martes, 1 de julio de 2025

Espacio universal

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-Motivos de resignación

2.- El falso dogma de la resurección 

3.-Médiums sanadores

4.- Espacio universal

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           Motivos de resignación


       12. Con estas palabras: "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados", Jesús indica al mismo tiempo la compensación que espera a los que sufren, y la resignación que hace bendecir el sufrimiento como preludio de la curación.

Estas palabras también pueden traducirse de este modo: Vosotros debéis consideraros felices sufriendo, porque vuestros dolores son deudas de vuestras faltas pasadas, y esos dolores sufridos con paciencia en la tierra os ahorran siglos de sufrimientos en la vida futura. Debéis, pues, teneros por felices, viendo que Dios reduce vuestra deuda, permitiéndoos que la paguéis ahora, lo que os asegurará la tranquilidad para el porvenir.

El hombre que sufre se parece a un deudor que debe una fuerte cantidad y a quien su acreedor dice: "Si hoy mismo me pagáis la centésima parte, os perdono el resto; quedaréis libre; si no la hacéis, os perseguiré hasta que hayáis pagado el último céntimo". ¿No sería feliz el deudor, aun cuando sufriese toda clase de privaciones para librarse, pagando solamente la centésima parte de lo que debe? En vez de quejarse de su acreedor, ¿no le daría las gracias?

Tal es el sentido de estas palabras: "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados"; son felices porque pagan la deuda, y después de pagar, quedaron libres. Pero si pagando por un lado, se contraen nuevas deudas por el otro, nunca se llegará al saldo. Cada nueva falta aumenta la deuda, porque no hay una sola, cualquiera que sea, que no lleve consigo su castigo forzoso, inevitable; si no es hoy, será mañana, y si no en esta vida, será en otra. Entre estas faltas debería ponerse en primer lugar el defecto de sumisión a la voluntad de Dios; pues si en las aflicciones se murmura si no se aceptan con resignación y como cosa que ha debido merecerse, si se acusa a Dios de injusto, se contrae una deuda nueva que hace perder el beneficio que podría esperarse del sufrimiento; por esto será preciso empezar de nuevo, absolutamente como si a un acreedor que os atormenta, le dais cantidades a cuenta, y cada vez le pedís prestado de nuevo.

A su entrada en el mundo de los espíritus, el hombre es semejante también al obrero que se presenta el día de la paga. A los unos les dice el amo: "Aquí tenéis el precio de vuestros jornales"; a los otros, a los felices de la tierra, a los que hayan vivido en la ociosidad, a los que hayan cifrado su felicidad en la satisfacción del amor propio y los goces mundanos, dirá:
"Nada hay para vosotros, porque habéis recibido vuestro salario en la tierra. Idos y empezad de nuevo vuestra tarea".

13. El hombre puede aliviar o aumentar las amarguras de sus pruebas según el modo como   considere la vida terrestre. Sufre tanto más cuanto más larga ve la duración del sufrimiento; así, pues, el que se coloca en el punto de vista de la vida espiritual, abraza de una sola ojeada la vida corporal; la ve como un punto en el infinito, comprende su corta duración, y dice que ese momento penoso pasa muy pronto; la certeza de un porvenir próximo más feliz le sostiene y le anima, y en lugar de quejarse, da gracias al cielo por los dolores que le hacen adelantar. Para el que sólo ve la vida corporal, por el contrario, ésta le parece interminable, y el dolor pesa sobre él con toda su fuerza. Es resultado de ese modo de considerar la vida el disminuir la importancia de las cosas de este mundo, conducir al hombre a moderar sus deseos y a contentarse con su posición sin envidiar la de los otros; atenuando la impresión moral de los reveses y de los desengaños que experimenta, adquiere una calma y una resignación tan útiles a la salud del cuerpo como a la del alma; mientras que con la envidia, los celos y la ambición, él mismo se pone voluntariamente en el tormento y aumenta de este modo las miserias y las angustias de su corta existencia.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC

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    EL FALSO DOGMA DE LA RESURECCIÓN 


¿Este dogma de las religiones cristianas, es  una superstición?

En el fondo si lo ha sido cuando se ha creído y aceptado de buena fe, pero más que de una superstición, se trata de una creencia religiosa ancestral sostenida en ciertos pueblos y religiones, pero  carente de  fundamentos lógicos o naturales.
El dogma de la resurección de los muertos en el “último día” al final de los tiempos o en “ el fin del mundo”  antes de afrontar el llamado “Juicio Final”, revistiendo el mismo cuerpo carnal que ahora tenemos, que habría salido de la tumba aun después de muchos siglos desde su fallecimiento y convertido en un puñado de polvo, fue una idea sostenida ancestralmente por algunas religiones como el Judaísmo, desde donde pasó  más tarde al Cristianismo que para poder administrar cielos e infiernos, lo adoptó en sustitución de la Reencarnación, interpretando la resurección de Jesús como la de un cadáver que revive y regresó a  este mundo con el  mismo cuerpo que tuvo antes de fallecer en la cruz.

Sin duda, los que inventaron tal dogma ignoraban la existencia del Periespíritu o Cuerpo  Espiritual que se separa del cuerpo físico con la muerte y continua acompañando al Espíritu como una sola unidad con él.

 Esta adopción de la resurección por parte del Cristianismo, fue debida a que la idea de la reencarnación, contradecía otros dogmas que se fueron  creando alrededor de las enseñanzas y epístolas evangélicas y que fueron interpretadas y adaptadas para  mantener  un elevado estatus  social sobre el pueblo llano, mientras que el poder temporal de la Iglesia de este modo  controlaba y dominaba al pueblo que la mantenía, sembrando en las conciencias de los feligreses  la idea de la salvación por la gracia de los sacramentos, ante la amenaza y el temor del  castigo del fuego eterno.

La idea de la resurección es casi tan antigua  como la de la reencarnación; sin embargo aunque todavía es mencionada en las liturgias y dogmas de las religiones cristianas establecidas, lo cierto es que tal y como se ha entendido e interpretado, está totalmente fuera de lugar en cuanto a  no poder ser una creencia real y profunda porque no puede ser sostenida  racionalmente por sus mismos adeptos a no ser a golpe de fe ciega, irracional y fanática.

Este concepto, tal como lo interpretan las Iglesias Cristianas, supone una  gran superstición religiosa  y constituye un dogma de fe fuera de lugar para cualquier mentalidad medianamente racional, incapaz de aceptar lo absurdo.

La idea de la resurección  tal como la sostienen, se sintetiza en que  cuando llegue el “Fin del Mundo”, todas las personas que han vivido en la Tierra a lo largo de todas las épocas, resucitarán de nuevo a la vida en este mundo con el mismo cuerpo carnal que tuvieron cuando vivieron en su época, “rescatado del polvo”, tal como dice la liturgia Católica.

Según este dogma  absolutamente supersticioso y absurdo por irracional, se deduce  que los Seres humanos somos un cuerpo que tiene un alma y que aparecemos  tan  solo una vez en el escenario de esta vida. Se podría sintetizar así este dogma supersticioso: El ser humano es una unidad que posee un cuerpo  que contiene  Un Alma  con la que  vivimos tan solo Una vez en este  mundo, sin importar lo corta o larga que esta sea o las circunstancias sociales o de salud que la rodeen en esa única vida. Este mismo cuerpo un día resucitará con su alma  con  la que formando una unidad de nuevo, quedará destinado o ubicado en el más allá en una suerte definitiva, o sea que el polvo de la materia que tuvo, se volverá a reunir y a constituirse de nuevo en cuerpo carnal   ( ¡ Tremendísimo milagro ! ).
       Por el contrario , de la idea de la  reencarnación se deduce  que esencialmente somos Un Espíritu  o Alma individualizado, y que  tenemos, hemos tenido y tendremos tantos cuerpos e identidades humanas diferentes como existencias necesitemos para evolucionar  en  este mundo dentro de una ilimitada ascensión hacia nuestra Fuente de Origen, y que después de cada paso por la vida humana  el cuerpo físico se queda en el plano físico y para el espíritu que lo animó, mientras no supere el nivel evolutivo necesario para no tener que regresar ya más a este mundo,   no existe una suerte fija y definitiva en el plano espiritual en donde sigue existiendo o  más allá. 

    Conforme propugna la filosofía enseñada por los espíritus con respecto a este tema, se puede interpretar la resurrección del espíritu cuando este despierta en el más allá tras la turbación o sueño que le causó la muerte del cuerpo, o también como el concepto del espíritu que llega a tal grado de elevación que transpone la fase de las encarnaciones en mundos en los que la reencarnación se lleva a cabo siguiendo las leyes de la reproducción , no necesitando ya  tener que reencarnar en esos mundos físicos , por lo que una vez superado el aprendizaje y depuración en este mundo ,ya no tendremos que  volver a experimentar más la muerte del cuerpo físico  .

Si se admite la idea de la resurección de los cuerpos físicos, por lo absurdo del tema, solo se genera una  incredulidad general en todo lo espiritual o   trascendente, pero si  este concepto se interpreta  solamente como una figura simbólica de la resurrección del alma o de su despertar al más allá tras la muerte, puede repugnar menos a la razón.

También cabría preguntarse si la idea de la resurrección implica el que Dios también resucitará a los demás seres vivientes con sus cuerpos, porque está claro que estos también tienen sus almas  diferentes a la humana  según las  distintas especies, porque si no fuese así, ¿ Qué sería de esos seres inocentes, almas en desarrollo,  que llamamos animales?.

Por otra parte, ¿ cómo podría el dogma de la resurección explicar el nivel intelectual y moral del Ser humano actual, en general, diferente y mucho más desarrollado que el de nuestros ancestros de hace cientos o miles de años?; ¿se trata solo de evolución genética, o también lo es de evolución psíquica y espiritual  con una   mayor carga de sentido moral y de inteligencia? .Si es debida a la evolución psíquica de la materia, no queda más que aceptar que ese psiquismo ha tenido que evolucionar  con diferentes materias pues estas cada pocos años se destruyen con la muerte. Dicho de otro modo,  se puede considerar que la materia solo es materia que está al servicio del Espíritu y que evoluciona en sus formas conforme evoluciona ,el Ser, pero la materia siempre queda en un plano físico, mientras que  el Alma o Espíritu  que dirige y gobierna  la materia viva o inteligente,  vive  también  en otra  dimensión no física y  se tiene que revestir  temporalmente de materia para  aprender y engrandecerse,  siguiendo así su  caminar  y ascendencia evolutiva.

 -  José Luis Martín-

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“Aunque el espiritismo reconozca en muchas creencias populares un fondo de verdad, no avala en modo alguno todas las historias fantásticas que son fruto de la imaginación.”
                                   - Allan Kardec -

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                        Médiums Sanadores 

Entre las bendecidas facultades medianímicas puestas a servicio de la fraternidad humana y del bien, la de naturaleza curadora se recubre de recursos preciosos para, en nombre del Terapeuta Divino, ayudar a las criaturas carentes de salud y bajo varios tormentos. Habiendo una predisposición orgánica especial en determinados individuos, se irradian las beneficiosas energías de forma consciente o no, con o sin la manipulación de buenos espíritus. Generalmente programados para la acción de la caridad, estos médiums se reencarnan bajo la asistencia de abnegados mentores, que los conducen a la práctica de la terapia de amor, canalizándoles las fuerzas de modo que puedan alcanzar la finalidad para la que fueron elaboradas. 

Como el hombre nunca está solo, viviendo siempre acompañado por entidades que le corresponden a los climas mental y moral, en el caso de los médiums curadores, los espíritus interesados en el progreso y en la felicidad de los hombres les trabajan la personalidad y buscan orientarlos con cariño, con el fin de que su ministerio logre éxito. El resultado de la actividad dependerá de la forma como el médium se comporte, con elevación y ductilidad o con irresponsabilidad y pasión que pervierte. Como nada le cuesta, bajo ningún pretexto la mediumnidad curadora debe ser comercializada, sin que ocurra la incidencia en la ofensa de la simonía, que enreda al espíritu en un terrible berenjenal de aflicciones para su propio futuro. 

No se hace necesario fórmulas sacramentales, gestos cabalísticos, ceremonias, indumentarias especiales, ningún objeto de naturaleza material visando a alcanzar los resultados favorables en la acción curativa. Se irradia de una forma saludable la bioenergía del médium, siendo aún más beneficiosa cuando es comandada por espíritus nobles, que conocen las necesidades del paciente, atendiendo los núcleos orgánicos deficientes o revitalizando los centros vitales generadores de la armonía celular y psíquica. A la medida que el intermediario desarrolla la capacidad de amar y de servir, distribuyendo el magnetismo curativo, se siente más revitalizado, porque, “se da más a aquel que más da”, según las recomendaciones de Jesús. 

La conducta sana, que es consecuencia de una vida moral equilibrada, proporciona un poderoso intercambio de energías propiciadoras de salud. A su vez, el médium que ora se enriquece de valores espirituales y también desarrolla una aptitud innata, ampliando su campo vibratorio, aumentado la fuerza de la energía que canaliza para la salud, volviéndose una dínamo valioso para el bien en general. Basta una mirada, un toque, su presencia, para que los núcleos potencializados transmitan las fuerzas curativas, favoreciendo a las personas carentes y renovarlas. En Hechos de los Apóstoles, narran que las personas traían sus enfermos y los colocaban al borde de los caminos por donde pasarían Pedro y Juan, con el fin de que su sombra, caiga sobre ellos y los sanara… 

El mal uso envenena las facultades, que pasan a un campo perjudicial explotado por las entidades viciadas y perversas. La aplicación digna de los recursos, hace propicia la paz interior y desarrolla los sentimientos de amor, ampliando los horizontes de fraternidad humana. Esta mediumnidad curadora, de la cual tanto usó el Maestro para poder curar a las multitudes, de las que se compadecía, está al alcance de todos aquellos que entrenando la aplicación de pases, desarrollarán las posibilidades bioenergéticas para un saludable intercambio de fuerzas entre los hombres, favoreciendo a los que sufren con la esperanza, la salud y la paz.

Vianna de Carvalho 

Médium Divaldo Pereira Franco 
Extraído del libro "Médiums Y Mediumnidades



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ESPACIO UNIVERSAL

35 – ¿El espacio universal es infinito o limitado?
– Infinito. Supónle límites; ¿qué habría más allá? Esto te
confunde la razón, bien lo sé, y sin embargo, tu razón dice que no puede ser de otro modo. Es como el infinito en todas las cosas y no es en vuestra pequeña esfera donde podréis comprenderlo.

Si se supone un límite al espacio, por más lejano que pueda concebirlo el pensamiento, la razón dice que más allá de ese límite hay algo, y así, paso a paso, hasta el infinito, porque, aunque ese algo fuese el vacío absoluto, sería también el espacio.

36 – ¿Existe en alguna parte del espacio universal el vacío absoluto?
– No, nada hay vacío; lo que te parece vacío está ocupado por una materia que escapa a tus sentidos e instrumentos.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC

 

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