domingo, 30 de noviembre de 2025

La Codificación espírita

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Reuniones y Sociedades Espíritas

2.- Tratamiento espírita de la obsesión

3.- El apego afectivo

4.- La Codificación espírita

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 REUNIONES Y SOCIEDADES ESPÍRITAS 
                                                           
Las reuniones espiritistas pueden tener grandes ventajas, porque permiten ilustrarse por el cambio recíproco de pensamientos, por las preguntas y las observaciones que cada uno puede hacer y de las que se aprovechan todos; pero para sacar de ellas todo el fruto que se desea, requieren condiciones especiales que vamos a examinar, porque no se tendría razón en asimilarlas a las sociedades ordinarias. Por otra parte, formando las reuniones un todo colectivo, lo que les concierne es la consecuencia natural de las instrucciones precedentes; tienen que tomar las mismas precauciones y preservarse de los mismos escollos que los individuos; por esto hemos colocado este capítulo en último lugar. 

Las reuniones espiritistas tienen caracteres muy diferentes según el objeto que se proponen, y por lo mismo su condición de ser debe diferir también. Según su naturaleza pueden ser frívolas, experimentales o instructivas. 

325. Las reuniones frívolas se componen de personas que sólo ven el lado complaciente de las manifestaciones, que se divierten con los chistes de los Espíritus ligeros muy amantes de esta clase de asambleas, en las que tienen toda la libertad de exhibirse y en las cuales no faltan. Allí se preguntan toda clase de ligerezas, se hacen decir la buenaventura por los Espíritus, se pone su perspicacia a prueba para adivinar la edad, lo que se lleva en el 
bolsillo, descubrir pequeños secretos y mil otras cosas de esta importancia. 

Estas reuniones son sin consecuencias; pero como los Espíritus ligeros son algunas veces muy inteligentes y que por lo general son de humor fácil y jovial, se producen a menudo cosas muy curiosas de las que el observador puede sacar provecho; el que no hubiese visto otra cosa y juzgase el mundo de los Espíritus según esta muestra, se haría una idea tan falsa, como aquel que juzgase a toda la sociedad de una ciudad por la de ciertos barrios. 

El simple buen sentido dice que los Espíritus elevados no pueden venir a tales reuniones, en las que los espectadores son tan formales como los actores. Si se quiere ocupar de cosas triviales, es menester llamar francamente a Espíritus ligeros, como se llamaría a farsantes para divertir una sociedad, pero habría profanación convidando nombres venerados, mezclando lo sagrado con lo profano. 

326. Las reuniones experimentales tienen por objeto la producción de manifestaciones físicas. Para muchas personas es un espectáculo más curioso que instructivo; los incrédulos salen de ellas más maravillados que convencidos cuando no han visto otra cosa, y todo su pensamiento se dirige a buscar los hilos, porque no pudiendo hacerse cargo de nada, suponen desde luego subterfugios. Lo contrario sucede con aquellos que han estudiado; comprenden anticipadamente la posibilidad y los hechos positivos determinan en seguida o acaban su convicción; si hubiese subterfugio, estarían en disposición de descubrirlo. 

A pesar de esto, esta clase de experimentos tienen una utilidad que nadie podía desconocer, porque ellos son los que han hecho descubrir las leyes que rigen el mundo invisible y para muchas gentes son sin contradicción un poderoso motivo de convicción; pero nosotros sostenemos que ellos solos no pueden iniciar en la ciencia Espírita, como la vista de un ingenioso mecanismo, no podrá hacer conocer la mecánica, si no se conocen 
sus leyes; sin embargo, si estuviesen dirigidos con método y prudencia, se obtendrían resultados muchos mejores. Volveremos luego al mismo asunto. 

327. Las reuniones instructivas tienen un carácter muy diferente, y como de ellas es de donde puede sacarse la verdadera enseñanza, insistiremos más sobre las condiciones que deben llenar. 

La primera de todas, es el permanecer formales en toda la extensión de la palabra. Es preciso convencerse que los Espíritus a los cuales queremos dirigirnos son de una naturaleza enteramente especial; que no pudiéndose aliar lo sublime con lo trivial, ni el 
bien con el mal, si quieren obtener cosas buenas, es menester dirigirse a Espíritus buenos; pero no basta pedir buenos Espíritus; es menester condición expresa; estar en disposición propicia para que quieran venir; así, pues, los Espíritus superiores no irán a las asambleas de hombres ligeros y superficiales, como tampoco hubieran ido cuando vivían. 

Una sociedad no es verdaderamente formal sino a condición de ocuparse de cosas útiles con exclusión de todas las otras; si aspira a obtener fenómenos extraordinarios por curiosidad o pasatiempo, los Espíritus que los producen podrán ir, pero los otros se alejarán. En una palabra, cualquiera que sea el carácter de una reunión, encontrará siempre Espíritus dispuestos a secundar sus tendencias. Una reunión formal se separa, pues, de su objeto si deja la enseñanza por la diversión. Las manifestaciones físicas como ya lo hemos dicho, tienen su utilidad; los que quieren ver, que vayan a las reuniones experimentales, y los que quieran comprender, que vayan a las reuniones de estudio; de este modo los unos y los otros podrán completar su instrucción espírita como muchas gentes son sin contradicción un poderoso motivo de convicción; pero nosotros sostenemos que ellos solos no pueden iniciar en la ciencia Espírita, como la vista de un ingenioso mecanismo, no podrá hacer conocer la mecánica, si no se conocen sus leyes; sin embargo, si estuviesen dirigidos con método y prudencia, se obtendrían resultados muchos mejores. 

El Libro de los Médiums. Allan Kardec.

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       TRATAMIENTO ESPÍRITA DE LA OBSESIÓN                                  

        En general, la obsesión no es de fácil curación, e incluso, algunos casos con raíces muy profundas, resultan incurables en la vida actual. Ahora bien, la mayor parte de las veces, un tratamiento orientado en la concepción espírita logra la solución eficaz del problema.

     La doctrina espírita no admite la práctica del exorcismo, que es un ritual autorizado oficialmente y practicado por diversas sectas religiosas, especialmente cristianas. En primer lugar, porque el Espiritismo no adopta ni ejecuta rituales de ninguna especie, ni emplea ingredientes, materiales u objetos especiales. Segundo, porque el Espiritismo toma como punto de partida que es el demonio quien está originando la afección, y la doctrina espírita no reconoce la existencia de tal personaje, ni en consecuencia, la "posesión diabólica", esclareciendo sobre la acción de espíritus inferiores, humanos, y no sobrehumanos, en los procesos obsesivos. Y en tercer lugar, porque el exorcismo se basa en la expulsión violenta del obsesor, mientras que el procedimiento espírita busca comprender las causas que originan la situación, adoctrinar y moralizar, instruir y auxiliar a los implicados en la trama obsesiva, y lograr por medio de la conversación persuasiva, el olvido y el perdón, con la solución definitiva del conflicto.

     El Espiritismo recomienda en caso de obsesiones, tomar como guía las siguientes indicaciones:

     - Examen médico, psicológico y psiquiátrico, previo del paciente, para identificar si hay o no factores orgánicos o de otra índole, causando el trastorno. No se deben atribuir indiscriminadamente todos los disturbios de conducta a causas espirituales externas, `principalmente de tipo mediúmnico u obsesivo. Por eso, es prudente que el paciente, antes de ser atendido en el centro espírita, haya sido sometido a exámenes especializados, evitándose así una interpretación errónea de la sintomatología clínica, atribuyéndole un origen espiritual, cuando en realidad se trate de índole psiquiátrica.

     - Se entrevista a fondo al paciente y se llena un expediente completo.

     - Se invita al paciente a un autoanálisis de su vida y su conducta. Se le exhorta a la moralización y reforma íntima; a solicitar perdón con humildad y a elevar su pensamiento a lo Alto. En el fondo, la curación de la obsesión, es una autocuración, ya que es la misma víctima la que debe liberarse de la influencia perniciosa que le atormenta, cerrándole las puertas con su transformación moral y tomando conciencia de que cada ser humano es su propio dueño, que posee juridicción sobre sí mismo, que nadie puede invadir su campo físico y psíquico si no lo permite, y que siendo la obsesión un estado de sintonía de su mente con mentes desequilibradas, le corresponde a cada quien cortar el círculo, imprimiendo una dirección constructiva a sus procesos mentales, emitiendo pensamientos sanos, buenos, optimistas, y fortaleciendo su voluntad.  La familia debe jugar un rol importante dentro del proceso de reeducación y recuperación del paciente, sirviendo el hogar como centro de buenas vibraciones que le ampararán y resguardarán. Concienciación y moralización, son los recursos  desobsesivos más eficaces.

     Se efectúan las reuniones mediúmnicas necesarias para encontrar la causa de la obsesión. Si dialoga con el obsesor para adoctrinarlo y lograr la ruptura o disolución de los vínculos obsesivos.  El olvido y el perdón de las ofensas es la base de la desobsesión. Estas reuniones se deben efectuar con la mayor discreción, sin público, solo con la presencia del equipo adiestrado en la tarea desobsesiva. Los adoctrinadores espíritas, están conscientes de la necesidad de ser auxiliados por espíritus elevados, por lo que siempre solicitan con amor y humildad su ayuda y participación solidaria. Cuanto más elevada sea la condición evolutiva del adoctrinador, más eficaz será el trabajo desobsesivo, pues la autoridad moral es la única que se puede ejercer sobre los espíritus inferiores, y la única ante la que se doblegan.

     - Se aplican pases a la víctima. En la exteri0orización de su magnetismo, el pasista debe mentalizar ideas edificantes, envolviendo al paciente en creaciones ideoplásticas, con la emisión de formas-pensamientos que evoquen cuadros de bondad, de tranquilidad, de armonía, o representando paisajes hermosos, plácidos, serenos, a fin de disolver las ideoplastias negativas generadas por el obsesor y liberar a su víctima de la opresión psíquica a la que está sometida.

     - Se complementa el tratamiento desobsesivo con la atención médica que fuese necesaria para lograr el completo restablecimiento de la salud del paciente. Naturalmente, cuando la gravedad del caso no permite su atención en el centro espírita,  se impone la inclusión del paciente en una institución psiquiátrica, donde también se puede brindar atención desobsesiva complementaria, si hubiese el consentimiento del paciente, sus familiares, y los médicos tratantes. Lo ideal sería que hubiese mayor número de psiquiatras espíritas que puediesen tratar al paciente con un doble tratamiento: Psiquiátrico y mediúmnico. Al respecto, señalaré que ya hace tiempo  que en Brasil existen hospitales psiquiátricos espíritas, lo que nos lleva a desear que ese ejemplo cunda por el mundo entero.

- Jon Aizpúrua. de su obra Fundamentos del Espíritismo-

- Adaptación de José Luis Martín-

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EL APEGO AFECTIVO 

Francisco Cándido Xavier 

En una carta Chico Xavier  nos explica los antecedentes del mensaje referente al apego afectivo en el medio familiar:

“En la noche anterior  a una de nuestras reuniones públicas estuvimos juntos, probablemente unas cincuenta personas, en un encuentro amigo dedicado al culto del Evangelio en el hogar. Y el asunto de esa reunión domestica fue la dificultad para separarnos de los lazos de la familia, cuando los entes amados escogen caminos diferentes a los nuestros. Como era natural, ardientemente fue debatido el tema.  Y, a la noche siguiente, antes de la sesión pública, el asunto prosiguió.

Iniciadas nuestras tareas, El Evangelio Según el espiritismo nos ofreció para el estudio el ítem 9 del capítulo XIV, claramente colocado en las apreciaciones  focalizadas. Y, al fin de la reunión, nuestro abnegado Emmanuel nos dio la página titulada Desvinculación, que se expone a continuación con la esperanza de que ella sirva al querido lector  para estudio y reflexiones.”


DESVINCULACIÓN· Emmanuel
Para muchos compañeros en la Tierra, la desvinculación en el campo afectivo es una prueba difícil.
Desligamiento del grupo familiar, distancia de la convivencia.
Hora de la  diferenciación de alguien delante  de otro alguien.
Si te ves en un momento así, en la posición de quien puede liberar asociados de ideal y de afinidad, no hesites en el bien por hacer.
Aquellos que ansían por independencia y cambio, después de compartir la vida, son mendigos de la tranquilidad y renovación. No precisan  tanto de tu oro y asistencia,  nombre y prestigio. Te ruegan, por encima de todo, escoras de tolerancia y bondad, a fin de que te puedan dejar  sin que el  espino de la angustia te inunde el corazón.
Medita en aquel que, un día, igualmente  dejaste para tomar otras embarcaciones, diferentes del navío en el que se te localizaba en el área domestica, de modo a lanzarte al mar profundo  y vasto de la experiencia terrestre.
Los familiares que amaban tu presencia  y los amigos que disputaban la la compañía  se vieron, de un instante para otro, apartados de ti por efecto de tus propias deliberaciones.
Nos expresamos así porque, frecuentemente, la harmonía en la desvinculación depende de aquellos que ya maduraron en la vida física, a los cuales se pide amparo y seguridad, auxilio y aprobación.
Si alguien a tu lado te solicita la cancelación de compromisos y deberes asumidos  para contigo, concede la paz a quien necesita de paz, a fin de entender los impositivos de la vida en otros sectores de evolución.
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Realmente deseas que los descendientes se aseguren para la felicidad, no quieres que los hijos muy amados atraviesen tribulaciones y engaños que te amargaran la infancia o la juventud; te habituaste  a desaprobar las resoluciones de amigos que se apartan para caminos que ya sabes  estarán encharcados de lagrimas , ni concuerdas en que los entes queridos vengan a transitar por caminos  que ya trillaste entre piedras y aflicciones, entretanto, por más que nos duela el corazón – muchos de aquellos que más amamos llegaron a la Tierra exactamente para eso.
 Ante los compañeros que se distancian de la convivencia o que te dicen adiós para reencontrarte más tarde, en otros nuevos niveles de espacio y tiempo, no lastimes y no condenes.
Bendice y auxilia siempre.
Los que parten o se separan del camino, en el día a día, esperan de ti, sobretodo, el patrocinio del amor y el refugio de la bendición.
EN EL TREN DE LOS ESTUDIANTES· 
J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Emmanuel coloca el problema  de la desvinculación  afectiva en dos planos: el del alejamiento  de personas queridas que se retiran  del hogar  y el de la partida para “otros y nuevos niveles de espacio y tiempo”. En ambos casos se rompe el vínculo de la convivencia. En ambos casos hay sufrimiento moral de parte a parte. El asunto es tratado en el ítem 9 del capítulo XIV  de El Evangelio según el Espiritismo, y allí encontramos el siguiente aviso a los que sufren: “Las grandes pruebas  son casi siempre el indicio de un fin de sufrimiento  y de un perfeccionamiento del espíritu, desde el momento que sean aceptadas por amor a Dios.”
El desastre del Tren de los Estudiantes, el 8 de junio de 1972, entre Suzano y Jundiapeba, se incluye en el capítulo de las pruebas colectivas. Más allá de los muertos y heridos están sufriendo esa prueba los familiares golpeados duramente, los amigos y colegas de las víctimas. La tragedia cayó sobre la verdadera multitud. Estamos cara a un proceso de desvinculación en masa. ¡Cuántos  hogares  enlutados por la pérdida de entes queridos, cuantos corazones dilacerados, cuantos espíritus aturdidos por la brutalidad de las ocurrencias!
Lo que más impresiona es el número de jóvenes que tuvieron su vida bruscamente cortada, cuando a camino de las escuelas superiores que cursaban en Mogi  de las Cruces. Todo eso parece aterrador, inaudito, como si estuviésemos en un mundo caótico, sin orden, sin ley, sin Dios. No obstante, el Universo nos responde  con el orden absoluto de sus leyes que todo lo rigen, desde el césped  humilde en la Tierra hasta las constelaciones gigantescas en el infinito.
Nada acontece por acaso. Todo resulta de la ley de causa y efecto. Y todo efecto tiene un sentido: el de la evolución. Todos somos espíritus imperfectos y sufrimos las pruebas que pedimos antes de encarnar. Tenemos deudas colectivas que recargar. Más allá del rescate nos espera la libertad, la paz y el progreso,  los jóvenes que murieron  fueron  evitados de sufrimientos  futuros  en una vida en la que la enfermedad, la vejez y la muerte son el salario de todos nosotros.
Transferidos para la vida mayor, que realmente corresponde a sus necesidades  y a su naturaleza, son todos ellos seres espirituales y no materiales. Ahora precisan de la comprensión de los padres, de los hermanos, de los amigos que dejaron en la Tierra. Precisan de paz, de oraciones, de buenos pensamientos, de vibraciones de sincera amistad  para recuperarse en espíritu.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “chico Xavier pide licencia” del jornal Diario de S. Paulo, en la década de 1970.

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                       LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA

                                      


Muchos espíritas dicen que no disponen de tiempo para estudiar los libros doctrinarios. Entienden que basta escuchar a los guías en las sesiones mediúmnicas para aprender y progresar espiritualmente. A veces, sin embargo, esos mismos guías no tienen conocimiento, son espíritus tan ignorantes como sus propios protegidos. Recordemos la enseñanza del Evangelio “si un ciego guía a otro ciego, ambos van a caer al barranco”.

Sabemos que vivimos en un mundo en fase de transición evolutiva, en el que proliferan espíritus agitados por nuevas ideas, deseosos de transmitirnos sus “revelaciones personales”. Debemos tener sumo cuidado, pues la responsabilidad espiritual es el mayor compromiso que tenemos adquirido en la existencia terrenal. Todos somos conscientes de la gran obra que se encuentra a nuestra disposición, y que solo la espiritualidad es capaz de haber desarrollado: “La Codificación”. Tenemos aquí un manantial donde todos debemos beber una y otra vez, siempre que tengamos necesidad de saber.

Nos dice el espíritu de Emmanuel en “DERROTERO”, obra psicografiada por Francisco C. Xavier: “Seguramente con el Libro de los Espíritus las conclusiones filosóficas han alterado tu visión del mundo. Ahora admites la inmortalidad del ser”. Efectivamente, nuestro despertar nos induce a hacerles llegar a aquellos que conviven con nosotros, que se encuentran a nuestro lado, el “descubrimiento”. Porque hemos encontrado explicación para tantas y tantas incógnitas que nuestra mente albergaba, esclareciendo así las sombras de nuestras preguntas sin respuestas. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos? y ¿Por qué estamos en la Tierra? Pasar por el “Libro de los Espíritus” sin analizarlo detalladamente sería desaprovechar el conocimiento filosófico que nos es necesario para nuestra formación. Debemos estudiarlo detenidamente para hallar en él una de las bases de nuestro progreso. Y progresando nosotros haremos progresar a nuestros seres queridos con el ejemplo.

Las instituciones espíritas deben convertirse en casas de formación, aplicando cursos, además de las reuniones públicas evangélicas y doctrinarias. Nos dice el espíritu de Joana de Angelis que los Centros Espíritas son “células cristianas” que esparcidas sobre la Tierra sirven de Hospitales para el alma y donde se imparte conocimiento y saber. Es aquí precisamente donde la mediumnidad debe ser estudiada, analizada y desarrollada.

“El Libro de los médiums”, la base científica del Espiritismo, nos hace comprender los problemas de la mediumnidad, sus consecuencias y sus soluciones. Debemos profundizar sobre esta materia de forma muy especial, pues todos sabemos de las necesidades que nuestros hermanos tienen del auxilio mediúmnico, por encontrarse muchos de ellos con problemas psicológicos que solo a través del tratamiento espiritual les rescatará de patologías psíquicas, que la medicina oficial no lograr reparar. Recordemos que los existencialistas franceses de los años 30/40 del siglo pasado lo llamaron “la angustia de vivir”.

Una dedicación especial sobre este tema, nos dará una dimensión necesaria de entendimiento para comprender el animismo, la obsesión y la fascinación, circunstancias por las que se pueden caminar al encontrarnos inmersos en el Mundo Espiritual. Debemos cultivar nuestro huerto para alcanzar la cosecha del saber, pero de casi nada nos serviría sino supiésemos aplicarlos cristianamente. Los Espíritus en diferentes países y con la intervención de diferentes médiums, nos legaron a través de sus instrucciones, que son “las voces del cielo” “El Evangelio según el Espiritismo”, que viene a iluminarnos. Esta obra es para uso de todos; cada uno puede sacar de la misma los medios para imitar la moral de Cristo. Además encontraremos en ella las aplicaciones que nos conciernen más especialmente.

Gracias a las comunicaciones establecidas, de una manera permanente entre los hombres y el mundo invisible, la ley evangélica, enseñada por los mismos espíritus, ya no será letra muerta, porque todos la comprenderemos y nos veremos inducidos incesantemente por los consejos de los guías espirituales a ponerlas en práctica. Se ha reunido en esta maravillosa obra, un código de moral universal sin distinción de culto. Muchos puntos del Evangelio, de la Biblia y de los autores sagrados en general, no son suficientemente claros de entender. En gran parte la razón consiste en la dificultad que presenta la lectura del Evangelio. La forma alegórica y el misticismo intencional del lenguaje, hacen que la mayor parte lo lean por conciencia y por deber, como leen las oraciones, sin comprenderlas, es decir, sin fruto.

Los preceptos morales confundidos en la masa de otras narraciones pasan inadvertidos, siendo entonces imposible atender al conjunto y haciendo de él una lectura y una meditación separadas. El Espiritismo arroja luz viva sobre los misterios del pasado. Estudiando “El cielo y el infierno”, vemos que Kardec reafirma el carácter científico del Espiritismo, como ciencia de observación. La doctrina enfrenta el problema de las penas y recompensas futuras a la luz de la Historia, estableciendo comparaciones entre las idealizaciones del cielo y el infierno en las religiones anteriores y en las religiones cristianas, revelando raíces históricas, antropológicas de esas idealizaciones y denunciando los absurdos dogmas cristianos.

La comparación del infierno pagano con el infierno cristiano es uno de los más eficaces trabajos sobre mitología comparada que se conocen. La mitología cristiana se muestra más grosera y cruel que la pagana. Ello sería suficiente para justificar el Renacimiento. Por tanto vemos que “El cielo y el infierno” tiene mucho que enseñar, no solo a los espíritas, sino también, a las inteligencias que pierden su tiempo combatiendo al Espiritismo, como los griegos y romanos combatieron al Cristianismo. Las penas y recompensas después de la muerte emergen del ámbito oscuro de las supersticiones y del misticismo dogmático hacía la luz del análisis y de la investigación científica. Si los teólogos – que pretenden ser algo más que hombres, como afirmó Descartes – pudiesen tener la humildad suficiente para consultar “El cielo y el infierno”, encontrarían en sus páginas la solución a sus más angustiantes problemas.

Alfred Russel Wallace, explorador, geógrafo, antropólogo y biólogo británico, que comenzó a estudiar el Espiritismo en el verano de 1865, después de revisar la literatura y de repetir los fenómenos qu presenció en varias sesiones, y a pesar de que su defensa daño su reputación, dijo: “El Espiritismo es una ciencia experimental que nos ofrece la única base de la verdadera filosofía y de una pura religión. El ha abolido los términos sobrenatural y milagroso, ampliando la esfera de las leyes y del dominio de la Naturaleza y, por tal motivo, descubre y explica lo que hay de real en las supersticiones y en los supuestos milagros de todas las edades”.

Efectivamente, Kardec trata el problema de la Revelación Espírita, en “La Génesis”, señalando que no se trata de algo que tenga características misteriosas, sino de un proceso de investigación. Nadie puede revelar lo que no sabe o lo que no descubrió. Una revelación debe descubrir los secretos de un misterio para que este se convierta en un hecho.

Si la revelación no coincidiera con lo real, no pasaría de una elaboración humana. Si fuera atribuida a Dios, quedaría probado que tal atribución es gratuita. Kardec nos propone la tesis de la revelación continua, permanente, recordando que todas las ciencias se ajustan a un proceso de revelación de los secretos de la Naturaleza. El Espiritismo está inserto en ese proceso y presta una contribución tanto más valiosa, puesto que su objeto no ha sido tratado anteriormente por ninguna otra ciencia. Todas las ciencias conocidas hasta entonces, se aplicaban a las investigaciones materiales. El problema espiritual había quedado a cargo de las religiones, las que fracasaron totalmente en este sentido, puesto que nada han aportado al conocimiento real. La ciencia espírita vino a suplir esa grave deficiencia cultural, mostrando la posibilidad de la investigación científica del campo espiritual.

El Espiritismo dio origen a las hoy llamadas investigaciones de lo paranormal. La antigua Parapsicología alemana, la Ciencia Psíquica inglesa, la Metapsíquica de Richet en Francia y la parapsicología actual nacieron de las entrañas de la Ciencia Espírita y confirman, en nuestro siglo, su plena validez. Más a pesar de todo eso, el Espiritismo y particularmente la Ciencia Espírita, fueron considerados ilusorios. Pero transcurrido el tiempo, hoy las ciencias cuentan en sus programas con la investigación de lo paranormal, comprobando objetivamente la existencia real del Espíritu y de toda la grandiosa fenomenología espírita.

Recordemos que la Doctrina Espírita es el resultado de la enseñanza concordante y colectiva de los Espíritus.

Juan Miguel Fernández Muñoz.
Presidente de la Asoc. de Estudios Espíritas de Madrid

Extraído de la revista “El Ángel del bien”     

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jueves, 27 de noviembre de 2025

El ser inter existente

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Pedagogía espírita

2.- La intuición

3.- Exorcismos

4.- El ser inter existente

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                                 PEDAGOGÍA ESPÍRITA                                                        

                En la foto: Eurípides Barsanulfo

     Ante la inmensa responsabilidad que nos corresponde como educadores, algunos aspectos de la Pedagogía Espírita deben ser bien aclarados, para evitar las confusiones que aún ocurren. No se trata simplemente de una pedagogía (1) espiritualista, pues el propio Kardec creó los términos espírita y espiritismo, para diferenciarlos de espiritualismo, pues son muchas las corrientes espiritualistas existentes. “Para las cosas nuevas necesitamos de nuevas palabras”. Allan Kardec deja eso muy claro, en la Introducción de El libro de los Espíritus.

     La Pedagogía Espírita se basa esencialmente en la Doctrina Espírita, en su triple aspecto: filosófico, científico y moral o religioso. Los tres aspectos están intrínsecamente unidos y cualquier tentativa de separarlos causaría mutilación en el cuerpo doctrinario. Tampoco resta ninguna duda de que el aspecto moral o religioso está íntimamente vinculado al Evangelio de Jesús. No obstante, como bien afirmó Kardec: “Muchos puntos del Evangelio, de La Biblia y de los autores sagrados en general, son inteligibles, muchos, incluso, no parecen racionales por la falta de una llave para comprender su verdadero sentido; esta llave está enteramente en el Espiritismo, como ya se convencieron aquellos que lo estudiaron con seriedad (…)”.

     La Doctrina Espírita, en su triple aspecto, ofrece, pues, la llave que faltaba, y va más allá, ofreciendo también un derrotero fantástico que abarca la razón, el sentimiento y la voluntad. Con el lema: fuera de la caridad no hay salvación y con las recomendaciones de los Espíritus superiores “amaos e instruíos”, el Espiritismo revela el camino del progreso individual y social. La caridad, como ejercicio del amor universal, aliada a los conocimientos de la inmortalidad del alma, de la naturaleza de los Espíritus, de la comunicación de los Espíritus, de la reencarnación, de la Ley de Causa y Efecto, de las Leyes Morales y del futuro de la Humanidad en constante proceso evolutivo, representa la Verdad Universal, necesaria al conocimiento de sí mismo y al progreso individual y colectivo del planeta. Por el amor, se combate el egoísmo y el orgullo y, por la sabiduría, se combate la ignorancia y el fanatismo. No obstante, aún se levantan voces presentando propuestas dudosas y lanzando recelos injustificables en cuanto a la enseñanza de esa verdad Universal, presente en la Doctrina Espírita.

     Enseñar una verdad Universal no es imponer una religión, ni un dogma, no es hacer “proselitismo” ni “catequesis”. Es presentar al mundo la realidad de la vida espiritual que los Espíritus Superiores, trabajadores de Jesús, luchan, desde hace siglos, por implantar en el corazón del hombre. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Juan, 8: 32). La frase de Jesús resuena aún y su eco atraviesa siglos de luchas en defensa de esa misma verdad. Solo existe libertad en el conocimiento de la verdad. Sin ese conocimiento, lo que resta es la ignorancia que aprisiona y se sujeta a dogmas, prejuicios y fanatismo. La autonomía intelectual y moral pregonada por tantos pensadores modernos solamente se consigue con la práctica del amor y el conocimiento de la verdad. La ignorancia de sí mismo genera dependencia y esclavitud intelecto-moral. De esta forma, todo el contenido de la Doctrina Espírita debe formar parte de la Pedagogía Espírita, tanto en su cuerpo teórico como en todo lo que es aplicado y practicado en las instituciones que se denominan Espíritas.

     De ninguna manera se trata de hacer proselitismo, como aún insisten en afirmar algunos, sino de presentar una verdad de carácter universal, conocimiento indispensable para conducir el Espíritu inmortal que somos todos nosotros, al conocimiento de sí mismo y de las Leyes Divinas que rigen los mundos y los seres. De la misma forma, la Doctrina Espírita no vino solo para los espíritas, es un patrimonio de la Humanidad. Como verdad de carácter universal que debe ser enseñada a todos cuantos se puedan interesar por ella. Sin ninguna imposición, la Doctrina Espírita “habla” a la razón y al buen sentido, respondiendo de forma clara a las preguntas que tanto han atormentado a los estudiosos en general; ¿quién soy yo, de dónde vengo, hacia dónde voy, y qué hago aquí?

     El conocimiento que la Doctrina Espírita nos ofrece, causará alteraciones profundas en todas las ramas del conocimiento humano: en la Pedagogía, en la Psicología, en el Derecho y la Justicia, en la Medicina y, en especial, en el corazón del hombre. Si alguna duda pueda restar aún, basta verificar el precioso ejemplo de Eurípedes Barsanulfo, uno de los baluartes de la Pedagogía Espírita, en nuestro planeta. Eurípedes Barsanulfo, valientemente, incluyó el estudio de la Doctrina Espírita, en el programa del Liceo Sacramentano, en la ciudad de Sacramento, en Minas Gerais, Brasil. Y ante la amenaza de los padres de retirar a los hijos del Liceo, Eurípedes afirmó:

“–Que retiren a sus hijos, pero la finalidad salvadora del aprendizaje espírita será mantenida”.

     Ante la tristeza de Eurípedes que se hallaba casi abandonado, María, la madre de Jesús, le envió un mensaje sugiriéndole cambiar el nombre de la escuela y ponerle Colegio Allan Kardec, lo que lo caracterizaba como una escuela espírita.

     “No cierre las puertas de la escuela. Borre la denominación Liceo Sacramentano, que es un resquicio del orgullo humano. En sustitución, coloque el nombre: Colegio Allan Kardec. Enseñe el Evangelio de mi Hijo los miércoles e instituya un curso de Astronomía. Cubriré al Colegio Allan Kardec con el manto de mi Amor. María, Sierva del Señor”. Eurípedes siguió al pie de la letra las Instrucciones espirituales de María  (Eurípedes – el hombre y la misión – Corina Novelino, Edición IDE).

     Así nacía el Colegio Allan Kardec, bajo la égida de María, la primera escuela Espírita, con un carácter de estudios eminentemente espírita. Sin prejuicios, Eurípedes enseñaba el Espiritismo, como verdad esclarecedora que ilumina la razón y eleva el corazón. Comprendió que la Doctrina Espírita es obra de Jesús, parte integrante de su Evangelio, currículo de una nueva etapa evolutiva de todo el planeta Tierra. Los antiguos alumnos del Liceo Sacramentano retornaron, y otros doscientos alumnos más fueron recibidos en el Colegio Allan Kardec, surgiendo también nuevos profesores, como colaboradores de Eurípedes.

     Los miércoles estaban enteramente consagrados al estudio de El Evangelio según el Espiritismo y El libro de los Espíritus, de Allan Kardec. Asistían a las clases los alumnos del Colegio y numerosos visitantes. Al final de la clase, en el instante de la oración de cierre, a veces, la voz de Eurípedes cambiaba de tono. Celina venía a traer unas palabras de estímulo de la propia madre de Jesús. Otras veces, comparecían Juana de Arco, Pablo de Tarso, Pedro, Felipe y otros discípulos del Cristo. El aspecto espiritual de la vida estaba siempre presente en la vivencia diaria de la escuela y en las clases específicas. Además de incluir la enseñanza de la Doctrina Espírita en el programa de estudios de la escuela, percibimos que no se trataba apenas de una enseñanza teórica, sino de una vivencia constante. Los alumnos, además de estudiar El Evangelio según el Espiritismo y El libro de los Espíritus, de Allan Kardec, iniciaban las clases de los miércoles con una oración, finalizándolas con la plegaria final y con la recepción de mensajes de Espíritus Superiores, todo eso estaba abierto a todos cuantos quisiesen participar de esas reuniones.

     Según Corina, “esas clases despertaban tanto interés, que los alumnos del curso superior no se perdían las sesiones mediúmnicas, buscando enriquecer sus investigaciones con los conceptos emitidos por los Espíritus Benefactores”.

     Ocurrían fenómenos mediúmnicos dentro del mismo salón de clases, cuando el profesor “se desprendía del cuerpo físico, transportándose en Espíritu hacia otros lugares, muchas veces distantes”. Corina también nos cuenta que Eurípedes desarrolló un amplio estudio sobre la evolución de la idea religiosa, a través de las civilizaciones… “desde el horizonte tribal con su mediumnismo primitivo hasta el horizonte espiritual con la mediumnidad positiva, abarcando el escenario del siglo XVI”. En estas clases, los alumnos “ansiaban por llegar a la época del Espiritismo”, a lo que Eurípedes respondía: “-Ya llegaremos, pero necesitaremos de un espacio de tiempo muy extenso para dedicarlo a los estudios de los principios fundamentales del Espiritismo”.

     Ese estudio, muy a propósito, demostraba la evolución del pensamiento religioso del hombre, culminando con el Espiritismo que representa el retorno del Evangelio de Jesús al escenario pedagógico del Planeta, así como el currículo de una nueva etapa evolutiva de los seres humanos reencarnados aquí.

Entonces, ¿ qué es Pedagogía Espírita?

–Es la ciencia y el arte de la educación, el proceso a través del cual se desarrolla el “germen” de la perfección, en lo íntimo de cada uno, como Espíritus inmortales que somos, hijos y herederos de Dios. Es el desenvolvimiento gradual y progresivo de las potencias del alma, a través del ejercicio del amor y del “conocimiento de sí mismo”, que hace germinar esa esencia Divina y dar los frutos del amor y de la sabiduría.

–Es el retorno del amor y de la verdad universal al escenario pedagógico de la humanidad a través del valor de expresar esa verdad sin prejuicios, sin medias verdades, como lo hizo Eurípedes Barsanulfo.

El conocimiento de la verdad universal es indispensable para el conocimiento de sí mismo y, por tanto, para el desarrollo de las cualidades interiores del alma, de las potencialidades del Espíritu.

En verdad, no existen dos pedagogías. Lo que llamamos Pedagogía Espírita, representa pues, la Pedagogía por excelencia, iluminada por los conocimientos que la Doctrina Espírita nos ofrece hoy. Sus raíces se remontan a los principios de la Humanidad y posee, en su retaguardia, millares de Espíritus, trabajadores del Cristo, en la iluminación intelectual y moral del Planeta.

La Pedagogía Espírita está presente hoy en la mente y en el corazón de los educadores que enfrentan todos los prejuicios por amor a la verdad, independiente del título de profesor, maestro o doctor, que son resquicios de la vanidad humana. Está presente en los jóvenes y adultos que trabajan en la evangelización infantil y juvenil, que dan charlas en las casa Espíritas, que participan en los grupos de estudios, en las actividades asistenciales, ejercitando y ejemplificando el amor al prójimo. Está presente en el joven que actúa en el teatro, que canta y baila, haciendo del sublime arte, la escalera para su elevación como Espíritu.

La Casa Espírita representa hoy la Escuela Espírita en toda su sencillez, belleza y dinamismo espiritual, viviendo el amor, iluminando el corazón y la mente de los niños, de los jóvenes, de los adultos e incluso del Espíritu desencarnado, pues somos todos en esencia, Espíritus en evolución. No existe educación en su significado profundo, sin el ejercicio del amor y sin el conocimiento de sí mismo, o sea, sin que el educando se reconozca como un Espíritu inmortal, hijo de Dios, dotado del germen de la perfección, sujeto a las leyes de causa y efecto y, por tanto, responsable por sus pensamientos y actos, a nacer y renacer en un perfeccionamiento gradual, pero continuo, rumbo a la perfección. No existe educación espírita, si no se incluye en su currículo ese conocimiento libertador de la verdad espiritual de nuestras vidas, de esa verdad universal contenida en la Doctrina Espírita, como lo hizo Eurípedes Barsanulfo.

Auxiliar al Espíritu con la verdad absoluta de nuestra existencia espiritual es nuestra tarea prioritaria. Es nuestro compromiso con Jesús, con Kardec, con Eurípedes y con nuestra propia conciencia.

Walter Oliveira Alves

(1) Pedagogía es la “ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza” y “en general, lo que enseña y educa por doctrina o ejemplos”. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, Real Academia Española, 2001, p. 1160). Anuario Espirita 2015.

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                           LA INTUICIÓN                                                                


"Porque la profecía jamás fue producida por voluntad de hombre alguno, mas los hombres santos de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo."                    - (II Pedro 1:21.)

Todos los hombres participan de los poderes de la intuición, en el divino tabernáculo de la conciencia, y todos pueden desenvolver sus posibilidades en ese sentido, en el dominio de elevación espiritual. No son fundamentalmente necesarias las grandes manifestaciones fenoménicas de la mediumnidad para que se establezcan movimientos de intercambio entre los pianos visibles e invisibles.

 Todas las nociones que dignifican la vida humana vinieron de la esfera superior. Y esas ideas ennoblecedoras no se produjeron por voluntad de hombre alguno, porque los razonamientos propiamente terrestres siempre se inclinan hacia lo material en su arraigado egoísmo.

   La revelación divina, significando lo que la Humanidad posee de mejor, es cooperaci6n de la espiritualidad sublime, traída a las criaturas por los colaboradores de Jesús, a través de la ejemplificación, de los hechos y de las palabras de los hombres rectos que, a golpes de esfuerzo propio, quiebran el circulo de vulgaridades que los rodea, tornándose instrumentos de renovación necesaria.

    La facultad intuitiva es institución universal. A través de sus recursos, recibe el hombre terrestre las vibraciones de la vida más altas, en contribuciones religiosas, filosóficas, artísticas y científicas, ampliando conquistas sentimentales y culturales, colaboración esa que se verifica siempre, no por la voluntad de la criatura, sino por la concesión de Dios.

   La intuición viene a ser la conexión permanente que casi todos los mortales, en mayor o menor medida,  mantenemos con el plano espiritual, ya sea de modo consciente o inconsciente.

    Es una puerta que Dios nos ha dejado permanentemente abierta, para que podamos recibir los consejos  en forma de intuiciones, desde el plano espiritual, con el fin de guiarnos en nuestro progreso y llevarnos a recapacitar que el ser humano en general, no está solo, sino secundado por  esa fuerza inteligente y sutil que llamamos intuición.

  Todos los adelantos culturales, científicos y morales de la humanidad han tenido que ver con esta facultad, que por ser tan común, viene a ser poco considerada por no ser de carácter extraordinario, pero sin embargo, si no fuese por esa conexión común que se mantiene entre el plano espiritual y el terrenal, el ser humano posiblemente aún permanecería muy cerca del estadio de la animalidad, influenciado solamente por la materialidad del cuerpo carnal y el medio físico. 

    No imaginamos hasta que punto, el plano espiritual se ha mantenido y se mantiene expectante a la evolución del ser humano , que en toda época ha contado con las ideas que proceden del mismo, y que se han atribuido a la brillantez mental, a la suerte o a las musas. 

   Pero los Espíritus que siempre han colaborado con la evolución humana, lo han hecho solamente dentro de lo que las eternas leyes cósmicas de vibración y afinidad les han permitido. Esto significa que para que haya comunicación intuitiva, que al fin y a la postre es una modalidad mediúmnica, es necesario que se establezca una conexión previa, y esta es la semejanza y disponibilidad en el pensar y en el sentir de los seres humanos con respecto a los espíritus comunicadores.

   El ser humano en su orgullo, muchas veces cree que todo lo debe a sí mismo, a su genialidad, a su valor o a su  solo esfuerzo, y sin embargo, ignora que sin ese enlace psíquico permanente que es la intuición, apenas sería poco mas de lo que son nuestros hermanos inferiores del reino animal.

   Hemos de tener claro, que por ser Hijos de Dios, este jamás nos ha abandonado, lo cual significa que nunca hemos estado solos en medio de nuestras vidas y tribulaciones, sino que de un modo imperceptible, siempre nos han llevado de la mano hacia la meta a alcanzar desde que entramos en la etapa humana: El estado de angelitud y proximidad al Padre, mediante nuestro esfuerzo, guiados por esa intuición que como un maná llovido del cielo, nos es regalada desde la Patria Espiritual, y en uso de nuestro libre albedrío que nuestro amado Padre nos otorgó desde siempre.

Demos gracias por esa tutela a Él y a todos nuestros hermanos, Espíritus desencarnados, que nos tutelan y guían cada día.

José Luis Martín

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                           EXORCISMOS         


El casi total desconocimiento de la vida espiritual o la ignorancia al respecto, son responsables de las extrañas prácticas de exorcismo desde épocas... remotas. La presunción y falso conocimiento de las personas que se creen capacitadas para imponer su falsa autoridad sobre otro, hacen que transfieran el mismo sentimiento a los espíritus sufrientes o perversos que embisten contra aquellos a quienes afligen con insistente crueldad. 
La obsesión es el resultado del intercambio psíquico, emocional o físico, entre dos seres que se aman o se detestan. La raíz del fenómeno se encuentra, en la identificación vibratoria que facilita el proceso perturbador. Aquel que se sintió engañado o traicionado por su opositor, busca retribuir el mal que sufrió, imponiéndole la crueldad de la persecución sin cuartel, desde el mundo espiritual donde hoy se encuentra. 

Disponiendo de mayor campo de comprensión mental y de técnicas sofisticadas para imponer su voluntad, sobre aquel a quien detesta y desea martirizar, establece el intercambio nefasto, que culmina con la instalación de disturbios, que se convierten en sufrimiento de corto o largo curso, siempre dolorosos. Otras veces, son vinculaciones amorosas de calidad inferior, en las cuales ambos intercambian sentimientos vulgares, que los llevan a una convivencia mental de torpes satisfacciones o de deseos inconfesables, que la muerte de uno de ellos no permite realizar más.

La obsesión solamente se instala, porque  la receptividad del paciente, lo envuelve en  mallas constrictoras. Cualquier tentativa de tratamiento, deberá iniciarse con el conocimiento de las razones que desencadenaron el acontecimiento infeliz. No hay razón para que alguien imponga su voluntad sobre la de otra, y especialmente en lo que respecta a las ingratas obsesiones, así como tampoco a nadie se le ha dado el derecho de afligir a su prójimo sin incurrir en la auto punición, de cara a las soberanas leyes que se establecen en la vida de todos.

La imprudencia y las pasiones que predominan en la naturaleza humana, lo llevan a desviarse en el cumplimiento de sus deberes, transformándose en insensato enemigo de su compañero de jornada, quien entonces, sufre la crueldad o persecución sistemática, afligiéndolo, y generándole situaciones embarazosas mediante las cuales se siente feliz…

Esa conducta nefasta, que muchas veces pasa inadvertida para la víctima, luego de su desencarnación pasa a entender lo que le ocurrió, y mediante procesos de sintonía y afinidad, se vincula a su verdugo, y al no poseer valores ético-morales para comprender el perdón, toma la maza de la justicia en sus manos y se cree con el derecho de desquitarse de aquel que tanto daño le hizo. Si tuviese otro conocimiento de la vida, de sus leyes y de la Justicia Divina, que jamás engaña o desvía, y se apoyara en el olvido del mal para tornarse feliz, se liberaría mentalmente de quien lo ha atormentado y ha sido responsable por su desdicha.
Sin embargo, la inferioridad moral de la víctima, cualidad peculiar en la mayoría de los temperamentos humanos, impone la venganza como el mejor mecanismo para cobrar el mal que padeció, tornándose, a su vez, en perseguidor, cuando podría continuar siendo creadora del respeto, en su condición de acreedor compasivo. Siendo así, la práctica del exorcismo resulta inútil, particularmente en lo atinente a los llamados gestos sacramentales y las palabras cabalísticas, que producen risa en los Espíritus perseguidores, más aún cuando los Espíritus burlones, se complacen acompañando al ridículo de aquellos que pretenden expulsarlos con comportamientos extraños, sin ningún requisito moral que los acredite en la terapéutica curativa.

Cuando ocurren resultados positivos en el tratamiento de la obsesión por medio de ese recurso, se debe a las cualidades espirituales del terapeuta y no a los rituales extraños que realiza, por cuanto, solamente las energías elevadas, que devienen de una conducta moral y mental, pueden apartar a los Espíritus infelices de aquellos que padecen la imposición penosa. A pesar de eso, para que el proceso curativo se de correctamente, son indispensables la transformación ética del paciente, en sus actividades de beneficencia y de fraternidad y en el compromiso con el amor y la oración, a fin de revestirse de valores elevados que le permitan la sintonía con otras fajas vibratorias, evitando la influencia de nuevas perturbaciones.

Es por eso que, en el tratamiento de las obsesiones, el diálogo con el enfermo espiritual se torna esencial, a fin de esclarecerlo en cuanto al mal que ejecuta, cuando podría ser feliz liberando a su opositor y entregarlo a su propia conciencia y a la Conciencia Divina. Prosiguiendo en la obstinación de hacer el mal a quien lo perjudicó, permanece sufriendo, afligiéndose sin cesar, cuando tiene el derecho de disfrutar de paz y renovación, ya que todos nos dirigimos hacia la felicidad a la que estamos destinados.

El proceso de iluminación interior es la meta fundamental de todas las experiencias espirituales, por proporcionar direccionamiento saludable y equilibrado a quien experimenta el infortunio, resbalando por las rampas del odio y de las pasiones más primitivas.

Cuando Jesús, exhortaba a los Espíritus inmundos y a la Legión a que abandonasen a aquellos a quienes atormentaban, había en el Maestro la energía liberadora que interrumpía el flujo de la obsesión. Además, el Señor sabia cuando terminaba la deuda del antiguo verdugo, liberándolo del dolor. A su vez, las Entidades infelices lo veían aureolado de luz y se conmovían ante su irradiación, alterando su conducta y descubriendo la necesidad de cambio en su comportamiento.

A través de los tiempos, algunos seguidores de la doctrina cristiana, enfrentando a los Espíritus enfermos y vengativos, intentaron repetir las hazañas del Nazareno, muy distantes sin embargo, de las cualidades vibratorias indispensables para el acometimiento superior, fracasando de inmediato en sus objetivos. Y cuando eso acontecía sin poseer resistencias psíquicas propias, se irritaban, pasando a exigencias descabelladas, cuando no se entregaban a griterías y pugnas verbales injustificables con los obsesores, que se fortalecían en dichos combates.

Con el conocimiento del Espiritismo, gracias a las seguras informaciones ofrecidas por los mismos desencarnados, se pueden descubrir las saludables terapias para atender las obsesiones y sus víctimas, atendiendo no sólo al encarnado, sino también al hermano que sufre más allá de la cortina carnal, quien sufre la influencia perversa y continua, experimentando sinsabores y amarguras.

La criatura humana, sedienta siempre de novedades, y sufriendo las consecuencias de su conducta arbitraria, resbala en los profundos fosos de las obsesiones, pero deseando recibir ayuda sin el menor esfuerzo, se adhiere a los procesos de exorcismo, en escenas grotescas de debates entre los presuntuosos terapeutas y los Espíritus, provocando admiración y creciente fascinación. Sucede que, en muchos casos, aquellos que aturden a los negligentes, a fin de volver a la carga posteriormente, fingen estar arrepentidos del mal que están practicando, y abandonan a su compañero espiritual, sólo por algún tiempo, volviendo después con mayor carga de aflicción y rebeldía.

En cualquier situación de enfermedad espiritual, las conductas terapéuticas a adoptar son la compasión y la caridad, el amor y el perdón en relación a la víctima, así como a su perseguidor, ambos incursos en los soberanos códigos de la Vida de los cuales ninguno consigue huir.

Espíritu: Manoel Philomeno de Miranda
Médium: Divado Franco

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              EL SER INTER EXISTENTE

¡El médium es un ser inter existente.... !

Para explicar este concepto, yo voy a contar una historia:

En cierta ocasión Chico Xavier nos comentó que un día en el que estaba él psicografiando una carta para unos padres, en el Grupo Espírita de la Prece, en Uberaba. en determinado momento de la reunión Emmanuel se presentó y comenzó a tener conversación mental con él, en paralelo a la psicografía, sin dejar de escribir, y le dijo:

. Chico, ahora nosotros estamos precisando su presencia aquí, en el mundo espiritual. Entonces Chico mentalmente le respondió:

¿Pero cómo?, estoy en la tarea de la psicografía, a lo que Emmanuel le dijo: 

- No hay problema Chico; usted va a continuar psicografiando. Mire, deje que le explique :

- Es que aquí en el Grupo Espírita de la Prece, del Mundo Espiritual, hay una madre desesperada, que se cree viva; que está solicitando la carta de un hijo también desencarnado, pero el hijo se encuentra domiciliado en una dimensión superior. pero ella solo acepta la comunicación si viene por intermedio de Chico Xavier; entonces usted tiene que venir a este lado de la vida para psicografiar.

Ahí entonces Chico se desdobla, sale de su cuerpo físico  y va a psicografiar al Grupo Espírita de la Prece en el Mundo Espiritual. Él nos contó que al llegar al Grupo Espírita de la Prece espiritual, percibió que era mucho más grande que el de la Tierra y que había más gente y que quien dirigía los trabajos de la reunión era el profesor Herculano Pires.

Por eso el médium es un ser  jnter-existente, porque existe en los lados de la vida al mismo tiempo.

- Dr. Carlos A, Baccelli-

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