INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El Espiritismo y la Ley cristiana
2.- Reminiscencias
3.- Reunidos en Su nombre
4.- Actitud ante la pérdida de seres queridos
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EL ESPIRITISMO Y LA LEY CRISTIANA
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- Marco Antonio Gonzalez-
Luz progreso y paz
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REENCARNACIÓN REMINISCENCIAS
La capacidad intelectual y volitiva de ciertas personas, la sensibilidad de ciertas otras para apreciar las bellezas de la vida, son demostraciones fehacientes del grado de evolución del Espíritu que les anima. Pues, éste trae a su actual existencia conocimientos que ya posee, por haberlos adquirido en vidas anteriores y en su vida espiritual en el espacio, en el intervalo de una a otra existencia terrena; así como sensibilidad, por un mayor desarrollo de la facultad sensorial del Alma.
Aun cuando las personas no son conscientes de los conocimientos adquiridos a lo largo de sus experiencias humanas y espirituales, estos permanecen siempre en el subconsciente y gravitan en la formación de la mentalidad de la nueva personalidad. De aquí que, nos encontremos a veces con personas extraordinariamente dotadas para determinadas ciencias y artes.
Todo cuanto se aprende bien en una vida, sirve para la siguiente, porque el subconsciente retiene lo aprendido. Pero, como no está grabado en el nuevo cerebro, no se recuerda. Sin embargo, no bien una idea o concepto ya conocido de su vida o vidas anteriores le es expuesto, lo comprende con mayor facilidad que otros.
La facilidad con que algunas personas asimilan ciertos estudios, es debido a su anterior conocimiento sobre ellos, es para ellas como un repaso; mientras que a otras, les es difícil y trabajoso, por ser algo nuevo.
Esa afición de algunos hacia las artes, la música, las letras o las ciencias, ¿de dónde creéis que proviene? ¿De dónde proviene, en algunos niños y jóvenes, esa predisposición a la pintura, que sin haber como niños, ya pintan y dibujan y con asombro de sus mayores? ¿Y a la música, a la literatura, a la escultura y demás; mientras a otros les es sumamente difícil y apenas llegan a la mediocridad?
Meditemos sobre esto, y encontraremos la ley de los renacimientos claramente demostrada en estas inteligencias precoces. En un Pascal, matemático y filósofo, que a los 12 años descubrió la geometría plana, escribiendo a los 16 su primer tratado «Dos Ordenes dentro del Universo» y a los 18 años inventando una máquina de calcular. Un Rembrandt que pintaba magistralmente antes de saber leer. Un Mozart, dando su primer concierto a los 5 años, componiendo partituras a los 7 y dirigiendo una orquesta de maestros a los 11 años. Teresa Milanollo (1827-1904) que tocaba violín a los 4 años de manera tan perfecta, que Belliot dijo que debió haber aprendido antes de nacer. El doctor Robert Wiener (1894-1964), considerado como el padre de la cibernética y de la automatización, que a los tres años hablaba ya cuatro idiomas que nunca había estudiado como niño, y a los 18 años obtuvo el doctorado en la Universidad de Harvard (USA).
Como fue explicado al exponer el proceso psicológico del olvido del pasado, el ser encarnante comienza la nueva vida en la materia con un cerebro virgen, como un libro en blanco. Y a través de su vista y su oído, comienza lentamente a distinguir y conocer su nuevo ambiente. Y a medida de su crecimiento, va surgiendo paulatinamente del subconsciente, su capacidad, manifestándose en forma de aptitudes y tendencias, las cuales suelen denominárseles: inclinaciones congénitas.
La facilidad con que unos niños aprenden ciertas materias en el colegio y la dificultad de ciertos otros, es el resultado de adquisiciones anteriores grabadas en el subconsciente, que comienzan a aflorar en una mayor facilidad de aprendizaje. Y así podremos comprender el origen de esos «niños prodigio», que son el asombro de muchos.
El genio es un largo e inmenso esfuerzo en el orden intelectual; y la bondad es conquistada en una lucha secular contra las pasiones y atracciones inferiores, y en las vidas de dolor, en las cuales el alma se purifica y sensibiliza.
¡Quién pudiera quitar a los hombres esa venda que hace enaltecer en demasía cada vida, otorgándole el cariz de única y de inigualable! El culto a la vida material, además de retardar grandemente el progreso del Espíritu, crea en el individuo angustia y temor a la llamada muerte. Y de aquí, ese correr loco hacia los placeres de los sentidos o apego excesivo a las cosas materiales.
Sebastián de Arauco
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REUNIDOS EN SU NOMBRE
Prefacio. Para estar reunidos en nombre de Jesús no basta hallarse juntos físicamente, sino que es preciso estarlo también en lo espiritual, por la comunión de intenciones y pensamientos dirigidos hacia el bien. Entonces sí se encuentra Jesús en medio de la reunión: Él, o los espíritus puros que lo representan. El Espiritismo nos permite comprender de qué manera pueden los espíritus hallarse entre nosotros. Están ahí con su cuerpo fluídico o espiritual, y con la apariencia que nos permitiría reconocerlos si se hicieran visibles. Cuanto más elevados se hallan en la jerarquía espírita, tanto mayor es su poder de irradiación. Así poseen el don de ubicuidad y pueden encontrarse en varios lugares simultáneamente. Basta, para ello, un rayo de su pensamiento. Con las palabras citadas en el parágrafo anterior quiso Jesús mostrar el efecto de la unión y la fraternidad. No es la mayor o menor cantidad de personas la que le atrae, puesto que en lugar de dos o tres hubiera podido decir diez o veinte, sino el sentimiento de caridad mutua que a esas personas anima. Ahora bien, para esto es suficiente que haya dos. Pero si esas dos oran cada cual por su lado, aunque ambas se dirijan a Jesús, no habrá entre ellas comunión de pensamientos, sobre todo si no son movidas por un sentimiento de benevolencia recíproca. Y si se miran con malos ojos, con aborrecimiento, envidia o celos, entonces las corrientes fluídicas de sus pensamientos se rechazan en vez de unirse por un común impulso de simpatía, y en tal caso, no están reunidas en nombre de Jesús, el cual no es más que el pretexto de la reunión y no su verdadero motivo..... Esto no significa, en modo alguno, que Él permanezca sordo a la voz de una sola persona. Si no dice que acudirá a cualquiera que le llame, es porque ante todo exige amor al prójimo, del cual podemos dar mayores pruebas cuando estamos en compañía de otros, que encontrándonos solos, y también a causa de que todo sentimiento de tipo personal lo aleja. De ello se sigue que sí, en medio de una nutrida asamblea, sólo dos o tres personas se unen de corazón mediante el sentimiento común de una auténtica caridad, en tanto que el resto de los asistentes se aíslan y se concentran en pensamientos egoístas o de carácter mundano, Jesús estará con aquéllas y no con estos otros. Así pues, no es la simultaneidad de los presentes en las palabras, en los cánticos o en los actos litúrgicos lo que constituye una reunión en nombre de Jesús, sino la comunión de pensamientos acordes con el espíritu de caridad personificado en Él. Tal debe ser el carácter de las reuniones espíritas serias, de aquellas en que se desea con sinceridad el concurso de los buenos espíritus. El Evangelio según el Espiritismo. |
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ACTITUD ANTE LA PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS-
La primera idea ante esta cuestión que
debiéramos grabar en nuestra mente con mayúsculas, con el fin de actuar
correctamente, es : ¡ SERENIDAD!
La separación de un ser querido siempre es dolorosa aunque se crea o se sepa que no es una pérdida para siempre, pero nosotros, los espíritas, debemos considerar que en los planos y mundos del Mas Allá no existe el sentido del tiempo que aquí tenemos con los minutos, las horas, los días , las noches y las fechas del calendario, para los que se han ido al plano espiritual; para ellos solo hay un estado de tiempo presente, eterno y permanente, por lo cual, lo que lo que para nosotros es una separación tal vez muy larga o de muchos años, para ellos es apenas un instante fugaz, o sea que su ausencia de nosotros o de sus seres queridos hasta que ingresemos al plano espiritual, es también fugaz y el reencuentro con nosotros siempre será para ellos, como para los recién llegados a su plano de existencia, un acontecimiento feliz.
Esta separación transitoria por la muerte de la persona querida, la podemos comparar al estado del alma durante el sueño en el que cada noche nos sumimos, y en el que al entrar la mente en ondas alfa al inicio del sueño, perdemos el sentido del tiempo; tanto es así que a una persona que haya dormido una hora, se la puede despertar y engañarla haciéndole creer que ha dormido más tiempo.
Es normal que ante la pérdida de un Ser querido sintamos aflicción, porque es
un sentimiento muy humano, no solo de amor, sino también de apego. Pero esto
muchas veces en realidad esta aflicción encubre un acto de egoísmo por nuestra
parte, porque preferimos retenerlo a nuestro lado aunque sea sufriendo, antes
de dejarlo partir libre hacia un estado mucho mejor que el que tenía en la
Tierra; pero claro está: eso del mundo mejor para la mayoría es algo subjetivo
y dudoso, tal vez una cuestión de fe abstracta, religiosa o simbólica. Sin
embargo nosotros los espiritistas, estamos convencidos y seguros de la continuación de la
vida más allá de la tumba, y podemos afirmar, aun ante la presencia del cadáver,
que ¡ de los muertos solo murió su cuerpo material, pero ellos
viven! y posiblemente en esa situación que atraviesan, recién
desencarnados, ellos no se han ido todavía a ningún otro lugar, por lo que nos
pueden ver y escuchar, aunque nosotros a ellos no.
Si nos paramos a pensar y a analizar los sentimientos de pena ante la pérdida de un ser querido, llegaremos a admitir que no se llora por ellos, sino por nosotros mismos, porque sentimos la inseguridad y el vacío de continuar aquí en este mundo, la vida sin ellos.
Es lógico que situando el alma en esos lugares tan abstractos e inaccesibles como el Cielo y el Infierno, que las religiones nos han pintado, muchas personas sientan el vértigo de la nada tras el gran misterio que aun es la muerte de las personas, o que íntimamente sintamos como una barrera abismal y una distancia vertiginosa entre los que se fueron y los que quedamos. Siempre queda la duda o el interrogante: Se fueron, pero ¿ a dónde?, y es que por nuestra existencia en este mundo tridimensional, no concebimos nada que no ocupe un lugar físico.
Siendo coherentes con el conocimiento de que ellos viven, lo que ya fue
largamente demostrado y comprobado a través del fenómeno mediúmnico, sería absurdo dejarnos llevar por
el llanto y el dolor de la pérdida por lo cual, esa "Serenidad y
calma" de la que hablaba al principio, deben de envolver nuestras mentes,
en la seguridad de que pronto, antes o después, nos reuniremos de nuevo con
ellos, bien porque nos vayamos con ellos a su mismo plano de existencia tras el
fenómeno de la muerte, o bien porque sean ellos los que regresen un día entre
nosotros por el fenómeno de la reencarnación.
La oración por los que se han ido, sentida y realizada con Amor y buenos deseos hacia ellos que salga del corazón o del sentimiento, es una vibración psíquica y espiritual, que les llega y les proporciona una ayuda y una fuerza de carácter moral que les puede ser de gran utilidad al facilitarles el tránsito desde este plano material, al plano espiritual, pues por las vibraciones que les llegan por estas oraciones que se dirigen a ellos, o por ellos, se sienten más seguros, más lúcidos y más felices. Realmente les supone una ayuda y hasta un alivio en ciertos casos.
Sería conveniente y hasta necesario el que la gente supiese con mayor certeza, el hecho real de que sus muertos están vivos y lúcidos y frecuentemente se mantienen cerca de nosotros, aunque no los veamos o aunque no siempre los sintamos, y que aun sin la materia carnal, siguen pensando , sintiendo y amando como cuando estaban aquí, físicamente entre nosotros.
-José Luis Martín-
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