jueves, 3 de julio de 2014

Fenómenos Parapsíquicos y la realidad inmaterial



¿Los fenómenos paranormales sugieren la existencia de otra realidad inmaterial?

La respuesta a esta cuestión siempre resulta muy ambigua e incompleta, porque es tan amplio y extenso el campo de investigación en cuanto a variedad de fenómenos, que haría falta todo un tratado para abordar tan amplio tema, pero por ellos queda claro que existe otra realidad diferente a la realidad de la materia.
La Parapsicología hizo una clasificación y diferenciación de los fenómenos paranormales.
El Dr. Alexander Aksakoff , padre de esta ciencia experimental, los clasificó en: dos grandes grupos :
- Los fenómenos Anímicos, en los que la causa que los origina es la propia energía psíquica y mental de la persona que los origina.
- Los fenómenos Espiríticos o Mediúmnicos, en donde las energías que intervienen, a veces dando prueba de que actúa una inteligencia extraña o independiente, son ajenas o exteriores a la persona o personas que se hallan en el escenario de manifestación de esta clase de fenómenos. A diferencia de los anímicos, el sujeto que los hace posible no es quien los origina a partir de su mente, sino que este es necesario para que el fenómeno de intervención espiríta acontezca, mediatizando en la presencia del fenómeno.
Ante todo presunto fenómeno paranormal, la primera medida que debe adoptar la correcta investigación parapsicológica, es el clasificarlo debidamente, comprobando que no existe una causa normal conocida que lo provoque; la segunda es comprobar si tiene una posible explicación anímica, y finalmente cuando esta queda absolutamente descartada, entonces la investigación entra en el terreno de la manifestación espiritual.
El problema está en que para la Ciencia en general y para la Parapsicología en particular, todos los fenómenos, del tipo que sean, tienden sistemáticamente a clasificarlos en todos los casos como anímicos o causados siempre por la mente humana de un sujeto especialmente dotado, negando implícita y sistemáticamente la posible intervención y existencia del Ente espiritual libre de la materia , como energía inteligente e independiente del cuerpo tras su paso por la muerte.
Cuando se admite la realidad existencial del Espíritu humano, cabe preguntarse: ¿Este Ser sin materia puede intervenir acerca de lo material con los fenómenos que llamamos paranormales?; ¿Es realmente posible poder comunicar con los llamados "muertos"?. Existen las pruebas ciertas desde hace mucho tiempo. Por el momento les invito a que lo piensen en profundidad, y en publicaciones, más adelante, se irán descubriendo y razonando respuestas.

- José Luis Martín-

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La explicación de los hechos aceptados por el Espiritismo, así como de sus causas y de sus consecuencias morales, constituye toda una ciencia y toda una filosofía, que requieren un estudio serio, perseverante y en profundidad”


- Allan Kardec-
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LA TERCERA REVELACIÓN SIMBOLIZA EL RETORNO DE CRISTO A LA TIERRA 

La ley del Antiguo Testamento tuvo en Moisés su personificación: la del Nuevo Testamento la tuvo en Cristo. El Espiritismo es la Tercera Revelación de la Ley de Dios, más no está personificada en ninguna individualidad, porque es fruto de la enseñanza dada, no por el hombre, sino por los Espíritus, que son las voces del Cielo, en todos los puntos de la Tierra , con el concurso de una multitud de intermediarios. Es, de cierta manera, un ser colectivo, formado por el conjunto de los seres del mundo espiritual, cada uno de los cuales trae el atributo de sus luces a los hombres, para tornarles conocido ese mundo y la suerte que les espera. (1) Sabemos que la Ley de Dios fue dada en el monte Sinai a Moisés, las Lecciones de Jesús en Israel y la Tercera Revelación a Allan Kardec en Francia en 1857. cada una de esas revelaciones fue la expansión de ideas presentadas anteriormente, obedeciendo la inequívoca ley del progreso. Obviamente toda Revelación tiene por característica la Verdad. Si fuera desmentida por hechos, deja de tener origen Divino, pues Dios no se engaña ni miente.

Observemos que con Moisés tenemos el impacto de la fuerza y del temor, para arrancar a los hombres de la idolatría (becerro de oro) y de la sumisión al paganismo. Con Jesús tenemos el ejercicio de la fe y del amor, para librar al hombre del aguijón de los formalismos, de la tradición, inspirándolo a la práctica de la fraternidad. Con los Espíritus se concretiza el empleo de la verdad, que ilumina la fe por el raciocinio, par que el espíritu humano pueda amar comprendiendo su trascendencia. El hombre ya no debe temer, ni apenas creer y amar, más también y, sobretodo saber para que cree y porque ama.

Una importante revelación se cumple en la época actual: la que nos muestra la posibilidad de comunicarse con los seres del mundo espiritual, por la mediúmnidad. Ese conocimiento no es nuevo, sin duda; más permaneció, hasta nuestros días, de cierta forma, en el estado de letra muerta, quiere decir, sin provecho para la Humanidad. (2)

El maestro Lionés explica que Cristo, tomando de la ley antigua lo que era eterno y divino, y rechazando lo que no era sino transitorio, puramente disciplinario y de concepción humana [leyes mosaicas], acrecentó la revelación de la vida futura, y de las penas y recompensas que esperan al hombre después de la muerte. Dándonos a conocer el mundo invisible, las leyes que lo rigen, sus relaciones con el mundo visible, la naturaleza y estado de los seres que lo habitan y en consecuencia, el destino del hombre después de la muerte. La idea vaga de la vida futura acrecienta la revelación del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y, con esto, fija la creencia , dándole un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. (3)

Uno de los puntos altos de la Tercera Revelación es la ley de las vidas sucesivas, objetivando demostrar que el Espíritu no encarna una sola vez, más, tantas cuanto fueran necesarias a fin de tornarse un Espíritu perfecto y portador de las más nobles cualidades morales y espirituales. La reencarnación, cuyo principio Cristo coloco en Evangelio, más sin definirlo, y, sin duda, una de las más importantes reveladas (recordadas) por el Espiritismo, en sentido de que le demuestra la realidad y la necesidad para el progreso.

La Tercera Revelación, bien lejos de negar o destruir el Evangelio, viene al contrario, a confirmar, explicar y desenvolver, por las nuevas leyes de la Naturaleza que revela, todo lo que Cristo dijo e hizo; trae la luz sobre el punto oscuro de sus enseñanzas, de tal suerte que aquellos para quien ciertas partes del evangelio eran ininteligibles, o parecían inadmisibles, las comprenden sin esfuerzo, con la ayuda del Espiritismo, y las admiten, ven mejor su importancia y pueden separar la realidad de la alegoría.

No resta duda de que, los Evangelios han sido entendidos, a lo largo de los siglos, principalmente en su forma literal; más, con la Revelación de los Espíritus, la interpretación literal, teniendo en vista el estado evolutivo de las generaciones, de hay mucho no prevalece. El Espiritismo - Tercera Revelación -, con sus raíces más profundas apoyadas en el Evangelio de Cristo, no deja de presentarse como doctrina esencialmente dinámica, evolutiva. (4)

Para Andre Luiz la Tercera Revelación entroniza la certeza que la mediúmnidad actual es, esencialmente, la profecía de las religiones de todos los tiempos. Con la diferencia de que la mediúmnidad hoy es una concesión del Señor a la Humanidad en general, considerándose la madurez del entendimiento humano, frente a la vida. (5)

La mediúmnidad en si no es cosa reciente, la diferencia actualmente de ella es solamente la forma de movilización, porque el liderazgo religioso de varias procedencias yace, hay muchos siglos, enyesado en el estéril culto exterior, espetaculizando indebidamente el conjunto de las revelaciones metafísicas.

Sobretodo la religión Cristiana de varias denominaciones que deberla ser más consistente y la más simple de las propuestas de fe, hace varios siglos se embutió en el superficialismo de los templos de piedra. Era preciso, transferirles los principios, para beneficio del mundo que, científicamente, hoy se baña en la claridad de la nueva era. (6)

Motivo por el cual, por la Tercera Revelación, el Señor de la Vida delibero que la mediúmnidad fuese traída del colegio sacerdotal a la plaza pública, a fin de que la noción de la eternidad, a través de la sobrevivencia del alma, despierte la mente narcotizada del pueblo.

El propio Cristo, Instrumento de Dios por excelencia, se sirvió de la mediúmnidad para instigar la luz de su Doctrina de Amor. sea aliviando lo dolores a los enfermos y serenando a los que estaban bajo el impacto de la aflicción, y no raro, se comunicó con los desencarnados, algunos de los cuales Espíritus sufridores subyugaron obsesados de diversos grados. Y, más allá de surgir en el coloquio con Moisés materializado en el Tabor, El mismo es el gran resucitado, legando a los hombres el sepulcro vacio. (7)

La Tercera Revelación, sin cualquier arrogancia, simbólicamente, es Jesús que retorna al mundo, instándonos al crecimiento espiritual. A la Revelación Espirita debemos, por encima de todo, la luz para vencer los tenebrosos enigmas de la desencarnación, a fin de que nos asociemos, al final, con las legitimas nociones de la conciencia cósmica. Y como resalta Andre Luiz: ¿será poco revelar la excelsitud de la Justicia? ¿Será despreciable descubrir la vida en sus ilimitadas facetas de evolución y eternidad? (8)

Por tanto, a través de la tercera Revelación observaremos embebecidamente, por encima de la conciencia de realidad, los estrechos comportamientos de las meditaciones terrenas, comprendiendo racionalmente, por fin, que el esplendor reservado al hombre es excelso e infinito, en el Reino Divino del Universo.

Con la certeza en la vida futura que el Espiritismo confirma de modo tan claro, el hombre adquiere fuerza para seguir su camino, seguro de que un día ese Dios interno que existe dentro de nosotros resplandecerá interiormente y ofuscará de una vez al hombre viejo que aun hace su morada en nuestra alma.
Jorge Hessen

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OCUPACIONES Y MISIONES DE LOS ESPÍRITUS
Capítulo diez, del libro segundo, de:
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Autor: Allan Kardec
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.


1.     –Además de mejorarse a sí mismos, -¿los Espíritus se ocupan de otras actividades?
-“Cooperan a la armonía del universo, ejecutando los planes del Creador Universal, de quien son los instrumentos de su voluntad. La vida es una ocupación continúa, pero en la dimensión espiritual es menos dificultosa que en la física, por cuanto la fatiga corporal es inexistente y las necesidades las experimenta el Espíritu en forma diferente”-.
2.     Los Espíritus de inferior grado de progreso, y que precisan, aún, perfeccionarse, -¿cumplen, también ellos, una parte útil en el universo?
-“Todos tenemos deberes que cumplir. -¿El más rudimentario obrero contribuye a la construcción de un edifico igual que un arquitecto? (Ver nº 540).
3.     -¿Cada Espíritu tiene una misión especial?
-“Todos debemos adquirir la ciencia de todas las cosas con el presidir, sucesivamente, a todas las partes del universo, por cuanto, como fue dicho en el Eclesiastés: Cada cosa tiene su tiempo; y de esta manera, mientras cumple su obra en este mundo, otro la cumplirá, o la cumplió ya, en otro tiempo”-.
4.     Las funciones de los Espíritus, en el orden de las cosas, -¿son permanentes para cada uno de ellos, o bien encargos exclusivos de ciertas clases?
-“Todos deben recorrer los diferentes grados de la escala evolutiva con el objetivo de perfeccionarse. El Creador Universal, que es justo, no ha podido ni querido dar a los unos, gratuitamente, la ciencia que otros adquieren a precio de sacrificio”-.
De la misma manera, entre los seres humanos, ninguno llega al supremo grado de capacidad en cualquier arte, sin haber adquirido los conocimientos necesarios en la práctica de todas sus partes, aún las más elementales.
5.     –Los Espíritus del orden más elevado, por cuanto no tienen nada más que aprender, -¿se encuentran, ellos, en absoluto reposo, o, atienden, también, a alguna ocupación?
–“Y, -¿qué quisierais que hiciesen en toda la eternidad? El ocio eterno sería un verdadero suplicio”-.
-Entonces, -¿cuáles son sus ocupaciones?
-“Recibir las ordenes directamente del Creador Universal, transmitirlas en todo el universo, y dirigir su ejecución”-.
6.     Las ocupaciones de los Espíritus, -¿no cesan jamás?
-“Jamás: su pensamiento es siempre activo, por cuanto viven para eso. Pero, estad atentos en no relacionar las ocupaciones de los Espíritus con las de índole material de los seres humanos: aquella actividad perpetua es un gozo para ellos, por cuanto tienen conciencia de ser útiles”-.
-Esto se entiende para los Espíritus elevados, pero, -¿qué debemos pensar de los otros?
-“También los Espíritus menos evolucionados cumplen funciones adecuadas a su nivel. -¿Confiad, vosotros, la labor de un genio a un principiante?
7.     –Entre los Espíritus, -¿los hay, también, ociosos, o activos sin utilidad alguna?
-“Sí, pero estas son condiciones de temporal duración, subordinada al desarrollo de su inteligencia. Ciertamente, los hay, al igual que entre los seres humanos, que viven solamente para sí; pero, a largo plazo, aquella inercia se hace tormentosa, despertándose el deseo de progresar, por lo cual experimentan el deseo de la actividad. Están contentos de poderse considerar útiles. Advertid, empero, que estamos hablando de los Espíritus que han alcanzado el conocimiento de sí mismos y la posesión del libre albedrío; por cuanto, en su origen, son como niños, quienes actúan más por instinto que por voluntad deliberada”-.                                                                                           
8.     -¿Los Espíritus toman en cuenta la labor que realizamos, dando importancia a nuestras obras de arte?
-“Prestan atención, otorgando la respectiva importancia únicamente a lo que demuestra la elevación del Espíritu y su inherente progreso”-.
9.     Un Espíritu, que en la tierra se destacó en una actividad en especial, por ejemplo: como pintor o arquitecto, -¿prefiere, todavía, ocuparse de las obras que fueron objeto de su predilección mientras vivía en la dimensión física?
-“Todo se centra, fundamentalmente, a un objetivo general. Si el Espíritu es virtuoso, se ocupa de ellas en la medida en que le sirven como medio para ayudar a los Espíritus a ascender hacia Dios. Del resto, olvidáis que un Espíritu que ha practicado un arte en aquella existencia que vosotros conocéis, puede haber practicado otros en las que ignoráis, por cuanto él precisa de conocer todo para alcanzar la perfección: de esta manera, según su grado de progreso, podría darse que un determinado arte ya no represente nada especial para él.  Notad, todavía, que cuanto parece sublime para vosotros, en vuestro mundo aún imperfecto, no es sino cuestión para niños en los mundos más avanzados. Ahora bien, -¿cómo queréis que los Espíritus que habitan mundos en los cuales florecen artes maravillosas, inconcebibles para vuestros ingenieros más relevantes, den importancia a cosas que para ellos no constituyen más que los primeros pasos de pequeños escolares? Repito: miran vuestras cosas en cuanto denotan un progreso”-.
-Está bien que sea de esta manera para los Espíritus muy avanzados; pero nosotros hablamos de quienes, todavía, no son muy superiores a las ideas desarrolladas en el planeta tierra”-.
-“Entonces la cosa cambia, por cuanto éstos, de visión menos amplia, podrían admirar las mismas cosas que vosotros”-.
10.     -¿Intervienen, los Espíritus, en algunas ocasiones, en nuestras ocupaciones?
-“Los Espíritus menos avanzados, sí: se encuentran, continuamente, en torno a vosotros, y toman parte muy activa en lo que hacéis, según la naturaleza de su interés, y esto sirve para impulsar a los seres humanos en las diferentes vías de la vida, así como para excitar, o inhibir, la pasiones”-.
Los Espíritus se ocupan de las cosas de este mundo en razón de su elevación, o de su nivel rudimentario de progreso; los superiores, que tienen, sin duda, la facultad de considerarlos en sus mínimos detalles, lo hacen en cuanto sea útil al progreso; los de menor progreso, le conceden una importancia relativa a las memorias de aquí abajo y a las ideas materiales aún por desarrollar”-.
11.     –Los Espíritus que tienen misiones. -¿las cumplen en la dimensión espiritual, o en la de la encarnación física?
-“Ni en la una ni en la otra. Para algunos Espíritus que se encuentran en la dimensión espiritual constituyen una importante ocupación”-.
12.     ¿En qué consisten las misiones de las cuales pueden ser encargados los Espíritus en la dimensión espiritual?
-“Ellas son tan variadas que resultaría imposible enumerarlas, y por otra parte, las hay de aquellas que vosotros, aún, no podríais asimilar. Los Espíritus, ejecutan los planes del Creador Universal, cuyos designios son, con frecuencia, impenetrables.
Las misiones de los Espíritus tienen siempre por objeto el bien. Tanto en la dimensión espiritual como en la física, deben, en un área más o menos extensa, de carácter especial, cooperar al progreso de la humanidad, de los pueblos, o de las personas, y preparar las vías a ciertos avenimientos, o vigilar sobre el cumplimiento de determinadas cosas. Algunos tienen misiones más restringidas, y en algún modo, personales o locales, como asistir a personas que precisan de salud, los que están próximos a pasar a mejor vida, los que requieren ser alentados espiritualmente, y, también, vigilar sobre quienes han asumido un rol de guías y protectores, dirigiéndoles con consejos e inspirándole pensamientos positivos. Podría decirse que existen tantas especies de misiones como cantidades hayan de intereses por tutelar, bien sea en el mundo físico que en el moral. El Espíritu progresa según la manera en la cual desenvuelve su propia actividad.
13.     -¿Los Espíritus comprenden siempre los planes cuya ejecución se les encarga?
-“Algunos no son más que pasivos ignotos instrumentos; otros, en cambio, tienen conciencia clara de la finalidad de la obra que se les asigna”-.
14.     -¿Las misiones son llevadas a cabo únicamente por Espíritus elevados?
-“La importancia de la obra se encuentra vinculada a la capacidad y elevación del Espíritu. También el encargado de conducir un mensaje tiene una misión, pero muy diferente de la un general”.,
15.     La tarea de un Espíritu, -¿le es impuesta, o es voluntaria?
-“La solicita, y se reputa afortunado si la obtiene”-.
-“Podría ocurrir que la ejecución de una tarea sea solicitada para su ejecución por más de un Espíritu, al mismo tiempo?
-“Sí, muy frecuentemente; pero una cosa es solicitarla, otra obtenerla”-.
16.     -¿En qué consiste la tarea de los Espíritus encarnados?
-“En instruir a los seres humanos, en ayudarle a progresar, en mejorar las instituciones con medios directos y materiales; pero, las tareas son más o menos generales e importantes. Todo se interrelaciona en la naturaleza: según que el Espíritu se purifique por medio de la encarnación, concurre, bajo esta modalidad, a cumplir los designios de la Providencia. Cada uno tiene su misión sobre la tierra, por cuanto cada quien puede rendirse útil en alguna cosa”-.
17.     -¿Cuál puede ser la tarea de aquellos que en la tierra asumen un rol voluntario de poca utilidad?
-“Quienes viven solamente para sí, dejando de ser útiles en algún servicio, son personas que precisan rectificar su percepción de la vida, quienes expiarán severamente la inutilidad de ese lapso existencial; las consecuencias comienzan a manifestarse, frecuentemente, en la misma tierra con el aburrimiento y la insatisfacción de la vida-“.
-Por cuanto les era dado elegir, -¿por qué han preferido el tipo de vida del cual no habrían de recabar ninguna ventaja?
-“También entre los Espíritus existen los perezosos que precisan asumir una vida laboriosa. El Creador Universal, les deja hacer: comprenderán, oportunamente, a su propio cargo, el perjuicio de su propia pereza, y serán los primeros en solicitar la recuperación del tiempo perdido. Es posible, también, de que hubiesen elegido una vida más proficua, pero, puestas las manos a la obra, le vino a menos el coraje, dejándose arrastrar por las sugestiones de los Espíritus de menor progreso, induciéndoles a vivir en el ocio”-.
18.     Las ocupaciones vulgares nos parece que fueran, más bien, deberes o tareas, que misiones propiamente dichas, por cuanto éstas, según el significado que se le asigna a este término, tienen un carácter de importancia menos exclusivo, y especialmente, menos personal. Esto admitido, -¿de qué se puede conocer si una persona tiene una verdadera misión sobre la tierra?
-“Por las grandes cosas que realiza; de los progresos que hace cumplir a sus semejantes”-.
19.     –Los Espíritus que se encarnan con una misión importante, -¿se encuentran predestinados antes del nacimiento, y tienen conciencia de ello?
-“En algunas ocasiones sí; pero, frecuentemente la ignoran. Viniendo a la dimensión física tienen un propósito que precisan definir en la conciencia objetiva y su misión se va delineando después del nacimiento a medida que va afrontando las circunstancias existenciales. El Creador Universal le orienta en el camino en el cual deben realizar sus designios”-.
20.     Cada ser humano que hace algo útil -¿lo hace en virtud de una misión preestablecida o podría asignársele una imprevista?
-“No todo lo que la persona realiza de bueno es una consecuencia de una misión preestablecida; ella es, generalmente, el instrumento, del cual se sirve un Espíritu para que se ejecute algo que cree útil. Por ejemplo: un Espíritu juzga que sería necesario un libro que escribiría él mismo, si estuviese encarnado: en tal caso busca el escritor más apto a asimilar su pensamiento y a expresarlo, le inspira el concepto y le dirige en la ejecución. Es aquí una persona que no había encarnado con la misión de escribir aquella obra. Lo mismo ocurre en muchos otros trabajos de arte, descubrimientos e invenciones. Se agregue, aún, que, durante el sueño del cuerpo, el Espíritu encarnado se comunica directamente con el que se encuentra en la dimensión espiritual, y en forma directa se ponen de acuerdo para la realización de la obra común”-.
21.     -¿Puede, un Espíritu, venir a menos en el cumplimiento de su misión?
-“Sí, si no es un Espíritu superior”-.
-¿Cuál es el efecto de tal incumplimiento?
-“La obligación de rehacer la tarea y asumir las consecuencias del eventual perjuicio ocasionado, del cual sea responsable”-.
22.     –Por cuanto el Espíritu recibe su misión de Dios, -¿cómo puede Dios confiar una misión importante y de interés general a un Espíritu que podría fallar?
-“Creéis que Dios no sabe si su instrumento triunfará o será vencido? Estad persuadidos que sus designios, cuando deben ser ejecutados, jamás se apoyan sobre quienes puedan abandonar la obra a mitad de camino. Toda la cuestión consiste en el conocimiento del porvenir, que Dios posee, más allá de vuestra percepción”-.
23.     –El Espíritu que se encarna para cumplir una misión, -¿alberga la misma aprehensión que aquel que lo hace para asumir una prueba?
-“No; se encuentra fortalecido por su experiencia”-.
24.     Los encarnados, que son las luminarias del genero humano, quienes lo revelan por la manifestación de su genio, tienen, ciertamente, una misión; empero, eventualmente, los hay que se engañan, y en medio de grandes verdades difunden graves errores. -¿Cómo debe considerarse la misión de este tipo de personas?
-“Como falseada por ellas mismas, que se encuentran insuficientemente preparadas para la tarea que asumieron. Pero, tened en cuenta las circunstancias: Los seres humanos de genio han debido hablar de acuerdo con los tiempos en que le ha tocado actuar, y una enseñanza que pueda parecer errónea o pueril en época más avanzada, podía haber sido la adecuada en aquella en que fue impartida”-.
25.     -¿Se puede considerar la paternidad como una misión?
-“La paternidad es una misión sagrada y al mismo tiempo un deber muy exigente, del cual la persona deberá responder en elevado grado, mucho más de lo que se pueda pensar. Dios ha colocado al hijo bajo la tutela de los progenitores, para que le dirijan por la justa vía, y ha facilitado su misión dando al niño un organismo grácil y delicado, que le rinde susceptible a todas las impresiones. En cambio, los hay que se ocupan más de enderezar los árboles de su campo y de hacerle producir abundante frutos, que de corregir el carácter de su propio hijo. Si éste sucumbe en la prueba por su culpa, habrán de asumir el estado de insatisfacción inherente, y las peripecias de aquel Espíritu en su vida futura, recaerán sobre ellos, por haber dejado de hacer todo cuanto le concernía en relación a su progreso en la vía del bien”.
26.     -Si el hijo, a pesar de toda la asistencia que les brindaron sus familiares, dejase de obtener el éxito anhelado, deberán éstos responder por ello?
-“No; empero, tanto menos elevada es la disposición del hijo, tanto más difícil es la tarea, y mayor será el mérito si logran encausarle por la vía del bien”-.
-Si un hijo crece bien, a pesar de la negligencia y de los ejemplos inadecuados de los padres, -¿obtienen, éstos, un beneficio, de ello?
-“Dios es justo”-.
27.     -¿Cuál puede ser la misión del conquistador, que mira solamente a satisfacer la propia ambición, y, para alcanzar su objetivo, no retrocede frente a ninguna de las calamidades que siembra delante de sí?
-“Él es, casi siempre, un instrumento del cual se sirve Dios, -por la Ley Cósmica- para cumplir sus designios, y aquellas calamidades son, frecuentemente, los medios para acelerar el progreso de un pueblo”-.
-Aquel que es un instrumento de estas calamidades pasajeras, aunque inconsciente al bien que puede resultar de ello, por cuanto no se había propuesto mas que un fin personal, sacará provecho de este bien?
-“Cada quien es recompensado según sus obras, según el bien que ha querido hacer, y de acuerdo a la rectitud de sus intenciones”-.
Los Espíritus encarnados atienden a las ocupaciones inherentes a la existencia corpórea. En el estado libre, las ocupaciones son proporcionales al grado de su progreso.
Algunos recorren los mundos, se instruyen, y se preparan para un nuevo ciclo de vida; otros más avanzados promueven el progreso dirigiendo los acontecimientos y sugiriendo los pensamientos oportunos. Asisten los seres humanos de ingenio, que hacen progresar la humanidad; otros se incorporan en la tierra con una misión de progreso; otros asumen la tutela de individuos, de familias, de ciudades y de pueblos; de quienes son los protectores: otros, finalmente, presiden los fenómenos de la naturaleza, de los cuales son los agentes directos.
Los Espíritus de menor progreso interfieren en nuestra ocupación y en nuestros pasatiempos.
Los Espíritus impuros e imperfectos, luego, atienden, en sus insatisfacciones, el momento en el cual, Dios mediante, encontraran el modo de progresar; mientras tanto, realizan actos exentos de bien, del cual precisan disfrutar, aún.
- El Libro de los Espíritus- Allan Kardec

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Ante los amigos
El escritor H. Jackson Brown Jr., autor del libro “Pequeño manual de instrucciones para la vida”, relaciona  en esa obra sugestiones de cómo dar y recibir amistad.
Sus consejos son en el siguiente sentido:
Mire a las personas  a los ojos.
Diga siempre “muy agradecido.”
Diga siempre “por favor”.
Sea el primero  en decir “Hola”.
Devuelva todo lo que pidió prestado.
Sonría mucho. No cuesta nada y no tiene precio. 
Acuérdese del aniversario de los otros.
Cuando alguien le cuente alguna cosa importante que le aconteció no intente superarlo con una de sus historias. Los otros también tienen el derecho de aparecer.
Jamás prive a una persona de esperanza; puede ser que ella solo tenía eso.
Elogie en público.
Critique en particular.
No aborrezca a las personas con sus problemas.
Procure reavivar a antiguas amistades.
Nunca desperdicie una oportunidad de decir a una persona que usted la ama.
Nunca subestime el poder de una palabra o de una acción gentil.
Nunca se ría de los sueños ajenos.
En caso de discordancia, exponga sus puntos de vista sin pretender ridicularizar los conocimientos de los otros.
Cuando alguien le hiciera una pregunta a la cual a la que no le gustaría responder, sonría y pregunte: ¿Por qué quiere saber?
 No admire a las personas por su riqueza, sino por los medios creativos y generosos con que disponen de ella.
No traiga nunca una confidencia.
No deje que una pequeña desavenencia perjudique una gran amistad.
De a las personas más de lo que ellas esperan, y hágalo alegremente.
Recuerde que el tiempo que lleva para que dos personas se tornen amigas nunca es tiempo desperdiciado.
Sepa comprender las imperfecciones de sus amigos con la misma presteza con que sabe comprender  las suyas propias.
Sea abierto y accesible. La próxima persona que usted conozca puede tornarse en su mejor amigo.
Sea el primero en perdonar.
Cuando diga “lo siento mucho”, mire a la persona a los ojos.
Cuando un amigo o una persona amada esté enfermo, recuerde que la esperanza y el pensamiento positivo son remedios fuertísimos.
Pase la vida levantando el ánimo  a las personas y no colocándolas para abajo.
Pida disculpas inmediatamente cuando pierda la paciencia.
Estimule a cualquier persona que esté intentando mejorar, mental, física o moralmente.
Recuerde que al principio es cuando está enraizado profundamente en la persona el ansia por ser apreciado.
¡Piense en eso!
Los amigos verdaderos son alegrías en nuestras vidas.
Son rayos de luz, ayudándonos a descubrir errores que precisamos corregir, o talentos que aun precisamos desenvolver.
Son dádivas que Dios, en Su extrema misericordia, nos ofrece  para amenizar las pruebas de la vida y la aridez de los caminos.
Son flores raras que perfuman el jardín de nuestras existencias, pero que necesitan de cuidados y de dedicaciones constantes, a fin de que no fenezcan en la propia suerte, desvalorizadas y olvidadas.
Antes de buscar amistad en los otros, nos compete, primero, ser amigos de aquellos que nos rodean.
Equipo de redacción de Momento Espirita
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