágenes de sensaciones, más también registro de operaciones. Todo eso puede perfectamente ser reproducido en aparato artificial, capaz de tener conciencia, emociones, etc.
¿Tal vez podrían ser razonables tales asertivas de los heraldos del materialismo contemporáneo?
Desde el punto de vista espirita, “el cerebro es la dinamo que produce energía mental, según la capacidad de reflexión que le es propia. Sin embargo, en la voluntad tenemos el control que la dirige en ese o aquel rumbo, estableciendo causas que comandan los problemas del destino. Sin ella, el deseo puede comprar al engaño aflictivos siglos de reparación y sufrimiento; la inteligencia puede aprisionarse en el calabozo de la criminalidad; la imaginación puede generar peligrosos monstruos en la sombra, y la memoria, no obstante fiel a su función de registradora, conforme el destino que la naturaleza le señala, puede caer en deplorable relajamiento.”
En verdad, la comunidad científica ya comprobó que el pensamiento, además, son corrientes electromagnéticas – electricidad y magnetismo, por tanto energía! Para aquellos que razonan que el pensamiento ocurre dentro del cerebro-precisan aceptar que son apenas aparatos electromagnéticos y que los pensamientos vienen de fuera y no del interior de la coraza física. En el marco electromagnético, la memoria todo lo almacena, y por el mecanismo de la criptomnesia son guardadas las conquistas de la propia memoria, conservando, provisionalmente apagados, los recuerdos de otras vidas pretéritas, por ejemplo, lo que no significa decir que no se puede tener acceso a esos acervos de forma natural o provocada.
¿Más será verdaderamente la reminiscencia del Espíritu la que está almacenada en la contextura periespiritual? Memoria es aptitud de evocar informaciones guardadas en nuestro “cerebro psicosomático”. ¿Más como son esas imágenes o sensaciones archivadas? Hay espiritas que niegan tal probabilidad, asegurando ser el cuerpo físico y el periespiritu apenas los vehículos de manifestación del espíritu. Alegan que el cuerpo físico no piensa, no reacciona, no memoriza, y por tanto la memoria no está basado en el cuerpo físico ni en el periespiritu, más si reside exclusivamente en el propio espíritu, pues el periespiritu apenas refleja el pensamiento del espíritu. Con todo, valorando que todos los espíritus poseerán siempre un envoltorio periespiritual, hasta inclusive los espíritus puros (que cuentan con una carcasa más divinizada), la cuestión de la sede esencial de la memoria aun no estaría elucidada.
Entendemos que los subsidios que adquirimos en las experiencias de vidas atrasadas, los hechos que debamos incorporar a nuestra memoria, cuyos registros fundamentales se localizan en el “cerebro periespiritual”, y, por lo tanto, grabadas acaso de dicho inconsciente, yacen allí, a nuestra disposición. Cuantas más informaciones hayamos alcanzado en el pasado, más simplificado es decidir con éxito las circunstancias nuevas, porque traemos una especie de banco de datos más amplio, contra el cual chocamos comparativamente con los nuevos episodios, con las nuevas conjeturas, las nuevas experiencias. Es siempre más fácil erguir sobre la fundación ya solidificada.
Como elucubramos sobre la memoria, hay , igualmente, por aquí, semejanzas observables con la informática, pues los ordenadores actuales no son más que el de los “cerebros artificiales”, aunque extremadamente primitivos y limitados en comparación con el cerebro periespiritual. Son simples bancos de datos que deliberan entre dos alternativas conforme a un programa pre establecido y de acuerdo con el estoque de informaciones que ha grabado en su memoria. Es evidente que no ansiamos exponer que el ordenador sea inteligente, ni que tenga intuición, todavía es correcto decir que se aprovecha de uno de los atributos de la inteligencia humana, esto es, la memoria.
- Jorge Hessen -
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LIMITACIÒN DE LOS ESPÍRITUS PARA CONOCER EL FUTURO
- Buenas noches hermanos. Lo que os vamos a comunicar son impresiones puramente nuestras, adquiridas indagando como hemos podido, en pos de la Verdad grandiosa y eterna. Las verdades de Dios tienen tal profundidad y transcendencia, que se mezclan con la eternidad. Nosotros, los espíritus, que por gracia Divina podemos hablaros, tenemos también un límite en el conocimiento de muchas cosas y entre ellas, el futuro. Usando vuestra dialéctica, podríamos decir que solo tenemos dos dimensiones más que vosotros. Percibimos vagamente lo que va a suceder, pero cuando, cómo y en que forma, no lo podemos concretar porque no hemos alcanzado la altura de Luz, conocimientos y sabiduría que es preciso para ello. Muchas veces creeis que no somos comunicativos y que no os queremos anticipar acontecimientos. Nada de eso, queridos hermanos. Cuando os adelantamos algo sobre un posible acontecimiento es porque ya está en trámites de realización y nos es permitido decíroslo, pero predecir el destino, fenómenos y acontecimientos con exactitud, ni los Espíritus Puros pueden hacerlo, porque esa oportunidad y esa decisión solo corresponde a Dios.
Nosotros observamos, analizamos, meditamos, anotamos y prevemos algunos acontecimientos que están a nuestro alcance y son relativos nuestro arbitrio y al alcance de nuestra inteligencia, sacamos conclusiones a veces acertadas. De ahí que no hace mucho tiempo, cuando nos preguntasteis por esas caras que aparecieron en el poblado de Belméz de la Moraleda (Jaén), os dijimos que médiums potentes, bien preparados, os podrían aclarar algo sobre las causas de esas formaciones. Esto es lo ocurrido con la visita al lugar del dotado a quien se refiere esa revista ( "El parapsicólogo" H. Enrique Rodríguez del Brasil, en "Blanco y Negro", del día 6 de julio de 1974), y os podemos asegurar que no ha dicho ni la mitad de lo que ha recogido y observado en esa visita.
Os podemos adelantar- eso si- con toda seguridad, que se avecinan extraordinarios fenómenos que se irán sucediendo por todo el planeta de una manera oportuna, llamativa, y con probabilidad de que no puedan negarse para que los que, no por ignorancia, sino por sistema, niegan todo, se convenzan plenamente y sin lugar a dudas, de la existencia del mundo espiritual que les rodea, les condiciona y en ocasiones se manifiesta a todos para que recapaciten y conozcan las Leyes de Dios, de las cuales no nos podemos apartar.
Que Dios nos proteja a todos. Buenas noches.
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LA MUERTE ES UN NUEVO AMANECER
ELISABETH
KÜBLER-ROSS
( Primera parte )
LA AUTORA, DRA. ELISABETH KÜBLER ROSS-
Ross nació el 8 de julio de 1926 en Zurich, Suiza. Fue la primera de trillizos. Su interés por las cuestiones inherentes a la muerte comenzó desde muy temprana edad, cuando un vecino anciano se hirió gravemente al caer de un árbol. Yendo a visitarlo en compañía de su familia, era la única en adoptar una actitud natural llena de interés y simpatía, de modo que el anciano paralizado le confiaba sus temores.
Más tarde, Elisabeth quiso hacerse médico y consiguió empleo en un laboratorio para costearse ella misma sus estudios. Era la época de los primeros refugiados judíos que huían del régimen nazi y llegaban a Suiza. Ella ayudó en su acogida. En 1945, con los “Voluntarios para la paz”, tropas de voluntarios cuya misión era auxiliar a las poblaciones después de la liberación, se dirigió a Suecia y luego a Polonia. En el campo de concentración nazi de Majdanek, descubrió las mariposas negras dibujadas por los niños judíos antes de morir.
Quedó persuadida entonces de que estos niños, antes de desaparecer en las cámaras de gas, tenían la intuición de que sobrevivirían a ese horror accediendo a un mundo mejor. La mariposa, símbolo de transformación, se convertiría en su emblema. Más tarde, haría con frecuencia la comparación entre los moribundos y la crisálida de la cual sale liberada la mariposa. El capullo es el cuerpo humano, cuando está deteriorado, libera a la mariposa, es decir al alma.
Atacada por la fiebre tifoidea, regresó a Suiza. Terminó sus estudios de medicina en 1957 y consiguió su diploma en la universidad de Zurich. En esa oportunidad conoció a un joven interno norteamericano, Emmanuel Ross. La boda tuvo lugar en febrero de 1958; los jóvenes esposos decidieron ir a vivir a los Estados Unidos y proseguir sus respectivas carreras. En Nueva York, Elisabeth se especializó en psiquiatría.
DIÁLOGOS CON LOS MORIBUNDOS
Elisabeth Kübler-Ross interrogaba a sus pacientes terminales. Estos últimos le hablaban de sus temores, de sus creencias y de sus esperanzas pues estaban abandonados por una medicina que los consideraba como fracasos. Ese punto de vista se ha trasladado a esta época. Es preciso callar a la muerte, y hacer que sobrevenga lo más discretamente posible. Como le estaba prohibido el acceso a los servicios, entraba de noche. La apodaban “el buitre” pues se consideraba morboso su interés por los moribundos. Representando a su jefe de departamento ausente, debió afrontar una conferencia para los estudiantes de medicina en Denver. Tenía la elección del tema y 24 horas para prepararlo. El tema versaría sobre el estado psicológico del moribundo ante la muerte. Decidió hablar de la muerte a estos jóvenes médicos, esperando que más tarde tuvieran una actitud diferente a la de sus mayores. Observó que en la biblioteca de la universidad no había obras que trataran este asunto en serio; entonces tuvo una idea, como hacía poco tiempo que había conocido a una adolescente de 16 años, Linda, en fase terminal, decidió llamarla a la tarima para que ella misma hablara de lo vivido en su enfermedad y de su espera de la muerte. Ese testimonio suscitó entonces muchas emociones e interés. Pronto fue nombrada especialista de los enfermos en fase terminal.
El acompañamiento de los enfermos al término de la vida Con un grupo de estudiantes, propuso entrevistas (que se harían detrás de un espejo sin azogue) a pacientes terminales en los servicios del Billings Hospital de Chicago donde ejercía. La mayoría aceptó. Se consignaron así más de doscientas entrevistas. De esas conversaciones, independientes de la edad y sexo de los pacientes, se desprendieron elementos comunes. Elisabeth describió el recorrido psicológico de los enfermos terminales revelando varias etapas de su evolución: la conmoción ante el anuncio del diagnóstico, la negación, la ira, el regateo, la depresión y la aceptación. Escribió entonces un libro titulado Los últimos instantes de la vida para dar a conocer sus trabajos. Estamos en 1969 y el libro es un éxito. La revista Time Magazine le dedicó un artículo. Elisabeth era solicitada para dictar conferencias y recibía mucho correo. Peleó mucho para cambiar el modo de enfocar la muerte y la ayuda a los moribundos. Será entonces una pionera del acercamiento a los cuidados paliativos para las personas en fase terminal y del acompañamiento a los moribundos, esa nueva disciplina que vuelve a poner la muerte en su lugar, es decir en la vida.
LA CUESTIÓN DE LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE.
Reconocida en todo el mundo por sus colegas como autoridad en materia de tanatología, fue doctor honoris causa en numerosas universidades. Por eso mientras consignaba y publicaba lo vivido y los sufrimientos de sus enfermos hasta su muerte clínica, sus colegas la apoyaban. Pero cuando, en las conferencias y entrevistas, empezó a relatar que los moribundos con frecuencia compartían con ella experiencias extra corporales, incluso del más allá, lo cual no consideraba alucinaciones, muchas personas se apartaron de ella y hasta la declararon “trastornada”. No podían admitir que de repente ella se volviera hacia un campo de investigación considerado como no serio, a saber la cuestión de la vida después de la muerte.
En una entrevista, hizo la siguiente declaración: “En mi opinión, es científicamente honrado el que anota sus descubrimientos y explica cómo ha llegado a su conclusión. Se debería desconfiar de mí si publicara solamente lo que le agrada a la opinión general. No está en mis intenciones convencer, ni convertir a nadie. Considero que mi trabajo consiste en la transmisión de los resultados de la investigación. Los que estén preparados me creerán. Y los que no lo estén, argumentarán”.
Dejó Chicago, lamentando el Billings Hospital la mala publicidad hecha al establecimiento, considerado un modelo de cuidados y sanación. Se instaló entonces en Escondido, al sur de California, luego en Virginia. Durante su vida, escribió artículos y una veintena de libros traducidos a más de treinta lenguas, y organizó seminarios y conferencias. Murió a los 78 años el 24 de agosto de 2004, en Scottsdale, Arizona, acompañada por su hijo Kenneth y su hija Bárbara.
LAS EXPERIENCIAS DE MUERTE INMINENTE
Elisabeth Kübler-Ross acompañó a miles de personas en el final de la vida, estudió las diferentes etapas por las que pasa una persona cuando se entera de que va a morir e igualmente estudió el fenómeno de las experiencias de muerte inminente, conocido con el término inglés NDE: Near Death Experience. Muy pronto recogió los testimonios y, lejos de criticarlos, los publicó. Igualmente escribió el prefacio del libro de Raymond Moody La vida después de la vida que trata de las NDE.
“Vivo la vida bienaventurada de los espíritus” Cuando se le preguntaba si tenía miedo a la muerte, ella respondía: “No, en absoluto; me alegro de ella por adelantado. El hecho de preocuparse por la muerte no es una huida ante la vida, por el contrario. La integración de la muerte en su pensamiento permite al hombre vivir de modo más consciente y concentrado y lo protege de desperdiciar demasiado tiempo en cosas sin importancia”.
En enero de 2005, el espíritu Elisabeth Kübler-Ross, se manifestó en sesión espírita para darnos este mensaje: “La muerte es un tema que me llamó la atención desde muy joven. La muerte es un tema que he estudiado, analizado y tratado sobre todo en cuanto a su proximidad, es decir cuando el hombre, la mujer o el niño se encuentran a sus puertas… En el más allá me he reunido y he encontrado a numerosas personas que de alguna manera había acompañado en el umbral de esta otra vida. Vivo la vida bienaventurada de los espíritus, aunque tenga que repasar algunos datos pues esta muerte, a la que tantas personas temen, nunca me dio miedo y esperaba el momento de su llegada con serenidad y certeza”.
( Continúa y finaliza en la siguiente publicación)
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