LA CARNE ES DEBIL
ESTUDIO FISIOLOGICO Y MORAL
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Con el ser espiritual independiente, preexistente y sobreviviente al cuerpo, la responsabilidad es absoluta. Ahora, para la mayoría, lo primero, lo principal móvil de la creencia en el nihilismo, es el pavor que causa esa responsabilidad, fuera de la ley humana, y a la cual cree escapar cerrando los ojos. Hasta hoy esa responsabilidad nada tenia de bien definido; no era sino un medio vago, fundado, hay que reconocer, en creencias no siempre admisibles por la razón. El Espiritismo lo demuestra con una realidad patente, efectiva, sin restricción, como una consecuencia natural de la espiritualidad del ser. Es por qué ciertas personas temen al espiritismo, que las perturbaría en su quietud, irguiendo su frente al temible tribunal del futuro. Probar que el hombre es responsable por todos sus actos es probar su libertad de acción, es probar su libertad es revelar su dignidad. La perspectiva de la responsabilidad fuera dEl año 1e la ley humana es el más poderosos elemento moralizador: es el objetivo al cual conduce al Espiritismo por la fuerza delas cosas.
Por tanto, conforme las observaciones fisiológicas que preceden, podemos admitir que el temperamento es, por lo menos en parte, determinado por la naturaleza del espíritu, que es causa y no efecto. Decimos en parte, porque hay casos en que el físico evidentemente influye sobre la moral: es cuando un estado mórbido o anormal es determinado por una causa externa, accidental, independiente del espíritu, como la temperatura, el clima, los vicios hereditarios de constitución, un malestar pasajero, etc. La moral del espíritu puede, entonces, ser afectada en sus manifestaciones por el estado patológico, sin que su naturaleza intrínseca sea modificada.
Excusarse de sus malas acciones con la debilidad de la carne no es sino un subterfugio para eximirse de la responsabilidad. La carne no es débil sino porque el espíritu es débil, lo que derrumba la cuestión y deja al espíritu la responsabilidad de todos sus actos. La carne, que no tiene si pensamiento ni voluntad, jamás prevalece sobre el Espíritu, que es el ser pensante y voluntarioso. Es el Espíritu el que da a la carne las cualidades correspondientes a los instintos, como un artista imprime a su obra material el cuño de su genio. Liberado de los instintos de la bestialidad, el espíritu modela un cuerpo que no es más un tirano para sus aspiraciones de espiritualidad de su ser; entonces el hombre come para vivir, porque vivir es una necesidad, más no vive para comer.
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HISTORIA DEL ESPIRITISMO:
SU ESTADO EN 1863
Este año para el Espiritismo no fue más fecundo que los anteriores, pero se distinguió por varias características particulares. Más que los anteriores, estuvo marcado por la violencia de algunos ataques, señal característica a cuya dimensión nadie escapó. Todos dijeron: Si ellos se encolerizan, es porque tienen miedo y si tienen miedo es porque algo hay de serio.
Hoy ya está bien constatado que esas agresiones hicieron progresar al Espiritismo en vez de detenerlo; naturalmente se vieron dormir loa ataques abiertos, pero no se debe dormir sobre esa calma aparente, ni creer que los enemigos del Espiritismo, de esto no van a sacar partido. Entonces es necesario que nos persuadamos de que la lucha no está terminada, pero habrá un cambio táctico. Es por lo que decimos a los espíritas que estén permanentemente atentos sobre lo que pasa a su alrededor y recuerden lo que ya dijimos en diciembre último, sobre el periodo de lucha, de la guerra sorda y de los conflictos, así que no se admiren si el enemigo se infiltra en sus filas, pues Dios lo permite para experimentar la fe, el coraje y la perseverancia de los verdaderos servidores. De ahora en adelante, su objetivo será el procurar todos los medios posibles de comprometer al Espiritismo a fin de desacreditarlo e impedir los grupos, bajo la apariencia del celo y bajo el pretexto de que es necesario ir adelante; ya se ocuparán de cosas extrañas al objeto de esta doctrina, y tratarán de cuestiones políticas o de otra naturaleza para provocar discusiones irritantes y sembrar la división; todo para tener pretextos de pedir su cerramiento. La moderación de los espíritas es lo que causa mayor admiración y es lo que más contraría a sus adversarios. Ellos intentarán todo para apartarlos de ella, incluso la provocación, pero los espíritas sabrán desviar e a los esas maniobras por su prudencia, como ya lo hicieron en varias ocasiones, y no caerán en las trampas que les preparen; además ellos verán a los instigadores avergonzarse de sus propias redes, pues es imposible que, más pronto o más tarde no saquen las uñas. Este será un momento más difícil de pasar de lo que es la guerra abierta, en el que se v e al enemigo cara a cara, por lo que cuanto más dura la prueba, mayor es el triunfo.
Además, esta campaña tuvo un inmenso resultado, el de probar la impotencia de las armas dirigidas contra el Espiritismo. Los hombres más capaces del partido contrario entrarán en la lucha, todos los recursos de la argumentación fueron empleados y, que no hicieron perjuicio al Espiritismo, todos quedaron convencidos de que no había ninguna razón perentoria, siendo así la mayor prueba, la falta de buenas razones y que recurriesen al triste e innoble argumento de la calumnia. Mas en vano quisieron que el Espiritismo dijese lo contrario de lo que dice, pues la doctrina ahí está, escrita en términos tan claros que desafían toda falsa interpretación, razón por la cual lo odioso de la calumnia recayó sobre los calumniadores y los convenció de su impotencia, Este es un hecho considerable en el año finalizado y si solo hubiésemos obtenido ese resultado, ya podríamos estar satisfechos, pero aún hay otros no menos positivos.
El año 1863 fue marcado, sobretodo, por el aumento del número de grupos y sociedades formadas en una porción de localidades en donde no había nada todavía, tanto en Francia como en el extranjero, señal evidente del aumento del número de adeptos y de la difusión de la doctrina. París, que había quedado en la retaguardia, cede al impulso general y comienza a moverse. Todos los días se ven nuevos grupos particularess que se forman con un objetivo eminentemente serio y en excelentes condiciones.
La sociedad que presidimos ve con alegría multiplicarse a su alrededor los rebrotes vivaces, capaces de extender la buena simiente. Los grupos particulares, cuando están bien dirigidos, son muy útiles para la iniciación de nuevos adeptos. En razón de la extensión de sus relaciones, la sociedad principal, como centro de convergencia de los grupos de todas partes del mundo, no puede ni debe ocuparse sino del desenvolvimiento de la ciencia y de las cuestiones generales que le absorben todo el tiempo. Así, debe forzosamente abstenerse de todo cuanto sea elemental y personal. Los grupos particulares ven así, rellenar la laguna que ella forzosamente deja en la práctica, y por eso ella anima y secunda con sus consejos y con su apoyo moral a las personas que se dedican a esa obra de propagación.
Si por algunos instantes fuese posible cierto temor en cuanto a los efectos de algunas disidencias en la manera de encarar el Espiritismo, el número siempre creciente de Sociedades que en todos los países se colocan espontáneamente bajo el patrocinio de la de París, izando su bandera, es un hecho que disipa completamente ese recelo.
Es evidente que la doctrina de El Libro de los Espíritus, es hoy el punto de convergencia de la inmensa mayoría de los adeptos. La máxima Fuera de la caridad no hay salvación, reunió a todos los que ven el lado moral del Espiritismo, porque no hay dos maneras de interpretarlo y satisface todas las aspiraciones.
Desde la constitución del Espiritismo en cuerpo de doctrina, ya cayeron muchos sistemas aislados y los pocos trazos que aún dejan no tienen influencia en la opinión general. Las bases sólidas en las que se apoya triunfarán sin dificultad de las divisiones que sus adversarios no dejarán de suscitar, porque ellos no cuentan con Espíritus que protejan su obra, y se sirven de sus propios enemigos para garantizar el resultado.
Hubiera sido sin precedentes el establecimiento de una doctrina sin disidencias, y si de alguna cosa nos podemos admirar, es el ver en relación al Espiritismo, la unidad que se formó tan rápidamente.
Sea como fuere, el Espiritismo aún no penetró en todas partes y en muchos lugares apenas es conocido de nombre. Los raros adeptos ahí encontrados, atribuyen ese hecho a dos causas: primero al carácter de las poblaciones absorbidas por los intereses materiales; después a la ausencia de disertaciones contrarias. He aquí por lo que apelan a sermones como los que han predicado en otros lugares, o de alguna manifestación brillante de hostilidad, que llame la atención y despierte curiosidad. Pero, que ellos tengan paciencia. Como es preciso que todos la tengan, los Espíritus sabrán muy bien como suplir esa necesidad a través de otros medios.
Mas el rasgo más característico del año 1863 fue el movimiento que se produjo en la opinión, en lo que concierne a la ´Doctrina Espírita. Es sorprendente la facilidad con la que el principio es aceptado por personas que hasta hace poco lo habían rechazado o ridiculizado.
Las resistencias, y hablamos no solo de las sistemáticas e interesadas, disminuyen sensiblemente. Se citan varios escritores de buena fe que combatieron violentamente al Espiritismo, y hoy, dominados por el medio social, sin confesarse vencidos, renuncian a una lucha considerada inútil. Es que la necesidad de una transformación moral se hace sentir cada vez más. La ruina del viejo mundo es inminente, porque las ideas que este preconiza no están a la altura a la que llegó la Humanidad inteligente. Todo parece conducir a él, pero por otro lado, se reconocen vagamente nuevos horizontes; siente la necesidad de algo mejor que aquello que existe y lo busca inútilmente en el mundo actual. Alguna cosa circula en el aire como una corriente eléctrica precursora, y todos esperan, mas todos se dicen a sí mismos que no es la Humanidad la que debe retroceder.
Otro hecho no menos significativo que muchos notarán y que es consecuencia del actual estado de ánimo, es el prodigioso número de escritos, serios o superficiales, hechos fuera y sin conocimiento del Espiritismo, en los cuales se encuentran pensamientos espíritas. El principio de la pluralidad de existencias, sobretodo, tiene una tendencia a entrar en la opinión de las masas y en la filosofía moderna. Muchos pensadores a esto son conducidos por la lógica de los hechos y en poco tiempo esa creencia se ha vuelto popular. Evidentemente son los precursores de la adopción del Espiritismo, cuyas vías así son preparadas y cuyo camino es allanado. Estas ideas son todas sembradas desde diversos lados, en escritos que caen en las manos de todos, tornando cada vez más fácil su aceptación.
El estado del Espiritismo en 1863 puede, pues, resumirse así: Ataques violentos, multiplicación de escritos en pro y en contra, movimiento de ideas; notable expansión de la doctrina pero sin señales exteriores como para producir una sensación general; las raíces se extienden, crecen los retoños, esperando que el árbol desarrolle sus ramas. Aún no llegó el momento de su madurez.
Entre las publicaciones que el año pasado vinieron a participar en la lucha y concurren en defensa del Espiritismo, colocamos en primera línea la Ruche, de Burdeos, y la Verité de Lyón, cuyos redactores merecen el reconocimiento y el aplauso de los verdaderos espíritas, por la perseverancia. devoción y desinterés de que dieron pruebas. En el centro espírita más numeroso de Francia, y tal vez del mundo entero, la Verité vino a apostarse, como un adversario temible por sus artículos de una lógica tal que no dejan margen a la crítica.
El Espiritismo tendrá pronto. así nos lo hacen esperar- un nuevo e importante órgano en Italia que, como sus hermanos y vecinos de Francia. marchará de común acuerdo con los grandes principios de la doctrina.
- Allan Kardec-
Revista Espírita- enero de 1864
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20 MANERAS DE DETENER LA MARCHA DEL ESPIRITISMO
Nosotros, los Espíritas, podemos perturbar la
marcha del Espiritismo de las siguientes maneras:
1.
Postergando nuestra reforma moral.
2. Menospreciando
los deberes profesionales que tenemos.
3. No
apoyando las obras de caridad.
4.
Negándonos al estudio.
5.
Faltando a los compromisos sin un justo motivo.
6.
Solicitando privilegios.
7.
Evitando deliberadamente a los sufrientes para no brindarles pequeños
servicios.
8.
Colocando los principios espíritas a disposición de los convencionalismos
sociales.
9.
Especulando con la Doctrina Espírita en materia política
10.
Sacrificando a la familia en los trabajos del Ideal.
11.
Acaparando cargos y funciones sin distribuirlos con los demás compañeros, o no
aceptando ninguna tarea ni responsabilidad, aislándonos en la indiferencia.
12.
Preocupándonos por la conquista de aplausos.
13. Considerarnos indispensables.
14.
Rehuyendo el examen imparcial y sereno de las cuestiones concernientes a la
claridad interpretativa del Espiritismo, el que siempre debe estar por encima
de los intereses y de las personas.
15.
Renunciando al raciocinio y dejándonos atrapar por movimientos o personas que
intentan sutilmente ensombrecer la labor elucidativas espírita con preconceptos
y fantasías.
16.
Hiriendo a los demás con palabras agresivas o dejando de auxiliarlos en el
momento preciso con manifestaciones orales de consuelo y conocimiento.
17.
Manteniendo resentimientos.
18.
Relegando el deber natural de cooperar respetuosamente con los dirigentes de
las instituciones que sirven a la Doctrina.
19.
Adulando a los médiums y a los trabajadores de la causa espírita.
20.
Delegando en los demás las responsabilidades que nos competen.
Benefactor
Espiritual ANDRÉ LUIZ.
Médium
WALDO VIEIRA.
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