INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Las duras consecuencias de nuestros errores
2.- Objetivo de la Mediumnidad
3.- Factores comunes y diferenciadores de las religiones
4.- Inconvenientes y peligros de la Mediumnidad
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LAS DURAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS ERRORES
Pero Dios quiere el progreso de todas sus criaturas; por esto no deja impune ningún desvío del camino recto; no hay una sola falta, por pequeña que sea, una sola infracción a su ley, que no tenga consecuencias forzosas e inevitables, más o menos tristes; de donde se sigue que, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, el hombre es siempre castigado por lo que pecó. Los sufrimientos, que son su consecuencia, son para él una advertencia de que erró; le dan experiencia y le hacen sentir la diferencia entre el bien y el mal, y la necesidad de mejorarse para evitar, en el futuro, lo que fue para él una fuente de disgustos; sin eso, no tendría ningún motivo para enmendarse, y, confiando en la impunidad, retardaría su adelanto y por consiguiente, su felicidad futura.
Pero la experiencia viene algunas veces un poco tarde, cuando la vida fue disipada y turbada, las fuerzas desgastadas y cuando el mal ya no tiene remedio. Entonces el hombre se pone a decir: Si al principio de la vida hubiese sabido lo que sé ahora, ¡cuántas faltas habría evitado! ¡Si tuviera que recomenzar, me conduciría de muy distinto modo, pero ya no hay tiempo! Como el obrero perezoso dice: He perdido mi jornada, él también dice: Yo perdí mi vida; pero de la misma forma que para el obrero el sol sale al día siguiente y empieza una nueva jornada, permitiéndole reparar el tiempo perdido, para él también, después de la noche de la tumba, brillará el sol de una nueva vida, en la cual podrá aprovechar la experiencia del pasado y sus buenas resoluciones para el futuro.
ALLAN KARDEC
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OBJETIVO DE LA MEDIUMNIDAD
"La mediumnidad es aquella luz que sería derramada sobre toda carne, siendo prometida por el Divino Maestro para los tiempos del consolador, ahora en curso en la Tierra.
La misión mediumnica, tiene sus percances y luchas dolorosas, es una de las más bellas oportunidades de progreso y de redención concedidas por Dios a sus hijos.
Siendo luz que brilla en la carne, la mediumnidad es un atributo del Espíritu, patrimonio del alma inmortal, elemento renovador de la posición moral de la criatura terrena, enriqueciendo todos sus valores en el capítulo de la virtud y de la inteligencia, siempre que se vea ligada a los principios evangélicos en su camino por la faz del mundo!"
EMMANUEL. ( DEL LIBRO PSICOGRAFIADO EL CONSOLADOR)
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Factores comunes y diferenciadores de las religiones
Son muchos los puntos en común de sus doctrinas, que son fundamentales en todas y cada una de las grandes religiones existentes en el mundo y esos puntos comunes en todas ellas debieran de unirlas en vez de separarlas.
En primer lugar y sobre todo, el concepto de la existencia de un Ser Supremo o Dios, le llamen como le llamen, en cada una de ellas..
En segundo, la creencia en la continuidad de la vida tras la muerte, porque la vida es eterna y el Alma continúa existiendo en otra forma o dimensión después de la muerte del cuerpo.
Y en tercero, la bondad y la integridad humanas como factores necesarios para poder acercarnos a Dios, y en definitiva y sobre todo, el Amor fraternal y la Caridad que son la esencia y el fundamento de todos los conceptos religiosos que enseñaron todos los diversos Enviados y Profetas de todas las religiones y en todas las épocas de la Humanidad.
Según las religiones que no admiten la reencarnación, Dios premia o castiga definitivamente a las almas según hayan vivido durante una única existencia en este mundo. Esto da lugar a que sus fieles traten de lograr en la vida, a toda costa, ese cielo eterno e indefinido que prometen las religiones, y al mismo tiempo traten de evitar merecer el castigo horrible y eterno de un infierno eterno de sufrimientos extremados, al final de su vida en este mundo, utilizando para lograrlo el chantaje a Dios que así se dejaría comprar o convencer a cambio de unos rituales, ceremonias, rezos rutinarios, dedicatorias, liturgias, etc.
Al mismo tiempo, estas religiones dejan a sus fieles sin explicación alguna, cuando les dicen que la suerte o la desgracia son cosas de un destino inescrutable, o que son designios insondables de Dios, al que presentan como un Ser Todopoderoso e indefinido, concreto y delimitado, pero como muy lejano (le llaman Altísimo), y lo presentan como un Ser Supremo injusto y caprichoso provocando, más bien. temor en vez de amor, lo que ha llevado a intuir que un ser así no puede existir y que es una invención humana con los defectos de un ser humano, de lo cual deducen que lo que cuentan las religiones, en el fondo es una gran mentira; o sea que una de dos: o bien promueven la fe fanática, ciega e irracional, o si no la descreencia en Dios y en el más allá, quedando así .los seres humanos a merced de un materialismo con el que intentan llenar sus vidas, sin freno alguno para toda clase de vicios, siendo víctimas de toda clase de degradación moral.
A diferencia de las religiones mencionadas, las que sostienen la reencarnación, consideran tanto las realizaciones humanas positivas, como los errores cometidos en una existencia humana, como los responsables de la dicha o la desdicha en la vida actual o en otras futuras.
Con la reencarnación Dios no premia ni castiga a nadie; solo mantiene una Justicia perfecta, dejando al Ser la total libertad para decidir su destino futuro en la balanza de la Justicia inmanente que existe mediante la Ley de Causa y Efecto, que da a cada acción cometida voluntariamente, el contrapunto de su efecto, bueno o malo que obligadamente se genera antes o después, como consecuencia de esas acciones.
Para las religiones reencarnacionistas, cada vida humana es tan solo un eslabón que forma la larga cadena de la evolución del Espíritu humano.
Las religiones no reencarnacionistas, no explican como Dios puede ser al mismo tiempo justo y bueno, cuando se aprecian tantas desigualdades humanas contempladas bajo el prisma de una única existencia en este mundo; sin embargo con la reencarnación se aprecia un contexto de muchas vidas relacionadas entre sí por la ley de Causa y Efecto, equilibradora de las situaciones y de las vidas humanas sucesivas.
También por la idea reencarnacionista, llegamos a intuir algo del infinito y perfecto Amor que Dios profesa a todas sus criaturas, dándonos tantas oportunidades como precisemos para que podamos conquistar por nuestro mérito y esfuerzo, nuestra propia y definitiva felicidad.
En resumen, la diferencia entre ambos grupos de religiones, los que contemplan y los que no contemplan la idea de la reencarnación, reside sobre todo en que las no reencarnacionistas no ofrecen una explicación coherente, racional y lógica del concepto de Dios y su justicia, mientras que con la reencarnación la idea de un Dios bueno y justo a la vez, queda aclarado.
- Jose Luis Martín-
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