viernes, 8 de noviembre de 2024

Ayuda de los Cielos

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Apariciones y milagros ( 1 de 2 partes)

2.- Apariciones y milagros ( 2  de 2 partes)

3.- Espiritismo, ciencia del Alma

4.- Ayuda de los Cielos

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                APARICIONES Y MILAGROS 

           (1 de 2 partes)


Entre las noticias que aparecen en algunos medios, de tarde en tarde, llamando poderosamente la atención de las gentes, incrédulas y escépticas en su mayoría, y también algunos demasiado crédulos y dispuestos a ver hechos extraordinarios y misteriosos, en donde si hay algo, suele tener finalmente una explicación lógica y racional.

Me refiero aquí a las “apariciones Marianas”, o  manifestaciones milagrosas o celestiales, relacionadas con la fe  de las religiones cristianas.

Curiosamente, cuando en nuestra civilización occidental, la Iglesia Católica interviene en la definición o aceptación de este tipo de sucesos marianos,  en principio raramente los acepta como tales, aunque finalmente termina aceptándolos y añadiéndolos en su  “ vademecum” de apariciones milagrosas;  en ese supuesto, oficialmente estamos, sin embargo, ante un caso de Manifestación Mariana o Milagro. Pero si por algún motivo estas supuestas apariciones contradicen o molestan algún dogma establecido, o lo consideran algo confuso, o no conviene por el momento que atraviesa la sociedad o la misma Iglesia, entonces el milagro pasa a dormir a la cola del reconocimiento milagroso oficial, esperando que pase el tiempo, en espera de que algún día, otros Cardenales o Papas, hereden esa “patata caliente” y le den alguna solución. Otras veces zanjan tajantemente el asunto afirmando que esos hechos fueron obra del demonio, o bien, sencillamente lo ignoran, como si nunca hubiese sucedido.

Así sucedió, por ejemplo, en el año 1994, cuando en la ciudad de Civitavecchia (Italia), una imagen de la Virgen “lloró sangre”. Un busto hecho en escayola de la Virgen que , según se dijo, había aparecido uno de aquellos días en Medjugorje        (  antigua Yugoeslavia). Este busto, ubicado en el jardín particular de un feligrés de aquella parroquia, y que fue llevado allí por el cura párroco de la misma, ante la sorpresa de casi todos los medios de comunicación, un día “ lloró sangre”, que después de ser analizada, resultó ser verdadera, del tipo humano, aunque correspondiente a un varón.¿?

Entre la perplejidad de algunos altos cargos de la Iglesia y el escepticismo de la mayoría de la gente, saturada de otras noticias de toda índole que como cortinas de humo, aparecen a diario en este loco y agitado mundo,  para ocultar otras más reales o trascendentes, siempre hay, sin embargo, una minoría devota y exaltada, deseosa del “milagro” que alimente su fe y la “fe del mundo”; personas más “papistas” que el Papa, enseguida hablaron de “milagro de nuestra Madre del Cielo” que lloraba lágrimas de sangre por el dolor que siente a causa de  sus hijos descarriados para que “despierten”.

Aquí nos encontramos con lo de siempre en muchos casos comunes: Unos hechos paranormales-que no milagrosos-, de videncia o de manifestación de Entidades Espirituales, existentes en algún otro plano espiritual, y que se manifiestan por medio de videncias de médiums, o se llegan a  materializar  a través de algún médium con esa clase de facultad.

 Ante hechos de esta índole, una de dos: O los hechos son auténticos o no lo son. Partamos aquí del supuesto de que sean auténticos, porque si no estaríamos ante otro lamentable caso de fraude por oscuros intereses que aquí descartamos, pues no se debe pensar a priori negativamente de las personas, seguramente de buena voluntad, cuando se ven implicadas en estos hechos.

En todo caso, aunque el fenómeno sea auténtico, no estamos ante un “milagro”, pues el auténtico milagro realmente supondría  una derogación y alteración  temporal y extraordinaria de las leyes naturales creadas por Dios, que de este modo podría manifestar o demostrar  su poder para impresionar al ser humano; sencillamente, el milagro, como tal, es absurdo,  no existe.

Dios, infinita perfección, creó unas leyes naturales perfectas, que rigen y gobiernan toda la Creación, por lo que Dios- Ser infinitamente perfecto, creador de todo cuanto existe-, no sería tan perfecto si tuviese que recurrir al milagro, como quien monta un número de prestidigitación para levantar  la admiración de su público. Si Dios fuese tan inestable y así rompiese la perfección y  armonía de su Creación por medio de los fenómenos milagrosos  para impresionar o asustar al hombre, no sería Dios, sino solamente un ser tan imperfecto y vanidoso como lo es el ser humano.

A propósito de esto, veamos la opinión de Allan Kardec, expresada claramente en su obra “El Génesis” :

“ …. Apoyándose el Espiritismo en el razonamiento de que Dios no hace nada inútilmente, emite la siguiente opinión: los milagros no son necesarios para la glorificación de Dios. Nada en el Universo se aparta de las leyes generales. Dios no hace milagros, porque al ser sus leyes perfectas, no necesita derogarlas. Si hay hechos que no comprendemos, es porque nos faltan aún los conocimientos necesarios”.

Entiendo que si los hechos referidos no se pueden catalogar dentro de los inexistentes milagros, si pueden, sin embargo, encontrar su clasificación como fenómenos paranormales de materialización y también  de aportes, o fenómenos espíritas de materialización y aporte de sangre humana en este caso, sobre un busto de escayola que, evidentemente, no tiene vasos sanguíneos.

El mecanismo de esta clase de fenómenos, siempre requiere el concurso de una mente que podría ser encarnada ( como es el caso de la aparición en ciertos médiums de los “estigmas de la Pasión de Cristo”)  o también  desencarnada, como parce ser el caso que nos ocupa de la imagen de Civitavecchia.

Este complejo fenómeno, requiere el concurso de Espíritus y de médiums : en primer lugar, los espíritus  tienen concedido el poder para causas la desmaterialización de determinado objeto ( sólido o líquido) en determinado lugar; inmediatamente el transporte del mismo en la distancia física, por larga que esta sea; y seguidamente la materialización temporal de tal objeto. Este proceso, no sabemos cómo lo llevan a cabo, pero la cuestión es que en la historia humana se ha producido  muchas veces  aunque desconozcamos su mecánica.

El caso de la imagen de Ckvitavecchia  parece ser uno más de tantos como aparecen en la historia, tal como narra el Evangelio cuando relata otros casos de materializaciones, como cuando Jesús convirtió el agua en vino, o multiplicó “milagrosamente” los panes y los peces, o cuando Él mismo apareció andando sobre las aguas o después de su“resurrección”;  asimismo otros casos que quedaron en la historia de lo paranormal, tal como la repetida y mantenida materialización del Espíritu de Katie King ante su investigador el científico, Sir Williams Crookes, junto a otros testigos, que le tomaron varias fotografías como prueba para la posteridad; o también el caso del joven médium Agnes Nichol, que ante numerosos asistentes a una sesión mediúmnica, materializó gran cantidad de flores que cayeron sobre la mesa, según atestiguo el Dr. Alfred Rusell Wallace, o por ejemplo el caso del lirio gigante, con maceta incluida, que materializó la médium Mme. D´Esperance. También son casos de materialización de las “Sagradas Formas", las llamadas “comuniones místicas” en las que se ha visto la aparición de la hostia sobre la lengua del vidente en ciertas Apariciones Marianas ( el caso de las niñas videntes en las apariciones de Garabandal (España).

. José Luis Martín-

( continúa....)

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                  APARICIONES Y MILAGROS 

           (2 de 2 partes)

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( continuación del anterior)         

                                      Entidad materializada Katie King con William Crookes

Como podemos apreciar aquí, se podría considerar que hay dos clases de materializaciones: Las que se refieren al propio perispíritu de una Entidad espiritual, y las que se refieren a la materialización de objetos- sólidos o líquidos-, diversos. En todo caso, tras la materialización y el aporte de lo materializado, siempre hay, más o menos temprano, una desmaterialización, por la que desaparece o se deshace lo materializado que  parece ser que regresa o vuelve a aparecer en su lugar de procedencia.

Hay que señalar también, que no todas las apariciones de Entidades espirituales son materializaciones, pues en la mayoría de las veces se trata de simples visiones de Espíritus por parte de personas con una mediumnidad de videncia.

Una vez definidos y comentados estos casos fenoménicos, surge la pregunta: ¿ Por qué se producen?, ¿Qué pretende este hecho extraordinario decir o demostrar?.

Estos hechos, por su pretendido carácter “sobrenatural” inducen a hacer creer ( sobre todo al crédulo inclinado a ello), su procedencia Divina, para reafirmar  su autenticidad y credibilidad, como sucede en  estas apariciones Marianas.

Siendo esto así, solo queda ir al fondo del asunto: ¿ Qué dice la Virgen aparecida en estas apariciones?, ¿ Cual es el mensaje que busca respaldo de autenticidad en el milagro?.

Ante estos interrogantes, siempre venimos encontrando parecidas respuestas en una serie de “mensajes” y órdenes de carácter, entre moral o místico y absurdo, casi siempre con un tono amenazante de “ultimátum” para el género humano, anunciando los más terribles castigos materiales de exterminio y muerte ( como si la muerte del Espíritu existiese), y hasta amenazando con  las penas del  “fuego eterno” en el infierno, pero eso sí,  siempre ajustados a la más tradicional credulidad dentro de los cánones del dogma religioso establecidos por la Iglesia Católica.

Creo que después de analizar estos contenidos, se puede conocer al árbol por sus frutos, pues cuando hablan de “la paciencia de mi Hijo se está colmando”, o “ya no puedo sujetar por más tiempo el brazo de su justicia”, o “rezad el rosario el primer viernes de mes”. O “levantad una capilla en este lugar”, o “besar el suelo”, o “terribles castigos van a venir sobre la humanidad”, etc etc., podemos llegar a la única conclusión de que nos encontramos ante unas manifestaciones espirituales, si, pero no precisamente de la Virgen María, ni de Jesús, ni de ningún Ángel o Espíritu Elevado, sino de Entidades burlonas del llamado “Bajo Astral”, que así pretenden engañar y divertirse a costa de la credulidad e inocencia religiosa de muchas personas, y sin ningún  escrúpulo por mixtificar y hacerse pasar por elevadas Entidades Espirituales, como sucede con el caso de algunas apariciones y “milagros” de María, la madre de Jesús Cristo.

Dios sobre todo es Amor, y como tal, no se puede concebir que ande amenazando al ser humano, ni que envíe a sus ángeles a indicarnos que se practiquen tales absurdos, ni tales ceremonias religiosas que también rayan en lo más absurdo, como si es que Dios fuese de tal o cual religión, o tuviese preferencia por alguna de ellas, en detrimento de las demás, en este pequeño e insignificante mundo nuestro.

A propósito de esto, ¿ qué nos dice el Espiritismo?

En la cuestión 654 de “El Libro de los Espíritus”, pregunta: ¿ Da preferencia Dios a los que le adoran de tal o cual manera?. Respuesta: “Dios prefiere a los que le adoran desde lo íntimo del corazón, con sinceridad, haciendo el bien y evitando el mal, antes que aquellos que creen honrarle con ceremonias que no les hacen mejores para con sus semejantes. Todos los hombres son hermanos e Hijos de Dios, quien llama a Sí a todos los que cumplen sus Leyes, cualquiera que sea la forma como se expresen…”

La amenaza, el “castigo”, la “cólera divina”, son aspectos negativos que revisten y acompañan los mensajes de estas apariciones, que se pretenden refrendar como “milagros”. Los milagros  serían para modificar las imperfecciones de las obras Divinas,  contrarias a la Infinita Perfección de Dios- nuestro Padre- que como señalo más arriba, esencialmente es Amor y Perfección, y de la Perfección Absoluta no puede proceder la imperfección o lo negativo, como lo serían las amenazas o la “cólera”.

Dios está en el fondo de nosotros mismos, de nuestros corazones, por lo que el hombre, cuando profundiza en sí mismo, lo encuentra en lo profundo  de su Ser, y así, con su mediación,  es capaz de realizar o causar estos fenómenos paranormales, pero totalmente naturales,  llamados “milagros”, que asombran a los demás por no conocer la mecánica de las leyes a que obedecen. Entonces el hombre en su orgullo, cree saberlo todo y ante el fenómeno que ve pero no comprende cómo se produce ni por qué se produce, en vez de reconocer humildemente su ignorancia, enseguida lo etiqueta de “milagro”, creyendo de paso hacer un favor a Dios cuando le atribuye el papel de mago prestidigitador.

Por último, es de señalar que entre muchas personas religiosas muy crédulas, las hay predispuestas a creer siempre, a cada paso, en los maravillosos milagros que hace Dios, ante hechos simples y frecuentes que suelen suceder sin  mayor explicación, como por ejemplo la mejoría de un enfermo grave, o que en un accidente grave, alguien se salvó de la muerte, o que estando en apuros económicos vino el premio de la lotería, etc.  Y es que en realidad, bajo ese criterio, la vida misma en sí, es toda un milagro .

En resumen, ante estos temas debemos aplicar el sencillo consejo que nos da la filosofía espirita en la cuestión  631 de “El Libro de los Espíritus”, cuando Allan Kardec pregunta al Espíritu: “ ¿ El hombre, por sí mismo, tiene medios para distinguir lo que es bueno de lo que es malo?. Respuesta: Sí, cuando cree en Dios y quiere saberlo. Dios le ha dado la inteligencia para discernir lo uno de lo otro”.

-         José Luis Martín-

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         ESPIRITISMO, CIENCIA DEL ALMA                                                  




En la Introducción de la Revista Espirita, inaugural, de enero de 1858, Allan

Kardec escribió:


“Tal vez nos objeten la calificación de ciencia que damos al Espiritismo. Él no podría, sin duda, en algunos casos, tener los caracteres de una ciencia exacta, y ahí está, precisamente, el error de aquellos que pretenden juzgarlo y experimentarlo como un análisis químico, como un problema matemático: ya es mucho que tenga lo de una ciencia filosófica.


Toda ciencia debe estar basada sobre hechos; pero sólo los hechos en sí no constituyen la ciencia; la ciencia nace de la coordinación y de la deducción lógica de los hechos: es el conjunto de leyes que los rigen ¿El Espiritismo llegó al estado de ciencia? Si se trata de una ciencia perfecta, sin duda, sería prematuro responder afirmativamente; pero las observaciones son, desde hoy, bastante numerosas como para poder, por lo menos, deducir los principios generales, y es ahí donde comienza la ciencia”.


Siempre se cuestionó lo que Allan Kardec quería decir como “ciencia filosófica”. Por el desarrollo de la cultura se puede admitir, sin miedo a equivocarse, que “ciencia filosófica” es, en verdad, lo que se convino en llamar de “ciencias humanas”, ramas del conocimiento, de investigación dirigidas hacia la persona humana, con parámetros y métodos propios, paralelamente a las ciencias físicas, a las ciencias duras, exactas.


Por lo tanto al llamar el Espiritismo de Ciencia del Alma, proponiendo que sea configurado en las bases de una ciencia humana específica y especial, estamos acompañando el pensamiento del fundador del Espiritismo.


Entonces, el Espiritismo es una ciencia del alma, una ciencia humana cuyo objeto es explicar el ser humano como un alma, su estructura, su actuación y su evolución.


Con ese carácter puede desarrollar un espíritu crítico y explorar la realidad esencial del ser humano dentro de la ley natural, de la naturalidad de los procesos evolutivos, a través de la reencarnación, como un alma atemporal, inmortal y en crecimiento.

 

 Jaci Regis

Recibido a través del Canal de CEPA

Traducción: Pura Argelich

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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                         AYUDA DE LOS CIELOS



                                                                        
                                                                         
¿Cuántas veces usted miro a una pareja, paseando con las manos entrelazadas o abrazados y se pregunto como ellos pueden amarse, siendo tan diferentes?

 ¿Cuántas veces pensó como aquella mujer tan elegante puede amar a aquel hombre con aire tan torpe? ¿O como aquel hombre tan guapo, pareciendo un dios de la belleza puede amar a aquella mujer tan destituida de atractivos?

Toda vez que esas ideas nos atraviesan la mente, es porque estamos juzgando el amor por el exterior. Más, ya decía el escritor de El pequeño príncipe: “Lo esencial es invisible para los ojos.” A propósito, se cuenta que el abuelo del conocido compositor alemán Mendelssohn, estaba muy lejos de ser guapo. Moses era bajo y tenía una joroba grotesca. Un día, visitando a un comerciante en la ciudad de Hamburgo, conoció a su linda hija. Y luego se apasiono perdidamente por ella.

 Entretanto, la moza al verlo, enseguida lo repelió. Aquella apariencia deforme casi la enojó. A la hora de partir, Moses se lleno de coraje y subió las escaleras.

Se dirigió al cuarto de la moza para hablarle. Deseaba tener su última oportunidad de hablar con ella. La joven era una visión de la belleza y Moses quedó entristecido porque ella se rehusaba hasta incluso a hablar con él.

Tímidamente, él le dirigió una pregunta muy especial: ¿Crees en el matrimonio arreglado en el cielo?" ¡Mirando fijamente al suelo, ella respondió: "Yo creo!" “Yo también creo” – afirmó él.

Moses – “Sabe, creo que en el cielo, cuando un niño se va a preparar para nacer, Dios le anuncia la niña con quien va a casarse. Pues cuando yo me preparaba para nacer, Dios me mostró mi futura novia. Ella era muy bonita y el buen Dios me dijo: “Su mujer será bella, con todo tendrá una joroba”. Inmediatamente, yo le supliqué: “Señor, una mujer con una joroba será una tragedia. Por favor, permite que yo sea el jorobado y que ella sea perfecta.”

En ese momento, la joven, emocionada, miro directamente a los ojos de Moses Mendelssohn.

Aquella era la más extraordinaria declaración de amor que ella jamás imaginara recibir.

Lentamente, extendió la mano para él y lo acogió en el fondo de su corazón. Se casó con él y fue una devota esposa.

El amor verdadero tiene lentes especiales para ver al otro. Ve, más allá de la apariencia física, la esencia. Y así, ama lo que es real. La apariencia física puede modificarse en cualquier momento. La belleza exterior puede sufrir muchos accidentes y modificarse, repentinamente.

Quien valora lo interior del otro es como un hábil especialista en diamantes que mira la piedra bruta y consigue descubrir el brillo de la preciosidad. Es como el artista que acaricia el mármol, percibiendo la imagen de la belleza que el encierra en su intimidad. Ese amor atraviesa los portones de esta vida y se eterniza en el tiempo, teniendo capacidad de acompañar al otro en muchas experiencias reencarnatorias. Esto es el verdadero amor.

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En el amor, el hombre sublima los sentimientos y marcha rumbo a la felicidad. En la perfecta identificación de las almas, el amor produce la bendición de la felicidad en régimen de paz.

Redacción de Momento Espirita.

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