viernes, 20 de junio de 2025

Utilidad de las evocaciones particulares

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-Sexo y responsabilidad

2.- ¿ Por qué las verdades han estado tanto tiempo ocultadas ?

3.-Temores ante una guerra  ( Saludo matinal de Merchita)


                                        ****************************



                                                                     


SEXO Y RESPONSABILIDAD

“El sexo es un departamento divino para la preservación de la vida en la Tierra. Inherente a todas las criaturas, el mecanismo de la reproducción es comandado por la Mente Suprema, que genera automatismos iniciales hasta el momento de la conquista de la razón, la Humanidad, cuando el discernimiento establece la ética del comportamiento saludable para la dignificación de los seres, arrancándolos de los impulsos meramente instintivos para las elecciones del amor, en ascesis trascendente.”
 “Frente a las finalidades elevadas a que se destina, tales como la encarnación y las  reencarnaciones, las hormonas físicas y psíquicas, la unión de los sentimientos y la fijación de los afectos, cualquier infracción a sus finalidades superiores se tornan factores de desequilibrios, de desajustes, de perturbaciones, generando odios innombrables, rudos embates, sufrimientos dolorosos, secuelas espirituales demoradas...”
 “En el sexo se encuentran las matrices de muchos fenómenos que se transfieren de una existencia para otra, atando o libertando a los Espíritus conforme la pauta de la utilización que se le posibilite.”
 “De esa forma, cuando más lúcido es el ser, más responsable se torna por la función, conducta y ejercicio sexual.”
 “Lamentablemente, en razón del placer que proporciona en todas las épocas y particularmente hoy, el sexo ha sido instrumento de vicios indignos, de explotaciones sórdidas, de crímenes inimaginables, convirtiéndose en vehículo de promoción social, comercial, artística y cultural, con graves e imprevisibles consecuencias” .
 “Combatido tenazmente por los preconceptos religiosos durante más de mil años, finalmente se liberó bajo el estandarte de las conquistas humanas, empero, envileciéndose, corrompiéndose, agotando vidas y transformándose en factor esencial al que casi todos aspiran.”
 “Conducido correctamente y dignificado por el amor, se torna en fuente de alegría, generando felicidad, armonizando y produciendo belleza junto a las creaciones que proporciona.”
 “La verdadera castidad y la noble conducta sexual no se restringen al uso o no del aparato genético, sino a la actitud mental y al comportamiento emocional. La simple abstención física, acompañada del tormento interior, es solamente una fuga de la realidad, una transferencia en el tiempo.”
“Se hace indispensable considerar y comprender que el sexo es un departamento del cuerpo -como el estomago u otro órgano cualquiera- que cumple una función. La conscientizació n debe caracterizarte por la disciplina mental, verbal, superando las fantasías eróticas muy del agrado de las mentes viciosas. Habituándose el individuo a los pensamientos equilibrados, los llamados orgánicos son fácilmente bien dirigidos y tranquilizados.”
 “Lo importante no es el ejercicio de su función, el acto en si mismo, por cuanto los líderes del placer normalmente se encuentran cansados de su uso, empero, nunca satisfechos.”
 “Toda función se expresa a través de su respectivo órgano, como es evidente. De ese modo, no solo mediante el ejercicio funcional en las relaciones orgánicas, indispensables a la creación, sino también en la canalización de las fuerzas genéticas hacia los ideales del bien, de lo bello y de lo noble, la función sexual se manifiesta y enriquece al ser, armonizándolo y facilitándole amplias posibilidades en las áreas psíquicas, emocionales y físicas.”
 “Su desvalorización por medio de la vulgaridad constituye un grave impedimento al equilibrio del ser humano, que arde en falsas necesidades y variantes, distante del respeto por sí mismo y por su pareja.”
 “Fue por esa razón que los Espíritus Nobles, respondiendo a la pregunta de Allan Kardec, en torno del efecto que tendría sobre la sociedad humana la abolición del casamiento, fueron concisos, esclareciendo que esto sería una regresión a la vida de los animales, con el agravamiento del uso de la razón perturbada e insaciable.”
 “En esa, como en otras áreas y particularmente en ella, en razón de sus poderosas hormonas y sus vibraciones en el campo de la emoción, merece ser considerado el intercambio con los Espíritus, respectivamente aquellos que se encuentran aprisionados en las fajas grotescas de la animalidad, de las pasiones viles.”
 “Atraídos por las mentes encarnadas, se fijan a ellos produciendo fenómenos obsesivos de largo curso y vampirizando a sus presas atormentadas. Otras veces, necesitados de proseguir en las manifestaciones tormentosas, inspiran a los inadvertidos y pasan a utilizarlos, volviendo a disfrutar el placer voluptuoso, en cuanto el ser orgánico se siente frustrado, insatisfecho, cual ocurre también en el alcoholismo, en el tabaco, en la toxicomanía, etc. La muerte no libera a aquellos que se convirtieron en esclavos por libre opción, de las pasiones degradantes.”
 “En cualquier circunstancia y especialmente en el análisis de ese fenómeno, como en la acción sexual, debe consultarse al amor y el dirá que no se debe hacer al prójimo lo que no nos gustaría que aquel le hiciese.”
 “Y cuando sea necesario dirimir cualquier dificultad, se debe recurrir a la oración, que es el tónico de la vida y el hilo invisible de luz que liga al individuo a las dínamos generadoras de fuerza vital y de paz.”
 (FRAGMENTO)
MANUEL FILOMENO DE MIRANDA – DIVALDO P. FRANCO  DEL LIBRO: “SENDEROS DE LIBERACIÓN”
                                  ************************************

¿ POR QUÉ LAS VERDADES HAN ESTADO
 TANTO TIEMPO OCULTADAS ?
¿
        - Preciso es que cada cosa venga a su debido tiempo. La Verdad es como la luz: hay que habituarse a ella poco a poco, de lo contrario deslumbra. 

Jamás ha sucedido que Dios permitiera al hombre recibir comunicaciones tan completas e instructivas como las que le es dado obtener en la actualidad. Había, como sabéis, en tiempos antiguos algunos individuos que se hallaban en posesión de lo que ellos conceptuaban como una ciencia sagrada, y que ocultaban a los que, a su entender, eran profanos. 

     Debéis comprender, con lo que conocéis acerca de las leyes que rigen estos fenómenos, que aquéllos no recibían más que algunas verdades dispersas en medio de un conjunto de conceptos equívocos y casi siempre alegóricos. Con todo, no existe para el estudioso ningún antiguo sistema filosófico tradición o religión que pueda desdeñarse, porque todos ellos contienen gérmenes de grandes verdades que, aun pareciendo contradecirse unos con otros, esparcidos como se hallan en medio de una hojarasca desprovista de fundamento, resulta muy fácil coordinar, gracias a la clave que el Espiritismo nos ofrece acerca de una cantidad de cosas que han podido hasta el presente pareceros sin razón, y cuya realidad se os demuestra hoy de una manera irrecusable. No desdeñéis, por tanto, buscar en esos materiales temas de estudio: los hay muy valiosos y que pueden coadyuvar poderosamente a vuestra instrucción.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC
                                                *********************



          TEMORES ANTE UNA GUERRA

Sábado 21 de junio del 2025                    

Queridos amigos, hola buenos días,  asomados a la ventana observamos con gran preocupación, que pese al equilibrio  del planeta, y a la bienvenida que nos da el Sol, nutriendo la vida, con su esplendor,  los hombres están temblando, el temor ante una posible guerra,  les hace vivir anticipadamente  pesadillas, que muchos ya mayores, vivieron, y otros nunca pensaron que iban a vivir. Lo cierto y verdad, es que sabemos que la serenidad debe ser la nota predominante ante cualquier situación.

Sabemos que Dios es el que permite que las cosas sucedan, pese a la mucha fuerza que tenga el ignorante, o el santo, nada sucede sin Su permiso. Dios sabe muy bien qué hacer con sus criaturas, sabe que es lo que más nos conviene, y eso sí, ante todo tipo de acontecimiento, nosotros tenemos un deber a cumplir, nunca sea el de juzgar, ni mucho menos el de tomar la justicia por nuestra mano, ya que  nada nos exime de devolver el bien a aquel que nos hace mal, y mucho menos con los conocimientos que hemos recibido.

Desde el punto de vista material, Dios puede impedir que se desencadene una guerra. Pero, desde el punto de vista moral, no puede hacerlo, puesto que una de sus leyes suprema exige que todos – tanto los individuos como las colectividades – suframos las consecuencias de nuestros actos. La conciencia pública, el sentimiento del deber, la disciplina familiar son los atributos necesarios para que los pueblos sean grandes y no se debiliten con procesos de profunda corrupción.

No faltan advertencias y consejos. Pero los seres humanos hacen oídos sordos a las voces del Cielo. Dios nos deja hacer, pues sabe que el dolor es el único medio eficaz para reconducir a los hombres a miras más sanas y sentimientos más generosos.

Las mentiras y la perfidia, la violación de los tratados y el incendio de las ciudades, la masacre de los débiles y de los inocentes no pueden encontrar justificación ante la Divina Majestad.

Todo mal cometido se vuelve, con sus efectos,  contra la causa que lo produjo. Así, la violación del derecho de los débiles se vuelve también contra los poderes que lo ultrajan.

De las regiones arrasadas ascienden hacia el Cielo gritos de angustia, y el Cielo no hace oídos sordos a los llamados de desesperación. Los poderes vindicativos del Más Allá entran en acción. Detrás de los que perecen en las guerras otros surgen, hasta que los invasores flaquean y horrorizados ven que el destino se ha puesto contra ellos.

Aquellos que han muerto regresan al Espacio con la aureola del deber cumplido: su ejemplo inspirara a las generaciones por venir.

La lección que se desprende de las guerras consiste en que el hombre debe aprender a elevar sus pensamientos por sobre los tristes espectáculos de este mundo y dirigir sus miradas hacia ese Más Allá de donde le vendrán los socorros, las fuerzas necesarias para emprender una nueva etapa hacia el grandioso objetivo que se le ha asignado.

El depositar la mente y el corazón en las cosas materiales nos demuestra que la materia es inestable y precaria. Las esperanzas y glorias que promete carecen de futuro. No hay fortuna ni poder terrenal alguno que este a cubierto de las catástrofes que puedan sobrevenir. Ninguna riqueza o esplendor es realmente duradero, sino son los del Espíritu inmortal. Solo el es capaz de transformar las obras de muerte en obras de vida. Pero, para comprender esta profunda ley es menester la escuela del sufrimiento.

Así como el rayo de luz debe ser descompuesto por el prisma para producir los brillantes colores del arco iris, de igual manera el alma humana tiene que ser quebrada por las pruebas para que irradie todas las energías y todas las grandes cualidades que en ella dormitan.

En medio de la desgracia, sobre todo, es cuando el hombre piensa en Dios. Tan pronto como las ardientes pasiones suscitadas por el odio y la venganza se hayan  apaciguado, y cuando la sociedad retome su normal ritmo de vida, comienza la misión de los espiritistas. Es entonces cuando tendrá que consolar duelos y curar las llagas morales, y reconfortar a las almas dilaceradas.

El dolor depura el pensamiento, ninguna pena es perdida, ninguna prueba queda sin compensaciones. Los que han muerto por su país cosechan los frutos del sacrificio, y los sufrimientos de los que sobreviven transmiten a su periespiritu ondas de luz y gérmenes de felicidades venideras.

El hombre deberá subir aun los duros peldaños del Calvario, a través de espinos y agudas piedras. Las calamidades son el cortejo inevitable de las humanidades atrasadas, y la guerra es la peor de todas. A no ser por ellas, el hombre poco evolucionado se demoraría en las futilezas del camino o se aletargaría en la pereza y el bienestar. Le hace falta el látigo de la necesidad, la conciencia del peligro, para forzarlo a poner en acción las fuerzas que dormitan en él, para desarrollar su inteligencia y afinar su juicio. Todo cuanto está destinado a vivir y crecer se elabora en el dolor. Hay que sufrir para dar a luz: esa es la parte que toca a la mujer. Y hay que sufrir para crear: esa es la parte que toca al genio.

Sepamos nosotros mientras tanto, mantener la calma  ante los acontecimientos, y hagamos oración para que Dios Nuestro Padre, nunca nos abandone y que sepamos reconocer su ayuda dentro del cuadro que vivimos, de espectador ante los acontecimientos que se avecinan, o de autor, procurando no  poner en peligro nuestro patrimonio espiritual.

Os deseo un feliz día.

Extraído del libro de León Denis “El Mundo invisible y la guerra”

                                         ***********************************************


                                                                



       
TEMORES ANTE UNA GUERRA

Sábado 21 de junio del 2025                    

Queridos amigos, hola buenos días,  asomados a la ventana observamos con gran preocupación, que pese al equilibrio  del planeta, y a la bienvenida que nos da el Sol, nutriendo la vida, con su esplendor,  los hombres están temblando, el temor ante una posible guerra,  les hace vivir anticipadamente  pesadillas, que muchos ya mayores, vivieron, y otros nunca pensaron que iban a vivir. Lo cierto y verdad, es que sabemos que la serenidad debe ser la nota predominante ante cualquier situación.

Sabemos que Dios es el que permite que las cosas sucedan, pese a la mucha fuerza que tenga el ignorante, o el santo, nada sucede sin Su permiso. Dios sabe muy bien qué hacer con sus criaturas, sabe que es lo que más nos conviene, y eso sí, ante todo tipo de acontecimiento, nosotros tenemos un deber a cumplir, nunca sea el de juzgar, ni mucho menos el de tomar la justicia por nuestra mano, ya que  nada nos exime de devolver el bien a aquel que nos hace mal, y mucho menos con los conocimientos que hemos recibido.

Desde el punto de vista material, Dios puede impedir que se desencadene una guerra. Pero, desde el punto de vista moral, no puede hacerlo, puesto que una de sus leyes suprema exige que todos – tanto los individuos como las colectividades – suframos las consecuencias de nuestros actos. La conciencia pública, el sentimiento del deber, la disciplina familiar son los atributos necesarios para que los pueblos sean grandes y no se debiliten con procesos de profunda corrupción.

No faltan advertencias y consejos. Pero los seres humanos hacen oídos sordos a las voces del Cielo. Dios nos deja hacer, pues sabe que el dolor es el único medio eficaz para reconducir a los hombres a miras más sanas y sentimientos más generosos.

Las mentiras y la perfidia, la violación de los tratados y el incendio de las ciudades, la masacre de los débiles y de los inocentes no pueden encontrar justificación ante la Divina Majestad.

Todo mal cometido se vuelve, con sus efectos,  contra la causa que lo produjo. Así, la violación del derecho de los débiles se vuelve también contra los poderes que lo ultrajan.

De las regiones arrasadas ascienden hacia el Cielo gritos de angustia, y el Cielo no hace oídos sordos a los llamados de desesperación. Los poderes vindicativos del Más Allá entran en acción. Detrás de los que perecen en las guerras otros surgen, hasta que los invasores flaquean y horrorizados ven que el destino se ha puesto contra ellos.

Aquellos que han muerto regresan al Espacio con la aureola del deber cumplido: su ejemplo inspirara a las generaciones por venir.

La lección que se desprende de las guerras consiste en que el hombre debe aprender a elevar sus pensamientos por sobre los tristes espectáculos de este mundo y dirigir sus miradas hacia ese Más Allá de donde le vendrán los socorros, las fuerzas necesarias para emprender una nueva etapa hacia el grandioso objetivo que se le ha asignado.

El depositar la mente y el corazón en las cosas materiales nos demuestra que la materia es inestable y precaria. Las esperanzas y glorias que promete carecen de futuro. No hay fortuna ni poder terrenal alguno que este a cubierto de las catástrofes que puedan sobrevenir. Ninguna riqueza o esplendor es realmente duradero, sino son los del Espíritu inmortal. Solo el es capaz de transformar las obras de muerte en obras de vida. Pero, para comprender esta profunda ley es menester la escuela del sufrimiento.

Así como el rayo de luz debe ser descompuesto por el prisma para producir los brillantes colores del arco iris, de igual manera el alma humana tiene que ser quebrada por las pruebas para que irradie todas las energías y todas las grandes cualidades que en ella dormitan.

En medio de la desgracia, sobre todo, es cuando el hombre piensa en Dios. Tan pronto como las ardientes pasiones suscitadas por el odio y la venganza se hayan  apaciguado, y cuando la sociedad retome su normal ritmo de vida, comienza la misión de los espiritistas. Es entonces cuando tendrá que consolar duelos y curar las llagas morales, y reconfortar a las almas dilaceradas.

El dolor depura el pensamiento, ninguna pena es perdida, ninguna prueba queda sin compensaciones. Los que han muerto por su país cosechan los frutos del sacrificio, y los sufrimientos de los que sobreviven transmiten a su periespiritu ondas de luz y gérmenes de felicidades venideras.

El hombre deberá subir aun los duros peldaños del Calvario, a través de espinos y agudas piedras. Las calamidades son el cortejo inevitable de las humanidades atrasadas, y la guerra es la peor de todas. A no ser por ellas, el hombre poco evolucionado se demoraría en las futilezas del camino o se aletargaría en la pereza y el bienestar. Le hace falta el látigo de la necesidad, la conciencia del peligro, para forzarlo a poner en acción las fuerzas que dormitan en él, para desarrollar su inteligencia y afinar su juicio. Todo cuanto está destinado a vivir y crecer se elabora en el dolor. Hay que sufrir para dar a luz: esa es la parte que toca a la mujer. Y hay que sufrir para crear: esa es la parte que toca al genio.

Sepamos nosotros mientras tanto, mantener la calma  ante los acontecimientos, y hagamos oración para que Dios Nuestro Padre, nunca nos abandone y que sepamos reconocer su ayuda dentro del cuadro que vivimos, de espectador ante los acontecimientos que se avecinan, o de autor, procurando no  poner en peligro nuestro patrimonio espiritual.

Os deseo un feliz día.

Extraído del libro de León Denis “El Mundo invisible y la guerra”


                                               *************************************************





No hay comentarios: