miércoles, 25 de noviembre de 2015

Aprender con los equívocos


                                 REFORMA INTERIOR


  El estudio de la doctrina espirita nos lleva al conocimiento del ser humano en su triple composición a saber: espíritu, periespiritu y materia. Además encontramos sutilmente la invitación a conocernos a través del autoanálisis, viajando en nuestro mundo interior y descubrirnos.

La Doctrina nos enseña que el espíritu es un foco de inteligencia, de gran potencia espiritual, perfectible, educable, con pensamiento y voluntad, recubierto de un cuerpo energético de características electromagnéticas llamado periespiritu, el cual representa una estructura vibratoria intermedia, a través de la cual el espíritu entra en contacto con el cuerpo físico.

Con mucha propiedad Albert Einstein, definió al hombre como un conjunto electrónico regido por la conciencia. Esa conciencia conductora, preexiste y sobrevive al cuerpo realizando innumerables experiencias en la evolución, trabajando en cada una de ellas los valores que se encuentran en su interior-Dios en nosotros-

A medida que el ser evoluciona, descubre las grandes posibilidades que tiene a su alcance a través de la voluntad bien dirigida, para liberarse de los instintos primarios, como los impulsos, tendencias, o fijaciones perturbadoras.

Frente a estos sucesos (impulsos, tendencias, etc.) que pueden generar accidentes emocionales y morales, debemos realizar un examen minucioso de nuestro interior.

La máxima “conócete a ti mismo” inscrita en el templo Apolo en Delfos, ha trascendido el paso de los siglos con la finalidad de alertar a los hombres acerca del autoconocimiento.

Los filósofos griegos consideraban que el objetivo más elevado del ser humano era conocerse a si mismo: saber su origen, descubrir quien era, cual sería su destino futuro, puesto que la vida sólo tendría razón de ser, en la medida que hubiere sido suficientemente analizada y comprendida.

Sócrates, el padre de la filosofía griega permanecía durante horas en estado de recogimiento interior en busca del autoconocimiento.

La máxima que había sido predicada por Sócrates, fue adoptada posteriormente por san Agustín para responder a la pregunta 919 del Libro de los Espíritus. ¿Cuál es el medio práctico más eficaz para mejorarse en la presente existencia y resistir las instigaciones del mal?

La respuesta fue concisa y elocuente:-“Un sabio de la antigüedad os lo ha dicho: Conócete a ti mismo”-
Es decir conocerse en profundidad, saber quien es, cuales son sus compromisos consigo mismo y con la sociedad

Inicia el Maestro Jesús la práctica del autoanálisis cuando ante la mujer que fue sorprendida en adulterio y condenada por las leyes mosaicas, Él con su justicia y amor solicitó a la multitud que se revisaran y si estaban sin pecado, entonces podían arrojar las piedras.

El hombre necesita estudiarse para adquirir mayor conocimiento sobre sus emociones, sus sentimientos, su psiquis, y sobre como realizar las transformaciones necesarias en su vida.

Esta respuesta es complementada en la 919ª con recomendaciones sabias y claras, y encontramos allí un párrafo que nos dice “el conocimiento de sí, es la clave del mejoramiento individual y del perfeccionamiento moral de la humanidad”

LA EDUCACIÓN DEL ESPÍRITU

La educación como agente promotor hace posible la transformación de los instintos en sentimientos y los cambios de valores materiales en espirituales.

Los procedimientos educativos específicos, serán de inmenso valor para mejorar las posibilidades humanas y orientar la toma de conciencia en dirección de una vida interior más rica en principios y más noble en sentimientos.

Cuando el hombre carece de educación moral, reacciona con egoísmo cada vez que su mecanismo de conservación es activado y en consecuencia desata una sutil guerra de competitividad y resuelve las necesidades que lo apremian sin importarle sus características: sean materiales, fisiológicas, profesionales o afectivas, atropellando el sentimiento de fraternidad y de justicia, dando lugar a un conflicto de intereses, producto del egoísmo que sustituye la solidaridad.

En el Evangelio según el Espiritismo nos dice Enmanuel que “El egoísmo es un cáncer social, plaga de la humanidad cuyo progreso moral detiene (…) es el objetivo hacia el cual todos los auténticos creyentes deben dirigir sus fuerzas y su valor (…) porque hace falta más valor para vencerse a si mismo que para vencer a los otros”

Allan Kardec identificó en la educación moral la única salida para resolver la crisis del dolor y el sufrimiento.

Educar al hombre para SER más y no para TENER más.
Educarlo para que cultive valores éticos y desarrollar armoniosamente todas sus facultades.
En el Evangelio Según el Espiritismo Capítulo XVII, encontramos las características del hombre de bien.

EDUCACIÓN MORAL

En la pregunta 629 del Libro de los Espíritus, ¿Que definición se puede dar de la moral?
-La moral es la regla para conducirse bien, la distinción entre el bien y el mal. Se basa en la observancia de la ley de Dios.- la ley de Dios es única e invariable. Por lo tanto la moral desde el punto de vista espírita no admite la flexibilidad, ni las interpretaciones contrarias a las leyes naturales de la vida.

La educación moral da lugar al empleo de procedimientos estimuladores del desenvolvimiento de las reglas del buen proceder.
Allan Kardec demostró tener una clara noción de la importancia de la educación moral cuando afirmó: “Un día se llegará a comprender que esa rama de la educación (la educación moral) tiene sus principios, sus reglas-así también como los tiene la educación intelectual- porque es, en pocas palabras una verdadera ciencia.”
El hombre por su origen espiritual posee una cantidad considerable de recursos, susceptible de desarrollo gradual, armonioso, hasta alcanzar un perfecto equilibrio físico y mental. El área de los sentimientos esta íntimamente ligado al campo moral, que estimula el florecimiento de las virtudes humanas.

En el Evangelio Según el Espiritismo el maestro Kardec afirma sin dejar dudas: “…para llegar a la meta es necesario doblegar los instintos y exaltar los sentimientos; la tarea del ser humano consiste en perfeccionar estos últimos”

¿Es posible conseguir la perfección de los sentimientos cuando no se atiende la educación de los mismos?

Si dirigimos la mirada hacia nosotros mismos y hacia la comunidad vamos a encontrar que los hombres no solo carecemos de paz, sino también de afecto, de respeto mutuo, de bondad…

Por medio de ese análisis introspectivo, podemos constatar que la paz interior es posible, que la felicidad debe ser parte de nuestros objetivos de perfeccionamiento. Sólo tenemos que optar por el camino de las leyes de Dios.

Las leyes reguladoras del camino de la felicidad, estimulan el perdón, la indulgencia, la caridad, la bondad, la compasión y todas las virtudes que elevan al ser humano a la condición de espíritu sublimado. Por el contrario las leyes que transitan por el camino del sufrimiento, estimulan los resentimientos, la venganza, la violencia, el egoísmo y toda una serie de conductas inapropiadas.

Las virtudes reúnen a los seres humanos; el amor une a las personas, la bondad aproxima a los individuos, en tanto aquello que no eleva, separa, distancia porque vitaliza el egoísmo.

Elegir el camino es lo importante: tomar el que eleva o el que degrada; la puerta estrecha o la puerta amplia, (de la nos enseña el Evangelio) es nuestra responsabilidad. La felicidad o la desdicha dependen de la educación que le brindemos a nuestros sentimientos. Educar los sentimientos es, trabajar ese campo del espíritu relacionado con la moral. Los sentimientos conforman las leyes instaladas en la conciencia, leyes que nadie podrá evadir, ni infringir impunemente.

El amor es un alimento para la vida, que actúa en los centros del ser y armoniza los equipos electrónicos del periespiritu, responsables por la interacción espíritu y materia. Su vibración calma y da seguridad, al mismo tiempo que reabastece de fuerza y vitalidad.

Mediante el autoanálisis honesto, sin elogios, sin condena y sin justificación, el individuo debe permitirse la identificación de sus errores, y sin conciencia de culpa, digerir el acontecimiento buscando los medios de reparación y liberación del sentimiento perturbador.

No son pocos los males orgánicos que surgen de las emociones y sentimientos en el área de la afectividad y del comportamiento, que pueden ser evitados y solucionados gracias a una actitud de buena voluntad para consigo mismo y los demás.

El cuidadoso autoanálisis abrirá muchas posibilidades para lograr el equilibrio y ayudará a desarrollar la tolerancia para con los otros produciendo armonía interior.

La meditación diaria es el recurso más valioso para conocernos. La convivencia familiar, con los compañeros de labores, las reacciones ante el dolor, ante las ofensas, son básicas para la reprogramación de nuestra mente que viene condicionada por los vicios.
Siempre es importante un análisis cuidadoso respecto a las reacciones emocionales delante de los desafíos: cólera, celos, amargura, odio, envidia…

Allí vamos a necesitar mucho coraje para enfrentarnos, desnudarnos y querer modificarnos,

Esta reprogramación al iniciarse debe tener el indispensable concepto de la autoimagen (imagen con los errores descubiertos) reforzada con la disposición de no retroceder y la voluntad funcionará a la manera de un deber para consigo mismo.

En esa fase de la reprogramación mental el ser descubre que todos somos diferentes unos de los otros, con desafíos parecidos, pero no iguales, en luchas continuas, específicas para cada uno y los logros obtenidos no nos evitarán  nuevos enfrentamientos.

LA VOLUNTAD

La voluntad reviste mucha importancia en el proceso de la transformación humana. No puede haber un proyecto de transformación, si no hay voluntad.

Nadie va a educar los sentimientos si no tiene voluntad de hacerlo.

El enfoque espírita de voluntad profundiza aún más este concepto: Enmanuel en el libro Pensamiento y Vida- afirma que la mente humana posee varios sectores (deseos, inteligencia, memoria, imaginación etc.) pero que por encima de todos está el gabinete de la voluntad. Agrega  que la voluntad es la agencia lúcida y vigilante que gobierna todos los sectores de la actividad mental. Es el timón que dirige el barco de las funciones psíquicas y lo conduce a un determinado rumbo.

Según este respetable Espíritu, la voluntad es la única fuerza suficiente para sustentar la armonía espiritual.

Por medio de la voluntad hacemos nuestras elecciones, tomamos decisiones y asumimos compromisos.
La voluntad se desarrolla por etapas, como la inteligencia y el libre albedrío; y los sentimientos comienzan a tomar forma a partir de la evolución de los instintos y las emociones.

¿Cómo podrá una persona poner en acción la voluntad para eliminar algún vicio, si se complace en el?
Con acierto afirma André Luiz “La maldad es fruto de la ignorancia” lógicamente, mientras la voluntad no se desarrolle la maldad hace de las suyas.
Durante la evolución, los sentimientos se multiplican a medida que se acumulan las experiencias.
Al principio se manifiestan como sentimientos inferiores y luego se elaboran las virtudes que los antagonizan: la primera es la tolerancia

Odio.- Amor
Maldad.-Bondad
Orgullo.- Humildad
Resentimiento.-Perdón
Egoísmo.-Altruismo
Sufrimiento.-Felicidad
Fe ciega.-Fe razonada

Jesús y el Perdón 
El maestro le dijo a Pedro el apóstol que debía perdonar siempre e incondicionalmente.
En el Padre Nuestro” así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”…
Todos cometemos errores y todos necesitamos perdón
Cuando perdonamos y somos perdonados, nuestra vida se transforma.
El perdón es la expresión de la mas autentica caridad

Benevolencia para con todos

CARIDAD.-    Indulgencia para las imperfecciones de los demás
Perdón de las ofensas

BONDAD       Bondad en los pensamientos
                      Bondad en las palabras
Bondad en la mirada
Bondad en las actitudes

Recomendaciones:

1.Diálogo suave, marcando a aquel que escucha con algo agradable y duradero
2.Tornarse donante, libre de exigencias, sin pasiones esclavizantes
3.La plegaria, sincera, sentida y sencilla
4.Trabajar la Humildad
5. Estudiar la Ley del amor  Cáp. XI ítem 8 ESE

Recordar la enseñanza de Pablo: No os dejéis engañar, malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.


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"EL PRECIO DE LA REFORMA INTERIOR ES LA CONSTANTE VIGILANCIA"

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   " Tenemos que ser lo suficientemente humildes para escuchar las opiniones ajenas, pero sobre todas las cosas 
debemos de tener integridad para mantenernos firmes en lo 
que creemos que es nuestra Mision de vida. 
    
Nunca debemos tener miedo de expresar nuestro criterio, aunque no todos estén de acuerdo. Caminemos nuestro propio camino aunque tengamos que hacerlo a solas de vez 
en cuando."
- Mercy Ingaro-
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¿QUÉ ES DIOS?
José Aniorte Alcaraz

Definir a Dios es completamente imposible. Nadie puede definir algo que es indefinido. Sabemos que existe porque podemos ver, desde el más insignificante rincón hasta la más luminosa estrella del Universo, el poder y la grandeza de Dios, que se complementa con la palabra de la Creación.
Cuando esta idea de Dios se explique en la enseñanza y penetre en las conciencias, entonces se comprenderá que la justicia divina, es el instrumento admirable con el cual se rigen todas las cosas. La causa suprema lo conduce todo con orden y perfección.
Para comprender esto es indispensable que la sociedad moderna, que se hunde moralmente, tenga una idea exacta y verdadera de lo que en realidad es Dios; si no comprende esto no podrá regenerarse. Todas las mentes, todas las conciencias, tienen que mirar hacia ese foco moral, hacia esa fuente de eterna justicia que es Dios.
Todos hemos salido de una fuente de inteligencia y de conciencia. Todos tenemos el mismo origen y somos solidarios unos con otros porque estamos unidos por nuestro destino.
El alma humana es una extensión del alma divina y un pensamiento del Creador.
En todo el Universo encontramos la presencia de Dios, en lo visible y en lo invisible. La inteligencia lo comprende, la razón y la conciencia lo adoran. Lo que eleva al ser humano, por encima de todo, es el control de su mente, su voluntad y el sentimiento.
Dios no nos habla a través de una Biblia escrita hace miles de años, llena de contradicciones desmentidas por la ciencia de hoy, sino que nos habla a través de una Biblia que se escribe cada día con nuestro comportamiento, merecimiento y esfuerzo para llegar a un mundo real y espiritual, que nos acerca más a Él.
El alma contiene en estado embrionario todas las potencias, y su destino consiste en desarrollarlas durante sus innumerables existencias, en sus transmigraciones a través de los tiempos y de los mundos.
El mal no tiene existencia propia, es sólo el estado de inferioridad y de ignorancia del Espíritu en su camino evolutivo.
En los primeros pasos para su evolución realiza el mal, pero a medida que el Espíritu se eleva realiza el bien en sí mismo y a su alrededor. Así el mal disminuye y finalmente desaparece. El mal es sólo una consecuencia de la ausencia del bien. Si parece que aún domina en nuestro planeta, es porque éste aún es la estancia de espíritus que se inician en el difícil camino del conocimiento, o bien espíritus culpables en vía de rectificación.
Por esto el ser humano, no puede envanecerse y progresar sin la creencia en Dios, es decir, sin justicia, sin libertad y sin respeto a sí mismo y a sus semejantes.
Puede parecer extraño que se diga que para estudiar el
Espiritismo y comprender los hechos que en él se producen, hace falta tener una idea clara de lo que es Dios. Digo una idea clara para que no pueda confundirse con las ideas tradicionales.
Estos hermanos “espíritas” en su empeño en acabar con los sufrimientos del mundo, utilizan el fenómeno mediúmnico para dar luz al mundo espiritual, como si ese mundo no tuviese los recursos necesarios, para la estabilidad que con justicia debe tener.
Yo sé que expresarme así despierta muchas antipatías contra mí, también sé que algunos de mis “amigos” dicen que estoy obsesado porque me dejo influir por las sombras. Nada de esto me hace daño ni me importa.
Yo asumí un compromiso con Jesús, para divulgar la verdad y sólo estoy cumpliendo con mi trabajo y así lo haré hasta el fin de mi vida.
La misión del Espiritismo no es solamente iluminar inteligencias y el destino que ellas mismas han creado, su misión consiste en esclarecer la mente de los hombres, oscurecidas por falsas religiones. Desarrollar la vida moral que el materialismo y el sensualismo tanto daño le está haciendo; hacer comprender la inmortalidad del ser humano, para fortificar las conciencias.
Creo que el Espiritismo es una ciencia, pero sin eliminar lo que hay de elevado en él; la elevación del pensamiento por encima de los horizontes estrechos de un dios que sólo nos exige estar en continua oración, con esta conducta la misión del Espiritismo se hace estéril.
No olviden los espíritas que el Espiritismo no es una religión y los centros no son iglesias. El Espiritismo hay que estudiarlo, razonarlo, vivirlo y practicarlo. La mejor oración que podemos hacer a Dios, es la elevación de nuestros pensamientos, la firme voluntad de cambiar nuestra conducta, y realizar un trabajo útil en nuestro beneficio y a favor de los demás.
La grandeza del Espiritismo está principalmente en su doctrina; los fenómenos no son más que los cimientos sobre los cuales se apoya el edificio. El fenómeno es necesario, porque nos pone en contacto con el mundo invisible que nos rodea; para utilizarlo, hay que conocerlo y sobre todo saber distinguir con qué clase de espíritus nos estamos comunicando, para no dejarnos engañar.
Es bueno y necesario estar en comunicación con el mundo de los espíritus, pero tenemos que reunir las condiciones para que en esa comunicación no intervengan espíritus no deseados.
Tenemos necesidad de utilizar el Espiritismo de acuerdo con el progreso alcanzado, el Espiritismo no se estaciona, se renueva continuamente de acuerdo con el entendimiento del ser humano; hay que desarrollar el sentido moral que él nos enseña y entregarse a la creencia sólidamente establecida en los principios superiores; es necesario controlar las evocaciones, no entrar en comunicación con los espíritus si no es para recibir sus consejos, su ayuda moral y su esclarecimiento.
La humanidad de hoy es culta y progresista, al menos en los países ricos; en los países llamados pobres la incultura aún es grande, se entregan de una forma más primitiva a sus pasiones, y otros se arrodillan delante de los “santitos” encendiendo velas y pidiendo una solución para sus problemas.
La responsabilidad de este estado de cosas, debe recaer sobre los que han hecho de Dios que es bondad y eterna misericordia, un dios de venganza y de terror.
Sólo existe en el Ser infinito y eterno; lo bastante extenso para recoger todos los anhelos, todas las fuerzas, todas las aspiraciones del alma humana para avivarlas y fecundarlas.
¡Este ideal es Dios!
Dios es el Sol del Universo y Jesús es la ventana por donde entra esa luz a nuestro mundo. Jesús no es Dios, pero Él lo representa, es el Médium de Dios aquí en nuestro planeta.
Estar en comunicación con Dios es sentir, es interpretar el pensamiento de Él. Este poder de sentir no destruye la individualidad del Espíritu, sino que lo engrandece.
Cuando llega a cierto grado de evolución, el Espíritu se convierte en una de las grandes potencias, una fuerza activa al servicio de Dios, colaborando en la obra eterna del Universo. Su misión consiste en transmitir la voluntad divina a todos los seres que están por debajo de ella, y conducir hacia su luz a todos los que luchan y sufren en los mundos inferiores.
No debemos olvidar nunca, que el único vencedor que existe en este mundo, es aquél que se vence a sí mismo.
La elevación del pensamiento humano se comunica con el mundo espiritual más elevado, y el Espíritu vence las debilidades de la carne y se unifica con el mundo espiritual, que es su herencia y su futuro. Por esto es preciso que cada uno se convierta en su propio médium y aprenda a comunicarse con el mundo superior con el que está unido.
Esta facultad aún es utilizada por un número muy pequeño de espíritus, y es necesario que esta idea se generalice entre los hombres y mujeres, para que puedan comprender estas manifestaciones del pensamiento superior, al que también pueden llegar por medio de una vida pura y sin manchas.
Está llegando el día en que en nuestro mundo, se imponga la ley del progreso que preside la evolución de los seres y de las cosas, llevándonos hacia un estado siempre más perfecto. 

Está Tomado de Elucidaciones Espíritas
de José Aniorte Alcaraz
 Adaptación; Oswaldo E. Porras

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APRENDER CON LOS EQUÍVOCOS

La perfección todavía es un estado muy distante de la Humanidad. Todos los habitantes de la Tierra poseen fisuras morales y cometen errores. En verdad, equivocarse no es un escándalo, en el contexto de las leyes divinas. Dios no creó las criaturas perfectas, sino perfectibles. Los Espíritus encarnan y reencarnan infinitas veces para desarrollar las virtudes cuyo potencial traen en su íntimo. A fin de que crezcan en voluntad, sabiduría y amor, disponen del libre-albedrío. Caso no pudiesen optar, serian simplemente marionetas. Como pueden optar, es natural que no siempre sean felices en sus actos. El otro lado de ese proceso de aprendizaje es la responsabilidad. Al desenvolver la consciencia y la voluntad, la influencia de los instintos primitivos declina y la libertad se expande. La criatura se hace cada vez más responsable por sus actos y pensamientos. Los equívocos son naturales para quien transita de la ignorancia para la sabiduría. Solamente es necesario reparar todos los daños causados. Justamente por eso constituye señal de inmadurez recusarse a admitir los propios errores. La humildad constituye presupuesto del aprendizaje. Quien se imagina infalible y superior a todos se mantiene estático. Para entrar en sintonía con la vida, se impone atentar para la ley de progreso. El Universo todo es dinámico. Los especímenes animales y vegetales se perfeccionan incesantemente. Hasta la configuración física de la Tierra no es estática. De la misma manera que los especímenes inferiores, el hombre posee un papel a desempeñar en el concierto de la creación. Él está inserido en la naturaleza y debe ser un agente del progreso. Pero para impulsar el progreso es necesario estar siempre evolucionando. Así, para no traicionar la misión de su existencia, propóngase ser cada vez mejor. Admita su imperfección, pero no se acomode con ella. A veces usted se equivoca, pero eso es normal. Cuide para aprender con sus errores, a fin de no repetirlos innumerables veces. Y también asuma las consecuencias, buenas o malas, de sus actos. Repare todos los daños que eventualmente causar. Pague sus deudas, pida perdón, recompóngase delante de sus semejantes. Sin duda es necesario algún esfuerzo para reconocer un equívoco y rectificar el propio camino. Pero usted vivirá para siempre. Ciertamente desea, algún día, ser una persona sabia y pacificada. Como nadie hará su trabajo, esfuércese desde ya para ser así. Al rehusarse a admitir un equívoco, usted retarda la realización de su luminoso destino. Compenétrese en su papel de aprendiz y demuestre buena voluntad para con la vida. No se apegue a cosas pequeñas, como la vanidad y el orgullo. Tales fisuras morales solamente le infelicita. Aprenda a hacer el bien sin cualquier interés personal o sentimiento oculto. Ame y respete la vida, sea noble y solidario. Al principio puede ser necesaria alguna disciplina. Pero con el tempo se incorporará ese modo de vivir y será una persona maravillosa. He ahí una meta por la cual vale la pena luchar.
 Equipe de Redacción del Momento Espírita.

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ASI PIENSO YO. 

La religión habla de un “cielo” y de un “infierno”: En el “cielo” pues todo está bien, nada malo sucede, se vive en paz y en armonía al lado de “Jesús”. En el “infierno” es todo lo contrario: nada bueno sucede, solamente es para sufrir y penar, y se cuenta que posiblemente sea por toda la eternidad. Que terrible verdad? 

O sea, la religión nos propone lo siguiente: felicidad eterna o eterno castigo. 

Existen otras maneras de analizar estas posibilidades, las cuales me parecen más justas y que provienen de un Ser (Dios) que decimos es eterno y puro amor. 
Esta otra posibilidad nos dice que: cada cual con sus obras, para bien o para mal, va creando en esta vida su propio “cielo o su propio “infierno”. Pero que el “infierno” que esa persona ha creado con sus faltas y errores cometidos, durara solamente el tiempo necesario para un ARREPENTIMIENTO y una RETRIBUCION de las deudas contraídas por el mal uso del LIBRE ALBEDRIO. 

Me parece una Ley Espiritual mucho más JUSTA y apropiado al Dios que amamos y que nos ama INCONDICIONALMENTE. 
Gracias.
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