viernes, 4 de diciembre de 2009

Mancias, Astrología, etc

Qué hay de cierto en las “Mancias” y demás “Artes Adivinatorias ”?.



El Ser humano necesitó siempre creer en algo maravilloso y mágico, aunque sea en individuos que afirmen “ leer el futuro” en las manos, en los posos del café, en la bola de cristal ,en las hortalizas o en los astros.


Es evidente que en la actualidad existen dos tendencias sociales bien definidas y diferenciadas: Una son las de las personas imbuidas en una especie de corriente de credulidad colectiva en tantas “Mancias” , adivinaciones, fe religiosa, rituales mágicos, esoterismos, o en lo que sea. La otra es otra corriente totalmente opuesta como lo es el ateísmo, agnosticismo, materialismo puro e incredulidad en todo lo que no sea materia palpable, tangible y experimentable por la ciencia empírica; esta segunda corriente está ocasionada tanto por los absurdos sostenimientos dogmáticos de carácter religioso y muchas veces irracional que determinados cultos y personas sostienen, como por la falta de respuestas íntimas coherentes con la razón y la lógica que presentan estas religiones vacías de contenido y de esencia , así como por tantos desengaños originados por los abundantes casos de mentiras, estafas o fraudes de personas que se dedican profesionalmente a engañar a los demás y a vivir a costa de la buena fe, la credulidad y hasta del fanatismo de otras personas.


Se ha entrado así de lleno en el campo de lo supersticioso, pues todas esas llamadas “Ciencias Ocultas”, así como el Esoterismo , el Ocultismo y lo Mágico, tan de moda, tienden a llenar el vacío que han ido dejado las religiones trasnochadas con sus rituales y dogmas carentes de sentido, credibilidad y su falta de respuestas lógicas, dando lugar también con ello a esa otra corriente de agnosticismo e incredulidad que han ido forjando con sus particulares conceptos de la Verdad tan desfigurados y a veces tan absurdos.

Sería injusto y erróneo no reconocer que también hay personas dotadas de ciertas capacidades psíquicas , dotadas para poder “ver” o presentir el futuro individual o colectivo, aunque los realmente dotados de percepción o conocimiento paranormal, son los menos. Estas personas reciben dinero por sus previsiones y sus facultades intuitivas, aunque basadas en determinadas normas significativas de su especialidad, funcionan mediante un estímulo material sobre el que fijan su atención dentro de esas normas particulares de cada especialidad, tal como por ejemplo, por medio de las cartas (cartomancia), las manos (quiromancia), los astros (astrología), los posos del café, etc. En sus consejos y directrices, cuando son serios y exentos de disparates, suelen emplear un método psicológico y una lógica general y procuran no arriesgar demasiado en afirmaciones muy concretas e individualizadas, actuando como auténticos y audaces psicólogos.


En el caso de la cartomancia, puede haber una parte de inspiración con apoyo de un método prefijado de simbolismo en los naipes. Cuando el consultante es invitado a sacar una carta, parece ser que su subconsciente participa de ese gesto que es el que desencadena este arte adivinatorio. Las cartas son inmutables y sus imágenes fijadas en la mente de sus practicantes, se transforman en símbolos significativos, hablando una sola lengua para todos. No obstante el operador puede tener sus propio código para interpretarlas. Otras veces las cartas no pasan de ser un simple vehículo condicionante o acondicionador mental para desencadenar una facultad de precognición.


La quiromancia como ya se ha dicho ,es un arte adivinatorio procedente de la India, basado en la lectura de las manos. A veces mediante esta observación de las líneas de la mano, se dicen cosas verdaderas, pero el sistema en realidad se basa en lo mismo que sucede con la adivinación por los posos del café, o de las cartas, etc. Y es que muchas veces esas personas están dotadas del sentido de la “doble vista”, con la capacidad psíquica de percibir cosas ausentes o pasadas, o incluso de penetrar también, aunque mucho más raramente , en cosas que están por venir en el futuro. Son como verdaderos sonámbulos para los que los objetos no son mas que medios o apoyos para fijar su atención, provocando una especie de éxtasis momentáneo. Por otra parte en el caso de la quiromancia se entra en contacto directo con el consultante, estableciendo una mayor relacción magnética entre consultor y consultado, que se comunican a nivel de periespíritu y el sujeto dotado habla así inspirado a la manera de los sonámbulos, haciendo una lectura de sus sensaciones psíquicas mas que de las manos propiamente dichas, que al igual que las cartas también tienen atribuido un significado y un simbolismo para cada línea.



La quiromancia nada tiene que ver con el Espiritismo, así como tampoco ninguna de las otras artes adivinatorias. Es de tener en cuenta que a pesar de que cada linea y señal tiene su descripción pormenorizada y su significado, con el paso del tiempo estas líneas se modifican, lo que de ser cierto y comprobado este “arte” esotérico, haría necesaria una lectura nueva cada cierto periodo de tiempo.



Muchos de estos adivinos en busca de dinero, poder o prestigio entre sus creyentes, con sus actuaciones han originado la “nigromancia” o “necromancia”, por la que han pretendido adivinar o conocer el futuro evocando a los muertos para obtener de ellos revelaciones. Por extensión a todas las “artes” de adivinación se les ha llamado “necromantes”, debido a la creencia popular de que en todos los medios de adivinación son las almas de los muertos las que actúan. Así se le ha relacionado con la “magia negra” y con el demonio; esto ha dado lugar a que esta idea de adivinar el futuro consultando a los muertos, se las confundiese con lo que es la mediumnidad y el Espiritismo que nada tiene que ver en absoluto con todo esto, pues en el Espiritismo se emplea la mediumnidad solamente como herramienta de investigación , información y ayuda espiritual mediante el intercambio de comunicación con Seres del más allá, seleccionando los espíritus que por este medio se pueden manifestar para enseñar algo positivo que ayude y oriente a los seres humanos y a otros Seres espirituales que no pueden aprender directamente de ellos por permanecer en una faja de existencia vibratoria espiritual más elevada. Estas enseñanzas se obtienen después de analizar la fiabilidad de la calidad ética y moral del Ser comunicante o manifestante siguiendo los criterios señalados en la Codificación Espírita que dejó plasmada en sus obras Allan Kardec, con la meta definida de un crecimiento moral y espiritual que se puede extraer de los sabios y buenos consejos y enseñanzas ofrecidos por estos evolucionados y elevados Seres del “Mas Allá”.



Ante el tema de la Astrología y de las “Mancias”, he de afirmar que tampoco tienen ningún fundamento científico, a pesar de que como entretenimiento cotidiano proliferan en los periódicos , la televisión, las revistas, etc. Suelen hablar del futuro o de nuestras características relacionadas con un determinado signo zodiacal. Lo malo está en la gente que lo cree y que se convence en aspectos negativos, tal como que su signo no se puede llevar bien con tal otro por ser diferente. Mucho se podría profundizar en el tema de la Astrología, pero vemos como por ejemplo dos personas gemelas, nacidas a la misma hora en el mismo lugar, pueden ser dos almas totalmente diferentes en gustos y temperamentos. Sabemos como en los pronósticos astrológicos intervienen la posición del sol y los planetas en cada momento, pero no se tiene en cuenta por ejemplo a los satélites de Júpiter o de Saturno,que son cuerpos mayores que Mercurio o Plutón por lo que en buena lógica su influencia debiera ser mayor, ni tampoco se tienen en cuenta los agujeros negros, ni los cuasares, etc. Por ejemplo se sabe que Plutón no fue descubierto hasta 1.930, por lo que los horóscopos que se habían hecho hasta entonces debían estar todos equivocados. Incluso en nuestros recientes días aún se descubrió un nuevo planeta, aunque muy pequeño, dentro del sistema solar, que también estaría aportando sus influencias que no se han tenido en cuenta por ignorar su existencia. Sobre este tema también se podría considerar que las constelaciones del zodiaco en realidad no existen, pues solo son figuras mitológicas construidas en el cielo de las noches por la fantasía de quienes intuyen o atribuyen un poder influyente de las estrellas y planetas sobre los seres humanos, que llega hasta la Tierra desde mas allá de las estrellas. En fin , se podría alegar mucho mas sobre esto, pero la realidad pura y simple es que los astros no tienen ninguna influencia en nuestras vidas, a excepción de ciertas influencias magnéticas naturales que afectan a nuestro planeta y a los humanos que estamos en ella, tal como las mareas o los vientos que generan la influencia magnética de la luna ,el sol y algunos planetas cercanos.


Resulta de esta creencia que al ser los astros quienes dirigen e influyen en nuestras vidas, destinos, caracteres, etc, ponen en entredicho nuestra libertad íntima y natural para decidir a cada paso nuestro destino individual, y así el esfuerzo por labrar el propio destino, el de vivir y el convivir con los demás, queda fuera de lugar, pues todo depende del signo zodiacal establecido en el momento de nuestro nacimiento,( la llamada “carta astral”), con su influencia inevitable, exonerándonos así de toda responsabilidad en los defectos de nuestros caracteres y del esfuerzo por corregir esos defectos morales , lo que nos hace seres realmente libres.


En cualquier caso la Astrología prevé tendencias generales y no acontecimientos concretos, pues el ser humano con su voluntad y libre albedrío puede orientar o cambiar las supuestas influencias de los astros. Si acaso , en su ambigüedad , la Astrología puede servir , según quien interprete los signos, para orientar a las personas en su vida,teniendo en cuenta los resultados que finalmente determina el libre albedrío humano, pero esta misma función que señalamos para la Astrología, también la realiza la Psicología y el Psicoanálisis sin recurrir a los astros.



En cuanto a las “videncias” de los echadores de cartas y otras especialidades afines, me atrevo a afirmar que, salvo rarísimas y honrosas excepciones que confirmarían esta regla, la inmensa mayoría de esos “videntes” que viven de sus “especialidades adivinatorias”, son unos grandes embaucadores y vividores que explotan la credulidad, la buena fe y la ilusión de tantas gentes que confían en ellos.



Si los actos del futuro , no permaneciesen ocultos y conociésemos todos los detalles de nuestro destino individual por venir, descuidaríamos nuestro presente, y condicionaríamos nuestra libertad para actuar en la vida en cada momento , porque el conocer algo que hubiese de suceder fatídica e irremediablemente , nos haría descuidar los actos comunes de la vida cotidiana, o bien nos obsesionaríamos por evitarlo en unos casos, o por adelantarlo en otros.



Al tener oculto el futuro, aun sin ser conscientes de ello, con nuestras actuaciones y pensamientos estamos preparando lo que realmente sucederá antes o después en ese futuro, aún en cosas de las que no desearíamos que fuesen así..



Si nuestros actos estuviesen fijados invariablemente por la fuerza del destino o porque “lo dijesen los astros”, no tendríamos responsabilidad en ellos, por carecer de la libertad moral de crear nuestras propias causas y efectos . Como consecuencia no seríamos capaces de poder evolucionar espiritualmente al despreocuparnos de todo y no esforzarnos por nada , porque lo esperaríamos todo del destino o de los astros, quedando sumidos en una resignada y lógica indolencia.



Otro tema bien distinto es el de los Profetas que descartando también a muchos falsos y fraudulentos, los que de verdad lo son, es gracias a una facultad extrasensorial de mediumnidad, clarividencia o precognición mas o menos desarrollada, y generalmente suelen ser personas con un elevado nivel moral, que ejercitan su capacidad sin interés económico alguno. Estos raros casos, en efecto, a veces pueden percibir a grandes rasgos algunos sucesos generales previstos para el futuro, pero que siempre pueden ser modificados desde el presente.

-José Luis Martín-

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