domingo, 14 de septiembre de 2025

El lenguaje de los Espíritus

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Superdotados: ¿"Milagro" biogenético o reencarnación ?

2.- El libre albedrío

3.- Lo que realmente importa

4.- El lenguaje de los Espíritus

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SUPERDOTADOS: ¿“MILAGRO” BIOGENÉTICO O                                        REENCARNACIÓN?


La Teoría de las Múltiples Inteligencias, de Howard Gardner, propone que la mente humana es multifacética, existiendo varias capacidades distintas que pueden  recibir la denominación de “inteligencia”. El superdotado consigue percibir  más del medioambiente que la mayoría de las personas. Siendo así, ese tipo de personas tiende a ser vistos con exagerado, excesivamente, sensible. 

¿Más, quien es el superdotado? ¿Qué hace en la Tierra? ¿Cuál es su porvenir? Preguntas esas,  que solamente pueden ser respondidas,  teniendo la pluralidad  de las existencias como verdad absoluta y mecanismo natural de evolución del Espíritu. Sin la palingenesia no hay como concebirse el progreso humano, sino, veamos: “El joven Maiko Silva Pinheiroleia, sin dificultad alguna, a los 4 años; aprendió a hacer cuentas, a los 5 y, a los 9, era reprendido por la profesora, porque hacia las divisiones, usando una lógica propia, diferente del método enseñado en la escuela. Hoy, estudia economía en el Instituto Brasileño de Mercado de Capitales, siendo  bolsista integral. A los 17 años, los directores del Banco Brescan  dicen haberse sorprendido con su capacidad lógico-matemática”. (1)
El mexicano Maximiliano Arellano comenzó a desarrollar una extraordinaria memoria, a los 2 años de edad; a los 6 años, Maximiliano dio en un aula de fisiopatología y osteoporosis con el discurso de un residente, según afirmativa del  Director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México, Roberto Camacho”. 
(2) Según la Revista Veja, “Las señales de la inteligencia, fuera de lo común,  del joven americano, Gregory Robert Smith, comenzaron muy temprano. Con 14 meses, resolvía problemas simples de matemáticas; con 1 año y 2 meses,  resolvía problemas de algebra; a los 2 años, memorizaba y recitaba libros, además de corregir a los adultos que cometían errores gramaticales; tres años después, en el jardín de infancia, leía a Julio Verne e intentaba enseñar los principios  de botánica a los coleguillas; a los 10 ingresó en la Facultad de Matemáticas; a los 13, debió comenzar la pos-graduación”, pues ya había terminado  la facultad”, (3) “Smith creó una fundación internacional y fue indicado para el Nobel de la Paz.” (4)
Los casos de niños precoces siempre despiertan la atención. La Academia de Ciencias no posee una explicación vigorosa sobre el tema; atribuye  a una “milagrosa” predisposición biogenética (¿?...) potenciada por estímulos de orden externo.  Otra enorme dificultad, encontrada por los doctos de la Academia, es la no concordancia en la definición del término “superdotación”. “Algunos investigadores distinguen superdotado, de talentoso, siendo el primero, considerado  como aquel individuo  de alta capacidad intelectual, o académica,  y el segundo, como poseyendo habilidades superiores en las aéreas de las artes, música, teatro”. (5)
El cerebro matematico francés, Henri Poicaré,  que desencarnó en 1912, acreditaba que los genios matemáticos traen un talento congénito, o sea: “ya vienen hechos”,  lo que, de manera sutil, consagra a  la multiplicidad de las vidas. 
El joven sirio, Carlos Mattheus, de apenas 19 años, pobre estudiante de la escuela pública, que consiguió un hecho inédito en uno de los mejores centros de formación de América Latina, el Instituto Nacional de Matemática Pura  y Aplicada, donde obtuvo los títulos de maestro y doctor en matemática, ya planea ir a París, a través de una bolsa de estudio, para una finalidad, aun más expresiva: realizar cursos de post- doctorado.
Gabriel Dellane, en su libro “Reencarnación”, en el capítulo VII, trata de las “experiencias de renovación de la memoria”, citando a Allan Kardec; habla del periespiritu que “sobrevive  a la muerte” y archiva  todas las experiencias vividas en otras existencias. (6) Un espíritu que se  dedicó, particularmente, por siglos, al estudio de las matemáticas, produce,  como friso Poincaré, ese “talento congénito”, el impulso natural para la práctica de actividades que más gusta.
Encontramos esas mismas tendencias excepcionales en músicos, como Wolfgang Amadeus Mozart, que, a los 2 años de edad, ya ejecutaba, con facilidad, diversas piezas para  piano; dominaba tres idiomas (alemán, francés y latín)   a los 3 años; sacaba sonidos maravillosos del violín, a los 4 años; se presentó al público, por primera vez, y  componía minuetos, a los 5 años;  escribió su primera ópera , La simplice de finta, en 1768, a los 12 años. 
Paganini daba conciertos, a los 9 años, en Génova, Italia. 
En la literatura universal, es impar el fenómeno Víctor Hugo que, precozmente, con 13 años, conquistó un  codiciado premio en la ciudad de Tolosa. Considerado el genio mayor de Francia, escribió su primer libro, con 15 años de edad.
Goethe sabía escribir en diversas lenguas, antes de los diez años.  
Pascal, a los 12 años, sin libros y sin maestros, demostró treinta  y dos proposiciones de geometría,  deI libro de Euclides; las cónicas” y, más adelante, escribió obras de Física y de Matemáticas. 
Miguel Ángelo Buonarotti, con la edad  de 8 años, fue dispensado de las aulas de escultura por su profesor,  que nada más tenia ya nada que enseñarle. 
Allan Kardec, examinando la cuestión de la genialidad, pregunto a los Benefactores: - ¿Cómo entender ese fenómeno? Ellos, entonces,  respondieron que eran “recuerdos del pasado; progreso anterior del alma (…)”. (7)
Como hemos observado, la prensa ha notificado hechos de esa naturaleza con una constancia impresionante; esos, hechos, que desafían a la Ciencia, por no encontrar una explicación  consistente sobre el tema. Ninguna teoría humana fue capaz de, hasta hoy, esclarecer tales hechos. Casos de criaturas precoces siempre despertaron la atención de los científicos, que atribuyen ese fenómeno natural a “milagros biogenéticos” (¡asómbrense!).
El debate sobre lo que es, realmente, la inteligencia, nunca fue tan promisor, como lo es actualmente. Muchas teorías, han ampliado el concepto de inteligencia, Huyendo de la técnica anticuada de la medición de  la inteligencia por el "Cociente de inteligencia” (Q.I.), mediante aplicación del test de Binet. El gran embarazo para los materialistas  es desconsiderar el hecho de la inteligencia ser un atributo del Espíritu, que es resultante de la suma de conocimientos  y vivencias de existencias anteriores de cada individuo. En ese sentido, admitiéndose la reencarnación, las ideas innatas son, solamente, recuerdos espontáneos del patrimonio cultural del ser, en diferentes esferas de expresión; algunas en estado más latentes, en determinadas criaturas-prodigio. De ese modo, quedaría más fácil comprender toda esa complejidad de la mente humana.
Solo la pluralidad de las existencias puede explicar la diversidad de los caracteres, la variedad de las aptitudes,  la desproporción  de las cualidades morales, en fin, todas las desigualdades  que nuestra vista alcanza. Fuera de esa ley, se indagaría, inútilmente, por qué ciertos hombres poseen talento, sentimientos nobles, aspiraciones elevadas, mientras muchos otros solo manifiestan pasiones e instintos groseros. La influencia del medio, la hereditariedad y las diferencias de educación no son suficientes, obviamente, para explicar esos fenómenos. Vemos miembros de una misma familia, semejantes por la sangre, por el historial genético, educados en los mismos principios morales,  diferenciarse, profundamente, como personas. 
El Doctor Richard Wolman, de Warvard, incorporó  el concepto de Inteligencia Espiritual a las demás teorías en boga. Ese concepto seria la capacidad humana de hacer preguntas fundamentales sobre el significado de la vida y de experimentar, simultáneamente, la conexión perfecta entre cada uno de nosotros y el mundo en que vivimos. No es exactamente lo que define la Doctrina Espirita, pero ya es un avance en el entendimiento integral del individuo.
Investigadores, como Ian Stevenson, Brian L. Weiss, H. N. Banerjee, Erlendur Haraldsson, Hellen Wanbach, Edite Fiore, y otros, aportaron notables resultados sobre la tesis reencarnacionista.
Las investigaciones sobre la Reencarnación no cesan en las tesis de esas personalidades anotadas. Estudios sobre ese tema  crecen, constantemente. La Física, la Genética, la Medicina,  y varias escuelas de la Psicología, vienen siendo convocadas  para ofrecer la contribución del tributo  de sus investigaciones. Estamos convencidos de que, en los próximos veinte o treinta años, asistiremos a la Academia de la Ciencia, declarando esta importante constatación como, hace dos mil años, Jesús enseñó a Nicodemo: “Es necesario nacer de nuevo”. Y Allan Kardec la confirmo en el “Libro de los Espíritus”, declarando que solamente con la Reencarnación entendemos, mejor, la Justicia de Dios y la Evolución de la humanidad.
Jorge Hessen

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                     EL LIBRE ALBEDRIO

Eliseo Rigonatti


El libre albedrío es la libertad que cada uno de nosotros tiene, de hacer o no una cosa.
El libre albedrío nos torna plenamente responsables de todos nuestros actos.
Dios nos concedió el libre albedrío, para que construyésemos nuestro destino.
Depende únicamente de nosotros seguir el camino del bien que nos haga felices, o del mal que nos conduzca al sufrimiento.
Sólo nos pertenece el mérito de nuestras buenas acciones y la culpa de nuestros males.
A cada acto practicado le sigue una consecuencia. Un acto bueno trae buenas consecuencias. Un acto malo trae malas consecuencias.
Podemos practicar el mal, pero luego debemos sufrir las consecuencias.
Ya sabemos cuales son las consecuencias del mal: una encarnación dolorosa.
Todo el que sufre, no ha usado su libre albedrío en la práctica del bien.
Nosotros tenemos inteligencia suficiente para distinguir lo que es bueno de lo que es malo y saber aceptar lo que es útil y rechazar lo inútil.
Nuestra conciencia guía nuestra inteligencia y nos indica lo que debemos y lo que no debemos hacer.
Escuchando la conciencia, usaremos con acierto el libre albedrío.
Para poder oír la conciencia, es necesario pensar antes de hacer o decir alguna cosa.
Antes de tomar una decisión debemos estudiarla con cuidado y prever cuáles serán las consecuencias. Solamente después de tener la certeza de lo que vamos a hacer o decir es bueno, podremos ejecutar lo que pretendemos.
Otra cosa que debemos evitar es actuar sin reflexionar.
En cualquier circunstancia es preciso conservar la calma.
Pensar primero, actuar después.


Tomado del libro “Doctrina Espírita para la Niñez”
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta.

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                     Lo que realmente importa
                                

Los hombres gastan mucho tiempo cuidando de sus intereses materiales.

El empresario que empieza un emprendimiento busca actuar con cautela.

Ningún cuidado se le parece demasiado para garantizar el suceso del destajo.

Lo mismo se da cuando una familia resuelve adquirir casa propia.

Tiempo considerable es despendido en la búsqueda del inmueble ideal.

Cuentas hechas una y otra vez para certificarse de que el dispendio es posible.

Los miembros de la familia se someten a sacrificios para conquistar a ese sueño.

La búsqueda de una situación profesional confortable no se da de manera diversa.

El éxito en la profesión presupone larga preparación intelectual.

Pero eso no ocurre sin que el interesado trabaje ardua y seriamente.

Todo proyecto de bulto exige planeamiento, comprometimiento y mucho trabajo.

Es bueno que el ser humano posea metas y luche para realizarlas.

Nadie debe de ser pasivo delante de la vida.

La sociedad lucra con la presencia de hombres entusiasmados, laboriosos y disciplinados.

Pero es preciso reconocer la transitoriedad de todo lo que es material.

Por más grande que sea la riqueza acumulada por alguien, no se lo acompañará a la tumba.

La más bella casa se deteriora con el tiempo.

La empresa innovadora y próspera de ayer talvez no exista más mañana.

Todos esos proyectos son nobles y útiles.

Pero significarán poco o nada dentro de algunas décadas.

Frente a esa realidad, causa extrañeza la minúscula dedicación de los hombres a su perfeccionamiento moral.

El progreso intelectual transcurre naturalmente de los quehaceres de la vida humana.

El esfuerzo para aprender las artes de un oficio desenvuelve la inteligencia.

El desempeño de una profesión en ambiente de libre competencia estimula la creatividad.

Pero la Humanidad actualmente se resiente no por falta de inteligencia, sino de ética.

No escasean rapidez mental e ideas sofisticadas para la mayoría de los hombres.

Lo que les falta es un carácter bien formado y leal.

Intelectualidad desarrollada, pero apartada de ética, genera explotación, violencia y guerras.

Los Espíritus son ángeles en potencial.

Todos están destinados a existencias sublimes, después de evolucionaren y se libraren de sus vicios.

La Tierra es un mundo que viabiliza ese proceso de liberación.

El contacto recíproco de seres todavía viciosos hace con que perciban lo lamentables que son las fisuras morales y el mal que causan.

Entonces, es preciso prestar atención en lo que realmente importa.

Es bueno que estudies y trabajes.

Tienes responsabilidades familiares, profesionales y sociales y no puedes descuidar de ellas.

Pero la finalidad de tu existencia no es comprar cosas o tornarte importante.

Moralizarte, he ahí tu meta.

Dedícate a ella como haces con todo lo que consideras importante.

Analiza tu carácter e identifica lo que en él reclama corrección.

Una vez identificados tus vicios, físicos y morales, traza una estrategia para combatirlos.

Persiste con firmeza y disciplina hasta atingir la meta.

La batalla por moralizarte talvez sea la más difícil que ya trabaste.

Pero los beneficios que de ella resultan son eternos.

Virtudes como honestidad, compasión, tolerancia y pureza jamás se pierden.

Piensa en eso.

Redacción del Momento Espírita

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ANALIZANDO EL LENGUAJE DE LOS ESPÍRITUS

258. Mientras que los Espíritus se niegan a contestar a preguntas pueriles y  descabelladas, que se hubiera tenido reparo en hacérselas cuando vivían, ellos mismos dan a menudo, y espontáneamente, pruebas irrecusables de su identidad, por su carácter, que se revela en su lenguaje, por el empleo de las palabras que le eran
familiares, por la cita de diferentes hechos, particularidades de su vida, algunas veces
desconocidas de los asistentes, y cuya exactitud ha podido probarse.^ Además las
pruebas de identidad resaltan de una multitud de circunstancias imprevistas, que no
siempre se presentan al primer golpe de vista, sino continuando la conversación.
Conviene, pues, esperarlas sin provocarías, observando con cuidado todas aquellas que pueden desprenderse de la naturaleza de las comunicaciones.

259. El medio que se emplea algunas veces con buen resultado para asegurar la
identidad, cuando el Espíritu que se comunica es sospechoso, consiste en hacerle
afirmar, "en nombre de Dios Todopoderoso", que es el mismo que se nombra. Sucede a menudo que el que toma un nombre supuesto retrocede ante un sacrilegio, y después de haber empezado a escribir: "Yo afirmo, en nombre de...", se para y traza con cólera líneas insignificantes, o rompe el lápiz; si es más hipócrita, evade la cuestión por una restricción mental, escribiendo por ejemplo: "Os certifico que digo la verdad"; o bien: "Atestiguo en nombre de Dios, que soy yo el que os hablo", etc. Pero los hay que no son tan escrupulosos y juran todo lo que se quiere. Uno de ellos se comunicó a un médium diciendo que era "Dios" y el médium, muy honrado por tan alto favor, no vaciló en creerle. Evocado por nosotros no se atrevió a sostener tal impostura, y dijo: Yo no soy Dios, pero soy, su hijo. - Entonces, ¿sois Jesús? Esto no es probable porque Jesús está colocado muy alto para emplear un subterfugio. ¿Os atrevéis, pues, a afírmar, en nombre de Dios que sois Cristo? - Yo no digo que sea Jesús; yo digo que soy el hijo de Dios, porque soy una de sus criaturas. Debe deducirse de esto que si rehúsa un Espíritu el afirmar su identidad en nombre de Dios, es siempre una prueba manifiesta de que el nombre que ha tomado es una impostura, pero que la afirmación sólo es una presunción y no una prueba cierta.

260. Puede también colocarse entre las pruebas de identidad la semejanza de escritura y de la firma, pero como por otra parte no es dado a todos los médiums el obtener
este resultado, esto no es siempre una garantía suficiente; en el mundo de los
Espíritus hay tantas falsedades como en éste; no es, pues, sino una presunción de
identidad, que no adquiere valor sino por las circunstancias que la acompañan. Lo mismo sucede con todas las señales materiales que algunos dan como talismanes inimitables por los Espíritus mentirosos. Para los que se atreven a jurar a Dios en falso o falsificar una firma, un signo material cualquiera que sea, no puede ofrecerles mayor obstáculo. La mejor de todas las pruebas de identidad está en el lenguaje y en las circunstancias casuales..

LIBRO DE LOS MÉDIUMS- ALLAN KARDEC.

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