lunes, 24 de agosto de 2015

Las Drogas en nuestras vidas




ALIANZA DE LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN

La ciencia y la religión son las dos palancas de la inteligencia humana:la una revela las leyes del mundo material y la otra las leyes del mundo moral;pero teniendo las unas y las otras el mismo principio que es Dios,no pueden contradecirse,si una es la negación de la otra,una necesariamente está errada y la otra no,porque Dios no puede querer destruir su propia obra.La incompatibilidad que se creía ver entre éstos dos órdenes de ideas,se debe a una falta de observación y al sobrado exclusivismo de una y otra parte:de seo se ha seguido un conflicto,de donde nacieron la incredulidad y la intolerancia.
Han llegado los tiempos en que las enseñanzas de Cristo deben recibir su complemento,en que el velo lanzado a propósito sobre algunas partes de ésta enseñanza,debe ser levantado,en que la ciencia dejando de ser exclusivamente materialista,debe enterarse del elemento espiritual; y en que la Religión,cesando de menospreciar las leyes orgánicas e inmutables de la materia,apoyándose una en la otra y marchando éstas dos fuerzas de acuerdo,se presten mutuo apoyo.Entonces la Religión no siendo ya desmentida por la Ciencia,adquirirá una fuerza inquebrantable,porque estará de acuerdo con la razón y no se le podrá oponer la irresistible lógica de los hechos.
La Ciencia y la Religión no pudieron entenderse hasta hoy.porque,examinando cada una de las cosas bajo su punto de vista exclusivo,se rechazaban mutuamente.Era necesario algo para llenar el vacío que las separaba,un lazo de unión que las aproximase;ese lazo de unión está en el conocimiento de las leyes que rigen el mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corporal,leyes tan inmutables como las que rigen el movimiento de los astros y al existencia de los seres.Una vez constatadas esas relaciones por la experiencia,se ha hecho una nueva luz:la fe se dirigió la razón,la razón no encontró nada de ilógico en la fee y el materialismo fue vencido.Pero en ésto,como en todas las cosas,hay personas que se quedan rezagadas,hasta que son arrastradas por el movimiento general que las aplastará,si quisieren resistir,en vez de entregarse a él.Es toda una revolución moral que se opera en éstos momentos y trabaja a los Espíritus;después de haberse elaborado durante mas de 18 siglos,se aproxima a su cumplimiento y va a marcar una nueva era en la Humanidad.La consecuencia de esa revolución son fáciles de prever,debe traer,en las relaciones sociales,inevitables modificaciones y no está en el poder de nadie el oponerse a ellas,porque están en los designios de Dios y son consecuencia de la ley del progreso,que es una ley de Dios.

EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO:CAP 1 ÍTEM 8

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Principios organizadores


...Cuando las personas crecen espiritualmente son capa­ces de cambiar de opinión para mejor, superando sus propios límites, y avanzando con coraje a la conquista de los valores que las liberan de los tormentos y de las pasiones inferiores.
- Joanna de Ángelis -

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SALUD Y EVOLUCIÓN                                   ANÍMICA

 El estudio del alma, como realidad humana, no debería restringirse tan solo a los sectores religiosos y esotéricos, sino alcanzar, igualmente, otras áreas del conocimiento humano, en especial el de la Medicina, Psicología, Sociología, Física, Química y de la Educación, viendo que las adquisiciones científicas, relativas al conocimiento de la misma, pueden proporcionar valiosas contribuciones a sus campos de aplicaciones prácticas.
Esos conocimientos posibilitan, todavía, la disminución de los preconceptos que existen a ese respecto y que dificultan el progreso en ese campo tan importante del conocimiento humano.
Una cuestión fundamental en la Medicina consiste en saber cómo se realiza la cura de las enfermedades. En muchos casos, como cuando son estudiadas las curas espirituales, los llamados milagros, que ocurren en todas las religiones, o de las curas sin vínculos religiosos, donde no se tiene una explicación satisfactoria para justificarlas y cómo se realizan.
Con la colaboración de la Física, a través de la cura cuántica, tenemos una explicación para las peculiaridades de las modificaciones que ocurren en las células comprometidas del organismo, por la actuación del pensamiento, capaz de promover el alineamiento de los electrones en las órbitas nucleares de las células donde se encuentran.
Según esa nueva visión, la acción terapéutica, cualquiera que sea su procedencia, debe realizar la concienciación del enfermo, capaz de producir un cambio en su actitud respecto a la enfermedad, haciéndole comprender que irá a obtener una substancial ayuda para aminorar sus problemas, u obtener la cura que tanto anhela.
Esa proposición produce resultados excelentes cuando, por ejemplo, el paciente acepta e incorpora, a su proceder, la recomendación para cambiar ciertos hábitos y seguir la orientación prescrita, como los cuidados a ser observados para reducir los niveles de colesterol, para eliminar el uso del tabaco, para cambiar sus hábitos alimentarios, etc.
Cualquier teoría médica que no reconoce el valor del pensamiento en las acciones terapéuticas está destinada a ser, en la mejor de las hipótesis, incompletas. El médico, al atender a un paciente, no puede limitarse a pedir exámenes al laboratorio y, delante de los resultados, prescribir el medicamento, haciendo una prescripción que  puede ser válida científicamente, pero tiene su valor disminuido si no va acompañada de la atención y del calor humano que debe envolver la relación médico-paciente.
El paciente no es una persona indiferente, sino un alma que está sufriendo y tiene deseos de un mensaje de esperanza, de refugio espiritual para su sufrimiento. Él espera una palabra que le dé confianza, y que constituya una acción muy importante en el proceso terapéutico.
Cualquier actividad médica junto al paciente constituye, como mínimo, una interacción entre dos seres, cuyo vínculo fundamental de actuación debe ser el Amor que aproxima a las personas en un sentimiento fraterno.
Los diferentes disturbios del alma, son responsables del sufrimiento humano, frecuentemente relacionados al atraso espiritual de las criaturas, que son víctimas de males oriundos por sus propios desequilibrios morales llevándolas,  muchas veces, a los vicios, a la agresividad, a los disturbios sexuales y al marasmo de los pensamientos negativos, condenándolas a una creciente apatía moral, indiferentes a los bienes edificantes de la vida.
Por su generalidad, las enfermedades del alma acometen a innumerables personas de todas las partes del mundo, constituyendo un serio problema social y de Salud Pública para todos los pueblos de la Tierra.
Siendo el alma la responsable de todos los actos de la vida diaria, se comprende la importancia de ser movilizadas actividades para las realizaciones evolutivas del alma, viendo como toman consciencia las personas, apartándolas de la inercia, de la rutina y del negativismo a fin de poder alcanzar, de modo duradero, el camino recto y triunfal del proceder humano.
El ser humano está formado de cuerpo y alma. El cuerpo tiene una estructura biológica que envejece con el paso de la edad, durante la vida. El alma, de estructura energética, no envejece, sino que evoluciona a través de las reencarnaciones.
La evolución anímica o espiritual constituye la adquisición más importante que puede ser deseada tanto por las criaturas encarnadas como desencarnadas.
Ella se realiza paulatinamente, a través de las generaciones, mediante esfuerzos basados en la práctica del amor fraterno. El grado de evolución espiritual caracteriza la posición alcanzada por las criaturas en su andadura a través de los tiempos.
En la práctica, la evolución espiritual se manifiesta por diferente atributos como la bondad, la sabiduría, la comprensión, el desprendimiento de los bienes materiales, la sinceridad en el trato con los semejantes, la vivencia de pensamientos positivos y la anulación de los pensamientos negativos como los de la ira, celos, traición, falsedad, odio, agresividad y de toros de la misma naturaleza, que deberán ser exiliados del planeta Tierra, que habrá alcanzado un nivel elevado de vibración espiritual en el albor de la nueva era que se aproxima, donde los hombres serán buenos y se amarán unos a otros.
Trabajo de Merchita
Extraído del libro “Enfermedades del Alma”  Dr. Roberto Brólio
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 ¿Por qué hacemos obras de Caridad?

Alguna vez se han preguntado cual es la verdadera razón por la que hacemos obras de caridad, donamos dinero o tiempo, o tal vez en muchos casos las dos cosas, o tal vez anónimamente ayudamos a los que se encuentran en necesidad de ayuda. 
Entiendo que el hacer el bien sin mirar a quien es siempre bueno, y beneficioso para el recipiente, el donador y hasta el universo. Todo acto de amor que hagamos es beneficioso para toda la humanidad. 
Pero, me pregunto, ¿porque lo hacemos? Lo hacemos porque en realidad somos espíritus evolucionamos, que nos complace el hacer el bien a todos, sin esperar o querer ninguna gratificación. O tal vez, lo hacemos por razones mas egoístas, no estoy hablando de que esperemos adulaciones, ni crédito por lo que hacemos, ni siquiera que esperemos un simple gracias. Me estoy refiriendo a un sentimiento egoísta que se encuentra muy dentro de nosotros mismos. 
¿Cuantas veces cuando hacemos un acto de caridad, no nos sentimos orgullosos de nosotros mismos?, claro esta que no se lo decimos a nadie, pero pensamos en la ley the causa y efecto y lo que nuestra acción significa para poder heredar un mejor futuro para nosotros mismos. Estoy segura que muchos hemos oído la frase: "Nuestro presente fue creado en nuestro pasado y nuestro futuro está siendo creado por nuestras acciones de hoy." La primera vez que leí esas palabras, causaron un gran efecto en mi, se volvieron casi proféticas. 
Pero desgraciadamente, mi mente nunca descansa y últimamente he estado pensando, cuantas veces cuando actuamos caritativamente, estamos en realidad brindando una caridad desinteresada, o si realmente lo hacemos por que estamos egoístamente labrando un mejor futuro para nosotros mismos. 
Yo no pretendo hablar por ninguno de ustedes, ni siquiera pretendo hacerlo por mis propios hijos. Solo puedo expresar lo que a mi se refiere. Sinceramente, sin ningún engaño, puedo asegurarles que hoy, me he dado cuanta de lo atrasado que mi espíritu se encuentra, porque aunque no pretendo ganarme adulaciones, halagos, ni tan siquiera un simple gracias, cuando hago algún bien, en realidad no lo necesito ni lo quiero, tampoco puedo sinceramente decir que los actos de caridad que hago, no los hago sin ningún interés, porque los estoy haciendo egoístamente para poder labrarme un mejor futuro. 
Estoy consciente que he avanzado muchísimo en esta existencia, como también hoy he comprendido que lo que creo que estoy haciendo correctamente, en realidad no me esta ayudando en mi evolución como yo lo había creido, hoy he comprendido la importancia de mantener mi mente abierta y alerta a todas las nuevas ideas o información del exterior que llegue a ella, hoy he comprendido la grandeza de mi ignorancia, hoy he comprendido lo mucho que me queda por evolucionar, para poder llegar a ser una versión mejor de lo que hoy soy.

- Mercy Íngaro -

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           Las drogas en nuestra vida
Drogas son substancias entorpecedoras, excitantes, alucinógenas, utilizadas con la finalidad de, inicialmente y en carácter provisional, propiciar al usuario un pretenso estado psíquico que le parezca agradable.
Son también designadas como drogas las substancias farmacéuticas, utilizadas para amenizar los dolores, la curación de enfermedades y el bienestar de los convalecientes.
Cotidianamente, cuando algo no está bien, una de las palabras más utilizadas, posiblemente, sea: ¡droga!, ¡que droga! Colocando énfasis en la pronuncia de la palabra, caracterizase la gravedad de la situación.
Las drogas, sean farmacéuticas o no, utilizadas de forma irresponsable, inducen a los estados de alteración de la consciencia o alucinaciones. Los usuarios las denominan de viajes.
Viajes, que generan graves secuelas de orden física y psíquica.
Lamentablemente es muy grande el número de personas que las consumen.
Las instituciones médicas, religiosas, gubernamentales, están preocupadas con esas estadísticas que demuestran el desprecio por la vida y por uno mismo.
¿Qué será de nuestro futuro, si la juventud se entrega al vicio, olvidándose de los valores intelectuales, las conquistas personales y del enriquecimiento del espíritu?
¿Qué será de nuestro futuro, cuando los niños, que deberían estar jugando al fútbol, divirtiéndose en sus bicicletas o participando de corridas, prefieren drogarse, dejando de lado el placer que esas actividades les proporcionarían?
¿Qué será de nuestro futuro, cuando adultos se entregan a tales vicios, olvidándose de la nobleza de las luchas para lograr sus sueños?
¿Qué será, en fin, de nuestro futuro, cuando ancianos, que deberían estar compartiendo la riqueza de sus experiencias, deciden abrazar las drogas, olvidando valores y afectos?
¿Qué será?...
Mientras la preocupación crece por esas situaciones, preocupa también el panorama de otras drogas que vienen destruyendo amistades, instituciones y hogares.
Hablamos de la rabia que vitaliza las venganzas mezquinas, apuntando sus lanzas contra personas que actúan por el bien del prójimo.
Nos acordamos de la envidia que destruye excelentes proyectos de calidad, que tienen como objetivo consolar corazones, serenar ánimos e incitar al optimismo.
Esto sucede porque el envidioso considera que es más fácil destruir, de que esforzarse para alcanzar el trayecto del otro y, de esa forma, hombrear con dignidad por el mismo ideal de lucha hacia su semejante.
Nos acordamos de la maldad que establece intrigas, esparce la cizaña de la mentira, arruinando el honor de personas nobles, además de crear sospechas en tareas de total renuncia.
Esa forma de actuar sigilosamente, en las sombras de la noche, lanzando venenos aquí y allí, de forma sutil, es una droga que igualmente produce muchos males.
Por todo eso, si usted no quiere contaminarse, ni servir al mal, piense un poco.
Si te llegan informaciones destilando veneno, acerca de personas e instituciones, utilice tu buen discernimiento.
Examine lo que hacen los acusados, sus obras, sus realizaciones.
Ponga la báscula de la ponderación en lo que escuches del acusador, sus actos y actitudes.
Piense que, mientras el acusado está actuando en el bien, el acusador está sembrando la intriga, el mal.
Y entonces, con lucidez, no permita inocularse por las drogas de la rabia, la envidia y la maldad.
Conforme orientación de nuestro Maestro Jesús, inmunízate con la vigilancia y la oración.
No haga viajes por el país de las tinieblas. No se deje enredar por el mal.
Sirva siempre al bien. Viva por el bien. Esparza el bien y contagie a muchos, con su disposición de acertar, de ser mejor, con plena conciencia de sus pensamientos y actos.
Redacción del Momento Espírita
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