lunes, 14 de octubre de 2024

Reencarnación y progreso del Espíritu


INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Segundo comunicado espiritual referido en el día de Todos los Santos

2.- Tercer comunicado espiritual referido en el día de Todos los Santos

3.- Un deber de conciencia

4.- Reencarnación y progreso del Espíritu


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 SEGUNDO COMUNICADO ESPIRITUAL REFERIDO EN EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS

                                                  

- ¡ Queridos hermanos !,: ¡ Grandes forjadores de la fe !. Propagadores del entendimiento, alumnos incansables que dais testimonio de vuestro trabajo y estudio de la ciencia bendita de lo espiritual. ¡ Hombres que os engrandecéis  con estas reuniones en que vuestra alma adquiere más luz, que seguís fielmente mis principios y doctrina, que habéis sabido identificaros con la Verdad, sus manifestaciones y su luz !...¡ De aquellos discípulos míos que siguieron mi doctrina, que universalmente predicaron y predican esta ciencia, tan solo vosotros me habéis llamado esta noche!. Aquí me tenéis. No importa venir de dónde vengo, porque las llamadas como la vuestra se oyen en todos los confines del universo. ¡ Magníficos y heroícos discípulos de mi doctrina !. Seguid adelante, engrandeceos siempre. Así lo deseo y os bendigo dándoos ánimos para que prosigáis con mayor fe y deis mayor amplitud a esta ciencia. Os inicié en ella. Vosotros y el tiempo la habéis rectificado. Rectificaciones que da el progreso, el estudio y la contemporización de los tiempos, pero habéis interpretado fielmente la doctrina, que es la Ley Universal. Yo fui iniciado para dárosla y vosotros la habéis perfeccionado.

Sin medios, hablábamos a la humanidad, sin preparación científica presentimos el progreso y el porvenir de la humanidad, y sin más apoyo que nuestra fe y la ayuda que recibíamos de los espíritus, comprendimos que estábamos pisando terreno firme. Exponíamos lo que se podía exponer en aquellos tiempos, pero fue suficiente para que hoy se hayan engrandecido e iluminado los horizontes al profundizar y estudiar  con más medios y amplitud el alcance y proyección de la Ley espiritual. ¡ Seguid firmes siempre !. Empuñar la Verdad, iluminarla con el entendimiento.     ¡ Esa es la verdadera misión de los espiritistas !. Hablar bien, pensar mejor, adivinar lo que quieren los demás para concedérselo con la mayor bondad y oportunidad. Escribimos la A y vosotros habéis añadido todo el alfabeto de la idea. No solamente os amo mucho, sino que agradezco a todos que mi obra siga en pie, fortalecida, esclarecida y ampliada, porque también la habéis ampliado con las verdades del presente. ¡ Gracias, muchas gracias por vuestra llamada!. El universo es inmenso y sin embargo he percibido vuestra llamada y aquí me tenéis. Tomar mi bendición para que sigáis fuertes en la idea, unidos en la lucha y constantes en la práctica de la virtud para que digan que sois verdaderos cristianos espiritistas que lleváis la antorcha del progreso en la mano, el deseo de unión de todos los hombres en vuestro corazón y la felicidad de un porvenir eterno en vuestro sentimiento. ¡¡ Adelante !!. Mirad al cielo y bendecir al Todopoderoso. Vuestro hermano: Allan Kardec


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 TERCER  COMUNICADO ESPIRITUAL REFERIDO EN EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS  

                                                    

    Hermanas y hermanos míos: ¿ Quién soy yo y qué represento, para que os hayáis acordado de mi?, ¿ Qué aliciente tiene la presencia de mi humilde alma en esta reunión?. ¿ Que significo yo para vosotros y ante los dignísimos humanos que me han precedido?. ¿ Acaso os he dado yo alguna buena nueva para ser acreedor a este llamamiento pensante vuestro ? 

   La humanidad debería estar más agradecida a los inspirados e intuitivos que a su paso por la vida material dejaron una estela de predicciones y enseñanzas que ayudaron a elevar a los espíritus. Nosotros sabemos, y la humanidad también lo intuye, que cuanto dijimos, expusimos y relatamos, no fue nuestro ; todo fue beneficio que el Padre puso en nosotros para que fuésemos lámparas que iluminasen la humanidad; para que fuésemos lazarillos de los peregrinos que andan por el mundo enseñando, predicando y observando; para que dejásemos trazados los nuevos caminos que más tarde habrían se seguir los hombres en su progreso. Profecías que después se han cumplido, porque fuimos profetas que vinimos trabajando la ciencia y las trayectorias de las humanidades. Señalamos caminos terrestres, describimos caminos subterráneos. dimos entendimiento de la fauna y de la flora de los mares. Aquellos antecedentes han servido para la andadura de las actuales ciencias. Los hombres han sabido aprovecharlos, perfeccionarlos y corregir sus defectos, adaptándolos a los progresos actuales.

   Fui universalmente célebre y me sentí abrumado, porque yo no consideré nunca ser arsenal de tanta sabiduría, de tanta predicción. Nunca escribía yo, sino que escribía mi mano. 

   Yo "veía" la profundidad de los mares, sus grandiosidades, sus faunas, sus numerosísimas especies, formas de vivir y de procrear y conducirse. Miraba hacia arriba y me enseñaban los espíritus  del Señor los caminos a seguir para alcanzar los prodigios cuyos frutos estáis hoy alcanzando.  

   He dejado la ciencia que estoy estudiando constantemente en este mundo de las almas para venir a vosotros. Los libros ahí abajo son insuficientes para desarrollar la ciencia y las maravillas de lo que se aprende aquí arriba. Vamos subiendo los peldaños de la escalera del progreso para conocer íntima y eternamente las maravillas perfectas de la sabiduría de Dios en sus creaciones. Vamos estudiando la vida en sus múltiples manifestaciones, la luz en sus infinitas potencias, los movimientos creativos en toda su extensión, vamos, en fin, lo poco que éramos y lo poco que aun somos para llegar a comprender algo de las Leyes Divinas.

  Recibid hermanos míos, toda mi gratitud. Pedirnos lo que necesitéis, que nosotros suplicaremos al Padre que os lo conceda. Bendecir siempre al Sumo Hacedor para que os de sabiduría, intuición y amor.

  Cuando escribáis no pensar lo que vais a escribir. Pensar en que Dios os ilumina y veréis como os manda Sus Espíritus sublimes que ordenarán vuestros pensamientos, guiarán vuestra mano y vuestros escritos serán perfectos. Porque si yo escribí mucho, no lo hice yo : me lo dieron hecho. Las visiones, la exactitud de mis cálculos, el desarrollo de mis viajes.... todo en sí, constituye la inspiración sapientísima de Dios a sus hijos.

  Muchísimas gracias por haberme invocado.

  Elevar la plegaria que os ha indicado el hermano Demeure para vuestros Seres queridos.

  Os ha dirigido estas torpes palabras, vuestro hermano: Julio Verne

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                             Un Deber de Conciencia

                           

El hecho lo protagonizaron  médicos y hospitales de varios municipios de Río Grande do Sul (Brasil), cuando estos se negaron a practicar el aborto a una adolescente de 14 años, a pesar de la autorización judicial que traía consigo. Este caso fue noticia de los medios de comunicación en el año 2005. 

Según las noticias, la joven dijo que su gravidez era fruto de un estupro y obtuvo del juez el permiso para realizar el aborto, pero eximiendo a médicos y hospitales de que se dispusiesen a eliminar la vida que latía en su vientre.

Aunque el juez haya autorizado el aborto, no le cabría el derecho de obligar a nadie a realizar el asunto, pues no siempre la legalidad de un acto lo convierte en moral.

Lo que es de resaltar en la actitud de esos médicos es la conciencia del deber. El deber de defender la vida, asumido ante sí mismos.

El deber es la obligación moral de la criatura para consigo misma primeramente y después para con los demás.

Al concluir la carrera, los médicos hacen un juramento, el mismo juramento hecho por Hipócrates, un sabio griego que vivió en el siglo V antes de Cristo, y es considerado como el Padre de la Medicina.

El juramento dice lo siguiente: 

Yo, solemnemente, juro consagrar mi vida al servicio de la Humanidad.

Daré, como reconocimiento a mis maestros, mi respeto y mi gratitud. Practicaré mi profesión con conciencia y dignidad.

La salud de mis pacientes será mi primera preocupación.

Respetaré los secretos a mí confiados. Mantendré, a toda costa, en lo máximo posible, la honra y la tradición de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.

No permitiré que concepciones religiosas, nacionales, raciales, partidarias o sociales, intervengan entre mi deber y mis pacientes.

Mantendré el más alto respeto por la vida humana, desde su concepción.

Incluso bajo amenaza no usaré mi conocimiento médico en principios contrarios a las leyes de la Naturaleza.

Hago estas promesas, solemne y libremente, por mi propia honra.

Al hacer tal juramento, el médico pasa a tener un deber moral consigo mismo. Y si lo violase, estará hiriendo su propia conciencia.

Al comprometerse con ese ideal, el médico también establece el deber para con los otros, que es el segundo paso del deber ético-moral.

Es lamentable que muchos de esos hombres y mujeres que juraron, solemne y libremente, que mantendrían el más alto respeto por la vida humana, desde su concepción, usen sus conocimientos médicos para eliminar la vida que late en el santuario del vientre materno.

Por otro lado, es admirable el coraje y la honra de esos hombres y mujeres que no se permiten ensuciar sus manos con sangre inocente, aun bajo cualquier presión.

Eso es por que saben que si actúan en desacuerdo con el juramento hecho por libre voluntad, no tendrán como  mirarse en el espejo de la conciencia y sentirse como un ciudadano honrado.

El deber es la ley de la vida. Con él deparamos en las más ínfimas particularidades, como en los actos más elevados.

En el orden de los sentimientos, el deber es muy difícil de cumplirse, cuando entra en antagonismo con las atracciones del interés y del corazón. No tienen testimonios de sus victorias y no están sujetas a represión sus derrotas. 

El deber comienza, para cada uno de nosotros, exactamente en el punto en que amenazáis la felicidad o la tranquilidad de vuestro prójimo; termina en el límite que no deseamos que nadie trasponga con relación a nosotros.

El deber es el más bello laurel de la razón; desciende de esta como un hijo de su madre.

El hombre tiene el deber de amar, no porque preserve de males la vida, males de los que la humanidad no puede sustraerse, pero que confiere al alma el vigor necesario a su desenvolvimiento.

El deber crece e irradia bajo la más elevada forma, en cada uno de los estadios superiores de la Humanidad.

3Jamás cesa la obligación moral de la criatura para con Dios. Tiene esta que reflejar las virtudes del Eterno, que no necesita esbozos imperfectos, porque quiere que la belleza de Su obra resplandezca a sus propios ojos.

 

Redacción de Momento Espírita, con base en el item 7 del cap. XVII de El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec,

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REENCARNACIÓN Y PROGRESO DEL

 ESPÍRITU

8. La encarnación es necesaria para alcanzar tanto el progreso moral como el intelectual del
espíritu. El progreso intelectual, a través de la actividad que tiene que desplegar en su trabajo. El progreso moral, mediante la necesidad que los hombres tienen los unos de los otros. La vida social es la piedra de toque de las buenas y de las malas cualidades. La bondad, la maldad, la dulzura, la violencia, la benevolencia, la caridad, el egoísmo, la avaricia, el orgullo, la humildad, la sinceridad, la franqueza, la lealtad, la mala fe, la hipocresía, en una palabra, todo lo que constituye el hombre de bien o el perverso, tiene por móvil, por objeto y por estimulante, las relaciones del hombre con sus semejantes. Para el hombre que viviera solo, no habría ni vicios ni virtudes: si por el aislamiento se preserva del mal, anula del mismo modo el bien.

9. Una sola existencia corporal es prácticamente insuficiente para que el espíritu pueda
adquirir todo lo que le falta en bien y se deshaga de todo lo que es malo en él. El salvaje, por
ejemplo, ¿podría quizá, en una sola encarnación, llegar al nivel moral e intelectual del hombre
civilizado más adelantado? Esto es materialmente imposible. ¿Debe, pues, quedar eternamente en la ignorancia y la barbarie, y privado de los goces que sólo puede procurar el desarrollo de las facultades? El simple buen sentido rechaza tamaña suposición, que representaría, a la vez, la negación de la justicia y de la bondad de Dios y la de la ley progresiva de la Naturaleza. Por eso Dios, que es soberanamente justo y bueno, concede al espíritu todas las existencias necesarias para llegar al fin, que es la perfección.

En cada nueva existencia, el espíritu trae lo que ha adquirido en las precedentes, en   aptitudes, conocimientos intuitivos, inteligencia y moralidad. Cada existencia es así un paso adelante en la vía del progreso.

La encarnación es inherente a la inferioridad de los espíritus: no es necesaria para aquellos que traspasaron el límite y que progresan en el estado espiritual o en las existencias corporales de los mundos superiores, que nada tienen de la materialidad terrestre. La encarnación de estos seres superiores en mundos materializados es voluntaria, con el objeto de ejercer con los encarnados una acción más directa para el cumplimiento de la misión de la cual están encargados y por la cual deben estar cerca de ellos. Aceptan las vicisitudes y los padecimientos por abnegación.

10. En el intervalo de las existencias corporales, el espíritu vuelve, por un tiempo más o menos largo, al mundo espiritual, en el cual es feliz o desgraciado según el bien o el mal que hizo.

El estado espiritual es el estado normal del espíritu, ya que ese debe ser su estado definitivo, puesto que el cuerpo espiritual no muere, y el estado corporal sólo es transitorio y pasajero. 

En el estado espiritual, sobre todo, el espíritu recoge los frutos del progreso logrados por su trabajo realizado por la encarnación. También se prepara para nuevas luchas y toma las resoluciones que se esforzará en practicar a su vuelta a la Humanidad.

El espíritu progresa igualmente en la erraticidad. Allí adquiere conocimientos especiales que
no podría lograr en la Tierra, y sus ideas se modifican. El estado corporal y el espiritual son para él el origen de dos géneros de progreso solidarios el uno con el otro, y por eso pasa alternativamente por estos dos modos de existencia.

El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo - Allan Kardec.

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