miércoles, 18 de junio de 2025

Eutanasia

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Aprendamos

2.- Lo sobrenatural y las religiones

3.- Delante del Karma

4.- Eutanasia

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                                                APRENDAMOS                     


  Cada día percibimos sensaciones o percibimos pensamientos que muchas veces no sabemos cual es su origen, sin embargo, nosotros tenemos parte del origen.

  Todos los días captamos pensamientos, la mayoría de las veces enfocados al mal y eso pasa porque nuestra condición espìritual  todavía está muy materializada, aunque entretanto, podemos cambiar esos pensamientos. 

  Tenemos que tener cada día, especial prudencia con lo que hablamos y mayor importancia con lo que pensamos. Al cabo del día hemos tenido, tal vez, miles de pensamientos. Si todos ellos pudiéramos analizarlos, posiblemente nos escandalizaríamos, pues sin duda,  la gran mayoría estarán lejos de las enseñanzas de Jesús. Por eso y por ese motivo en especial, solo captamos pensamientos y sensaciones de ese mismo tenor; entonces, algo hay que hacer. Jesús nos advirtió a ese respecto, sin embargo no hacemos caso o no ponemos interés en esa valiosa lección. Él dijo: "Orad y vigilad".

  La oración es, sin duda, la mejor medicina para que esos pensamientos cambien y sean más elevados, también la vigilancia, no vigilancias exteriores sino vigilancias interiores, vigilar nuestro interior, buscar dónde empiezan esos pensamientos malos, esos pensamientos poco cristianos y percibiremos que comienzan en nuestro instinto más primario, el instinto de conservación, siendo este la madre de muchos de nuestros problemas.

  El egoísmo, que solo busca que nosotros seamos los primeros en todo; los celos, que solo miran que la persona amada sea nuestra; la envidia, que solo mira nuestro propio interés; el odio, que solo mira que el otro será mejor que nosotros o si solamente nos incomoda. En fin, tantas y tantas otras dolencias espirituales que todas ellas descansan en el sentimiento, en el instinto de conservación. 

  Hace miles de años éramos todavía muy animalizados y sin duda, ese instinto nos ayudaba a prevenir la Vida, sin embargo cuando el Espíritu evoluciona este sentimiento se vuelve un ancla muy pesada y tenemos que romper sus cadenas.

  El Sublime Maestro nos marca grandes directrices y en todas Sus lecciones enseñaba el Amor a Dios y a nuestros hermanos, como a nosotros mismos, tal es la Ley de los profetas. ¡ Entonces, solo Amar a Dios por encima de todo nos enseña que debemos olvidarnos de nosotros mismos para comprender a Dios, para entender que Dios es parte de nosotros y como en un todo también tenemos que querer a nuestros hermanos; ¡ Es querer a todos por igual, como Dios nos quiere !. Y aquí ya tenemos que quitar el instinto de conservación y reemplazarlo por Dios, por el Padre, donde aquí comenzaremos a tener pensamientos, más sublimes, más elevados y solo percibiremos pensamientos más iluminados.

  Entonces ya sabemos cual es el problema y cómo solucionarlo; también se puede añadir el estudio de nosotros mismos, el conócete a tí mismo, decía Sócrates, porque el conocerse a sí mismo también es una asignatura pendiente, siendo que así podemos cambiar nuestra moral y romper, sin duda,  nuestro viejo yo, aquel que hemos construido durante miles de años con base solo en el instinto de conservación, y ese viejo yo, lo tenemos que ir borrando de nuestra conciencia y cambiarlo por el Yo más elevado, teniendo como modelo al Ser más excepcional que nos envió el Padre para guiarnos y para tenerlo  como modelo de conducta, y este Ser maravilloso es Jesús de Nazaret.

- Alborada Espírita-

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  LO SOBRENATURAL Y LAS RELIGIONES


18. Suponer que el fundamento imprescindible de toda religión es lo sobrenatural, que es la
clave del edificio de la cristiandad, es sostener una tesis peligrosa. Si se considera que las verdades cristianas sólo se basan en lo maravilloso, se le otorga un cimiento demasiado precario que se va desgastando a diario. Esta tesis, sostenida por eminentes teólogos que se han erigido en sus defensores, lleva a pensar que en un determinado momento ya no habrá religión alguna, incluso la cristiana, si lo que era considerado sobrenatural se nos mostrase como natural. Por más argumentos que se aduzcan, no se logrará mantener la creencia de que un hecho es milagroso, cuando se ha probado que no lo es. Pues bien, cuando un hecho puede ser explicado por las leyes naturales y ser reproducido por la intervención de un individuo cualquiera deja las leyes de la Naturaleza. Las religiones no precisan de lo sobrenatural, sino del principio espiritual, que sucede confundirse con lo maravilloso y sin el cual no hay religión posible.

El Espiritismo considera a la religión cristiana desde un punto de vista más elevado. Le da
una base más sólida que los milagros: las leyes inmutables de Dios, que rigen tanto al principio espiritual como al material. Esta base desafía al tiempo y a la ciencia y ambos vendrán a sancionarla.

Dios no es menos digno de nuestra admiración, de nuestro reconocimiento y respeto por no
haber derogado sus leyes, que son perfectas, sobre todo, por su inmutabilidad. No es necesario lo sobrenatural para tributar a Dios el culto que es debido. ¿Acaso no es la Naturaleza lo suficientemente imponente por sí misma como para necesitar agregarle aditamentos y probar el poder supremo? Si la religión fuese sancionada por la razón, habría muchísimos menos incrédulos.

El cristianismo nada podría perder con esa sanción, pero sí ganar mucho. Si hubo algo que le
perjudicó frente a la opinión de ciertas personas, fue precisamente por el abuso en recurrir a lo sobrenatural.

19. Si se toma la palabra milagro en su acepción etimológica, cosa admirable, entonces los
milagros nos rodean: los aspiramos en el aire y los tocamos al caminar, puesto que todo es milagro en la Naturaleza.

¿Se quiere dar al pueblo, a los ignorantes y a los pobres de espíritu una idea del poder de
Dios? Mostradles ese poder en la sabiduría infinita que todo lo preside en la admirable organización de lo que vive, en la fructificación de las plantas, en la adecuación de todas las partes de cada ser a sus necesidades, de acuerdo al medio en que vive. Mostradles la acción de Dios en la brizna de hierba, en la flor que se abre, en el Sol que da vida. Mostradles su bondad en su solicitud hacia todas las criaturas, por ínfimas que sean; su previsión en la razón de ser de cada cosa, entre las que ninguna es inútil; el bien que siempre sirve de epílogo al mal aparente y momentáneo. Hacedles comprender que el verdadero mal siempre es obra del hombre y no de Dios. No tratéis de aterrorizar pintándoles el cuadro de las llamas eternas, en las cuales no creerán, y que los llevarán a descreer de la bondad divina. Mas, dadles ánimo con la certidumbre de poder redimirse un día y de reparar el mal que hayan cometido. Mostradles los descubrimientos de la ciencia como revelación de las leyes
divinas y no como obra de Satanás. Enseñadles a leer el libro de la Naturaleza, siempre abierto ante sus ojos, en ese libro inagotable en donde la bondad y sabiduría del Creador están inscritas en cada página. Entonces comprenderán que un Ser tan grande, que se ocupa de todo, que todo lo vigila, que todo lo prevé, debe ser omnipotente. El campesino lo verá en el surco que abre en la tierra y el infortunado lo bendecirá en sus aflicciones, ya que podrá decir: si soy desgraciado, es por mi culpa.

Sólo entonces serán los hombres auténticamente religiosos, racionalmente religiosos, en una medida mucho mayor que cuando creían en las piedras que sudan sangre y en las estatuas que pestañean y vierten lágrimas.

- La Génesis- Allan Kardec

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                             DELANTE DEL KARMA


Hijos, no agravéis el propio karma con vuestras raciones intempestivas delante del sufrimiento. Cargad, con resignación y coraje, el fardo que os pesa, no reaccionado con desespero cuando la prueba que encaráis huya de vuestro control.

Nadie puede evitar las consecuencias de vivir en un mundo de acerbas dificultades espirituales, pero vuestra postura ante los acontecimientos que naturalmente se desencadenan puede, sin duda, minimizarlos en sus efectos.

Anulad, con vuestra actitud de serenidad, lo drástico de las pruebas que, con base en vuestro descontrol emocional, pueden complicarse por tiempo indefinido, exigiendo de vosotros mayor cuota de lágrimas para que se reduzcan.

Dentro de la situación de relativo desanimo en que os encontréis, reflexionad que, en verdad, si la Ley Divina se os aplicase con todo vigor, estaríais, por justicia, en cuadros de padecimientos inimaginables.

El problema karmico del hombre, por acción de la Infinita Misericordia, esta siempre de este lado en sus reales necesidades de reajuste. Sea, así, cual sea el obstáculo que estéis enfrentando, en medio de las sorpresas desagradables que os acometen en vuestras relaciones unos con los otros, predisponeos al perdón y no sigáis por caminos que no os conduzcan a la comprensión y a la plena aceptación de los reveses.

Bajo los auspicios de la fe, cualquier karma se atenúa.

El dolor, dependiendo de la opción que hagáis, tanto os puede impulsar al espíritu en el rumbo de incontenida ascensión, como dirigirlo a las profundidades abismales del infortunio.

Hijos, tomad consciencia de vuestras limitaciones y someteos a la prueba, sin, con todo, valorizarla en demasía.

En la razón de vuestras posibilidades, olvidadla en las tareas de amor a los semejantes, porque quien concede excesivo tiempo al dolor sufre más de lo que le impone el propio sufrimiento.

Las simientes del bien se constituyen en granos de crecimiento inmediato, ocupando, en vuestra labranza intima, la gleba donde, hasta entonces, reinaban, soberanos, apenas los aguijones del mal.

Bezerra de Menezes
Extraído del libro “A coragen de Fé”
Carlos A. Baccelli
Traducido por Jacob.

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                                                    EUTANASIA


Tema de frecuente discusión, por unos defendida, por otros censurada, la eutanasia, o "sistema que procura dar muerte sin sufrimiento a un doliente incurable", regresa a los debates académicos, frente a su aplicación sistemática por eminentes autoridades medicas, en criaturas incapaces físicas o mentales desde el nacimiento, internadas en Hospitales Pediátricos, sin esperanzas científicas de recuperación o sobrevivencia...

Practica nefasta que testimonia la predominancia del concepto materialista sobre la vida, que apenas ve la materia y sus implicaciones inmediatas, en detrimento de las realidades espirituales, refleja, también, la soberanía del primitivismo animal en la constitución emocional del hombre.

En la Grecia antigua, la hegemonía espartana, siempre armada para la guerra y la destrucción, insirió en su Estatuto el empleo legal de la eutanasia eugenésica en relación a los enfermos, mutilados, psicópatas considerados inútiles, que eran arrojados al Eurotas por pesar negativamente en la economía del Estado. Guiados por superlativo egoísmo y prepotencia, a pesar de los conflictos arbitrarios del exagerado orgullo nacional, se hicieron víctimas de la impulsividad belicosa que cultivaban...

Otros pueblos, desde la más remota antigüedad, se permitían practicar ese "homicidio ejercido por compasión"...

En circunstancia alguna, o bajo ningún motivo, cabe al hombre derecho de escoger y deliberar sobre la vida o la muerte en relación a su prójimo.

Los criminales más empedernidos, homicidas o genocidas entre los más hediondos, no deben tener cortadas sus vidas, sino antes ser aislados de la convivencia social, en celdas, o en trabajos rectificadores, en los cuales expurguen bajo la acción del tiempo y de la reflexión, que tarda más alcanza al infractor, haciéndolo expiar los delitos perpetrados. Aun cuando se trate de réprobos anatematizados por desconcierto mental, no faltan Nosocomios judiciales donde pueden recibir conveniente asistencia a la que tienen derecho, sin que sean considerados inocentes por los crímenes perpetrados... Recuperando la salud, eventualidad excepcional que puede suceder, cercados, por el peligro de probable reincidencia psicopática, podrán de alguna forma, retribuir de manera positiva a la Sociedad, los daños que hayan causado.

En lo que tañe a los enfermos considerados irrecuperables, conviene considerar que dolencias, ayer  detestables como incurables, son hoy capitulo superado por el triunfo de hombres-sacerdotes de la Ciencia Médica, que la ennoblecen por la contribución que sus vidas ofrecen en beneficio de la Humanidad. Siempre hay, pues, posibilidad de mañana conseguir la victoria sobre la enfermedad irreversible de hoy. Diariamente, para ese desiderata, se sumergen en la carne Espíritus Misioneros que se aprestan a aligerar e impulsar el progreso, realizando descubrimientos y conquistas superiores para la vida, fuente poderosa de esperanza y conforto para los que sufren, en nombre del Supremo Padre.

Ante las expresiones teratológicas, al revés de la precipitación de la falsa piedad en aliviar a los pacientes de los sufrimientos, se ha de pensar en la terapéutica divina, que se sirve del presidio orgánico y de las jaulas mentales para ajusticiar a los infractores de variados matices que pasaron por la 'Tierra impunes, inadvertidos, mas que no pudieron huir a las sanciones de la conciencia en falta ni a la Legislación Superior, a la cual rogaron enseñanza de recomienzo, recuperación y sublimación porque anhelaban la edificación de la paz intima.

Suicidas, - esos pobres rebelados contra la Divinidad - que despedazaron el cráneo, en embestidas de odio contra la existencia, reencarnan perturbados por la idiotez, sordo-mudez, conforme a la parte del cerebro afectada, o por hidrocefalias; los que tentaron ahorcarse, reaparecen con los procesos de la paraplejia infantil; los ahogados, padecen enfisema pulmonar; los que descerrajaron tiros al corazón, retornan bajo el yugo de cardiopatías congénitas irreversibles, dolorosas; los que se utilizaron de tóxicos y venenos, vuelven bajo el tormento de las deformaciones congénitas, de la asfixia respiratoria, o estertores por úlceras gástricas, duodenales y cánceres devoradores; los que despedazaron el cuerpo en fugas espectaculares, recomienzan victimados por atrofias, deformaciones, limitaciones punzantes, en que aprenden a valorar la grandeza de la vida.. .

Agresores, exploradores, amantes de la rapiña, de las arbitrariedades, de los abusos de cualquier naturaleza vuelven a los escenarios en que se empecinaron, o corrompieron, o se hicieron infelices, alcanzados por la impronta de las soberanas leyes del orden y del equilibrio, rehaciendo el camino antes recorrido criminalmente y atesorando los sagrados valores de la paciencia, la comprensión, el respeto a si mismos y al prójimo, la humildad, la resignación, armándose de bendiciones para futuros cometidos dichosos.

¿Quién se podrá atribuir el derecho de interrumpirles la santificadora existencia preciosa?

Las personas que se les vinculan en la condición de padres, cónyuges, hermanos, amigos, también les son participes de los dramas y tragedias del pasado, responsables directos o inconscientes, que ahora se rehabilitan, debiendo extenderles manos generosas, auxilio fraterno, por lo menos migajas de amor.

Nadie se deberá permitir la interferencia destructiva o liberativa por medio de la eutanasia en tales procesos redentores. Personas que se dicen penalizadas por los sufrimientos de familiares y que desean que les sean luego cesados, casi siempre actúan por egoísmo, presurosos de liberarse del compromiso y de la responsabilidad de ayudarlos, sustentarlos, amarlos más.

No faltan terapéuticas médicas y quirúrgicas que pueden amainar el dolor, perfectamente compatibles con la caridad y la piedad cristianas.

A nadie es dado precisar el tiempo de vida o sobrevida de un paciente. Son tan escasos de exactitud los pronósticos humanos en este sector del conocimiento, cuanto no sucederá en otros!

¿Cuántos enfermos, rudamente vencidos, desesperados recobran la salud sin aparente razón o lógica?

¿Cuántos otros hombres en excelente forma, portadores de sanidad y robustez, son victimados por sorpresas orgánicas y sucumben imprevisiblemente?

El conocimiento de la reencarnación proyecta luz en los más intrincados problemas de la vida, dirimiendo los equívocos y dudas en torno a la salud como a la enfermedad, a la desdicha como a la felicidad y contribuyendo eficazmente para la perfecta asimilación de los postulados renovadores de los que Jesús Cristo se hizo abanderado por excelencia y el Espiritismo, el Consolador encargado de demostrarlo en los tormentosos días de la actualidad.

Argumentan, en tanto, los utilitaristas que las importancias prodigadas con los pacientes irrecuperables podrían ser utilizadas para pesquisas valiosas o para impedir que hombres sabios enfermasen, o para asistir convenientemente a los que, dolientes, pueden ser salvados

 ... Y desvarían, utopistas, insensatos sin considerar las fortunas que son tiradas en espectáculos ruidosos y funestos de exaltación de la sensualidad, del Fausto exagerado, de las disipaciones, sin que se les ocurra la necesidad de la aplicación correcta de tales patrimonios en medidas preventivas saludables o socorro a las multitudes famélicas y desnudas que pululan en todas partes, pereciendo, a modo de migaja de pan, revolviéndose en la desesperación por la ausencia de una gota de luz o una insignificante contribución de misericordia.

Cada minuto en cualquier vida es, por tanto, precioso para el Espíritu en rescate bendito. ¿Cuántas resoluciones nobles, decisiones felices o actitudes desdichadas ocurren en un relámpago, imprevistamente?

Penetrándose el hombre de responsabilidad y caridad, iluminado por la fe religiosa, fundada en hechos de la inmortalidad, de la comunicabilidad y de la reencarnación, abominara en definitivo la eutanasia intentando todo para cooperar con su hermano en los justos resarcimientos que la Divina Justicia le otorga para la conquista de la paz interior y de la evolución.

Extraído del libro “Después de la Tempestad” de Divaldo Pereira Franco

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lunes, 16 de junio de 2025

Las "Mancias" y otras "Artes Adivinatorias"

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- El valor de la oración

2.- La moral espírita

3.- Pérdida de seres queridos

4- Las "Mancias" y otras "Artes Adivinatorias"

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                       EL VALOR DE LA ORACIÓN


                                                           


Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, en la pregunta 638, interroga a los Espíritus:

 “¿Agrada a Dios la Oración?
Respuesta: La oración es siempre agradable a Dios, cuando es dictada por el corazón, pues para Él, la intención lo es todo. Así, preferible le es que sea del interior a la oración leída, por muy bella que sea si fuera leída sólo con los labios y no sentida con el corazón. Le agrada la oración cuando es dicha con fe, con fervor y sinceridad. Pero, no creáis que lo toque la del hombre fútil, orgulloso y egoísta, a menos que signifique, de su parte, un acto de sincero arrepentimiento y de verdadera humildad, pues, no siendo así nada tendrá valor.”

Oración es sentimiento. Podemos con las palabras, expresar lo que está en nuestro interior.
Richard Simonetti el conceptuado Escritor Espírita nos habla de dos tipos de oraciones: La oración horizontal y la oración vertical.

La primera tiene bastante significación con las oraciones proferidas en algunas denominaciones religiosas, que son volcadas, exclusivamente, por promesas de ventajas en la vida material, con exorcismos, curas, ceremonias, culto a las imágenes, buscando el dinero del religioso.
Ya la oración vertical está directamente envuelta con lo mejor del sentimiento de humildad y de sinceridad de quien ora para el prójimo y para Dios. Así, lo que importa, en la oración, no es su duración, la repetición, o ritual, la sofisticación de las expresiones, fundamental es la presencia del sentimiento y de la sinceridad.

Lo esencial no es orar mucho, sólo orar bien. Esas personas suponen que todo mérito está en el tamaño de la oración y cierran los ojos para sus propios defectos. Hacen de la oración una ocupación, un empleo, nunca sin embargo, un estudio de sí mismas. La ineficacia, en tales casos, no es del remedio y sí de la manera como la aplican Aquellos que colocan en la oración los ingredientes de la bondad y de la simplicidad y profunda voluntad de ayudar al prójimo, dispuestos a reconocer sus maldades con el propósito de la renovación, tienen sus dificultades disueltas por los manantiales de bendiciones que se derraman sobre sus cabezas emanadas del Creador.

En la oración podemos: Pedir Loar y Agradecer. Cuando pedimos directamente a Dios, sin el pago a alguien que sea intermediario, con el fervor del corazón y de acuerdo con nuestro merecimiento, por cierto, recibimos. Cuando loamos la obra Divina, las leyes que rigen la vida y el universo entramos en armonía con el Cosmos. Por último, cuando agradecemos estamos colocándonos en la condición de hijos que tenemos la obligación de colaborar con el progreso material y espiritual de nuestra casa planetaria.

Finalmente, tener fe es guardar en el corazón la luminosa seguridad en Dios, seguridad que superó el ámbito de la creencia religiosa y haciendo el corazón reposar en una energía constante de realización en la vida y en el bien.

¡Piense en esto !

João Batista Cabral –Presidente de la ADE-SERGIPE. Publicado en el Periódico Cinform/Aracaju – para 25.000 personas. – Noviembre de 2010. Traducción Isabel Porras -

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                                              LA MORAL ESPÍRITA 

                                       


 ¿Qué es la moral en el Espiritismo? ¿Y a qué Dios y leyes nos referimos?

La palabra moral viene del latín moralis, y originalmente se refería a las costumbres humanas. Pero el Espiritismo le da un nuevo significado: la moral no es una convención social, sino una brújula eterna inscrita en el espíritu, guiándolo hacia el bien.

Allan Kardec, en El Libro de los Espíritus, pregunta:

> “¿Qué se debe entender por moral?”

Respuesta: “La moral es la regla de la buena conducta, es decir, de la distinción entre el bien y el mal. Se funda en la observancia de la ley de Dios.”

(LE, pregunta 629)

¿Pero a qué Dios nos referimos?

No es el Dios colérico que castiga desde lo alto, como se representaba en tiempos antiguos. El Espiritismo revela una imagen más elevada:

> “Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas.”

(LE, pregunta 1)

Este Dios no cambia, no se contradice, no condena eternamente. Es la fuente del amor, la justicia y la sabiduría que rige el universo. Sus leyes no son escritas en tablas de piedra, sino en el interior del ser:

> “¿Dónde está escrita la ley de Dios?”

“En la conciencia.”

(LE, pregunta 621)

La moral, entonces, ¿es simplemente “portarse bien”?

No. La moral espírita es el arte de vivir en armonía con las leyes universales que rigen la evolución del espíritu. Es actuar con amor, con justicia, con responsabilidad, aún cuando nadie nos ve. Es superar el egoísmo, dominar las pasiones, buscar el bien no por temor al castigo, sino por comprensión del propósito profundo de la existencia.

Las llamadas Leyes Morales —enumeradas en la tercera parte de El Libro de los Espíritus— no son mandatos religiosos, sino principios eternos que conducen al ser desde el instinto hacia la conciencia plena:

1. Adoración

2. Trabajo

3. Reproducción

4. Conservación

5. Destrucción

6. Sociedad

7. Progreso

8. Igualdad

9. Libertad

10. Justicia, amor y caridad

Cada una responde a una necesidad del espíritu en su viaje eterno hacia la perfección.

Y aquí está lo revelador:

El Espiritismo nos dice que no nacemos en blanco ni por azar, sino que somos espíritus inmortales en proceso de ascensión. La moral no es un código impuesto desde fuera, sino una resonancia del bien que ya vive dentro de nosotros, y que debemos despertar.

> “El hombre lleva en su conciencia la regla del bien; pero el orgullo la sofoca con frecuencia.”

(LE, comentario a la pregunta 621)

Entender esto cambia todo. Porque entonces, el bien no es una obligación, es un descubrimiento. Y cada acto moral es un acto de liberación espiritual.

Reflexión final:

La moral, vista así, ya no es una lista de deberes. Es el lenguaje silencioso entre tu conciencia y Dios. Cada vez que eliges el bien, estás diciendo: “yo sé para qué he venido”.

Oración:

Padre, despierta en mí la claridad para reconocer tu ley en mis decisiones. Que mis pasos estén marcados por el amor 

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                         PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS   
                       
 

– La pérdida de personas que nos son queridas, ¿no es una de esas que nos causan un pesar tanto más legítimo en cuanto esa pérdida es irreparable e independiente de nuestra voluntad? 
– Esta causa de pesar alcanza tanto al rico como al pobre: es una prueba o expiación, es la ley común. Pero es un consuelo poder comunicaros con vuestros amigos, por los medios que tenéis, esperando que tengáis otros más directos y más accesibles a vuestros   sentidos. 

935 – ¿Qué debe pensarse de la opinión de las personas que miran las comunicaciones de ultratumba como una profanación? 
– No puede existir profanación cuando hay recogimiento y cuando la evocación es hecha con respeto y decoro. Y es prueba de ello que los Espíritus que os aprecian vienen con placer y son felices con vuestro recuerdo y por conversar con vosotros. Habría profanación de hacerlo con ligereza. 
     La posibilidad de establecer comunicación con los Espíritus es muy dulce consuelo, puesto que nos proporciona el medio de hablar con nuestros parientes y amigos, que han dejado la Tierra antes que nosotros. Con la evocación los aproximamos a nosotros; están a nuestro lado, nos oyen y nos responden, y, por decirlo así, concluye la separación entre ellos y nosotros. Nos ayudan con sus consejos, nos demuestran su afecto y la alegría que sienten con nuestro recuerdo. 
     Para nosotros es una satisfacción saber que son felices, saber por ellos mismos los pormenores de su nueva existencia y por nuestra parte adquirir la certeza de que nos reuniremos a ellos. 

936 – ¿Cómo afectan los dolores inconsolables de los sobrevivientes a los Espíritus, que son objeto de ellos? 
– El Espíritu es sensible al recuerdo y pesares de los que amó, pero un dolor incesante e irracional le afecta penosamente, porque ve en ese dolor excesivo una falta de fe en el futuro y de confianza en Dios, y por consiguiente un obstáculo al progreso y tal vez, al reencuentro. 
     Estando el Espíritu más feliz que en la Tierra, lamentar su vida es lamentar que sea feliz. Dos amigos son prisioneros y están encerrados en la misma cárcel; ambos obtendrán un día la libertad, pero uno de ellos la obtiene antes que el otro. ¿Sería caritativo que el que permanece encarcelado estuviera descontento de que su amigo sea liberado antes que él? ¿No habría de su parte más egoísmo que afecto, queriendo que participe de su cautiverio y sus sufrimientos por tanto tiempo como él? Pues lo mismo sucede con dos seres que se aman en la Tierra: el que primero parte es el primero en ser libre, y debemos felicitarle por eso, esperando con paciencia el momento en que también lo seremos. 
     Haremos otra comparación sobre este asunto. Tenéis cerca de vosotros a un amigo que está en una situación muy penosa; su salud o su interés exigen que vaya a otro país, donde bajo todos los aspectos estará mejor. Momentáneamente no estará ya a vuestro lado, pero siempre estaréis en correspondencia con él, la separación no pasará de ser material. ¿Estaríais descontentos con su alejamiento, puesto que sería para su bien? 
     La Doctrina Espírita, por las pruebas patentes que da de la vida futura, de la presencia a nuestro alrededor de aquellos que amamos, de la continuidad de su afecto y solicitud, por las relaciones que nos posibilita mantener con ellos, nos ofrece un supremo consuelo en una de las causas más legítimas de dolor. 
     Con el Espiritismo cesan la soledad y el abandono, porque el hombre más aislado, tiene siempre amigos a su lado con los que puede conversar. 
     Soportamos con impaciencia las tribulaciones de la vida; nos parecen tan insoportables, que no comprendemos que podamos sobrellevarlas. Sin embargo, si las soportamos con valor, si hubiéremos impuesto silencio a nuestras murmuraciones, nos felicitaremos de ello cuando estemos fuera de esta prisión terrestre, como el paciente que sufre se felicita, cuando está curado, de haberse resignado a un tratamiento doloroso. 

El libro de los espíritus. Allan Kardec


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     LAS "MANCIAS" Y OTRAS ARTES

 ADIVINATORIAS

El Ser humano necesitó siempre creer en algo maravilloso y mágico, aunque sea en individuos que afirmen “leer el futuro” en las manos, en los posos del café, en la bola de cristal, en las hortalizas o en los astros.
Es evidente que en la actualidad existen  dos tendencias sociales bien definidas y diferenciadas: Una son las de las personas imbuidas en  una especie de predisposición para la  credulidad colectiva en tantas magias, “Mancias”, adivinaciones, fe religiosa, rituales mágicos,  esoterismos, o  en lo que sea.  La otra es otra corriente  totalmente opuesta  como lo es el  ateísmo, el agnosticismo, el materialismo puro  y la incredulidad en todo lo que no sea materia palpable, tangible y experimentable por la ciencia  empírica;  esta segunda corriente está ocasionada tanto por los absurdos  sostenimientos dogmáticos  de carácter religioso  y muchas veces irracional  que  determinados cultos y personas sostienen, como por la falta de respuestas íntimas  coherentes con la razón y la lógica que presentan  las religiones vacías de contenido y de esencia ,  así como  por tantos desengaños originados por los abundantes casos de mentiras, estafas o fraudes de personas que se dedican profesionalmente a engañar a los demás y a vivir a costa de la buena fe, la credulidad y hasta del fanatismo de otras personas. Así con la corriente  atea y materialista, se han formado sus propios dogmas y creencias materialistas, de modo que a quien se sale de la norma del materialismo establecida en ellos se le mira con cierta condescendencia porque se le supone "creyente" de otros dogmas de carácter religioso, sin caer en la cuenta de que desde sus creencias materialistas, ellos se atrincheran en sus dogmas descreyentes, ahora tan de moda. 

Se ha entrado así de lleno en el campo de lo supersticioso, pues todas esas llamadas “Ciencias Ocultas”,  así como el Esoterismo , el Ocultismo  así como lo “Sobrenatural”, lo “Mágico” y el misterio,  promulgan algunas verdades o verdades a medias, que mezclan con ciertas afirmaciones sin sentido, aunque bien aliñadas con  el correspondiente tinte del misterio y  tienden a llenar el vacío que han ido dejado las religiones trasnochadas con sus rituales un tanto vacíos y con sus  dogmas carentes de sentido, credibilidad  y su falta de sentido; llenas de fantasía, aunque a veces lógica ante tantos interrogantes y planteamientos que inquietan alguna vez a los seres humanos en lo más profundo,  dando lugar  también con ello a esa otra corriente de agnosticismo  e incredulidad que se han ido forjando y asentando con sus  particulares conceptos  de la Verdad  tan desfigurados y a veces tan  absurdos, de modo que en esta época de descreencia y  materialismo, estas cuestiones no contestadas o emborronadas han abonado  la incredulidad y al ateísmo.

Sería injusto  y erróneo no reconocer que, en el extremo opuesto,  también existen algunas personas dotadas de ciertas capacidades psíquicas, capaces de  poder “ver”  o presentir el futuro individual o colectivo a grandes rasgos poco matizados, pero los realmente dotados de percepción o conocimiento paranormal, hay que reconocer que son los menos, aunque esto no quita ni un ápice de valor a la existencia de los llamados “psíquicos” bien dotados de su facultad. En realidad se trata de personas dotadas psíquicamente y de médiums pues para ser médium no hace falta ser previamente espírita, como para ser espírita no es necesario tampoco ser médium. Estas personas profesionalizadas, reciben dinero por sus previsiones y sus facultades intuitivas, y como tales “psíquicos” o “médiums”, funcionan mediante un estímulo sensorial sobre el que fijan su mente y concentración, dentro de las normas particulares de cada especialidad, tal como por ejemplo, por medio de las cartas (cartomancia), de las manos   (quiromancia)los astros (astrología), los posos del café, etc. En sus consejos y directrices, cuando son serios y sin afirmaciones disparatadas, suelen emplear  un método psicológico y una lógica general y procuran no arriesgar demasiado en afirmaciones muy concretas e individualizadas, actuando como auténticos  y audaces  psicólogos dentro de un tono de optimismo.
En el caso de la cartomancia, puede haber una parte de inspiración con  apoyo de un método prefijado del simbolismo de los naipes. Cuando el consultante es invitado a sacar una carta, parece ser que su subconsciente participa de ese gesto  que es el que  desencadena este “arte adivinatorio”, que puede ser real o ser solo una farsa. Las cartas son inmutables y sus imágenes fijadas en la mente de sus practicantes, se transforman en símbolos significativos, hablando una sola lengua para todos. No obstante el operador puede tener sus propios  códigos establecidos  para interpretarlas. Otras veces las cartas no pasan de ser un simple vehículo condicionante  o acondicionador mental para desencadenar una facultad de precognición.

La quiromancia como ya se ha dicho, es un arte adivinatorio procedente de la India, basado en la lectura de las rayas naturales de las manos. A veces mediante esta observación de las líneas de la  mano y la inspiración del “vidente”, se dicen cosas verdaderas, pero el sistema en realidad se basa en lo mismo que sucede con la adivinación por los posos del café, o de  las cartas, etc. Y es que muchas veces esas personas están dotadas del sentido de la “doble vista”, con la capacidad psíquica de percibir cosas ausentes o pasadas, o 
incluso de penetrar  también, aunque mucho más raramente , en cosas que están por venir en el futuro. Son como verdaderos sonámbulos para los que los objetos no son más que medios o apoyos para  fijar su atención, provocando una especie de éxtasis momentáneo. Por otra parte en el caso de la quiromancia se entra en contacto directo con el consultante, estableciendo una mayor relación magnética entre consultor y consultado, que  se comunican a nivel de periespíritu ( sus mentes intuitivas), y  el sujeto dotado habla así  inspirado a la manera de los sonámbulos, haciendo una lectura  de sus sensaciones psíquicas  más que de las manos propiamente dichas, que al igual que las cartas también tienen atribuido un significado y un simbolismo para cada línea.

 La quiromancia  nada tiene que ver  con el Espiritismo, así como tampoco ninguna de las otras artes adivinatorias. Es de tener en cuenta que a pesar de que cada línea y señal tiene su descripción pormenorizada y su significado, con el paso del tiempo estas líneas se modifican, lo que de ser cierto y comprobado este “arte” esotérico, haría necesaria una lectura nueva cada cierto periodo de tiempo.

Muchos de estos adivinos  en busca de dinero, poder o prestigio entre sus creyentes, con sus actuaciones han  originado la “nigromancia” o “necromancia”, por la que han pretendido  adivinar o conocer el futuro evocando a los muertos para obtener de ellos revelaciones. Por extensión,  a todas las “artes” de adivinación se les ha  denominado como  “necromantes”, debido a la creencia popular de que en todos los medios de adivinación son las almas de los muertos las que actúan. Así se le ha  relacionado con la “magia negra” y con  el demonio; esto ha dado lugar a que  esta  idea de adivinar el futuro consultando a los muertos, se las  confundiese con  lo que es y para qué es la mediumnidad   y el Espiritismo que nada tiene que ver  en absoluto con todo esto, pues en él se emplea la mediumnidad  solamente como herramienta de investigación , información  y ayuda espiritual mediante el intercambio de comunicación con Seres del más allá, seleccionando  los espíritus que  por este medio se pueden manifestar para enseñar algo positivo y fiable que ayude y oriente  a los seres humanos y a otros Seres espirituales que no pueden aprender directamente de ellos por permanecer en una faja  de existencia vibratoria espiritual diferente, pero que a las reuniones mediúmnicas pueden acudir, aunque no participen directamente en ellas.

 Estas enseñanzas   se obtienen después de analizar la fiabilidad de la calidad ética , la sabiduría y la moral del Ser comunicante o manifestante  siguiendo los criterios señalados  en   la Codificación Espírita que dejó  plasmada en sus  obras Allan Kardec, con  el objetivo definido de un  crecimiento moral y espiritual  que se puede extraer  de los sabios y buenos  consejos y enseñanzas ofrecidos por   estos evolucionados  y elevados   Seres espirituales del “Más Allá”.

Ante el tema de la Astrología, que para mucha gente es casi una religión, he de 
afirmar que tampoco  tiene ningún fundamento científico, a pesar de que  como entretenimiento cotidiano proliferan en los periódicos, televisión, revistas, etc. Suelen hablar del  futuro o de nuestras características relacionadas con un determinado signo zodiacal. Según las figuras estelares que se forman con líneas imaginarias que unen entre sí a esos astros que se observan en el cielo por las noches, estos signos se establecen en un número de doce, que se reparten a lo largo de los doce meses del año, influyendo cada uno de ellos sobre los humanos, en especial los que nacieron bajo la predominancia de determinado signo. Lo malo de esta creencia fantástica está en la gente que lo cree y   que  se puede convencer de ciertos  aspectos negativos personales, tal como  que su signo no se puede llevar bien con tal otro por ser antagonistas, etc. Mucho se podría profundizar en el tema de la Astrología, pero sin embargo, vemos como, por ejemplo, dos personas gemelas, nacidas a la misma hora en el mismo lugar, pueden ser dos almas totalmente diferentes en gustos, aptitudes  y temperamentos. Sabemos cómo en  los pronósticos astrológicos intervienen (o debieran intervenir), la posición del Sol y de los planetas en cada momento, pero no se tiene en cuenta por ejemplo a los satélites de Júpiter o de Saturno, que son cuerpos mayores que Mercurio o Plutón por lo que en buena lógica su   influencia magnética debiera ser mayor, ni tampoco se tienen en cuenta los llamados por la Astronomía agujeros negros, ni los Cuasares, etc. Por ejemplo se sabe que Plutón no fue descubierto hasta 1.930, por lo que los horóscopos que se habían hecho hasta entonces debían estar todos equivocados. Incluso en nuestros días aún se descubrió recientemente un nuevo planeta, aunque muy pequeño, dentro del sistema solar, que también estaría aportando sus influencias que no se han tenido en cuenta por ignorar su existencia.  Sobre este tema también se podría considerar que las constelaciones  del zodiaco en realidad no existen, pues como ya afirmé antes, solo son figuras mitológicas construidas  en el cielo de las noches por la fantasía de quienes intuyen  o atribuyen  un poder influyente  de las estrellas y  planetas  sobre los  seres humanos, que llega hasta la Tierra desde más allá de las estrellas. En fin, se podría alegar mucho  más sobre esto, pero la realidad pura y simple  es que los astros si tienen una influencia magnética entre ellos, pero no tienen ninguna influencia de otra clase en nuestras vidas, a excepción de  las  influencias magnéticas  naturales  que afectan a nuestro planeta y a los organismos de los seres que estamos en él, tal  como las mareas o los vientos  generados por  la influencia magnética de la Luna, del Sol y de algunos planetas cercanos. 

Resulta de esta creencia que al ser los astros quienes dirigen e influyen en nuestras vidas, destinos, caracteres, etc, si así fuese, pondrían en entredicho nuestra libertad íntima y natural para decidir a cada paso nuestro destino individual, y así el esfuerzo por labrar el propio destino, el de vivir y el convivir con los demás, no tendría ningún sentido, pues todo dependería del signo zodiacal establecido en el momento de nuestro nacimiento,( la llamada “carta astral”), con  su influencia fatal e inevitable,  exonerándonos  así de toda responsabilidad en los defectos de nuestros caracteres y del esfuerzo por corregir esos defectos morales , lo cual nos hace  seres realmente libres.

En cualquier caso la Astrología prevé tendencias generales y no acontecimientos concretos, pues el ser humano con su voluntad y libre albedrío podría orientar o cambiar las supuestas influencias de los astros. Si acaso, en su ambigüedad , la Astrología puede servir , según quien interprete los signos, para orientar a las personas en su vida, teniendo en cuenta  los resultados que finalmente determina el libre albedrío humano, pero esta misma función que señalamos para la Astrología, también la realiza  la Psicología y el Psicoanálisis sin recurrir a los astros.

En cuanto a las “videncias” de los echadores de cartas y otras especialidades afines, me atrevo a afirmar que, salvo rarísimas y honrosas excepciones que confirmarían esta regla, la  inmensa mayoría de esos  “videntes” que viven de  sus “especialidades adivinatorias”, me parecen unos grandes embaucadores y vividores que explotan  la credulidad, la buena  fe  y  la ilusión de tantas gentes que confían en ellos. No se debe confundir la verdadera videncia, que no es sino una facultad mediúmnica intuitiva, con la prestidigitación o "magia blanca".

Si los actos del futuro, no permaneciesen ocultos y conociésemos todos los detalles de nuestro destino individual por venir, descuidaríamos nuestro presente, y condicionaríamos nuestra libertad para actuar en la vida en cada momento, porque el  conocer algo que hubiese de suceder  fatídica e irremediablemente  nos haría descuidar los actos comunes de la vida  cotidiana, o bien  nos obsesionaríamos por evitarlo en unos casos, o por adelantarlo en otros.

Al tener oculto el futuro, aun sin  ser conscientes de ello, con nuestras actuaciones y pensamientos estamos preparando lo que realmente sucederá antes o después en ese futuro, aún en cosas de las que no desearíamos que transcurriesen así..

Si  nuestros  actos  estuviesen fijados invariablemente por la fuerza del destino o porque “lo dijesen los astros”, no tendríamos responsabilidad en ellos, por carecer de la libertad moral de crear nuestras propias causas y efectos; estaríamos a merced de la fatalidad . Como consecuencia  no seríamos capaces de poder evolucionar espiritualmente al despreocuparnos de todo y no esforzarnos por nada, porque lo esperaríamos todo del destino o de los astros, quedando sumidos en una resignada y  lógica indolencia.

Otro tema bien distinto es el de los Profetas que descartando también a muchos falsos y fraudulentos, los que de verdad lo son,  es gracias a una facultad extrasensorial de clarividencia o precognición más o menos desarrollada, y generalmente suelen ser personas con un elevado nivel moral, que ejercitan su capacidad sin interés económico alguno. Estos raros casos, en efecto, a veces  pueden  percibir a grandes rasgos  algunos  sucesos  generales previstos para el futuro, pero que siempre son susceptibles de poder ser modificados desde el presente.

- José Luis Martín-


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