miércoles, 26 de marzo de 2014

El dios dinero mueve el mundo


EL AMOR AL DINERO MUEVE A LOS EJECUTIVOS
"La postura empresarial perjudica a los Diez Mandamientos." Fue  esa conclusión   que el profesor de postgrado y de marketing, Marcelo Peruzzo, llego, después de realizar seria investigación con cientos de ejecutivos brasileños.
¿Más, al final de cuentas, que es  lo que los  diez mandamientos cristianos  y la administración empresarial tienen en común?
Todo, en la opinión del profesor Peruzzo.
El hizo una investigación junto a ejecutivos brasileños, para verificar  si ellos aplican los mandamientos en el día a día en las empresas.  Del total consultados, el 71% dijeron  creer en las reglas divinas, más, contradictoriamente no las cumplen.
La investigación  del profesor tiene un  grado de 95% de confiabilidad. Según él, los empresarios que practican  los pecados organizacionales corren el riesgo de desaparecer del mercado.
 “"Esto ha sucedido con las personas que codiciaban el cierre del mercado, quiere crecer demasiado rápido y se rompió."
El primer mandamiento “amar a Dios sobre todas las cosas”  no es respetado por lo menos  por un 54% de los entrevistados, que confesaron colocar el dinero por encima de todas las cosas, cometiendo, así, lo que el especialista llama   el primer pecado organizacional.
La mentira es practicada por el 61% de los entrevistados, que admiten prometer cosas que no cumplen, no respetando, según la analogía del profesor, el mandamiento según  el cual el nombre de Dios no debe ser pronunciado en vano.
El periodo de descanso no es respetado por el 43% de los ejecutivos, que trabajan día y noche, inclusive en los fines de semana  y fiestas, relegando todo en nombre de la empresa.
El profesor Peruzzo también considera que el 53% de los entrevistados no respetan el cuarto mandamiento, honrar padre y madre, porque olvidan a la familia y a los amigos para la dedicación total a la organización.
La quinta regla divina, que determina que el cristiano no debe matar, estaría siendo no respetada por el 46%.
Ese pecado organizacional puede significar matar al cliente, ofreciendo un servicio de pésima calidad; matar la concurrencia, que es importante para impulsar el propio crecimiento de la organización; y matar a la sociedad, no asumiendo la debida responsabilidad.
La traición es una práctica común entre el 38% de los entrevistados, que comienzan a mantener relaciones con funcionarios de trabajo, debido al distanciamiento de la familia y del amor.
Más de la mitad de los entrevistados (52%) confesó practicar el séptimo pecado organizacional, equivalente al “no robarás”: hacer transacciones comerciales en donde no existe un intercambio justo, provocando perjuicio para la otra parte.
Un porcentaje muy expresivo el 64% de los ejecutivos respondió que forja políticas en beneficio propio, conspirando,  chismeando, con envidia buscando ganancias, sin importarle perjudicar al prójimo  por obtener ventajas.
Ese tipo de actitud juega en la tierra el octavo mandamiento que establece: no prestar falso testimonio contra tu prójimo, ni codiciarás cosa alguna que pertenezca a tu prójimo;  el 37% de los ejecutivos admiten como  objetivo  de la empresa  solamente el lucro y la conquista de mercado,  codiciando el espacio de los otros concurrentes. ¡Piense en eso! tal vez usted, como empresario, halle que Dios no tiene que envolverse en los negocios de los hombres; que sus mandamientos deben ser atendidos no solamente por los religiosos.
Sin embargo,  si considera que Dios es el verdadero dueño de todo y que usted es un mero administrador, entonces tratará de mirar el mundo de los negocios de forma diferente.
Pero si usted es cristiano, su compromiso  es aún mayor, pues fue Cristo el que afirmó que todos nosotros, un día, seremos llamados por las leyes divinas para dar cuentas de nuestra administració n. ¡Piense en eso!
Redacción de Momento espirita
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                                La Envidia, un pecado original

La envidia es una auténtica lacra humana de orden espiritual, que tiene una gran incidencia para la buena salud y la felicidad de las personas ;.
Esta supone un ansia de poseer lo que poseen otros , por lo que resulta un sentimiento muy fastidioso que hace sufrir al que lo tiene.
La envidia también está muy relacionada con el orgullo y con el egoísmo, así el envidioso se siente merecedor de poseer lo mismo que los demás como mínimo, y a ser posible, más todavía que ellos, para así sentirse siempre por encima . Asimismo el envidioso sufre cuando ve como los demás consiguen o alcanzan lo que él no puede o no tiene. Esto muchas veces es porque no ha pensado que esa fortuna o bienes ajenos, en cualquier caso, antes o después , han sido logrados con el esfuerzo, trabajo y dedicación de sus poseedores.
El progreso, las posesiones o la buena fortuna de los demás, le corroen interiormente, pues solo las quisiera para sí mismo y no soporta no ser el protagonista de estas posesiones materiales y situaciones de poder, fortuna y admiración, que no puede soportar en los demás.
Tampoco considera, porque ignora, que las leyes de la vida han determinado estas situaciones, como prueba y aprendizaje para la evolución del espíritu, y precisamente la prueba de la fortuna, no es la más fácil de superar, aunque sea la más deseable, desde un punto de vista humano y material.
Sin embargo si lo que envidiamos son cualidades y virtudes que no poseemos, con un deseo y una aspiración de mejora y progreso moral, en realidad no se trata de envidia sino de sanas aspiraciones por crecer. Popularmente se le suele llamar “Sana Envidia”, pero solamente se trata de un aspecto positivo del Alma que aspira y desea mejorar.
La envidia propiamente dicha , siempre es negativa y es una lacra espiritual, porque los envidiosos llegan , a causa de sus envidias, hasta estados de antipatías, malquerencias y hasta odios hacia quienes envidian..
Este defecto, tal vez es el primero que se manifiesta en el ser humano, pues el niño que lo trae en su alma desde vidas anteriores, ya lo comienza a manifestar con frecuencia desde la primera infancia, donde muestran fácilmente celos y envidias de otros niños o familiares.
- José Luis Martín-
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¿Dices que te conoces demasiado bien?.Si así lo sientes, de hecho no te conoces; te es conocida solamente la débil cáscara externa que con frecuencia ha caído en el fango?”
-Krishnamurti-
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  EN LAS LEYES DEL AMOR


Si hay quienes discurren acerca del descanso improductivo después de la muerte, piensa en los que sufren por amor durante la experiencia terrestre. Indaga a las madres devotas sobre si tendrían coraje de relegar a sus hijos delincuentes a la soledad de una mazmorra…

Prefieren llorar dentro de la pocilga de una cárcel y trabajar por ellos, en lugar de residir en el paraíso con el pecho desbordante de lágrimas.

Pregunta a los padres afectuosos si pedirían la horca para los retoños de su propia sangre comprometidos en débitos insolubles…

Escogen la condena a trabajos forzados a fin de llegar a verlos recuperados, sin importarles tener que renunciar a los premios que la soledad tuviera destinados a su honradez.

Inquiere a la esposa abnegada si abandonaría al compañero en la locura para ir a lucirse en un desfile de santidad…

Insistirá por las vigilias en el manicomio para servirlo, a cambio de los laureles en la plaza pública.

Interroga al amigo sincero si se despreocupará de su amigo y confidente cuando está sumido en dificultades…

Aceptará compartir sus pruebas, aunque para ello debiera rehusar a los privilegios con que el mundo pudiera galardonarlo.

Eso es lo que sucede en la Tierra donde el amor está todavía mezclado con el egoísmo, del mismo modo que el oro se confunde entre la ganga del suelo.

Más allá de las cenizas de la tumba existe la paz de conciencia y la alegría profunda por el deber noblemente cumplido, y si eres afecto a la bondad y la renuncia podrás continuar cuanto quisieres en el auxilio a los seres amados que aprendiste a venerar y querer, o bien proseguir con la exaltación de los ideales y las tareas edificantes que abrazas.

A medida que develamos los secretos del amor puro, reconocemos que nadie puede ser en verdad feliz si no promueve la felicidad de los otros, mientras avanza por su propio camino.

El Creador determinó que la noche se cubriera de estrellas y que el espino creciera recamado de rosas.

Por nuestra parte, trabajaremos y sufriremos por amor en los siglos venideros, para ayudarnos unos a otros a erigir la felicidad de nuestro nivel, hasta que todos podamos acceder a la suprema felicidad de la unión con Dios, para siempre.

JUSTICIA DIVINA (obra dictada por Emmanuel y psicografiado por Chico Xavier)
( Aportación de Juan Carlos Mariani )
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