sábado, 24 de junio de 2023

¿A qué ha venido el Espiritismo?

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Decisiones

2.- El pensamiento negativo

3- El Espiritismo es una ética social

4.- ¿ A qué ha venido el Espiritismo ?

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Decisiones

                                        


Nuestra vida es una secuencia infinita de decisiones.

A cada instante, para vivir, cada uno de nosotros tiene que tomar decisiones, con variados grados de importancia, que pasan a modelar nuestro comportamiento de forma significativa, que automáticamente generan  consecuencias para los demás y para nosotros mismos, pues el hombre no vive de forma aislada, sino en sociedad, con dependencia de unos para con los otros.

Es el uso del libre albedrío, de la libertad de vivir, que Dios sabiamente nos concede.

El acto decisorio está íntimamente conectado, a las elecciones selectivas que hacemos en las acciones de cada segundo.

Involucra pequeñas y grandes cosas como, por ejemplo, decidir el tipo de alimento que vamos ingerir diariamente; el tipo de transporte que vamos a utilizar para irnos de casa para el trabajo (autobús, taxi, tren o metro), o si vamos o no, a cazar con esta o aquella persona; si vamos optar por esta o aquella carrera profesional, y así sucesivamente.

Tomada la decisión, elegido lo que vamos hacer, solamente nos resta aguardar las consecuencias de nuestros actos, en su debido tiempo.

Algunas decisiones son tomadas casi que instintivamente y ni siquiera nos enterarnos que estamos decidiendo, o sea, que estamos haciendo una elección.

Otras veces, la decisión es compleja y por eso mismo, causa en nosotros preocupaciones serias, pudiendo causar stress y no raras veces depresión, por no conseguir descubrir, de inmediato, cual es la mejor decisión o el camino correcto.

El libre albedrío nos es concedido por Dios, como una verdadera dádiva, pero la utilización de esa libertad de vivir tiene que  fundamentarse en decisiones responsables, o sea, nadie tiene el derecho de perjudicar nadie y de esa forma, la libertad de acción que todos poseemos, no es totalmente absoluta, muy por el contrario, es relativa, poniendo limites que necesitan ser bien visualizados.

Esas barreras divisorias están colocadas en la posición exacta en donde los derechos de una persona terminan y los derechos de sus semejantes empiezan.

Siempre que esos límites de libertad son invadidos, acabamos perjudicando a alguien, consciente o inconscientemente y por la ley de justicia divina, pasamos a ser infractores ante la armonía del Universo, cuya consecuencia tendrá que ser reparada, oportuna y convenientemente, para que la ley de causa e efecto se cumpla.

De ahí una de las razones del dolor y sufrimiento aquí en la Tierra, ya que no son eternos, pero sí son exactamente proporcionales a los dolores y sufrimientos que hemos causado a nuestros semejantes.

Allan Kardec explica en el libro EL CIELO Y EL INFIERNO, que los deslices que cometemos, crean como manchas en el Espíritu, de mayor o menor intensidad, de acuerdo con la extensión del mal que creamos.

Solo hay un medio de borrar estas manchas del Espíritu; el cual está compuesto de tres etapas fundamentales: Arrepentimiento, Expiación y Reparación.

El primer paso es el arrepentimiento sincero, esto es, el reconocimiento de que hicimos algo errado. Esta fase del proceso es importantísima, pues significa que el discernimiento entre el bien y el mal ya existe. Hay personas que, infelizmente, practican el mal, pensando que están haciendo un bien. Estas personas todavía no despiertan la conciencia para distinguir correctamente, el bien del mal. Es nuestro deber supremo practicar, única y exclusivamente el bien, pero si, por cualquier motivo, no pueda realizar el bien, jamás debemos practicar el mal.

La depuración en cuanto a los errores cometidos, empiezan con el arrepentimiento.

Pero solo el arrepentimiento, no es suficiente para borrar la mancha creada por el error cometido. Es necesario pasar por la expiación, esto es, sufrir conforme hicimos nosotros sufrir.

Es verdad que esta fase del proceso puede ser atenuada, después que el infractor la practique, por libre y espontánea voluntad, usando la  Caridad, en beneficio de sus semejantes, anulando para eso, su propio egoísmo, lo que no siempre es tarea fácil.

Llamamos la atención por otro punto especial, pues podría parecer que el arrepentimiento, seguido de la expiación de las faltas, fuese suficiente para librarnos de los estragos que causamos con nuestros errores. Y no es así.

Es necesaria una tercera y ultima etapa: la reparación, que consiste en nosotros hacer el bien, a quien hicimos el mal. Solo después que pasamos por tal procedimiento es cuando conseguimos librarnos totalmente de los nudos de nuestros errores.

Por lo tanto, usar mal el libre albedrío, es decidir de forma equivocada, no es un buen negocio, pues las consecuencias para el Espíritu son desastrosas, exigiendo mucha comprensión, determinación, coraje, fuerza de voluntad y resignación, además de disponer de mucho tiempo para la realización de las tres etapas signadas: Arrepentimiento, Expiación e Reparación.

Autor: Nelson Oliveira y Souza 

Fuente: El Mensageiro

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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          EL PENSAMIENTO NEGATIVO              Los pensamientos negativos son producto de las mentes de personas que tienen la deplorable tendencia de ver en todo el lado oscuro, problemático o negativo de las cosas, y estos, siendo una energía psíquica activa, causan efectos negativos o adversos, como resultado de tener una mente negativa, pues ya conocemos que la cosecha es, según la clase de siembra que se hace.. 

    La Ley de Vibración funciona permanentemente y por Ley de Afinidad, atrae lo que vibra en sintonía semejante. De ahí se comprende el funcionamiento de la oración, como se comprende que hayan personas que tienen esta desgraciada tendencia de considerar sobretodo el lado oscuro de las cosas, y como resultado, no deja de acontecerles cosas de la misma calidad de sus pensamientos o temores. Son los célebres "gafes" que parece que levan consigo o atraen la "mala suerte" y todo les sale mal.

    La forma de pensar determina mucho de lo que pasa en nuestra vida; si pensamos con optimismo, positividad y fe, lo que se nos presentará en hechos concretos tendrá esa misma tónica;  

    Cuando se camina con una mentalidad negativa, cargada de ideas que nos hacen ver el lado más oscuro, el más triste, el más doloroso, de lo que nos toca vivir, las cosas van a tener un peso paralizante, que se puede convertir en un abismo sin fin, recordemos el caso de esas personas tristes, apocadas y deprimidas, cuyos pensamientos  y formas de enfocar la vida son negativos, a las cuales se les ha denominado a veces como "gafes" o "personas con "mala suerte". No existe la buena o mala suerte; existe el producto de los pensamientos y actitudes buenas o malas.

  Por último, no olvidemos que  la negatividad puede tener efectos negativos  múltiples en el cuerpo, la mente, y las emociones.

- Jose Luis Martín-                           

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   EL ESPIRITISMO ES UNA ÉTICA SOCIAL

  "Todo lo que es bueno es útil, por tanto, lo que es moral también es útil" ( Cicerón)

  La Ciencia y la Filosofía espírita, encuentran su complemento en la Ética Espírita. No basta con conocer los fundamentos de esta Doctrina, es necesario que los consustanciemos con nuestra vida para lograr la transformación moral, personal, familiar y social, que los nuevos tiempos requieren. Muy expresamente lo planteó Kardec en  El Libro de los Espíritus, conclusión VII:

"El Espiritismo se presenta bajo tres diferentes aspectos: el hecho de las manifestaciones, los principios de la filosofía y de la moral que de ellos se desprenden, y la aplicación de los mismos principios:

1ª Los que creen en las manifestaciones y se limitan a comprobarlas. Para estos el Espiritismo es una ciencia experimental.

2ª Los que comprenden las consecuencias morales.

3ª Los que practican o se esfuerzan en practicar la moral,"

  A estas consideraciones Kardec añade:

"Muy alta idea habría de tenerse de la naturaleza humana, para creer que puede transformarse súbitamente por medio de las ideas espiritistas. Ciertamente que su acción no es la misma ni tienen la misma intensidad en todos los que la profesan. Para cualquiera por más que sea débil el resultado, es un mejoramiento, aunque solo fuera el de comprobar la existencia extracorporal, lo que implica la negación de las ideas materialistas."

  Cuando los hombres comprendan, acepten y apliquen los principios espiritistas, desprendiéndose cada día un poco más de la ganga de las pasiones, superando su estado de inferioridad, ayudando a sus semejantes, seguramente nacerá una humanidad nueva, en la que ya el hombre no será homini lupus , como denunciaron PLAUTO Y HOBBES, sino el amigo del hombre, su prójimo, su hermano. Una comunidad sin guerras, que ya no construirá armas para destruir al hombre, sino que se armará para extinguir sus bajas pasiones.

  Tan cierto es que la belleza ideológica de los postulados morales de nuestra Doctrina y las concepciones filosóficas que ella encierra, deben apoyarse siempre bajo la realidad de una experimentación convincente, como que una postura de intelectualismo espírita no ha de desdeñar, como mal suponen algunos, los sentimientos que se desprenden de la Doctrina, sino que por el contrario los fortalecerá. Kardec ha desmentido con su obra a quienes creen que las disciplinas que avivan el raciocinio, lo hacen a costa de la aniquilación de los sentimientos. No debe desenvolverse la inteligencia con la exclusión del amor. El intelecto humano logró la fisión nuclear y a partir de ella construyó la bomba atómica, así como las armas químicas y bacteriológicas. Desprovista del amor, la inteligencia se convierte en un azote para la humanidad.

   El Espiritismo es una ciencia pletórica de sentimientos, porque es la ciencia del Alma, como lo denominó el célebre metapsiquista y espírita italiano Ernesto Bozzano.

  En tanto que el nuevo humanismo social, la visión del mundo y de la sociedad que ofrece el Espiritismo, responde a los más elevados ideales de justicia, igualdad y libertad, defendiendo el derecho a la vida, columna principal en la que se fundamenta la evolución espiritual, el derecho a la propiedad, siempre que su obtención haya sido lícita, el respeto al derecho ajeno y en definitiva, promoviendo el respeto integral a los derechos humanos.

   El Espiritismo como ciencia integral del  Espíritu, proporciona un auténtico conocimiento del Ser y de la Sociedad, ya que participa en su elaboración científica, filosófica, ética y sociológica, de lo objetivo y de lo subjetivo, de lo visible y de lo invisible, o sea, del Espíritu encarnado y desencarnado.

   Claude Bernard (1813- 1878) conocido fisiólogo francés, manifestaba: "Estoy persuadido de que llegará un día en que el fisiólogo, el poeta y el filósofo, hablarán el mismo lenguaje y todos se entenderán". El Espiritismo ofrece el terreno para tal acuerdo.

   El Espiritismo no se reduce a la fría experimentación de un laboratorio; tampoco se limita al razonar inductivo o deductivo. Lo científico y lo filosófico se proyectan en lo ético y lo moral, mostrando así el prototipo de hombre nuevo que el Espiritismo es capaz de formar: el Hombre Espírita, arquetipo de la era que se avecina con el Tercer Milenio, la Era del Espíritu.

   Estamos convencidos de que el futuro pertenece al Espiritismo y que Kardec resplandecerá siempre como una estrella luminosa en su firmamento científico, filosófico y moral.

- Jon Aizpurúa- de su obra "Tratado de Espiritismo"

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¿A QUE HA VENIDO EL ESPIRITISMO ?

   La doctrina que enseñan hoy los espíritus no tiene nada de nuevo; se encuentran fragmentos de ella en la mayor parte de los filósofos de la India, de Egipto y de Grecia, y completa en la enseñanza de Cristo. ¿A qué viene, pues, el Espiritismo? A confirmar con nuevos testimonios, a demostrar con hechos, verdades desconocidas o mal comprendidas, y a restablecer en su verdadero sentido aquellas que han sido mal interpretadas o voluntariamente alteradas. 

    Cierto es que el Espiritismo no enseña nada nuevo: ¿Pero es poco probar de una manera patente e irrecusable la existencia del alma, la supervivencia al cuerpo, su individualidad después de la muerte, su inmortalidad, las penas y las recompensas  futuras? 

    Desde el punto de vista religioso, el Espiritismo tiene por base las verdades   fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la inmortalidad, las penas y las recompensas futuras, pero es independiente de todo culto particular. Su fin es probar la existencia del alma a los que la nieguen o dudan de ella; que sobrevive al cuerpo, y que sufre después de la muerte las consecuencias del bien o del mal que ha hecho durante la vida corporal, lo cual pertenece a todas las religiones. 

Como creencia en los espíritus, pertenece a todas las religiones y forma parte de todos los pueblos, puesto que donde hay hombres hay almas o espíritus, y puesto que las manifestaciones han tenido lugar siempre, y su relato se encuentra en todas las religiones sin excepción. Se puede ser, pues, griego o romano, protestante, judío o musulmán, y creer en las manifestaciones de los espíritus, y por consiguiente, ser espiritista; la prueba está en que el Espiritismo tiene adeptos en todas las sectas. 
     Como moral, es esencialmente cristiano, porque la que enseña no es más que el desarrollo y la aplicación de la de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad no es negada por nadie; prueba evidente de que es la ley de Dios, y que la moral está a  disposición de todo el mundo. 
     Siendo independiente el Espiritismo de toda forma de culto, no prescribiendo  ninguno, y no ocupándose de dogmas particulares, no es una religión especial, porque no tiene sacerdotes ni templos. A los que le preguntan si hacen bien o mal en seguir tal o cual práctica, responde: Si creéis vuestra conciencia obligada a hacerlo, hacedlo: Dios tiene siempre en cuenta la intención. En una palabra, no impone a nadie; no se dirige a los que, teniendo fe, están satisfechos de ella, sino a la numerosa categoría de los vacilantes e incrédulos. No los arrebata a la iglesia, puesto que moralmente se han separado de ella total o parcialmente; les hace recorrer las tres cuartas partes del camino para volver a aquélla, a la cual toca hacer lo demás. 

    Es verdad que el Espiritismo combate ciertas creencias, tales como las penas eternas,   el fuego material del infierno, la personalidad del diablo, etc., ¿Pero no es verdad que estas creencias, impuestas como absolutas, han hecho en todas las etapas de la humanidad incrédulos y los hacen aún hoy en nuestros días? Y si el Espiritismo, dando a estos y a otros dogmas una interpretación racional, conduce a la fe a aquellos que la abandonan, ¿No presta un servicio a la religión? Así es que un venerable eclesiástico decía con respecto a este asunto: “El Espiritismo hace creer en algo, y vale más creer en algo que no creer en nada.

ALLAN KARDEC.

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