lunes, 30 de junio de 2025

Vida y valores

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-La recriminación y el suicidio

2.-Luz, música y flores

3.- El nombre dcl Espiritismo

4.- Vida y valores

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             LA RECRIMINACIÓN Y EL SUICIDIO

El suicidio es un acto grave para el que debemos tener una amplitud de espíritu y una actitud de comprensión y tolerancia. Sabemos que poner fin a sus días, es interrumpir una evolución que de todos modos tendrá que continuar. Sabemos el riesgo de encontrarse después de esta desencarnación en un estado de turbación más o menos profundo; resumiendo, sabemos que el suicidio no arregla nada, pero al mismo tiempo conocemos la dificultad y el dolor de vivir ciertas existencias.

Los espíritus no han dejado de llamar nuestra atención respecto a las verdaderas causas del suicidio. León Denis, en un mensaje de 1989, viene a establecer un diagnóstico espirita sobre este asunto. He aquí sus palabras: “Estamos frente a un problema real que no puede resumirse en una respuesta moral simplista. Dios no prohíbe el suicidio, pues solamente el hombre es responsable ante su muerte, el suicidio no es pues un acto inmoral y no debe ser considerado como una falta. El suicidio es un estado de desamparo enfermizo cuyas causas son a menudo extrañas al sujeto que va a cometer ese acto.

Las principales causas del suicidio son las siguientes: la falta de amor procedente esencialmente de la familia, de los amigos cercanos que no lo son o que ya no lo son más; el decaimiento en el trabajo si el trabajo es envilecedor, repetitivo y vuelve al espíritu esclavo; el sentimiento de inutilidad en una sociedad no igualitaria que no reconoce el valor de un hombre sino su éxito financiero, tratando al otro de «fracasado»: este adjetivo hace mucho mal y mata ; el sentimiento de inferioridad, marcado por el odio social y la negativa de las diferencias, y por último el despertar repentino de una vida anterior ya suicida podría llevar a una neurosis obsesiva que conduce al acto. En realidad, y en la mayoría de los casos, el suicidio es un crimen familiar, social y político. Es pues tiempo de considerar la desesperación como un llamado a la esperanza, es pues tiempo de considerar el suicidio como una enfermedad del alma que se ahoga en el cuerpo social. No comprometáis nunca vuestro porvenir en este campo, pues la ausencia de amor es una enfermedad que acecha a todos los hombres”.

No maltratéis aquellos que se equivocan, que no aciertan en su forma de comportarse, están los que siendo padres fracasan en su función educadora, están los que en su misión de amigos, defraudan la amistad con la traición despiadada, están los que en su función de médicos por su poca dedicación a la tarea de curar y sanar, se equivocan por no prestar la debida medicación, enfermando aun más a los que acudieron para que los cure, todos tenemos una labor y una tarea que no siempre efectuamos debidamente, y lejos de emitir la reprobación es un deber el tratar con la dulzura reparadora y animadora, desechando el látigo de la reprimenda rígida, que hace al enfermo lanzarse muchas veces a la desesperación, al suicidio, sin apenas hacer ruido.

Procuremos aliviar a los que enferman, o no cumplen bien su cometido, acordémonos del Padre que apiadado de sus criaturas no deja a nadie desamparados dejados a su suerte.

El reproche a la ingratitud es una animación para la caída incontrolada en la desesperación, en cambio el amor hace el milagro de animar al enfermo para que de nuevo recobre la salud, y la esperanza en un mañana más esclarecedor y más luminoso. Nadie debe entregarse a la desesperación ella es mala consejera, ni tampoco ofrecer la recriminación a los hermanos desafortunados, siempre hemos de emitir un hilo de esperanza, de luz para que el enfermo se anime y deje de verse como un vicho raro, que no merece la conmiseración.

El suicidio es un acto de cobardía, y no debemos reflejarlo como solución a nuestros problemas, el por el contrario los agrava, nos encierra en la cárcel de la amargura, del fracaso, de la desesperación, lejos de encontrar la muerte el fin con todo, nos pone frente al verdugo de nuestra conciencia haciéndonos sentir de nuevo el mismo mal, más acentuado, menos fácil de solución, agravado por nuestra actitud que nos hace revivir el instante de la muerte y sus efectos dañinos en nuestro organismos periespiritual, que los siente y manifiesta con más intensidad.

Amemos la vida, hasta el punto de que si ella no nos serie, nosotros si lo hagamos, ofreciéndole luz y coraje para enfrentarla en toda sus manifestaciones, porque debemos recordar que Dios no nos da una cruz que no podamos portar sobre nuestros hombros, eso nos debe animar a estudiar todas las oportunidades bajo un prisma de ánimo y esperanza, sin creer que todo está perdido, por nuestro mal actuar, todo lo que tenga que ser será, y mucho más si está escrito en el libro de nuestra vida, aquel que comenzamos a escribir y en el cual anotamos nuevos datos conforme la vida se desarrolla sea de luz o de sombras, todo queda escrito y nada se perderá, no esperemos a ser más adultos para comenzar la tarea de nuestra redención la vida pasa deprisa y no podemos esperar a que el tiempo pase sin productividad positiva que nos pueda vivificar el espíritu, que en fin es el que permanece siempre pese a que no nos guste. Nadie muere, solo por esa gran verdad, debemos ser fieles a nuestro organismo físico, tratándolo como es debido, para que al volver al otro lado de la vida, cuando miremos nuestro comportamiento sobre la verdad de la vida, podamos sentir que fuimos fuerte y que pese a todas las contrariedades supimos mantenernos en pie, intentando por todos los medios llegar hasta el fin, no el fin marcado por nosotros, y si el fin que Dios nos señalo para volver a la patria del espíritu.

Si tu estas perdido, despreciado por los que te rodean, no dudes en consolarte con Jesús, El, fiel cumplidor de Su tarea Redentora, en su Evangelio de Amor, te da la oportunidad de esclarecerte y de proporcionarte una respuesta acertada para tus pesares, perdona sin dudarlo a aquellos que no te comprenden, piensa que un día tendrán la oportunidad de comprender que los que se equivocan y caen deben ser levantados y nunca recriminados. La recriminación en un mal que muchos sufren y a través del cual se arrojan a la desesperación una puerta farsa, por la que entramos al foso de las lamentaciones, donde la comprensión de nuestra cobardía, nos lleva a desesperarnos aun más.

Frente a la imperfección de aquellos que te rodean, ofrece el ejemplo oportuno, la palabra edificante, la llamada de atención en tu gesto amable, de amor y de ternura, y sentirás un día la alegría y el bienestar de haber servido a la causa de Cristo, con amor y dedicación, y no con el látigo de reproche que puede siempre agravar y generar un mal mayor, del cual aunque tú no lo hayas cometido, influenciado por ti, arrojaste al desespero a tu atribulado hermano, que no supo soportar tu descaro tu recriminación. Es como tratar al enfermo en vez de con la medicina que cura, con el analgésico severo que lo puede empeorar aun más.

Acordémonos de la conducta de Jesús ante los pecadores, que era siempre de amor y luz, frente a la pecadora el se dirigió a los que la acusaban, diciéndoles que los que estuviesen libres de culpas le lanzasen la primera piedra. Todos portamos la imperfección, y si queremos comprensión, hemos de ofrecerla, por eso amemos a los débiles y ayudémosles, no desechándoles de nuestro lado, Dios nos ha puesto en la Tierra a todos juntos, para conseguir el mismo fin, que es llegar a El, ofreciéndonos el libre albedrio, para que nunca podamos echar a nadie la culpa de nuestros pesares y desequilibrios. Solo en la amonestación severa, encontraremos el látigo de la desesperación que nos acusará de haber causado males mayores y del cual sentiremos nuestras culpas.

Mercedes Cruz Reyes

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               LUZ, MÚSICA Y FLORES

( Comunicado mediúmnico)


                                                                  


La paz del Señor esté con todos vosotros: Esta tarde dejaremos vues­tros trabajos y daremos paso a otras enseñanzas que también son muy pre­cisas. Porque si la inteligencia hay que educarla con sabiduría y constancia, también hay que darle al alma efluvios de amor, ya que para elevar la inteligencia tiene que anteceder la elevación del alma. Por ello hoy vamos a tratar de tres temas muy bellos: LUZ, MÚSICA Y FLORES.

La luz ilumina lo más recóndito del alma, saca a flote los defectos ocultos, desvanece egoístas pretensiones e inducciones equívocas; la luz es vida, la luz es amor. De ella parte la vida de las vidas, la belleza de lo bello y el encanto de los encantos. Por algo empieza en la majestuosa, sublime y principal fuente que es DIOS y termina iluminando la más débil inteligencia. Es la salud de la enfermedad intelectual; es el foco que da calorías inmensas a los corazones empedernidos en las bajezas huma­nas; es el vehículo conductor de la verdad, sobre ella camina !o espiritual, y como bella y sublime, todo lo que toca lo embellece y lo sublima. En los muchos millares de palabras que tiene vuestro rico idioma no existen las adecuadas para poder expresar su grandeza.

La música son ondulaciones sonoras que animan la existencia; son vibraciones de los sentimientos del alma. Es la conductora de los pensa­mientos poéticos. Es la armonía que unifica la creación. Lo mismo expan­siona el alma que hace asomar lágrimas a los ojos. Entristece y emociona cuando canta con ella el alma, y cuando se sufre, sus melodías ayudan a sufrir. Esas bellas cualidades del divino arte se sienten tan íntimamente que cuando os identificáis con sus armonías y os deleitáis con sus magní­ficas ejecuciones os eleváis y quisierais confundiros con esa música ce­leste que intuís, cuyos ecos invaden el infinito... Pero, ¡ah, hermanos , según la elevación espiritual así es la percepción...

Vuestra música ha llegado a imprimir en sus pentagramas maravillosas composiciones. El cerebro humano tiene intuiciones magníficas de ese bello arte.

Suponer una música que extasía, suponer un sonido dulce, armónico y sublime; suponer armonía sobre armonía, belleza sobre belleza, y todo eso es cero unidad comparado con la música celeste. Las arpas pulsan notas deliciosas, los ángeles se mecen en las composiciones artísticas de la creación, las luces inmensas y purísimas que invaden el espacio inspiran esas armonías... La luz sonríe; la belleza se encanta; lo divino diviniza a lo Divino y la Sublime Voluntad es la directora de esas armonías deliciosas. Los ecos se repiten en las eternidades, y si una nota sostenida se aleja, aun saliendo muy bella, cuanto más anda más se purifica y su so­noridad es más perfecta. Luego si sale deliciosa termina sublime. Esa Vo­luntad de que os he hablado antes recoge las armonías para luego darlas más puras, más bellas, más deliciosas y más encantadoras... Acumular vuestros conocimientos y suponéosla mucho más divina de lo que podéis creer.

La flor: belleza de la naturaleza; alfombra que tapiza los prados en colorido variado y divino; semejanza absoluta a una mujer. En la vegetación la belleza es la flor. En la humanidad, la belleza es la mujer... El capullo está cerrado; la niña también. Cuando el sol saluda con sus rayos fructíferos matinales, la flor se inclina y lo saluda; cuando a la niña la despierta también el sol, la madre besa su frente como diciéndole: Toma la vida que a mí me da el sol... Pasan los días; para la niña años... Ya está la flor fecundada, y al saludarla el sol abre sus hojas y aparece la grandeza de colores, exhalando un perfume delicioso que sólo la naturaleza sabe dar; la niña también tiene sus bellos colores en los labios, sus pómulos se sonrojan, empieza a vivir... Otro día para la flor y años para la niña. La flor está completamente abierta; la niña empieza a ser mujer... Llega el jardinero y, usando un perfecto derecho, corta la flor; llega el hombre, y, usando de otro derecho natural, corta las ilusiones de la mujer... La flor sigue adornando la naturaleza; la mujer la purifica... La flor empieza a deshojarse; la mujer a sufrir... La flor, al deshojarse, deja en su centro el cáliz donde está la semilla de la reproducción; la mujer se ha unido al hombre: empieza a beber el cáliz del sufrimiento, empieza a germinar la reproducción...

Tras de la rosa viene el capullo; tras de la unión, la reproducción... Otra rosa empieza a nacer de nuevo; la mujer ha sufrido y perdido su frondosidad y alegría, pero, ¡ah, hermanos!, sabe ser madre; ha pasado por ese sublime paso que eleva a la mujer a un plano muy superior... A la vez que sabe ser madre sabe sufrir, a la vez que sabe sufrir sabe besar; a la vez que sabe besar sabe pedir... Aquel ser es una bendición del cielo; aquel sufrimiento, una purificación del alma... Por ello, queridos hermanos, todos los sufrimientos y sacrificios que soportéis en vuestra existencia, saber que nada se pierde, todo va acumulado a vuestra trayectoria. Cada sufrimiento, cada sacrificio, supone un peldaño superado en la gran escalera del progreso o elevación de vuestra alma. por ello, llevar todo con resignación y acatar con humildad cuanto nos mande el Padre y así estaréis en las mejores condiciones, cual yo, que no sufrí ese terrible tránsito de la vida que habla a la vida que siente; de lo material a lo espiritual.

Buenas tardes y que Dios Todopoderoso nos bendiga a todos. Vuestra hermana Alejandrina.
(Hija del médium.)

Extraído del libro Desde La Otra Vida.
GRUPO ESPIRITA LUZ CIENCIA Y AMOR.
Jaén España.
Manuel Uceda Flores.

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        EL NOMBRE DEL ESPIRITISMO


   El Espiritismo y la necesidad de definirlo claramente

  Hace poco escuché en You Tube las palabras de un señor que afirmaba que era muy difícil difundir el Espiritismo en Alemania. La razón de ello, en su opinión, radica en la historia de Alemania que ha sido triste y sombría. Este sufrimiento fue causado principalmente por la Iglesia, ( por ejemplo, la quema de brujas). El caballero en cuestión subraya que aunque religión no es sinónimo de Iglesia, sus actos también arrojan mala luz sobre el Espiritismo. Según él, si se abriera un diccionario de se buscase el término espiritismo, se encontraría la definición "magia negra", "culto a los espíritus", etc. Es decir todo definiciones con connotaciones negativas.

   Por lo tanto, sería importante, según él, no centrarse en los Espíritus, sino en las enseñanzas de Kardec, a la hora de difundir el Espiritismo en Alemania. La consecuencia lógica sería pues, descartar el término "espiritismo" y utilizar en su lugar la palabra "kardecismo". Esto significaría una especificación de las enseñanzas de Kardec y serviría al propósito de la difusión. Hasta aquí todo bien. Las reflexiones de este señor pueden ser honorables y hasta cierto punto "comprensibles" y correctas, pero adolecen de graves defectos. Es cierto que es muy difícil difundir el Espiritismo en Alemania- Y también es posible que una razón de ello se encuentre en la historia de Alemania y en las acciones pasadas de la Iglesia. Y es absolutamente cierto que la imagen del Espiritismo entre el público no espírita, es absolutamente negativa y está manchada de falsas afirmaciones.

   El Espiritismo no tiene absolutamente nada que ver con la magia negra, ni tampoco es un culto oscuro con nigromancia. Y es cierto que siempre han habido estafadores que han abusado del Espìritismo para sus propios fines. Pero no podemos cambiar esa imagen pública falsa y negativa, cambiándole el nombre y haciendo afirmaciones a medias. E incluso si de este modo eso fuera posible, no lo sería en el sentido espírita ni en el sentido de Allan Kardec.

   Hay que subrayar que el Espiritismo no es la enseñanza de Allan Kardec sino la enseñanza de los Espíritus. Esto es un hecho que no debemos ocultar en ninguna circunstancia. De lo contrario toda la base del Espiritismo sería falsificada. Nunca se debe hacer proselitismo del Espiritismo sobre una base de mentiras. Sería una violación flagrante del octavo mandamiento Divino: "No levantarás falso testimonio contra tu prójimo". Ningún árbol sano puede crecer con raíces podridas. Allan Kardec no fue el fundador del Espiritismo, sino su codificador. Esa es una gran diferencia. Fueron los Espíritus quienes dictaron la sabiduría del Espiritismo a través de los médiums. La tarea de Kardec, encomendada por Dios, consistió en recoger esos dictados del mundo espiritual y evaluarlos, utilizando su mente sobria, clara y lógica, para luego condensarlos en una filosofía homogénea. No pudo haber mejor persona para esa tarea.

   Allan Kardec no era un soñador vertiginoso que fácilmente hubiese podido caer           victima Espíritus de mentira y engaño. Él era un pedagogo, un científico al que solo se podía convencer con  pruebas racionales. Por tanto no veía el Espiritismo como una religión, sino como filosofía y ciencia. Kardec no presuponía una fe ciega sino que pedía a la gente que se dejase convencer. Él mismo nunca hubiese pensado en diluir y doblegar las enseñanzas de los Espíritus solo para convencer a la gente de su verdad. Deberíamos seguir el ejemplo de este hombre y mantenernos firmes en nuestra creencia en las revelaciones espíritas.

   Debemos ser auténticos en toda circunstancia y no debemos torcer o tergiversar las enseñanzas recibidas por la gracia de Dios y de los buenos Espíritus para adaptarlas al gusto de los hombres. El Espiritismo no es solo una creencia o una atracción sobenatural para contemporáneos curiosos que acaban ridicudizándolo. El Espiritismo es una ciencia que hay que tomar en serio, como subrayaba Kardec. Y ese precisamente es su punto fuerte. La doctrina espiritista,( a diferencia de las religiones), rechaza la fe simple y ciega; en su lugar desafía a las personas a experimentar la verdad por sí mismas y a examinarla con lógica. Por tanto nosotros, los espíritas, no debemos temer la opinión de los forasteros. El triunfo del espiritismo está asegurado ante Dios. Permaneced firmes. Solo es cuestión de tiempo que el Espiritismo se extienda por todo el mundo, incluida Alemania.

( Artículo escrito por la médium espírita Daniela M. el 24-3-25 en Berlín)


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                         VIDA Y VALORES

(Las aflicciones humanas – causas actuales)

En el campo de las aflicciones de la criatura humana, podemos identificar causas que son creadas ahora. Mucha gente llora, se lamenta. Hay muchos que se desesperan delante de los problemas, de los tormentos, de las dificultades que les están sobrecargando la vida en la actualidad, en estos días. Casi nunca esas mismas personas perciben que esos sufrimientos, esas aflicciones, esos problemas por los cuales están pasando fueron creados ahora, en esta misma vida, en los tiempos de nuestra trayectoria terrestre.

Una de las causas más punzantes de aflicciones es el temperamento. ¡Dios mío! Cuantas son las personas que tienen malas pulgas. Son dichas personas de mucho carácter. Hay otros que ni carácter tienen, explotan por cualquier cosa. Entonces, son personas mal vistas, no son queridas, donde ellos llegan los demás salen. Y eso es motivo de tormento, de aflicción. Pero causado por  ellas mismas.

Existen otros que afirman no llevar disgustos para casa y, por cualquier cosa, estallan. Otros afirman que son muy buenos, pero que nadie puede pisarles los pies, otros dicen… otros dicen tantas cosas para justificar lo injustificable. Yo doy un buey para no entrar en la pelea; doy lo que sea para no salir de la pelea. Son personas temperamentales, extrañas criaturas que van generando en torno de si el miedo en algunos, rabia en otros, indiferencia en varios. Al mismo tiempo, generan reacciones similares de otros que también tienen poca paciencia, no tienen paciencia o que también son muy buenas en cuanto no tengan los pies pisados. Al final de cuentas, vivimos en la Tierra en busca de la felicidad, en busca de nuestra integración con Dios y con Sus Leyes.

No importa si no se es religioso, si no se frecuenta institución religiosa, si no se participa de circuidos religiosos, Dios es el Padre del Universo. No nos importa cómo se Le llame. Él es el Padre del Universo, es el Gran Creador. Y nuestro compromiso, en esta vida, es ajustarnos a Sus Leyes.

Entonces hay muchos sufrimientos, muchas aflicciones generadas por causa de nuestro temperamento. Personas explosivas, personas que se cierran, al revés de conversar, de hablar, de decir lo que les está incomodando. Ellas se cierran y actúan con rabia, con disgusto, con odio, sin decir una palabra. Cuándo se les pregunta: ¿Hay algún problema? –ellas dicen: No, está todo bien. Pero en este está todo bien, va la marca de su indisposición interior.

También hay problemas, aflicciones en esta actualidad, que son pendientes de los vicios que adquirimos. ¡Cuántos vicios! Una persona que aprendió a fumar desde joven, de allí a pocos años estará con asma, con bronquitis, con enfisema pulmonar y quien sabe, con cáncer. Estará transpirando mal olor, el tabaco en la circulación sanguínea. Cuantas son las enfermedades, amputaciones, degeneración orgánica por causa del tabaquismo. No es Ley de Dios tener que fumar, no fue una imposición de la Divinidad tener que fumar, pero hay libertad, el libre albedrío.

En esta vida, el individuo comenzó a usar esa droga, el tabaco y fue enfermando el cuerpo, fue mutilando el cuerpo. Entonces, es natural que nos identifiquemos con todos esos individuos, aquellos que están provocando aflicciones para su vida, en esta actualidad, en esta misma existencia. Hay aquellos que usan alcohol y van en la misma dirección. Beben porque beben. Afirman mil cosas: beben por alegría, beben por tristeza, beben porque hace calor, beben porque hace frío. Beben porque beben y van generando desgastes orgánicos, problemas neurológicos, dificultades sociales que comienzan en la familia, atormentada como una persona alcohólica, como se dice actualmente.

Comenzamos a ver que hay muchas aflicciones cuyas causas están en nuestra vida presente, son parte de nuestra actualidad y cabe a nosotros tener precaución y evitarlo gradualmente.
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Existen situaciones que, verdaderamente, son dispensables. Hay cosas que no se necesita vivir aquí, ahora, no precisa sufrir en este existencia. Recuerdo de un episodio que acompañé de cerca, porque se trataba de una persona conocida, que demoró mucho al casarse. Era una joven profesora, y tardó en casarse porque querida encontrar la persona ideal. Se caso con un hombre más maduro que ella pero de un temperamento muy explosivo, de aquellos intolerantes. Se casaron, vivieron felices algunos meses. Ella se quedó embarazada, nació él bebe y cuando él bebe contaba tres meses de edad, era fin de año, y el matrimonio decidió ir a un comercio para comprar una refrigerador de mayor tamaño, para atender a la familia que estaba comenzando a crecer. Salieron, hicieron las compras y volvieron para casa. Él conduciendo el coche y ella, al lado, con el niño en los brazos.

En una determinada calle de la ciudad, un taxista le cerró el paso, por inadvertencia de esos profesionales que trabajan de cualquier manera. Le cerró el paso y él, en aquella aflicción, en aquella agonía, imaginó que el taxista lo hizo a propósito.

Aceleró su vehículo, fue atrás del taxista, le hizo parar y le abrió la puerta del coche. Era para discutir, era para reñir, pero el taxista imaginó que le iba a agredir, cogió un arma de la guantera del taxi y disparo sobre el padre de la familia. Lo mato y la esposa tubo que criar el hijo sola, sufrir la dificultad de la viudez y de todos los compromisos resultantes de eso.

El otro hombre, en la prisión. Y la vida siguió su curso. No había ninguna necesidad de esos niños de ser criados sin padre, de esa mujer quedar viuda, de ese taxista ser preso, si no fuese el temperamento y una actitud infeliz de una persona tensa, de temperamento tenso.

Son las causas actuales de las aflicciones. ¿Cuántas son las personas que van a limpiar las ventanas de un edificio, sin ningún instrumento de seguridad? Se cuelgan en las ventanas y caen. No fue Dios que lo hizo, no era la hora. Son suicidios indirectos. Cuantas son las personas que beben alcohol y cogen el coche para conducir. Ellas se pueden matar, pueden matar a otros, pueden provocar tragedias sin nombres en la sociedad. Aflicciones generadas, ahora, por la inadvertencia, por la incuria, por la mala voluntad, por el temperamento rebelde de alguien que entendió que el alcohol en si no tendría el mismo efecto que tiene sobre todas las demás personas.

Entonces comenzamos a percibir que hay muchas aflicciones que generamos ahora. Aquellos padres que no educan bien a sus hijos y, desde temprano, les van enseñando a devolver violencia con violencia, a reñir en las calles, a no llevar malas maneras para casa, a sacar provecho de todo, a pasar por encima de todo el mundo para conquistar sus objetivos en nombre de la astucia, luego más, esos padres estarán sufriendo tanto, porque la policía vendrá a su puerta a decirles que ellos mataron indios, incendiaron indios pensando que eran mendigos, golpearan a empleadas domésticas, asumiendo que eran prostitutas, como si mendigos y prostitutas debiesen coger de la clase media o de quien quiera que sea. La educación que recibieron.

Y tanto es verdad que son esos mismos padres, que ya provocaron ese proceso horrible de falta de educación o de mala educación, que van en busca de profesionales corruptos para defender a sus hijos de los crímenes que ellos mismos enseñaron. Es tan extraño la criatura humana cuando se distancia de las Leyes de Dios, cuando no presta atención en el mundo que es, por si mismo, de pruebas y expiaciones, que nos cabe suavizar, viviendo mejor. ¿Cómo voy aprovechar cualquier situación de mi vida para empeorar mi condición?

Es necesario tener mucho cuidado para que no generemos en estos días de nuestra vida aflicciones que tendremos que sufrir en estos días de nuestra vida.

Raúl Teixeira

(Transcripción del Programa Vida y Valores, número 164, presentado por Raúl Teixeira, bajo la coordinación de la Federación Espírita de Paraná.-Brasil)

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