sábado, 3 de diciembre de 2011

La Física cuántica y el Libro de los Espíritus






Desde la publicación de la 1ª edición del Libro de los Espíritus, la Ciencia  ha progresado de modo significativo, beneficiando a la humanidad de diversas formas.  


   Los fundamentos básicos del Espiritismo, mientras tanto, permanecen inalterados y actuales, no habiendo sufrido nada ante los nuevos descubrimientos de la Ciencia. Las razones de esa firmeza científica de la Doctrina Espírita, ya fueron explicadas hace más de 10 años en artículo publicado en  El Reformador, en 1994 por el Profesor Silvio S.Chibeni. En pocas palabras, la solidez del Espiritismo  se da porque de hecho sus principios fundamentales se encuentran próximos al nivel fenoménico, esto es, próximo a los fenómenos y casos investigados por Allan Kardec.


     Eso no nos exime del estudio constante y del análisis de las obras básicas del Espiritismo frente al desenvolvimiento de las Ciencias, conforme la recomendación misma de Allan Kardec, de que "caminando a la par con el progreso, el Espiritismo jamás, será sobrepasado, porque si nuevos descubrimientos le demostrasen estar en un error acerca de un punto cualquiera, él se modificará en ese punto"( item 55 del cap.I de La Génesis.)
     Algunos compañeros,aunque muy bien intencionados en la busca de la verdad, creen que la respuesta dada por los Espíritus a la cuestión 34, contiene un error científico que, conforme a la recomendación de Kardec, debería ser corregido. Conforme al deber de esclarecimiento, buscamos en la propia Ciencia, específicamente en la Física Cuántica, la llave para el entendimiento de las cuestiones 34 y 34-a, mostrando al lector que ellas son correctas desde el punto de vista del conocimiento científico actual y que no hubo engaño en la interpretación de los conceptos científicos. Transcribimos las dos cuestiones a seguir:

34. ¿Las moléculas tienen forma determinada?
"Ciertamente las moléculas tienen una forma, pero no la podéis apreciar.

34-a.- ¿ Esa forma es constante o variable?
          "Constante para las moléculas elementales primitivas, pero variable para las moléculas secundarias, que no son más que aglomeraciones de las primeras. Porque, lo que llamáis molécula aún está lejos de la molécula elemental."

     El supuesto error de la respuesta a la cuestión 34 procedería de que los Espíritus dijeron que no podemos apreciar la forma de las moléculas. Según algunos compañeros, la Física y la Química desarrollaron métodos experimentales para la visualización de las moléculas y de átomos individuales. Se citan los resultados de experimentos con los llamados microscópios de tunelamiento y los estudios teóricos sobre la geometría molecular, como bases para concluir que las moléculas tienen formas determinadas, contrariando la respuesta de los Espíritus. El equívoco de esta conclusión está precisamente en la interpretación de los resultados de esos experimentos y de esas previsiones teóricas.

  El microscopio de tunelamiento es un aparato desarrollado para estudiar la superficie de materiales en escala atómica. Se basa en el fenómeno conocido como tunelamiento cuántico, en el que los electrones de la punta del microscopio atraviesan el vacío entre dicha punta y la superficie del material, conforme a la probabilidad cuántica de que tal travesía suceda, y no por tener energía suficiente para eso. Así, a través de la medición de la corriente eléctrica que fluye a través de la punta del microscopio, un programa de ordenador construido, en base a la teoría cuántica, con una imagen artificial de lo que sería la densidad de electrones de los átomos de la superficie de la muestra, en la medida en que la punta se mueve sobre ella. Por tanto la imagen que se da no es una imagen real de los átomos sino un modelo creado por la Ciencia para la comprensión de los fenómenos físicos en escala atómica.

      La cuestión de la forma de las moléculas necesita de un análisis cuidadoso. El concepto de forma está ligado al de la apariencia y configuración, lo que es algo fácil de definir para un objeto macroscópico a causa de la facilidad  para delinear su superficie. ¿ Pero, y en el caso de una molécula, qué delimita su superficie?. Supongamos que la forma de una molécula sea definida por la región de espacio ocupada por los electrones de los átomos de esa molécula, la llamada nube electrónica. La teoría cuántica prevé qué región del espacio  tiene más probabilidad de encontrar tales electrones. Tal región podría ser tomada entonces, como siendo la forma más probable de la molécula, pero nunca la forma absoluta de la misma.
      Cuando la Ciencia dice, por ejemplo,que el benceno tiene la forma de un hexágono o que moléculas formadas por dos átomos son lineales, no está determinado con precisión la forma absoluta de esas moléculas. Esas son solo algunas de las propiedades y simetrías estructurales de esas moléculas. Por ejemplo, en el caso del benceno existe un fenómeno conocido como resonancia, entre dos formas posibles para la estructura electrónica de esa molécula, pues no se puede determinar de antemano a donde se localizan algunos de sus electrones. Eso es un ejemplo de indeterminación en la forma del benceno.

      Con base a eso, analicemos ahora la cuestión 34 del LE.  Kardec pregunta si las moléculas tienen forma determinada, esto es, bien definida. Los Espíritus dicen que las moléculas tienen una forma, pero que no podemos apreciarla. Tener una forma que no se puede apreciar o medir con precisión es equivalente a decir que las moléculas no poseen una forma bien definida. Esa respuesta está, por tanto, en pleno acuerdo con lo que la teoría cuántica prevé para la forma de las moléculas. Somos incapaces de apreciar de modo preciso la forma de las moléculas a causa de la naturaleza de las probabilidades de la teoría cuántica. A causa del principio de incertidumbre de Heisenberg, jamás tendremos total certeza sobre la posición de los electrones de una molécula y, consecuentemente, de su forma.

      Kardec, para elucidar aún más la cuestión, propone la pregunta 34-a sobre la variación en la forma de las moléculas. De ahí que los Espíritius dicen que las moléculas elementales poseen forma constante, y que las moléculas formadas por aglomeraciones mayores de átomos tienen formas variadas. Tanto la teoría cuántica como los experimentos realizados con moléculas diferentes y de tamaños diversos, confirman la existencia de diversas conformaciones (formas especiales) para moléculas formadas por muchos átomos, mientras que las pequeñas moléculas tienden a tener pocas configuraciones de equilibrio. Los Espíritus también dijeron que lo que llamamos molécula aún está lejos de la molécula elemental, lo que es confirmado por la Física de Partículas.

   Por esa razón la respuesta dada por los Espíritus en las cuestiones 34 y 34-a están correctas y de acuerdo con el conocimiento científico actual. 

    Cabe aquí un comentario final. No es que algunos compañeros creyeran que la respuesta a la cuestión 34 del Libro de los Espíritus estaba equivocada. Si en la actualidad es difícil explicar en un lenguaje accesible,los conceptos sobre la estructura de la materia derivados de la teoría cuántica, nos vemos forzados a reconocer ( y admirar) la sabiduría de los Espíritus con la respuesta dada a la cuestión 34, pues con bastante sencillez, esta adelanta en más de 50 años lo que solamente podría ser comprendido después del desarrollo de la teoría cuántica.

Alexandre Fontes da Fonseca
Artículo  publicado en Reformador 2157, Diciembre 2008, pp. 14–16

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