martes, 2 de junio de 2020

El desdoblamiento

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Evolución
2.- El valor del tiempo
3.- El Tercer MIlenio
4.- El desdoblamiento








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Evolución

La evolución del espíritu empieza desde sencillo, que prácticamente no tiene ningún sentido definido e ignorante, que no sabe nada de ciencia.

El espíritu creado por el Padre, es prácticamente simple pero tiene la esencia del padre y busca a su Padre. Carece de odio y también carece de sentido del bien y del mal.

Todo esto cuando hace su primera encarnación suele venir en individuos muy simples y con auto conservación absoluta, más o menos, como un animal, en el sentido que come y satisface de manera primaria. En este mundo no hay hermanos recién creados, pues en este mundo ya no puede acoger a dichos hermanos, por que no disponen de las herramientas disponibles para su evolución.

Si un hermano recién creado estuviera en un mundo como este, o sería muy noble o sería muy violento, pero no tendría un sentido mental normal, porque no diferenciaría del  bien o del mal, y si tuviera que matar pues lo haría por hacer, pero sin sentido, de esa manera su karma no tendría una evolución muy adecuada para este hermano, es por esta razón que los hermanos recién creados son introducidos en planetas que empiezan a tener vida, y de esa manera cada individuo se desarrolla por sí mismo.

    El Padre siempre crea y somos millones de hermanos en evolución e incontables hermanos que son perfectos, estos mismos hermanos son los que empujan a otros a que se desarrollen y evolucionen, de manera que todos en conjunto evolucionemos.

   El misterio que siempre tenemos es si nuestro Padre algún día dejara de crear, es un pensamiento que desde luego no lo sabemos.

    Para muchos, nuestro Padre es un misterio, porque solo los que llevan una evolución muy amplia, son los que ven a nuestro Padre, claro está, que llegar al Padre puede llegar cualquiera, pero hay que tener unos requisitos muy exigentes que hoy en día en este planeta se carece por completo. Pero llegará un día que lo veremos y ese día será el mejor de toda la evolución.
   
 Los que han llegado con mucho esfuerzo y muchos sufrimientos, ven a nuestro Padre de una manera tan maravillosa y tan espectacular, que dicen algunos que estos hermanos cambian y su mirada y su semblante se vuelven puros e inmaculados. Seguramente y según dicen, el Padre ofrece el ultimo saber y la ultima evolución que solo lo puede ofrecer el Padre personalmente, es una ciencia que solo los que llegan a El pueden tener.

     Si un hermano va adquiriendo ciencia y se va depurando, al final del largo recorrido, el Padre ofrece una ciencia y unos secretos que solo los hermanos perfectos saben.

      En el universo hay millares de secretos que pocos entienden, hay cosas que no se ven a no ser que se disponga de la ciencia y la cultura espiritual adecuada, de manera que cuando se dispone de ello entonces ve cosas extraordinarias. El alma puede estar en muchos lugares a la vez y además la ciencia y el saber son absolutos.

     Todo lo que el Padre dispone, se lo da a sus hijos cuando su saber y evolución espiritual son adecuados. Todos nosotros deseamos llegar a la evolución donde el Padre esté a nuestro lado, El siempre lo está, pero será el momento donde le notaremos y le veremos y El nunca se cansa de ofrecernos todo el saber y todo lo que El Padre tiene. Según parece cuando se llega hasta El, es muy personalizado todo, y desde luego es espectacular.

Por el espíritu Cristóbal
Médium; Bertolinni

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             VALOR DEL TIEMPO

                         -REFLEXIÓN

Venimos a la Tierra con el deseo de progresar, con el firme propósito de trabajar y emplear el tiempo provechosamente, pero el orgullo nos estaciona, la indolencia nos hace huir del trabajo, y he aquí que pasamos toda una existencia sumidos en el error, envueltos en la ignorancia, consagrados a la superstición, o víctimas de cruel escepticismo.

     Colocados en la escabrosa senda de la vida, no sabemos a dónde dirigir los pasos.

     Nuestra vida se extiende al infinito, como queriendo buscar un más allá; contemplamos el espacio indefinido y sonreímos: bajamos los ojos a la Tierra, y una nube de tristeza envuelve nuestro ser; la soledad nos aterra; el inmenso vacío que hallamos en derredor, nos aflige; el valor nos falta, y abandonándonos completamente, caemos desfallecidos bajo el peso de nuestra misma debilidad. Y entre tanto, ¿qué hemos hecho?



En provecho nuestro, nada, pero sí en nuestro perjuicio, puesto que hemos perdido un tiempo precioso, el cual, mientras hemos estado en la inacción, ha corrido veloz, para no volver jamás.



¡El tiempo! ¡Oh! Si supiéramos el valor que tiene en la Tierra, no desperdiciaríamos ni un segundo de tiempo. Nos afanaríamos en armonizar las horas; trabajaríamos con regularidad; nuestros trabajos serían más provechosos y la vida nos sería más ligera; nunca aparecería en nuestro semblante ese tinte melancólico del fastidio, prueba inequívoca del mal uso que muchas veces hacemos del tiempo precioso. Y si no, ved al sabio que se afana en descubrir nuevas ciencias; al pensador filósofo que transmite al papel sus saludables máximas; al rico caritativo que deja temprano su mullido lecho para ir en busca de la indigencia y enjugar sus lágrimas; al honrado trabajador que, después de emplear el día en ganar el sustento de su familia, aún roba algunas horas de la noche al descanso de su cuerpo para dedicarlas a la instrucción de sus hijos, al estudio, o alguna práctica útil en favor de sus semejantes; ved a estos seres siempre tranquilos, serenos, y ¿por qué? Porque su conciencia no les acusa de ociosos; porque trabajando para los demás, se forman su patrimonio, se crean una gran propiedad para la vida futura y van labrando el verdadero progreso de su espíritu.



El tiempo, ha dicho Franklin, es la tela de que está hecha la vida: y es muy cierto. Esta tela, bien aprovechada, nos daría felices resultados, porque nos pondría al abrigo de los malos pensamientos y sería el más eficaz preservativo contra el fastidio.




¡Cuán pocos son los seres que saben apreciar el valor del tiempo y distribuir las horas con minuciosa y severa exactitud! ¡Nos quejamos de la corta duración de la vida, y nosotros mismos la abreviamos con la dilapidación deplorable de todos sus instantes!


La Humanidad habla constantemente del valor del tiempo, y sin embargo, la mayoría no hace otra cosa que pasar el tiempo, visitas de etiqueta, atenciones de sociedad, mesas de juego, teatros sin reformas de costumbres, lecturas frívolas e inmorales, son las más de las veces los recursos de que echamos mano para libertarnos del inmenso tedio que nos abruma.



Bueno es un rato de expansión cuando ya se ha cumplido con los principales deberes; porque después del cotidiano trabajo, el espíritu aspira con fruición la brisa que viene a acariciarle, y aquellos momentos de descanso o libertad le reaniman y le dan nuevas fuerzas para empezar de nuevo su trabajo; pero esos seres que pasan las horas muertas reclinados en un diván, recreándose en las espirales que forma el humo de su cigarro, a semejanza de los turcos, o los que con el nombre de jóvenes del gran mundo o aristócratas de salón, se levantan de la cama, se van al tocador, de éste a la mesa, de allí al casino, después al teatro, luego al baile, de aquí al restaurant, en donde después de haber devorado suculentos manjares, y regado los manteles con el espumoso champagne salen medio beodos, congratulándose de aquella brutal orgía, donde en su concepto, han pasado el tiempo agradablemente, ¿podrán decirnos las ventajas que les reporta ese modo de emplear el tiempo? ¡Oh!, nos responderán que han ido a divertirse solamente, y que con esto no han perjudicado a nadie; pero esto no basta.



No hemos de contentarnos con no hacer daño; hemos de procurar hacer bien. 
Por ejemplo: el que perjudica a otro en lo más mínimo, emplea malísimamente el tiempo; el que no hace bien ni mal, lo pierde lastimosamente; y el que se afana por cumplir con su deber y ser útil a sus semejantes, éste es un espíritu que sabe apreciar el tiempo en su verdadero valor; comprende lo fugaz que es la vida, lo doloroso que es el viaje por la Tierra, e incansable en su deseo de progresar, no desperdicia ni un segundo; es el gran matemático de la vida, que sabe aprovechar los minutos que marca el reloj de su existencia; sabe muy bien que la Tierra es una tumba y el cuerpo estrecha cárcel donde el espíritu se encierra para sufrir su condena.


Si ha sabido cumplir con su deber, siendo la actividad su compañera, cuando se cumpla el plazo de su existencia o de su expiación, la derruida cárcel quedará enterrada en la mísera tumba del planeta Tierra, y el espíritu, entonando un himno de alabanzas a la creación, remontará su vuelo a las regiones etéreas, en busca de su ansiada libertad, en busca de progreso sin fin y en busca de más prósperos destinos.

¡Oh! iLástima da ver a infinidad de seres cómo dejan transcurrir las horas sin acordarse del que sufre, sin enjugar una lágrima, sin socorrer al necesitado, sin vestir al desnudo y sin amparar al huérfano! ¡Cuántas horas perdidas! ¡Qué tiempo tan precioso inútilmente empleado! ¡Ah!, ¡pobre Humanidad, cuán lento es tu paso para el bien! No parece sino que mil cadenas te sujetan; pero para el vicio, ¡ay!, eres cual ligera nave que se desliza rápida por la superficie de las aguas...

¡Hora es ya de que el Espiritismo nos alumbre con sus rayos, y nos enseñe a comprender el valor del tiempo!




¡Espiritistas! Luchemos con valor; no nos arredren las miserias de la vida; que alguien vela por nosotros. Aprovechemos el tiempo en corregir nuestros defectos, en ser dóciles y virtuosos, en amarnos como hermanos y en llevar un rayo de luz a la Humanidad para que progresemos todos.


( Tomado de la Biblioteca de Luz Espiritual.org)



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        EL TERCER MILENIO




Con el título: El tercer milenio he leído un librito precioso; y digo librito porque apenas si tiene ochenta páginas, exactamente setenta y ocho. Su contenido son mensajes de amor y esperanza, pero también de advertencias acerca de lo que se avecina: un mensaje decisivo para el creyente y para el no creyente.

















La luz de Cristo se hizo visible cuando se encarnó entre nosotros, aunque no todos supieron, o quisieron verla, y no ha dejado de brillar a lo largo de los más de veinte siglos. Él vino en un acto de Amor hacia los hombres, sus hermanos, pues ya lo dijo: Todos somos hijos del mismo Dios.
Como nos dice un mensaje, estamos inmersos en el tercer milenio, el decisivo; el milenio del cambio; no el de la destrucción de nuestro planeta, como muchos creen, sino el cambio del pensamiento; el cambio de esta civilización marcada por la sinrazón humana, hundida en los abismos de la incomprensión, la intolerancia y el desamor; donde ha imperado y aún impera la fuerza y no la razón. Una humanidad aferrada al materialismo, preocupada solo por el presente y pensando en un futuro erróneo, porque el verdadero futuro no tiene nada que ver con el futuro material.
En este tercer milenio, la humanidad tiene ya marcado un destino irreversible. El planeta está abocado a un cambio total; a lo largo de todo este milenio, las generaciones venideras vivirán y sufrirán esos cambios ineludibles, en todos los órdenes, sobre todo en el orden moral; ir recuperando muchos valores perdidos u olvidados; y lo más importante, erradicar todas las malas tendencias, los sentimientos de incomprensión, intolerancia; la mala conciencia, donde se esconden el odio, el rencor, los deseos de venganza que dan lugar a los enfrentamientos absolutamente cruentos que se han sufrido a lo largo de la historia. La humanidad corre alocada hacia su destrucción, pero no puede desaparecer, y este cambio ya iniciado la salvará de sí misma.
¿Cuántos años de este milenio serán necesarios para llevar a cabo la transición planetaria? Nadie lo sabe, pero algo es seguro: al final del milenio, la Tierra ya no será la misma, y esa luz de Jesús, que no ha dejado de brillar, aunque no hayamos querido verla, será el faro guía para la nueva humanidad.
Es seguro que la mayoría me dirá que es muy largo el plazo, y que ninguno de nosotros lo verá: cierto, pero nosotros y las generaciones pasadas somos las causantes del actual estado moral del planeta, y deberemos desaparecer para dar paso a una sociedad más justa donde impere el amor entre los hombres. Tal es el destino del Planeta Tierra.
Creo en la reencarnación, y quién sabe: la misericordia de Dios es infinita, y tal vez me sea concedido el regresar, con otro cuerpo, a la nueva Tierra redimida.
- Maria Luisa Escrich- Amor, Paz y Caridad            
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                     EL DESDOBLAMIENTO 
      "El desdoblamiento no es un fenómeno mediúmnico. Se trata de  la proyección fuera del cuerpo somático(físico) del periespíritu o cuerpo astral. Realmente cualquier persona puede desdoblarse, siempre que esté debidamente entrenada para evitar riesgos desagradables. Se sabe que la condición mental es de la mayor importancia para el desdoblamiento, ya que el fenómeno transcurre bajo la acción de recursos psíquicos que deben ser de la mejor calidad. Valor moral y vida equilibrada son imprescindibles para el éxito de la operación.
     De manera general. existen dos tipos de desdoblamiento: El provocado por el sueño artificial  y el que ocurre a consecuencia del sueño natural. El sueño artificial puede ser promovido por un hipnotizador encarnado o por la voluntad de espíritus técnicamente especializados.  En el sueño natural es puramente fisiológico y se da con la reducción de la rigidez molecular de las neuronas, resultado del cansancio orgánico. Desdoblado el espíritu y su periespíritu, se apartan del cuerpo inanimado, pero manteniéndose unido a él a través del cordón plateado o fluídico, que concentra las energías que asocian el espíritu, periespíritu y cuerpo físico. La persona desdoblada puede recorrer las regiones del mundo espiritual, superior o inferior, por propia voluntad o conducido por un benefactor o por un obsesor, dependiendo de los méritos que posea y de las reglas de vida a las que esté vinculado.
      El desdoblamiento es blanco de curiosidad y especulación en todos los pueblos a lo largo de la historia. La misma Bíblia cita hechos que indudablemente se refieren al fenómeno. Es el caso de Ezequiel(3:14) cuando afirma: "Entonces el espíritu me levantó y me llevó y me fui muy triste (...). En el Nuevo Testamento hay una porción de otros casos. El más conocido se dio con el apóstol Pablo, según narración hecha por él mismo en la Segunda Epístola a los Corintios (12:2) "Conozco a un hombre en Cristo que hace catorce años ( si en el cuerpo no lo se, si fuera del cuerpo no lo se; Dios lo sabe), fue arrebatado hasta el tercer cielo". Plutarco, sabio de la antigüedad, narra el caso de Aristeu de Soles, que vivió en Cilicia, Asia Menor. Después de una caída violenta, Aristeu fue dado por muerto. Cuando iba a ser sepultado. recobró los sentidos y narró entusiasmado las experiencias vividas fuera del cuerpo material.
       La literatura espírita, desde Allan Kardec, trata el asunto, pero aspectos técnicos y prácticos pueden ser encontrados en las obras psicografiadas por Chico Xavier, como Mecanismos de la Mediumnidad, cáp.XXI y En los dominios de la Mediumnidad, cáp.11- Desdoblamiento en servicio, en el que el autor espiritual detalla la acción del médium Antonio Castro, con sus indecisiones, angustias y miedos al pasar por la fuerte experiencia del desdoblamiento".
(Revista O Espírita, Brasilia DF, oct-diciembre/93).
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