jueves, 4 de enero de 2024

Reflexión espírita sobre la homosexualidad

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Disertación del Más Allá: La Infancia

2.- La comunicación con el mundo espiritual

3.- Evolución

4-Reflexión espírita sobre la homosexualidad

                                              ***********************************


           DISERTACIÓN DEL MÁS ALLÁ:

                                       LA INFANCIA  

                                   

 ( Comunicación espontánea del Sr. Nélo, -médium- leída en la Sociedad Espiritista de París el 14 de enero de 1859)  

  " No conocéis el secreto que en su inocencia esconden los niños, no sabéis lo que son, lo que han sido, o lo que serán, y sin embargo los amáis, los queréis como si fuesen parte de vosotros mismos, de tal modo que el amor de una madre por sus hijos es considerado como el mayor amor que un ser puede sentir por otro ser. ¿ De dónde viene ese dulce afecto, esa tierna benevolencia que hasta los extraños sienten por un niño?. ¿Lo sabéis?, No; pues esto es lo que voy a explicaros.

   Los niños son seres que Dios envía a nuevas existencias y para que no se les pueda imponer una severidad demasiado grande, les da todas las apariencias de la inocencia; incluso en un niño e mala índole, se cubren sus acciones malas con  la no conciencia de sus actos. Esta inocencia no es una superioridad real sobre lo que eran antes, no; es la imagen de lo que deberían ser y no son; únicamente sobre ellos ha de recaer la pena.

       Pero no solo por ellos es que Dios le ha dado ese aspecto; es también- y sobre todo- por sus padres, cuyo amor es necesario a la fragilidad infantil, y este amor se vería singularmente debilitado frente a un carácter desabrido y brusco, mientras que al creer que sus hijos son buenos y dúctiles. les dan todo su afecto y les rodean de los más delicados cuidados. Pero cuando los niños no tienen más necesidad de esa protección, de esa asistencia que les ha sido dada durante quince o veinte años, su carácter real e individual reaparece en toda su desnudez: continúan siendo buenos si ya eran fundamentalmente buenos, pero siempre reflejando matices que estaban ocultos en la primera infancia.

   Ya veis que los caminos de Dios son siempre los mejores, y que cuando se tiene el corazón puro, la explicación de ello es fácil de concebir.

   En efecto, tened en cuenta que el Espíritu del niño que nace entre vosotros, puede venir de un mundo en el que haya adquirido hábitos totalmente diferentes, ¿ cómo querríais que permaneciese en vuestro medio ese nuevo ser, que viene con pasiones totalmente diferentes a las que poseéis, con inclinaciones y gustos totalmente opuestos a los vuestros?; ¿ cómo querríais que se incorporase a vuestras filas de modo diferente al que Dios ha querido, es decir, pasando por el tamiz de la infancia?. En esta vienen a confundirse todos los pensamientos, todos los caracteres, todas las variedades de seres engendrados por esa multitud de mundos en los que crecen las criaturas. Y vosotros mismos, al morir, os encontraréis en una especie de infancia en medio de nuevos hermanos y en vuestra nueva existencia, no terrenal, ignoraréis las costumbres, los hábitos y las relaciones de ese mundo nuevo para vosotros; manejaréis con dificultad un lenguaje que no estáis acostumbrados a usar, lenguaje aún más vivo de lo que es hoy vuestro pensamiento.

   La infancia tiene aún otra utilidad: Los Espíritus no entran en la vida corporal sino para perfeccionarse, para mejorarse; la fragilidad de la niñez los hace flexibles, accesibles a los consejos de la experiencia y a aquellos que deben hacerlos progresar; es entonces que se puede reformar su carácter y reprimir sus malas tendencias; tal es el deber que Dios ha confiado a sus padres, misión sagrada de la que habrán de responder.

  De esta manera, la infancia no solo es útil, necesaria e indispensable, sino que también es la consecuencia natural de las leyes que Dios ha establecido y que rigen el Universo ".

NOTA: Llamamos la atención de nuestros lectores sobre esta extraordinaria disertación, cuyo alto alcance filosófico será fácilmente comprendido. ¡ Cuan bella y grandiosa es la solidaridad que existe entre entre todos los mundos!. ¡ Qué más apropiado que esto para darnos una idea de la bondad y la majestad de Dios !. La humanidad crece con tales pensamientos, mientras que empequeñece si se la reduce a las mezquinas proporciones de nuestra vida efímera y de nuestro imperceptible mundo entre los mundos.

- Allan Kardec- ( Revista Espírita, Periódico de Estudios Psicológicos 1859 )


                                         ******************************

 


                                                                    


          LA COMUNICACIÓN CON EL     MUNDO ESPIRITUAL 


- ¿No sería mejor para todos tener un recuerdo consciente de cómo funciona el sistema de las reencarnaciones sucesivas, para conseguir que los espíritus evolucionen? 


- La evolución espiritual sólo es auténtica cuando ha sido elegida verdaderamente, por decisión propia del espíritu. Si el espíritu fuera consciente en todo momento de la presencia de seres superiores tutelando su progreso, no actuaría libremente, sino condicionado por la presencia de sus guías. Le pasaría igual que al niño que actúa de una forma en presencia de sus padres o sus maestros, por temor o por respeto a éstos, mientras que, en su ausencia, actúa de forma diferente, más de acuerdo a como es en realidad, ya que se siente más libre, al no haber ningún adulto que lo pueda amonestar si hace alguna travesura. Durante el tiempo que el espíritu está desencarnado en el mundo espiritual, la presencia de los seres superiores tutelares es más manifiesta. La encarnación en el mundo físico en las condiciones a las que os enfrentáis, es decir, sin recuerdos ni manifestaciones evidentes de una supervisión superior, pretende que el espíritu actúe con total libertad, sin ningún tipo de coacción, para que sea él mismo a través de sus propias experiencias el que decida lo que quiere. 

- ¿Quiere decir que uno no puede ser consciente de la realidad espiritual mientras esté encarnado? 


- Tampoco es eso. Si así fuera no estaríamos hablando tú y yo sobre ello, ya que ahora mismo tú estás encarnado. El que quiera sinceramente profundizar en la realidad espiritual obtendrá las respuestas y la ayuda espiritual que necesita. Mira el ejemplo en ti mismo. Has empezado a hacerte preguntas fundamentales y a buscar sinceramente y vas obteniendo respuestas. Pero la mayoría prefiere mirar hacia otro lado. La gran curiosidad que tenéis por averiguar cómo funciona materialmente el Universo es la que os impulsa a realizar descubrimientos científicos cada vez más importantes. También en lo espiritual el espíritu necesita responder a sus interrogantes para sentirse realizado y a través de la búsqueda de las relaciones causa-efecto se van consiguiendo descubrir realidades que permanecían ocultas a simple vista. 

¿Cómo va a suceder eso? ¿Cómo vamos a obtener una respuesta? 


- El espíritu puede conocer esta realidad espiritual aparentemente oculta cuando pone empeño en profundizar en sí mismo, porque las leyes espirituales están escritas en el espíritu. Hay algo en el espíritu que le permite reconocer lo verdadero de lo falso cuando se le pone enfrente. 
Ese algo es la voz de la conciencia, la voz del sentimiento, que es cada vez más clara a medida que el espíritu está más evolucionado. Si nos paráramos a escucharla de vez en cuando, obtendríamos muchas respuestas. Pero deberá ser por el propio esfuerzo y voluntad que se vaya logrando conocer la realidad espiritual, que es también la realidad de uno mismo. Por eso hay un proverbio muy antiguo que dice:  “Conócete a ti mismo y conocerás el Universo”. 

- De esta forma ¿no se está abandonando al espíritu a su propia suerte, como el niño pequeño que es abandonado por sus padres? 


- No se le abandona, los espíritus guía siempre están ahí ayudando. Nos sugieren sutilmente las respuestas cuando tenemos preguntas que sinceramente no sabemos resolver. Lo que pasa es que en vosotros mismos existen tantos miedos y tabúes que a vuestros hermanos del mundo espiritual les resulta muy complicado ayudaros, ya que no admitís respuestas que no encajen con vuestros prejuicios y arquetipos. 

- ¿Qué quieres decir? 


- ¿Quieres un ejemplo? Mirad vuestra actitud frente a la muerte. 
Hoy por hoy, la muerte es un tabú para la sociedad occidental y cada vez que desencarna un espíritu se desata una verdadera tragedia entre los familiares y seres queridos. ¿Y por qué? Porque no queréis ver las evidencias que se os están dando respecto a la supervivencia del espíritu después de la muerte, simplemente porque para explicarlo tendríais que cambiar vuestro paradigma actual. Cuando los espíritus que han pasado al otro plano intentan despedirse y tranquilizar a sus seres queridos manifestándoseles de alguna forma, siempre hay una tendencia a no creer en lo que se vive y percibe, simplemente porque creéis que no es posible, porque no encaja en vuestros esquemas mentales, y la mente le hace creer a uno que se trata de  una alucinación motivada por el estado de shock. Por un lado está la influencia de la Religión, que ofrece una explicación de la muerte y de lo que viene después basada en obtusos dogmas poco creíbles y no en las evidencias y los testimonios reales, y que opina que cualquier contacto con el mundo espiritual no supervisado por ellos,  o bien es pura imaginación  o, como ocurrió en épocas pasadas, “es cosa del demonio”, alentando el miedo a cualquier contacto con el más allá. Por otro lado, está la Ciencia Materialista, que sólo cree en lo que puede medir con sus aparatos, y que se niega a investigar seriamente el tema, obstaculizando al máximo el trabajo de unos pocos, pero valientes investigadores, que han convivido con enfermos terminales y con pacientes que han tenido experiencias cercanas a la muerte, que sí se han atrevido a dar el paso de intentar descorrer el velo. El resultado final es que la gente que está pasando por ese trance y sus seres queridos se encuentra en el más absoluto desamparo emocional, porque no encuentra ninguna explicación creíble ni ninguna esperanza consoladora. 

Allan Kardec


                              **************************************


                                       EVOLUCIÓN

                                


En el pasado, hubo un tiempo en que a raíz de las teorías y comprobaciones de Darwin sobre la evolución, los creyentes religiosos se dividieron en dos tendencias de discusión: Los que estaban de acuerdo en que la evolución era un hecho que afectaba a toda la Creación, incluido el ser humano, y los que se cogían irracionalmente a la letra del Génesis bíblico de la creación espontánea de todo cuanto existe en seis días y un séptimo de descanso( como si Dios fuese un ser humano con las fuerzas limitadas y que, por tanto, necesitase descansar tras un trabajo). Así  es que estos grupos o tendencias fueron los llamados respectivamente “evolucionistas”  y “creacionistas”.

     Darwin asentó las bases de una evolución de los seres vivos en sus formas físicas y hasta psíquicas, mientras que por la misma época Allan Kardec con la Codificación Espírita, dió luz a la evolución del espíritu que anima a cada ser humano, y al modo como se lleva a cabo, las leyes que la regulan, su finalidad, etc. Algo que se acepte o no, interesa al ser humano, pues demostrado está que el ser humano es algo más que la materia del cuerpo que vemos y tocamos; somos nada menos que, Espíritus inmortales inmersos en un proceso evolutivo que nos conduce grado a grado hacia una mayor perfección; una perfección ilimitada.

    Siguiendo  con el debate, hay que señalar que las especies animales evolucionan grupalmente dentro de su especie, pero esa evolución aunque nosotros la veamos muy larga, no es indefinida, dentro de la escala zoológica, pues precisamente por ser un proceso para nosotros infinito, llega un punto en que este proceso evolutivo continúa dentro de la especie humana, como Espíritus eternos que continuamos por ese camino eterno de aproximación, comprensión e identificación con Dios, nuestra Fuente de Origen.

     Así llega un momento evolutivo muy avanzado en inteligencia, memoria, etc, que sin perder los instintos adquiridos en su larguísima experiencia dentro las especies animales, se reconoce a sí mismo como espíritu humano y para avanzar en su progreso, necesita seguir  haciéndolo mediante  experiencias nuevas en la materia, como seres humanos con una conciencia espiritual despierta, que les da  entre otros muchos atributos a desarrollar, el sentido de la libertad interior para elegir sus actos y dirigir sus vidas.

    Por otra parte,  a  los que ponen la dificultad del tiempo casi eterno que se necesita para haber llegado a nuestro actual estado, ( creyendo que ya no podríamos ser una especie más desarrollada de lo que somos), les diré que tal como Darwin comprobó, esta  es la forma como Dios trabaja  y tal como los Espíritus de la Codificación lo confirmaron  claramente a Kardec.

    Para esa Fuerza Suprema, Inteligente en grado sumo y Creadora que llamamos Dios, los siglos que necesitaríamos para llegar a la etapa hominal, no tienen ninguna importancia pues el tiempo es un sentido relativo que Él  ha dado para toda Su Creación, pero que  no le afecta pues Dios vive en un eterno presente. Se podría afirmar que Él no tiene prisa por continuar la obra de la Creación, porque como Ser inmaterial que es, el factor tiempo no le afecta; Él , sin embargo,tiene sus métodos para llevarla a cabo con una sabiduría y una perfección infinitas, y estos métodos se llaman Ley General de Evolución Universal y Ley de la Reencarnación de los Espíritus, entre otras leyes que colaboran con esta Ley que nos conduce hacia la Perfección, y por tanto hacia la felicidad .

     Dios  no ha terminado de crear  pues siendo Él mismo increado y Eterno,  es una Fuerza infinita que no cesa de crear, como infinito  lo es el Universo en expansión y contracción, Su obra que no cesa de crecer y de aumentar infinitamente, pues ¿ quien sino, podría establecer los límites del Cosmos?. Si estuviese limitado en extensión, ¿qué habría más allá de él?.

     Y así Dios sigue creando  eternamente nuevos seres partiendo de las energías de los elementos y de los Seres que forman cada reino de la naturaleza.

     Por ello, en el universo infinito, deben existir seres muy evolucionados, y también criaturas muy primitivas, existiendo paralelamente a los demás seres que conforman los otros reinos de la naturaleza.

     Todos los seres evolucionan agrupados en cada especie, como un solo indivíduo, y cuando esa especie ya no les puede ofrecer mayores experiencias para seguir avanzando, pasan a conformar otras diferentes y así sucesivamente,  y cuando finalmente llegan a un nivel psíquico más elevado de inteligencia, sentimientos y emociones , es cuando  tras un proceso en el plano espiritual, para nosotros desconocido, alcanzan finalmente  el tremendo salto evolutivo al reino hominal en los mundos primitivos, en los que comienzan su andadura como seres humanos. 

     La evolución  del Espíritu humano es como una carrera de fondo, llena de dificultades y esfuerzos, cuyos rivales  para alcanzar metas  no son los demás, sino nosotros mismos porque nos acompañan durante mucho tiempo los instintos y tendencias que portamos en el espíritu desde nuestro ancestral pasado entre las especies animales, así como por estar sometidos a la Ley rectificadora e impulsora de Causa y Efecto que nos acompañará hasta que por evolución espiritual, alcancemos los mundos felices, aun tan lejanos de merecer para nosotros.

 - Jose Luis Martín-

                                                         *********************************


REFLEXIÓN ESPIRITA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
Por Marina Silva


Pese a todo el avance intelectual alcanzado por los individuos y a la libertad de expresión predicada ampliamente en muchos medios, la homosexualidad aún es considerada un tabú en la sociedad y sobre todo en las organizaciones religiosas, posean ellas carácter más o menos liberal. Con rarísimas excepciones.
Incluso en el Espiritismo, encontramos hermanos que se apoyan más en su prejuicio personal que en la Doctrina que dicen practicar, para buscar argumentos “doctrinarios” contra nuestros hermanos homosexuales.
Que la discriminación ocurra entre personas ignorantes y poco caritativas, es fácilmente comprensible. Pero verla entre aquellos que se dicen cristianos, es de hecho, difícil de comprender. Más aun entre los espíritas, quienes ya deberíamos haber asimilado que somos Espíritus encarnados temporalmente en un cuerpo físico, sin embargo no perdemos la esencia espiritual, cuya existencia es imperecedera.
Kardec nunca tocó directamente el tema, pero podemos afirmar que en ninguno de los libros de la codificación existe reproche a la homosexualidad.
Si analizaremos la homosexualidad bajo la observación de la Doctrina Espírita, nos parece bien comenzar por “El Libro de Los Espíritus”, la obra maestra que sirve de brújula a todos los espíritas preocupados por el estudio serio.
En la pregunta 200, Kardec pregunta:
“¿Tienen sexo los Espíritus?”
“- No, en el sentido en que vosotros lo entendéis, por cuanto los sexos dependen del organismo. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la afinidad de sentimientos.”
En las dos preguntas posteriores del el libro citado, se explica que los Espíritus pueden encarnar en cuerpos de hombres y de mujeres, según el género de pruebas por las cuales precisan pasar y que poco importa a ellos si van a encarnar en cuerpos masculinos o femeninos.
Muchos hermanos se apoyan en estas explicaciones para justificar el prejuicio hacia las personas con tendencias homoafectivas y argumentan que los Espíritus encarnados en cuerpos masculinos o femeninos deben reprimir sus sentimientos homoafectivos para respetar las pruebas correspondientes a su composición orgánica.
Pero la duda es ¿qué sabemos nosotros sobre el género de pruebas a ser enfrentado por ellos? ¿Estamos en condiciones de juzgar o de sacar conclusiones?
Es muy delicada la cuestión y nos exige mucho cuidado para no apuntar el camino a ser seguido por los demás, cuando todavía no logramos seguir el nuestro, como sabemos que es necesario. Queda claro que todavía no comprendemos el sentido amplio del Amor y la respuesta a la pregunta 200 no da lugar a duda: los Espíritus no tienen sexo “en el sentido en que” nosotros lo entendemos. Aún no sabemos todo.
Continuando la reflexión en compañía del gran educador francés, nos deparamos con palabras muy significativas en la Revista Espírita, conjunto de artículos que podría ser agregado a la lista de obras básicas de la Doctrina Espírita, por el rico material de estudio que ofrece.
En el mes de Enero de 1866, en la citada revista, Kardec diserta sobre el tema de la desigualdad entre los sexos (hombre-mujer), considerándola como un signo de inferioridad humana y argumenta que Dios no creó a los machos superiores a las hembras, así que la inferioridad femenina no está en los decretos divinos, sino en la ignorancia humana, que creó desigualdades contrarias a las leyes divinas a través de la fuerza bruta.
¿Qué decir sobre la desigualdad entre homosexual y heterosexual? ¿No nos parece igualmente anticristiana?
La diferencia que hacemos entre hombres y mujeres es una tendencia materialista, la cual no considera la inmortalidad del Alma y la justicia de la reencarnación, que da a todos oportunidades iguales sin privilegios y sin perjuicio. Y creer lo contrario es ignorar la Bondad y la Justicia de Dios, que nos ama a todos de igual manera, sin importar la vestimenta carnal que usamos. Importa, pues nuestra evolución moral e intelectual.
Hombres, mujeres, heterosexual, homosexual… ¿No somos los mismos Espíritus reencarnados en las sucesivas existencias carnales?
El sexo no está en el Alma, sino en el cuerpo físico. En el Alma guardamos nuestras tendencias, adquisiciones buenas o malas que conquistamos en las diferentes existencias.
Y acerca de esas tendencias, el Espíritu Emmanuel nos explica en el libro “Vida y Sexo”, que el Espíritu pasa por muchas reencarnaciones en cuerpos masculinos y femeninos, lo que nos hace desarrollar “tendencias más o menos pronunciadas de los dos sexos”. Y puede ocurrir que un Espíritu reencarne en un cuerpo, cuya “anatomía genital” esté en conflicto con las tendencias que predominan en su Alma.
Es decir, un Espíritu que adquirió tendencias femeninas más amplias y encarna en un cuerpo masculino, puede tener inclinación homoafectiva. Y si predominan en él las tendencias masculinas y encarna en un cuerpo femenino, también puede sentir esa inclinación.
Según Emmanuel, no hay Espíritu con plenitud femenina o masculina. “Tanto la mujer tiene algo de viril, como el hombre de femenino”.
Tales enseñanzas de Emmanuel están de acuerdo con la codificación, pues Kardec, en el mismo artículo de la citada revista dice que “las Almas o Espíritus no tienen sexo. Los afectos que las une nada tiene de carnal y por esa razón son más duraderos porque son fundamentados sobre una simpatía real y no están subordinadas a las vicisitudes de la materia.” [1]
Agrega que un Espíritu que transitó varias existencias con un mismo sexo puede conservar durante mucho tiempo en su estado de Espíritu el carácter de hombre o de mujer, cuya marca permaneció en él y esas tendencias “espirituales” pueden influenciar en su vida corpórea.
Y lo más interesante es que el codificador escribe que tales tendencias explican las aparentes anomalías que se notan en el carácter de ciertos hombres y mujeres. Fijémonos bien, anomalías aparentes. Porque Dios no creó la desigualdad y el Espíritu es el ser esencial y no la materia.
Nos parece que las enseñanzas son muy claras y podemos pasar a otra cuestión bastante controvertida para muchos, que es la posibilidad de la unión matrimonial entre dos personas del mismo sexo.
Aunque estudiosos y Espíritus instructores recomienden el respeto hacia los homosexuales, muchos de ellos también orientan la abstinencia sexual entre ellos.
El doctor Jorge Andreas en el libro “Fuerzas Sexuales del Alma”, escribe que es necesario al homosexual mantener la “castidad constructiva” para encontrar la armonía en futuras reencarnaciones.
El estudioso Jorge Hessen tiene otra opinión y en su artículo “La legítima visión cristiana de la homosexualidad” dice:
“(…) entendemos que la unión estable [casamiento] entre homosexuales puede ser legítima, hasta porque cada uno debe saber de sí mismo lo que es mejor para su propia felicidad. Sólo conseguiremos entender mejor la cuestión homosexual después de que nos liberemos de los prejuicios que nos acompañan desde hace muchos milenios. Nos arriesgaríamos a afirmar que la legalización del casamiento entre dos personas del mismo sexo es un avance de la sociedad, que está reglamentando lo que de hecho ya existe.”
Como ya habíamos comentado, Kardec no abordó directamente el tema de la homosexualidad, pero en “El Libro de los Espíritus” encontramos:
“695. El matrimonio, esto es, la unión permanente de dos seres, ¿es contrario a la ley natural?”
“- Es un progreso en la marcha de la humanidad.”
Más adelante el codificador pregunta sobre el celibato y en su nota escribe que ese sacrificio es meritorio cuando realizado en provecho de la humanidad y si confrontamos sus palabras con las del doctor Jorge Andreas, notamos que la “castidad constructiva” orientada por éste no posee el carácter meritorio apuntado por aquél. Así que no se lo justifica.
Si comparamos ahora las palabras de Jorge Hessen con las enseñanzas codificadas por Kardec, podemos percibir similitudes.
Kardec pregunta a los Espíritus sobre la unión entre dos seres y no entre hombre y mujer. Algunos podrían argumentar que no era necesario dejar explícitas las palabras “hombre” y “mujer”, dado que las uniones “normales” ocurren entre ellos. Sin embargo, sabemos que Kardec siempre fue muy atento al uso del lenguaje para no causar dobles interpretaciones. Además, la homosexualidad no es un “invento” actual, sino que existe desde hace mucho, ni sabemos desde cuándo.
Confirman esos argumentos lo que escribió en el citado artículo de la Revista Espírita, cuyas ideas ya discutimos en este texto:
“(…) puede ocurrir que el Espíritu transite por una serie de existencias en un mismo sexo, lo que puede hacerlo conservar durante mucho tiempo, en el estado de Espíritu, el carácter de hombre o de mujer (…) que permaneció en él. (…) esa influencia repercute de la vida corpórea a la vida espiritual (…) ocurre lo mismo cuando el Espíritu pasa de la vida espiritual a la vida corpórea.”
“(...) Cambiando de sexo podrá conservar en su nueva encarnación los gustos y las tendencias inherentes al sexo que acaba de dejar. De ese modo se explican las aparentes anomalías que se notan en el carácter de ciertos hombres y de ciertas mujeres.”
Por último, nos gustaría aclarar que este artículo no representa una apología de la promiscuidad, como muchos pueden suponer. Hasta porque la homoafectividad no tiene nada de sucio o vergonzoso, siempre que la unión entre una pareja homosexual sea movida por el amor verdadero.
Lo ilícito a una pareja heterosexual también lo es para una pareja homosexual. Todas las relaciones afectivas deben encarar el sexo como un intercambio de energías creadoras, solamente posible cuando está estructurado sobre sentimientos nobles y verdaderos.
El libertinaje del sexo irresponsable y únicamente sometido a las exigencias instintivas solo demuestra nuestra inferioridad moral y no es recomendable ni a heterosexuales y ni a homosexuales.
No podemos desviarnos de nuestra necesidad mayor, que es nuestra evolución espiritual, a través de la transformación íntima. ¡Concentrémonos en ello!

Fuente: Revista Espírita Mies de Amor, Año 1, Nº 1, Marzo de 2010

**********************




No hay comentarios: