martes, 11 de junio de 2024

Actitudes correctas

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- El bien y el mal

2.- Transición planetaria

3.- Carta a un hermano desconocido 

4.- Actitudes correctas

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                                   EL BIEN Y EL MAL

 ¿Qué definición se puede dar de la moral?
- La moral es la regla para conducirse bien, vale expresar, la distinción entre el bien y el mal. Se basa en la observancia de la ley de Dios.- El hombre se comporta bien cuando hace todo con miras al bien de todos, porque en tal caso está observando la ley de Dios.

. ¿Cómo podemos distinguir el bien del mal?
- El bien es todo aquello que está de acuerdo con la ley de Dios, y e mal, todo lo que de ella se aparta. Así pues, realizar el bien es conformarse a la ley de Dios. Hacer el mal, infringir dicha ley.

. ¿Tiene el hombre, de por sí, los medios para distinguir lo que está bien de aquello otro que está mal?
- Sí, cuando cree en Dios y quiere saberlo. Dios le ha concedido la inteligencia para discernir lo uno de lo otro.

. El hombre, sujeto como está al error, ¿no puede equivocarse en la evaluación del bien y el mal, y creer que hace bien cuando en realidad está haciendo mal?
- Jesús os lo dijo: Ved lo que quisierais que se os hiciese o no se os hiciese. Todo está allí.. No os equivocaréis

El libro de los Espiritus.
Allan kardec.

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                                TRANSICIÓN PLANETARIA

( Mensaje psicofónico de Bezerra de Menezes dado en los Ángeles a través del médium Divaldo P. Franco en Noviembre de 2010 )

Hijos míos:

Que Jesús nos bendiga.

La sociedad terrena vive, en la actualidad, un grave momento mediúmnico en el que de forma inconsciente, se da el intercambio entre las dos esferas de la vida. Entidades señaladas por el odio, por el resentimiento, y tomadas por la amargura cargan a esos verdugos de ayer la pesada carga de la aflicción que les han dado. Espíritus nobles, vueltos al ideal de elevación humana sincronizan con las potencias espirituales en la edificación de un mundo mejor. Las obsesiones campean de forma pandémica, confundiéndose con trastornos psicopatológicos que traen los procesos angustiosos y degenerativos.

Sucede que en este periodo la Tierra vive la gran transición de pasar de mundo de pruebas y expiaciones, a ser mundo de regeneración.

Nunca hubo tanta conquista de la ciencia y la tecnología, y tanta hediondez de los sentimientos y emociones. Las glorias de las conquistas del intelecto se desvanecen ante el abismo de la crueldad, de la disolución de las costumbres, de la pérdida de ética y de la decadencia de las conquistas de la civilización y de la cultura....

No sea pues de extrañar que el dolor, bajo varios aspectos, se esparza en el planeta terrestre no ya como un látigo, sino sobretodo como convite a la reflexión, como análisis de la transitoriedad del cuerpo, con el propósito de convocar las mentes y los corazones para el ser espiritual que somos todos.

Se habla sobre la tragedia de lo cotidiano con razón.

Las amenazas de naturaleza sísmica, a cada momento se tornan realidad, tanto de un lado como del otro del planeta. El crimen está rampante y el florecimiento de la juventud se entrega con las excepciones comprensibles, a la bastardización del carácter, las licencias morales y la agresividad.

Sucede, hijos míos, que las regiones de sufrimiento profundo están liberando sus huéspedes que allí quedaron en cárceles privadas por muchos siglos, y ahora, en la gran transición reciben la oportunidad de volverse hacia el bien o de optar por la locura a que se entregaron.  Y esos que obstinadamente permanecen en el mal, en beneficio propio y del planeta, irán al exilio en mundos inferiores en donde depurarán su alma auxiliando a sus hermanos de naturaleza primitiva, como nos aconteció en el pasado.

Por otro lado, los nobles promotores del progreso de todos los tiempos pasados, también reencarnarán en esta hora para acelerar sus conquistas, no solo de la inteligencia y de la tecnología puntera, sino también de los valores morales y espirituales. Al lado de ellos, benefactores de otra dimensión se ocultan en la materia para tornarse grandes líderes y sensibilizar a esos verdugos de la sociedad.

A los médiums cabe la gran tarea de ser el puente entre los dolores y las consolaciones. A los dialogantes cabe la honrosa taarea de ser cada uno de ellos, psicoterapéutas de los desencarnados, contribuyendo para la salud en general. En cuanto los médiums se entregan al beneficio caritativo de los hermanos en agonía, también tienen sus dolores disminuidos y su fardo de pruebas aligerado, sus aflicciones suavizadas, porque el amor es el gran mensajero de la misericordia que diluye todos los impedimentos al progreso; y es el sol  de la vida, hijos míos, que disuelve la nieve de la ignorancia y apaga la noche de la impiedad.

Reencarnasteis para contribuir en favor de la Nueva Era.

Vuestras existencias no acontecieron por casualidad, fueron programadas.

Antes de sumergiros en la neblina carnal, elegisteis el programa que os preocupaba y lo firmasteis, dando el asentimiento para las pruebas y las glorias estelares.

El Espiritismo es Jesús que vuelve con los brazos abiertos, descrucificado, resucitado y vivo, cantando la sinfonía gloriosa de la solidaridad.

¡ Daros las manos !

Que las diferencias de opinión sean limadas y los ideales de concordia sean practicados. Que, cualquier punto de objeción se vuelva secundario delante de las metas a alcanzar.

Sabemos de vuestros dolores, porque también pasamos por la Tierra y comprendemos que la niebla de la materia empaña el discernimiento y, muchas veces, dificulta la lógica necesaria para la acción correcta. Pero estad atentos: tenéis compromisos con Jesús....

No es la primera vez que os comprometéis engañando y engañándoos. Pero esta es la oportunidad final, optativa para la gloria de la inmortalidad o para la anestesia de la ilusión.

Ser espírita es encontrar el tesoro de sabiduría.

Reconocemos que en la lucha cotidiana, en la disputa social y económica, financiera o humana de ganar el pan, se desvanece el entusiasmo, disminuye la alegría del servicio, pero si permanecéis fieles, orando con las antenas direccionadas al Padre Todo Amor, no os faltará la inspiración, el apoyo, las fuerzas morales para defenderos de las agresiones del mal que muchas veces os alcanzan.

Tened coraje, hijos míos, unidos, porque somos los trabajadores de la última hora y nuestro será el salario igual al del jornalero del primer momento.

Cantemos la alegría de servir y , al salir de aquí, llevemos impreso en el relicario del alma, todo aquello que ocurrió en nuestra reunión de santas intenciones, los dolores más variados, los rebeldes, los ignorantes, los afligidos, los infelices, y también la palabra gentil de los amigos que velan por todos nosotros.

Confiando en nuestro Señor Jesús Cristo, que nos delegó la honra de hablar en Su nombre, y en Su nombre enseñar, curar, levantar el ánimo y construir un mundo nuevo, Le rogamos a nuestro divino Benefactor que nos bendiga a todos y nos de Su paz.

Son los votos del servidor humildísimo y paternal de siempre:                                                              Bezerra

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CARTA A UN HERMANO DESCONOCIDO

A ti hermano que has conocido el Espiritismo; lo has leído y escuchado. 

Que sabes de que trata esta Doctrina y, que a pesar del conocimiento adquirido, no haces tuya esta realidad, sino que andas entre dos aguas; en un mar de dudas, quiero decirte que debes tomar una decisión. 

Que hay a tu alrededor muchos, supongo, muchos espíritas que pueden ayudarte. 

¿Quién no ha sentido dudas alguna vez?

 En ocasiones esas dudas nos han torturado por un tiempo, pero seguro que en parte, estaban siendo incentivadas por los enemigos desencarnados del Espiritismo. 

Los espíritas debemos destacarnos por nuestra actitud, de caridad y tolerancia. 

Hermano, yo sé lo que te ocurre, pues he conocido a muchos como a tú. 

La Doctrina les gusta, las reuniones en los Centros, son interesantes y agradables, pero hay algo dentro de ti que te dice: “esto no es para mí”. 

No sabes por que causa, no acabas de integrarte en esta Filosofía de vida, que abre un mundo desconocido ante ti. 

Y yo te pregunto, ¿Será que has entendido realmente que debes modificar y rectificar algo en tu modo de vivir?

¿Será que intuyes que hay que trabajar en la reforma interior y aceptar responsabilidades? 

Aunque nadie te lo imponga, tú lo intuyes. 

Quisiera aclararte que ningún espiritista tiene derecho a exigirte nada, pero ocurre que hay que hacer cambios y, algunos muy importantes y urgentes. 

El Espiritismo no se adapta a nosotros y sí, nosotros los que debemos adaptarnos a esta Doctrina, que tanto consuelo, esperanza y respuestas da. 

Yo quiero decirte hermano, que es Dios quien nos pide ese cambio. 

Desde Moisés, al que Dios mandó a publicar los diez mandamientos, hasta nuestros días, sin olvidar al Maestro Jesús, que vino a recordarnos que esos mandamientos hay que cumplirlos.

 Y yo me pregunto de nuevo, ¿Seremos capaces de desobedecer a Dios? 

Es obvio que así lo hacemos constantemente, espíritas y no espíritas. 

Hermano desconocido, tienes el suficiente conocimiento ya de esta Doctrina, para saber que, si rechazas esta oportunidad, posiblemente, en el futuro lo pases mal, porque cuando las pruebas necesarias a esta forma de vida y a este mundo, lleguen, será el dolor, la espuela que se clave en tu alma y te haga sufrir, ayudándote a caminar para el bien; será entonces cuando quieras agarrarte a algún salvavidas que te saque de la desesperación que estés viviendo en esos momentos. 

Todos necesitamos una luz para caminar en la oscuridad, y tú rechazas con tus dudas, indecisión y comodismo, la luz del espiritismo. 

Hermano, yo no quisiera estar en tu lugar cuando eso ocurriese, cosa que no te deseo, pero que puede ocurrir, porque está sucediendo todos los días en nosotros y a nuestro alrededor. 

Sólo te pido que reflexiones si merece la pena volverle la espalda a Dios, viviendo una vida de placeres, materialismo y falsas ilusiones, o caminar por el camino del bien y de la caridad que, a veces, exige de nosotros ciertos sacrificios y esfuerzos, pero que también nos da muchas satisfacciones. 

Podrías pensar que somos unos fanáticos, lo comprendo, es natural que así pienses, ya que los espíritas, entre ciertos sectores, no tenemos muy buena fama, por relacionarnos con charlatanes, místicos o locos. 

También entiendo que algunas veces nos hayas observados en actitudes poco dignas; no te olvides que somos aún muy imperfectos. 

Pero te puedo decir que hay de todo, como en todas partes y creencias, más no olvides que el buen espírita debe ser coherente y honrado consigo mismo y con los demás, ya que a Dios y a los Buenos Espíritus, no se les puede engañar. 

También te recuerdo que, el hecho de que veas fallos en nosotros, no significa que el Espiritismo sea imperfecto, lo somos nosotros en la aplicación de sus principios y máximas. 

Hermano, medita acerca de la conveniencia de poner en orden tus ideas, aclarar tus dudas y pedir ayuda para poder elegir el camino acertado, para así poder aprovechar mejor esta existencia, rectificando aquellas deudas que del pasado puedas tener, como todos los que a este planeta vinimos. 

Yo pediré a Dios que te ilumine en esas reflexiones y en tus momentos de flaqueza. 

En caso de decidir optar por el camino de la comodidad y del materialismo, sólo me quedará pedirte que, sí algún día, quieres dar marcha atrás, nunca será tarde. 

La Doctrina te estará esperando con los brazos abiertos, así como aquellos que en ella estamos, sin pedirte explicaciones, ni juzgarte: reflexiona, hermano desconocido. 

Por Isabel Porras González 

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               Actitudes correctas


                                                                               


Cuando el compañero de jornada le critica injustamente, continúe trabajando en sus tareas de fraternidad cristiana, porque el Tiempo se encargará de demostrar los verdaderos principios de Justicia de lo Alto.

Cuando el hermano le calumnia maliciosamente, pida al Padre que lo ilumine, a fin de que su oración pueda esclarecer la ceguera de aquellos que, teniendo ojos, no ven.

Cuando el amigo le ofende amargamente, perdónelo sin entristecerse demasiado, muchas veces la ofensa es una simple irritación de los nervios gastados en las tareas cotidianas.

Cuando el prójimo le hiere sin motivos, no devuelva la agresión, pues su serenidad desarmará fácilmente aquel que comete errores por ignorancia culposa.

Cuando el vecino le incomoda con actitudes inconvenientes y ruidosas, tolere pacientemente sus frecuentes impertinencias, pues la obstinación contra el cansancio fortalecerá a su espíritu.

Cuando el colega le desprecie gratuitamente, imponga su amabilidad, creando el ambiente necesario para neutralizar los fluidos perniciosos.

Cuando el hermano le perjudique en su irreflexiva ligereza, cultive sus sentimientos de fraternidad cristiana y la victoria le sonreirá.

Cuando todos le persiguieren injustamente, en nombre de la Justicia humana, olvidando los verdaderos sentimientos de la caridad cristiana, acuérdese de que los hombres todo podrán contra la materia, entretanto, nada podrán hacer contra el Espíritu Inmortal.

Lauro Michielin                                                                                                  FuenteMeditaciones

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