sábado, 14 de junio de 2014

El Génesis


EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC

Desde el instante en que un espíritu nace a la vida espiritual, debe hacer uso de sus facultades para poder avanzar. En un comienzo estas facultades son rudimentarias, revistiendo una envoltura corporal apropiada a su estado de infancia intelectual, mas a medida que sus fuerzas aumentan deja la vieja envoltura para revestir otra. Ahora bien, como en todos los tiempos ha habido mundos y éstos dieron nacimiento a cuerpos organizados, apropiados para recibir espíritus, en todos los tiempos éstos, fuese cual fuere su grado de adelantamiento, hallaron los elementos necesarios para la vida carnal. 
. Al ser exclusivamente material, el cuerpo sufre las vicisitudes de la materia. Después de haber trabajado durante algún tiempo, se desorganiza y descompone. Al no hallar elemento para su actividad, el principio vital se extingue y el cuerpo muere. Para el espíritu, el cuerpo privado de vida carece de utilidad. Entonces o abandona, como se deja una casa en ruinas o un traje ajado por el uso. 
. El cuerpo sólo es una envoltura destinada a alojar al espíritu. Poco importa su origen o los elementos que lo conforman. Aunque el cuerpo del hombre sea una creación especial, está constituido por los mismos que integran los cuerpos de los animales y es animado por el mismo principio vital, es decir, activado por idéntico fuego, así como es iluminado por la misma luz y está sujeto a vicisitudes de igual tenor e idénticas necesidades: estas aseveraciones nadie las pone en duda. 
Si consideramos únicamente a la materia, haciendo abstracción del espíritu, no hay nada en el hombre que lo distinga del animal. Pero si hacemos la distinción entre el habitante y la habitación, todo cambia fundamentalmente. 
Aunque un noble viva en la choza del campesino o vista el sayal del pastor, seguirá siendo un gran señor. Lo mismo sucede con el hombre. No es su vestido de carne el que lo eleva por sobre la bestia y lo convierte en un ser especial, sino su ser espiritual, su espíritu. 

Luz progreso y paz
Marco Antuan

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      DE SERVIDOR PARA SERVIDOR

         Nunca te permitas el vacío de la tristeza inútil en el camino del Bien.
         No te fijes en los escollos de la senda. Reflexiona en las bendiciones recibidas.
         Rememora los obstáculos que pasaron y piensa en las alegrías que el trabajo te concede.
         Decidiste  pronto la lucha por la propia sobrevivencia y bastantes veces, acompañaste a los amigos en las tribulaciones con que se vieron  enfrentados, compartiendoles el dolor.
         El trabajo,sin embargo, te ha ampliado el apoyo en todas las crisis, trayéndote otros amigos que te podarán las inquietudes y te restituirán las fuerzas dilapidadas para que no desfallezcas.
         Oraste en los momentos difíciles, suplicando el amparo de la Vida Mayor es, a través del trabajo, brazos dedicados que te hicieron de canales de apoyo, sustentando tus pasos a lo largo del camino.
        Nunca te rindas a la tentación del reposo innecesario y no te desanimes con el desaliento,desde que en tus áreas de servicio, encontrarás siempre todo aquello de que necesitas, a fin de seguir adelante. 
        Honras los encargos que te honran y sobre todo, agradece al trabajo todo aquello que un día puedas tener o estar mejor, por cuanto que en el trabajo del bien a los semejantes que tendrás, siempre y en cualquier tiempo, es tu más seguro camino para el socorro de Dios.

(Confia y Sigue - Espíritu Emmanuel, psicografia de Francisco Candido Xavier, GEEM)

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Influencia de los Espíritus

Tomado del Libro de los Espíritus por Allan Kardec
530. Los Espíritus frívolos y burlones ¿no pueden provocar pequeños inconvenientes que vengan a frustrar nuestros proyectos y obstar nuestras previsiones? En síntesis, ¿son ellos los autores de lo que comúnmente se denomina las pequeñas miserias de la vida humana?
- Se complacen en tales triquiñuelas, que para vosotros constituyen pruebas a fin de que ejercitéis vuestra paciencia. Pero se cansan cuando comprueban que no obtienen éxito. Con todo, no sería justo ni exacto culparlos de todas vuestras frustraciones, cuyos principales artesano sois vosotros mismos a causa de vuestro
atolondramiento. Porque créeme que si se te quiebra la vajilla esto sucede más por tu torpeza que debido a los Espíritus.
530 a. Los Espíritus que ocasionan discordia ¿lo hacen como resultado de una animosidad personal, o bien provocan al primero que llegue, sin un motivo determinado, sino tan sólo por malicia?
- Por una y otra cosa. A veces son enemigos que habéis hecho en esta vida o en una anterior, y que os persiguen. En otras ocasiones no existen motivos para su proceder.
531. La malevolencia de los seres que nos han hecho mal en la Tierra ¿se extingue junto con su vida corporal?
- Con mucha frecuencia reconocen su injusticia y el mal que os han infligido. Pero a menudo también siguen persiguiéndoos con su animosidad, si Dios lo consiente, para continuar probándoos.
531 a. ¿Es posible poner término a eso? Y ¿de qué manera?
- Sí, se puede orar por ellos, devolviéndoles bien por mal, y terminan por comprender sus sinrazones. Además, si sabéis poneros por encima de sus enredos, desisten, al comprobar que nada ganan con ellos.
La experiencia demuestra que ciertos Espíritus persisten en su venganza de una existencia a otra y que, de este modo expiamos, tarde o temprano, los errores que podamos haber cometido en perjuicio de alguien.
532. ¿Poseen los Espíritus el poder de desviar los males que se ciernen sobre algunas personas, y traerles en cambio la prosperidad?
- No del todo, porque hay males que están dentro de los designios de la Providencia. Pero atenúan vuestros dolores dándoos paciencia y resignación.
Sabed, por otro lado, que a menudo depende de vosotros el apartar esos males, o al menos amenguarlos. Os ha otorgado Dios inteligencia para que de ella os sirváis, y en este sentido sobre todo acuden los Espíritus en vuestro auxilio, sugiriéndoos pensamientos adecuados. Pero sólo ayudan a aquellos que saben ayudarse a sí mismos. Tal es el sentido de estas palabras: “Buscad y encontraréis. Golpead y se os abrirá”.
Sabed también que lo que os parece ser un mal, no siempre lo es. Muchas veces debe resultar de él un bien, que será mayor que el mal mismo, y es esto lo que no comprendéis, porque no pensáis más que en el momento presente o en vuestra persona.
533. ¿Pueden los Espíritus hacer que obtengamos los dones de la fortuna, si se lo pedimos?
- A veces, y con carácter de prueba, pero casi siempre se rehúsan, como negamos a un niño un pedido que nos haga y que está fuera de razón.
533 a. Los que conceden este tipo de favores ¿son los Espíritus buenos o los malos?
- Unos y otros: depende de la intención. Pero con más frecuencia son los Espíritus que quieren arrastraros al mal y que encuentran en ello un medio fácil, debido a los goces que la fortuna proporciona.
534. Cuando ciertos obstáculos parecieran oponerse fatalmente a nuestros proyectos ¿sucede esto por influencia de algún Espíritu?
- En ocasiones, sí son los Espíritus. Pero las más de las veces se debe a vuestros propios desaciertos. Mucho influyen en esto la posición y el carácter. Si os empecináis en seguir un camino que no es el vuestro, los Espíritus no intervienen para nada en la cuestión: vosotros mismos sois vuestros propios genios malos.
535. Cuando algo venturoso nos sucede ¿debemos dar las gracias a nuestro Espíritu protector?
- Agradeced sobre todo a Dios, ya que sin su permiso nada se consuma. Y en segundo lugar, dad las gracias a los buenos Espíritus, que han sido los agentes de Él.
535 a. ¿Qué sucedería si nos olvidáramos de agradecer?
- Lo que a los ingratos acontece.
535 b. Con todo, personas hay que ni oran ni agradecen, y todo les sale bien…
- Sí, pero hay que ver el final. Porque muy caro pagarán esa felicidad transitoria que no merecen, pues cuanto más hayan recibido, tanto más tendrán que devolver.

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