domingo, 24 de enero de 2016

Inconvenientes y peligros de la mediumnidad

                                                                   Dr. Raymond Moody

                                       DESPERTAR ESPIRITUAL

A veces ese letargo se rompe de forma abrupta, insospechada, llamando nuestra atención desde lo profundo de nuestro ser, como si un despertador sordo vibrara en nuestra conciencia avisándonos
de algo inconcreto, pero perentorio, urgente, llevándonos a reflexionar sobre la impermanencia de la vida, su transitoriedad y su anhelada eternidad, porque no sabemos todavía concretar su dolorosa
fragilidad y su fortaleza, su punzante ironía y su belleza.
Puede ocurrir tras la muerte de un familiar, una separación dolorosa, una profunda depresión o una grave enfermedad, pero los casos más sugestivos, interesantes y difíciles de rebatir son los conocidos
como experiencias cercanas a la muerte (ECM). En el libro de Raymond Moody Vida después de la vida (Life after life) se describieron múltiples casos de ECM que provocaron un gran interés en todos los medios, un asunto que, hasta entonces, había permanecido en el terreno de la intimidad de los pacientes y prácticamente ignorado.
Se ha hablado y se ha debatido mucho desde la publicación de ese libro (1975) sobre estas experiencias, y otros muchos científicos(2) se han unido en la búsqueda para encontrar una respuesta
sólida a la cuestión de la supervivencia de la conciencia durante el tiempo que el cerebro no presenta actividad, produciendo la muerte clínica en esos pacientes.
La tesis materialista que sostiene que la conciencia es un epifenómeno del cerebro no encaja con estos múltiples testimonios, tan numerosos y con tantos puntos en común que no pueden dejarse
de lado simplemente porque molestan.
La pregunta inicial no sería ya ¿cuál es la base biológica de la conciencia? Sino ¿Tiene la conciencia realmente una base biológica? (3)
Estas experiencias nos hacen pensar en ese momento en que nuestra vida llegará al final, inevitablemente, y si reflexionamos sobre esto es lógico deducir la pregunta clave que todos nos hacemos en un momento u otro: ¿para qué vivimos?
O dicho de otra forma
¿Qué finalidad tiene vivir?
Uno de los efectos más llamativos que producen las ECM es un cambio radical en el significado que las personas que la experimentan conceden a la vida, en algunos de los pacientes su idea de vivir
alcanza connotaciones espirituales tras la experiencia y su concepto de la muerte se transforma así como ellos al mismo tiempo. En el estudio AWARE (4) un porcentaje elevado de las personas que tuvieron ECM sentían una profunda decepción por haber regresado a la vida, añoran la sensación de paz y plenitud que han sentido durante ese breve lapso de tiempo. Muchos de ellos, al despertar,
ya no se reconocen como las mismas personas y se producen cambios profundos en sus vidas: divorcios, cambios de trabajo, de residencia, etc.
Tenemos aquí un ejemplo claro que nos demuestra de qué forma nuestra cosmovisión del propósito de la vida afecta a cómo la vivimos, a nuestras metas y objetivos, a lo que le concedemos valor y a lo que no se lo damos.
Ahora bien, si este shock espiritual provoca tales cambios en personas que antes no creían en la supervivencia de la conciencia tras la muerte¿cómo debería ser el comportamiento de los que ya creemos en la vida tras la muerte?
Experiencias cercanas a la muerte
Un despertar espiritual
Jesús Valle
 

En general la Humanidad vive en estado de sueño, en letargo, y por eso mismo
padece de la enfermedad más dominante, que es la ignorancia de sí, del destino
de cada uno, del significado de la existencia. (1)
Actualidad Espiritista
 

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               ¡Bendiga y siga! 

   No basta recelar la violencia. Es preciso hacer algo por erradicarla.
Indudablemente las medidas de represión, mantenidas por los dispositivos legales del mundo, son recursos que la limitan, mientras tanto nosotros todos, – los espíritus encarnados y desencarnados – con vínculos en la Tierra,
podemos colaborar en la solución del problema.

Compadezcámonos de los hermanos envueltos en las sombras de la delincuencia, con el fin de que se nos inclinen los sentimientos hacia la indulgencia y la comprensión. 


 Tanto como pudieres, no participes de rumores o apreciaciones precipitadas en torno de situaciones o de personas. 

Guarda silencio ante cualquier palabra agresiva que te fuera dirigida, donde estés, y sigue adelante buscando el camino de tus obligaciones.  

No eleves el tono de voz demostrando superioridad frente a los demás.

No te entregues a manifestaciones de amargura y rebeldía, aun cuando sientas, por dentro de tu alma, el gusto amargo de esta o aquella desilusión.

Respeta la necesidad ajena y no provoques a los hermanos ignorantes o infelices, con la exhibición de las disponibilidades que los Designios Divinos te confiaron, para determinadas aplicaciones loables y justas.

 En vez de criticar, procura el lado mejor de las personas y de los hechos, para que construyas el bien, donde estés.

Auxilia para la elevación, bendiciendo siempre.
 

Recuerda: la mecha inflamada es capaz de generar incendios calamitosos y, a veces, un gesto infeliz de nuestra parte puede suscitar, en los demás, las peores reacciones de vandalismo y destrucción.

Por el Espíritu Emmanuel
Médium Francisco Cándido Xavier
Extraído del libro “Atención”
Traducido por Alipio González Hernández


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INCONVENIENTES Y PELIGROS DE LA MEDIUMNIDAD
 
¿La facultad medianímica es indicio de un estado patológico cualquiera o simplemente anómalo?
Anómalo algunas veces,pero no patológico; hay médiumsde una salud robusta; los que están enfermos, lo están por otras causas”.

¿El ejercicio de la facultad medianímica puede ocasionar la fatiga?
“El ejercicio demasiado prolongado de cualquier facultad causa fatiga; la mediumnidad está
en el mismo caso, principalmente la que se aplica a los efectos físicos;ocasiona necesariamente un
gasto de fluido que atrae la fatiga y se repara con el descanso”.

¿El ejercicio de la mediumnidad puede tener inconvenientes para sí mismo desde el punto de vista higiénico, abstracción hecha del abuso?
 “Hay casos en que es prudente y aun necesario el
abstenerse de ese ejercicio o al menos moderarlo; eso depende del estado físico y moral del médium. Por otra parte, el médium lo conoce generalmente, y cuando se fatiga, debe abstenerse”.

¿Hay personas para las cuales este ejercicio tiene más inconvenientes que para otras?
 “He dicho que esto depende del estado físico y moral del médium. Hay personas que deben evitar toda causa de sobreexcitación, y ésta es una de ellas”

.¿La mediumnidad podría producir la locura?
“Menos que cualquier otra cosa, cuando no hay predisposición por la debilidad del cerebro. La mediumnidad no producirá la locura cuando el principio no existe; pero si el principio existe, lo que es fácil de reconocer en el estado moral,el buen sentido dice que es menester usar de miramientos bajo todos los aspectos, porque toda causa de conmoción puede ser dañosa”.

¿Hay inconveniente en desarrollar la mediumnidad en los niños?
 “Ciertamente, y sostengo que es muy peligroso; porqueestas organizaciones tiernasy delicadas se conmoverían demasiado y su joven imaginación se sobreexcitaría;por lo mismo, los padres discretos  les alejarán de estas ideas o al menos no les hablarán sino desde el punto de vista de las consecuencia físicos, ya para las morales”.

¿Sin embargo, en los niños que son médiums naturalmente, ya sea para los efectos físicos. la escritura y las visiones, tiene el mismo inconveniente?
“No; cuando la facultad es espontánea en un niño, es que está en su naturaleza y que su constitución se presta a ella; eso no es lo mismo que cuando es provocado y sobreexcitado".
"Observad que el niño que tiene visiones, se impresiona generalmente poco por ellas; le parece una cosa muy natural, en la cual no se fija sinoo debilmente y a menudo olvida; más tarde el hecho se le representa en la memoria y sd lo explica facilmente si conoce el Espiritismo".

¿Cuál es la edad en la cual se puede, sin inconveniente, ocuparse de la mediumnidad?
“No hay edad precisa, eso depende enteramente del desarrollo físico y aún más del moral; hay niños de doce años que se afectarán menos que ciertas personas adultas. Hablo de la mediumnmidad en general, pero la que se aplica a los efectos físicos, fatiga más corporalmente; la escritura tiene otro inconveniente que se refiere a la inexperiencia del niño, en el caso de que  quisiera ocuparse a solas y hacer de ello un juego."

Cap. XVIII
Inconvenientes y peligros
de la mediumnidad
Actualidad Espiritista
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La práctica del Espiritismo pide mucho tacto para librarse de las astucias de los espíritus mentirosos; si los hombres son sus juguetes, la infancia lo es aún mucho más.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
Allan Kardec
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               Aprendiendo a perdonar
 
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres susofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo, 6:14-16 – El Evangelio según el Espiritismo, Capítulo X, ítem 2)

Nuestro concepto de perdón puede facilitar o limitar nuestra capacidad de perdonar. Por nuestras creencias negativas, suponemos que perdonar es ser “apático” ante los errores de los demás o aceptar pasivamente lo que hagan, pues pensamos que perdonamos cuando aceptamos agresiones, abusos, manipulaciones y falta de respeto a nuestros derechos y límites personales, como si nada pasara.

 Perdonar no es apoyar comportamientos que nos causen dolores físicos o morales, no es fingir que todo está bien cuando sabemos que nuestro entorno está en total ruina. Perdonar no es “asentir” a las conductas inadecuadas de parientes y amigos, sino tenerles compasión, es decir, mayor entendimiento a través del amor incondicional. Por tanto, es un “modo de vivir”.
 
Muchas veces, el ser humano confunde la “actitud de perdonar” con la negación de los propios sentimientos, emociones, anhelos. Reprime las penas y usa supuestamente el “perdón” como excusa para escapar a la realidad que podría alterar toda una vida de relacionamiento, si fuera asumida.

 Una de las herramientas básicas para alcanzar el perdón real es mantenernos a cierta “distancia psíquica” de la persona-problema, o de las discusiones y diálogos mentales que son constantes en nuestro psiquismo porque estamos involucrados en esa confusión neurótica.
 
Cuando nos desapegamos mentalmente, pasamos a usar los poderes de nuestro pensamiento de modo constructivo, evitamos las frases “debí haberle dicho”, “debí haber actuado…”, y eliminamos de nuestra producción imaginativa los hechos infelices y destructivos que nos pasaron. 

En muchas oportunidades, elaboramos interpretaciones exageradas de susceptibilidades y damos paso a impulsos raros y desequilibrados que nos causan sobrecargas en nuestra energía mental y agotan nuestro cerebro. El agotamiento íntimo es profundo.

 La calidad del pensamiento determina la “ideación” constructiva o negativa, pues somos arquitectos de verdaderos “cuadros mentales” que circulan sistemáticamente en nuestra propia órbita áurica”. Por el poder extraordinario que tenemos de “generar imágenes”, podemos atarnos a nuestras propias creaciones y quedarnos presos en “monoideas”. Ansiamos tanto olvidarlo, pero somos forzados a recordarlo repetidas veces, a causa del fenómeno “producción-consecuencia”.

Desprenderse o desconectarse no es un proceso que nos vuelve insensibles o fríos como criaturas totalmente inaccesibles a las ofensas y críticas, o que viven siempre en una atmósfera en la que “nadie nos pueda atingir o lastimar”. Desprenderse significa dejar de alimentarnos con las emociones de los demás, desvincularnos mentalmente de relaciones enfermizas, de hipnosis magnéticas, de alucinaciones íntimas, de represalias, de cualquier tipo de desquite, de problemas que no podemos solucionar ahora.
 Tal comprensión nos conducirá a comenzar a entender la “dinámica del perdón”.

 Una de las técnicas más eficientes para perdonar es retomar el contacto vital con nosotros mismos, desligándonos de cualquier “intromisión mental” y luego buscar una empatía real con las personas. 

De víctimas de fuerzas externas a nuestro control, nos transformamos en personas que crean su propia realidad de vida, no fundamentadas en las críticas y ofensas del mundo, sino en su percepción de la verdad y en la voluntad propia. 

Cuando creemos que cVivir guardando cierta “distancia psicológica” de las personas y cosas problemáticas, ya sea entre seres queridos difíciles, ya sea entre compañeros complicados, no significa que ya no nos importan, o que no los amamos o perdonamos, sino que viviremos sin volvernos locos por buscar comprenderlos, sufrir, soportarlos y admitir.ada ser human es capaz de solucionar sus dramas y es responsable por los hechos de su vida, aceptamos “distanciarnos” con más facilidad, permitimos que se comporte según su voluntad y nos damos la misma libertad.nte llena de ideas inconexas dificulta el perdón y sólo si nos desvinculamos de la agresión y de la falta de respeto podemos sintonizar nuestro pensamiento con la claridad y la nitidez, en un proceso llamado “renovación de la atmósfera mental”.

 Es imprescindible que “nos separemos” emocionalmente de los acontecimientos y de criaturas desequilibradas mediante la oración para rescatar la armonía de nuestro “halo mental”. Es un método eficaz que nos restaura los sentimientos de paz y serenidad, y nos facilita la armonización interior.  

Además, la emancipación nos estimula al perdón con más facilidad, en razón del grado de liberación mental que nos impulsa a vivir sintonizados con nuestra propia vida y con la afirmación plena y positiva que “todo se acomodará si mi mente está serena”.Comprendemos que, cuando promovamos la “desvinculación psicológica”, seremos más disponibles y capaces de percibir el proceso que oculta los comportamientos agresivos, lo que evitará que reaccionemos como lo hacíamos antes, y hará que miremos “cómo construimos” nuestro modo de relacionarnos con los demás.

 Cuando nos soltemos vibracionalmente de tales contextos complejos, cuando nos desatemos de esos fluidos que nos sujetan a esas crisis y conflictos existenciales, tendremos la oportunidad de vislumbrar nuevas formas para solucionar dificultades, con una visión más generalizada, y de encontrar cada vez más instrumentos adecuados al desarrollo de la noble tarea de comprendernos y de comprender a los demás.

 Del libro: Renovando Actitudes
Por el Espíritu Hammed
Psicografía de Francico do Espírito Santo Neto
Editorial Boa Nova, 14ª edición, São Paulo, 1997, páginas 35 a 38

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viernes, 22 de enero de 2016

EL ESPIRITISMO NO ES UNA RELIGIÓN



  ENERGIAS Y RADIACIONES PSIQUICAS IMPONDERABLES 

 El estudio de los fenómenos espiritistas nos ha dado a conocer estados de materia y condiciones de vida que la ciencia había ignorado durante largo tiempo. Hemos aprendido que más allá del estado gaseoso u aun del estado radiante descubierto por W. Crookes, la materia invisible que yace imponderable se encuentra bajo formas cada vez más sutiles que designamos con el nombre de "fluidos". A medida que se rarifica, adquiere nuevas propiedades y una fuerza de radiación creciente, convirtiéndose en una de las formas de la energía. Bajo este aspecto es como se revela en la mayor parte de las experiencias de que hablaremos en los capítulos siguientes.
Cuando un espíritu se manifiesta en un centro humano, no puede hacerlo sino con el auxilio de una fuerza tomada de los médiums y de los asistentes.
Esta fuerza es producida por el cuerpo fluídico. Ha sido designada alternativamente con los nombres de fuerza ódica, magnética, néurica, etérica; nosotros la llamamos fuerzas psíquica porque obedece a la voluntad. Esta es su motor; los miembros son sus agentes conductores; se desprende más especialmente de los dedos y del cerebro.
Existe en cada uno de nosotros un foco invisible cuyas radiaciones varían de amplitud y de intensidad según nuestras disposiciones mentales. La voluntad puede comunicarles propiedades especiales; éste es el secreto del poder curativo de los magnetizadores.
A éstos es, en efecto, a quienes se ha revelado primeramente en sus aplicaciones terapéuticas.

LEÓN DENIS . En lo invisible


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MIS SALUDOS DE HOY
Viernes 22 de enero de 2016

Queridos amigos, hola buenos días,  a pesar de que estemos desprovistos de recursos financieros, de posibilidades intelectuales y privilegios sociales, todos podemos construir el bien en la existencia terrena, para crear un reino como el de Cristo, “sobre los corazones puros y desinteresados”.
La carne es un vestido que debemos aprender a utilizarla con sabiduría. Hoy nos cubre, mañana no nos servirá, ya más.
La vida física es una oportunidad valiosa, que no puede ser desdeñada.
Valoremos  la contribución humilde  que está a nuestro alcance, y no rechacemos la oportunidad de ser útiles.
Si nos quedásemos esperando los recursos significativos para una productividad que expresen los elevados sentimientos que nos animan, desperdiciaríamos preciosas concesiones  del tiempo es vanas esperas.
Cualquier tipo de edificación debe apoyarse en bases seguras para que se mantenga firme, ofreciendo el confort y protección. Una construcción segura, no solo necesita  de instalaciones eléctricas e hidráulicas también es muy necesario analizar el suelo donde queremos levantar el edificio.
Una obra valiosa no es aquella que llama más la atención,  sino aquella que ofrece más beneficios a la comunidad.
Toda obra que se desmorona debe su fracaso  al descuido en el cálculo.
Hagamos nuestra contribución a la vida, “pues todos podemos hacer algún bien” Solo el egoísta es el que no encuentra nunca la ocasión para ello.
Evita el pesimismo y no consideres la vida por el momento presente, que a lo mejor no es propicio, afortunado. Solo un minuto hace falta para que tu tormenta pase, se apacigüe, la enfermedad disminuya, el trabajo surja, el dolor pase, el ausente llegue, la persecución cese, el dinero aparezca, tu vida cambie…
Aprende a sonreír y confiar.
No te aferres al lado malo de las cosas. Muchos de esos males  son oportunidades de perfeccionamiento que nadie debemos despreciar.
Valoremos a las personas y a las cosas, aunque la vida nos sonría.
Solo un minuto hace falta para que las molestias se instalen a tu alrededor, la paz intima se consuma, el dinero pase a otras manos, el amor desaparezca, la muerte llegue,  tu vida cambie…
Nadie somos tan autosuficientes como para no necesitar el respeto y cariño, mientras amamos y respetamos.
No te apegues demasiado  al sosiego que disfrutas, porque ha recursos y alegrías que son duras pruebas, de las cuales solo unos pocos héroes de la renuncia y la humildad consiguen liberarse plenamente.
Jamás temas al mal. Solo un minuto  hace falta para que la influencia de los malos supere la de los buenos e inquiete la serenidad de los justos, para que arruine las expresiones honorables, aflija a los simples, siembre el miedo…
Solo un minuto hace falta para que tu puedas Alcanzar preponderancia sobre los malos, para que difundas la esperanza y siembres el coraje, venzas la timidez y hagas que brille la verdad.
Solo un minuto hace falta para que lo que era luz se transforme en noche, para que el incendio devore, el ladrón robe las joyas relucientes, la casa se derrumbe, el jardín alegre y florido se marchite,  un terremoto abra la tierra y lo sepulte todo.
Solo un minuto necesitamos para que podamos recibir a Cristo y modifiquemos el rumbo de nuestra existencia, eternizando en el precioso cofre de tus posesiones esa joya extraordinaria que jamás vuelve  con el mismo valor: ¡el minuto!
Elevémonos, pues, hacia el amor, y el amor de Dios nos guardará  “todos los días de nuestra vida”; y conoceremos desde ahora las delicias del Reino de los Cielos que, conforme afirmaron los Virtuosos Abanderados del Mundo Mayor “está en todas partes donde prevalezca el amor al bien”.
Merchita
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REFLEXIONES DE MERCY

 Muchos de nosotros perdemos demasiado tiempo prestándole atención a lo que las demás personas hacen o dejan de hacer. Cuando me refiero de que perdemos tiempo, es porque en vez de utilizar ese tiempo en concentrarnos en lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer, lo cual es verdaderamente beneficioso para nuestra propia evolución, nos encontramos preocupándonos por algo que no tiene nada que ver con nosotros.
Ninguno de nosotros somos responsables de las acciones ajenas, pero si lo somos de nuestras propias acciones y reacciones.
Hagamos consciencia de que la vida es corta y debemos de utilizarla lo más posible con cosas que a la larga nos ayude a evolucionar y hacernos feliz.
Empecemos por analizar todo lo que nos molesta de los demás, porque si somos sinceros y miramos dentro de nosotros, encontraremos que lo que nos disgusta de ciertas personas, es lo mismo que estamos haciendo, la única diferencia es que no nos percatamos de esos mismos defectos en nosotros mismos.
Así que a sacarnos la paja de nuestros propios ojos y dejemos la paja ajena en los ojos que no nos pertenecen.
- Mercy Ingaro -
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 EL ESPIRITISMO NO ES UNA RELIGIÓN
“Porque el Espiritismo no es una religión, sino una ciencia, de la que apenas conocemos el abecedario.
 El tiempo de los dogmas ha concluido”.
Gabriel Delanne

Gabriel Delanne, uno de los pioneros más valientes y Destacados del Espiritismo en Francia, escribe a este respecto: “El Espiritismo no es una religión: no tiene dogmas, ni misterios ni ritual. Es una ciencia de experimentación, de la que se desprenden consecuencias morales y filosóficas de inmensa importancia”.
A esta concepción amplia y desprejuiciada del Espiritismo, podemos agregar la del eminente naturalista Russel Wallace, espiritista de no dudosa procedencia:
“El Espiritismo es una ciencia experimental y suministra la única base segura para una filosofía verdadera y una religión pura. Suprime los nombres sobrenatural y milagro...”

“Una ciencia de la naturaleza humana, fundada en los hechos observados; que sólo apela a los hechos y experimentos; que no toma creencias sin pruebas; que insiste en la investigación y en la conciencia de si misma como los primeros deberes de los seres inteligentes; que enseña que la felicidad en una vida futura puede ser asegurada cultivando y desarrollando hasta donde es posible más altas facultades de nuestra naturaleza intelectual y moral y no de ningún otro modo; es y tiene que ser el enemigo natural de toda superstición”.

Por su parte dice el Dr. Gustavo Geley: “Para los verdaderos creyentes en la doctrina espiritista, esta es una ciencia positiva, basada sobre el estudio experimental de los fenómenos psíquicos y las enseñanzas de los espíritus elevados”.

A estas autorizadas opiniones podríamos agregar la de todos los verdaderos espiritistas y demostrar que sus convicciones se formaron en el terreno de los hechos, por el estudio, la observación y la experiencia de los mismos y no por creencias religiosas anticipadas, por la fe ciega o por la predisposición mística desarrollada por la necesidad de ampliar los horizontes de esta vida, por esa ansiedad imperiosa que, según los materialistas, sienten las almas cándidas, los espíritus débiles, atormentados por el deseo de penetrar las sombras del misterio y de hallar lo que no alcanza a descubrir la ciencia... a la cual suelen mirar con desdén...
No son los verdaderos espiritistas los que creen en la bancarrota de la ciencia frente a los problemas del alma; por el contrario, es la ciencia para éstos el fundamento de sus creencias, sin los hechos positivos, experimentales, el Espiritismo carece de base, y su filosofía sería uno de tantos sistemas metafísicos, una de tantas religiones, agregados al acervo común de la historia. El Espiritismo no tiene por punto de partida la fe, sino sus fenómenos y el estudio racional de los mismos: es sobre la base fundamental del fenomenismo psicológico supranormal que descansa su filosofía, su ética y su sociología, y es sobre esa misma base que afianzamos nuestras creencias los verdaderos espiritistas. Las conclusiones filosóficas que sustentamos emanan de los mismos hechos y no de creencias o de razonamientos a priori: ni siquiera tienen la desventaja -si tal pudiera llamarse a la especulación filosófica subjetiva- de atribuirse a inducciones o deducciones personales, ya que la doctrina espiritista surge espontánea de la naturaleza misma de los hechos, de las manifestaciones inteligentes que de ellos se desprenden. Es cierto que muchos de los principios o postulados de nuestra doctrina se encuentran diseminados entre las religiones y sistemas filosóficos, pero éstos, las primeras, se fundan en la fe ciega, en el dogma infalible y en absurdas, cuando no mentidas, revelaciones, y los segundos, en deducciones o hipótesis más o menos lógicas, pero siempre discutibles por carecer de fundamento científico que pruebe experimentalmente la veracidad de los principios sustentados.

De todo esto se infiere que si el Espiritismo se impone a la consideración humana por sobre todas las creencias religiosas e ideológicas, es por sus hechos observables y experimentables, y no por un sentimiento místico o por las halagüeñas perspectivas que de él se desprenden para el porvenir del espíritu: deja de ser religión, en el sentido místico y ritual del concepto, pero no puede dejar de ser ciencia sin dejar de existir como verdad demostrable y perder su interés y valor positivos; pues, si le faltan los hechos, los principios ciertos en que se apoya y el conocimiento, aunque relativo, de las leyes que los rigen, ya pasa a la categoría de misticismo, sin que su caudal filosófico y moral pese un gramo más en la balanza del progreso humano. No tienen, pues, razón aquellos espiritistas que, imbuidos de religiosidad, creyentes por ingenuidad o por simples razonamientos filosóficos, se bastan a su fe y miran con ojeriza a los hombres de ciencia y a sus mismos compañeros que bregan por encauzar el Espiritismo en la corriente científica señalada por los sabios espiritistas que hacen honor a nuestro credo, y, mucho menos, los que hacen de éste una religión como cualquier otra y creen que la Ciencia -por hallarse aún en los balbuceos de esta nueva y fecunda rama de la psicología experimental y no haber llegado aún, en algunos casos, a las mismas conclusiones espiritistas, por buscar la correlación entre los fenómenos fisiológicos y psíquicos o explicar por las mismas leyes anímicas todos los fenómenos supranormales sin hacerse cargo de las manifestaciones de espíritus desencarnados- conduce al materialismo.
No hay que olvidar que así como mucha ciencia conduce a Dios y poca nos aleja de él, lo mismo sucede con la creencia en la existencia del mundo espiritual: un conocimiento incompleto del fenomenismo espírita y de sus manifestaciones no convence a nadie, pero el estudio continuo con métodos adecuados lleva al convencimiento: la mayor parte de los sabios o simples estudiosos que han abrazado el Espiritismo, primero lo negaron; después, con poca ciencia, afirmaron los hechos pero negaron la teoría, y luego, al correr de los tiempos, con más ciencia y experiencia, aceptaron esta última. La ciencia, la verdadera ciencia, no conduce al materialismo sino cuando es incipiente y carece de la madurez necesaria para llegar a las conclusiones espiritistas.

En muchos casos los que penetran en el santuario de esta profunda ciencia del alma por las puertas de la fe, suelen salir por las del escepticismo o la incredulidad; mientras que otros que entran incrédulos y materialistas salen llenos de fe y de esperanza, después de estudiar los hechos con todo rigor científico y de exigir de ellos toda la luz que anhelaban sus espíritus ávidos de ciencia y de verdad. Ejemplos de esto entre otros mil, William Crookes, Russel Wallace y Lombroso.
Al hablar de ciencia no nos referimos a esa ciencia incompetente, infructuosa, llena de orgullo y de suficiencia que niega la existencia, y aun la posibilidad, de las manifestaciones del mundo espiritual; que no tiene más de positiva que lo que alcanza en la materialidad de las cosas; que, en materia de fenomenismo espírita o de metapsiquismo, en vez de adaptarse a la naturaleza y a las modalidades de los hechos, les impone condiciones y métodos arbitrarios, y, como en semejantes condiciones no halla lo que, por prejuicio de escuela, sus representantes tienen interés en no encontrar -el espíritu como sustancia independiente del organismo- lo niegan: porque su caudal seudocientífico está formado a base de negaciones. A estos “científicos”, que forman una “ciencia” de relumbrón, sí, no titubeamos en declararlos en bancarrota. Hablamos aquí de la verdadera ciencia, de esa diosa augusta que no afirma ni niega nada a priori; que no teme la investigación de ningún hecho, por absurdo e inverosímil que parezca, ni a las condiciones y métodos que su naturaleza impone; que, animado de un profundo amor a la verdad, no se alimenta de prejuicios, sino de la luz espiritual que irradia la renovación constante de la vida.
El Espiritismo es una ciencia integral y progresiva: abarca todos los conocimientos humanos. No es una religión, aunque cultiva y espiritualiza los sentimientos religiosos. “La religión se va, la ciencia viene”, ha dicho alguien. Y no estará demás recordar a los neófitos y profanos que nuestro lema es: Hacia Dios por el amor y la ciencia.
 Trascrito de “Espiritismo: Doctrina de Vanguardia”

 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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martes, 19 de enero de 2016

Ultimos Adios NO, un Hasta Luego - Para enfermos terminales - Soy Espiri...

Magnetismo y Espiritismo

       MAGNETISMO Y ESPIRITISMO 

Por su misma naturaleza el hombre posee a veces numerosas facultades, como el magnetismo, la radiestesia, la psicometría, la clarividencia etc.
   Los egipcios conocían las propiedades del magnetismo, ese fluido humano que, dispensado por las manos o la mirada, regulariza y estimula las funciones orgánicas de un enfermo. En ciertos papiros, se puede leer: “Posa tu mano sobre el dolor, y dile al dolor que se vaya”. (Papiro descubierto por Ebers, tomado de un tratado de medicina faraónica bajo Amenofis I, 1700 a.C.) La imposición de manos sobre los cuerpos enfermos se practicaba en Egipto como dan cuenta las ceremonias esculpidas en bajorrelieve.
   En la Grecia antigua, los Asclepíades practicaban la imposición de manos, las fricciones y el sueño Plinio, en su Historia Natural, habla de las curaciones conseguidas por el “tacto” de ciertos hombres de “virtudes médicas”.
    La práctica del magnetismo aparece igualmente en India, China, Fenicia y Caldea. Se la ve en los templos de Isis y de Osiris. Esa energía particular, la encontramos en Jesús que, por imposición de manos, curaba a los enfermos.
   En la Edad Media, y hasta el siglo XV, los “curanderos” utilizaban las mismas técnicas magnéticas de hoy, mientras que la palabra magnetismo, en esa época, era empleada sólo para designar el conjunto de propiedades de los imanes. Uno de los más célebres curanderos se llamaba Greatrakes, un irlandés capaz de curar tocando el lugar enfermo y cuyas curas magnéticas fueron autorizadas por el conjunto de médicos de su época. Siempre se han observado en el cuerpo humano ciertas propiedades que no carecen de analogía con las del imán. Hacia mediados del siglo XV, se estudió la tradición que atribuye al hombre el poder de ejercer sobre sus semejantes propiedades análogas a las de los imanes. El primer indicio de esa idea se encuentra en las obras de Paracelso. Después de él, en los siguientes siglos, ciertos sabios como Glocenius y Maxwell creyeron reconocer en el imán las propiedades del principio universal que explicaba todos los fenómenos de la naturaleza. El siglo de las luces contó con numerosos investigadores que nos permitieron conocer nuevas teorías y, respecto a la investigación sobre el magnetismo, podemos citar en este ámbito precursores a quienes está dedicado este dossier.

Franz Anton Mesmer nacido en 1734, médico alemán, expuso su descubrimiento del principio universal. Según él, el hombre, igual que el imán, puede actuar sobre sus congéneres gracias al fluido del cual dispone y distribuye con sus manos. Para Mesmer, las enfermedades proceden de un mal reparto del fluido en el interior del cuerpo: “Tengo en la mano una verdad esencial para la felicidad de la humanidad”. Poco tiempo antes de su muerte, dio su conformidad para un curso de mesmerismo en la universidad de Berlín.
 El Dr. Deleuze (1753-1835) reunió las observaciones del marqués de Puységur y las de Mesmer y comprobó que la voluntad dirige el fluido magnético. El Barón du Potet (1796-1881) practicó y enseñó el magnetismo. Como científico, comprendió que esa posibilidad natural, inherente a ciertos hombres, era la medicina del porvenir y un poderoso medio de curar. Publicó veinte volúmenes de su periódico Le Magnétisme y numerosos tratados y libros.
Charles Lafontaine (1803-1892), quien se hizo magnetizar para instruirse, fue un gran vulgarizador del magnetismo. Por cierto, fue después de haber asistido a una demostración de Lafontaine en Manchester, el 13 de noviembre de 1841, cuando el médico escocés James Braid comenzó a interesarse por el magnetismo animal que él denominó hipnosis. Observemos, de paso, que solamente los Estados Unidos e Inglaterra se interesaron por este resurgimiento del magnetismo llamado hipnosis. El Marqués de Puységur (1751-1825) fue alumno de Mesmer. Descubrió el fenómeno del sonambulismo artificial o sueño magnético. El enfermo que se encuentra en ese estado adquiere una expansión prodigiosa en la facultad de sentir de algunos de sus órganos externos, generalmente los de la vista y el oído que se adormecen y todas las sensaciones que dependen de ellos se operan internamente. Tuvo el gran mérito de descubrir la clarividencia de los sonámbulos que, durante el sueño, eran capaces de descubrir e indicar los remedios que podían curarlos a ellos mismos o a los demás enfermos. Daban a distancia los consejos más reconocidos respecto a enfermos a los que nunca habían visto. Si bien esa época fue rica en experiencias y descubrimientos de las características comunes entre las propiedades del magnetismo y las de la luz, el calor, la electricidad y hasta del sonido, lo fue también en batallas. Los opositores al magnetismo siempre han tratado de ridiculizar que éste sea posible; desde 1784, múltiples comisiones de investigación han tratado de saber si existía un fluido magnético comparable al que Mesmer describía. La primera comisión designada concluyó que el magnetismo animal correspondía sobre todo a la imaginación, que el fluido no era de ninguna utilidad y que los magnetizadores se dejaban embaucar por sus enfermos. Esta conclusión sería objetada luego gracias a las curaciones obtenidas por el Dr. Liébault (creador de la facultad de Medicina de Nancy en 1882) en bebés, niños que no tenían desarrollados ni el discernimiento ni la imaginación. La academia de Medicina también prohibió a los médicos utilizar el magnetismo: “Ningún doctor se declarará partidario del magnetismo animal, ni por sus escritos, ni por su práctica, so pena de ser borrado del cuadro de doctores”. (Recordemos, sin embargo, cómo y por cuánto tiempo, la facultad de Medicina impidió la utilización de la quinina, tan eficaz contra las fiebres). Un informe secreto fue aún más lejos, destacando sobre todo un atentado contra las buenas costumbres de la época, por los toques que los magnetizadores ejecutaban sobre sus pacientes y principalmente sobre las mujeres. En cuanto a la Iglesia, ella veía allí la obra del diablo, sobre todo cuando el magnetismo desencadenaba el sonambulismo y la comunicación posible con los espíritus. Varios médicos rechazaron esta prohibición y fueron excluidos. El Dr. Varnier redactó un informe en defensa, apoyado por diecisiete abogados, censurando esta exigencia de la facultad, de refutar el magnetismo. Jussieu hizo un acto de resistencia y como miembro de la comisión se negó a firmar la conclusión del informe. Sin embargo, a pesar de la oposición, la práctica del magnetismo no se detuvo, estaba en todas las conversaciones, se publicaron las actas de curaciones y en Francia se crearon por todas partes sociedades magnéticas. En su resumen de la historia de Francia, Félix Bodin escribió: “Los fenómenos de magnetismo ya no pueden ser puestos en duda sino por aquellos que no quieren tomarse el trabajo de verificar. Es pues tiempo de declarar su existencia”. Escritos en escuelas, informes publicados en cursos públicos, hacia 1820 el magnetismo pareció entrar en una época de investigación científica. Se emprendieron experimentos en los hospitales parisienses, en el Hôtel Dieu (*) con du Potet y en la Salpêtrière. Como siempre, las comisiones comprueban y concluyen. En junio de 1831, la Academia de Medicina, convencida, concluyó así su informe: “La Academia debería alentar las investigaciones sobre el magnetismo como una rama  muy curiosa de la psicología y de la historia natural”. Nunca lo hizo, hasta que a fines del siglo XIX, los hermanos Durville continuaron las investigaciones acerca del magnetismo en Francia, Portugal e Italia. En 1893, en París, nació una escuela de magnetismo luego de un congreso magnético internacional en 1889. Después de dos años de ejercicios, los hermanos Durville y el célebre Papus, doctor de la
facultad de París, que soñaba con una escuela de medicina libre, pidieron al gobierno incluir la escuela en el rango de los grandes establecimientos de enseñanza superior libre. Después de investigación y contra investigación, el ministerio y la Academia de Medicina dieron una opinión favorable.
      Desgraciadamente, la escuela desapareció durante la primera guerra mundial. En 1922, un decreto del Boletín Oficial del Estado instituyó el diploma de Estado de enfermero-masajista, expedido después de dos años de estudios. El magnetismo no fue señalado explícitamente en esa enumeración pero figura entre los agentes terapéuticos admitidos por el 13º congreso de medicina forense. (*) Nombre que se daba antiguamente al hospital principal de las ciudades francesas. (N. del T.) Contrariamente a otros países europeos, hoy en día el magnetismo, no siempre es reconocido oficialmente en Francia. Sin embargo, todos los días se realizan curaciones por los magnetizadores. Frente al pasado, frente a todos esos trabajos practicados por investigadores sinceros, concienzudos y reconocidos, no sólo sería deshonesto desconocer el fenómeno magnético, sino también dar muestras de oscurantismo al no continuar las investigaciones. Las leyes inherentes al magnetismo han sido comprobadas y establecidas desde hace muchísimo tiempo.

LA ENSEÑANZA DE LOS ESPÍRITUS
Con la enseñanza de los espíritus en este ámbito, así como en otros, los conocimientos se amplían y se convierten en un formidable terreno de investigación en provecho de la salud de todos. No se puede aliviar o curar, si no se tienen en cuenta los tres generadores, físico, periespiritual y espiritual. En diferentes artículos anteriores, ya hemos tratado este importante asunto. Cada uno de nosotros es un ser pensante, que actúa y que ama dentro de su cuerpo físico. Nuestro espíritu, proveniente de una fuerza causal que podemos denominar Dios, dirige provisionalmente su conciencia en un cuerpo. Por lo tanto, llegar a la carne y no considerar sino la carne, es llegar al efecto olvidando la causa. Llegar al espíritu, es alcanzar el equilibrio de nuestra existencia. Para curar, es necesario llegar al espíritu y admitir que todo individuo tiene una dimensión espiritual. El periespíritu, del griego peri, es decir alrededor, se llama Ka en Egipto, soplo de vida o pneuma en el Antiguo Testamento y cuerpo espiritual en los Evangelios o cuerpo astral, y es el vehículo esencial del espíritu. Ese periespíritu es un poco como el sistema nervioso de nuestro organismo, difunde una energía que permite la concepción y organización del cuerpo, y registra todos los eventos de esta vida, así como los de las precedentes. La enfermedad es resultado de un desequilibrio, de una falta de armonía entre estos tres componentes, cuerpo, espíritu y periespíritu. Nuestro cuerpo vibra según el estado de nuestro pensamiento y puede descomponerse por múltiples razones: por causas externas, ambientales, que sufrimos, como la precariedad, el aislamiento, la polución, pero también, y sobre todo, por causas internas de orden psicológico, malestar y preocupaciones. En su mayoría, el conjunto de nuestros males físicos sigue siendo determinado en el seno mismo de nuestro psiquismo. Un psiquismo que responde a la vez al espíritu y a la fusión establecida entre el espíritu y el periespíritu, es capaz de deteriorar el físico con sus angustias, sus ambivalencias afectivas, el estrés y las emociones. El
 conde  Albert de Rochas (1837- 1914)politécnico, teniente coronel del ejército territorial que estudió el magnetismo y la hipnosis, estaba convencido de la realidad de este doble llamado periespíritu: “La teoría del cuerpo astral o cuerpo fluídico fue admitida por los sabios de la antigüedad y nosotros hemos regresado allí por el método experimental. Esta hipótesis permite comprender la mayoría de los fenómenos del magnetismo y el espiritismo”.

   .


EL MAGNETISMO ES UNA CIENCIA VERDADERA 

El magnetismo es un exceso de energía que poseen ciertos individuos. Aun cuando cada ser humano posee un reflejo magnético cuando se golpea o se quema, no todo el mundo puede ofrecer ese fluido a los demás. No hablaremos de don, sino de una posibilidad natural de ciertas personas para aliviar. El origen de la fuerza magnética se encuentra en una densidad doble de la materia periespiritual del magnetizador y lo que hay de más en un cuerpo, puede ser integrado a lo que hay de menos en otro. He aquí el origen, la realidad y el destino de la fuerza magnética. Por una simple imposición de manos, o por una serie de “pases magnéticos” o hasta por la mirada sobre el cuerpo del paciente, los enfermos sanan, porque al llegar al periespíritu del enfermo, el magnetismo devuelve fuerza y energía a las células que lo componen y estas células cargadas de fuerzas saludables, redinamizadas, devuelven al cuerpo físico la energía necesaria para su reconstrucción. Un magnetizador espírita difiere de un magnetizador ordinario, en la medida en que dispensa un magnetismo iluminado, es decir un magnetismo que se apoya en las informaciones y los consejos dados por los espíritus. Insisten en el pensamiento que debe acompañar al gesto magnético, como a todo acto terapéutico cualquiera que éste sea. Ese pensamiento, que debe sumarse a la acción magnética es un fluido. Cuando sale del cuerpo ese fluido se transforma en vibración y cuando esa vibración llega al otro, se convierte en efluvio, un efluvio amoroso que realmente alcanza su objetivo. La virtud principal de la energía magnética consiste en reactivar todas las células de los órganos vivos, pero magnetizar no quiere decir hacer cualquier cosa. Como magnetizadores espíritas, nosotros recibimos instrucciones precisas para cada enfermedad y cada magnetizador espírita actúa en la misma forma para cada enseñanza dada. El magnetizador espírita, conducido en su marcha por  el espíritu, se enriquece con un conocimiento nuevo. Aprende simultáneamente que la fuerza magnética puede diferir según el individuo, que la fuerza magnética es, junto con la hipnosis, la radiestesia y la clarividencia médica una inmensa posibilidad para aliviar los cuerpos doloridos, y que vivimos en un mundo vibratorio. Un magnetizador espírita tiene la extraordinaria suerte de ser informado por el mundo de los espíritus. Todas las verdades han tenido desde su nacimiento partidarios y detractores pero jamás los detractores han logrado detener su marcha, apenas la han retrasado. El ser humano no se reduce a un aglomerado celular. La medicina debe poder salir de las definiciones llamadas eruditas que se detienen al nivel de la célula sin saber que la materia periespiritual es un mundo inmenso, fuente de energía y reestructuración. Deseemos que mañana se realice el encuentro entre esas dos medicinas, en beneficio de nuestra salud, pues tenemos el mismo objetivo: aliviar, curar. Como espíritas, lucharemos junto a todos los que desean suprimir las sutiles barreras del intelecto y que finalmente todas las leyes de la naturaleza sean reconocidas, leyes telúricas, telepáticas, fluídicas, magnéticas y espirituales.

- Patricia Saliba -

 LA REVISTA ESPIRITA N° 83 ENERO 2011 15

 Fuentes: Magnetismo animal, Binet, curso de magnetismo de du Potet

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MOMENTO DE LA GLORIOSA TRANSICIÓN


...Ahora estamos en un nuevo período.

Estos días señalan una fecha muy especial, la fecha del cambio del mundo de pruebas y expiaciones hacia el mundo de regeneración.

La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente dio lugar al amanecer de bendiciones

Retroceder ya no es posible.

Firmasteis, hijas e hijos del alma, un compromiso con Jesús, antes de sumergiros en la indumentaria carnal, el de servirlo con abnegación y devoción. 

Prometisteis que le seríais fieles aunque se os exigiera el sacrificio. 

Alargándose los horizontes de ese amanecer que viaja hacia la plenitud del día, exultemos juntos – los Espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras – además del júbilo que a todos nos domina, tengamos presentes las graves responsabilidades que nos embellecen la existencia en el cuerpo o fuera de él.  

Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio. Seremos invitados, no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio. El testimonio silencioso en los paisajes interiores del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman. El testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que aún se complacen en generar dificultades intentando, inútilmente, obstaculizar la marcha del progreso.  

Iniciada la gran transición, llegaremos a la culminación, y, en razón directa en que el planeta experimenta sus cambios físicos, geológicos, los cambios morales son inaplazables. Que seamos nosotros aquellos Espíritus-espí ritas que demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.

Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros griten, que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar siempre, trayendo a Jesús de regreso con toda la fuerza de aquellos días que quedan lejos y que están muy cerca…

¡Jesús, hijas e hijos queridos, espera por nosotros! 

Que sea nuestro escudo el amor, nuestras herramientas el amor y nuestra vida un himno de amor.

Son los ruegos que manifestamos los Espíritus-espí ritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.

Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre,

Becerra



¡Mucha paz, hijas e hijos del corazón!



 (Mensaje psicofónico recibido por el médium Divaldo Pereira Franco en la clausura de las conmemoraciones del centenario del nacimiento de Chico Xavier realizadas en el Centro de Convenciones Ulises Guimaraes, en Brasilia, DF, en la tarde del 18 de abril de 2010.)                          

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                 EL FANATISMO:
La actitud mental y espiritual del ser humano, determina la manera que "cree", que se manifiesta o que se radicaliza en creencia, opiniones y cuestiones de fe.
La actitud mental SANA, pues engendra ideas y posiciones constructivas y sanas. Mas...una mente estrecha, aferrada al "conocimiento adquirido" de acuerdo a sus estado de evolución, se manifiesta con ideas oscuras, fanáticas, cerradas, obtusas...y abusa de la buena fe y de las creencia de los demás que buscan el apoyo de una IDEA SANA.

Ejemplos (tristes) de oscurantismos y fanatismos abunda en la historia del hombre. Hoy como ayer, algunos de los auto llamados "iluminados" despliegan sin garantía de verdad, sus estrechas opiniones que solo son amparadas por la mente del que las cree. Analicemos TODO, venga por donde venga y venga de quien venga....muchos falos profetas han salido al mundo a predicar sus "verdades".
- Rey Formoso-
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Unificación Espírita

Hijos, antes de pretender la unificación de los servicios concernientes a la fe espirita, pretended la unificación de vuestros sentimientos en la vivencia de los postulados que abrazasteis.

No existe unión sin entendimiento.

Quien no sabe ceder en sus puntos de vista no sabe trabajar por el congraciamiento de los compañeros. Sin duda, la unión en torno a nuestros principios en la Doctrina Espirita, es de fundamental importancia en la preservación de la unidad del Movimiento, todavía, sin la ejemplificación de los que se lanzan a semejante cometido, ocupando cargos de importancia, todo esfuerzo en este sentido no pasara de tentativa frustrada de aproximación.

Por ahora, convenzámonos de que la perfecta integración de ideas es un sueño vago y distante entre los hombres, pero, para quien busca concordar en lo esencial, el accesorio no es factor de división. Si la teoría es válida, solamente la practica habla de su significado y su importancia.

La disensión entre los adeptos de la Causa, la fragiliza delante de sus opositores y la torna vulnerable a las críticas. Si los hermanos de ideal no silencian ofensas en el grupo espirita, toda la tarea queda comprometida y no alcanza la finalidad que se propone. De quien lidera nunca se espera solamente la palabra.

Hijos, el “amaos unos a los otros”, no nos condiciona el amor aquellos que conviven con nosotros, o sea, no implica en que amemos solo a aquellos que no nos crean incomodidades. Al contrario, el gran desafío del amor se nos resume en el amor que daremos a cuantos constantemente, nos prueban en la capacidad de comprender y perdonar. Unámonos en la fe, uniéndonos en nuestros propósitos de renovación intima a través de las buenas obras.

A pretexto de defender la Verdad, no fomentemos el fanatismo y el preconcepto. Unámonos en el ideal superior del bien incondicional a los semejantes y estaremos prestando a la unificación espirita a nuestro mejor y decisiva colaboración.

Bezerra de Menezes

Extraído del libro “A coragen de Fé”
Carlos A. Baccelli
Traducido por Jacob
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