lunes, 4 de septiembre de 2023

El redimir del alma

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Suicidio

2.- Evocación e Invocación

3.- La importancia del perdón

4.- El redimir del alma

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SUICÍDIO 

       En el suicidio intencional, sin las atenuantes de la molestia o de la ignorancia, hay que considerar no solamente el problema de la infracción ante las Leyes Divinas, sino también el acto de violencia que la criatura comete contra si misma, tras una premeditación más profunda, y un remordimiento más amplio.

     Atormentado de dolor, la conciencia despierta en el nivel de sombras en cuestión en el que se precipitó, soportando forzosamente las compañías que eligió para si mismo, por el tiempo indispensable para la justa renovación.

       Con todo, los resultados no se limitan a un sufrimiento íntimo, porque sugieren los desequilibrios consecuentes en las sinergias del cuerpo espiritual, con impositivos de un reajuste en existencias próximas.

 

       Es así que después de determinado tiempo de reeducación, en los círculos de trabajo fronterizos de la Tierra, los suicidas son habitualmente reinternados de nuevo en el plano carnal, en régimen de hospitalización en la celda física de un cuerpo material que les refleja las penas y angustias en  forma de enfermedades e inhibiciones.

       Nos será fácil, de ese modo, identificarlos, desde la cuna en que reaparecen, mostrando enseguida la expiación a que se acogen.

      Los que se envenenaron, conforme los tóxicos de que se valieron, renacen trayendo las afecciones valvulares, los achaques del aparato digestivo, las enfermedades de la sangre y las dificultades endocrinas, así como otros males de etiología oscura;  así por ejemplo, los que se asfixiaron, sea en el lecho de las aguas o mediante gas, exhiben los procesos mórbidos de las vías respiratorias, como en el caso del enfisema o de los quistes pulmonares; los que se ahorcaron cargan consigo los dolorosos disturbios del sistema nervioso, como sean las neoplasias diversas y la parálisis cerebral infantil; los que se despedazaron el cráneo o  acostaron su cabeza bajo ruedas destructivas, probablemente experimentarán desarmonías de la misma especie, tal como las que se relacionan con el cretinismo, y los que se tiraron de gran altura reaparecen portando los padecimientos de la distrofia muscular progresiva o de la osteítis difusa.


 Según el tipo de suicidio, directo o indirecto, surgen las distonías orgánicas derivadas, que corresponden a diversas calamidades congénitas, inclusive la mutilación y el cáncer, la sordera y la mudez, la ceguera y la locura, que representan una terapéutica providencial en la cura del alma.
   

     Junto a semejantes cuadros de probación regenerativa, funciona la ciencia médica como misionaria de la redención, consiguiendo ayudar y mejorar a los enfermos de conformidad con los créditos morales que alcanzaron o según el merecimiento que dispongan.

      Guarda, pues, la existencia como un don inefable, porque tu cuerpo es siempre instrumento divino, para que en él aprenda a crecer para la luz y a vivir para el amor, ante la bendición  de Dios.

                                      Libro "Religión de los Espíritus" -

     Psicografia Francisco C. Xavier, Espíritu: Emmanuel. 


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EVOCACIÓN E INVOCACIÓN:

INVOCACIÓN: (del latín, in, en, y vocare, llamar).


EVOCACIÓN
 (del latín, vocare, y e o ex, de, fuera de): estas dos palabras no son perfectos sinónimos, aunque tengan la misma raíz, vacare, llamar, y es un error emplear la una por la otra. “Evocar esto es, llamar, hacer venir, hacer aparecer por ceremonias mágicas, por encantos.
Evocar las almas, de los Espíritus, de las sombras. Los necrománticos pretendían evocar las almas de los muertos”. (Acad.) Entre los antiguos, evocar era hacer salir las almas de los infiernos para que respondieran al conjuro.

INVOCAR: es llamar en sí o en su socorro a una potencia superior o sobrenatural. Se invoca a Dios por la oración y  en la religión católica se invoca también a los Santos. Toda plegaria o ruego a lo Alto es una invocación.

     La  invocación está en el pensamiento; la evocación es un acto. En la invocación, el ser a quien se dirige, atiende; en la evocación, se desplaza del lugar en que está para venir a nosotros y manifestar su presencia.

     La invocación no se dirige sino a los seres que se supone bastante elevados para asistirnos; la evocación se hace a los Espíritus inferiores lo mismo que a los superiores. “Moisés prohibió, bajo pena de muerte, evocar las almas de los muertos, práctica sacrílega  entre los cananeos.

    El capítulo XXII del libro segundo de los Reyes, se habla de la evocación de la sombra de Samuel por la Pitonisa.”

    El arte de las evocaciones, como se ve,se  remonta a la mayor antigüedad y  se halla en todas las épocas y en todos los pueblos.

    Antes, la evocación fue acompañada de prácticas místicas, sea que se las creyera necesarias, o sea, y esto es lo más probable, que de ese modo se las revestía con el prestigio de un poder superior. Hoy se sabe que el poder de evocar no es un privilegio de nadie sino  que pertenece a todo el mundo, y que todas las ceremonias mágicas y cabalísticas, no son sino un vano aparato.

    Según los antiguos, todas las almas evocadas, o iban errantes, o venían de los infiernos, que comprendían, como se ha dicho, así los Campos Elíseos como el Tártaro. No se daba a ello ninguna mala interpretación.

    En el lenguaje moderno, como la significación de la palabra infierno se ha restringido a la de lugar de castigos, se sigue, para cierras personas, que la evocación se hace solamente a los malos Espíritus o demonios; pero esta creencia ha desapareciendo a medida que se adquiere un conocimiento más profundo de los hechos. Por ello resulta la menos extendida entre todos los que creen en la realidad de las manifestaciones espiritas. No puede prevalecer ante la experiencia y un razonamiento libre de prejuicios.

----EXTRACTO del - MANUAL PRÁCTICO DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITISTAS (ALLAN KARDEC)

En pocas palabras:

Invocar es hablar a Dios con el pensamiento, para pedirle ayuda y agradecerle en caso de la petición de algún favor

Evocar se le hace a los espíritus; ojala que  sea con espíritus buenos y elevados, ya que de ser inferiores , podrían ocasionarnos más de un dolor de cabeza y contrariedades o mala información.

- Tema y texto enviado por Susana Gómez-


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  LA IMPORTANCIA DEL PERDÓN                     



  Todavía mucha gente, independiente de sus creencias, nivel cultural, etc, cuando hablan de hechos del pasado por los que soportaron algún tipo de sufrimiento traumático, sin duda debió de ser así, porque relatan su historia con la rabia, la indignación, el rencor o el enfado a flor de piel, y lo peor de todo, con la predisposición de no querer perdonar jamás a la persona a quien acusan de haberles causado aquel dolor inolvidable. Si se les rebate suavemente para que finalmente comprendan  lo erróneo de su postura, aún nos miran con cara de asombro, por no descubrir en nosotros a alguien que está de acuerdo en su postura, que creen que es "la más normal del mundo". Entonces se indignan ante nuestra opinión que no comprenden y que para ellos es absurda.

  Ciertamente, muchas veces nos hieren en el alma, que es donde más duran sin curar las heridas, pero si fuésemos conscientes, cuando nos llega la ocasión de perdonar, de que ese momento del perdón o no, por aquel episodio triste o desagradable que nos dejó tan oscura huella, es único y muchas veces irrepetible, pues en  ese instante es como si nos jugásemos a cara o cruz nuestra suerte en el futuro.

   Perdonar, según palabras del propio Maestro Jesús, supone a su vez, ser algún día  perdonados y redimidos de ese pesar interno que son las heridas morales que mantenemos a veces en lo íntimo del ser. Por eso, cuando veo esos corazones tan duros y recalcitrantes, que en vez de ser movidos al perdón, conforme nos ha enseñado Cristo y tantos otros Enviados del Padre, sueñan con venganzas que les causan un placer y les dejen satisfechos, porque creen que en ese caso lo que se hace con su no perdón y su venganza, es justicia; esto me causa cierta lástima, pues no caminan en la Voluntad Divina del Padre, tal como nos la mostró y ejemplificó Jesús de Nazaret.

El odio es una cadena psicológica que nos imanta y nos ata a la persona odiada, Solamente el perdón deseado, sentido y sincero, nos puede liberar de esa cadena.

Quienes realmente creen en el rencor eterno y en la dulce venganza, sin duda es porque están muy lejos de conocer , al menos un poquito,  las enseñanzas y ejemplos de Jesús, cuando por ejemplo, intervino para impedir que su discípulo Pedro, utilizase una espada contra la gente que fué a  prenderle al Huerto de los Olivos, obligándole a guardar su espada, cuando ya había comenzado a luchar con ella  para defenderlo a Él, hiriendo la oreja de un soldado de los que lo apresaban. En ese momento también estaba perdonando a Judas, el discípulo que lo entregó, así como a los soldados y fariseos que fueron a prenderlo, pero al mismo tiempo, estaba entregando Su Voluntad a la del Padre, dando ejemplo de mansedumbre y perdón hasta el último momento de estar en este mundo con la elevadísima misión de sacrificar hasta la vida por hacer la Voluntad de Dios, sellando con su ejemplo el que los humanos que también somos hijos del mismo Padre, también podamos seguir las huellas de amor y de generosidad que Él nos señaló.

   Somos humanos que estamos en una etapa evolutiva en general, por la que vamos siendo poco a poco más conscientes de las leyes y motivos que nos presenta la vida en este mundo, pero a su vez, todavía tenemos muchas tendencias muy retrógradas, de reacción instintiva, como los animales, pero en una mezcolanza que nos hace mucho peores que cualquier depredador entre estos. Así vemos que los animales respetan la naturaleza, mientras el hombre la aniquila, vemos que los lobos cazan en manada, respetando una jerarquía dentro del grupo, mientras el hombre por envidia y orgullo, aspira a elevarse por encima de esa jerarquía, para ser él quien domine y sienta el poder sobre el resto; vemos que un predador se enfrenta a otro, sin miedo y sin odios, solo por la supremacía reproductora, de modo que cuando uno se rinde en la confrontación, el otro deja de perseguirlo y de ensañarse con él, mientras el humano alcanza cotas inimaginables de crueldad y de venganza.

Detrás de esto, se desencadenan  todas las guerras y conflictos bélicos que han habido en la historia. Por tanto, si el resentimiento, el odio, la venganza y la falta de fraternidad nos han traído siempre los mismos frutos amargos, en adelante vamos a proponernos hacer un mundo  mejor, desechando la envidia, el resentimiento y la venganza, y busquemos la paz en nuestros corazones antes que en ningún otro lugar externo, pues la paz y las alegrías y felicidad que esta trae, antes de estar alrededor nuestro,  deben abundar en nuestro interior.

Debemos ser conscientes de que todos portamos tantas y tantas imperfecciones y generamos tanta negatividad, que necesitamos a cada momento de la misericordia y del perdón de Dios, pero tal como nos dijo Jesús en la oración que dejó enseñada y que conocemos como "Padre Nuestro"; en ella dice "PERDONA NUESTRAS DEUDAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS OFENSORES", lo cual nos dice claramente, que Dios nos va a perdonar en la misma medida que nosotros perdonemos, por lo tanto, esforcémonos por perdonar siempre porque con nuestro perdón, obtendremos el ser perdonados y así sentirnos con el alma liberada.

En la época que vivimos, no nos podemos permitir continuar por el camino del odio y la venganza, opuestos al perdón, porque es mucho lo que nos jugamos y las circunstancias se precipitan cada día más; apenas queda ya lugar para seguir perdiendo el tiempo en posturas y por caminos equivocados. Actualmente estamos inmersos de lleno, en un " final de los tiempos" o "cambio de ciclo evolutivo" donde el trigo será separado de la paja y el pastor separará los cabritos de los corderos..... Quien tenga oídos que oiga.

- José Luis Martín –

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  EL REDIMIR DEL ALMA


El camino de la redención hacia el bien reside en comprender la vida y llevarla por el buen camino, siendo justos al redimir las faltas, dando mensajes de amor donde se necesite sosiego y perdón, para así poder enfrentarnos positivamente al juicio de las Leyes Divinas.

Podemos ser fuentes de agua fresca que apagan la sed del que bebe en ella, amando para conseguir la unidad de la humanidad y perdonando las ofensas que podamos recibir, tal como nos enseñó el Maestro, para que él mismo sea nuestro hermano y guía en la redención de nuestras faltas. Él siempre está pendiente del necesitado que busca el consuelo en su arrepentimiento, para ser la antorcha de luz que alumbre los caminos incesantes del amor universal, del sacrificio y la voluntad por el bien al prójimo.

Cuando oigamos alguna historia que nos oprima el corazón, pidamos a Dios que haya perdón entre hermanos y borre el odio y el rencor, abriendo la ventana del razonamiento para rectificar las imperfecciones, para iluminar el camino del perdón que nos lleva hacia Dios.

El perdón es símbolo de libertad del alma que la separa del mal; el perdón está atribuido al comportamiento físico moral que lo unifica, en su parte positiva, en voluntad y esfuerzo hacia los demás. Es un gran paso para la libertad del espíritu, la unión fraternal hacia nuestros semejantes.

Respetemos la voluntad de Dios. Él nos invita a proseguir en el camino de la redención hacia nuestros hermanos, que nos guían y nos acompañan en el despertar del alma, en un mismo camino de unión fraternal hacia la unidad del espíritu con todo lo creado por Dios.

 Paqui Silvestre- Amor, Paz y Caridad.

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