INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Aclarando ideas: ¿ Qué es el Espiritismo ?
2.- Partida y llegada
3.- Sociología del intermundo
4.- Protectores espirituales ( II ): El Dáimon de Sócrates
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ACLARANDO IDEAS:
¿ Qué es el Espiritismo ?
El espiritismo también es ciencia. El abordaje de la temática espírita en las universidades sigue vigente y tenemos la necesidad anunciante de contarlo.
La Politécnica de Cataluña, la Autónoma de Barcelona y la Complutense de Madrid, o extranjeras, como la belga Amberes, la francesa Nanterre y la estadounidense Princeton cuentan son prestigiosas instituciones con profesores en sus claustros que estudian de alguna forma a los Espíritus.
Como observamos, a pesar de muchas voces críticas con el espiritismo éste sigue su camino y ha merecido la atención científica de ilustres investigadores universitarios actuales.
En 2006 el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicó coordinados por la profesora de la Historia de la psicología en la Annette Mülberger, Los límites de la ciencia una colección que subtitulaba Espiritismo, hipnotismo y el estudio de los fenómenos paranormales.
La Doctrina Espírita no ha salido de un pliegue temporal lleno de vacuidad, por el contario es algo programado por la espiritualidad superior con un propósito elevado.
El origen, la naturaleza y el destino de los Espíritus y las características de los vínculos que éstos establecen con el mundo físico requieren un estudio, pero no solo el estudio de las obras básicas sino la posta en práctica de los conocimientos adquiridos.
El espiritismo es filosofía pero también es ciencia. Su entendimiento engloba una expansión de los horizontes, sin embargo, el espírita que desea mejorar su conducta por medio del entendimiento de las leyes universales debe poner en prácica lo aprendido.
Además aboga por una fe racionada, pues la fe sin raciocinio no pasa de una creencia o de una superstición.
Antes de aceptar una cosa como verdad debemos analizarla bien.
Los principios básicos del espiritismo
La existencia de Dios, causa primera de todas las cosas, la Inteligencia Suprema.
La inmortalidad del espíritu
Los seres inteligentes del universo son los Espíritus que evolucionan incesantemente hasta alcanzar la perfección y la absoluta felicidad.
La reencarnación
Creados simples y sin ningún conocimiento, los Espíritus progresan gradualmente en intelecto y moralidad a través de experiencias de las cuales resultan múltiples aprendizajes.
Está sujeto al olvido temporal del pasado en cada reencarnación, para que ésta pueda ser una real oportunidad de recomenzar.
La comunicabilidad de los Espíritus
Los Espíritus son las almas de los hombres desencarnados que, como tal, mantienen sus características individuales, cualidades y defectos.
La pluralidad de los mundos habitados
Los diferentes mundos del espacio infinito constituyen las innumerables moradas de los Espíritus que en ellos encarnan. Las condiciones físicas de esos mundos difieren de acuerdo al grado evolutivo de sus habitantes.
En el Libro de los Espíritus, hay un pasaje llamado Prolegómenos que dice:
“Pondrás en la cabecera del libro la cepa que te diseñamos, porque es el emblema del trabajo del Creador. Ahí se encuentran reunidos todos los principios materiales que mejor pueden representar el cuerpo y el espíritu. El cuerpo es la cepa; el espíritu es el licor; el alma o espíritu ligada a la materia es el grano. El hombre quintaesencia el espíritu por el trabajo y tu sabes que sólo mediante el trabajo del cuerpo el espíritu adquire conocimientos.»
Por lo tanto, es el emblema en forma simbólica del
La negligencia y el descuido del espírita en su propia conducta, después de haber estudiado la Doctrina Espirita es la mayor pena porque habiendo tenido acceso al conocimiento noble, no lo practicó.
Día llegará en el que la ciencia y el espiritismo se complementarán, ambas andarán juntas en el camino del progreso humano.
El conocimiento elevado es la estrategia ganadora que favorezce la evolución y el espiritismo es la luz del buen saber.
Cláudia Bernardes de Carvalho ( Sociedad española de divulgadores espíritas)
Partida y llegada
Espíritu de Víctor Hugo
Cuando observamos, en la playa, apartarse un velero de la costa, navegando mar adentro, impelido por la brisa matinal, estamos ante un espectáculo de rara belleza.
El barco, impulsado por la fuerza de los vientos, va ganando el mar azul y nos parece cada vez menor.
No se demora mucho y solo podemos contemplar un pequeño punto blanco en la línea remota e indecisa, donde el mar y el cielo se encuentran.
Quien observa el velero desaparecer en la línea del horizonte, ciertamente exclamara: Ya se fue.
¿Habrá desaparecido? ¿Evaporado?
No, ciertamente. Apenas lo perdimos de vista.
El ser amado continuó siendo el mismo. Su capacidad mental no se perdió. Sus conquistas siguen intactas, de la misma forma que cuando estaba a nuestro lado.
Conserva el mismo afecto que sentía por nosotros. Nada se pierde, a no ser el cuerpo físico el cual no necesita cuando está al otro lado.
Y es así que, en el mismo instante en que decimos: Ya se fue, al más allá, otro dirá feliz: Ya está llegando.
Llegó al destino llevando consigo las adquisiciones hechas durante el viaje terrenal.
La vida jamás se interrumpe ni ofrece cambio espectacular, pues la naturaleza no da saltos.
Cada uno lleva su carga de vicios y virtudes, de afectos y desafectos, hasta que resuelven deshacerse de lo que juzgan innecesario.
La vida está hecha de partidas y llegadas. De idas y venidas.
Siendo así, lo que para unos parece ser una partida, para otros es una llegada.
Un día partimos del mundo espiritual en dirección al mundo físico; otro partimos de aquí para el mundo espiritual, en un constante ir y venir, como viajeros de la Inmortalidad que somos todos nosotros.
Victor Hugo, poeta renacentista francés, que vivió en el siglo XIX, habló de la vida y de la muerte diciendo:
" Cada vez que morimos ganamos más vida. las almas pasan de una esfera para otra sin perder la personalidad, tornándose cada vez más brillante. Se bien que voy a entregar a la sepultura aquello que no soy. "
" Cuando yo descienda para la sepultura, podré decir, como tantos: Mi día de trabajo terminó. Más no podré decir mi vida acabó.
" El túmulo no es un callejón sin salida, es un pasaje. Se cierra el crepúsculo y la aurora viene a abrirlo nuevamente".
( Victor Hugo )
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