INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Algunas formas de manifestarse los Espíritus
2.- La conciencia en acción
3.- Ciencias educacionales a la luz del Espiritismo (1)
4.- Cuando llega nuestra muerte
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ALGUNAS FORMAS DE MANIFESTARSE LOS ESPÍRITUS
La propia mediumnidad no
es un instrumento de precisión, como un microscopio o un reloj, que funcione,
repetidamente, de manera previsible y controlable. El médium es un ser humano
ultrasensible, de psicología compleja, encargado en transmitir
el pensamiento de un desencarnado, pero está muy lejos de ser
mero aparato mecánico de comunicación, como un teléfono o una radio, aunque no
obstante se hable en sintonía y de vibraciones, cuando a el nos referimos. Sus
facultades sufren influencias variadas, del ambiente, de su estado de salud, de
su problemática intima, de su fe o ausencia de ella, de su interés en el
trabajo, que puede fluctuar, de su capacidad de concentración, de su confianza
en los compañeros que le rodean y, especialmente, en el dirigente del grupo y,
obviamente, de los Espíritus manifestantes. Y hasta estos, que son también
seres humanos - no nos olvidemos de esto - varían sus presentaciones, de una
para otra manifestación, según sus propias disposiciones.
Por otro lado, es necesario
considerar, también, que hay diferentes formas de
mediúmnidad: de incorporación, o psicofónico, de videncia, clariaudiencia,
psicografia, así como existen médium que conservan su conciencia durante la
manifestación, y médium que pasan a lo que se convino llamar estado "inconsciente".
Es inadecuada la expresión
"mediúmnidad inconsciente". El Espíritu del médium no está en estado
de inconsciencia, simplemente se aparto de su cuerpo físico, para cederlo al
manifestante. Lo máximo que se puede decir es que la conciencia no está presente
en el cuerpo físico, o mejor dicho, no se manifiesta a través del cuerpo
material, temporalmente ocupado o manipulado por una entidad extraña a su
economía. Si el médium se sumergiese, en Espíritu, en el estado de
inconsciencia, el manifestante asumiría posesión total de su organismo
y haría con el lo que le pareciese bien.
Existen manifestaciones
violentas, y muy libres, durante las cuales los Espíritus incorporados mueven
el instrumento mediúmnico aparentemente a su voluntad,
haciéndole gritar, dar puñetazos, levantarse, derrumbar muebles,
rasgar libros y cuadernos, y promover disturbios semejantes.
La mediúmnidad sonambúlica
se asemeja al estado de posesión; pero, basta invocar esta, para sentir la
diferencia entre una y otra manifestación. El poseso es realmente un médium,
pues ofrece condiciones para que otro Espíritu se incorpore en el, pero el
médium no es un poseso, en el sentido de que el manifestante pueda hacer, con
el, todo cuanto le parezca, en cualquier momento y sin limite de tiempo, o
totalmente sin disciplina.
En un grupo mediúmnico en que la
supervisión espiritual sea firme y segura, la mediúmnidad sonambúlica puede y
debe funcionar perfectamente, pues muchos Espíritus necesitan estar unidos a
tales médium. Ellos provocaran disturbios y se agitaran bastante, según los
recursos y censuras que encontraran en sus médiums, pero no nos olvidemos de
que, los guías espirituales del grupo estarán atentos, para que ellos no
cometan desatinos, como el propio médium estará presente y consciente,
acompañando atentamente la manifestación, y puede, con certeza, interferir,
para que el Espíritu manifestante no se exceda, aunque se le permita una
considerable libertad. En casos extremos los orientadores espirituales del
grupo también adoptaran medidas de excepción, para contener las manifestaciones
mas violentas. Ya tuvimos oportunidad de presenciar algunos de esos
casos, en que el Espíritu es virtualmente "maniatado", por lazos
fluídicos invisibles a nuestros ojos, pero de una realidad indiscutible para
el, porque lo inmoviliza instantáneamente.
El grupo debe estar, así,
perfectamente preparado para innumerables formas de manifestación. Ellas son
imprevisibles e inesperadas. El adoctrinador experimentado sabrá identificar
prontamente las primeras señales de la incorporación, cuando el
Espíritu comienza a acomodarse
a la organización mediúmnica. Es
necesario recordar que, frecuentemente, el Espíritu manifestante esta
parcialmente unido al médium, horas, y hasta días enteros, antes de
la _ sesión. En estos casos, cuando se trata de un
Espíritu desarmonizado, aunque la manifestación no sea ostensiva, porque esto
implicaría admitir mediúmnidad totalmente descontrolada, el médium sufre
inevitable malestar físico, dolor de cabeza, presi6n sobre la nuca, sobre los
plexos, sensación de angustia indefinible y, hasta incluso, estado febril,
postración, irritabilidad, agresividad y varios otros síntomas de
desorganización psicosomática.
El médium experimentado y
responsable debe estar preparado para eso. No se asuste, no se aterrorice, no
tema y, sobre todo, no deje de comparecer al trabajo, por causa de esas
disonancias psicofísicas, pues es eso mismo lo que desean los compañeros
desequilibrados, es decir, apartarlo del trabajo.
Ese envolvimiento puede
darse también con los demás participantes del grupo que, aunque no estén
dotados de mediúmnidad ostensiva, sufren también terribles presiones de los
hermanos perturbados. Uno de los blancos predilectos de esas penosas
aproximaciones es el adoctrinador, tenga o no mediúmnidad ostensiva. El cerco
en torno de el es permanente, tenaz, implacable, impiadoso, porque los
compañeros desencarnados enfermos, creen que neutralizándolo, acaban con el
grupo, lo que muchas veces, infelizmente, es verdad.
Este o no este el Espíritu unido
al médium antes de la sesión, es cierto que el planeamiento espiritual ya tiene
las tareas de la noche distribuidas por anticipación, y en la secuencia que
creen más conveniente a la buena marcha de los trabajos. Generalmente, cada médium
tiene su propio "estilo", para indicar el inicio de la comunicación:
colocar las manos sobre la mesa, respirar con mayor profundidad, dos o tres
veces, agitar ligeramente la cabeza o el cuerpo, gemir, levantar los brazos, en
una somatología que el adoctrinador, habituado a trabajar con el, sabrá
identificar, a fin de iniciar el tratamiento del hermano que se
presenta.
A veces, el Espíritu comienza
luego a hablar, o a vociferar, pero, usualmente, el necesita de algunos
segundos para apoderarse de los controles psíquicos del
médium, y no consigue hablar sino después de haberse acomodado bien
a la organización de su instrumento. El adoctrinador
debe aprovechar esos momentos para dar una palabra de,
bienvenida, saludándolo con atención, cariño y respeto. En algunos casos el
Espíritu solamente consigue expresarse con mucho trabajo, en virtud de su
estado de perturbación, de indignación, o por estar con deformaciones
periespirituales que se lo impiden. Otras veces, valiéndose de astucia,
o preparando
celadas, se mantiene en silencio, para que el adoctrinador se canse, en la
tentativa de descubrir sus motivaciones, a fin de intentar ayudarlo, con lo que
el se divierte bastante.
En ciertas ocasiones, el
viene revestido de un manto de mansedumbre y tranquila seguridad. Dice palabras
dulces, nos asegura sus buenas intenciones, nos da consejos. Uno de ellos,
cierta vez, comenzó serenamente, con un llamamiento "a los corazones bien
formados", en un lenguaje de pacificación y entendimiento. Le digo que
estamos dispuestos a la pacificación y al entendimiento, siempre que el venga
en nombre de Dios: pero, por más que se esfuerce - cosa extraña! - no consigue
pronunciar el nombre de Dios, como yo le pidiera. Por fin, explota en irritación
y "abre el fuego", gritando que acabó la farsa. Y derrama un
arsenal de amenazas e intimidaciones.
Existen los que fingen dolores
que no sienten, o mutilaciones que no poseen, como ceguera o falta de la
lengua. Miran, con esos artificios, distraer nuestra atención del punto
principal de su problemática, o simplemente se entregan
al placer irresponsable de engañar, mistificar, defraudar, o también, como
algunos me dicen, a veces, de cansar al médium encargado de darles pases.
De cualquier forma que sea la
apertura de la comunicación, el adoctrinador debe esperar, con paciencia,
después de recibir al compañero con un saludo sinceramente cortes y respetuoso.
Sea quien fuere el que comparezca ante nosotros, es un Espíritu desajustado,
que necesita socorro. Algunos vienen mas desarmonizados que otros, pero todos
necesitados - y deseosos - de una palabra de comprensión y cariño, por más que
reaccionen a nuestra aproximación. Los primeros momentos de un contacto
mediúmnico son muy críticos. Aun no sabemos a qué viene el Espíritu, que
angustias trae en el corazón, que intenciones, que esperanzas y recursos, que
posibilidades y conocimientos. ¿Estará unido a alguien que estamos intentando
ayudar? ¿Tiene problemas personales con algún miembro del grupo? ¿Lucha por una
causa? ¿Ignora su estado, o tiene conciencia de lo que pasa con el? ¿Es culto,
inteligente, o se presenta inexperto e incapaz de sostener un dialogo más
sofisticado?
Una cosa es cierta: no debemos
subestimarlo. Puede, al principio, revelar una clamorosa ignorancia, y entrar,
después, en la posesión de todo el acervo cultural de que dispone. Difícilmente
el Espíritu es bastante primario para ser clasificado, sumariamente, como
ignorante. Nuestra experiencia acumulada es mucho más amplia de lo que sospechamos.
Mercedes Cruz Reyes-EXTRAÍDO DEL
LIBRO “DIALOGO CON LAS SOMBRAS” DE HERMINIO. C. MIRANDA.
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La conciencia en acción
Tras reflexionar acerca de los momentos más adecuados para efectuar un buen examen personal así como las cuestiones generales a valorar en esos instantes, conviene hacer ahora una apreciación sobre los diferentes campos de acción en los que puede actuar la conciencia. Como no somos islotes ni vivimos incomunicados con los otros, en este análisis siempre acaba por surgir no solo el carácter de nuestra actuación diaria sino también los efectos que se generan sobre los que nos rodean. Esto ha de ser tenido en cuenta siempre, si queremos entender la verdadera naturaleza del instrumento que Dios ha puesto en manos del hombre y que supone su conciencia. A fin de trabajar con ella y desarrollarla, veamos tan solo, a modo de ejemplo, algunas de las consideraciones que podríamos plantearnos en diversas áreas de la existencia.
Estimado hermano: ¿ cómo tratas a tu pareja? En la intimidad del hogar se generan aquellas situaciones especiales que sacan a relucir lo peor y lo mejor de nosotros mismos. Estamos tan cerca que las mentiras se “huelen”, aunque haya algunos que pretendan confundir y otros que se dejen engañar. La lealtad del uno al otro se respira, pues bajo la convivencia se absorbe el mismo aire y si brotan dudas o inquietudes se habla para aclararlas, pues resulta mejor construir la casa del entendimiento sobre los cimientos de la autenticidad que sobre los pilares de las apariencias. No existen los malentendidos cuando se apuesta decididamente por navegar en el río de la verdad, pues es caudal que desemboca en el ancho mar, el que se constituye con la sinceridad de nuestros actos e intenciones.
¿Te preguntas con frecuencia por lo que le gusta a la persona con la que convives? ¿Sabes que lo que más une a los seres es el existir por compartir? No es preciso que se trate solo de fiestas, porque la vida alterna los regocijos con las aflicciones y en esos momentos de alegría o pena lo primordial será una mirada de complicidad entre ambos susurrando un “estamos juntos”.
¿Sientes a menudo el calor de la asidua compañía? No son tan solo las cálidas caricias las que nos acercan sino la impresión de que no transitas en solitario por el extenso páramo que supone el periplo evolutivo. Habéis de saber que vuestro afecto prolongado ya lo elegisteis antes de unir vuestros espíritus a la ligazón de un cuerpo, mas aunque la intuición empuje a arrimaros, es el libre albedrío el que abraza o separa a los intérpretes del lazo conyugal.
¿Te anticipas a sus preocupaciones? ¿Te muestras solidario en sus momentos de turbación? ¿Sonríes con sus alborozos y te apenas en sus desconsuelos? Convivir no es tan solo estrechar manos o fundir pieles sino aunar corazones en la convicción de que no existe el progreso sin el otro, con la certeza en el pensamiento de que sumamos más unidos que alejados.
Parejas: no confundáis el vínculo con la dependencia, el nexo con la sujeción, porque al fin y al cabo, libres somos y libres fuimos engendrados. Como entes soberanos por voluntad del Creador, habremos de dar cuenta de nuestros logros y reveses ante los tribunales celestiales que moran en lo espiritual. Cumplamos pues con el hermoso adagio del hermano Khalil Gibran, cuando en su maravilloso libro de “El profeta”, exclamó: “Sed como las cuerdas de la guitarra, que cada una vibra y cumple una misión aisladamente, pero que en conjunto, ejecutan el Himno”.
Queridos padres: ¿qué atención ponéis en la educación de vuestros hijos? Ellos, bien aconsejados por la invisible sabiduría de nuestros hermanos, os escogieron de entretantos, a vosotros precisamente, para que les proporcionarais cuidado y sustento, pero sobre todo alimento espiritual, aquel con el que uno se guía en la vida, aquel que discrimina lo verdaderamente importante de lo accesorio, aquel que en suma, nos ayuda a convertirnos en seres humanos plenos de responsabilidad y nos permite tomar decisiones acordes a las leyes divinas.
¿Les dedicáis el tiempo necesario o tan solo el indispensable? ¿Escucháis con atención sus relatos fantasiosos producto de su mentalidad infantil o simplemente no sois capaces de abstraeros de vuestras mundanas preocupaciones? No hay mayor servicio que el de prestar oídos a los mensajes nobles e inocentes de los hijos que nos han elegido para que ejerzamos sobre ellos tan alta labor. Ayudémosles a optar por el camino correcto, pero no anulando su voluntad ni deseando que sean copia fiel de nosotros o de lo que pretendimos ser, sino incitándoles con esmero a adoptar resoluciones por sí mismos, pues libres nacieron y así anhelan continuar.
Amados hijos: ¿honráis a vuestros padres tal y como recogen las más ancestrales tradiciones? Honrar no es tan solo guardar el debido respeto, es reconocer en tus progenitores a los vehículos que Dios ha dispuesto para ser transmisores de vida, el elemento más sagrado que el Creador ha donado a los espíritus para que estos evolucionen y se acerquen a Él a través de las vicisitudes de la reencarnación.
Enaltecer la figura de los padres es para un hijo corresponder con los esfuerzos realizados por ellos en pos de una enseñanza de valores, aquellos que nos facultan en la existencia para saber elegir el camino adecuado, esos que sirven de cadena de transmisión de la cultura generacional, la que nos concede acceso a la sabiduría de antaño, la que nos ha posibilitado continuar con el proceso de crecimiento moral e intelectual. Es en definitiva, sentirse en paz contigo mismo y con tus antecesores porque merced a sus desvelos, a la magia de sus palabras y al ejemplo de sus obras, ahora podrás ejercer tu tarea de padre o madre con la mejor disposición, cosecha de un talento bien adiestrado.
Queridos amigos: ¿ cuál es la nota dominante en vuestras relaciones? ¿Os sentís a gusto cuando os encontráis o incluso cuando vuestros pensamientos se entrecruzan? La amistad es un don preciado en el viaje del hombre, pues demuestra al semejante que no solo los lazos de la sangre sirven para hacer causa común. Es un proceso por el que extendemos nuestro amor a personas que antes no conocíamos en la dimensión física pero a las que nos ofrecemos sin condición tras juntar nuestras ansias por medrar. Se trata de la confluencia de múltiples espíritus cargados de comunes ilusiones, tantos como nudos de alianzas se forman, aquellos que confraternizan por la similitud de pruebas y caracteres, señal intuitiva aunque inconsciente de que no es la primera vez que sus rumbos se entrelazan. Y es que son tantos los siglos que nos contemplan y la historia compartida, que las naturalezas afines terminan por entretejer sus destinos de dignidad.
¿Conoces el valor de los vínculos aprendidos en la forja del pasado, de los infortunios superados y de los triunfos celebrados? Percibes en tu interior al brazo que te ofreció auxilio cuando caíste en el fango de la iniquidad, mientras que el otro repara en sus profundidades y advierte que tus palabras de aliento le rescataron del lodazal en el que se había sumido. Así es la amistad, compendio de ligaduras inmortales a lo largo del eterno tiempo, aquel en el que hemos hincado la rodilla infinitas veces y nos hemos vuelto a levantar, porque una voz virtuosa nos reconfortó o un gesto afectuoso nos devolvió a la esperanza.
Amado espíritu, habitante del plano físico: ¿qué haces por tu progreso? ¿Te escondes de tus desafíos, aquellos a los que no puedes renunciar si pretendes labrar la transformación de tu alma o asumes tus retos mirando con pundonor al presente? Intuyes en tus adentros la naturaleza de tus pruebas, las que te llevan al crecimiento y algunas son duras, pero sabes que cuentas con las herramientas adecuadas para enfrentarlas con arrojo.
El cobarde se arruga y se hiere a sí mismo diariamente por obstruir el flujo de sus capacidades, se complace en el autoengaño, mas la intuición no es ciega ni sorda y cada segundo de parálisis que transcurre le asemeja más y más a las aguas estancadas que con el paso del tiempo se vuelven turbias e insalubres.
El valiente escapa de la atrofia. Conoce que ese no es su terreno y no gusta de las ciénagas pantanosas donde no pueden florecer sus habilidades. Presiente que para superar el sufrimiento de su destierro y retornar a su patria con honor, no puede guardar sus talentos bajo tierra sino que debe invertirlos en acciones que le lleven a avanzar en su aptitud para aprender y en actos que ensalcen su moral. No desea los halagos ajenos por muy bien que suenen en sus oídos sino el murmullo sereno de su voz interior, perfecto instrumento que le permite gestionar los derroteros de su vida.
Esta es la conciencia, hermanos, ingenio lúcido del espíritu, palabra interna que gobierna el timón de nuestra nave, mecanismo inteligente que nos posibilita ir cambiando de dirección conforme los acontecimientos se suceden y como remembranza divina oculta en el centro de nuestro ser, nos posibilita surcar en cualquier mar de adversidades, aquellas que elegimos antes del descenso desde el mundo de las Ideas al de las sombras.
Termino con una cita de Jesús a modo de esclarecimiento: “Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz” (Lc 8,16). Sea pues nuestra conciencia, luz que guíe en el candelero nuestro quehacer diario e ilumine nuestra senda y la de los que nos acompañan.
- Jose Manuel Fernandez, Psicólogo Clínico, Escritor, Poeta y Amigo, de su blog "Entreespíritus"-
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Viana de Carbalho (Espíritu)
CIENCIAS EDUCACIONALES A LA LUZ DEL ESPIRITISMO (1)
La vida es un proceso de crecimiento del alma al encuentro con la grandeza Divina, es por eso que el hombre debe aprovechar las luchas y dificultades en su camino, para dilatar su círculo de relaciones y de acción.
El mundo es camino vasto de evolución y mejoramiento, donde transitan a nuestro lado, la ignorancia y la flaqueza.
Para transformar a la criatura humana, es necesario educarla, alterando para mejor los paisajes morales de la sociedad y del planeta terrestre.
Educar, bajo cualquier aspecto, es conducir con seguridad, libertad y responsabilidad, equipando al alumno con valores que lo capaciten para la vida, para la victoria sobre las pasiones disolventes, preparándolo para los pasos más agigantados de la evolución.
La Educación se convierte en moderadora de la agresividad y de los paisajes primitivos, substituyéndolos por comportamientos saludables, que desarrollan sentimientos nobles, e imprime aptitudes de respeto a la vida y a sus manifestaciones.
Gracias a su acción continuada se formulan en el ser los códigos de conducta, ampliando los horizontes del pensamiento, plasma el carácter en niveles superiores, contribuyendo armonizar las relaciones y la convivencia entre las personas, sin roces ni opresiones desgastantes.
A la Educación le compete el elevado menester de erguir al ser humano a las cumbres del progreso, presentándole los horizontes infinitos que esperan ser conquistados y que están a su alcance.
La Educación tiene el deber de equipar al postulante con los recursos hábiles para poder enfrentar los desafíos, solucionarlos de la mejor forma posible, adquiriendo estabilidad emocional e intelectual, sin olvido, de los valores morales que deben ser grabados en el individuo en formación, mediante derroteros culturales y ejemplos morales.
La infancia y la adolescencia son los periodos más propicios para el aprendizaje, es esa la época idónea para esculpir las lecciones para que estas permanezcan como una ruta de seguridad para toda la vida.
Para facilitar mejor el florecimiento de las aptitudes individuales, la formación inicial ha de ser muy amplia, iniciando un curso orientado hacia sus posibilidades, sin olvido, sin dudas, de que la especialización exagerada, aunque califica al individuo para las profesiones, también lo limita, casi convirtiéndolo en un robot.
El hombre forma parte integrante del Universo, y cuanto más se informe a su respecto, mejor se torna la convivencia consigo mismo y con la Naturaleza.
Es necesario proporcionar al individuo un curso agradable, accesible y fascinante, perfeccionándole la calidad sin perjuicio de los valores de la educación.
Siendo indispensable la moderación en los excesos, y la presencia de ejercicios, que tornen el aprendizaje agradable, rico en compromisos y sin necesidad de cuidados perturbadores, ya que con las exageradas cargas de trabajo, fatigan y angustian al alumno, haciéndole ejecutarlas bajo amenazas punitivas.
La religión debe ser aprendida en el hogar y en el templo de su confesión de fe correspondiente. Bajo todos los aspectos que se pretenda considerar la escuela ha de ser laica, libre de obstáculo de imposiciones sectarias, partidista con el fin de facilitar una libre y feliz elección por parte de sus integrantes.
Pues pese a que se presenten con apariencia de fundamentos espirituales, él comportamiento de la mayoría de los educadores, es, lamentablemente, oportunista, dada las presiones socio económicas, socio políticas y el ansia ml contenida de liberación de los viejos cánones religiosos, cuyos efectos morales y sociales fueron dañinos en el pasado y lo son también en el presente.
La escuela es un fiel núcleo para la formación del carácter, de la mente y del sentimiento del alumno, debe tornarse cada vez más importante: un templo para el saber, un taller para experiencias culturales y vivenciales, un hogar de intercambio de informaciones y de contenidos comporta mentales de modo que la sociedad esté allí representada, facilitando la preparación para las empresas externas, en la familia, en el grupo, en la comunidad en general, de lo que surgirá indirectamente, sin vinculación doctrinaria un base de seguridad para la educación integral, que abarca naturalmente, la del ser en su condición de Espíritu inmortal.
El proceso de la educación debe sustentarse en bases dinámicas, jamás estacionándose en lo ya hecho, pese a los resultados provechosos conseguidos. Los mecanismos de la educación deben estar siempre receptivos a las nuevas contribuciones del conocimiento, de manera de evolucionar y penetrar más profundamente en las raíces de las necesidades de los educadores.
A medida que las experiencias demuestren la necesidad de nuevos métodos compatibles con la Psicología del aprendizaje, para el niño y el joven, nuevos marcos de experiencias edificantes deben ser propuestos, sin que se entre en choque con las técnicas convencionales. Siempre será posible la conciliación de los métodos denominados académicos con las alternativas que traen una nueva contribución y en el futuro, se transformaran en científicos, al ser definidos sus paradigmas y conceptos.
Cuando el amor forme parte de cualquier actividad humana, abriendo espacio para el respeto por el prójimo y para sí mismo, amando a Dios por sobre todas las cosas, el modelo educacional, sin vinculación religiosa con cualquier doctrina, demostrará que las reglas existentes en la sociedad son necesarias transitoriamente, ya que el proceso de evolución es inevitable y cada pueblo se desarrolla con características muy propias, sin embargo todos, creciendo en un periodo tecnológicamente, en otro moralmente, hasta el momento en que esos dos brazos del progreso real se amplíen concomitantemente, sin las presencias del monstruo de la guerra, de la esclavitud socioeconómica del hombre o de cualquier otro tipo de discriminación.
Trabajando la conciencia individual del educando, (sin lavado cerebral) se crea una conciencia colectiva y cuando es noble, sin duda la que le sigue es igualmente digna.
El ser consciente de sus responsabilidades, elimina los monstruos del miedo, de la punición, de la culpa, acabando por conducir la armonía mental y un elevado concepto de deberes para con él mismo y para con su prójimo, para con la sociedad, tornando legítimas las reglas establecidas y fundamentadas en principios éticos relevantes.
El hombre es un ser que posee un cuerpo físico, cuerpo emocional y y cuerpo mental y para alinearlos y no dispersarlos como hasta ahora a hecho, la Educación a de ser menos preconceptuosa, y han de ser incluidos en sus programas los estudios respecto al hombre integral, facilitando las preguntas en torno del ser Transpersonal, de las Doctrinas Parapsíquicas, de la Parapsicología, de la Psicotrónica, de la Psicobiofisica, de la Transcomunicación Instrumental, conforme lo hicieron Allan Kardec, William Crookes, Cesar Lombroso, Ernesto Bozzano etc, el hombre pasará a ser considerado como Espíritu, Periespíritu, y Cuerpo físico o conforme al lenguaje parapsicológico: Energía pensante, Psicosoma y Soma.
La escuela será, al mismo tiempo, laboratorio de investigación del alma, sin ninguna connotación religiosa, a fin de ser mejor entendida la vida en su profundidad y realidad legitima, permanente.
La metodología de la educación debe revestirse de profundidad psicológica para enriquecer al educando con experiencias aplicables a lo cotidiano, desarrollando así la capacidad de vivir cualquier situación, sin la visión triunfante en la gloria, ni la aceptación pesimista en la dificultad o en el perjuicio. La vida es una realidad desafiante en cualquier circunstancia y la función de la Educación es ampliarla, tornándola accesible y realizadora.
Los estímulos para el aprendizaje deben permanecer después de los cursos escolares, dado que la vida es la gran, noble y permanente Escuela a ser conquistada.
Educar, pues, es facilitar la vida, enriquecerla de luz y plenitud.
Existe un modelo educacional evidentemente apropiado, a través del cual alcanzaremos con mejores resultados los principales objetivos del hombre integral (la Educación) y ofrece excelentes resultados, y felizmente, ya se piensa en establecer, en el área de la programación escolar , la introducción de disciplinas transversales, que tienen y como objetivo la inclusión de doctrinas éticas, sociales, comporta mentales, ofreciendo una visión espiritual del ser compatible con el pensamiento religioso de todos los credos: Dios, inmortalidad, elevación de pensamiento.
Un modelo educacional que construya un hombre integral es elaborado mediante la visión espiritual, gracias a la cual se mezclan informaciones generales, convencionales, pero también se viven las mismas en lo cotidiano de las salas de clases, tornándose el educador en un verdadero ejemplo de aquello que transmite.
En el proceso de la evolución de la Escuela y de la Educación, se llega a una etapa de las más importantes para la formación de los individuos, que es a través de la enseñanza formal, convencional.
Solo la educación podrá reformar a los hombres, nos dicen los Espíritus en la pregunta 796 de el Libro de los Espíritus, es un concepto que Allan Kardec transcribe , sin embargo, el Codificador esclareció antes que será la educación moral quien se encargará de desarrollar los valores pertinente al ser humano, y complementa: que no se refiere a la educación moral por medio de los libros y si a la que consiste en el arte de formar caracteres , a la que suscita habatos, porque la educación es el conjunto de habatos adquiridos. Después concluye el Codificador: El desorden y la imprevisión son dos llagas que solo una educación bien elaborada puede curar. Ese es el punto de partida, el elemento real del bienestar, la garantía de la seguridad de todos. (El Libro de los Espíritus- pregunta 685)
En la familia se forman los caracteres, son inculcados los habitos saludables en el educando, auxiliándolo con el conocimiento escolar para superar el desorden y la imprevisión, a favor de la seguridad de todos.
Cuando el modelo pedagógico/tecnológico se propones formar individuos inteligentes, autónomos, creativos, críticos y agresivamente ambiciosos, en fin, vencedores, se olvida de que el mundo necesita seres afectuosos, cordiales, tolerantes, condescendientes, finalmente humanos.
La meta esencial de la Educación es dar vida. Antes se creía que su tarea era preparar para la vida. Hoy, dada su importancia en el mundo, ella es una forma eficiente de dar vida. La gran preocupación, en el área de la educación, debe ser la de preservar los valores humanos con todos los recursos que constituyen la criatura dignificada y dignificante.
Para ofrecer al niño y al joven condiciones educacionales para el surgimiento del pensamiento creativo, verdadero, nuevo, necesitan recursos que les faciliten el desarrollo de los programas que deben desenvolver, y la Escuela es siempre el admirable laboratorio que posibilita el despertar de los valores adormecidos momentáneamente.
En el caso que nos ocupa, la Escuela deberá ser liberal y portadora de recursos que desarrollen el sentimiento de lo bueno, de lo noble y de lo bello, al mismo tiempo adaptándose a las épocas de renovación, para que no permanezca estacionada en las bases ancestrales, que sirvieron en su época, pero que no se adaptan a los tiempos nuevos. Esas condiciones educacionales serán el resultado de la observación del comportamiento intelecto-moral de los alumnos, de sus posibilidades a ser ampliadas y mediante técnicas compatibles con los valores vigentes, abriendo espacios para las realizaciones futuras.
La escuela debe estar abierta a nuevos experimentos educacionales, siempre que sea necesario actualizar los métodos de enseñanza, renovar los procesos iluminativos, crear oportunidades de crecimiento.
El futuro de la Humanidad camina con los pies del presente idealista y la Escuela no se puede marginar, para no quedar superada.
Para desarrollar la autoconfianza en el niño y en el adolescente, considerando que, en casi todo, se refleja uno en la vida del otro, el estimulo es la base para cualquier acción. Cuando sean divulgados los resultados de labores edificantes con entusiasmo; cuando los hombres nobles reciban el apoyo que necesitan para la prosecución de sus proyectos; cuando haya propaganda de los valores que engrandecen al ser humano en detrimento de los escándalos, de los juegos sexuales explícitos, de la exaltación de la violencia y del crimen, el educando desarrollara naturalmente la autoconfianza en sus posibilidades, sintiéndose estimulado a imitar a los triunfadores, a los genios, a los sabios, a los realizadores, igual que ocurre hoy con la vida que se desarrolla a nuestro alrededor, las modas, el arte, las ideas innovadoras etc.…
De alguna forma, la Escuela no es solamente el lugar donde se aplican los métodos pedagógicos y psicológicos de la educación, sino también, del relacionamiento social, de todas las actividades que se expresan en la comunidad y se tornan fundamentales para la vida.
Para no poner en riesgo el equilibrio deseable y armonios entre lo intelectual y afectivo, es imprescindible la vigilancia, para que el auxilio que se puede extraer de las conquistas tecnológicas no mate el sentimiento, el compañerismo, el respeto humano en el desarrollo del programa educacional.
Para estimular al alumno no solo intelectualmente, sería viable que, en los cursos escolares fuesen establecidas la visitas a Hospitales, Hogares de niños y de ancianos, Clínicas de Salud Mental y de Enfermedades degenerativas - Cáncer, Sida, Sífilis y otras- a fin de que puedan ser explicados los fenómenos aflictivos de la existencia corporal y la necesidad de la solidaridad para con todos aquellos que padecen cualquier tipo de limite, de dolor, de carencia, teniendo en vista, naturalmente, la faja etaria del educando, así como las posibilidades de comprensión de los acontecimientos.
Los programas se iniciarían por los métodos teóricos, partiendo, después, hacia las experiencias prácticas, cuidadosas, con objetivos definidos de ser desarrollados los valores de la solidaridad y del amor por los sufrientes de cualquier naturaleza.
Otra cosa factible, es que se estableciesen como programas las tareas que tuviesen por objetivo la promoción social de niños, jóvenes y adultos marginados, tornando la Escuela en una fuente de inspiración y de realizaciones constantes, ofreciendo amplios recursos, más allá de los intelectuales.
Viana de Carbalho a través de Divaldo P.Franco
( Continúa en el siguiente )
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CUANDO LLEGA NUESTRA MUERTE
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