viernes, 23 de mayo de 2025

Donación de órganos

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-A tener en cuenta en las reuniones mediúmnicas ( 7ª Parte)

2.-La Paz nace en el hogar

3.-A tener en cuenta en las reuniones mediúmnicas ( 8ª Parte)

4.-Donación de órganos 

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A  TENER EN CUENTA EN LAS REUNIONES MEDIUMNICAS

 ( Parte 7ª )

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El trece trata CANTIDAD DE PARTICIPANTES LIMITADA, COMPATIBLES CON LA NATURALEZA ESPECÍFICA DE LA REUNIÓN Y CAPACIDAD DE ARMONIZACIÓN DEL EQUIPO.

Allan Kardec no establece un límite determinado para el número de personas que pueden asistir a las reuniones, pero advierte de los perjuicios causados por la cantidad excesiva de participantes El Libro de los Médiums, tema 332).

Naturalmente, cuanto mayor sea ese número tanto más difícil será la homogeneidad de pensamientos. También tienen que ser considerados otros aspectos al establecer ese límite entre los cuales destaca el espacio físico disponible y la cantidad de médiums manifiestos.

En los grupos de muchos participantes, la posibilidad de que aparezca un número apreciable de médiums es mayor, y como el buen orden de los trabajos impone un límite a las psicofonías simultáneas, algunos de esos intermediarios tendrían que permanecer silenciosos e impedidos de actuar.

Herminio de Miranda afirma que el grupo puede estar constituido y funcionar bien hasta con dos personas, pues según las palabras de Cristo bastará con que dos o más se reúnan en su nombre para que Él esté en medio de ellos (Diálogo con las Sombras, cap. I El Grupo).

Existe la propuesta de que no se fije un número sino que se formen equipos adecuados y conscientes con el objeto específico de la reunión, para el cual el grupo sea convocado y que se tenga en cuenta, sobretodo, los compromisos asumidos, los cuales se van trazando con el tiempo.

El catorce atiende al punto MIEMBROS DEL EQUIPO NO COMPROMETIDOS CON PRÁCTICAS DE INTERCAMBIO ESPIRITUAL DE OTRAS INSTITUCIONES.

André Luiz propone, como uno de los requisitos previos para el participante de una reunión mediúmnica de desobsesión: Pertenencia a un solo grupo, evitando los inconvenientes del compromiso de desobsesión en varios equipos al mismo tiempo (Desobsesión, cap. 25).

La primera razón es de orden higiénico desde el punto de vista de la salud, ya que el médium debe preservarse de los excesos. Coincidimos en que hay personas dispuestas y saludables  capaces de ejercer más de un compromiso mediúmnico regular por semana. Sin embargo, es preferible que lo haga en el mismo Centro y bajo la misma dirección, para evitar las dificultades de orientación. Este punto es el que nos parece fundamental y que desaconseja el ejercicio mediúmnico en Centros diferentes: las orientaciones particulares y los prejuicios derivados de ahí, para el desarrollo del médium y la consolidación del Movimiento Espírita.

Si el trabajador se divide entre dos centros le faltara tiempo y motivación para cooperar  en otras tareas en el Centro de su elección, cuando lo tenga.

En la cuestión quince nos dice  que CADA MIEMBRO DEL EQUIPO DEBE SER CONOCEDOR DE SU FUNCIÓN Y DE TODAS LAS DEMÁS INHERENTES AL TRABAJO MEDIÚMNICO, NO SIENDO ACONSEJABLE LAS IMPROVISACIONES O DUPLICIDAD DE FUNCIONES.

André Luiz afirma: “Todos los componentes asumirán funciones específicas” (Desobsesión, cap.20)

Es totalmente indeseable la improvisación o duplicidad de funciones. Algunos compañeros han tenido la idea de que el médium también puede sustituir al adoctrinador. Ese hecho denota, sobretodo, desorganización, constituyendo una improvisación peligrosa, pues siendo el médium una persona ultra sensible puede, en un momento dado, verse envuelto por la Entidad sufridora cuando esté ejercitando el adoctrinamiento, en vez de mantener la sintonía con el Espíritu que necesita de atención.

Manuel Filomeno de Miranda, en el Prólogo de Cadenas Rotas, al trazar el perfil de un equipo mediúmnico define el campo de acción de los médiums y adoctrinadores llamando la atención sobre las cualidades específicas de unos y otros. A partir de esas enseñanzas, no vemos la forma de flexibilizar el campo de acción de los participantes, para que ellos hagan de todo.

A pesar de todo, si hubiese necesidad de ese servicio, los Guías Espirituales pueden modificar el campo de sintonía de un médium, de tal modo que él pase a ser un adoctrinador, pero este hecho se dará de modo permanente y duradero, y en esos casos la persona cambiará efectivamente de función, pero nunca se deberá ejercer ambas funciones simultáneamente.

( Continúa....)

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LA PAZ NACE EN EL HOGAR

 

¿Usted se dio cuenta de que las guerras, tanto como la violencia, en sus múltiples caras, nacen dentro de los hogares?

En tesis, es en el hogar  donde aprendemos a ser violentos o pacíficos, viciosos o virtuosos.

Sí, porque  cuando el hijo llega contando que un colega le golpeó, los padres  le mandan que el también golpee al agresor.

Muchos padres aun hacen más, diciendo: “hijo mío no traiga desaforo para cas”; "Si se toma la calle, recoger de nuevo en casa!"

Si el hijo se queja que alguien le insulto con palabrotas, después recibe la receta de la venganza: “haga lo mismo con el”. “vénguese”, "No se conforme con menos."

Cuando el amiguito toma el juguete del hijo, los padres interceden diciendo: ¡“tire de él, usted es más fuerte”, “no sea bobo”!

Esas actitudes son muy comunes, y los hijos que crecen oyendo esas máximas, solo no aprenden la lección  si son deficientes mentales, o si fueran espíritus superiores, lo que es raro en la tierra.

Lo que generalmente, acontece es que aprenden la lección y se tornan ciudadanos agresivos, orgullosos, vengativos y violentos. Ingredientes perfectos para fomentar guerras y otros tipos de violencias.

Si, al contrario, los padres orientasen al hijo con consejos sabios, como: perdone, tolere, comparta, ayude, colabore, olvide la ofensa, no pase recibo para la agresividad, los hijos ciertamente crecerían alimentando otra disposición íntima.

Serian ciudadanos capaces de lidiar con las propias emociones y darían otro colorido a la sociedad de la cual hacen parte.

Formarían una sociedad pacifica, pues cuando una actúa frente a la agresión, en lugar de reaccionar, la violencia no se  propaga.

La paz solo será  una realidad, cuando los hombres sean pacíficos, y eso solo acontecerá invirtiéndose en la educación de la infancia.

Los padres tal vez no se hayan dado cuenta de eso, más la mayoría de los vicios también son adquiridos puertas adentro de los hogares.

Es el padre incentivando el hijo  a beber, a fumar, a prostituirse, de las más variadas formas.

Es la madre vistiendo a la hija con ropas que despiertan la sensualidad, la vanidad, la liviandad.

 Niñas, desde los tres años, ya están vestidas como si fuesen mozas, con ropas y maquillajes que las madres quieran  darles.

Eso hará toda la diferencia más tarde, cuando esos niños y niñas estén ocupando sus posiciones de ciudadanos en la sociedad.

Entonces veremos al político agrediendo al colega frente a las cámaras, midiendo fuerzas y perdiendo la compostura.

Veremos a la mujer vulgarizada, desvalorizada, exhibiendo el cuerpo para ser popular.

Lamentablemente muchos padres no concordaran con esa realidad y continúan sembrando simientes de violencia y vicios en el reducto del hogar, que debería ser un santuario de bendiciones.

Ya es hora de pensar con más serenidad a ese respecto y tomar actitudes para cambiar esa triste realidad.

Es hora de comprender que si quisiéramos construir un mundo mejor, los cimientos de esa construcción deben tener sus bases firmes en el hogar.

* * *

 ¡Piense en eso!

Jesús nuestro hermano mayor, nos trajo la receta de la paz. Con Él podremos erguirnos, de las tinieblas a la luz. 

De la ignorancia a la sabiduría.

Del instinto a la razón.

De la fuerza al derecho.

Del egoísmo a la fraternidad.

De la tiranía a la compasión.

De la violencia al entendimiento.

Del odio al amor.

De la exhortación a la justicia.

De la dureza a la piedad.

Del desequilibrio a la  armonía.

Del pantano al monte.

Del lodo a la gloria.

Equipo de Redacción Espirita, con base al seminario ofrecido por Raúl Texeira, en el VI  Simposio  Paranaense de Espiritismo.  

 

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A  TENER EN CUENTA EN LAS REUNIONES MEDIUMNICAS

 ( Parte 8ª )

                           


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 En la cuestión dieciséis entramos en el apartado de la dirección y adoctrinamiento y nos esclarece que el DIRIGENTE ENCARNADO  HA DE SER CON EXPERIENCIA EN EL ADOCTRINAMIENTO, CONOCIMIENTO DOCTRINARIO Y LIDERAZGO NATURAL, CAPAZ DE EJERCER LA AMISTAD SIN PRIVILEGIOS, Y DE ORIENTAR CON BONDAD Y FIRMEZA.

Esos requisitos no son todos los atributos de la función del dirigente. Allan Kardec se refiere con énfasis a la superioridad moral como condición indispensable para inspirar respeto a los Espíritus inferiores (El Libro de los Médiums, tema 279). 

León Denis propone que la dirección sea confiada a una persona bien dotada desde el punto de vista de las características psíquicas, con simpatía, y digna de confianza (En lo Invisible, 1ª Parte, cap. X).

Esa capacidad de atraer, congregar y estimular es propia del líder, aquello que deriva de su entusiasmo, de su ejemplo, y de su capacidad y eficacia para convencer, manteniendo la participación, pero es preciso que ese liderazgo no sea impuesto, sino cautivador. 

El dirigente debe ser aquel en quien los Instructores Espirituales confían, constituyéndose delante del grupo como el representante de esos Espíritus, en el plano físico.

¡Inclinación a la fraternidad! Es exactamente la cualidad de no tener preferencias, a fin de que se puedan abrir los brazos para amar a todos como a un hermano o a un padre; ese es el papel del dirigente.

El apartado diecisiete nos habla sobre las ATENCIONES A LOS ESPÍRITUS SUFRIDORES, CONDUCIDOS DE FORMA AMOROSA Y SEGURA, CON TACTO PSICOLÓGICO A TRAVÉS DE DIÁLOGOS RESPETUOSOS Y OBJETIVOS.

 En el Prólogo de Cadenas Rotas, Manuel Filomeno de Miranda propone que los encargados de dialogar con los Espíritus estén dotados de lucidez para ofrecer un campo mental armonizado, a fin de facilitar la comunicación con los Instructores desencarnados y, de ese modo cooperarán con el modelo de programa, evitando discusiones infructuosas, controversias irrelevantes e innecesarias, o información precipitada y maliciosa al atormentado que ignora el trance grave de que es víctima. 

Ante este derrotero trazado por el Benefactor, exponemos algunas observaciones fruto de la experiencia y de otras enseñanzas recibidas de los Amigos Espirituales, las cuales proponemos seguir: El diálogo con los Espíritus sufridores debe ser desarrollado en un tono de voz natural, de forma coloquial, sin esforzarse en hacerse oír por todos los componentes del grupo.

El adoctrinador no debe olvidar nunca que está conversando con un individuo que, no poseyendo ya un cuerpo físico conserva reacciones psicológicas similares a las de aquellos que aún están encarnados, necesitando, en aquel instante, una atención especial. Entonces es cuando debe transmitírsele comprensión y optimismo para que pueda superar sus dificultades en el tránsito desde la sepultura.

Por lo tanto, se deben pronunciar las palabras con profunda delicadeza para mantener el desarrollo de las vibraciones, no olvidando ser parco en palabras, pero sin autoritarismo radical en las circunstancias de atención a los Espíritus malévolos e impenitentes de la Erraticidad. Hay que evitar explicaciones doctrinarias que parezcan discursos, y sobre todo, no hacer críticas ostentosas o veladas debido al estado de sufrimiento manifestado por la Entidad comunicante que está siendo atendida.

Se debe actuar más con un sentimiento de bondad que con palabras duras; hay que dejar al Espíritu manifestarse para conocer la causa oculta del problema antes de tomar la iniciativa en la comunicación, para ayudarle correctamente.

No se debe preocupar en identificar quien es la personalidad sufridora que se comunica, pues el trabajo de intercambio espiritual tiene por base la caridad anónima.

( Continúa ....)

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  DONACIÓN DE ÓRGANOS

En las prácticas médicas de todas las especialidades, el trasplante de órganos es lo que demuestra con mayor claridad la estrecha relación entre la muerte y la nueva vida, o el renacimiento de las cenizas, como el Ave Fenix, el mitológico pájaro símbolo de la renovación del tiempo y de la vida después de la muerte. La temática "donación de órganos y trasplantes", es bastante corriente en el escenario terrenal. Sobre el asunto, las informaciones instructivas de los Benefactores espirituales no son abundantes. El proyecto genoma, las investigaciones sobre células tronco embrionarias y otras, señalan el alcance de la ciencia humana. 

Los trasplantes, en épocas pasadas llenas de casos de rechazo, se convirtieron en las prácticas modernas de recomposición orgánica. El cuidado "in vivo" de experiencias siguiendo la regeneración celular y la perspectiva de mejoría de la vida, siguen adelante por las incitantes investigaciones ensayadas. Eso hace esperanzadora la expectativa de la ciencia contemporánea. Sin embargo, el miedo a lo desconocido se cierne en la mente de muchos. Algunos espíritas recelan de autorizar en vida la donación de sus propios órganos después de desencarnar, alegando que Chico Xavier cuando afirmó "mi mediumnidad y mi vida la dediqué a mi familia, a mis amigos, al pueblo. Mi muerte es mía. Yo tengo ese derecho. Nadie puede moverse en mi cuerpo; él debe de ir para la madre tierra".  Lo dijo, porque cuando aún estaba encarnado, Chico recibió varias propuestas (inoportunas), para que su cerebro fuese estudiado después de su desencarnación. De ahí el comprensible recelo de que su cuerpo fuese profanado en ese sentido. No podemos olvidar que si hoy somos potenciales donantes, mañana podremos ser nosotros o nuestros familiares y amigos, potenciales receptores. "Para la mayoría de las personas la cuestión de la donación es tan remota y distante como la muerte. Pero para quien está esperando un órgano para el trasplante, ella significa la única oportunidad de vivir.".

Juana de Angelis, conocedora de esta importancia, resalta: "...Verdadera bendición, el tra0splante de órganos concede la oportunidad de proseguir en la existencia física, en la condición de moratoria, a través de la cual, el Espíritu continúa el periplo orgánico. Finalmente, la vida en el cuerpo es el medio para alcanzar la plenitud, que es la vida en sí misma, exultante y real".
    En entrevista para la TV Tupi en agosto de 1964, Francisco Cándido Xavier comenta el trasplante de órganos, en la opinión de los Espíritus sabios, es un problema de la ciencia muy legítimo, muy natural y debe ser llevado adelante. Los Espíritus, según Chico Xavier, no creen que el trasplante de órganos sea contrario a las leyes naturales, pues es muy natural que al deshacernos del cuerpo físico, vengamos a donar los órganos prestantes a compañeros necesitados de ellos, que puedan utilizarlos con provecho. La donación de órganos para transplantes es perfectamente legítima. Divaldo Franco certifica:  si la misericordia divina nos confiere una organización física sana, es justo y válido, después de habernos utilizasdo de ese patrimonio, ofrecerlo, gracias a las conquistas valiosas de la ciencia y de la tecnología, a los que los necesitaran, a fin de continuar en la jornada. 
 No hay, tampoco, reflejos traumatizantes o inhibidores en el cuerpo espiritual, como contrapartida a la mutilación del cuerpo físico. El donador de ojos, por ejemplo, no retornará ciego en el Más Allá. Si así fuese, ¿Qué sería de aquellos que vieron consumido su cuerpo, por el fuego, o desintegrado por una explosión?. ¿ Cuando se puede precisar que una persona está realmente muerta?
   Conforme la American Society of Neuroradiology, la muerte encefálica es un estado irreversible de cesación de todo el encéfalo y de las funciones neuronales, como resultado de un enema y la masiva destrucción de los tejidos encefálicos, a pesar de la actividad cardiopulmonar que puede ser mantenida por avanzados sistemas de soporte vital y mecanismos de ventilación". El gran asunto a remover es la muerte encefálica, porque en la vigencia de la cual, los órganos o partes del cuerpo humano, son removidos para utilización inmediata en enfermos necesitados de ellos. Estar en muerte encefálica, es estar en una condición de parada definitiva e irreversible del encéfalo, incompatible con la vida y de la cual, nadie se recupera jamás. Habiendo muerte cerebral, verificada por exámenes convencionales y también apoyada en recursos de moderna tecnología, ni los aparatos pueden mantener la vida vegetativa, por tiempo indeterminado. Es ese estado en el que se verifica la posibilidad del donante de órganos, de morir, y solo entonces sus órganos, pueden ser aprovechados- ya que órganos sin irrigación sanguínea no sirven para trasplantes. ¿Sería la eutanasia?. Evidentemente que, caracterizar el caso como tal, carece de argumentación científica para condenar el trasplante de órganos: la eutanasia en modo alguno, encajaría en esos casos de muerte encefálica comprobada. La medicina, en todo el mundo, tiene como certeza que la muerte encefálica, que incluye la muerte del tronco cerebral, solo tendrá constatación a través de los exámenes neurológicos, con intervalo de seis horas y uno complementario. Así, cuando sea constatada la cesación irreversible de la función neuronal, ese paciente estará muerto, para unanimidad de la literatura médica.
   Otra cuestión que a menudo es levantada, es el rechazo del organismo después de la cirugía. Chico Xavier nos explica: André Luiz considera el rechazo como un problema claramente comprensible, pues el órgano del cuerpo espiritual está presente en el receptor. El órgano periespiritual provoca los elementos de defensa del cuerpo, que los recursos inmunológicos del futuro próximo, naturalmente,  van a detener o a cohibir.
   Especialistas, a partir de 1967, desarrollaron varias drogas inmunodepresoras (ciclosporina, azatiaprina y corticoides), para reducir la posibilidad del rechazo, pasando entonces los receptores de órganos a tener una mayor sobrevivencia. Estadísticamente, lo que hay es una tasa de prolongamiento de vida en los trasplantes, extremadamente elevada. Eso gracias no solo a las técnicas médicas, siempre en perfeccionamiento, sino también por los esquemas inmunodepresores que se desarrollaron y ampliaron considerablemente, existiendo actualmente esquemas que llevan al cero por ciento (0%) el rechazo celular agudo en la fase inicial del trasplante, que es cuando suceden. 

André Luiz, explica que cuando la célula es retirada de su estructura formadora, en el cuerpo humano, yendo a otro ambiente energético, ella pierde el comando mental que la orientaba y pasa, de esa forma, a individualizarse; al ser implantada en otro organismo ( por trasplante, por ejemplo), tenderá a adaptarse al nuevo comando(espiritual) que la revitalizará  y seguirá coordinando su trayectoria. Condición esa, corroborada por Joanna de Ángelis, cuando expone: ... transferido el órgano para otro cuerpo, automáticamente el periespíritu del encarnado para a influenciarlo, moldeándolo a sus necesidades, lo que exigirá del paciente beneficiado la urgente  transformación moral para mejor, a fin de que su mapa de pruebas, sea también modificado por su renovación interior, generando nuevas causas desencadenantes de la felicidad que busca y tal vez, aún no merezca. Los Espíritus afirmaron a Kardec que el desligamiento del cuerpo físico es un proceso altamente especializado y que puede demorar minutos, horas, días, incluso meses. Aunque con la muerte física no haya más vitalidad en el cuerpo, aun así hay casos en los que el Espíritu, cuya vida fue toda material y sensual, queda unido a los despojos, por la afinidad entre él y la materia. Recordemos situaciones que ocurren todos los días en las grandes ciudades: la práctica de la necropsia, exigida por la fuerza de la ley en los casos de muerte violenta o sin causa determinada: se abre el cadáver, de la región del esternón hacia el bajo vientre, exponiéndose las vísceras torácico abdominales. No se puede perder de vista la cuestión del mérito individual. ¿ Estaría el destino de los Espíritus desencarnados a merced de la decisión de los hombres de retirarles los órganos para trasplante, en cremarles el cuerpo o en cortar las vísceras por ocasión de la necropsia?. El buen sentido y la razón gritan que eso no es posible, por cuanto que eso sería admitir la justicia del acaso y,  ¡ la casualidad no existe!.

En síntesis, la donación de órganos para trasplantes no afectará al espíritu del donante, excepto si creemos injusta la Ley de Dios  y estamos en el Orbe a la deriva de Su Voluntad.

Recordemos que en los Estatutos del Padre, no hay espacio para la injusticia y el trasplante de órganos (hazaña de la ciencia humana), es valiosa oportunidad de entre tantas otras colocadas a nuestra disposición para el ejercicio del amor.

Jorge Hessen

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