martes, 2 de noviembre de 2010

Aspectos científicos del Espiritismo (2)

2. LAS DIMENSIONES CIENTÍFICAS DEL ESPIRITISMO


El mismo Allan kardec definió el Espiritismo como

“la ciencia que estudia el origen, naturaleza y destino de los espíritus, asi como sus relaciones con el mundo corporal”. Dice también que es una ciencia de observación (estudiando las relaciones que pueden establecerse con los espíritus) y una doctrina filosófica. (lo que comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones)”. (¿Qué es el Espiritismo? – Allan Kardec)

Cotejando esta definición con los criterios científicos arriba descritos, verificamos que el espiritismo posee un objeto científico (“el origen, la naturaleza y destino de los espíritus; y sus relaciones con el mundo corporal”), porque en aquel momento ninguna ciencia se planteaba este objeto de estudio, sino que este era un tema de las religiones, del misticismo y de la superchería y no de la ciencia. También percibimos que Kardec la define, como ciencia de observación, como ciencia práctica, que como detallaremos adelante, utilizó el método experimental como las demás ciencias. El propio codificador, en “La Génesis” nos explica diciendo:

“Como método de elaboración, el espiritismo utiliza exactamente el mismo que las ciencias positivas, es decir, aplica el método experimental. Se presentan hechos de un nuevo orden que no pueden explicarse mediante las leyes conocidas: el espiritismo los observa, compara y analiza, y del efecto se remonta a las causas y de estas a la ley que los gobierna, luego deduce las consecuencias y busca sus aplicaciones útiles.

“No establece ninguna teoría preconcebida, motivo por el cual no ha formulado hipótesis sobre la existencia e intervención de los espíritus, como tampoco sobre el periespíritu, la reencarnación, ni ningún otro de los principios de la doctrina; ha terminado por ACEPTAR la existencia de los espíritus, cuando su existencia se mostró EVIDENTE a través de la observación de los hechos, y de igual manera se ha procedido con los demás principios”.

“No son los hechos que han venido a confirmar a la teoría, sino ésta es la que ha llegado posteriormente para explicar y resumir a los hechos. Es rigurosamente exacto decir que el espiritismo es una ciencia de observación y no producto de la imaginación.

Todavía más, no ha dicho, el insigne maestro Lionés, que se bastaría el Espiritismo en ser sólo una ciencia de observación, sino que era a la vez una doctrina filosófica que expresaría las consecuencias morales de las descubiertas que la primera hiciera. Lo que León Denis corrobora afirmando tajantemente que “El Espiritismo es una ciencia porque descansa sobre principios positivos de los que pueden extraerse deducciones científicas incontestables”. No es disociable ésta doble dimensión (ciencia de observación – doctrina filosófica), que para Herculano Pires es trina (ciencia – filosofía – religión).

Podemos preguntarnos en este punto: ¿Cómo ha utilizado el codificador el método científico, para investigar el imponderable y “misterioso” mundo de los espíritus ? ¿Son fiables sus hallazgos?
Para contestar con seguridad, es menester analizar el método de Kardec en la codificación y recordar quién era Él.

Fue un profesor formado en la rigurosa escuela de Pestallozi, llamado Hipollite León Denizard Rivail, agnóstico, aunque proveniente de una familia religiosa. Dedicó casi toda su vida a luchar por mejorar y humanizar más la enseñanza francesa. En esencia,siempre fue un “educador de almas”. Ha publicado numerosas obras sobre educación, muchas de ellas han sido adoptadas por las más importantes universidades Francesas. Fue llamado por Camille Flanmarion, el buen sentido encarnado.


Este profesor humanista, heredero de la más rigurosa tradición racionalista decimonónica, fue atraído por amigos suyos a asistir algunos “fenómenos insólitos” llamados mesas giratorias, con los cuales la sociedad francesa se estaba entreteniendo. ¿Qué reacción tuvo éste racionalista ante tales fenómenos? Expresó:

“Yo creeré en ello cuando lo vea y cuando se haya probado que una mesa tiene un cerebro para pensar, nervios para sentir y que puede volverse sonámbula, hasta entonces permitidme no ver en ello más que un cuento aburrido.”

Esta es la clara posición de un racionalista del siglo XIX y no de un místico o supersticioso.

Como científico que era, ha sido capaz de comprender con claridad los distintos papeles que jugaban la ciencia y el espiritismo en desvelar los enigmas y fenómenos del mundo de los “muertos”. Kardec dice:

“Las ciencias vulgares están basadas en las propiedades de la materia que a nuestro antojo podemos manipular y someter a nuestros experimentos. Los fenómenos espíritas están basados en la acción de inteligencias que, teniendo voluntad propia, nos prueban a cada instante que no se hallan a merced de nuestros caprichos. No pueden pues observarse de la misma manera, sino que hemos de colocarnos en condiciones especiales y en distintos puntos de partida, y querer someterlos a los procedimientos ordinarios de la investigación, es lo mismo que establecer analogías que no existen. La ciencia, propiamente tal, es, pues, incompetente, como ciencia, para pronunciarse en la cuestión del Espiritismo (...).

Al reconocer la incompetencia de los métodos y conocimientos científicos de que disponía la ciencia de la época, se vio forzado a crear un nuevo sistema, también científico, para afrontar el reto. Y para eso creó la siguiente metodología de investigación y control del fenómeno y de sistematización doctrinaria de sus conclusiones.

“Hasta hoy se pensaba que ese método sólo era aplicable a la materia, mientras que lo es igualmente para las cosas metafísicas”. Dice el codificador sobre eso.

1º- Elección de colaboradores mediúmnicos insospechables, tanto en lo que refiere en su aspecto moral, cuanto en lo que se refiere a la pureza de sus facultades;

2º- Análisis riguroso de las comunicaciones,(Observación rigurosa de los HECHOS) desde el punto de vista lógico, así como su cotejo con las verdades científicas demostradas, descartándose todo material que no pudiese ser justificado lógicamente”;

3º Control de las entidades espirituales comunicantes, por medio de la coherencia de sus comunicaciones y del tenor de su lenguaje;

4º Consenso universal, vale decir, concordancia de varias comunicaciones, obtenidas por diferentes médiums, en forma simultanea y en lugares diversos, acerca de un mismo tema.

Desde luego, se puede imaginar lo difícil y a la vez fascinante que pudo resultarle al lucido e inquieto pensamiento del profesor Rivail. Así que para orientarse en esta empresa de distinguir, clasificar, organizar, codificar y, al final, transmitir el conocimiento proveniente de esto “misterioso mundo invisible” se ha fijado en uno de los criterios más centrales de la ciencia, o sea, la universalidad. Nos explica en la introducción al Evangelio Segundo el Espiritismo (1863) que “ La única garantía seria de las enseñanzas de los espíritus está en la concordancia que existe entre las revelaciones hechas espontáneamente, por intermedió de un gran número de médiums, extraños unos a los otros, y en diversos lugares”.


Ahí reside la razón para afirmar que las leyes y los principios bajo las cuales se sostiene la Doctrina Espírita son universales, porque se encuentran en la naturaleza misma e independientes de la voluntad de una persona o de un grupo de ellas, más bien se encuentran inscritas en los códigos sagrados de las leyes naturales.

Comprobada la veracidad de la presencia de inteligencias desencarnadas como causa de los hechos espíritas, habría que añadir al conocido principio material y sus leyes como base de los fenómenos de la naturaleza, el principio espiritual, que desde aquel momento pasaría a ocupar un lugar en el abanico de de posibilidades explicativas de la ciencia.

El método que Kardec utilizó para la investigación de los fenómenos espíritas, como hemos demostrado, nada deja a deber a otros investigadores de otras áreas del conocimiento humano, e importante insistir en eso, fue acompañado por una comunidad de sabios de su tiempo y del nuestro, que han investigado y llegaran a las mismas conclusiones que él, como Alberto de Rochas (oficial francés, director de la Escuela Politécnica de París), Gabriel Delane, Camile Flamarión (astrónomo francés), Cezar Lombroso (criminalista italiano), Gustavo Geley (médico francés, fundador del Instituto de metapsiquico Internacional ), Zoellner (alemán), Willian Crooks (físico británico, galardonado con el premio Nobel de Química en 1907), Alexander Aksakoff (concejal de Estado de Rusia), Charles Richet (Premio Nobel de fisiología, de la Universidad de parís), Joseph Rhine (Profesor de la Universidad de Duke EEUU fundador de la parapsicología), y tantos otros que desde la segunda mitad del siglo XIX hasta hoy, siguen investigando y comprobando la realidad de los hechos, dieron base al nacimiento del moderno espiritualismo científico, como denomina Herculano Pires, y que la doctrina Espírita ha venido a inaugurar.

Sin embargo, es menester seguir indagando en las bases científicas de la Doctrina Espírita, porque no es suficiente tener un método de investigación válido. Más que nada es necesario verificar si las conclusiones de esta investigación, o sea si la teoría que se ha formulado a partir de la observación de los hechos y la enseñanza dada por los Espíritus superiores fue debilitada o destruida por el avance de las Ciencias. Así, sometamos algunos de los principales pilares del espiritismo a la siguiente pregunta: ¿El avance de la ciencia ha derribado las bases del Espiritismo?

(continúa)

No hay comentarios: