INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Preludios del regreso a la vida corporal (1 de 2)
2.-Planteamiento espírita
3.-Poderes ocultos; Talismanes y Hechiceros
4.-Punto de vista espírita sobre la muerte o desencarnación
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PRELUDIOS DEL REGRESO
A LA VIDA CORPORAL
( 1 de 2)
Antes de comenzar este tema, diré a los hermanos lectores, que la lectura e interpretación de la Doctrina Espírita, me ha hecho pensar seriamente, en muchas cuestiones, que hacen a mi vida en lo personal y que posteriormente, tales cuestiones, se reflejaron en mis seres queridos, en mis hijos, familiares, compañeros de esta nueva encarnación.
La magnifica obra del Maestro Allan Kardec, en su codificación, fue, es y será mi guía permanente para el estudio de la Doctrina y sus entretelones de la vida material, más aún, la vida en el plano Espiritual, que a mi entender es nuestra verdadera morada.
Entre las cuestiones que me fueron presentando, en la medida de mi entendimiento, me despertó mayor interés , en los procesos reencarnatorios, tan bien explicados en el “Libro de los Espíritus”; capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la Vida Corporal”, capítulos éstos, tan amplios e importantes, para nuestro entender, que los he tomado como perfectos para la introducción de esta charla.
Si bien me encuentro entre hermanos estudiosos del Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder reafirmar conceptos y si Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos hermanos que le interesen “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal” y los entretelones de cómo se reencarna, abarcando los entretelones tan poco comunes, en algunos casos, de una nueva existencia, de una nueva existencia que ha de comenzar, el Espíritu para su evolución hacia Dios.
Debo aclarar lo mucho que me ha ayudado para el logro de esta charla, el contenido que se encuentra en el libro “Misioneros de la Luz”, los capítulos XII, XIII y XIV. Preparación, de Experiencias, Reencarnación y Protección, respectivamente, dictado por el Espíritu de André Luiz, al Médium, Francisco Cándido Xavier.
Para ir entrando en el tema, he tomado del capítulo, cuarto, del Libro de los Espíritus, “Pluralidad de las Existencias”, el punto número (dos) “Justicia de la reencarnación”, en la pregunta N° 171, dónde el Maestro Allan Kardec, pregunta al mundo espiritual de Luz; ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? Respondiéndose: En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar lo repetimos: Un buen padre siempre deja siempre a sus hijos, una puerta abierta al arrepentimiento, ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido el mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios?,. Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Para no dejar puntos poco claros a éste respecto, el Maestro Allan Kardec, nos dice: “Todos los Espíritus tienden hacia la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero en su justicia les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba”
No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y nos hubiera tratado con imparcialidad.
La Doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre, muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con los hombres de una condición inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestra esperanza, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos los indica y los Espíritus así lo enseñan.
Saliendo de las textuales palabras del maestro Allan Kardec y entendiendo que en mayor o menor medida, somos deudores ante la Justicia Divina y que muchos de nosotros ya hemos tenido varias existencias, llegando el momento de preguntarnos: ¿Cómo se han operado esta y aquellas? ¿Hemos sido siempre conscientes del cumplimiento de esta ley? ¿Quién nos orienta en La nueva travesía terrestre? Estas y un sin número de preguntas tienen respuesta, siempre y cuando veamos al ser humano, al Espíritu inmortal, dentro de un punto de vista independiente, único y no generalizar la reencarnación como un hecho puramente usual, basándonos en el imperativo de la procreación y que las virtudes o desgracias del recién llegado, son obra de la suerte.
Esto quiere decir, que cada ser esta subordinado indefectiblemente a sus obras del pasado y que en el mayor de los casos, descendemos a la tierra, endeudados con la Justicia Divina, para soportar pruebas o difíciles expiaciones que se muestran desde el primer día de nuestro nacimiento, habiendo elegido en el mayor de los casos, nosotros mismos, lo más conveniente para nuestro adelanto, y en otros casos la reencarnación se impone, sobre todo cuando, el Espíritu no es todavía apto para realizar una elección con conocimientos propios del acto que ha realizar y sus consecuencias.
Las pruebas están a la vista ¿Cuántas veces hemos visto nacer niños, ciegos o sin sus extremidades o con crueles enfermedades, sin ningún pecado aparente? Casos que turban nuestra razón y hasta veríamos a un Dios injusto, sino tuviéramos el conocimiento que nos proporciona el estudio del Espiritismo, más cuando profundizamos la ley de causas y efecto, que se acciona con el Libre Albedrío de nuestros actos. Y con un sentimiento de Amor y caridad, esos seres de gran elevación nos dicen; ¡Todo se paga! Y necesario ha de ser para que la balanza de la Justicia Divina, volcada, hacia el lado del bien nos haga merecedores de vestir con el color blanco del manto nupcial y los colores áuricos de las virtudes adquiridas, para siempre.
Pues para la Justicia Divina, no hay errores, sólo entre los hombres existen falsas sentencias y delitos impunes, procederes estos que indican la inferioridad espiritual del mundo en que vivimos.
No es el propósito del presente escrito, indagar sobre tratados de leyes terrenales, ni de sus aplicaciones, solo me extendí brevemente en estas cuestiones que son de carácter introductorio, pero afirmando nuevamente que todo impedimento físico del grado que fuese, es la parte visible, es el efecto de una causa.
Para continuar esta charla, primero veremos los acontecimientos de cómo el Espíritu llega de su retorno de la vida material a la vida Espiritual. Es como ver el inicio de una nueva etapa.
Durante la vida material, el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial, que se denominó periespíritu. La muerte solo destruye el cuerpo y no al periespíritu, el cual se separa del cuerpo cuando cesa en éste la vida orgánica. Las observaciones realizadas nos dicen que el desprendimiento del periespíritu se opera de diferentes formas, es gradual y en un plazo muy variable. En algunos Espíritus es rápida, éste proceso de liberación con la materia inerte, más aún hablando de Espíritus muy apegados al cuerpo físico, es más lento y largo, semanas, meses y hasta largos años, y en el peor de los casos, sienten con espanto, cómo es roído su cuerpo físico.
Bien sabemos que el grado de adelanto moral, cumple un rol importantísimo, cuanto más conocimiento hay de la individualidad del ser, del desapego de las pasiones que embrutecen al alma y el conocimiento del “Porque de la vida”, el Espíritu escapa más rápido de esas ataduras, y felices aquellos que transitaron el camino del bien, se liberan dando gracias a Dios por la dicha que experimentan.
¿Pero que hay de aquellos que no han sabido ir por ése camino angosto y recto, qué por producto de la misma ignorancia, tomaron atajos hacia la delincuencia, el homicidio y hasta el suicidio? Algunos pensando que con éste accionar se terminarían sus suplicios, sus pesares y desdichas. Y cuando reingresan a la Patria Espiritual, sienten el remordimiento de sus actos, y una voz que les dice, ¡En cuanto te has equivocado, por no escucharme, que soy tu guía, ni a tu propia conciencia que es la palabra de Dios!
En ése momento y en el mejor de los casos, al Espíritu lo envuelve un sentimiento profundo de arrepentimiento, ya cansado de seguir huyendo de sus equívocos del pasado, piden a Dios el socorro, para salir de ése estado tormentoso, he iniciar la transformación de su Espíritu, sabiendo que no hay otro camino mejor.
¿Pero cómo se opera esa asistencia? Hablamos de Espíritus que poca idea pueden tener de la bondad del Supremo y hasta de la existencia de Espíritus de gran luz y bondad, con tanto amor, comprensión y caridad. Ellos son los intercesores del plano Espiritual y relacionados con el plano material, son los que conforme a la voluntad Divina, ponen de su luz fraterna, la paz en los hogares, interceden entre los enemigos, calman las angustias, despiertan nuestra conciencia, nos levantan el ánimo en los momentos de duras pruebas, ayudan fluidificando a enfermos y moribundos, en pocas palabras, son los “Misioneros de la Luz. Ante la ignorancia y la debilidad del ser. Por mil circunstancias distintas hemos de decir que todos los casos de Espíritus reencarnantes, no son iguales, y la diversidad de ellos se encuentra en relación entre el debe y el haber. Como dice el dicho; “La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria”, no obstante recordemos que Dios es todo amor y ante nuestros desvíos del camino del bien, él siempre nos extenderá su misericordiosa mano.
Muchas veces nos hemos preguntado, ¿Cómo es el Mundo Espiritual?, he ahí una pregunta que abordaremos unos instantes.
Para algunos sólo es el espacio infinito, poblado de planetas y millares de Espíritus errantes que sin cesar se agitan en torno a sus necesidades, donde se reconocen por su luz y progreso alcanzado. Y para otros el Mundo Espiritual es maravilloso, con caracteres iguales a los de la Tierra, con poblados donde habitan los Espíritus que allí residen, con lugares específicos para cada cosa y con una organización estructurada, que solo el arquitecto del universo es capaz de crear.
Para una mejor interpretación de lo expuesto, he indagado de diferentes libros sobre el tema y del volumen “La Vida en el Mundo Espiritual” de André Luiz, he extraído los siguientes párrafos, que a modo de introducción, incluye a otras obras, y que en la citada hay una gran coincidencia en las respuestas que dan los Espíritus, aún en diferentes tiempos y lugares.
En la obra “El Espiritismo”, escrita por Sir Arthur Conan Doyle, cuya fama mundial hace innecesaria aquí su presentación. En la edición al español y refiriéndose a la notable mediumnidad del gran sabio Sueco Samuel Swenderborg, dice lo siguiente: “Encontró que el otro mundo consistía en un número de esferas diferentes que presentaban grados de luminosidad y felicidad, a cada una de las cuales vamos después de la muerte, según las condiciones espiritual en que nos encontramos en la vida. Allí somos juzgados de una manera automática por una especie de ley espiritual que determina el resultado último, por el resultado total de nuestra vida, de suerte que la absolución o el arrepentimiento en el lecho de muerte son de poco provecho.
Encontró en aquellas esferas, que la escena y las condiciones de este Mundo, estaban reproducidas con fidelidad, así como el armazón general de la sociedad. Halló casa en la que vivían familias, templos en los cuales se oraba, salones en donde la gente se reúne para fines sociales, etc.
...//... (Continúa en la siguiente publicación)
(Por Juan C. Mariani)
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PLANTEAMIENTO ESPIRITA
Alegas, a veces, la imposibilidad de colaborar en las tareas espiritas, excusándote a la faz de las dificultades y escollos que aún cargas.
Entretanto, convengamos:
si no tienes imperfecciones a vencer, entre tantos millones de criaturas aún imperfectas;
si no conociste y no conoces, íntimamente, conflicto alguno;
si no posees problemas a resolver; si no experimentas tentaciones; si no atraviesas, de cuando en cuando, amarguras y desengaños;
si no cosechas decepciones;
si no enfrentas graves pruebas;
si no traes la señal de ésta o aquella flaqueza, de la cual te encuentras en el presente en la Tierra, en proceso de cura;
si no observas contigo posibles tendencias poco felices, - aquéllas que nos señalan las deudas de existencias pasadas, - luchando y, a veces, hasta llorando para mejorarte a ti mismo...
¿qué será de ti en la construcción del Bien?
Nos referimos a eso, porque el espirita es llamado a hacer luz, en favor de sí mismo y en beneficio de los demás, en la mies de la educación.
Y si no sufres para aprender, ¿como podrás esclarecer y comprender, ayudar o enseñar?
Albino Teixeira.
Francisco Candido Xavier.
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551 – ¿Puede un hombre malvado, con la ayuda de un Espíritu malo que le es devoto, hacer mal a su prójimo?
– No; Dios no lo permitiría.
– Ciertas personas tienen un poder magnético muy grande, del que pueden hacer mal uso, si su propio Espíritu es malo, en cuyo caso pueden estar secundadas por otros Espíritus malos. Pero no creáis en ese supuesto poder mágico que sólo existe en la imaginación de personas supersticiosas, ignorantes de las verdaderas leyes de la
Naturaleza. Los hechos que se mencionan son hechos naturales, mal observados y sobre todo, mal comprendidos.
– El efecto de ponerlas en ridículo, si lo hacen de buena fe y en caso contrario son embaucadores que merecen castigo. Todas las fórmulas son engañosas; no hay ninguna palabra sacramental, ningún signo cabalístico, ningún talismán que tenga acción sobre los Espíritus, porque éstos sólo son atraídos por el pensamiento y no por
las cosas materiales.
– Sí; tenéis Espíritus que os indican signos, palabras extrañas, o que os prescriben ciertos actos con ayuda de los cuales hacéis lo que se llama conjuros. Pero estad muy seguros que se trata de Espíritus que se burlan de vosotros y abusan de vuestra credulidad.
554 – Aquel que, equivocado o no, tiene confianza en lo que llama la virtud del talismán, ¿no puede por esa misma confianza atraerse un Espíritu, siendo entonces el pensamiento quien actúa y el talismán tan sólo una señal que ayuda a dirigir el pensamiento?
– Es verdad, pero la naturaleza del Espíritu atraído depende de la intención y de la elevación de los sentimientos y es extraño que el que es bastante sencillo para creer en la virtud de un talismán, no tenga por objeto un fin más material que moral. En todo caso, eso acusa una pequeñez y una debilidad de ideas, que lo expone a los Espíritus imperfectos y burlones.
– Los que llamáis hechiceros son personas, cuando proceden de buena fe, que están dotadas de ciertas facultades, tales como el poder magnético y la doble vista. Entonces, como hacen cosas que no comprendéis, las creéis dotadas de una fuerza sobrenatural. Vuestros sabios, ¿no han pasado con frecuencia por hechiceros a los ojos de las personas ignorantes?
El Espiritismo y el Magnetismo nos dan la clave de una multitud de fenómenos sobre los cuales ha forjado la ignorancia una infinidad de fábulas, donde los hechos han sido exagerados por la imaginación. El conocimiento esclarecido de esas dos ciencias que, por decirlo así, no son más que una, mostrando la realidad de las cosas y su verdadera causa, es el mejor preservativo contra las ideas supersticiosas, porque demuestra lo posible y lo imposible, lo que está en las leyes naturales y lo que es una creencia ridícula.
556 – ¿Ciertas personas tienen verdaderamente el don de curar por el simple tacto?
– Hasta eso puede llegar la potencia magnética, cuando está secundada por la pureza de sentimientos y un deseo ardiente de hacer el bien, porque entonces los buenos Espíritus le ayudan. Pero es preciso prevenirse contra el modo como son contadas las cosas por personas demasiado crédulas y entusiastas, dispuestas siempre a ver maravillas en las cosas más naturales y sencillas. Y también es preciso desconfiar de los relatos interesados de las personas que explotan en provecho suyo la credulidad.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.
PUNTO DE VISTA ESPIRITA SOBRE LA MUERTE O DESENCARNACIÓN
Una particular modalidad de existencia es lo que se verifica en el alma. a consecuencia del fenómeno de la mal llamada muerte. nombre que solo hemos de emplear convencionalmente porque constituye una equivocación, ya que no se trata de aniquilación, sino de transformación, y por ello el término desencarnación del léxico espírita expresa el hecho más fielmente.
La individualidad física, con el fenómeno de la muerte desaparece como entidad personal, pero el sentimiento, la inteligencia, las cualidades morales, la voluntad y la conciencia que caracterizaron a la persona cuyo cuerpo desapareció, eso no se disgrega al desintegrarse los elementos materiales del organismo.
Esa mutación no cambia esencialmente a nadie, no convierte al ignorante en sabio, ni hace un ser elevado de un malhechor, los individuos conservan la misma mentalidad anterior, se llevan con ellos sus tendencias, hábitos, errores y aciertos, y hasta su incredulidad en una vida anterior. Los hombres se hallan más o menos adelantados, intelectual y moralmente, y es erróneo creer que después de la muerte, reciben sus espíritus súbitamente la luz de la verdad. El hecho de abandonar el cuerpo no hace al Ser más elevado moral e intelectualmente, de lo que era como encarnado, aunque puede avanzar si comprende la realidad de su situación y reconoce sus equivocaciones.
En la vida espiritual existen leyes de absoluta justicia, que dan a cada cual el fruto exacto de sus obras y de sus pensamientos. Allí caen las máscaras y desaparece la pompa exterior de que se rodean muchos seres en la Tierra, para dejar al descubierto la realidad de sus sentimientos. Cada Espíritu, y por consiguiente, cada persona. es el resultado de su propio esfuerzo- En el armonioso conjunto de leyes naturales que rigen la vida física, como las que gobiernan el mundo espiritual, no es la casualidad, sino la causalidad lo que conduce cada proceso.
- Jon Aizpúrua-
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