domingo, 30 de agosto de 2020

El fenómeno OVNI-Extraterrestres /1ª Parte)


    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Aplicación de la Justicia con base moral

2.- La mejor religión es un buen corazón

3.-¿Existe el mal?- Reflexión

4.- A la hora de la muerte

5.- El fenómeno OVNI-Extraterrestres (1ª Parte)





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Aplicación de la justicia con base moral

 

P: ¿Cómo podemos definir la Justicia?

R: La Justicia consiste en el respeto a los derechos de cada cual. 

Allan Kardec L.E. (*) Ítem 875

A lo largo de la Historia, las bases filosóficas de la justicia humana, en lo que a su aplicación se refiere, han variado sus planteamientos de acuerdo a las corrientes de pensamiento y las coyunturas sociológicas relevantes en cada momento. Entre las distintas formas de entender la justicia destacan principalmente tres, que todavía hoy, en pleno siglo XXI, determinan las formas en que se aplica la justicia, independientemente de las legislaciones, códigos civiles, penales o tradiciones jurídicas de cada país. No nos referimos a las leyes, sino a las justificaciones ideológicas y filosóficas que se tienen en cuenta a la hora de dispensar justicia, sea cual sea el ordenamiento jurídico o el código legislativo (civil, penal, etc.) en el que se apoyen.

La primera es el concepto de justicia basado en el utilitarismo, maximizando la utilidad o el bienestar, es decir, la mayor felicidad para el mayor número de ciudadanos. La segunda aplicación de la justicia viene determinada por el respeto a la libertad de elegir en un mercado libre (el libertarismo), es el punto de vista igualitario liberal. Y la tercera tiene como premisa principal el cultivo de la virtud y el razonamiento sobre el bien común. Esta es la concepción aristotélica de la justicia. Analizando cuál de ellas sería más equitativa en la aplicación de la justicia, observamos puntos a favor y otros en contra.

Nuestro propósito final es comparar la Justicia Humana con la que emana de la Ley de Justicia que la doctrina de Kardec establece. Por ello es conveniente señalar los aspectos débiles de la Justicia humana en su base ideológica, a fin de comprender mejor la diferencia de ésta con la Justicia que el Espiritismo propone.

El utilitarismo falla, principalmente, porque no contempla los derechos y la justicia como principios sino como cálculos, y además todos los bienes son sometidos a un valor sin tener en cuenta las diferencias cualitativas entre ellos. Los “libertaristas” sí que se toman los derechos en serio, pero discrepan sobre cuáles de ellos deben pesar más. Y aunque respetan derechos fundamentales, aceptan las preferencias que cada persona elige (el bien supremo es la libertad de elegir). Sin embargo, afirman que la dignidad moral de los fines que perseguimos, el significado e importancia de nuestras vidas y el carácter de lo que las personas comparten en común nunca debe ser objeto de la Justicia. Este es el gran error del pensamiento libertario.

La teoría aristotélica de la Justicia consiste en dar a las personas lo que se merecen. Y para el filósofo griego el propósito de la política (algo superior) es formar buenos ciudadanos para que desarrollen las capacidades y virtudes humanas. Para Aristóteles la vida moral tiene como meta la felicidad, pues esta no se basa en los placeres sino que es una forma de ser que concuerda con la virtud, y esta última se adquiere practicándola. La parte incómoda del pensamiento aristotélico sobre la justicia es que no cree que los principios deban ser neutrales respecto a la vida buena, y para algunos filósofos, como ahora veremos, esto no parece que deje lugar a la libertad en la que según ellos debe basarse la Justicia.

“Inculcar una conducta virtuosa ayuda a adquirir la disposición de actuar virtuosamente. Nos volvemos justos haciendo actos justos, temperados haciendo actos temperados, valientes haciendo actos valientes”.

Aristóteles– S-IV a.C

A pesar de ello, el pensamiento aristotélico se mantuvo hasta la llegada de Immanuel Kant (s. XVIII). El filósofo prusiano incidió en la libertad y en la moral que supone ser responsables de nuestros propios actos. Afirmaba que es imposible entendernos y dar sentido a nuestra vida si no tenemos alguna concepción de la libertad y de la moral; ambos aspectos están conectados. Para Kant, la justicia requiere que respetemos los derechos humanos de cualquier persona, porque es un ser humano y por ello digno de respeto. El deber y la intención conceden el valor moral a un acto, mientras que la libertad solo llega cuando la voluntad de la persona se expresa por una ley que nos damos a nosotros mismos, que reza así y la denominó como el “Imperativo Categórico”:

“Actúa sólo conforme a aquellos principios de los que puedas querer que se conviertan en una ley universal”

En el siglo pasado, el filósofo norteamericano John Rawls (1921-2002) aceptó el pensamiento kantiano introduciendo la variable de “la igualdad”. Puesto que la naturaleza no nos crea a todos iguales, y desde que nacemos partimos de condiciones diferentes, y/o la sociedad nos coloca con las contingencias propias de cada persona (pobreza, exclusión, privilegios, honores, herencias, etc.), es conveniente partir de una situación hipotética de igualdad para aplicar la Justicia. Pero como esto último es imposible, Rawls propone: “sólo se permitirán las desigualdades sociales o económicas que reporten algún beneficio a quienes estén en posición más desfavorable en la sociedad”. Este aspecto es tan hipotético que carece de aplicación práctica en la Justicia Humana.

Hasta aquí el somero análisis de los aspectos que la Justicia Humana ha tenido en consideración como justificaciones filosóficas para aplicar la Justicia desde la antigüedad hasta hoy. Veamos a continuación cuál es el planteamiento de Justicia Universal que la filosofía espírita de Allan Kardec nos propone.

En primer lugar es preciso destacar que el Espiritismo (al igual que la filosofía aristotélica) es  teleológico, es decir, tiene un propósito determinado: esclarecer y ayudar al progreso del espíritu humano. Tiene, pues, un fin concreto, al ser una filosofía espiritualista que contempla la trascendencia del alma humana después de la muerte y su vuelta a la vida mediante la reencarnación. Esta inmortalidad del alma humana deberemos tenerla presente para poder entender los planteamientos que Kardec propone, cuando los espíritus superiores contestaron sus preguntas acerca del objetivo de la Justicia, que en este caso es una Ley Universal (afecta al espíritu encarnado y desencarnado).

Respecto a los derechos, Kardec establece que son de dos tipos: los que emanan de la Ley Humana y los que proceden de la Ley Natural. Siendo esta última la Ley de Dios, justa e inmutable, se diferencia de la primera en el hecho de su perfección e interpretación. Así pues, las leyes que derivan de la Ley Natural no tienen en cuenta ni el tiempo ni el espacio, por ello la aplicación de las mismas tiene carácter de Justicia Universal, como podemos comprobar en el ejemplo de la reencarnación, en el que las deudas contraídas con las Leyes de Dios se saldan la mayoría de las veces en vidas sucesivas distintas a las que se cometió la falta.

La interpretación de la Ley de Dios respecto a la Justicia Universal se basa en la evolución de la norma de Justicia que el Creador puso en el corazón del ser humano(*), y cuya mayor expresión es la máxima manifestada por el Maestro Jesús cuando dijo: “así como queráis que hagan con vosotros, así haced también vosotros con ellos”. Contra la prevalencia del egoísmo o el orgullo que prioriza el derecho personal, esta frase universal de Justicia intercambia el derecho personal por el derecho del prójimo.

Podemos pues comprobar que, en la base de la doctrina espírita, “la igualdad” ante Dios y ante la Ley es máxima, pues a todos nos crea iguales, con los mismos atributos latentes, con las mismas posibilidades, de aquí que las desigualdades a las que alude Rawls al hablar de un punto de partida hipotético de igualdad sí tiene sentido en lo que respecta al espíritu humano, y no a su situación coyuntural con cuerpo físico en una u otra vida.

Por otra parte, el pensamiento Kantiano de defensa a ultranza de la libertad a los derechos de los demás está implícito en la propia conciencia del ser humano, donde el fiel de la balanza no es otro que “el libre albedrío” con el que Dios nos crea a la hora de tener la capacidad de decidir por nosotros mismos el rumbo de nuestros actos en todo momento, de nuestra trayectoria evolutiva, de nuestro futuro y de las consecuencias que se derivan de los mismos.

Y cuando hacemos referencia a la ética aristotélica como base de la Justicia Humana, teniendo a “la virtud” como el elemento diferenciador en la conducta humana, la Justicia que propone la doctrina de Kardec se fundamenta en la mayor característica de la virtud: la pureza de intenciones, basada en el sentimiento de justicia que anida en el corazón del hombre y que se amplía y desarrolla paralelamente al progreso moral.

¿Cuál sería el carácter del hombre que practicara la justicia en toda su pureza? El del verdadero justo, a ejemplo de Jesús. Porque practicaría también el amor al prójimo y la caridad, sin los cuales no existe verdadera justicia. 

Allán Kardec. L.E. Item 879

Los límites del derecho que la filosofía espírita acepta son aquellos de nuestro prójimo respecto a nosotros en iguales circunstancias. Sin embargo, es preciso aclarar que esta situación en la Ley Humana no se presenta muchas veces, ya que casi nunca las situaciones humanas parten de condiciones igualitarias. Es preciso entender que el enfoque que Kardec nos ofrece (afirmado por los Espíritus Superiores) hace siempre referencia a las situaciones del espíritu inmortal, aquello que somos realmente y que perdura a través de las experiencias milenarias con la finalidad del progreso constante y el crecimiento intelectual y moral. Es la finalidad de la que hablábamos más arriba, y que no es otra que la fuerza y el impulso que la Ley de Evolución otorga al espíritu humano en su ascensión y redención, para lo cual es indispensable afrontar los errores, aceptando la ley de causa y efecto que, en su proceso educador, nos corrige a veces con el sufrimiento para que la Ley de Justicia tenga su reflejo en nuestra propia conciencia.

Es ahí, en la conciencia de cada uno, donde quedan grabados para siempre los códigos morales que nos distinguen a unos de otros, las obligaciones, derechos y deberes que debemos afrontar según el punto de progreso y evolución en el que nos encontremos. Y es también allí donde está esculpida la Ley Natural o Ley de Dios, que es el origen, fuente y expresión de la Justicia Divina, perfecta e inmutable para todos, que se ejerce y aplica a través de la Ley de Causa y Efecto y que nos acompaña en la trayectoria milenaria de nuestra alma inmortal a través de las eras y los milenios.

(*)¿Dónde está escrita la Ley de Dios? En la conciencia.                               Allan Kardec L.E. Item 621

Antonio Lledó Flor -Amor, Paz y Caridad-

                                                           

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LA MEJOR RELIGIÓN ES UN BUEN                             CORAZÓN
                                                                                
                                                                     



Como bien lo dice nuestro querido gran maestro Dalai Lama: un buen corazón es la mejor religión. Ciertamente hay muchas religiones que han dado guía al hombre en el transcurso de la historia, siendo maestros espirituales diferentes figuras que se han encargado prácticamente en su totalidad de traer un mensaje cargado de amor, de revelación y de esperanza para todos.

Independientemente de cuáles sean nuestras creencias y nuestras prácticas, las mismas siempre nos harán actuar de la mejor manera cuando escuchamos a nuestro corazón. Al escucharlo nuestras acciones no estarán cargadas del ego que nos caracteriza, no partirán del miedo, de las malas intenciones o de la manera particular de buscar de manera exclusiva nuestro beneficio, sin importar el impacto de nuestro proceder en los demás.

Si buscamos los mensajes originales, más allá de las instituciones, podremos rescatar de las religiones que en su mayoría la esencia es la misma, definitivamente cada quien tiene su manera de interpretar sus mensajes, pero sin importar la religión, inclusive si no se pertenece o practica alguna, las mejores decisiones vendrán desde nuestra verdadera esencia, esa que está alineada con un todo al que todos pertenecemos y que nos hace saber que nunca estamos solos, que lo que le hacemos a alguien nos afecta o repercute en nosotros mismos.

Cuando actuamos desde el corazón no queremos para otros niños algo diferente de lo que queremos para los nuestros, no vemos en los demás un saco de defectos, sino personas evolucionando a su ritmo y sin juzgar, si no podemos ayudar, colaboramos, pero nunca procuramos lastimar o colocar en tela de juicio la conducta del otro, perdonamos y reconocemos cuando no hemos actuado de la mejor manera.

Cada quien lleva su vida como quiere y si pertenece a alguna religión, debe buscar en ella el sustento espiritual que necesite, las guías que le hagan falta, tomar en consideración las cosas positivas que cada una ofrece para hacer del mundo algo mejor, pero jamás utilizarlo como bandera para discriminar, para justificar malos actos, para llegar inclusive a arrebatar la vida de quienes no coinciden en ideas.

Es necesario entender lo que se está haciendo, creer en algo o alguien es muy importante para el hombre, pero tiene que aprender a ser coherente con aquello en lo que cree y el mejor filtro en su proceder diario será sencillamente actuar desde el amor incondicional, desde la bondad. El actuar desde lo mejor que tenemos es necesario en todo momento, no una vez a la semana o cuando necesitamos una intervención divina. Aprendamos de los grandes y alimentemos nuestra vida de lo mejor, recordemos siempre que las divisiones y diferencias solo las creamos nosotros.

-Viviana Clara Gisnitelli-

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¿Existe el mal? REFLEXIÓN….(Albert Einstein)


                                                     

       
  
Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta:
- "¿Dios creó todo lo que existe?"
Un estudiante contestó valiente: Sí, lo hizo.


- ¿Dios creó todo?, pregunto nuevamente el profesor
- Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó:
- "Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo".
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo:
- ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?.
- Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó:
- ¿Profesor, existe el frío?
- ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?.
- De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor: "Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor".
- Y, existe la oscuridad? Continuó el estudiante.
- El profesor respondió: Por supuesto.

El estudiante contestó:
- Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nicholls para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado?. Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así?. Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.
Finalmente, el joven preguntó al profesor
- Señor, existe el mal?.
El profesor respondió:
- Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.
A lo que el estudiante respondió:
- El mal no existe, señor, o al menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Él no creó al mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado.
EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN…
( Tomado del Blog de Bruno Tavares)

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              A LA HORA DE LA MUERTE   
 En el momento de la muerte, el periespíritu se desprende más o menos lentamente del cuerpo. Durante los primeros instantes, el Espíritu no entiende su situación: no se cree muerto porque se siente vivo; ve su cuerpo a un lado, sabe que le pertenece y no comprende que esté separado de él. Este estado perdura  mientras existe un lazo entre el cuerpo y el periespíritu.   Un suicida nos dijo: No, no estoy muerto –y añadía– y sin embargo, siento como me roen los gusanos. Ciertamente, los gusanos no roían el periespíritu,y mucho menos el Espíritu; tan sólo roían el cuerpo. Pero, como la separación del cuerpo y del periespíritu no era aún completa, resultaba de ello una especie de repercusión moral que le transmitía la sensación de lo que pasaba en el cuerpo. Quizá repercusión no sea la palabra  adecuada, pues, haría suponer un efecto muy material; era más bien la visión de lo que pasaba en el cuerpo, unido aún a su periespíritu, lo que producía en él una ilusión que tomaba por la misma realidad. Así,pues, no era un recuerdo, porque, durante la vida, no había sido roído de gusanos, sino el sentimiento de un hecho actual. De este modo se ven las deducciones que se pueden hacer de los hechos, cuando son observados atentamente. Durante la vida, el cuerpo recibe las impresiones exteriores y las transmite al Espíritu por mediación del periespíritu, que probablemente constituye, lo que se llama fluido nervioso. Muerto el cuerpo, nada siente, porque carece de Espíritu y de periespíritu. 
    El periespíritu,desprendido del cuerpo, experimenta la sensación, pero, como no la recibe por conducto limitado, se hace general la sensación. Luego, como en realidad no es más que un agente de transmisión,pues en el Espíritu es donde está la conciencia,  resulta que, si pudiese existir un periespíritu sin Espíritu, no sería más sensible que un cuerpo muerto. De la misma forma, si el Espíritu no tuviese el periespíritu, sería inaccesible a toda sensación penosa,como ocurre con los Espíritus completamente purificados. Sabemos que, cuanto más se purifican, más etérea se hace la esencia del periespíritu, de donde se sigue que la influencia material disminuye a medida que el Espíritu progresa, es decir, a medida que el mismo periespíritu se hace menos grosero.

- El Libro de los Espíritus- Allan Kardec-



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 El fenómeno OVNI-Extraterrestres  (1ª Parte)

 

                                                     


    Antes  de abordar este tema, tengo que aclarar que soy consciente de que podría equivocarme, pero me  baso en los estudios y reflexiones que durante muchos años he dedicado a esta temática, por la que siempre he sentido una gran curiosidad e inquietud. Y el haber sido testigo de alguna manifestación, o indicio de la misma, no ha hecho sino acicatear mi curiosidad por un asunto que considero de una gran transcendencia para el ser humano actual. De otra parte, la Doctrina Espírita que profeso, tiene entre sus pilares básicos, el de la existencia de mundos habitados.

        Yo admito la Doctrina Espírita, como una gran verdad para reconducir al ser humano en esta época, pero no creo que sea Toda la Verdad, pues ya Kardec dejó establecido que el Espiritismo es una doctrina de carácter abierto y progresivo que se adaptaría e iría de la mano con lo que fuese confirmando la Ciencia empírica en cada época. Por eso, el tema OVNI-Extraterrestres, no es un tema específicamente espírita, pero no se le debe dar la espalda, pues es una realidad que está ahí y su presencia no estorba a la Doctrina Espírita, sino que la apoya y la reafirma.

 

Los Extraterrestres son seres espirituales, en proceso evolutivo como nosotros los humanos de la Tierra, por lo que podemos afirmar que son hermanos nuestros aunque de otros mundos, que  también tienen una realidad física, no necesariamente como la nuestra, y que habitan en otros mundos entre los tantísimos que hay diseminados por el Universo.


Según su mundo de procedencia, tienen una apariencia y una realidad física, más o menos sutil con respecto a la materia del cuerpo del hombre terrestre, y con  respecto a sus aspectos de imágen, estos son tan variados, como el grado evolutivo espiritual que tengan en los mundos de procedencia, así como de la clase de elementos materiales que predominen en esos mundos, los hay que no se parecen  al ser humano terrestre y los hay de aspecto más semejante al nuestro pero, en muchos casos
, más perfecto, de mayor belleza y a veces acompañando grandes estaturas físicas,( a más perfección interior, mayor perfección y belleza exterior), mostrando con frecuencia  unas indumentarias que recuerdan las de nuestros astronautas.

Sus mundos o lugares de procedencia son variados; según los ufólogos, los hay desde muy bajitos y feos, hasta muy altos y rubios, tipo nórdico; a unos les llaman "reptilianos", a otros "grises", etc.  Generalmente son buenos o positivos, pero parece ser que, según estos ufólogos, también han llegado a la Tierra otros no tan buenos, que son los que suelen interferir negativamente acerca de los seres humanos y hasta de los animales. Estos últimos son controlados por los positivos, que les controlan impidiendo mayores acciones negativas y vigilan al ser humano desde su llegada a la Tierra, respetando siempre su libertad y observando a distancia sus perìplos evolutivos, pero sin intervenir casi nunca en las cosas humanas, respetando siempre nuestro libre albedrío.


No me parece muy coherente el tema de los extraterrestres negativos, porque si los hay ( que los hay), tienen otra explicación diferente, que abordaremos en otro momento. Por lo pronto se me ocurre que la propia evolución física de su tecnología para desplazarse por el espacio, se habría tenido que acompañar de una necesaria evolución moral para no terminar autodestruyéndose con su propia ciencia. Ese precisamente es el motivo por el que los humanos aún estamos donde estamos... A un niño sin conocimiento no se le puede dar una escopeta cargada; imaginar la que puede liar....

         


 El fenómeno OVNI, del que se sabe positivamente que  en la mayoría de los casos se trata de extraños aparatos  metálicos que surcan nuestros espacios transgrediendo las leyes físicas conocidas de aceleración y de inercia,  y tienen una presencia sólida que puede ser captada por radares. Esto es algo que se ha ocultado insistentemente por los gobiernos de todo el mundo debido a que no pueden admitir que con los elevadísimos presupuestos que se emplean en defensa, estos Seres de los cuales ignoran su intención,( lo cierto es que ignoran casi todo), se paseen  impunemente por nuestros cielos, burlando cualquier intento de aproximación física  del ser humano y mostrando al mismo tiempo una superioridad moral con respecto al ser terrícola, porque con la capacidad y desarrollo tecnológico que ellos han demostrado tener, nosotros los humanos, ya los hubiésemos conquistado o hecho desaparecer, desde hace muchos siglos.

 


También abundan otros casos  en que los ovnis, como los seres extraterrestres que los tripulan, se manifiestan como una realidad de fuera de la dimensión física de la Tierra; lo que se conoce también como una dimensión astral, por lo que  son capaces de desvanecerse de repente ante  nuestros sentidos, apareciendo y desapareciendo inopinadamente, como interactuando alternativamente entre dos dimensiones.

Los muchísimos casos de avistamientos y hasta de contacto mas o menos directo o indirecto con ellos,  que  visitan nuestro planeta desde la más remota antigüedad,  y esto lo hacen porque su mayor evolución y desarrollo científico, tecnológico y moral se lo permite,  mientras que  sin embargo vemos como el Ser humano actual a causa de su ambición y agresividad no se encuentra  todavía  capacitado ni en condiciones de visitar otros mundos  habitados sin riesgo para  la estabilidad de los habitantes de dichos mundos,.

Si los Seres humanos  con nuestro nivel  moral, belicoso y destructivo, pudiésemos llegar actualmente hasta  otros mundos habitados, lo primero que haríamos sería ocuparlos y someterlos para su explotación, por las buenas o por las malas, tal como tantas veces hemos hecho a lo largo de nuestra historia con nuestro afán conquistador y colonizador,  izando en ellos  inmediatamente nuestras banderas, buscando  luego explotarlos avariciosamente de los bienes materiales que pudiesen contener, en detrimento de sus habitantes.

          Pero podemos observar como desde hace muchísimos años, la presencia OVNI acredita que estos Seres están muy cercanos a la Tierra, e incluso muchas veces notando su presencia entre nosotros y  sin embargo después de tantos siglos, todavía no nos han conquistado ni sometido, a pesar de su  muy superior tecnología con la que lo podrían haber hecho fácilmente y más aún en tiempos remotos cuando el ser humano apenas despuntaba de las cavernas. Entonces, cabría preguntarse: ¿Por qué y para qué están aquí?


     La  misión  de los Seres extraterrestres que nos visitan desde la más remota antigüedad, parece ser que ha sido siempre la de guiarnos y orientarnos desde la distancia, pues sus intervenciones directas con la Humanidad en general, han sido escasas y por encima de todo han respetado siempre nuestro libre albedrío ,dejándonos el mérito o el demérito de nuestros éxitos y fracasos. No obstante, pienso que el límite a nuestro libre albedrío lo tienen si llegara la tremenda circunstancia del peligro extremo de autodestrucción del planeta por la locura nuclear, por lo que ello podría conllevar de trastorno en cadena del resto de la galaxia. Solo  ellos con su inimaginable poder tecnológico, podrían anular esta autodestrucción de la Tierra que afectaría mas o menos intensamente al resto del Universo.

         Respetando el libre albedrío humano, con su sola presencia en nuestros cielos, parece que nos están incitando a pensar: “Su existencia indica que todos procedemos de una misma Fuente de Origen”; “¿Por qué yo he nacido en este mundo en vez de en el de ellos?; ¿será que no lo merezco?. Vemos que ellos podrían tener capacidad para conquistarnos y someternos, pero sin embargo no lo hacen, ¿Por qué?..¿Por nuestra respuesta de defensa?, Y hace cientos de años, cuando la tecnología humana era casi nula, ¿Por qué no lo hicieron? ...¿ Tal vez  porque su mayor evolución es sobretodo moral ?”,...( Ya vislumbramos cual es el camino o la respuesta para llegar a ser como ellos ), y así, tantos y tantos por qués, que al contestarlos nos deben impulsar en nuestra evolución por la  luz de una verdad que, al menos, será Nuestra Verdad.

       Los Seres extraterrestres que nos visitan en sus naves interestelares desde siempre (los actuales Ovnis), suelen proceder de mundos de “Regeneración”, más avanzados que nosotros en todos los sentidos, y los medios tecnológicos que les permiten sus asombrosas visitas interestelares, salvando, al parecer facilmente, prodigiosas distancias espaciales,  no dejan de asombrar a los humanos terrícolas que siguen y estudian esos avistamientos, que,sinceramente, creo que ni la Ciencia ni los Gobiernos admiten, porque no están a la altura como para despejar todos esos por qués a los que aludía antes. Todavía nos hallamos bastante lejos de alcanzar el nivel de ellos, en todos los sentidos, aunque ya se conoce algo sobre este tema debido a que ha sido comunicado por alguno de ellos en estado espiritual a través de un canal adecuado o mediumnidad; esto es en definitiva, lo que se considera un OVNI ( significan estas siglas, objeto volador no identificado). Muchas veces demuestran una realidad física al igual que la tienen sus tripulantes, pues es detectado por los radares, animales y ganados, y es fácilmente fotografiado, presentando claramente unos contornos de aspecto sólido y metálico.  Muy probablemente ellos fueron los antíguos dioses de muchos pueblos de la antigüedad, que  ayudaron o guiaron de algún modo a aquellos pueblos primitivos  que los vieron  descender del cielo como divinidades a las que se sometían y adoraban.

Por Jose Luis Martín

( Fin de la primera parte)

(La segunda parte continúa en la siguiente publicación)   

                            

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sábado, 29 de agosto de 2020

La Beneficiencia

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Sensaciones y percepciones de los Espíritus

2.- Amigos hermanos de la vida

3.- Adolescentes por anticipación

4.-La Justicia, madre de las virtudes

5.- La Beneficiencia




                                                                    

  SENSACIONES Y PERCEPCIONES DE LOS ESPÍRITUS

248 – ¿El Espíritu ve las cosas tan claras como nosotros?– Más claras aún, porque su vista penetra lo que no podéis penetrar; pues nada la oscurece.

249 – ¿Percibe el Espíritu los sonidos?– Sí, y percibe otros que no pueden percibir vuestros sentidos obtusos– 

¿La facultad de oír, así como la de ver, están en todo su ser?– Todas las percepciones son atributos del Espíritu y forman parte de su ser. Cuando se encuentra revestido del cuerpo material, sólo por conducto de los órganos las recibe; pero en estado de libertad no las tiene localizadas.

250 – Siendo las percepciones atributos del Espíritu, ¿es posible que deje de usarlas?– El Espíritu sólo ve y oye lo que quiere. Esto de una manera general y sobre todo, para los Espíritus elevados; los imperfectos oyen y ven con frecuencia, quiéranlo o no, lo que puede ser útil a su mejoramiento.

251 – ¿Son sensibles los Espíritus a la música?– ¿Queréis hablar de vuestra música? ¿Qué es ella ante la música celeste? ¿Con esta armonía que nada sobre la Tierra os puede dar una idea? Una es a la otra lo que el canto del salvaje a las suaves melodías. No obstante, los Espíritus vulgares pueden experimentar un cierto placer en oír vuestra música, porque no son capaces aún de comprender otra más sublime. La música tiene para los Espíritus infinitos encantos en razón de estar sus cualidades sensitivas más desarrolladas. Me refiero a la música celestial, que es todo lo que la imaginación espiritual puede concebir de más bello y más suave.

252 – ¿Son sensibles los Espíritus a las bellezas de la Naturaleza?– Las bellezas naturales de los diversos mundos son tan diferentes que se está lejos de conocerlas. Sí, son sensibles a ellas de acuerdo con su aptitud en apreciarlas y comprenderlas. Para los Espíritus elevados existen bellezas de conjunto, ante las cuales desaparecen, por decirlo así, las bellezas de los detalles.

253 – ¿Experimentan los Espíritus nuestras necesidades y sufrimientos físicos?– Los conocen, puesto que los han soportado, pero no los sienten materialmente como vosotros, pues son Espíritus.

254 – ¿Sienten los Espíritus cansancio y necesitan de descanso?– No pueden sentir cansancio tal como lo entendéis vosotros y por lo tanto, no tienen necesidad de vuestro descanso corporal, puesto que no tienen órganos cuyas fuerzas deban ser reparadas. El Espíritu descansa en el sentido de que no está en constante actividad. Su acción no es material sino intelectual y su reposo es moral. Hay momentos en que su pensamiento deja de ser tan activo y no se fija sobre un objeto determinado, lo cual constituye un verdadero reposo, pero,que no puede ser comparado al reposo del cuerpo. La especie de cansancio, que pueden sentir los Espíritus está en proporción de su inferioridad; porque mientras más elevados son, menos necesitan el descanso.

255 – Cuándo un Espíritu dice que sufre, ¿cuál es la naturaleza de los sufrimientos que experimenta?– Angustias morales que le atormentan más dolorosamente que los sufrimientos físicos.

256 – Entonces, ¿por qué algunos Espíritus se quejan de sufrir de frío o de calor?– Recuerdo de lo que habían padecido durante la vida, tan penoso a veces como la realidad. Con frecuencia es una comparación que hacen para expresar mejor su situación. Cuando se acuerdan de su cuerpo, experimentan cierta impresión, como cuando se quita uno la capa y por un tiempo se cree llevarla aún.

- El Libro de los Espíritus-
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 AMIGOS HERMANOS DE LA  VIDA
                                                                
       Procura estar al lado de aquellos que te permiten ser tú mismo, que respetan tu voluntad para expresar tus verdades, que no te juzguen ni critiquen, que si comentan algo, ciertamente que sea para construir, iluminar, acoger.... Aquellos pocos con los que no precisas medir las palabras, pues te comprenden y respetan. Es muy posible que sean muy pocos, pero ten la certeza de que esos pocos significan infinitamente más que los millares de los otros. Esos pocos son los hermanos que la vida nos permite elegir.... Son almas amigas sintonizadas en la misma energía, son seres de luz en la senda de la evolución.
-Nicoli Miranda Casanova-
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                       ADOLESCENTES POR                            ANTICIPACIÓN
Enamorar, abrazarse y besarse sin compromiso, pedir para salir con los amigos, todo está programado para después de los catorce años. Pero pequeños, desde los ocho años de edad ya están asustando a los adultos con actitudes que deberían ser de adolescentes con más de quince años.
Hay siempre alguien que aplauda y le parezca bien que los niños crezcan rápido. Al fin y al cabo, estamos en el tercer milenio, la era de informática y de la aldea global. 
Sin embargo, todo esto les hace mucho mal, a los adultos y a los niños. Pues ellos empiezan a atropellar su paso hacia la madurez, al cual ya se le ha dado un nombre “síndrome de la adolescencia precoz”.
Es síndrome porque no se trata de una adolescencia de hecho. Alrededor de los once años de edad, los pequeños no tienen la correspondiente estructura psíquica para procesar emociones que surgen en situaciones complejas vividas por los mayores.
Un beso sensual, una bocanada, un trago de bebida alcohólica rebota en el cuerpo y no encuentra lugar para encajarse. No proporciona placer. Sólo hace con que se sientan importantes.
Pero sin placer por lo que hacen, sin darse cuenta lo que están sintiendo, acaban desgastados y sobrecargados. Se abre entonces el camino hacia la depresión y la agresividad. 
Intentando ser lo que no pueden, corren el riesgo de no llegar a ningún lugar. Es por eso que la actitud de los padres es realmente importante.                   
De los seis a los once años es la etapa en que los niños tienen inclinación  para ser tranquilos, no rebeldes.
Es la época que copian a los padres, se peinan, visten, andan y hablan tal cual ellos. Es la época en la que los varones se pegan al padre y las niñas son la  sombra de  la madre. 
Esto contribuye para que se definan como masculino o femenino. Cabe a los padres ayudar a sus hijos en este período.
Su tarea es asumir el lugar de importancia máxima para sus imitadores y admiradores. Deben hablar de sí, de sus actividades, de lo que hacen, lo que sienten. Enseñar a sentir, y, naturalmente, establecer límites. Sólo puede ser referencia para un niño la persona que lo cuida. Y solamente el que fija límites realmente cuida.
Es de esta manera que se muestra a los pequeños el valor real en el mundo. El valor de quien merece ser cuidado y que tiene un arduo trabajo de madurez para realizar, en el momento adecuado.
Sin esta posición, sin esta ayuda, los niños quedan a merced de comportamientos ilusorios y con la falsa impresión de que sólo serán buenos si actúan tal cual los mayores, aunque estos apenas parezcan ser mayores.
Se van a sentir inferiores y hacer de todo para parecer grandes, para poder acompañar a los demás. Podrán ser osados o quedar con la sensación amarga de que están perdiendo el tiempo, que la juventud se les va escurriendo entre los  dedos, mientras los otros están, de veras, usufructuando la vida.
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La educación empieza en la cuna, no más tarde. El niño y el adolescente, aunque puedan parecer ingenuos, puros, casi nunca lo son.
Pueden traer experiencias ni siempre positivas de existencias anteriores. En función de ello, es indispensable la educación en su sentido más amplio y profundo, para que se adquieran valores verdaderos, reales, y superar así las dificultades.
Para este noble objetivo son indispensables el amor, el conocimiento y la disciplina. Solamente de esta forma, se grabarán en estas almas, que están volviendo a escribir su propia historia, las lecciones que deberán acompañarlas para siempre.
- Mercedes Cruz-
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LA JUSTICIA, MADRE DE LAS VIRTUDES
                             

Todas las virtudes humanas se derivan de la JUSTICIA; ésta es la virtud por excelencia y la que sirve de base y fundamento a todas las demás. Los deberes del hombre, como ser social, podrían reducirse a uno solo: SER JUSTO.

La misión del hombre sobre la tierra es realizar la justicia; esto es, exterminar el mal y practicar el bien; trabajar intelectual y materialmente a fin de implantar en la sociedad las conquistas del progreso, y, por consiguiente, obtener la mayor suma de bienestar y felicidad para su cuerpo, y en lo moral, completa tranquilidad de conciencia.

Frecuentemente se designa también la equidad o justicia social con el nombre de probidad, palabra que significa rectitud de ánimo, bondad, hombría de bien, integridad y honradez en el obrar; y por lo general, al hombre que obra siempre rectamente se le aplica el calificativo de probo más bien que el de justo. La probidad, ciertamente, puede reemplazar a muchas otras buenas cualidades, pero sin ella ninguna cualidad tiene verdadero valor moral.

La justicia es una disposición habitual y permanente que nos impele o excita a mantener a todos los hombres en sus derechos, haciendo por ellos lo que quisiéramos se hiciese con nosotros para nuestra mayor felicidad. La justicia se funda en el derecho y libertad que todo ciudadano tiene de procurarse, su bienestar y la mayor dicha posible, y en el deber por nuestra parte de respetar sus derechos cuándo los nuestros o los del cuerpo social no se desconocen o vulneran.

La justicia afirma el imperio de la razón sobre las pasiones; es el lazo sagrado de la sociedad humana. Cuando la justicia reina, la buena fe se encuentra en los tratados, la seguridad en los negocios, el orden en la policía; la tierra está en seguridad, y hasta el cielo mismo, por decirlo así, parece que nos luce más agradablemente y nos envía más dulces influencias.

La justicia no despoja al hombre de la libertad ni de la facultad que tiene de trabajar en su propia ventura; le impide tan sólo ejercer este poder de un modo perjudicial a los derechos de sus semejantes; derechos que la sociedad debe proteger. Todo acto de poder que se hace con perjuicio ajeno es injusto y se llama licencia.

Cuando el hombre no consulta en sus actos, sino su interés propio, sus pasiones o sus deseos desordenados, puede ser injusto, desconociendo los derechos de los demás. La sociedad en tal caso está en su derecho obligándole a que sea justo con todos y que arregle su conducta al bien general.

- Redacción de Amor, Paz y Caridad-

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 La Beneficiencia

 

La misma palabra ya nos indica que tiene que ver con “beneficio”, un beneficio dado a los demás y por ende, a nosotros mismos, pues la Ley de Consecuencias nunca deja de funcionar, tanto en lo malo como en lo bueno.

Muchas veces  se ha confundido el concepto de caridad con el de limosna. Dar limosna no siempre es caridad, pues cuando con este acto puede humillar a quien recibe nuestro donativo, o cuando se hace por quedar bien ante los demás o incluso por engañar a nuestra propia conciencia, para hacernos sentir bien por ello y hasta creernos merecedores de una recompensa futura, eso no es caridad, o si lo es resulta bastante desnaturalizada y con bastante menos valor que cuando conseguimos comprender y practicar la caridad en su pureza, con total altruismo y desinterés.

Es tan simple y a veces tan complejo como cuando solo se quiere beneficiar  sin herir a nadie, y esto se hace por amor o por compasión, que es la puerta de entrada a la beneficiencia caritativa.

La beneficiencia conlleva el desinterés, el amor, el altruismo, y en definitiva, el Amor con mayúsculas;  un amor reflejo del Amor Divino al que todos tenemos acceso cuando depuramos nuestra alma de las cosas mundanas y de los egoísmos, pues cualquier  egoísmo, sea en la modalidad que sea, es el gran oponente de cualquier caridad o de  beneficiencia para con el prójimo.

Somos todos en general, todavía muy egoístas en tantas ocasiones; aun cuando comprendemos estas cosas. ¡ Pero qué difícil es despojar el alma de las pasiones que nos atan a este mundo y no nos dejan libertad para actuar y ser como en el fondo quisiéramos, tal y como lo comprendemos ya.¡; ¡ Cuanto camino nos queda aún por andar y que pequeños somos todavía espiritualmente hablando!.

Nos falta Amor, beneficiencia, disposición al bien y caridad, cuando hacemos discriminación en nuestras simpatías hacia las personas que juzgamos con un nivel superior con respecto a otras, ya sea en lo moral, lo social, lo económico, lo cultural, etc. Por ello, aunque lo más fácil es dejarnos llevar por la ley de afinidad y por la admiración, simpatizándonos e inclinándonos para  ayudar o atender  mayormente a los que sintonizan con nosotros, debiéramos comprender que precisamente aquellos que sentimos más diferentes o alejados de nuestras posturas, son precisamente aquellos que más necesitan de nuestra benevolencia y caridad, debiéndolos mirar con simpatía, porque muchas veces cuando se les presta atención y cariño, descubrimos en ellos cualidades y valores de los que nosotros mismos carecemos.

Que cada uno sea caritativo y benevolente con los demás hasta donde realmente le sea posible.

Que no juzguemos a los demás con severidad, porque de ese mismo modo seremos juzgados, al ver la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el nuestro. Esto significa que debemos tapar sus defectos o errores, en vez de señalarlos.

 Que cuando demos algo material, lo hagamos del modo como nos indicó Jesús: que nuestra mano izquierda no conozca lo que hizo la derecha; esto es, sin ostentación de ninguna clase, de modo que a ser posible, solo Dios y nosotros conozcamos el hecho, que deberá pasar lo más desapercibido posible para los demás, y en especial a quien nuestra acción  beneficia de algún modo.

Que cuando demos de lo material, no sea de lo que nos sobra, sino incluso de lo que nos falta a nosotros mismos, aunque esto es difícil de llevar a la práctica, pues muchas veces  los intereses materiales, personales  o familiares hacen contrapunto con lo que  en el fondo nos dicta la conciencia en cuanto y como nos debiéramos de entregar, o en cual debería ser la medida de nuestra generosidad.

 No debemos olvidar que cuando nacemos en este mundo no venimos con nada material salvo el propio cuerpo , y que cuando nos vayamos  lo haremos también  sin llevarnos nada, salvo la conciencia de los propios actos de la vida, por  tanto debemos considerar las cosas materiales  que poseemos, entre las que se incluye el dinero,  como un préstamo que nos hace Dios para que lo administremos, beneficiando con él a otros hermanos que lo puedan necesitar más que nosotros mismos y que moralmente tienen tanto derecho a él como nosotros. Cuando regresemos al mundo espiritual, solo llevaremos como equipaje valioso, la conciencia del Amor dado y con lo bien hecho con estas cosas materiales que vamos a dejar en la Tierra porque ya no nos pertenecerán más, ni tan siquiera nuestro propio cuerpo físico.

Y sobre todo, que Dios nos de lucidez y fuerza para ser capaces de actuar según los dictados de nuestro corazón y nuestra conciencia, que en el camino de este conocimiento espiritual verdadero, conforme avanzamos más en él, esta cada vez crece más y se hace mayor, haciéndose también mayor  en cuanto a la dimensión y trascendencia de nuestros actos, y por lo tanto  en cuanto a nuestra responsabilidad espiritual ante el Padre.

Ya por último, propongo tras estas consideraciones, que todos nos marquemos unos objetivos y unas metas: Vamos a esforzarnos más en conquistar y en depurar, aspectos como la generosidad, el altruismo, la humildad y en definitiva, la Caridad.

. Jose Luis Martín-

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