Millones y millones de seres espirituales en diversos grados de evolución hay dedicados a la atención de los enfermos que al desencarnar van pensando en los mismos dolores. Otros ayudando a desencarnar. Otros colaborando en los trabajos de reencarnación. Hay espíritus guías o guías espirituales. Son seres que, dentro del aura magnética del planeta, se encargan de ayudar a otro ser encarnante durante una o más encarnaciones; generalmente, espíritus familiares del mismo encarnante. Su grado de evolución siempre es superior al ser encarnante, a quien tratan de ayudar en el cumplimiento de su destino. Hay espíritus guardianes que acompañan a otros seres que encarnan con misiones especiales, y con el objeto de ayudarles al cumplimiento de su misión. Pues, es ley divina que toda obra de bien y de justicia sea defendida y protegida por seres de gran poder y pureza. Son espíritus ya liberados de los mundos físicos, de un grado evolutivo superior al humano de nuestro mundo. Y estos encarnan también, a veces, por motivos especiales de adelanto a la humanidad. Hay espíritus protectores que, perteneciendo todavía a la influencia magnética del planeta, protegen a los humanos en casos especiales, tales como los que toman a su cargo la protección de personas y agrupaciones dedicadas a un fin noble. Cuando las personas se dedican a la práctica del bien, por ley divina reciben la protección de Lo Alto. Y entre estos protectores, los hay en diversos grados de evolución, según sea la necesidad de protección: desde elementales a superiores. Hay inmensidad de espíritus superiores que por amor bajan a los planos inferiores de tinieblas y de magnetismo denso, tratando de persuadir a seres desencarnados desviados y atormentados por las pasiones humanas que, por ignorancia, siguen apegados al plano físico. Y estos misioneros, que por amor a la humanidad doliente renuncian a su bienestar y se sacrifican voluntariamente para hacer llegar la Luz a esos espíritus en sufrimiento; desarrollando conferencias en esos planos inferiores para enseñar la realidad de la bondad divina, para demostrar la existencia de un mundo superior maravilloso, de una vida libre de persecuciones y sufrimientos, y para enseñar la verdadera religión cristiana de amor universal. Hay otras actividades diversas de servicio, una de las cuales es la de auxiliar a las almas que en el plano de tinieblas y ambiente de sufrimiento en el astral inferior han llegado al arrepentimiento verdadero y claman al cielo misericordia y perdón. Entonces, bajan en grupos de dos o más de esos misioneros y preparan la labor de rescate y constatada la veracidad del arrepentimiento, es trasladado a secciones especiales o colonias de auxilio, para una estadía de recuperación de fuerzas, y en donde comienza la preparación para una nueva encarnación, en concordia con cada caso. Y hay también guías y protectores menores, auxiliares, como la madre que desencarna dejando uno o más hijos pequeños que todavía necesitan de su cuidado; y de hecho se convierten en su auxiliar invisible. Y muchos otros aspectos más que sería prolijo enumerar. Como puede apreciarse fácilmente, en ese mundo del Espíritu hay una amplísima gama de actividades dentro de una jerarquía perfecta, desconocida por los humanos, y la cual ofrece múltiples aspectos de progreso. Todo ser espiritual en misión de servicio, recibe la Luz y la Fuerza espiritual necesaria para su realización por seres de mayor luz, amor y poder que, a su vez, recibe también de otros seres más elevados, y otros, en sucesión progresiva hasta la Divinidad; todo lo cual constituye la Ley de Jerarquía Espiritual.
Sebastian de Arauco.
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UNA SONRISA NO CUESTA NADA...
... Y produce mucho - Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. - No dura más que un instante, pero su recuerdo es a veces eterno. - Nadie es demasiado rico como para prescindir de ella; - Nadie es demasiado pobre como para no merecerla. - Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo. - Es el símbolo de la amistad. - Una sonrisa de reposo al cansado. - Una sonrisa anima a los más deprimidos. - Una sonrisa no puede comprarse, ni prestarse, ni robarse, pues no tiene valor material. Solo tiene valor en el momento en que se da. - Y si alguna vez tropieza con alguien que no sabe dar una sonrisa, sea generoso y dele la suya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no sabe darla a los demás.
- Mohandas Karamchand Gandhi -
********************* MUNDOS FELICES
Con los datos obtenidos por
los Espíritus hemos visitado las regiones inmensas del espacio. El panorama
esplendido de la armonía cósmica se desplegó delante de nuestros pasos.
Hemos recibido un
anticipo de la idea del infinito, más lo comprenderemos en su magnitud total,
conforme vayamos perfeccionándonos en el futuro.
Los misterios del éter
revelaron su enigma, hasta hoy indescifrable, y hoy tenemos al menos, la noción
de la universalidad de las cosas. Ahora es necesario detenernos y reflexionar.
Haber reconocido la pequeñez de la tierra y su mediocridad en la jerarquía de
los mundos es un adelanto.
En los mundos felices, las
relaciones de los pueblos son siempre amistosas, nunca se turban por alcanzar
las pertenencias ajenas. La superioridad moral y la inteligencia es
la que establece la diferencia de condición y supremacía. La autoridad siempre
la da el merito, que siempre se ejerce con justicia.
Allí todas las virtudes y
sentimientos nobles adquieren un sentido más elevado, que en la tierra, pus
aquí el amor nunca podremos sentirlo en el grado
de excelsitud que se expresa en los mundos felices.
Allí la necesidad no existe,
tienen conforme han adquirido, por su esfuerzo en el bien, y por su
inteligencia y si desean algo más se esfuerzan en conseguirlo, pues nadie está
allí por expiación.
Se vive como en un paraíso,
donde se puede acceder a todo lo que lo comprende, lugares hermosos, estancias
de estudio, de recreo, músicas sublimes que emocionan y llenan el alma de
bienestar y felicidad, como define André Luiz, allí todo es positivo, lleno de
cometidos, nobles. Para que nos podamos hacer una idea, es como un paraíso
donde el llanto y el crujir de dientes no existe, es como vivir en una gran
ciudad donde se puede caminar por todas sus calles, visitar todos
los lugares sin ningún temor, sin ninguna preocupación por no tener dinero para
poder conseguirlo, tu elevación y tus merecimientos te hacen accesibles esas
estancias. Y gozar en esa ciudad de una morada exquisita con todos los
accesorios necesarios para desarrollar una vida digna y feliz. Sin envidias,
sin rencores, sin celos, sin egoísmos ni orgullos, sin susceptibilidades, solo
un afán domina el corazón de los espíritus que allí moran, el de hacer el bien,
y el deseo de progresar más cada día. Allí el sufrimiento no existe.
Estos mundos están al alcance
de todos, Dios soberanamente justo, no tiene preferencias entre sus hijos, para
El todos somos iguales, partimos desde un mismo punto y vamos hacia el mismo
lugar la perfección de nuestras almas. Todos podemos acceder un día a esas
estancias de felicidad, y morar allí, perfeccionémonos y
llegaremos a habitar esas estancias de luz, paz y felicidad, el tiempo que
tardemos en conseguirlo depende de la prisa que nos demos en
alcanzar la pre disponibilidad para habitarlos.
Todos debemos trabajar con
celo y animo en la gran obra de nuestra regeneración, porque así recogeremos
centuplicado el grano que hayamos sembrado. Y seremos infelices si cerramos los
ojos a esta luz pues estaremos muchos siglos en tinieblas y desengaños;
procuremos no fijar nuestros ojos en los bienes de este mundo, pues sufriremos
más privaciones que goces hayamos tenido.
Para eso nuestro esfuerzo ha
de ser constante, sin olvidarnos que ya desde aquí si trabajamos en el bien
podemos sentir bosquejos de esa felicidad, de esos mundos, pues sabemos todos
muy bien que tanto el cielo como el infierno lo llevamos dentro de
nosotros, son estados de la propia conciencia. El alma pura y limpia, ya siente
dentro de sí una felicidad y una concepción muy distinta de la vida y de las
cosas.
Trabajo
realizado por Merchita.
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