Hablando de otros mundos

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Bienaventuranzas del anciano

2.- Educación moral del médium

3.- Hablando de otros mundos

4.- Comunicación espiritual

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      BIENAVENTURANZAS DEL ANCIANO

                               

Bienaventurados aquellos que comprenden mis pasos vacilantes y el temblor de mis manos;

Bienaventurados aquellos que distinguen en mis ojos las lentas reacciones;

Bienaventurados aquellos que perciben el esfuerzo de mis oídos para captar sus palabras;

Bienaventurados los que notan que mis ojos ya están nublados y mis reacciones son más lentas;

Bienaventurados aquellos que fingen no ver el café que derramé en la mesa;

Bienaventurados aquellos que se alegran con mi sonrisa y me dejan hablar cosas sin importancia;

Bienaventurados aquellos que nunca replican ; “ya me contó eso tantas veces”;

Bienaventurados aquellos que me hacen sentir afecto en vez de abandono;

Bienaventurados aquellos que saben orientar la conversación para las cosas del pasado;

Bienaventurados los que perciben mi soledad

Bienaventurados los que me acompañan en mi sufrimiento;

Bienaventurados los que entienden que me cuesta mucho encontrar fuerzas para superar mis dificultades.

Bienaventurados los que alegran los días de mi vida;

Bienaventurados los que ayudan y facilitan en mi vida el pasaje a la verdadera vida, con amabilidad y comprensión.

(Autor desconocido).

Traducido por Isabel Porras

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    EDUCACIÓN MORAL DEL MÉDIUM

La mediumnidad es un instrumento neutro, desde el punto de vista moral; puede ser empleada para el bien como recurso extraordinario que incentiva la educación, la solidaridad y el amor, o utilizada para la maldad, el engaño o la superstición; por eso, la Doctrina Espírita hace tanto hincapié en la moralización del médium.

   El Espiritismo no admite, en ninguna circunstancia, la remuneración, directa o indirecta, en el ejercicio de la mediumnidad, el cual debe someterse a la normas de absoluto desinterés pecuniario. Así lo reafirma el ilustre escritor León Denis :

"  La mejor garantía de sinceridad que puede presentar un médium, es el desinterés, como es también el medio más seguro para obtener la protección de lo Alto.

    Para conservar todo su prestigio moral, para producir frutos de verdad, la mediumnidad debe ser ejercida con elevación y sin paga material alguna: de otro modo se convierte en fuente de abusos, en instrumento de confusión del que podrán servirse las entidades maléficas.

   La práctica de la mediumnidad no debe realizarse con fines de diversión o distracción frívola, como ocurre con el llamado "juego de la ouija", con el que se pretende evocar espíritus para consultarles banalidades y puede ocasionar trastornos psicológicos diversos o abrir brechas en relaciones obsesivas, pues las personas creen que pueden jugar con los espíritus, y en definitiva, son los espíritus burlones quienes juegan con ellos. La mediumnidad no es un espectáculo para satisfacer necesidades pueriles; es un acto trascendental que debe cumplirse dentro del mayor respeto, compostura y superación moral de los médiums, los directores y los asistentes. Teniendo que servir como reflectores entre el plano espiritual y el plano físico, no deben esperar los médiums otra retribución que la satisfacción de haber prestado un servicio, como un gran apostolado en favor de la verdad y del progreso intelectual y moral.

   El empleo de la mediumnidad debe canalizarse siempre en dirección al bien, jamás para lastimar o perjudicar a un semejante, ni debe usarse como subterfugio para obtener beneficios personales de cualquier índole. Se equivocan los que creen que una vez que son médiums, siempre lo serán, pues si no llevan una vida recta, o si se mercantilizan con su facultad, colocándose a la altura de los charlatanea, prevaricando conscientemente por un animus lucrandi, la perderán o se fundirán en el abismo de la obsesión, pasto de espíritus atrasados, ya que la mediumnidad es una facultad intrínsecamente para el bien y los buenos espíritus se alejan del que quiera emplearla indebidamente. La moralización constante `preserva al médium de no sintonizar con fuerzas dañinas, viciosas y negativas, que forman parte también de las dimensiones espirituales y se expresan a través del mediumnismo.

   Son características del médium espírita debidamente moralizado:

   - Pureza de pensamientos y sentimientos. Cultivando virtudes y vibrando con pensamientos positivos, contactará con energías armónicas, constructivas, purificadas.

- Conducta recta, noble y altruista, en la vida personal, familiar y social.

- Vivir dignamente de su trabajo en su profesión u oficio elegido, sin valerse de sus facultades para efectuar cualquier tipo de especulación mercantilista.

-  Alejamiento de cualquier actitud de ostentación, acicateada por el orgullo o la vanidad. El médium espírita sabe que su facultad no es, en sí misma, una prueba de evolución moral o espiritual, ya que en ocasiones es el resultado de pretéritas conductas desviadas que produjeron una descompensación vibratoria, un desfase en la interacción de su cuerpo físico y el periespíritu que facilita la fenomenología mediúmnica y paranormal. El médium debe evitar ejercer su mediumnidad aisladamente, sino que debe hacerlo en las sesiones en el grupo espírita, en los días y horas indicadas.

- No siente envidia ni celos de otros compañeros portadores de facultades mediúmnicas, y actúa siempre en equipo con un amplio sentido de colaboración.

- Jamás teatraliza ni finge presuntas manifestaciones de los espíritus, ni se presta a fraudes de ninguna especie.

- Se rodea de una atmósfera de armonía, paz y  buena voluntad, en el grupo espírita al que concurre.

- Aleja de sí las causas de las mixtificaciones y las obsesiones, solicitando permanentemente con amor y humildad, la asistencia y protección de la Espiritualidad superior.

-- No se inmiscuye en prácticas ritualistas, fetichistas, de magias o superstición, ni sincretismos religiosos o afro-indigenistas, en donde participan predominantemente entidades desequilibradas o de muy bajo nivel evolutivo, con el aprovechamiento especulativo de encarnados sin escrúpulos.

- Jon Aizpúrua- de su obra Tratado de Espiritismo-

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           HABLANDO DE OTROS MUNDOS

        

32. ¿Qué grado de confianza puede haber en las descripciones que los Espíritus hacen de los diferentes mundos?

Esto depende del grado de adelantamiento real de los Espíritus que dan estas descripciones; porque vosotros comprendéis que los Espíritus vulgares son tan incapaces de daros noticias con respecto a esto, como un ignorante entre vosotros para describiros todos los países de la Tierra. Muchas veces dirigís preguntas científicas sobre estos mundos a Espíritus que no las pueden resolver; si son de buena fe, hablan de ellos según sus ideas personales; si son Espíritus ligeros se divierten dándoos descripciones extravagantes y fantásticas; tanto más que estos Espíritus que no están desprovistos de imaginación en la erraticidad como en la Tierra, sacan de esta facultad la narración de muchas cosas que nada tienen de real. Sin embargo, no creáis en la imposibilidad absoluta de tener sobre estos mundos, algunas aclaraciones; los mismos Espíritus buenos se complacen en describiros aquellos que ellos habitan, a fin de serviros de enseñanza para mejoraros, y convidaros a seguir el camino que puede conduciros a ellos, es un medio de fijar vuestras ideas sobre el porvenir y no dejaros en la vaguedad.

¿Qué comprobación puede haber para la exactitud de estas descripciones?

La mejor comprobación es la concordancia que puede haber entre ellas; pero acordaos que tienen por objeto vuestro mejoramiento moral y que por consiguiente podéis ser informados mejor sobre el estado moral de sus habitantes que sobre el estado físico o geológico de estos globos. Con vuestros conocimientos actuales, ni aun podrías comprenderlo; este estudio no serviría para vuestro progreso en la Tierra, y cuando estéis allí tendréis toda la posibilidad de hacerlo.

Observación. — Las cuestiones sobre la constitución física y los elementos astronómicos de los mundos, entran en el orden de las investigaciones científicas de las que los Espíritus no deben ahorrarnos el trabajo; sin esto, un astrónomo encontraría muy cómodo el hacerles hacer sus cálculos, con lo que se guardaría muy bien de convenir sin duda. Si por la revelación podían los Espíritus ahorrar el trabajo de descubrimiento, es probable que lo hicieran a favor de un sabio bastante modesto para reconocer abiertamente el origen, más bien que en provecho de los orgullosos que los niegan, y a los que por el contrario conducen a menudo las decepciones de amor propio.

Allan Kardec

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                   COMUNICACIÓN ESPIRITUAL    

                                        

    Los ímpetus y las corrientes del siglo en que vivís son tan extraordinariamente violentos, que en  muchas ocasiones os faltan las fuerzas para resistirlos. El espectáculo que ofrece hoy el pueblo español ante el mundo civilizado, es debido solamente a la cultura y la laboriosidad de sus hijos que han hecho entrar en una nueva etapa de felicidad y bienandanza a esta vetusta y fatigada España por tantos despojada y desatendida.

    Donde quiera que se reúne la vida social, el arte y la ciencia, en la insignificancia que podeis vosotros conocer, se observa siempre ese movimiento parecido al de las olas del inmenso oceano que pugna por resarcirse y se estrellan unas con otras, impotentes ante la sabia ordenación de las leyes que las impulsan.

    Si esas leyes son infalibles e inquebrantables, también son leyes por las que se rigen las humanidades, y las hacen girar en mayor o menor órbita según sus adelantos y conocimientos en el saber humano. Cuando los pueblos por su cultura y laboriosidad y buenas costumbres se hacen dignos de una relativa felicidad, la tienen indudablemente y la tienen cuando menos la esperan, pero no les falta porque son resultados de leyes naturales, dirigidos por el Supremo Hacedor que manda y dispone con la justicia propia de su magnificencia en todos los mundos y en todos los seres de la Creación.

   La antigua y hoy moderna España, patria de tantos hombres eminentes en letras y ciencias, se ha hecho acreedora después de tantas adversidades, a esa nueva felicidad que la espera y que ya está en camino: Unos lo achacan al lado bueno y virtuoso que simboliza la monarquía representada por dos seres dignos de respeto; otros, a otras cosas diferentes, pero lo cierto del caso es que esa esperada felicidad es originada por tantas causas que nosotros no podemos explicarla, ni tal vez no esté a nuestro alcance; pero el caso es que se efectúa el movimiento de avance y siguen las corrientes de la moderna civilización verificando su impulso tan rápidamente que, no lo dudéis, tanto en lo espiritual como en lo material, estáis ganando por momentos, y seguís las huellas de los pueblos que han entrado en el camino de la perfección.

   Es en el pueblo español, donde hoy se fijan  todas las miradas, y este pueblo será indudablemente el que devuelva a España la cultura, los adelantos sociales y el libre pensar de grandes filósofos espirituales y científicos como los hubo en el pasado. En ese ambiente florecerán nuevos genios de gran amorosidad, auténticamente cristiana, de tan potente fulgor, que nada ni nadie podrá apagar el fulgor de sus grandes resplandores.

- Médium J.G.-
(Tomado de la Revista nº 5 Fraternidad Cristiana Espírita)

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