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EL PROCESO
REENCARNATORIO
La partida del ser
espiritual procedente de alguna de las muchas colonias que existen en el
plano espiritual, cuando regresa a reencarnar a la Tierra u otro mundo
físico, se asemeja a la partida al “otro mundo” que tras la
muerte los Seres humanos sufrimos aquí en la Tierra. Por así decirlo, es
el camino inverso.
El proceso de
llevarse a cabo la reencarnación, es tan variado como el de la desencarnación,
no habiendo dos casos exactamente iguales, pues depende de la
disposición mental y anímica del reencarnante el que hayan más o
menos facilidades u obstáculos para ser llevado a cabo este proceso. Por
ejemplo, en los casos de Seres Elevados que vienen voluntariamente a cumplir
una misión, estos apenas necesitan ayuda de los Espíritus especializados en realizar
este proceso; sin embargo cuando sr trata de Seres procedentes de Planos
espirituales inferiores, el proceso es mucho más largo y complejo, necesitando
de toda la ayuda mental y amorosa que les pueden dar y que
precisan para su implicación en el proceso
reencarnatorio como protagonistas en el mismo.
No obstante
se puede afirmar que en los casos más generalizados, el proceso
es más o menos así:
En
las primeras etapas del proceso, cuando el Ser espiritual ya conoce y siente su inmediata reencarnación, los compañeros y
amigos de su colonia espiritual, se despiden de él, deseándole lo mejor
en su nueva aventura evolutiva. Entre estos espíritus siempre suele haber
alguno que puede ser su hermano, su padre o su amigo de alguna vida anterior,
que se propone acompañarlo durante su nuevo periodo como encarnado, con
el fin de apoyarlo y ayudarlo en los momentos necesarios, orientándolo para el
éxito de su misión o proyecto espiritual, sin violar nunca su libre albedrío,
ni las Leyes Naturales que rigen el fenómeno de la reencarnación.
Siempre hay alguno de ellos, especialmente
dedicado a él, y cuyo acompañamiento continuo no es físico, sino mental, permaneciendo
vigente todo el tiempo que dure la existencia en el mundo material del
reencarnado, lo cual no supone una distancia física mas o menos cercana o
distante del tutelado, sino que por el contrario, supone una presencia
permanente cada vez que el ser que reencarna necesite o solicite algún
tipo de ayuda espiritual. Este Espíritu amigo, es precisamente su Espíritu Guía
o Ángel de la Guarda que señalan algunas religiones.
Algunos meses anteriores
a la fecundación del óvulo de la madre, progresivamente, el Ser se fue
sintiendo cada vez más, atraído hacia ella, permaneciendo cada vez más próximo
a la misma.
Previamente al
momento de la fecundación, el periespíritu del Ser reencarnante es magnetizado
mediante pases dados por los Espíritus encargados del apoyo a la reencarnación,
y como consecuencia de este proceso energético, sus formas
periespirituales se van transformando y reduciendo, al tiempo que su
turbación mental comienza y hace que se
vaya encontrando cada vez más somnoliento
y menos lúcido. Mientras tanto aún debe colaborar con
los Espíritus Constructores, que
conforman todo un equipo especializado que actúa bajo la dirección de un Espíritu Orientador y
esto se lleva a cabo sintonizando con ellos mentalmente, hasta su
ingreso en el seno materno, mientras se reduce y transforma paulatinamente su forma
periespiritual. Esta operación no es corta ni simple, pues supone un esfuerzo
de adaptación a la materia, hasta conseguir la reducción necesaria para llegar
a adoptar la forma y el tamaño de un bebé recién nacido. Este
proceso adaptativo con la materia, coincide con el paulatino desarrollo del
embrión en el seno materno.
Antes de la
fecundación, previo al comienzo de la división celular, en el Plano espiritual,
el futuro “bebé” es presentado y entregado a los Espíritus de
sus progenitores, especialmente a la madre durante su emancipación
del cuerpo físico que se da naturalmente durante el sueño
fisiológico. Ella lo recibe amorosamente en su forma de bebé y lo estrecha
y abraza en su corazón, y aunque después no se acuerde del sueño una
vez despierta, el sentimiento íntimo de la vivencia con su hijo, queda fijado
en ella, dándole así la natural inclinación a la función de la maternidad, o
sea, que cuando el niño nace, se encuentra normalmente con el gran amor de su
madre que lo acoge en sus brazos como ya lo había hecho anteriormente en el
plano espiritual.
El equipo de
Espíritus constructores comprometidos en este proceso, no inician el mismo sin
haber llevado a cabo antes el arquetipo de ese nuevo Ser material, muy
cuidadosamente con arreglo al mapa genético humano de ambos
progenitores y a los particulares factores kármicos del Ser, que son
previamente estudiados y analizados. Así el resultado final de los
detalles de esta formación del cuerpo carnal, está de antemano plasmado en el
Periespíritu del reencarnante, que actuará como molde biológico del
cuerpecito en formación con arreglo a los genes procedentes de los padres. Los
Espíritus Constructores previamente a la fecundación también han
analizado y seleccionado el ovulo adecuado, que es magnetizado al
entrar en contacto con el periespíritu del Ser reencarnante que irradia y
refleja sus propias características vibratorias en el mismo.
Por Ley de Sintonía ese
ovulo es energetizado por los fluidos de los Constructores y por los del propio
Espíritu reencarnante, de modo que así atraen un espermatozoide concreto
escogido entre millones, que aporta al Ser las características genéticas de
acuerdo con sus necesidades evolutivas y según
sus circunstancias deudoras con la ley de Consecuencias.
Estos fluidos con
los que el Ser reencarnante magnetiza previamente al ovulo, vienen determinados
según la clase de experiencias y vivencias acumuladas en vidas anteriores.
Por lo dicho, vemos
que no es el azar biológico quien escoge al
espermatozoide que se va a unir con el ovulo, sino la Ley de Consecuencias.
Entre unos dos millones de espermatozoides, aproximadamente, solo
el más adecuado sintoniza sus genes con los del ovulo para comenzar
la multiplicación celular que dará paso finalmente a un cuerpo físico con unas
determinadas características concretas según la necesidad evolutiva de cada Ser reencarnante .
A medida que avanza
el embarazo, se va intensificando cada vez más la unión fluídica que mantiene
el Ser con su materia, al tiempo que gradualmente va perdiendo los puntos de
contacto que sostenía con el plano espiritual.
Es de reseñar por
último, que mientras dura todo el proceso, el Ser reencarnante a
pesar de su turbación, aún puede sintonizar mentalmente con
los Instructores o Guías que le ayudan mientras él se va acoplando y
adaptando cada vez más a la materia. Otras veces se comunica directamente
con su madre, con la que puede llegar a hablar desde la forma infantil que percibe
durante el sueño fisiológico de la misma, bajo la figura similar que
más tarde presentará el niño o niña en cuestión.
-
Jose Luis Martín- ******************************
EL EGOÍSMO
Sin duda alguna, el defecto espiritual más grave es el Egoísmo ,
porque supone una falta de sensibilidad que incapacita al que lo tiene
para poder llegar a amar y a comprender
a los demás; este defecto , como todos los defectos morales , es como un monstruo
horroroso que se oculta en el fondo del
alma y lleva a ser incomprensivos e
intolerantes con los demás. Si
somos capaces de comenzar por comprender
que a veces no nos exigimos demasiado a nosotros mismos, entonces tampoco deberíamos ser más exigentes con los demás. Hay que considerar
a las personas tal y como son, respetándolas y aceptándolas, tratando de
comprenderlas y dándoles la única
respuesta que debemos dar : la del Amor,
la tolerancia y la comprensión.
Este defecto en la medida que se mantiene en la
personalidad como una característica natural más y no se trata de superarlo
mediante la práctica de la Generosidad y la Caridad, va ejerciendo cada vez más, una influencia sobre el
Alma a la que va endureciendo e
insensibilizando poco a poco, reduciendo así la
capacidad y la amplitud de
conciencia. Este defecto es
totalmente incompatible con el sentido
de la Justicia, con el Amor y con la
Caridad.
El egoísmo presenta
muchos grados de intensidad y puede aparecer bajo muchos aspectos o
variedades, tal como el amor propio,
la codicia, el afán de poder, la
ambición desmesurada, etc. A su vez todas estas formas o variedades de
egoísmo son generadoras de otras clases
de defectos humanos ,tal como la envidia, los celos o la crueldad.
Por ejemplo, una
forma con la que se presenta frecuentemente, es el Egocentrismo que supone a quien
lo tiene, una desviación hacia sí mismo del sentimiento del amor, y como casi todos los defectos morales, este suele ser ignorado por quienes lo sustentan por falta de
autoanálisis.
La persona egoísta se caracteriza porque se suele dedicar a
vivir su vida para sí mismo solamente, sin preocuparse por los demás, ni
importarle nada el sufrimiento ajeno, así como evitando cualquier ocasión de
poder hacer el bien a los demás a quienes nunca está dispuesto a entregar nada
suyo, ya sea material o que le suponga algún esfuerzo o prestación de cualquier clase.
En el egoísta el síntoma más evidente de su defecto es el
interés personal que muestra siempre hacia sí mismo. El apego que tiene hacia
las cosas materiales, demuestra su inferioridad espiritual, porque cuanto mas
apegado está a las cosas de este mundo, menos comprende las cosas del mundo
espiritual, y cuales son en
realidad sus verdaderas metas e intereses. Vemos estos síntomas en
esas personas que solo hablan de sí mismos ignorando lo de los demás a quienes
ni siquiera dan oídos.
El egoísmo es la imperfección más difícil de desterrar, porque está muy
ligado con el orgullo y estos defectos
vienen causados por la
influencia de la materia sobre el espíritu, y esta influencia todavía es muy
fuerte en el actual estado de evolución
en que nos encontramos. Por esto precisamente es que debemos desterrar de
nosotros estos defectos y ayudar a los
demás a que igualmente los superen, pues la evolución espiritual de la
población humana, es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, cuando
somos conscientes de la importancia y necesidad de desterrar estos defectos que
impiden nuestro progreso y felicidad. |
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