martes, 5 de enero de 2016

Lo más importante


DESTINOS DOLOROSOS Y DIFÍCILES.

No siempre los destinos o predestinaciones dolorosas y difíciles, son consecuenciales de faltas pasadas. Los hay también voluntarios, como vía de un más rápido progreso del Espíritu.
Por ello, podemos clasificarlos en dos grupos: voluntarios y compulsorios.

VOLUNTARIOS.— Son aquellos que voluntariamente optan por una vida dolorosa o difícil, a fin de progresar más rápidamente. No todos los que sufren son culpables en vías de expiación. Algunos, son seres que, sin ser culpables pero ávidos de progreso, escogen vidas penosas y laboriosas a fin de acelerar su evolución y desarrollar más rápidamente su inteligencia y fuerza volitiva, o en misión de amor fraterno. Entonces, el ser espiritual, el Yo pensante, planifica un programa antes de encarnar, de enmiendas y realizaciones a desarrollar más rápidamente su inteligencia y fuerza volitiva, o en misión de amor fraterno. Y éstos, como humanos, pueden distinguirse por su gran bondad y resignación y afán de servicio fraterno.

COMPULSORIOS.— Son aquellos que, como consecuencia de sus errores, según dejamos expuesto, llega el momento de saturación, del tiempo máximo que la ley del libre albedrío concede para la rectificación voluntaria; y el alma es sumergida en una turbación para renacer en un nuevo cuerpo y en el ambiente propicio para la depuración y sensibilización de la misma; pues, el dolor a más de función depuradora (catarsis), también sensibiliza el alma. Esto acontece con los seres poco o medianamente evolucionados, que son una grandísima parte de nuestra humanidad; pero no así en los casos más evolucionados intelectualmente pero no moralmente, digamos, de «almas endurecidas». Son los que, como humanos, manifiestan una inconformidad notoria y, a veces, rebeldía.
Estos, arrepentidos de sus graves errores y maldades, torturados por las acusaciones de su propia Conciencia superior, que en cuadros fluídicos (al igual que en un cinema) les presenta sus maldades y los sufrimientos causados, sin poder esas almas librarse de esas visiones torturadoras (ya que son proyectadas por su propia mente), llegan a un estado de desesperación en el astral inferior, y claman intensamente librarse esa tortura. Son seres evolucionados intelectual y volitivamente, pero que han vivido en el error y en la maldad.
Y estos clamores, ondas pensamiento, son captadas en las esferas superiores, en donde los seres que las habitan vibran en amor fraterno y vienen en su auxilio, haciéndoles ver que su condición es consecuencia de sus propias obras, con lo cual generalmente comienza en ellos el arrepentimiento. Cuando éste es verdadero (y a los seres superiores no se les puede engañar porque pueden leer en su mente como en un libro abierto), comienzan entonces los preparativos de rescate de ese plano de sufrimiento (astral inferior) y preparación para la redención de sus errores y maldades, por medio de una de esas vidas de dolor depurador.
En esos casos, no están obligados a aceptar. Es decir, no hay más compulsión que la propia Conciencia; pero sintiéndose fuertemente atormentados, aceptan gustosos como un medio de liberación.
De aquí el gran número de subnormales y minusválidos.
Empero, como las solicitudes son siempre mayores que las disponibilidades, ya que para estos casos se requieren condiciones biológicas especiales y expiatorias de los padres, esta espera les es motivo de sufrimiento. ¡No es tan fácil conseguir una oportunidad para reencarnar! Y más se dificulta con la práctica tan generalizada de los anticonceptivos y los abortos.
En el interin de una oportunidad para reencarnar, son invitados a colaborar en obras de bien (pues también en el plano extrafísico puede practicarse el bien o el mal), de ayuda en las múltiples formas de necesidad humana, con lo cual su tormento comienza a atenuarse y hasta puede llegar a extinguirse, si en su alma prende la llama del amor fraterno.

Sebastián de Arauco.

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Trece cosas a tener en cuenta cuando la vida estuviere dificil.

 Sidarta Gautama, el Buda nos dejó un legado de gran sabiduria. Entre tantas parábolas, separó 13 consejos dejados para aquellos que viven momentos difíciles. Existe, según Buda, una forma de vivir esos momentos de una manera más tranquila y el secreto tiene que ver con la actitud:


1) LAS COSAS SON LO QUE SÓN.
Nuestra resistencia a las cosas es la principal causa de nuestro sufrimiento. Este acontece cuando resistimos las cosas como elas son. Si no se puede hacer nada, relájese. No luche contra la corriente, acepte oconsúmase en su sufrimiento.
2) SI USTED CREE QUE TIENE UN PROBLEMA, USTED TIENE UN PROBLEMA
Repare en que todo es mirado a través de una perspectiva. En un determinado momento las cosas parecen difíciles, en otro no. Sabiendo eso, tal vez tenga una dificultad escogida, entendida como un desafío, una oportunidad de aprendizaje. Si lo ve como un problema, ciertamente esa dificultad es un problema.
3) EL CAMBIOCOMIENZA EN TÍ MISMO.
Su mundo exterior es un reflejo de su mundo interior. Tenemos el hábito de creer que todo quedará bien cuando las circunstancias cambien. La gran verdad, sin embargo, es que las circunstancias solo cambiarán cuando ese cambio ocurra en nuestro interior.
4)NO EXISTE APRENDIZAJE MAYOR QUE EL DEL FALLO.
¡¡ El fracaso no existe!!. Entienda eso de una vez por todas. Todas las personas de éxito ya han fracasado varias veces. Aproveche sus fallos como un gran aprendizaje. Si hiciese eso, la próxima vez estará más cerca de la buena suerte. Los fallos son siempre lecciones de aprendizaje.
5) SI , NO SUCEDE COMO LO PLANEADO, SIGNIFICA QUE ES LO MEJOR QUE ACONTECIÓ. 
Todo acontece de forma perfecta, aun cuando esté equivocado. Muchas veces, cuando miramos para atrás, percibimos que aquello que consideramos errado, en verdad fué lo mejor que podía haber sucedido. Y cuando es acertado, ciertamente estamos alineados con nuestro propósito de vida. El universo siempre trabaja a nuestro favor.
6) APRECIE EL PRESENTE
¡ Nosotros solo tenems el momento presente!. Por tanto no deje perder el tiempo con el pasado. Valore su momento presente pues  es único e importante. Y es a partir de él, que se crea su vida futura. 
7) DEJE EL DESEO DE LADO
La mayoría de las personas vive la vida guiadas por los deseos. Eso es extremadamente peligroso, un deseo no satisfecho se transforma en una gran frustración. Frustación que desencadena una energía negativa muy fuerte y retrae su crecimiento. Procure entender que todo lo que precisa va a llegar hasta usted si cultiva su felicidad incondicional. Practique una mente aislada, solo así sus emociones permanecerán felices o neutras.
8) COMPRENDA SUS MIEDOS Y SEA AGRADECIDO POR ELLOS.
El miedo es lo contrario del amor y quien más interumpe su evolución caso de que no sepa entenderlo. No obstante él es importante en la medida en que proporciona una gran oportunidad de aprendizaje. Cuando enfrenta y vence al miedo, se torna más fuerte y confiado. Superar sus miedos requiere práctica, el miedo es solo una ilusión y, encima de todo, es opcional.9) EXPERIMENTE ALEGRIA
Existen personas que se divierten con todo lo que les acontece. Inclusoo en la peor situación se rien de sí mismas. Son personas felices que tienen visión de futuro, creciendo en todo. Esas personas aprenderán que es importante enfocarse en la alegría y no en las dificiultades. El resultado es que atraen muchas más situaciones felices que tristes.
10) NUNCA SE COMPAREN CON OTROS
Usted es único, vino aquí con una misión solo suya. Y ella es tan importante como la de cualquier otra persona. Aun así, si no consigue evitar comparaciones, comparese con quien tiene menos que usted. Eso es una óptima estrategia para percibir que tiene siempre mucho más de lo que precisa para ser feliz.
11) USTED NO ES UNA VÍCTIMA
Usted es siempre creador de sus experiencias. Todo l que le acontece fue atraido por usted mismo y es extremadamente necesario para su aprendizaje. Cuando algo que considera desagradable acontece con usted, agradezca y pregunte: "¿ Por que será que atraje eso para mi vida?", ¿Qué preciso aprender con esa experiencia?".
12) TODO CAMBIA
Eso también va a pasar... palabras de Chico Xavier. Todo en esta vida es dinámico, todo cambia en un segundo. Por tanto, no quede lamentándose. Caso de que no sepa como hacer, no haga nada. El universo no para de cambiar, crecer y expandirse, sierndo así, espere, porque todo va a pasar.
13) TODO ES POSIBLE
Milagros acontecen todos los días, y nosotros mismos somos responsables por ellos. Confíe y crea en eso. En la medida en que consiga su cambio de conciencia, encontrará en usted el poder de realizar milagros. Es tiempo de cambiar y entender su importancia, la posibilidad de que usted tiene que cambiar el mundo. ¡¡Créalo !!

Este texto fue basado en la obra "13 cosas para recordar cuandola vida sea dificil".
Texto de Roberto Legey

Fuente: Piense en Positivo     

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Se reconoce al buen espírita por su transformación moral y el esfuerzo por domar las malas inclinaciones. Allan Kardec

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LO MAS IMPORTANTE

Redacción del  Momento Espírita

Fue hace tres años. La exgobernadora del Estado de Texas asistió a su madre doliente, hasta su estadio terminal.

Acompañándola dia a día, observando como la dolencia iba minando las fuerzas físicas y preparando aquel cuerpo para la muerte, Ann Richards vio la drástica mudanza que su madre sufrió.

Era una mujer que pasó su vida entera obcecada por los  cristales lapidados, bagatelas de plata, manteles de encaje, porcelanas y joyas, que coleccionaba con extremo cuidado.

A medida que la dolencia fue destruyendo su vigor físico y hablándole de que la muerte se aproximaba, todo aquello dejó de ser importante. Para ella solo importaban ahora las visitas, las familia y los amigos.

El cambio fue radical. Después de la muerte de la madre, Ann Richards resolvió librarse de todas las antiguedades que, más de una vez, habían hecho que ella diese más importancia a los objetos que a las personas.

Montó un bazar en el garaje. En un solo día todo fue vendido. Y la exgobernadora concluyó: Aprendí que para dar valor al presente, es preciso que me libre de aquello que me detiene. Hoy, no dudo ante nada.
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 Nada es más importante en la vida que las personas. Las cosas tienen el valor que les damos. Y el valor cambia con el tiempo y las convenciones sociales.

En tiempos antíguos, la sal era tan preciosa, que se pagaba a los funcionarios con ella. De esto surgió la palabra salario.

Después, los hombres fueron acostumbrándose en el transcurrir del tiempo, a considerar ese o aquel metal como más precioso. De un modo general, aquel más raro en aquel momento.

Hoy, la preocupación, es tener el coche del año, tapetes importados, ropas de diseño. Y existen personas que hacen colecciones de objetos, libros, perfumes. Lo importante es amntonar, tener bastante para mostrar con orgullo, como si fuesen trofeos.

Mientras tanto, cuando la enfermedad llega, cuando la soledad duele, ningún objeto, por más precioso, por más que lo apreciemos, conseguirá espantar la dolencia, disminuir la soledad.

Son las personas con su cariño, su ternura, sus gestos simples, traduciendo amistad, ternura, afecto, que nos confieren fuerzas para aguantar el dolor y espantar la soledad.

Son las personas que nos dan calor con su apretón de manos, su abrazo, su presencia, su mirar.

Son las personas las que hacen la gran diferencia en nuestras vidas.


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El afecto es como el sol. Surge silencioso e ilumina todo con sus rayos, esparciendo luz y calor.

Nadie puede vivir sin afecto. Puede ser el amor de marido, de mujer, de un hermano.

El cariño de un amigo que se candidata a ser el tutor de nuestra vida afectiva. La ternura de alguien con quien nos encontramos en la jornada de los dolores y que nos ofrece las delicadas flores de su atención.

De todo lo que hay en la Tierra para gozar, nada hace más feliz al hombre que el amor que reciba, el amor que comparta, o el amor que de. 

Redacción de Momento Espírita, con base en el articulo Secretos de una vida bien vivida – Alivie su carga, da Revista Seleções Reader´s Digest, de junho de 2000.

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                La Ley de Conservación 

El instinto de conservación, por ser una de las manifestaciones de la ley natural, es inherente a todos los seres vivos. Siendo maquinal entre los especimenes situados en los primeros peldaños de la escala evolutiva, se va desarrollando a medida que los seres animan organismos más complejos y mejor dotados, volviéndose en el reino hominal, inteligente y con razonamiento. 

Siendo la vida orgánica absolutamente necesaria para el perfeccionamiento de los seres, Dios siempre les facilitó los medios de conservarla, haciendo que la tierra produjese cuanto fuese suficiente para el mantenimiento de todos los que la habitan. Siendo, entretanto, que, si las criaturas tuviesen que usar los frutos de la tierra sólo en función de su utilidad, la ley de conservación no se cumpliría, Dios tuvo a bien imprimir en ese acto el atractivo del placer, dando a cada cosa un sabor especial que les estimulase el apetito. Además de eso, por la propia constitución somática con que modeló a los seres, les restringió el gozo de la alimentación al límite de lo necesario, límite ese que, si es observado, les aseguraría una salud perfectamente equilibrada. 

El hombre, sin embargo, en el ejercicio de su libre albedrío, frecuentemente se propasa, cometiendo toda clase de excesos y extravagancias, resultando de ahí muchas de las enfermedades que lo afligen y lo conducen a la muerte, prematuramente. Pero como nada se pierde en la economía de la evolución, los sufrimientos procedentes de los de abusos que comete le dan experiencia, le fortalecen la razón, habilitándolo, finalmente, a distinguir el uso del abuso. Se podría decir que, en ciertos lugares del globo, el suelo, menos fértil, no produce lo suficiente para la nutrición de sus habitantes y que el gran número de personas que en ellos sucumben víctimas del hambre parece desmentir que haya una Providencia Divina para proveerlos de los recursos con que cumplir la ley de conservación de la vida. 

Tales calamidades ocurren, de hecho, pero no por culpa de Dios, a quien no se puede imputar las faltas de nuestra sociedad, en la cual unos se regalan con lo superfluo, mientras otros carecen de lo mínimo necesario. Si los hombres fuesen menos egoístas, si no tuviesen la máscara de religiosos, en esas circunstancias, se prestarían mutuo apoyo, ya que la tierra y ellos mismos pertenecen a una sola familia: la Humanidad. Además de eso, les corresponde a los hombres aplicarse en el estudio de los problemas que los afligen a fin de darles la debida solución, sea perfeccionando cada vez más las técnicas de cultivo de la tierra, para conseguir un aumento de producción, sea por medio de investigaciones, en el sentido de descubrir otras fuentes de alimentos, esfuerzos esos que les engrandecerán la inteligencia, señalando nuevas etapas en el progreso de la civilización. 

Aceptada la premisa de que la conservación de la vida es un deber impuesto al hombre por la ley natural, ¿se podría concluir que, en una circunstancia extremadamente crítica, le sea lícito, para matar el hambre, sacrificar a un semejante? ¡No! Eso sería homicidio y crimen de lesa naturaleza. En tal caso, antes morir que matar, pues grande será nuestro merecimiento si fuéramos capaces de tan sublime renuncia por amor al prójimo. Y las privaciones voluntarias, observadas por algunos seguidores de varias religiones, ¿serían meritorias a los ojos de Dios? ¿Contribuirían, efectivamente, para la elevación del alma? Según la Doctrina Espírita, todos los usos que perjudiquen la salud, lejos de acelerar el desarrollo espiritual, lo retardan, pues solapan las fuerzas vitales de sus practicantes, disminuyéndoles la disposición para el trabajo, que siempre fue y continuará siendo el único camino del progreso. 

Siendo el objetivo de esclarecer, lo mejor posible, este asunto, Kardec preguntó a sus mentores: “Si no debemos infligirnos sufrimientos voluntarios que no sean de utilidad alguna para los demás, ¿tenemos, en cambio, que tratar de preservarnos de los que prevemos, o que nos amenazan?” La respuesta que obtuvo, clara y precisa, es la siguiente, como broche de oro a estas líneas: “El instinto de conservación ha sido concedido a todos los seres contra los peligros y los padecimientos. Fustigad vuestro Espíritu y no vuestro cuerpo, mortificad el orgullo, sofocad el egoísmo, el cual se asemeja a una serpiente que os devora el corazón, y haréis más por vuestro propio adelanto que con rigores que ya no pertenecen a este siglo”. (Libro de los Espíritus Cap. V, preg. 702 y siguientes)

Rodolfo Calligaris 
Extraído del libro “Las leyes morales” 

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