domingo, 7 de septiembre de 2014

¿La muerte modifica los valores del Ser espiritual?


¿La muerte modifica los valores del Ser espiritual?    




Se suele alabar mucho y a veces hasta homenajear a las personas después de su fallecimiento, resaltando algunos valores positivos que t es, y sin embargo durante su vida aun teniéndolos, tal vez, pasaron desapercibidos. Es como si la muerte pudiese descubrir o amplificar unos valores o virtudes que en vida pasaron inadvertidos y solo suelen ser reconocidos después a título póstumo.                                                                                                                                                                                                                  Mausoleo de Allan Kardec en Paris
Los seres humanos, en general,solemos ser bastante  ingratos con los demás y solo           cuando se nos van definitivamente con la muerte, tal vez para tranquilizar  la conciencia, se les intenta compensar por nuestra ingratitud o nuestra falta de consideración cuando vivían, mediante homenajes, halagos y alabanzas, unas veces ciertas y justas y otras veces exageradas y hasta figuradas .
Las flores y homenajes que se han de llevar un día ante la tumba de quién ya se fue de este mundo, no debiéramos esperar hasta entonces para ofrecerlos, sino que debemos hacerlos llegar hoy, cuando todavía están entre nosotros y podemos expresarles la gratitud, Amor o consideración que se merecen. Mañana puede ser demasiado tarde.
El homenaje a los caídos, está bien rendirlo, y es justo porque siempre se debe un recuerdo de cariño y gratitud a los que pasaron por el mundo, independientemente del tamaño de sus méritos o la clase de creencias que sostenían. El homenaje del buen recuerdo y las buenas palabras deben de ser siempre para exaltar sin exagerar , lo que realmente se esforzaron en hacer por los demás cuando vivieron en este mundo, como muestra del amor, respeto o consideración que merecen y por el buen ejemplo para los que quedaron.
Pero a veces todavía resulta mas justo cuando el homenaje y la exaltación de valores , como la bondad, el esfuerzo o la dedicación, se rinde merecidamente a quienes han procurado luchar por los demás o hacer algo, cualquier cosa positiva, y todavía viven entre nosotros . Por el contrario, los posibles aspectos negativos del finado, ( aspectos que todos poseemos en mayor o menor grado), deben quedar soslayados por la exaltación de sus aspectos y obras positivas. Nuestra obligación moral es siempre ayudar al prójimo, aunque creamos que humanamente no lo merece, porque si Dios perdona siempre y nos sigue dando tantas y tantas posibilidades, ¿Por qué, tendríamos nosotros que emplear una dureza con los demás, que el mismo Padre-Dios no emplea, sino solo Su Amor?.
La realidad es que el paso por la muerte a nadie vuelve mejor ni peor. Continuamos existiendo y aunque ya no tengamos esta realidad física, moralmente seguimos siendo los mismos, pues la muerte no cambia en absoluto al Ser en cuanto a sus conocimientos intelectuales , valores, virtudes, defectos y hasta en muchas ocasiones, creencias.

- José Luis Martín -

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Si fue buena tu vida, no será mala tu muerte.¿Ignoras que la muerte es el eco del vivir?.¿Por qué dudaría la fruta madura en desprenderse del arbol?.La muerte no retoca tu alma: revela apenas lo que la vida fotografió”
  -Humberto Rhoden –

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   LA MISIÓN ENCOMENDADA A ALLAN KARDEC

              Mi Misión

Entrevista realizada por Allan Kardec al Espíritu de Verdad, el día 12 de junio de 1858, realizado en la Casa de Mr. C... , por la médium Mlle. Aline C...

Pregunta: (al Espíritu de Verdad). Buen Espíritu, desearía saber que pensáis de la misión que me ha sido asignada por algunos Espíritus: ¿querríais decirme, os lo ruego, si esto es una prueba para mi amor propio? Yo tengo, bien lo sabéis, el más grande deseo de contribuir a la propagación de la verdad; pero de la condición de simple trabajador a la de misionero en jefe, la distancia es grande, y no comprendo con que se puede justificar en mí, tal favor y preferencia sobre tantos otros poseedores del talento y cualidades que yo no tengo.

Respuesta. Confirmo lo que se te ha dicho, pero te aconsejo hagas acopio de discreción si quieres salir airoso. Más tarde sabrás cosas que te explicarán lo que hoy te sorprende. No olvides que puedes triunfar como puedes sucumbir; en este último caso, otro te reemplazaría, porque los designios de Dios no descansan sobre la cabeza de ningún hombre. No hables pues, jamás, de tu misión; este será el mejor medio para que no sucumbas. Ella no puede ser justificada sino por el cumplimiento de las obras, y tú no las has comenzado todavía. Si la cumples, los hombres sabrán reconocerlo tarde o temprano, que por los frutos es por lo que se reconoce la cualidad del árbol.

P: Reconozco mi nulidad para engreírme con una misión que me apena; pero si he sido destinado para servir de instrumento a los designios de la Providencia, que se disponga de mí. En este caso, reclamo vuestra asistencia y la de los buenos Espíritus para que me ayuden y me sostengan en la empresa.

R: Nuestra asistencia no te faltará, pero si por tu parte no hicieras lo necesario, será inútil. Tienes libre albedrío y debes usar de él según entiendas; ningún hombre está fatalmente obligado a nada.

Pregunta. ¿Que causas podrían hacerme naufragar? ¿Mi insuficiente capacidad?

R: No; pero la misión de los reformadores está llena de escollos y peligros. La tarea es ruda, te lo prevengo, porque has de agitar, remover y transformar al mundo entero. No creas que sea suficiente el que escribas uno, dos ni diez libros para conseguirlo, ni que luego te quedes disfrutando de reposo; nada de eso; sublevarás contra ti enemistades temibles; enemigos encarnizados se conjugarán para perderte; serás objeto de la malquerencia, de la calumnia, de la traición misma de aquellos que te parecerán los más leales; tus mejores instrucciones serán desconocidas y desnaturalizadas, y más de una vez caerás rendido de fatiga; en una palabra, será una lucha constante y personal la que habrás de mantener, y a ella tendrás que sacrificar tu reposo, tu tranquilidad, tu salud y hasta tu vida, porque sin esa lucha vivirías más largo tiempo. Y bien; más de uno retrocede cuando, en lugar de una senda de flores, sólo encuentra a su paso enmarañados espinos, guijarros agudos y reptiles. Para tales misiones, la inteligencia no es suficiente; hace falta, para complacer a Dios, la humildad, la modestia, el desinterés, aquello que abate a los orgullosos, a los presuntuosos y a los ambiciosos; para luchar contra los hombres hace falta el valor, la perseverancia y la firmeza inquebrantable no menos que la prudencia y el tacto para conducir las cosas por sus verdaderos derroteros y no comprometer los resultados con frases intempestivas y entusiasmos prematuros; hace falta, en fin, no tener voluntad propia, estar dotado de abnegación y estar dispuesto a todos los sacrificios.

Ve, pues, cómo tu misión está subordinada a las condiciones que dependen de ti.

El Espíritu de Verdad

Yo, (Allan Kardec) Espíritu de Verdad, os agradezco los muy sabios consejos que acabáis de darme. Acepto todo sin restricción y sin ideas preconcebidas.

¡Señor! Si os habéis dignado fijar los ojos sobre mí, para el cumplimiento de vuestros designios, que vuestra voluntad se cumpla. Mi vida está en vuestras manos; disponed de vuestro servidor. En presencia de una tarea tan colosal, reconozco mi debilidad. Mi buen deseo no faltará, pero puede ser que mis fuerzas me traicionen. Suplid mi insuficiencia, dadme las fuerzas físicas y morales que me sean necesarias. Sostenedme en momentos difíciles, y con vuestra ayuda y la de vuestros celestes mensajeros, me esforzaré por responder a vuestros designios.

Nota. - Esto lo escribía el 19 de enero de 1867. Diez años y medio después de habérseme dado ésta comunicación, he comprobado que se realiza en todas sus partes, porque he pasado por todas las vicisitudes que me fueron anunciadas.

He sido objeto de odio para mis enemigos encarnizados; he sufrido la injuria, la calumnia, la envidia y los celos; libelos infames han sido publicados en contra mía; mis mejores instrucciones las he visto desnaturalizadas; la traición de aquellos en quienes deposité mi confianza no me ha faltado, y sólo ingratitudes recibí en premio de los que gozaron de mis servicios. La Sociedad de París ha sido un foco continuo de intrigas urdidas por aquellos que más decían estar conmigo y que me halagaban tanto de presencia como a espaldas me deprimían. No ha faltado quien ha dicho que los que tomaban mi partido, estaban sobornados por mí con el dinero que del Espiritismo sacaba. No he conocido el reposo; más de una vez he caído rendido por exceso de trabajo, mi salud ha sido alterada y mi vida comprometida.

En tanto, gracias a la protecci6n y asistencia de los buenos Espíritus que sin cesar me han dado pruebas de su solicitud, puedo reconocer que hasta esta hora no he experimentado ni un solo instante de desfallecimiento y que he perseverado constantemente en mi obra con el mismo ardor del primer día, sin preocuparme de la malevolencia de que sea objeto. Después de la comunicación del Espíritu de Verdad, yo debía atenerme a todos sus consejos y previsiones, y todo se ha cumplido.

Pero, al lado de todas estas vicisitudes, ¡qué satisfacciones no he experimentado viendo cómo la obra se ensanchaba de una manera prodigiosa!

¡Con qué creces no han sido compensadas mis tribulaciones! ¡Qué de bendiciones, qué de testimonios de verdadera simpatía no he recibido de parte de numerosos afligidos a quienes la doctrina ha consolado! Este resultado no me había sido anunciado por el Espíritu de Verdad, quien, sin duda deliberadamente, no quiso mostrarme más que las dificultades de la empresa. ¡Cuánta no sería mi ingratitud, pues, si me condoliera de mi suerte! Si dijera que el bien y el mal resultaron equilibrados, faltaría a la verdad, porque el mal fue por mucho sobrepujado por el bien. Cuando recibía una decepción, una contrariedad cualquiera, me elevaba con el pensamiento por encima de la humanidad, penetraba por anticipado en la región de los Espíritus, y desde este lugar culminante desde donde descubría mi obra, las miserias de la vida resbalaban sobre mí sin hacerme daño. Me habitué tanto a esto, que los gritos de la injusticia jamás ofuscaron mi razón. 

(Extraído del libro «Obras Póstumas», Allan Kardec,
publicado en París,1890)

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FE Y CUESTIONAMIENTO

El tiempo, este caminante de la convención humana, que marca los hechos, con inexorable secuencia, determina que los conocimientos estén en constante avance, donde paulatinamente, vamos desmenuzando las ignorancias milenarias, rumbo a la conciencia universal.
Entretanto, teologías de diversas religiones dogmáticas, insisten en continuar aparcadas. Cuando leemos los discursos de los que dicen sembrar "la palabra de Dios" se comprueban que están detenidos en el tiempo.
Por esta actitud, la Doctrina Espirita está sujeta a constantes amonestaciones, que parten de estas agremiaciones exclusivistas y sectarias.
¿Qué llevan a estas religiones, a adoptar estos procedimientos estancadores del conocimiento, el cual es dinámico?
Buscamos en el ilustre pensador J.Herculano Pires, ayuda para esclarecer de, cómo y porqué el oscurantismo aún consigue florecer.
Antes, observamos que estas posiciones, enraizadas en un pasado distante e irreducible, floreadas de dogmas indiscutibles; se tornan de fácil comprensión, cuando se cambia el raciocinio lógico y el buen sentido, por la mistificación.
Esto hace que todo sea considerado como sagrado y lo ‘‘sagrado’’ es incuestionable, y por esto se llega a un punto de fe, pasando a ser la Fe, una bandera para la salvación.
Esta ánsias de salvación, por el terror a la muerte, se torna en el motivo final, para aceptar los dogmas de fe, quedando todos arrodillados, porque de lo contrario, esto llevaría a los fieles al campo prohibido del cuestionamiento, acto considerado absurdo, al igual que dudar del propio Dios o de las verdades incuestionables. Lo que traería como consecuencia, una morada definitiva en el lugar de horror y sufrimiento interminable, que es el infierno eterno.
Demostrar la dinámica de esta fe, que se recusa en provocar análisis profundo de sus creencias, de comprobada incoherencia e ilógica. Como prueba evidente de estos absurdos claustros mentales, se hace necesario aquellos que se sienten libres para ejercer el dominio sobre sus potencialidades.
Cualquier ciudadano común que se identifique religioso, en lo íntimo admite la existencia de una vida espiritual posterior a la muerte física. Algunos no poseen esta convicción en profundidad y admiten tener miedo a la muerte, en consecuencia de la poca religiosidad.
Otros se inclinan hacia ninguna fe. Una masa mórbida permanece de ojos bajos y "temeroso a Dios y al inminente castigo”, quizás esté aquí la base de la conversión de algunos presidiarios.
Todo esto es fruto, del poco conocimiento que tienen las religiones, sobre la realidad del espíritu, y esto lleva a la equivocación, al religioso vacilante, generando mistificaciones grotescas.
Wymac Uorres
Traducido por Cassio


-Adaptación de Oswaldo Porras-

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MENSAJE DE ESTE DÍA.

Factores de inseguridad
...Cuando se resuelve mal un problema, este da lugar a la aparición de otro, que deriva de él, o retorna como un desafío mayor. 

Por eso, solamente las actitudes correctas, basadas en la honradez y en la lealtad, consiguen resolver definitivamente las dificultades y los acontecimientos desagradables del trayecto.

Joanna de Ângelis / Divaldo P. Franco - Libro Vida: desafíos y soluciones - Editora LEAL
Creación: Fátima Oliveira




                                                                                                                  
                                                                                                                                                      

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