INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Evitemos el síndrome del "Pobrecito"
2.- El Espiritismo no es una religión ni secta pseudo religiosa
3.- Sin Caridad no hay salvación
4.- Los vivos del Más Allá.
***************************
El problema de la pobreza es muy diverso y complejo. Tal vez el ser pobre significa tener falta de seguridad y estabilidad, por tanto no solo es una cuestión de carencia de dinero. El mundo actual tiene algunos vencedores y muchos perdedores. Los pobres encajan en la categoría de los perdedores, de aquellos que no pueden navegar por la ola del cambio y que, de cierta forma, son aplastados por ella.

La
máxima del espiritismo nunca fue tan difundida en los medios espíritas como en
la actualidad. Cada día vemos el aumento en el número de obras sociales,
obras de caridad, obras espirituales o no, proyectos de donaciones materiales,
trabajo voluntario de todo tipo. Al fin y al cabo, Cristo siempre nos
llamó a trabajar en el campo del bien, desde sus 12 apóstoles que serían su
evangelio vivo para difundir y llevar a la humanidad la sublime lección del
amor y el servicio al próximo acuerdo con las leyes divinas. .
Por
eso, como espíritas que somos, debemos mantener siempre nuestro corazón íntimamente
conectado con la caridad y la benevolencia, indulgentes con las imperfecciones
de los demás. No nos llenaremos de odios ni de rencores, ni de contiendas
sin fin edificante. Seremos siempre rigurosos en el cumplimiento
disciplinado y sereno de la caridad, y en las donaciones materiales y
-principalmente- en las donaciones emocionales: una sonrisa, un
abrazo, una palabra amiga...
El
evangelio sigue el espiritismo nos habla de la benevolencia y la caridad como
en el siguiente extracto:
[…]
¡Caridad! Palabra sublime que sintetiza todas las virtudes, eres tú quien
llevará a los pueblos a la felicidad. Al ejercitarse se crearán alegrías
infinitas en el futuro y, cuando estén desterrados en la tierra, serás su
consuelo, el preámbulo de las alegrías que disfrutarán después, cuando se
reúnan en el seno del Dios del amor. . Fuiste tú, virtud divina, quien me
diste los únicos momentos de satisfacción que disfruté en la Tierra. Que
mis hermanos encarnados crean en la palabra del amigo que les habla, diciendo:
“Es en la caridad donde debéis buscar la paz del corazón, el contentamiento del
alma, el remedio para las aflicciones de la vida”. ¡Vamos! cuando
estáis a punto de acusar a Dios, os miran con desprecio; mira las miserias que
hay que aliviar, los pobres niños sin familia, los viejos sin nadie, mi
amigo que los sostiene y cierran los ojos cuando la muerte los
reclama! ¡Que tan bueno es! ¡Vamos! no te quejes; Al
contrario, ¡gracias a Dios y generosamente derramaste tu simpatía, tu amor, tu
dinero sobre todos aquellos que, desheredados de los buenos tiempos de este
mundo, languidecen en el dolor y el aislamiento! Cosecharás gozos muy
dulces en este mundo, y después… ¡solo Dios lo sabe!… – Adolfo, obispo de
Argel. (Burdeos, 1861.)
(Evangelio Según el Espiritismo, Capítulo XIII, ítem 11)
En
este pasaje, el espíritu Adolfo de Argel exalta los principios sublimes de la
caridad. Sus altas directivas y sus efectos benéficos para el alma de
quien la practica. Sabemos por muchos testimonios del espíritu que la
caridad salva sobre el terreno la asistencia del hermano que está en necesidad.
La
verdadera caridad que Jesús nos enseñó consiste en actuar con buena voluntad y
bondad en ayudar a los hermanos y hermanas más necesitados, tanto material como
espiritualmente. No es necesario que la práctica de la caridad tenga
atributos especiales. No necesitamos ser ricos, tenemos tiempo de
sobra. Muchos culpan a la falta de tiempo como motivo para no practicar la
caridad, pero ¿alguna vez te has detenido a pensar que la caridad que puedes
aplicar puede ser un simple gesto? Buenos días al porteador que pueda
necesitar una sonrisa para mejorar sus problemas, o ceder su asiento en el
transporte público a alguien que claramente necesita ayuda.Está llamado a
aprovecharlo en los momentos en que menos lo esperamos y en los momentos en que
debemos estar atentos para servir a Dios en sus justos y perfectos designios.
Amigos
míos, he escuchado a muchos de ustedes decidir: ¿Cómo puedo dar caridad, cuando
muchas veces no la tengo?
Amigos,
de mil maneras hay caridad. Puedes hacerlo con pensamientos, con palabras
y con acciones. Por pensamientos, orando por los pobres abandonados, que
murieron sin poder ver la luz. Una oración hecha desde el corazón los alivia. En
palabras, dando buenos consejos a vuestros compañeros de cada día, diciendo a
los que desesperan, las privaciones del alma y llevan a blasfemar el nombre del
Altísimo: “Eras como los tuyos; Sufría, me sentía miserable, pero creía en
el Espiritismo y, ya ves, ahora soy feliz”.
(Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIII, ítem 10)DE ESTE ANUNCIOPRIVACIDAD
Ante
la duda sobre cómo proceder con la caridad, basta con preguntarse “¿qué
me gustaría saber si estuviera en esta situación?”. tal vez la respuesta nos sorprenda y nos lleve
a una importante reflexión y aprendizaje divino. La caridad nos traiciona
la humildad, la aceptación y la noción de las bendiciones que tenemos frente a
los hermanos menos afortunados en nuestra existencia actual.
Es
a través de la benevolencia de los demás que también podemos lograr una reforma
íntima, el cambio interior de nuestras actitudes y acciones, para lograr una
mejora moral en nuestro espíritu. Enfermedades, pérdida de seres queridos, dependencia
química, hambre y todo tipo de miserias humanas. Cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles
y vemos hermanos que las atraviesan sin sonreír y esperando que demos cuenta de
ello agradecidos debemos ser que nuestra vida tiene malas oportunidades.
Sed
buena y caritativa: esta es la llave del cielo, la llave que tenéis en vuestras
manos. Toda la felicidad eterna está contenida en este precepto: “Amamos
los unos a los otros”.
(Evangelio según el Espiritismo Capítulo
XIII, ítem 12)
La
caridad sincera y anónima es la razón por la que Cristo vive en
nosotros. No debemos buscar el reconocimiento de organizaciones
caritativas, solo esperamos de otras personas lo que DEBEMOS ser y de otros según nuestro propio
entendimiento.
Dar sin exigir
nada a cambio. Que tu mano no separe lo
que das bien.
[…]
La caridad moral consiste en apoyarse unos a otros con las criaturas y esto es
lo que menos hacéis en este mundo inferior, donde estáis, por ahora,
encarnados. Hay mucho mérito, créanme, en que un hombre pueda mantener la
boca cerrada, dejando de hablarle a alguien más tonto que él. Es una
especie de caridad que. Saber enojarse cuando una palabra burlona escapa
de una boca acostumbrada a la burla; el no ver la sonrisa desdeñosa con
que reciben a las personas que, muchas veces erróneamente, se suponen por
encima de ti, cuando en la vida espírita, la única real, muchas veces están muy
atrasados, constituye mérito, en el desde el punto de vista de la humildad ,
sin la de la caridad, y quien no se fija en el mal comportamiento de los demás
es caridad moral.[…]
(Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIII, ítem 9)CI
Muchas veces podemos encontrar obstáculos en el camino del bien, pero el fiel servidor del divino maestro siempre sonríe a la sonrisa justa, y al caminar tranquilo, porque el reino de Dios se ha establecido porque -con optimismo y con gran convicción- resuena con la máxima:
¡Sin caridad no hay salvación! ¡Mucha paz!
- Felipe Gama - Fuente: ESE Cap.XIII
LOS VIVOS DEL MÁS ALLÁ
Y estaban hablando con él dos varones que eran Moisés y Elías” (Lucas 9:30).
Varias escuelas religiosas, defendiendo tal vez determinados intereses del sacerdocio, aseguran que el Evangelio no presenta bases al movimiento de intercambio entre los hombres y los espíritus desencarnados que los precedieron en la jornada del Más Allá…
Entre tanto, en este pasaje de Lucas, vemos al Maestro de los Maestros hablando con dos entidades llegadas de la esfera invisible de la que el sepulcro es la puerta de acceso.
Además, en diversas circunstancias encontramos a Cristo en contacto con almas perturbadas o perversas, aliviando los padecimientos de infortunados perseguidos.
Todavía, la mentalidad dogmática encontró ahí la manifestación de Satanás, enemigo eterno e insaciable.
Aquí, sin embargo, se trata del sublime acontecimiento en el Tabor. No vemos ninguna demostración diabólica y, sí, dos Espíritus gloriosos en conversación intima con el Salvador. Y no podemos situar el fenómeno en asociación de generalidades, porque los “amigos del otro mundo”, que hablaron con Jesús en el monte, fueron debidamente identificados. No se registró el hecho, declarándose, por ejemplo, que se trataba de la visita de un ángel, sino de Moisés y del compañero, dándose a entender claramente que los “muertos” vuelven de su nueva vida.
Camino, Verdad y Vida
COMENTARIO :
Cuando el evangelista
Lucas nos relata en su evangelio el encuentro de Jesús con Moisés y con Elías,
nos pone de manifiesto que allí hubo un intercambio entre Espíritus de los dos planos de la
existencia, encarnados y desencarnados.
Así, el verdadero Padre de Amor que es Dios, tal como lo comprendemos por la magna obra perfecta de su creación, incluido el Ser humano creado por Él, habría dejado de ser un Padre amoroso, convirtiéndose en un padre cruel con sus hijos, los humanos, enemigo desigual y terrible, cuyo azote serían esos espíritus malignos o demonios. Desde luego, una opción totalmente sin sentido y descartable.
Las religiones cristianas establecidas,
se han escudado en la prohibición bíblica de Moisés de entablar relación
con los muertos, pero no se ha analizado lo que se desprende de bueno o
malo en esas comunicaciones, y otras veces se habrá ocultado el verdadero
motivo de esta prohibición: Han hecho de estas cosas, en su mayoría supersticiones,
una nueva y lucrativa profesión. Algo tan simple como lo es el abuso desmedido
de tantos adivinos con sus sortilegios y contactos (muchas veces falsos),
con espíritus de baja condición, buscando resolver cosas banales de tantos curiosos,
y de paso llenarse los bolsillos y ascender en el escalafón social. Este
abuso, tal como hoy en día desgraciadamente sigue vigente, y llevó a ser
víctimas del engaño y del fraude a tantas personas estafadas y burladas
por algo que no debe ser motivo de escándalo , sino de respeto y seriedad. De
ahí la prohibición de Moisés.
El pasaje de Jesús hablando con los dos aparecidos, no deja duda, no solo
de que este intercambio es posible, sino lícito y útil, cuando el motivo no es
el perseguir un bien material, o el morbo, sino el aprendizaje , la orientación
espiritual y la asistencia fraterna entre seres de ambos lados de la Vida.
Asimismo en los Evangelios aun hay otros pasajes en los que Jesús ordena y
manda a entidades perturbadoras que ante su tremenda supremacía espiritual, le
obedecen de inmediato, liberando de sus influencias y curando el cuerpo y el
alma de tantos enfermos y obsesados.
El episodio del encuentro en el Tabor, lo podremos utilizar cuando la
sinrazón de algunos nos acuse de que en el Espiritismo que abrazamos, la
comunicación con los llamados “muertos”, es algo satánico y prohibido por Dios.
Ya
vamos teniendo las cosas mas claras: La mediumnidad no es algo satánico, sino
una facultad psíquica natural de comunicar con el otro lado de la vida,
que Dios no prohíbe porque si así fuese esa prohibición sería para ambos lados, y el intercambio entre ambos planos acontece con
Espíritus de todos los niveles y categorías, incluidos los Espíritus Superiores
que jamás podrían desobedecer a Dios.
La mediumnidad no obliga a manifestarse a los seres espirituales; ellos siempre lo hacen voluntariamente, nunca obligados, por tanto no se les perturba cuando se les invoca, porque su intervención con el médium siempre es absolutamente voluntaria. Del mismo modo que no se les perturba cuando los que les llaman y evocan, son gentes que en oración lo hacen bajo la norma admitida por determinada religión.
Para concluir, agradezcamos a Dios por esta valiosa herramienta espiritual que es el intercambio mediúmnico, y también a Jesús, por cómo nos ejemplificó su correcto uso, demostrando la realidad de la Vida eterna.
- Jose
Luis Martín-
*********************************

No hay comentarios:
Publicar un comentario